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jueves, 27 de julio de 2023

Biomas

|| Principal || Cursos || 

Índice

||1|| Introducción

||2|| Viajes de exploración científica

||3|| Los biomas y biogeografía

||4|| Historia de la biogeografía

||5|| Factores abióticos y su efecto en los biomas

||6|| La selva húmeda tropical

||7|| La selva tropical seca

||8|| La sabana tropical

||9|| Los desiertos

||10|| El chaparral y otros matorrales templados

||11|| Las praderas templadas

||12|| Los bosques templados

||13|| El bosque boreal o taiga

||14|| La tundra

||15|| La zona polar

||16|| Biogeografía de montaña

||17|| Tundra alpina y las nieves perpetuas

||18|| Praderas de alta montaña y páramos

||19|| Bosques tropicales de montaña

||20|| Metaecosistemas

||21|| Ecozonas o reinos biogeográficos

||22|| Las islas

||R|| Referencias bibliográficas de los biomas

 Portada

1. Introducción

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Cuando vimos el concepto de ecosistema nos dimos cuenta de que los seres vivos son afectados profundamente por cada una de las relaciones que entablan con los factores bióticos y abióticos. A lo largo del tiempo y de las generaciones sucesivas, las poblaciones evolucionan para tratar de explotar de la manera más eficiente posible los recursos a su disposición, mientras que al mismo tiempo enfrentan a los competidores, los depredadores y los parásitos.

Cada ecosistema presenta un juego propio de factores bióticos y abióticos, aun así y a pesar de que un ecosistema puede tener un tamaño variable, es posible considerar grupos de ecosistemas semejantes, con factores bióticos y abióticos semejantes. A estos grupos de ecosistemas los denominamos paisajes biogeográficos o biomas. Por lo general es más fácil identificar a los biomas terrestres ya que forman verdaderos paisajes, grandes extensiones de espacio que se pueden identificar a simple vista; sin embargo, los grandes cuerpos de agua también pueden generar grandes grupos de ecosistemas generales. La unión de todos los ecosistemas del planeta genera a la Biosfera, la gran capa de vida que recubre la corteza del planeta, y actualmente el mayor nivel de complejidad que poseen los sistemas vivientes.

Sin embargo, los biomas no son entidades naturales como si lo podrían ser los ecosistemas, un bioma es un conjunto más o menos arbitrario de ecosistemas que se ensamblan por el único motivo de formar un paisaje geográfico con condiciones de disponibilidad de agua y temperatura semejantes, pero no son en único tipo de conjunto meta-ecosistémico que puede formarse, existen otros como la ecozona, la bioregión y la ecoregión, e incluso se puede asumir a toda la biósfera “gaya” como un sistema integrado (Bittner, 2010; Jepson & Whittaker, 2002; Olson et al., 2001; Wikramanayake, 2002).

Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt 

Alexander von Humboldt fue un científico y explorador alemán del siglo XIX, reconocido por su vasto conocimiento en diversas disciplinas, incluyendo la geografía, la botánica y la geología. Su pasión por la exploración lo llevó a realizar expediciones en América Latina, donde recopiló datos científicos detallados y realizó importantes descubrimientos. Su enfoque interdisciplinario y su contribución al campo de la ciencia lo convierten en una figura destacada en la historia de la exploración y el conocimiento científico (Beck, 1964; Reill, 1979; Rupke, 2008).

Contexto social

En el contexto socioeconómico de la época, Europa se encontraba en medio de la Revolución Industrial, un período de transformación radical en la producción y el consumo, impulsado por avances tecnológicos y cambios en la organización social y económica. Esta revolución trajo consigo el desarrollo de fábricas, la mecanización de la agricultura, el crecimiento de las ciudades y el surgimiento de una nueva clase trabajadora.

En este contexto, la burguesía ascendente buscaba nuevas oportunidades económicas y comerciales en todo el mundo. Esto llevó a un aumento en las expediciones y exploraciones científicas para descubrir y estudiar nuevos territorios, recursos naturales y culturas. Alexander von Humboldt fue uno de los científicos que se embarcó en estas expediciones, con el objetivo de investigar y documentar la diversidad de la naturaleza y las interacciones entre los diferentes elementos del medio ambiente.

En el ámbito religioso, el contexto de la época estaba marcado por la influencia predominante del cristianismo, en particular del protestantismo en Alemania. Sin embargo, a medida que avanzaba la Ilustración, se producían cambios en la forma en que se abordaban y se comprendían las cuestiones religiosas. El pensamiento científico y la exploración del mundo natural desafiaban las creencias religiosas tradicionales y daban paso a nuevas formas de entender la relación entre la ciencia y la religión.

En cuanto al contexto cultural, el siglo XVIII fue una época de grandes avances en las artes, la literatura y la música. El movimiento romántico estaba en pleno apogeo, enfatizando la conexión emocional y espiritual con la naturaleza. Von Humboldt, influido por este movimiento, veía a la naturaleza como un sistema interconectado y abogaba por un enfoque más holístico en el estudio científico.

Tecnológicamente, la época de von Humboldt fue testigo de importantes avances en la navegación, la cartografía y la instrumentación científica. Los barcos y las brújulas mejoradas permitieron una exploración más precisa y extensa de las regiones desconocidas. Además, la invención de instrumentos como el barómetro y el termómetro facilitó las mediciones científicas en campo (Beck, 1964; Reill, 1979; Rupke, 2008).

Infancia

Alexander von Humboldt nació el 14 de septiembre de 1769 en Berlín, Alemania. Fue el segundo hijo de una familia aristocrática prusiana de larga tradición militar. Su padre, Alexander Georg von Humboldt, era oficial de la Guardia Real y su madre, Maria Elisabeth Colomb, provenía de una familia adinerada de comerciantes. Desde temprana edad, Alexander von Humboldt mostró un gran interés por la naturaleza y las ciencias.

La aristocracia prusiana se refiere a la élite social y política de la región de Prusia, que fue un antiguo estado situado en el territorio que actualmente forma parte de Alemania y Polonia. La aristocracia prusiana se destacó por su posición privilegiada en la sociedad, su influencia política y su estrecha relación con la monarquía prusiana.

La aristocracia prusiana estaba compuesta principalmente por familias nobles con una larga tradición y linaje aristocrático. Estas familias se consideraban la élite social y mantenían un estatus privilegiado basado en su ascendencia noble. La aristocracia prusiana era propietaria de vastas extensiones de tierras agrícolas y poseía grandes haciendas y castillos. Esta propiedad de tierras les brindaba poder económico y control sobre la producción agrícola de la región.

La aristocracia prusiana tenía una fuerte tradición militar y muchos de sus miembros servían en el ejército prusiano. Tenían un papel destacado en la estructura militar y se consideraban los líderes naturales en asuntos militares y de defensa del país. La aristocracia prusiana ejercía una gran influencia política en el estado prusiano. Sus miembros ocupaban cargos importantes en el gobierno y tenían acceso directo al monarca. Esto les permitía influir en las decisiones políticas y participar en la toma de decisiones del estado. La aristocracia prusiana se caracterizaba por sus ideas conservadoras y su resistencia al cambio social y político. Defendían los valores tradicionales, la monarquía y la preservación de sus privilegios. La aristocracia prusiana mantenía una estructura social rígida y jerárquica. Existía una clara separación entre la nobleza y las clases sociales inferiores, y el acceso a los privilegios y cargos de la aristocracia estaba limitado a los nacidos en familias nobles.

La aristocracia prusiana valoraba la educación y la cultura. Muchos de sus miembros tenían una formación académica sólida y eran patrones de las artes y las ciencias. Fomentaban el desarrollo intelectual y el progreso cultural en la sociedad (Gat, 1992; Mattig, 2020).

En su infancia, von Humboldt recibió una educación rigurosa y completa. Fue educado en casa por tutores privados y mostró un talento excepcional para las matemáticas, las ciencias naturales y los idiomas. Aprendió a hablar inglés, francés, español y latín, lo que más tarde le sería de gran utilidad en sus viajes y estudios científicos.

La influencia de su madre fue especialmente importante en su desarrollo intelectual. Ella era una mujer culta y lectora ávida, y fomentó el amor de Alexander por el conocimiento y la exploración. Además, le brindó acceso a una amplia biblioteca familiar, donde pudo profundizar en diferentes áreas del conocimiento. A medida que crecía, von Humboldt comenzó a mostrar un espíritu aventurero y una insaciable curiosidad por el mundo que lo rodeaba. Disfrutaba explorando la naturaleza, recolectando especímenes botánicos y estudiando las aves y los insectos que encontraba en los bosques cercanos a su hogar. Estas experiencias tempranas despertaron en él una pasión por la exploración y el descubrimiento.

A los diez años, von Humboldt ingresó en la Academia de Comercio de Berlín, donde recibió una educación más formal en temas comerciales y económicos. Sin embargo, su verdadero interés seguía siendo la ciencia y la naturaleza. Durante este tiempo, también tuvo la oportunidad de asistir a conferencias científicas y conocer a destacados científicos de la época, lo que despertó aún más su pasión por la investigación. A los 16 años, von Humboldt ingresó en la Universidad de Gotinga para estudiar leyes y administración. Sin embargo, pronto abandonó estos estudios para seguir su verdadera pasión: la ciencia. Se trasladó a la Universidad de Frankfurt (Oder), donde estudió botánica y geología. Durante este período, realizó varias expediciones científicas por Europa y comenzó a desarrollar su método de estudio científico basado en la observación y la recolección de datos precisos.

La infancia de Alexander von Humboldt estuvo marcada por una combinación de educación rigurosa, influencias familiares y una innata curiosidad por el mundo natural. Estos factores sentaron las bases para su futura carrera como explorador y científico. Su pasión por la naturaleza y el deseo de comprenderla en su totalidad lo llevarían a realizar algunas de las expediciones científicas más importantes de la historia, dejando un legado duradero en el campo de la geografía, la botánica y la ciencia en general.

Logros

La educación y los logros científicos de Alexander von Humboldt son motivo de admiración y reconocimiento en la historia de la ciencia. Su amplio conocimiento en diversas disciplinas, su espíritu aventurero y su dedicación incansable a la investigación le permitieron realizar importantes descubrimientos y contribuciones en campos como la geografía, la geología, la botánica, la zoología y la meteorología, entre otros. Estudió en la Universidad de Gotinga, donde tuvo la oportunidad de aprender de reconocidos científicos y académicos de la época. Sin embargo, fue su espíritu aventurero y su deseo de explorar el mundo lo que lo llevó a embarcarse en una serie de viajes que marcarían su carrera científica.

Uno de los viajes más emblemáticos de Humboldt fue su expedición a América Latina, realizada entre 1799 y 1804. Acompañado por el botánico francés Aimé Bonpland, recorrió diversos territorios, desde la selva amazónica hasta los Andes, pasando por los actuales territorios de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y México. Durante su travesía, recolectó una enorme cantidad de datos y muestras de la flora, la fauna, la geología y el clima de la región. Sus observaciones científicas fueron registradas meticulosamente en diarios y cuadernos de campo, que posteriormente utilizaría para la redacción de sus obras.

Entre los principales logros científicos de Humboldt se encuentran:

(aLeyes de la naturaleza: Humboldt desarrolló la idea de que la naturaleza estaba regida por leyes universales y que era necesario estudiarla de manera integral, teniendo en cuenta las interacciones entre los diferentes elementos del entorno. Estas ideas fueron precursoras de la ecología moderna y sentaron las bases para el estudio de los ecosistemas y la comprensión de los fenómenos naturales.

(bMapa geográfico: Durante sus viajes, Humboldt realizó mediciones precisas y elaboró un mapa geográfico detallado de gran parte de América Latina. Sus observaciones y mediciones fueron utilizadas para calcular la altura de las montañas, la longitud de los ríos y la ubicación de los diferentes lugares geográficos. Este mapa se convirtió en una importante referencia para la cartografía y la geografía de la época.

(cInstrumentos científicos: Humboldt utilizó una amplia variedad de instrumentos científicos para llevar a cabo sus investigaciones. Entre ellos se encontraban los barómetros, termómetros, magnetómetros y brújulas, que le permitieron medir la presión atmosférica, la temperatura, la intensidad del campo magnético y la orientación geográfica. Estos instrumentos fueron fundamentales para obtener mediciones precisas y recopilar datos científicos confiables.

(dPublicaciones científicas: A lo largo de su vida, Humboldt escribió numerosas publicaciones científicas que abarcaban diversos temas. Sus obras más destacadas incluyen "Ensayo sobre la geografía de las plantas" (1807), "Cosmos" (1845-1862) y "Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente" (1814-1825). Estas obras no solo presentaban los hallazgos científicos de Humboldt, sino que también transmitían sus ideas sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza, y la importancia de la conservación del medio ambiente.

Sin embargo, a pesar de sus notables logros, Humboldt también enfrentó críticas y controversias en su carrera científica. Algunos científicos de la época cuestionaron sus teorías y métodos de investigación, considerándolos demasiado especulativos. Además, su posición política y su defensa de la libertad y la igualdad también generaron polémica en una época en la que las ideas conservadoras y autoritarias predominaban en Europa.

La controversia entre Francisco José de Caldas y Alexander von Humboldt fue un conflicto científico y político que tuvo lugar en la Nueva Granada (hoy Colombia) a principios del siglo XIX. Ambos personajes eran reconocidos científicos y exploradores de la época, pero tenían diferencias en sus enfoques y visiones sobre la ciencia y la política. La controversia comenzó cuando Humboldt visitó la Nueva Granada durante su expedición científica por América Latina. Durante su estadía, Humboldt estableció contacto con Caldas, quien era astrónomo, matemático y científico destacado en la región. Ambos compartían intereses científicos similares y realizaron observaciones y mediciones conjuntas en diversas áreas, como la geología, la botánica y la meteorología (Appel, 1994; González‐Orozco, Ebach, & Varona, 2015; Alexander Von Humboldt & Bonpland, 2010).

Sin embargo, a medida que avanzaba la relación entre Caldas y Humboldt, surgieron diferencias en sus enfoques científicos y filosóficos. Humboldt defendía un enfoque más holístico y multidisciplinario, basado en la recopilación de datos precisos y en la relación entre diferentes fenómenos naturales. Por otro lado, Caldas adoptaba un enfoque más especializado y centrado en las matemáticas y la astronomía. La controversia alcanzó su punto máximo cuando Caldas publicó una serie de críticas hacia Humboldt en una revista científica local. Caldas cuestionaba la exactitud y la validez de los datos recopilados por Humboldt, así como su metodología científica. También acusaba a Humboldt de apropiarse indebidamente de los descubrimientos y logros científicos de otros investigadores, especialmente sobre la relación entre la diversidad de plantas con la altitud en una montaña.

Por su parte, Humboldt respondió a las críticas de Caldas defendiendo su enfoque científico y rechazando las acusaciones de plagio. Argumentó que su trabajo se basaba en una amplia experiencia de campo y en la recopilación meticulosa de datos científicos, respaldados por su experiencia y conocimiento previo. La controversia entre Caldas y Humboldt trascendió el ámbito científico y adquirió un carácter político. En ese momento, la Nueva Granada estaba bajo el dominio español y se encontraba en un periodo de efervescencia política y lucha por la independencia. Caldas, quien también era un destacado líder político y defensor de la independencia, aprovechó la controversia para cuestionar la legitimidad de la autoridad de Humboldt y su influencia en la región.

A pesar de la controversia, Humboldt mantuvo una postura más conciliadora y evitó confrontaciones directas con Caldas. Reconoció la importancia de sus contribuciones científicas y expresó su deseo de colaborar en futuros proyectos. Sin embargo, la relación entre ambos científicos se vio afectada y nunca se restableció plenamente. En retrospectiva, la controversia entre Caldas y Humboldt puede verse como un choque de perspectivas científicas y políticas en un momento histórico crucial. Ambos personajes representaban diferentes corrientes de pensamiento y enfoques científicos, que reflejaban las tensiones de la época. A pesar de las diferencias y las críticas, tanto Caldas como Humboldt dejaron un legado importante en el desarrollo de la ciencia y la promoción de la exploración científica en América Latina.

No obstante, el legado de Alexander von Humboldt perdura hasta nuestros días. Su enfoque multidisciplinario, su visión holística de la naturaleza y su contribución a la comprensión científica del mundo han dejado una huella imborrable en la historia de la ciencia. Además, su defensa de la conservación del medio ambiente y su preocupación por los impactos humanos en la naturaleza son más relevantes que nunca en la actualidad, cuando enfrentamos desafíos globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Comunidad científica

Alexander von Humboldt fue una figura destacada en la comunidad científica de su tiempo y estableció conexiones con numerosos colaboradores, amigos, opositores y, en algunos casos, incluso enemigos. Su amplia red de contactos y su capacidad para establecer relaciones duraderas fueron fundamentales para el intercambio de conocimientos y la difusión de sus ideas.

Entre sus principales colaboradores se encuentra el naturalista francés Aimé Bonpland, quien acompañó a Humboldt en su famoso viaje a América Latina. Juntos realizaron importantes investigaciones y exploraciones en la región, recopilando una gran cantidad de datos científicos en campos como la botánica, la geología y la astronomía. La colaboración entre Humboldt y Bonpland fue excepcionalmente fructífera, y su amistad duró toda la vida.

Humboldt también mantuvo una estrecha relación con otros científicos de renombre de la época. Mantuvo correspondencia regular con personalidades como el naturalista y ornitólogo alemán Johann Friedrich Blumenbach, el físico y químico británico Humphry Davy, y el botánico francés Jean-Baptiste Lamarck, entre otros. Estas interacciones permitieron el intercambio de ideas y la discusión de avances científicos.

Figura 1.1. Aimé Bonpland (1773-1858) fue un destacado botánico y explorador francés. Nació en La Rochelle y estudió medicina en París, donde conoció a Alexander von Humboldt, con quien estableció una amistad y colaboración duradera. Juntos emprendieron una famosa expedición científica a América del Sur en 1799. Durante su viaje de cinco años, recorrieron vastas regiones, desde Venezuela hasta Argentina, recolectando una impresionante cantidad de especímenes botánicos y realizando valiosas observaciones científicas. Bonpland se destacó por su conocimiento en botánica, etnografía y geografía, y sus contribuciones fueron fundamentales para el avance de la ciencia. Tras su regreso a Europa, continuó sus investigaciones y publicaciones, dejando un legado perdurable en el campo de la botánica.

Sin embargo, no todas las relaciones de Humboldt fueron armoniosas como ya vimos en el caso de Caldas. En el campo de la geografía, tuvo algunos desacuerdos con Carl Ritter, otro destacado geógrafo alemán de la época. Ritter criticó la metodología y los enfoques de Humboldt, y hubo cierta rivalidad intelectual entre ellos. A pesar de sus diferencias, ambos contribuyeron significativamente al desarrollo de la geografía moderna.

En cuanto a sus opositores y enemigos, Humboldt se enfrentó a cierta resistencia por parte de la élite académica y científica de la época, que no siempre estaba dispuesta a aceptar sus ideas revolucionarias y su enfoque interdisciplinario. Algunos críticos argumentaban que Humboldt carecía de un enfoque científico riguroso y que sus investigaciones eran demasiado amplias y desorganizadas.

Además, Humboldt tuvo ciertos conflictos con figuras políticas y autoridades. Durante su estancia en España, se enfrentó a obstáculos y limitaciones impuestos por la corona española, que veía con recelo sus actividades científicas y exploratorias. Humboldt también tuvo desavenencias con el gobierno prusiano en relación con el financiamiento de sus expediciones y sus proyectos científicos.

A pesar de las controversias y las críticas, Humboldt logró establecerse como una figura influyente en la comunidad científica de su tiempo y su legado perdura hasta la actualidad. Su enfoque interdisciplinario, su énfasis en la observación y el estudio de los fenómenos naturales en su totalidad, y su capacidad para establecer colaboraciones duraderas sentaron las bases para el desarrollo de la ciencia moderna.

Reconocimientos

Alexander von Humboldt recibió numerosos reconocimientos y honores tanto en vida como después de su fallecimiento. Su trabajo científico y exploraciones en múltiples disciplinas le otorgaron un estatus prominente en la comunidad científica y el reconocimiento internacional. A continuación se mencionan algunos de los principales reconocimientos que recibió:

(aOrden Pour le Mérite: Humboldt fue nombrado miembro de la prestigiosa Orden Pour le Mérite en 1842, una distinción otorgada a personas destacadas en campos como la ciencia, el arte y la literatura.

(bMedalla Copley: En 1827, Humboldt recibió la Medalla Copley de la Real Sociedad de Londres, una de las más antiguas y prestigiosas instituciones científicas del mundo. Esta medalla es otorgada anualmente por logros destacados en investigación científica.

Figura 1.2. La medalla "Orden Pour le Mérite", también conocida como "Pour le Mérite", es una prestigiosa condecoración militar y civil establecida en Prusia en 1740 por el rey Federico II el Grande. Su nombre completo en alemán es "Der Orden Pour le Mérite für Wissenschaften und Künste" (La Orden "Por el Mérito" para Ciencias y Artes), y se concede tanto a civiles destacados por sus logros en ciencia y arte como a militares por sus acciones destacadas en el campo de batalla. Diseñada como una cruz esmaltada en color azul, muestra una corona dorada en su parte superior y una águila negra en el centro. Desde su creación, la "Pour le Mérite" se ha considerado una de las condecoraciones más altas y codiciadas de Alemania. A lo largo de la historia, ha sido otorgada a destacados líderes militares, científicos, literatos y artistas.

(cTítulos de nobleza: Humboldt recibió varios títulos de nobleza a lo largo de su vida. En 1792, el rey Federico Guillermo III de Prusia le otorgó el título de "Barón" en reconocimiento a sus logros científicos. Posteriormente, en 1851, Humboldt fue elevado al rango de "Príncipe" por el emperador de Rusia, Nicolás I.

(dMedallas y reconocimientos internacionales: Humboldt recibió numerosas medallas y reconocimientos de sociedades científicas y academias de todo el mundo. Entre ellos se incluyen la Medalla de Oro de la Real Sociedad Geográfica de Londres, la Medalla de Oro de la Sociedad Geográfica Rusa y la Medalla de Oro de la Academia de Ciencias de Francia.

(eEventos conmemorativos y celebraciones: Después de su muerte, se llevaron a cabo diversos eventos en honor a Humboldt. En 1869, se celebró en Berlín el centenario de su nacimiento, donde se realizaron conferencias y exposiciones para conmemorar su legado. En años posteriores, se llevaron a cabo otros eventos en todo el mundo para honrar su contribución a la ciencia y la exploración.

(fNombres geográficos en su honor: Numerosos lugares, tanto en la Tierra como en otros planetas, han sido nombrados en honor a Alexander von Humboldt. Entre ellos se encuentran el océano Humboldt en la Antártida, el cráter Humboldt en la Luna y el monte Humboldt en la isla de Tasmania.

(gLegado duradero: El mayor reconocimiento para Humboldt es el impacto duradero que ha tenido en el campo de la ciencia y la exploración. Su trabajo sentó las bases para el desarrollo de disciplinas como la geografía, la ecología y la climatología. Sus ideas sobre la interconexión de los fenómenos naturales y su enfoque holístico de la ciencia siguen siendo relevantes en la actualidad.

El legado de Alexander von Humboldt en Colombia es altamente valorado y su nombre está asociado con la exploración científica, la conservación de la naturaleza y el estudio de la biodiversidad. Su trabajo ha dejado una huella duradera en el país y su legado continúa siendo una fuente de inspiración para las generaciones futuras. A continuación se describen algunos de los reconocimientos y honores que ha recibido en Colombia:

(a)  Expedición Botánica: Uno de los mayores logros de Humboldt en Colombia fue su participación en la Expedición Botánica, liderada por el virrey José Celestino Mutis. Durante su estancia en el territorio colombiano entre 1801 y 1803, Humboldt recolectó y estudió una gran cantidad de especies de plantas, animales y minerales, contribuyendo significativamente al conocimiento científico del país.

(bEstampilla y billete de banco: En honor a su legado, el gobierno colombiano emitió una estampilla postal conmemorativa en el centenario de su muerte en 1959. Además, en 2012, el Banco de la República de Colombia lanzó un billete de 10.000 pesos con la imagen de Alexander von Humboldt, en reconocimiento a su importancia histórica y científica para el país.

(cParque Nacional Natural Alexander von Humboldt: Colombia cuenta con un Parque Nacional Natural que lleva el nombre de Alexander von Humboldt. Este parque, ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta, es reconocido por su gran biodiversidad y por ser uno de los ecosistemas más diversos y complejos del país. El parque fue designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.

(dMonumentos y placas conmemorativas: En varias ciudades colombianas, se han erigido monumentos y placas conmemorativas en honor a Alexander von Humboldt. Por ejemplo, en Bogotá se encuentra el Parque Humboldt, donde se erigió un monumento en su honor. Además, en otros lugares como Cartagena, Popayán y Villa de Leyva, se han colocado placas conmemorativas que destacan su paso por esas ciudades.

(cInstituciones y programas educativos: En Colombia existen diversas instituciones educativas y programas que llevan el nombre de Alexander von Humboldt, como el Colegio Alemán Alexander von Humboldt en Bogotá, que promueve la educación bilingüe y la formación integral de los estudiantes. Asimismo, se han creado programas académicos y becas de investigación que llevan su nombre, fomentando el estudio de las ciencias naturales y la promoción del conocimiento en el país.

¿Por qué el es importante?

El trabajo de Alexander von Humboldt ha tenido un impacto significativo en nuestra vida cotidiana en diversos aspectos. A continuación, se describen algunas de las formas en que su trabajo nos afecta:

Humboldt fue un pionero en la recolección sistemática de datos y observaciones científicas. Sus extensos estudios en áreas como la geografía, la geología, la climatología, la botánica y la zoología sentaron las bases para el desarrollo de muchas disciplinas científicas. Sus descubrimientos y teorías ayudaron a ampliar nuestra comprensión del mundo natural y sentaron las bases para futuras investigaciones científicas.

El trabajo de Humboldt no se limitó solo a la ciencia. También tuvo un impacto en otras áreas como la literatura, el arte y la filosofía. Sus escritos y exploraciones inspiraron a numerosos escritores, artistas y pensadores de su época y posteriores. Su enfoque interdisciplinario y su visión holística del mundo natural influyeron en la forma en que se abordaron diferentes campos de estudio.

Humboldt fue un defensor apasionado de la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente. Su comprensión de la interconexión de los ecosistemas y su importancia para el equilibrio del planeta sentaron las bases para la conservación de los recursos naturales. Su trabajo contribuyó a la creación de áreas protegidas, parques nacionales y reservas naturales, lo que nos permite disfrutar de espacios naturales preservados en la actualidad.

Las ideas y descubrimientos de Humboldt ayudaron a generar conciencia sobre la importancia de cuidar y preservar nuestro entorno natural. Su énfasis en la interdependencia de los seres vivos y la influencia de los factores ambientales en la salud de los ecosistemas nos ha llevado a reflexionar sobre nuestras acciones y cómo estas pueden afectar el medio ambiente. Su legado nos insta a ser responsables con nuestros recursos naturales y a tomar medidas para proteger la biodiversidad.

El trabajo de Humboldt sentó las bases para futuros avances científicos y tecnológicos. Sus estudios geográficos y geológicos influyeron en la cartografía y la exploración del mundo. Sus investigaciones en climatología y meteorología contribuyeron al desarrollo de métodos de monitoreo y predicción del clima. Además, su enfoque en la recolección y análisis de datos sienta las bases para la investigación científica moderna.

¿Qué debemos aprender de el?

La vida de Alexander von Humboldt nos ofrece numerosas lecciones e inspiraciones para enfrentar nuestras propias limitaciones, obstáculos y lograr un impacto significativo en el mundo que nos rodea. A continuación, se presentan algunas formas en las que podemos aprender de su vida:

Humboldt fue un apasionado del conocimiento y mostró una curiosidad insaciable por explorar y comprender el mundo. Nos enseña la importancia de cultivar nuestra curiosidad, buscar constantemente nuevas experiencias y conocimientos, y nunca dejar de aprender. Debemos estar dispuestos a cuestionar y explorar el mundo que nos rodea, fomentando una actitud de investigación y descubrimiento en nuestras vidas.

Humboldt adoptó un enfoque interdisciplinario en sus estudios, reconociendo la interconexión de los diferentes aspectos del mundo natural. Nos inspira a ampliar nuestra perspectiva y adoptar un enfoque holístico en nuestras vidas, comprendiendo cómo diferentes áreas de conocimiento y aspectos de nuestra existencia están interrelacionados. Esto nos permite abordar los desafíos de manera más integral y encontrar soluciones creativas.

A lo largo de su vida, Humboldt enfrentó numerosos obstáculos y dificultades, pero nunca se rindió. Nos enseña la importancia de la perseverancia y la determinación para superar los desafíos y seguir adelante a pesar de las adversidades. Debemos ser valientes y persistentes en la consecución de nuestros objetivos, sabiendo que los obstáculos son oportunidades para crecer y aprender.

Humboldt comprendió la importancia de difundir el conocimiento y compartir sus descubrimientos con el mundo. Nos motiva a utilizar nuestro conocimiento y habilidades para hacer una diferencia en la sociedad. Ya sea a través de la educación, la divulgación científica, el activismo o cualquier otra forma de contribución, podemos seguir su ejemplo y trabajar para crear un impacto positivo en nuestra comunidad y más allá.

Humboldt fue un defensor apasionado de la conservación del medio ambiente y la protección de la naturaleza. Nos recuerda nuestra responsabilidad de cuidar y preservar nuestro entorno natural para las generaciones futuras. Debemos adoptar prácticas sostenibles, reducir nuestra huella ecológica y promover la conservación de la biodiversidad. Inspirémonos en su compromiso con el medio ambiente y trabajemos para crear un mundo más sostenible.

2. Viajes de exploración científica

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La era de los viajes europeos y americanos de exploración científica siguió a la Era de los Descubrimientos y fue inspirada por una nueva confianza en la ciencia y la razón que surgió en la Era de la Ilustración. Las expediciones marítimas en la Era de los Descubrimientos fueron un medio para expandir los imperios coloniales, establecer nuevas rutas comerciales y ampliar las relaciones diplomáticas y comerciales en nuevos territorios. Sin embargo, con la curiosidad científica de la Ilustración, la exploración se convirtió en un nuevo motivo para añadir a las ambiciones comerciales y políticas del pasado.

Tecnologías

A lo largo de la historia, se han desarrollado numerosas tecnologías clave que han permitido los viajes de exploración científica desde el siglo XIX hasta la actualidad. Estas tecnologías han sido fundamentales para la conquista de América, África, los polos y, posteriormente, para los viajes al espacio y las profundidades oceánicas. A continuación, se mencionan algunas de las tecnologías más importantes en cada etapa:

Siglo XIX:

La mejora de los barcos a vapor y las técnicas de navegación, como la brújula y el sextante, permitieron a los exploradores realizar viajes más largos y precisos. Los barcos también se equiparon con instrumentos científicos para realizar mediciones y observaciones durante los viajes.

Figura 2.1. Los barcos exploradores del siglo XIX se diferenciaban de las eras pasadas en su capacidad para sobrevivir los peligrosos viajes de exploración. Estas embarcaciones incorporaron mejoras tecnológicas como el uso de cascos de hierro y acero, que las hacían más resistentes a los embates del mar y los impactos de hielo en las regiones polares. También se utilizaron sistemas de propulsión a vapor en lugar de la dependencia exclusiva del viento, lo que permitía una mayor autonomía y un mejor control de la navegación. Además, se implementaron equipos de comunicación y navegación más avanzados, como el telégrafo y los instrumentos náuticos mejorados, que facilitaron la comunicación y la orientación en aguas desconocidas. Estas mejoras en la tecnología marítima fueron cruciales para la seguridad y el éxito de las expediciones científicas. El HMS Beagle, el barco en el que Charles Darwin realizó su famoso viaje de exploración, pertenecía a la categoría de barcos de investigación y exploración utilizados para expediciones científicas en el siglo XIX. Estaba equipado con tecnología avanzada y se utilizaba para realizar estudios científicos detallados, recopilando muestras y observaciones en los lugares visitados durante el viaje.

El desarrollo de telescopios más potentes permitió a los astrónomos explorar el espacio y realizar observaciones astronómicas detalladas. Del mismo modo, los avances en microscopía permitieron a los científicos estudiar microorganismos y estructuras celulares.

Siglo XX:

El invento del avión y los avances en la aviación permitieron exploraciones aéreas, lo que facilitó la cartografía y la exploración de áreas remotas. Los aviones también se utilizaron para realizar estudios geológicos y ambientales desde el aire.

El desarrollo de vehículos terrestres y equipos especializados para expediciones en tierra, como vehículos todoterreno, permitió a los exploradores llegar a lugares remotos y difíciles de alcanzar. Esto facilitó la investigación en áreas como la exploración polar y la geología de terrenos inaccesibles.

Figura 2.2. Los satélites han desempeñado un papel crucial en el estudio de los biomas debido a su capacidad para proporcionar una visión global y continua de la Tierra. Estas herramientas espaciales permiten la observación remota de los biomas en diferentes escalas, brindando información sobre la distribución de la vegetación, la dinámica del cambio de cobertura terrestre, el monitoreo de incendios, la detección de cambios en la biodiversidad y la evaluación de los impactos del cambio climático. Además, los satélites proporcionan datos sobre los patrones climáticos y las condiciones ambientales que influyen en la distribución y salud de los biomas. Estos datos son esenciales para la gestión de recursos naturales, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de estrategias de adaptación y mitigación ante los desafíos ambientales actuales y futuros.

El lanzamiento de satélites en órbita terrestre permitió la observación de la Tierra desde el espacio, lo que brindó una visión global y detallada de los ecosistemas, el clima y los cambios ambientales. Además, la exploración espacial directa, como los viajes tripulados a la Luna, ha proporcionado información invaluable sobre la geología lunar y el espacio exterior.

Siglo XXI

Los avances en tecnología digital, como la informática, la recopilación y el análisis de datos, la visualización científica y la comunicación en línea, han revolucionado la forma en que se realizan los viajes de exploración científica. Estas tecnologías permiten una recopilación y análisis de datos más eficientes, así como una comunicación en tiempo real con otros científicos y expertos en todo el mundo.

La utilización de robots y drones ha facilitado la exploración de áreas peligrosas o inaccesibles, como las profundidades oceánicas y las regiones polares. Estos dispositivos pueden realizar tareas de mapeo, recolección de muestras y monitoreo del medio ambiente de manera autónoma o controlada a distancia.

Además de los satélites, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta invaluable en el estudio de los biomas y las complejas interacciones dentro de los ecosistemas. La IA tiene la capacidad de analizar grandes cantidades de datos de manera rápida y eficiente, lo que permite identificar patrones y relaciones que los humanos por sí solos pueden pasar por alto. Al aplicar algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales, la IA puede ayudar a comprender mejor las interconexiones entre los componentes de un bioma, como la dinámica de las especies, los ciclos de nutrientes y las respuestas a cambios ambientales. Esto no solo contribuye a una comprensión más profunda de los biomas, sino que también puede proporcionar información valiosa para la conservación de la biodiversidad, la gestión de recursos y la toma de decisiones basada en evidencia científica. La combinación de la inteligencia artificial y la observación remota a través de satélites brinda nuevas perspectivas y oportunidades para desentrañar los complejos patrones y procesos que definen nuestros biomas.

Biogeografía

Es la rama de la biología que estudia la vida a un nivel geográfico, por lo que los biomas se convierten en uno de sus principales objetos de estudio (Cox, Moore, Marquardt, Demaree, & Grieve, 2000; Nelson & Platnick, 1981). La biogeografía es el estudio de la distribución de especies y ecosistemas en el espacio geográfico y en el tiempo (geológico). Los organismos y las comunidades biológicas a menudo varían de manera regular a lo largo de gradientes geográficos de latitud, elevación, aislamiento y área del hábitat. La fitogeografía es la rama de la biogeografía que estudia la distribución de las plantas. La zoogeografía es la rama que estudia la distribución de los animales. El conocimiento de la variación espacial en los números y tipos de organismos es tan vital para nosotros hoy como lo fue para nuestros primeros antepasados humanos, a medida que nos adaptamos a entornos heterogéneos pero geográficamente predecibles. La biogeografía es un campo de investigación integrador que une conceptos e información de la ecología, la biología evolutiva, la geología y la geografía física.

La investigación biogeográfica moderna combina información e ideas de muchos campos, de las restricciones fisiológicas y ecológicas sobre la dispersión de organismos a fenómenos geológicos y climatológicos que operan a escalas espaciales globales y marcos temporales evolutivos. Las interacciones a corto plazo dentro de un hábitat y especies de organismos describen la aplicación ecológica de la biogeografía. La biogeografía histórica describe los períodos de tiempo evolutivos a largo plazo para clasificaciones más amplias de organismos (Cox et al., 2000; Nelson & Platnick, 1981).  Los primeros científicos, comenzando con Carl Linnaeus, contribuyeron al desarrollo de la biogeografía como ciencia. A partir de mediados del siglo XVIII, los europeos exploraron el mundo y descubrieron la biodiversidad de la vida. La teoría científica de la biogeografía surge de la obra de Alexander von Humboldt (1769-1859) (Alexander Von Humboldt & Bonpland, 2012), Hewett Cottrell Watson (1804-1881) (Watson, 1847), Alfonso de Candolle (1806-1893) (Webster, n.d.), Alfred Russel Wallace (1823-1913) (Wallace, 1876), Philip Lutley Sclater (1829-1913) (Browne, 1983; Lomolino, Riddle, Brown, & Brown, 2006)  y otros biólogos y exploradores.

Relación entre los viajes de exploración y la biogeografía

La exploración científica ha sido una fuerza impulsora detrás de importantes descubrimientos en biogeografía y el estudio de los biomas a lo largo de la historia. Los viajes de expedicionarios intrépidos y naturalistas curiosos han desempeñado un papel fundamental en la comprensión de la distribución de las especies y la formación de los diferentes ecosistemas en nuestro planeta. En este artículo, exploraremos los aportes de destacados científicos como Alexander von Humboldt, Charles Darwin, Alfred Russel Wallace y otros, y cómo sus viajes han influido en nuestra comprensión de la biogeografía y los biomas.

Comenzando a principios del siglo XIX, Alexander von Humboldt realizó una expedición épica a través de América del Sur, conocida como su viaje al Nuevo Mundo. Durante su travesía, Humboldt recolectó un vasto conjunto de datos sobre la geografía, la flora, la fauna y el clima de la región. Sus observaciones detalladas y su enfoque en la interconexión de los elementos naturales le permitieron establecer una base sólida para el estudio de la biogeografía. Humboldt se dio cuenta de que las características ambientales, como el clima y el suelo, estaban directamente relacionadas con la distribución de las especies y los patrones de biodiversidad. Sus contribuciones sentaron las bases para la biogeografía moderna y su enfoque holístico de la ciencia de la naturaleza.

Siguiendo los pasos de Humboldt, Charles Darwin se embarcó en el famoso viaje del HMS Beagle en 1831. Durante los cinco años que duró el viaje, Darwin recopiló una gran cantidad de observaciones y muestras que lo llevaron a desarrollar su teoría de la evolución por selección natural. Darwin notó que las especies variaban de una isla a otra en las Islas Galápagos, lo que lo llevó a inferir que las diferencias estaban relacionadas con la adaptación al entorno local. Sus ideas revolucionarias cambiaron nuestra comprensión de cómo evolucionan las especies y cómo se distribuyen geográficamente. Además, Darwin también realizó estudios detallados de la biogeografía de las islas volcánicas del Atlántico Sur, contribuyendo significativamente a nuestra comprensión de la formación de los biomas insulares.

Otro científico cuyo viaje exploratorio dejó una marca indeleble en la biogeografía fue Alfred Russel Wallace. Wallace pasó varios años viajando por las islas del archipiélago malayo en el sudeste asiático. Durante sus expediciones, recopiló una gran cantidad de especímenes y observaciones detalladas sobre la vida silvestre de la región. Sus estudios le llevaron a desarrollar una teoría independiente de la evolución por selección natural, que coincidía con las ideas de Darwin. La correspondencia entre Darwin y Wallace fue clave para la formulación conjunta de la teoría de la evolución y su publicación conjunta en 1858, conocida como la teoría de la evolución por selección natural.

Figura 2.3. Los viajes de exploración de Humboldt, Darwin, Wallace y Cook tuvieron un impacto literario profundo que inspiró a generaciones de exploradores y novelistas de aventuras. Estas expediciones se convirtieron en relatos épicos que cautivaron la imaginación del público y despertaron un interés generalizado por los viajes y la exploración. Uno de los ejemplos mas importantes es el famoso escritor francés Jules Verne quien fue ampliamente influenciado por los viajes de exploración científica del siglo XIX. Sus novelas, como "Veinte mil leguas de viaje submarino" y "La vuelta al mundo en ochenta días", reflejan la fascinación por la exploración y la ciencia, inspirada en parte por los logros de Humboldt, Darwin y otros exploradores.

Además de estos científicos destacados, muchos otros naturalistas y exploradores han contribuido significativamente al estudio de la biogeografía y los biomas. Los viajes de James Cook, por ejemplo, permitieron una mejor comprensión de los ecosistemas marinos y sus características únicas.

En el siglo XX, hubo varios viajes de exploración científica que tuvieron un impacto significativo en el estudio de los biomas y que se equiparan en romanticismo e impacto científico a los viajes de Humboldt, Darwin y Wallace en el siglo XIX. A continuación, mencionaré algunos de los viajes más destacados:

Expediciones de la Expedición Antártica Imperial Trans-Antártica (1914-1917): Liderada por Sir Ernest Shackleton, esta expedición buscaba cruzar el continente antártico. Aunque no lograron completar su objetivo, sus descubrimientos científicos y su valentía en medio de adversidades extremas capturaron la imaginación del público y sentaron las bases para la exploración polar moderna.

Expediciones de Jacques Cousteau: El famoso oceanógrafo Jacques Cousteau realizó numerosas expediciones a lo largo del siglo XX para explorar los océanos y estudiar los diferentes biomas marinos. Sus viajes abrieron nuevas fronteras en la investigación submarina y permitieron descubrimientos fundamentales sobre los ecosistemas marinos y la vida acuática.

Figura 2.4. Jacques-Yves Cousteau fue un renombrado explorador, científico y cineasta francés, reconocido por sus contribuciones a la oceanografía y la conservación marina. Nacido el 11 de junio de 1910 en Saint-André-de-Cubzac, Francia, Cousteau se convirtió en un apasionado del mar desde temprana edad. En 1943, cofundó la Compañía Francesa de Estudios Submarinos y desarrolló el icónico equipo de buceo autónomo conocido como el "aqualung". A lo largo de su carrera, realizó más de 120 expediciones y exploró los océanos del mundo a bordo de su embarcación emblemática, el Calypso. Cousteau también se destacó como cineasta, utilizando sus documentales para llevar al público a un viaje fascinante por el mundo submarino. Su serie de televisión "El mundo del silencio" ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y un premio de la Academia al Mejor Documental. Además de su pasión por la exploración, Cousteau fue un defensor incansable de la conservación marina y la protección de los océanos, advirtiendo sobre los peligros de la contaminación y la sobreexplotación de los recursos marinos. Jacques Cousteau falleció el 25 de junio de 1997, pero su legado como pionero de la investigación submarina y defensor de los océanos continúa inspirando a generaciones de científicos, exploradores y amantes del mar.

Expediciones del Proyecto Man and Biosphere (1971-actualidad): Este proyecto, liderado por la UNESCO, ha llevado a cabo numerosas expediciones científicas en diferentes biomas alrededor del mundo. Estas expediciones tienen como objetivo comprender la interacción entre los seres humanos y la biosfera, y han contribuido en gran medida a la conservación de la biodiversidad y la gestión sostenible de los recursos naturales.

Expediciones en la selva amazónica: A lo largo del siglo XX, varios científicos y exploradores llevaron a cabo expediciones en la selva amazónica para estudiar su biodiversidad y comprender los complejos ecosistemas de la región. Estas expediciones revelaron una gran cantidad de especies nuevas y desconocidas, y contribuyeron a la comprensión de la importancia de la selva amazónica para el equilibrio ecológico global.

Figura 2.5. El Dr. Robert Ballard es un destacado oceanógrafo y explorador estadounidense nacido el 30 de junio de 1942 en Wichita, Kansas. Es reconocido por sus notables logros en la exploración submarina y el descubrimiento de importantes sitios arqueológicos y naufragios históricos. En 1985, Ballard se hizo famoso al liderar una expedición que descubrió los restos del legendario RMS Titanic en el fondo del océano Atlántico. Además, ha descubierto y explorado numerosos naufragios, incluyendo el Bismarck, el acorazado USS Yorktown y el portaaviones USS Yorktown. A lo largo de su carrera, Ballard ha utilizado tecnología innovadora para mapear y explorar los océanos, incluyendo vehículos submarinos no tripulados. Además de sus contribuciones científicas, ha participado en la producción de documentales y programas de televisión que han acercado la exploración submarina al público en general, despertando el interés y la fascinación por el mundo submarino. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios y distinciones, y su legado como explorador submarino continúa inspirando a futuras generaciones de científicos y exploradores.

Uno de los científicos más influyentes en la compilación de estudios de exploración en terreno con los conceptos teóricos de los biomas y su impacto en el estudio de la ecología es el ecólogo y botánico estadounidense Robert Whittaker. En la década de 1970, Whittaker propuso el concepto de "zonas de vida" o "zonas ecológicas" para clasificar los biomas en base a características climáticas y de vegetación. Su enfoque integrador combinaba la información recopilada en estudios de campo con análisis teóricos, proporcionando una visión más completa de los biomas y su funcionamiento.

Otro científico destacado en este ámbito es el ecólogo alemán Heinrich Walter. En la década de 1970, Walter desarrolló el concepto de "biomas de la Tierra" basado en la relación entre los patrones climáticos y las comunidades vegetales. Su trabajo pionero proporcionó una base sólida para el estudio de la ecología global y la comprensión de cómo los factores ambientales influyen en la distribución de los biomas en todo el mundo.

Estos científicos, entre otros, han influido en el estudio de la ecología al integrar datos de exploración en terreno con conceptos teóricos, permitiendo una comprensión más profunda de los biomas y sus interacciones con el entorno. Sus contribuciones han sentado las bases para investigaciones posteriores en ecología y han proporcionado herramientas y marcos conceptuales para analizar y conservar los ecosistemas de nuestro planeta.

3. Los biomas y biogeografía

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Cuando vimos el concepto de ecosistema nos dimos cuenta de que los seres vivos son afectados profundamente por cada una de las relaciones que entablan con los factores bióticos y abióticos. A lo largo del tiempo y de las generaciones sucesivas, las poblaciones evolucionan para tratar de explotar de la manera más eficiente posible los recursos a su disposición, mientras que al mismo tiempo enfrentan a los competidores, los depredadores y los parásitos.

Cada ecosistema presenta un juego propio de factores bióticos y abióticos, aun así y a pesar de que un ecosistema puede tener un tamaño variable, es posible considerar grupos de ecosistemas semejantes, con factores bióticos y abióticos semejantes. A estos grupos de ecosistemas los denominamos paisajes biogeográficos o biomas. Por lo general es más fácil identificar a los biomas terrestres ya que forman verdaderos paisajes, grandes extensiones de espacio que se pueden identificar a simple vista; sin embargo, los grandes cuerpos de agua también pueden generar grandes grupos de ecosistemas generales. La unión de todos los ecosistemas del planeta genera a la Biosfera, la gran capa de vida que recubre la corteza del planeta, y actualmente el mayor nivel de complejidad que poseen los sistemas vivientes.

Figura 3.1. Principales biomas o paisajes ecosistémicos terrestres del planeta. Bosque Tropical: Bioma caracterizado por altas temperaturas y precipitaciones abundantes, con una gran diversidad de especies de plantas y animales. Desierto: Bioma árido con escasas precipitaciones y altas temperaturas diurnas, con adaptaciones especiales en las plantas y animales para sobrevivir en condiciones extremas. Tundra: Bioma frío y seco, con cortos veranos y suelos permanentemente congelados, dominado por musgos, líquenes y arbustos enanos. Pradera: Bioma de vegetación herbácea con poca presencia de árboles, caracterizado por suelos fértiles y un clima con estaciones distintas. Bosque Templado: Bioma con estaciones marcadas, con árboles de hoja caduca que pierden sus hojas en invierno y una gran variedad de especies. Bosque Boreal: Bioma de coníferas ubicado en regiones frías del hemisferio norte, con inviernos largos y fríos. Selva Tropical: Bioma denso y exuberante, con altas temperaturas y precipitaciones constantes, albergando una gran biodiversidad de plantas y animales. Sabana: Bioma caracterizado por pastizales y árboles dispersos, con una estación seca prolongada y una estación lluviosa. Manglar: Bioma costero que se encuentra en zonas intermareales, con árboles adaptados a la salinidad y raíces aéreas. Océano: El bioma marino más grande, dividido en zonas según la profundidad y la presencia de luz solar, albergando una gran diversidad de vida acuática.

Sin embargo, los biomas no son entidades naturales como si lo podrían ser los ecosistemas, un bioma es un conjunto más o menos arbitrario de ecosistemas que se ensamblan por el único motivo de formar un paisaje geográfico con condiciones de disponibilidad de agua y temperatura semejantes, pero no son en único tipo de conjunto meta-ecosistémico que puede formarse, existen otros como la ecozona, la bioregión y la ecoregión, e incluso se puede asumir a toda la biósfera “gaya” como un sistema integrado (Bittner, 2010; Jepson & Whittaker, 2002; Olson et al., 2001; Wikramanayake, 2002).

(Begon, Townsend, & Harper, 2006; Belk & Maier, 2013; Hoefnagels, 2015; Mackean & Hayward, 2014; Mader, 2010; Mader & Windelspecht, 2015, 2018; Mason, Losos, Singer, & Raven, 2014; Molles, 2013; E. Odum & Barrett, 2004; Reece et al., 2014; Sadava, Berenbaum, & Hillis, 2014; Simon, Reece, & Dickey, 2013; E. Solomon, Martin, Martin, & Berg, 2014; Starr, Evers, & Starr, 2013)

Historia natural moderna

Al ser la madre de la biología hay que admitir que aún hay espacio para ella, siendo un concepto que requiere de prácticamente todas las ramas de la bilogía, pero con dos características, se realiza de manera aplicada y muy concreta. 

El conocimiento detallado de la historia natural está resultando invaluable para la restauración de los ecosistemas naturales en todo el mundo. Uno de los éxitos más dramáticos de la restauración que incorporó la historia natural en su acercamiento al problema viene de Costa Rica. El objetivo de Daniel Janzen era restaurar el bosque seco tropical, un bosque casi tan rico en especies como selva tropical, al Parque Nacional de Guanacaste, Costa Rica. Sin embargo, al estudiar el árbol del guanacaste, Enterolobium cyclocarpum, se dio cuenta de que faltaba algo en el bosque actual. 

Figura 3.2. Enterolobium cyclocarpum, conocido como Guanacaste u Orejón, es un árbol imponente que se encuentra en América Central y México. Puede crecer hasta 30 metros de altura, con un tronco de hasta 3 metros de diámetro. Sus hojas son grandes y bipinnadas, y produce frutos en forma de vainas de hasta 30 cm. El Guanacaste proporciona sombra en su entorno natural, siendo importante para otros organismos. Sus frutos son una fuente de alimento para animales, y su madera es apreciada. Este árbol es un símbolo cultural en la región y destaca por su belleza y presencia imponente. Su nombre proviene de la provincia de Guanacaste en Costa Rica, donde es considerado el árbol nacional.

El guanacaste, miembro de la familia de los guisantes, produce frutos en forma de disco de unos 10 cm de diámetro y de 4 a 10 mm de espesor. Cada año, un árbol grande produce hasta 5.000 de estos frutos, que caen al suelo cuando están maduros. Janzen preguntó: ¿Por qué el árbol de Guanacaste produce tanta fruta? Su respuesta a esta pregunta fue que el fruto del árbol debe promover la dispersión de semillas por los animales.

Figura 3.3. El Guanacaste estaba adaptado a la presencia de herbívoros para dispersar sus semillas, por lo que, si estos estaban extintos, no podían reproducirse. Sin embargo, algunas especies pueden integrarse a los ecosistemas eficazmente, aunque en este caso, dado que el competidor nativo ya estaba extinto, no se generó el problema clásico de especie invasora.

Janzen, sin embargo, no sabía de animales nativos vivientes del tamaño y comportamiento que les harían confiables dispersores de semillas de guanacaste. Se necesitarían dispersores confiables para acelerar la restauración del bosque tropical seco en el Parque Nacional Guanacaste. Es cierto que algunos grandes herbívoros se alimentaban de frutos de guanacaste y dispersaban las semillas con sus heces. Pero la mayoría de estos dispersores eran el ganado y los caballos, que fueron introducidos durante el período colonial español. ¿Había desarrollado el guanacaste un fruto elaborado y producido miles de ellos cada año en ausencia de dispersores nativos? En la superficie, lo parecía.

La restauración del bosque tropical seco de Janzen fue guiada por su conocimiento de la historia natural, el estudio de cómo los organismos en un área particular son influenciados por factores tales como clima, suelos, depredadores, competidores, y historia evolutiva. La historia natural eventualmente llevó a Janzen a una comprensión de la biología de dispersión del árbol de guanacaste. A medida que consideraba la historia natural a largo plazo del bosque seco centroamericano, encontró lo que buscaba: toda una serie de grandes animales herbívoros, incluyendo perezosos, camellos y caballos. El bosque seco había apoyado una vez a muchos dispersores potenciales de semillas de guanacaste. Sin embargo, todos estos grandes animales se extinguieron hace unos 10.000 años; La caza excesiva por los seres humanos puede haber sido un factor contribuyente. Durante miles de años después de estas extinciones el árbol de guanacaste preparó su fiesta anual de frutas, pero había pocos animales grandes para consumirlos. Hace unos 500 años, los europeos introdujeron caballos y ganado, que comían los frutos del guanacaste y dispersaban sus semillas alrededor del paisaje. Janzen reconoció el valor práctico del ganado como dispersor de semillas y lo incluyó en su plan para la restauración de bosques secos tropicales.

Janzen primero probó la hipótesis de que los caballos contemporáneos pueden actuar como dispersores de semillas eficaces para el árbol de Guanacaste. Después de esta prueba, aplicó sus conocimientos incorporando caballos en el plan de manejo del Parque Nacional Guanacaste. El árbol del guanacaste y otros árboles en una situación similar tendrían sus dispersores, y la restauración del bosque tropical seco se aceleraría. La historia natural de bosque seco tropical de Janzen también incluye a la gente, a diferencia de la mayoría de las historias naturales. Trabajó estrechamente con personas de todas partes de la sociedad costarricense, desde el presidente del país hasta los escolares locales.  Se dio cuenta de que el apoyo a largo plazo al Parque Nacional Guanacaste dependía de su contribución al bienestar económico y cultural de la población local. Es la gente en la historia natural de Janzen la que vigila el proyecto de Guanacaste. Janzen llama su enfoque de "restauración biocultural", un enfoque que busca preservar el bosque seco tropical por sí mismo y como un lugar que proporciona una serie de beneficios humanos, que van desde el agua potable hasta la estimulación intelectual. Utilizando la historia natural como guía, Janzen y la gente de Costa Rica están restaurando el bosque tropical seco en el Parque Nacional Guanacaste.

El trabajo de Janzen (Granda Moser, Finegan, Ramos Bendaña, Molina, & Detlefsen Rivera, 2015; Janzen, 1981, 1982b, 1982a; Janzen & Hallwachs, 2016; Janzen & Martin, 1982) muestra cómo la historia natural puede usarse para abordar un problema práctico. La historia natural también formó la base sobre la cual se desarrolló la ecología moderna, por lo que incluso en muchos textos la hemos referido como un campo arcaico precientífico. Sin embargo, la historia natural al ser entendida en términos naturalistas y holísticos sigue siendo la madre de la biología aplicada en sí misma, donde se debe sumar todo, ecología, evolución, genética, anatomía e incluso la sociedad para posibilitar acciones encaminadas al bienestar de la naturaleza y las sociedades humanas.

¿Qué es un bioma?

Los biomas se distinguen principalmente por sus plantas predominantes y se asocian con climas particulares. Consisten en formaciones vegetales distintivas como el bioma de la selva tropical y el bioma del desierto. Debido a que la selva tropical y el desierto se caracterizan por tipos muy diferentes de plantas y animales y se producen en regiones con climas muy diferentes, las historias naturales de estos biomas difieren mucho. El estudiante de ecología debe ser consciente de las principales características de esas diferencias. El objetivo principal de esta unidad es tomar una perspectiva a gran escala de la naturaleza antes de ahondar, en capítulos posteriores, en detalles más finos de la estructura y el proceso. Prestamos especial atención a la distribución geográfica de los principales biomas, al clima asociado a cada uno, a sus suelos, a sus relaciones biológicas destacadas y al alcance de las influencias humanas.

Figura 3.4. Un bioma es una colección de ecosistemas terrestres que forman un paisaje, sin embargo, esta definición no permite establecer de manera sencilla las fronteras.

El término fue sugerido en 1916 por Clements, originalmente como sinónimo de la comunidad biótica de Möbius (Carpenter, 1939; Egerton, 2015; Odum, 1945; Rana, 2013). Posteriormente, adquirió su definición actual, basada en conceptos anteriores de fitofisiognomía, formación y vegetación (utilizados en oposición a la flora), con la inclusión del elemento animal y la exclusión del elemento taxonómico de la composición de especies. En 1935, Tansley agregó el factores climáticos y de suelo a la idea, llamándola ecosistema (Carpenter, 1939; Chakraborty, Joshi, Ghosh, & Areendran, 2013; R H Whittaker, 1974). El Programa Biológico Internacional (1964-74) popularizó el concepto de bioma. Sin embargo, en algunos contextos, el término bioma se utiliza de una manera diferente. En la literatura alemana, en particular en la terminología Walter, el término se utiliza de forma similar como biotopo (una unidad geográfica concreta) (Box & Fujiwara, 2005).

Básicamente es difícil poder definir un bioma en términos estrictos, de hecho la definición que emplearemos en esta unidad está relacionada a algo un poco menos científico, pero más asequible, el imaginario de un paisaje biogeográfico,   Para cualquiera que haya leído los cuentos de los hermanos Grimm le será fácil reconocer características bióticas y abióticas de los bosques del norte que reciben de bosques boreales y bosques deciduos templados, mientras que si hemos leído las mil y una noches, el desierto será una imagen más que familiar. Las historias y leyendas culturales están asociadas a estos paisajes culturales. Un bioma definido de esta manera laxa es un mundo, un paisaje una impresión de la mente sobre la cual podemos construir un discurso biológica más concreto, a medida que al estar ya en el lugar concreto, es posible identificar ecosistemas concretos con problemáticas particulares.

Debido a esta arbitrariedad, existe cierta diversidad en la definición de los biomas, los cuales de hecho pueden relacionarse a los libros de texto. Por ejemplo, Principios de ecología animal de 1949 (Allee, Park, Emerson, Park, & Schmidt, 1949) reconoce 7 biomas más un corolario siendo estos la tundra, la taiga, el bosque caducidófilo, las praderas, los desiertos, las altiplanicies, el bosque tropical y los biomas menores; Ecología animal de 1961 (Kendeigh, 1961) reconoce 9 biomas terrestres y 4 acuáticos siendo estos: el bósque caducidófilo, la taiga, los matorrales, el chaparral, la tundra, la pradera, el desierto, la sabana tropical, el bosque tropical, la zona de planckton y nekton, la zona de gastrópodos, la zona de pelecípodos y el arrecife de coral.

Tal vez el modelo más aceptado “aunque con menores diferencias debido a los ecotonos del bosque de taiga y el caducidóifilo es el propuesto por Whittaker (Robert H Whittaker, 1962; Robert Harding Whittaker, 1970) el cual se basa en la disponibilidad de agua y temperatura, el cual a su vez es retomado en varios libros de texto de las referencias básicas. De hecho, de allí proviene el ya casi mítico esquema de los biomas:

Figura 3.5. Aunque inicialmente difíciles de definir, con los años, los ecólogos se dieron cuenta que los biomas clásicos estaban determinados por dos variables, la temperatura anual promedio determinada por la cantidad de luz solar y por la disponibilidad de agua. Sin embargo, hay una tercera variable que afecta a los paisajes ecológicos y es la altitud.

La cual recoge 9 biomas: la tundra, el bosque boreal o taiga, los matorrales incendiarios, las praderas templadas, el bosque templado lluvioso, el bosque caducidófilo/deciduo, el desierto tropical, la sabana y el bosque tropical. En el presente texto tomaremos los biomas definidos en Molles (2013) adicionando la zona polar como una región diferente de la tundra, por una simple razón, forman paisajes completamente diferentes. Para quien decida estudiar más afondo este asunto, debe tomar en cuenta que los biomas son tal vez un concepto introductorio a las unidades meta-ecosistémicas, y en la actualidad los ecosistemas se agrupan de manera más formal en otras unidades más grandes o más chicas. Los biomas son más bien una entidad educativa, pues en el momento en que los visualizas mentalmente, empiezas a surtir que hay otras divisiones posibles, por ejemplo, las praderas templadas pueden dividirse en las praderas lluviosas de pastos verdes en regiones templadas y en las estepas más secas de pastos más escasos y secos.

Los biomas y conceptos relacionados son un instantáneo

A finales del siglo XVIII, James Hutton (1726-1797) reconoció la inmensidad de la Historia de la Tierra y la importancia del tiempo como un componente de todos los procesos geológicos. Para el siglo XIX otros habían demostrado que el planeta había pasado por diferentes episodios de formación de montañas y erosión que requerían colosales cantidades de tiempo. Más aún, la paleontología de la época hizo parte de la historia natural, así que desde sus orígenes los historiadores naturales supieron una cosa, los ecosistemas del presente son diferentes de los que fueron en el pasado (del Río & Martínez, 2015; Kaya, 2017; Sahni & Loyal, 2010).  

Figura 3.6. Los biomas han cambiado a lo largo del tiempo, siendo quizá el desierto y el bosque templado los dominantes. Sin embargo hay que recordar que, aun cuando una era geológica esté dominada por un bioma, no implica que los demás no existieran, solo significa que son minoritarios, y por ende la probabilidad de encontrar fósiles de esa época y lugar es menor.

Los ecosistemas tal como los conocemos no aparecieron todos al mismo tiempo, sino que son el producto de una historia evolutiva y geológica (Tarbuck, Lutgents, & Tasa, 2014), y solo cuando introducimos el tiempo geológico podemos hablar de un tiempo irreversible, en el cual el pasado es diferente del presente y este lo será del futuro. Evidentemente no se trata de enseñar historia evolutiva, sino de ser consiente sobre que faceta de la teoría ecológica se plantea en el aula de clase. Dado que los biomas y demás unidades superiores como ecozonas o bioregiones son el producto de la suma de los ecosistemas, es adecuado decir que estos también fueron diferentes en el pasado, es decir, retornamos al concepto de tiempo irreverseible de Benfey (Benfey, 2007).

Importancia sociocultural

Los biomas son ecosistemas caracterizados por un conjunto único de plantas, animales y condiciones ambientales que los distinguen de otros entornos naturales. Estos biomas no solo son vitales para el equilibrio ecológico del planeta, sino que también han dejado una profunda huella en la cultura humana. Desde tiempos ancestrales, las sociedades autóctonas han desarrollado un profundo vínculo con los biomas en los que han vivido, basando su conocimiento, tradiciones y cosmovisiones en la relación con estos entornos naturales. Además, los biomas han sido una fuente inagotable de inspiración para la literatura, la música, el arte y el cine, influyendo en la creatividad y en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. En este artículo, exploraremos la importancia cultural de los biomas, tanto para las sociedades autóctonas como en su alcance en la literatura, la música, el arte y el cine.

Los Biomas y las Sociedades Autóctonas

Las sociedades autóctonas han vivido en armonía con la naturaleza durante miles de años, desarrollando una profunda comprensión de los biomas en los que habitan. Estas culturas han dependido de los recursos naturales que los biomas les proporcionan para su sustento y han desarrollado sistemas de conocimiento tradicional que integran su relación con la tierra, el agua, los animales y las plantas. 

Figura 3.7. Un ejemplo de sociedad humana vinculada al bioma de la tundra ártica son los Inuit. Estos pueblos indígenas han desarrollado una sociedad adaptada a las duras condiciones del Ártico. Su estilo de vida se basa en la caza, la pesca y la recolección, aprovechando los recursos naturales disponibles en la región. Los Inuit son expertos en la construcción de iglús, refugios hechos de bloques de nieve, que proporcionan protección contra el frío extremo. También utilizan trineos de perros para desplazarse por el terreno helado y tienen un profundo conocimiento de la fauna y flora del área. Su cultura se centra en el respeto y la armonía con la naturaleza, adaptándose a las condiciones cambiantes del bioma para sobrevivir y prosperar.

Estos conocimientos se transmiten de generación en generación y forman la base de la identidad cultural de estas comunidades. Los biomas son considerados sagrados y son parte integral de las prácticas religiosas y espirituales de estas sociedades. Además, los biomas han influido en la lengua, la música, el arte y las festividades autóctonas, que a menudo reflejan la estrecha relación entre las personas y la naturaleza que los rodea.

La Literatura y los Biomas

La literatura ha sido una forma de expresión artística que ha capturado la belleza, la majestuosidad y la importancia de los biomas. Desde las antiguas epopeyas y mitologías hasta las obras modernas, los biomas han sido representados de diversas maneras en la literatura. Los autores han utilizado los biomas como escenarios para sus historias, creando paisajes vívidos que influyen en el desarrollo de los personajes y en la trama. 

Figura 3.8. Una de las obras literarias más famosas sobre un bioma y que se enfoca en la exploración y las aventuras es "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad. Publicada en 1899, esta novela narra el viaje del personaje principal, Charles Marlow, a través de la selva africana del Congo en busca de un misterioso comerciante llamado Kurtz. La historia revela los peligros y los horrores de la colonización europea en África, así como las profundidades oscuras y primitivas del ser humano. "El corazón de las tinieblas" es considerada una obra maestra de la literatura y ha influido en numerosos escritores y exploradores posteriores.

Además, los biomas han sido utilizados como metáforas para explorar temas más profundos como la relación entre la humanidad y la naturaleza, la fragilidad del medio ambiente y la importancia de la conservación. A través de la literatura, los biomas han cobrado vida, invitando a los lectores a sumergirse en estos entornos naturales y a reflexionar sobre su significado y valor.

La Música y los Biomas

La música también ha sido influenciada por los biomas, capturando su esencia y transmitiendo emociones y sensaciones asociadas con ellos. Desde melodías evocadoras hasta ritmos enérgicos, la música ha buscado transmitir la diversidad y la vitalidad de los biomas.

Figura 3.9. Uno de los géneros musicales estrechamente vinculados a un bioma y que también ha alcanzado estatus de influencia en la cultura pop es el reggae, originario de Jamaica. El reggae se caracteriza por sus ritmos relajados, líneas de bajo prominentes y letras que abordan temas sociales, espirituales y la conexión con la naturaleza. Una canción icónica del reggae que ejemplifica esta relación con el bioma es "Three Little Birds" de Bob Marley. La canción "Three Little Birds" de Bob Marley, emblemática del género reggae, se vincula estrechamente al bioma tropical, específicamente a los exuberantes paisajes de la selva o bosque tropical. Las letras de la canción transmiten un mensaje de tranquilidad y optimismo, evocando la imagen de tres pequeños pájaros cantando en medio de la naturaleza. El reggae, con su ritmo relajado y líricas que a menudo abordan la espiritualidad y la conexión con la tierra, se ha convertido en una expresión musical que refleja la calma y la serenidad propias de los biomas tropicales, donde la vida florece en su máxima diversidad y abundancia.

Muchas culturas autóctonas han desarrollado instrumentos musicales inspirados en los sonidos de la naturaleza, utilizando elementos como conchas marinas, troncos huecos o piedras para crear música que evoca los sonidos del bosque, el mar o la selva. Además, los biomas han sido fuente de inspiración lírica, con letras que celebran la belleza natural, honran a los animales y destacan la importancia de la conservación. La música, al igual que la literatura, ha servido como un vehículo para conectar a las personas con los biomas y transmitir su valor cultural y ambiental.

El Arte y los Biomas

El arte ha encontrado en los biomas una fuente inagotable de inspiración. Desde pinturas rupestres en cuevas prehistóricas hasta obras contemporáneas, los artistas han plasmado la belleza y la diversidad de los biomas a través de diferentes técnicas y estilos. Los paisajes naturales, los animales y las plantas de los biomas han sido retratados en lienzos, esculturas, fotografías y otras formas de expresión artística, capturando la magnificencia y la fragilidad de estos entornos. 

Figura 3.10. Una de las pinturas más célebres vinculadas a un bioma como tema principal es "Los girasoles" del famoso artista Vincent van Gogh. Esta serie de pinturas, creada en 1888 y 1889, retrata una serie de girasoles en diferentes etapas de su vida, representando el esplendor y la vitalidad de estos icónicos símbolos de la naturaleza. Van Gogh utilizó colores vibrantes y pinceladas expresivas para capturar la belleza y energía de los girasoles, creando un contraste llamativo entre los tonos amarillos y naranjas de las flores y el fondo oscuro. Estas pinturas se consideran un homenaje al poder de la naturaleza y la vida vegetal, y son emblemáticas del estilo artístico y la visión única de Van Gogh. "Los girasoles" ha perdurado como un ícono del arte y se ha convertido en una representación icónica de la relación entre el arte y los biomas. La serie de pinturas "Los girasoles" de Vincent van Gogh está vinculada específicamente al bioma de las praderas templadas. Los girasoles son plantas características de estas regiones, donde prosperan en condiciones de clima moderado y suelo fértil. Van Gogh capturó la vitalidad y el brillo de los girasoles en estas pinturas, transmitiendo la belleza y energía de las praderas templadas.

El arte también ha sido utilizado como medio para crear conciencia sobre la importancia de los biomas y promover la conservación. A través de imágenes impactantes y mensajes poderosos, los artistas han buscado despertar emociones y fomentar la conexión entre las personas y la naturaleza.

El Cine y los Biomas

El cine ha desempeñado un papel significativo en la representación y difusión de los biomas. Desde documentales de vida silvestre hasta películas de aventuras y dramas ambientales, el cine ha llevado a las audiencias a través de viajes visuales por los diferentes biomas del mundo. Estas películas han mostrado la belleza de los paisajes naturales, la diversidad de la vida silvestre y los desafíos ambientales que enfrentan los biomas. 

Figura 3.11. Una película que se destaca por su vínculo con un bioma real es "The Jungle Book" (El Libro de la Selva). Basada en la famosa obra de Rudyard Kipling, la película presenta la selva como su locación principal. Ambientada en la India, la trama sigue las aventuras de Mowgli, un niño criado por lobos y su interacción con diversos animales y personajes míticos de la selva. La película muestra la belleza y la diversidad de la selva, así como la importancia de la convivencia y el respeto por el equilibrio natural de este bioma. "The Jungle Book" destaca la riqueza y la fragilidad de la selva, y su impacto en la imaginación colectiva ha influido en la conciencia sobre la conservación de este importante bioma.

Además, el cine ha contado historias que resaltan la interacción entre los seres humanos y los biomas, explorando temas como la pérdida de hábitats, el cambio climático y la relación entre las sociedades humanas y la naturaleza. A través del cine, se han podido alcanzar audiencias globales, despertando conciencia y generando discusiones sobre la importancia de proteger y preservar los biomas.

4. Historia de la biogeografía

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Los biomas son grandes, realmente grandes ya que se definen en términos de territorios continentales o montañosas. Evidentemente el estudio de la biogeografía nos regresa a un tema que resulta común con la taxonomía y la teoría de la evolución y es la edad dorada de la historia natural, la edad de la exploración. Los biomas como tal son estudiados por una rama de la biología llamada biogeografía.

La edad de la exploración

Los primeros descubrimientos que contribuyeron al desarrollo de la biogeografía como ciencia comenzaron a mediados del siglo XVIII, cuando los europeos exploraron el mundo y descubrieron la biodiversidad de la vida. Durante el siglo 18, la mayoría de las opiniones sobre el mundo se formaron alrededor de la religión y para muchos teólogos naturales, la Biblia. Carl Linnaeus, a mediados del siglo XVIII, inició las formas de clasificar los organismos a través de su exploración de territorios desconocidos. Cuando advirtió que las especies no eran tan perpetuas como creía, desarrolló la Explicación de Montaña para explicar la distribución de la biodiversidad. Cuando el arca de Noé aterrizó en el Monte Ararat y las aguas retrocedieron, los animales se dispersaron por diferentes elevaciones en la montaña. Esto mostró diferentes especies en diferentes climas probando que las especies no eran constantes (Cox et al., 2000). Los hallazgos de Linnaeus establecieron una base para la biogeografía ecológica. A través de sus fuertes creencias en el cristianismo, se inspiró para clasificar el mundo viviente, que luego dio paso a cuentas adicionales de las opiniones seculares sobre la distribución geográfica (Mills & Browne, 1986). Argumentó que la estructura de un animal estaba estrechamente relacionada con su entorno físico. Esto era importante para la teoría rival de George Louis Buffon de la distribución (Mills & Browne, 1986).

Figura 4.1. Con la edad de la exploración, los biólogos se dieron cuenta que el concepto de especie era algo mucho más difícil, ya que normalmente los géneros y las especies viejas se organizan en complejos de especies / especies complejas, una dicotomía que indica que es difícil saber si estamos trabajando con especies de un determinado género o con razas de una determinada especie.

Detrás de Linnaeus, Georges-Louis Leclerc, el Code de Buffon observó cambios en el clima y cómo las especies se extendieron por todo el mundo como resultado. Fue el primero en ver diferentes grupos de organismos en diferentes regiones del mundo (Leclerc, 2004; Williams & Ebach, 2008). Buffon vio similitudes entre algunas regiones que le llevaron a creer que en un momento los continentes estaban conectados y luego el agua los separaba y causaba diferencias en las especies. Sus hipótesis fueron descritas por sus libros Histoire NaturelleGénérale et Particulière (de Buffon, 1785), en los que argumentaba que las diferentes regiones geográficas tendrían diferentes formas de vida. Esto se inspiró en sus observaciones comparando el Viejo y el Nuevo Mundo, al determinar variaciones distintas de especies de las dos regiones. Buffon creía que había un único evento de creación de especies, y que diferentes regiones del mundo eran hogares para especies diversas, lo cual es una visión alternativa a la de Linneo. La ley de Buffon finalmente se convirtió en un principio de biogeografía al explicar cómo ambientes similares eran hábitats para tipos de organismos comparables (Browne, 1983). Buffon también estudió los fósiles que lo llevaron a creer que la tierra estaba sobre decenas de millares de años, y que los seres humanos no habían vivido allí mucho tiempo en comparación con la edad de la tierra (Cox et al., 2000).

Figura 4.2. Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt (Berlín, 14 de septiembre de 1769-ibidem, 6 de mayo de 1859), también conocido en español como Alejandro de Humboldt, fue un polímata: geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador prusiano, hermano menor del lingüista y ministro Wilhelm von Humboldt. Es considerado el «padre de la geografía moderna universal». Fue un naturalista de una polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Sus viajes de exploración le llevaron desde Europa a América del Sur y del Norte hasta Asia Central. Se especializó en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, la antropología, la física, la zoología —especialmente en ornitología—, la climatología, la oceanografía, la astronomía, la geografía, la geología, la mineralogía, la botánica, la vulcanología y el humanismo.

Después de este período de exploración llegó la Edad de la Ilustración en Europa, que intentó explicar los patrones de biodiversidad observados por Buffon y Linneo (Cox et al., 2000; Mills & Browne, 1986). A finales del siglo XVIII, Alexander von Humboldt, conocido como el "fundador de la geografía vegetal", desarrolló el concepto de “físico general” para demostrar la unidad de la ciencia y cómo las especies encajan (M. Nicolson, 1987). Como uno de los primeros en aportar datos empíricos a la ciencia de la biogeografía a través de su viaje como explorador, observó diferencias en el clima y la vegetación. La tierra se dividió en regiones que definió como tropicales, templadas y árticas, y dentro de estas regiones había formas similares de vegetación. Esto finalmente le permitió crear la isoterma, lo que permitió a los científicos ver patrones de vida dentro de diferentes climas. Contribuyó sus observaciones a los hallazgos de la geografía botánica por científicos anteriores, y bosquejó esta descripción de las características bióticas y abióticas de la tierra en su libro, Cosmos (A von Humboldt, 1845; Rupke, 2008; Alexander Von Humboldt & Rebok, 2011).

Augustin de Candolle contribuyó al campo de la biogeografía al observar la competencia de las especies y las diversas diferencias que influyeron en el descubrimiento de la diversidad de la vida. Fue un botánico suizo y creó las primeras Leyes de Nomenclatura Botánica en su obra, Prodromus (Nicolson, 1991). Él discutió distribución de la planta y sus teorías tuvieron eventual un gran impacto en Charles Darwin, que fue inspirado para considerar adaptaciones y evolución de la especie después de aprender sobre la geografía botánica. De Candolle fue el primero en describir las diferencias entre los patrones de distribución a pequeña escala y en gran escala de organismos alrededor del mundo (Cox et al., 2000; Mills & Browne, 1986).

El siglo XIX y el nacimiento de la biología

Alguna vez escuché a un creacionista quejarse que cada capítulo de un libro de biología siempre retorna a un personaje, Charles Darwin, pero el asunto es que por algo se lo considera el padre de la Biología (Danesi, 1999; Farnsworth & Crismore, 1991; Hayman, 2009), del mismo modo que Newton es el padre de la física. El siglo XIX está marcado por el ocaso de la exploración, pero también por la aparición de las teorías evolutivas naturalistas que vincularían de manera definitiva a las ciencias de la vida al aparato naturalista de las ciencias de la naturaleza como la física y la química.

En el siglo XIX, varios científicos adicionales aportaron nuevas teorías para desarrollar aún más el concepto de biogeografía. Charles Lyell, siendo uno de los primeros colaboradores en el siglo XIX, desarrolló la Teoría del Uniformitarismo después de estudiar fósiles (Alfredo BuenoHernández & LlorenteBousquets, 2006; Lyell & Deshayes, 1830; Wilkinson, 2002). Esta teoría explicaba cómo el mundo no fue creado por un único evento catastrófico, sino por numerosos eventos y lugares de creación. El uniformismo también introdujo la idea de que la Tierra era en realidad significativamente más antigua de lo que se aceptaba anteriormente. Utilizando este conocimiento, Lyell concluyó que era posible que las especies se extinguieran (Lomolino & Heaney, 2004). Desde que él notó que el clima de la tierra cambia, él realizó que la distribución de la especie también debe cambiar en consecuencia. Lyell argumentó que los cambios climáticos complementaban los cambios en la vegetación, conectando así el entorno ambiental a especies variadas. Esto influyó en gran medida a Charles Darwin en su desarrollo de la teoría de la evolución (Mills & Browne, 1986).

Figura 4.3. Charles Robert Darwin (Shrewsbury, 12 de febrero de 1809-Down House, 19 de abril de 1882) fue un naturalista inglés, reconocido por ser el científico más influyente (y el primero, compartiendo este logro de forma independiente con Alfred Russel Wallace) de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural, justificándola en su obra El origen de las especies (1859) con numerosos ejemplos extraídos de la observación de la naturaleza. Postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930. Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica naturalista que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.

Charles Darwin era un teólogo natural que estudió alrededor del mundo, y lo más importante en las Islas Galápagos. Darwin introdujo la idea de la selección natural, ya que teorizó contra las ideas previamente aceptadas de que las especies eran estáticas o inmutables. Sus contribuciones a la biogeografía y a la teoría de la evolución fueron diferentes de las de otros exploradores de su época, porque desarrolló un mecanismo para describir las formas en que las especies cambiaron. Sus ideas influyentes incluyen el desarrollo de teorías sobre la lucha por la existencia y la selección natural (Carroll, 2008; Gould, 1981; Kutschera & Niklas, 2004). Las teorías de Darwin comenzaron una rama de la biología llamada biogeografía y a estudios empíricos, que permitieron a científicos futuros desarrollar ideas sobre la distribución geográfica de organismos alrededor del globo (Mills & Browne, 1986).

Figura 4.4. Alfred Russel Wallace OM FRS (Llanbadoc, Monmouthshire, Gales; 8 de enero de 1823 - Broadstone, Dorset, Inglaterra; 7 de noviembre de 1913) fue un naturalista, explorador, geógrafo, antropólogo y biólogo británico, conocido por haber propuesto una teoría de evolución a través de la selección natural independiente de la de Charles Darwin que motivó a este a publicar su propia teoría.

Alfred Russel Wallace estudió la distribución de flora y fauna en la cuenca amazónica y el archipiélago malayo a mediados del siglo XIX. Su investigación fue esencial para el desarrollo de la biogeografía, y más tarde fue apodado el "padre de la biogeografía". Wallace realizó un trabajo de campo para investigar los hábitos, las tendencias de reproducción y migración y el comportamiento alimentario de miles de especies. Estudió las distribuciones de mariposas y aves en comparación con la presencia o ausencia de barreras geográficas. Sus observaciones lo llevaron a concluir que el número de organismos presentes en una comunidad dependía de la cantidad de recursos alimentarios en el hábitat particular. Wallace creía que las especies eran dinámicas al responder a factores bióticos y abióticos. Philip Sclater y Philip Sclater vieron la biogeografía como una fuente de apoyo a la teoría de la evolución, ya que utilizaron la conclusión de Darwin para explicar cómo la biogeografía era similar a un registro de la herencia de especies. Los principales hallazgos, como la marcada diferencia en la fauna de ambos lados de la Línea de Wallace, y la marcada diferencia que existía entre América del Norte y América del Sur antes de su relativamente reciente intercambio faunístico, sólo pueden entenderse bajo esta luz. De lo contrario, el campo de la biogeografía se consideraría puramente descriptivo (Lomolino et al., 2006; Raby, 2001; Shermer, 2002; Wallace & Berry, 2002).

La modernidad, siglo XX y XXI

Durante muchos años se tuvo mucha resistencia a la aceptación de la teoría de la evolución y otros conceptos asociados. Un ejemplo paradigmático de la resistencia a creer que el mundo cambia de muchas formas nos la da Alfred Wegener cuando introdujo la Teoría de la Deriva Continental en 1912, aunque no fue ampliamente aceptado hasta los años sesenta (LeGrand, 1988; Oreskes, 1999; M. Solomon, 1992; Yount, 2009). Esta teoría fue revolucionaria porque cambió la forma en que todos pensaban acerca de las especies y su distribución en todo el mundo. La teoría explicó cómo los continentes fueron juntados anteriormente en una gran masa terrestre, Pangea, y se separaron lentamente debido al movimiento de las placas debajo de la superficie de la tierra. La evidencia de esta teoría está en las similitudes geológicas entre diferentes lugares alrededor del globo, comparaciones fósiles de diferentes continentes y la forma de rompecabezas de las masas terrestres en la Tierra (Gohau, 1990; Tarbuck et al., 2014). Aunque Wegener no conocía el mecanismo de este concepto de Deriva Continental, esta contribución al estudio de la biogeografía fue significativa en la medida en que arrojó luz sobre la importancia de las similitudes o diferencias geográficas y ambientales como resultado del clima y otras presiones sobre el planeta.

La publicación de The Theory of Island Biogeography de Robert MacArthur y E.O. Wilson en 1967 (Wilson & MacArthur, 1967) mostró que la riqueza de especies de un área podría predecirse en términos de factores tales como área de hábitat, tasa de inmigración y tasa de extinción. Esto se suma al interés de largo plazo en la biogeografía de islas. La aplicación de la teoría de la biogeografía de islas a los hábitats fragmentados estimuló el desarrollo de nuevos campos de estudio como la biología de la conservación y la ecología de paisajes ecológicos. La biogeografía clásica se ha ampliado mediante el desarrollo de la sistemática molecular, creando una nueva disciplina conocida como filogenética-geografica (Brown & Lomolino, 2000). Este desarrollo permitió a los científicos probar teorías sobre el origen y la dispersión de las poblaciones, como las endémicas de las islas. Por ejemplo, mientras que los biogeógrafos clásicos fueron capaces de especular sobre los orígenes de las especies en las islas hawaianas, la filogeografía les permite probar teorías de parentesco entre estas poblaciones y poblaciones putativas en Asia y Norteamérica(Brown & Lomolino, 2000).

Figura 4.5. Alfred Lothar Wegener (Berlín, 1 de noviembre de 1880-Groenlandia, 2 de noviembre de 1930) fue un meteorólogo y geofísico alemán, uno de los grandes padres de la geología moderna al proponer la teoría de la deriva continental. Se doctoró en Astronomía por la Universidad de Berlín, pero centró su campo de estudio en la geofísica, la meteorología y la geología. En 1906 hizo su primera expedición a Groenlandia, con el objetivo de estudiar la circulación del aire en las zonas polares. Realizó nuevas expediciones entre 1912 y 1913, pero abandonó su actividad científica cuando fue reclutado por el ejército alemán en 1914 para combatir en la Primera Guerra Mundial. Su contribución bélica duró poco tiempo, ya que fue herido en combate. En 1924 aceptó la cátedra de Meteorología de la Universidad de Graz, Austria. Entre 1919 y 1923 Wegener trabajó en su libro Los climas en el pasado geológico, en el que trataba de sistematizar la nueva ciencia de la paleoclimatología en relación con su teoría de la deriva continental, que publicará junto con su padre. En 1922 aparece la tercera edición, completamente revisada de su obra sobre el origen de los continentes y los océanos. Durante este tiempo, aumentó también la difusión de su teoría de la deriva, en un principio sólo en lengua alemana y a continuación, a nivel internacional. En 1929 Wegener realizó su tercer viaje a Groenlandia, donde murió el 2 de noviembre de 1930.

La biogeografía sigue siendo un punto de estudio para muchos estudiantes de ciencias de la vida y geografía en todo el mundo, sin embargo puede estar bajo diferentes títulos más amplios dentro de instituciones como la ecología o la biología evolutiva. En los últimos años, uno de los desarrollos más importantes y consecuentes de la biogeografía ha sido mostrar cómo múltiples organismos, incluyendo mamíferos como monos y reptiles como lagartijas, superaron barreras tales como grandes océanos que muchos biogeógrafos creían anteriormente eran imposibles de cruzar (De Queiroz, 2014).

5. Factores abióticos y su efecto en los biomas

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Los factores abióticos juegan un papel determinante a la hora de la formación de un paisaje biogeográfico, siendo los más importantes la disponibilidad de agua y la temperatura.  El calentamiento desigual de la superficie esférica de la tierra por el sol y la inclinación de la tierra en su eje se combinan para producir una variación latitudinal y estacional previsible del clima. En consecuencia, las variaciones geográficas y estacionales en temperatura y precipitación son aspectos fundamentales de la ecología terrestre y la historia natural. Varios atributos del clima varían predeciblemente sobre la tierra. Por ejemplo, las temperaturas medias son más bajas y más estacionales en latitudes medias y altas. La temperatura generalmente muestra poca estacionalidad cerca del ecuador, mientras que la precipitación puede ser marcadamente estacional. Los desiertos, que se concentran en una estrecha banda de latitudes alrededor del globo, reciben poca precipitación, que generalmente cae impredecible en el tiempo y el espacio. ¿Qué mecanismos producen estos y otros patrones de variación climática?

Latitudes y el pivote planetario

Gran parte de la variación climática de la Tierra es causado por el calentamiento desigual de su superficie por el sol. Estos desiguales resultados de calentamiento de la forma esférica de la tierra y el ángulo en el que la tierra rota sobre su eje a medida que gira alrededor del sol. Debido a que la tierra es una esfera, los rayos del sol se concentran más en el que el sol está directamente sobre la cabeza. Sin embargo, la latitud en la que el sol está directamente los cambios de arriba con las estaciones del año. Este cambio de temporada se produce porque eje de rotación de la Tierra no es perpendicular a su plano de órbita alrededor del sol, pero se inclina aproximadamente 23,5 ° fuera de la perpendicular Debido a que este ángulo inclinado de rotación se mantiene a lo largo de la órbita de la Tierra alrededor del sol, la cantidad de solar la energía recibida por el hemisferios norte y sur cambia según la temporada. Durante el verano del hemisferio norte del hemisferio norte está inclinado hacia el sol y recibe más energía solar que el hemisferio sur. Durante el solsticio de verano del hemisferio norte, aproximadamente el 21 de junio, el hielo directamente sobre la cabeza del sol en el Trópico de Cáncer, a 23.5 ° de latitud norte.

Durante el solsticio de invierno del norte, aproximadamente el 21 de diciembre, el hielo sol directamente sobre la cabeza en el Trópico de Capricornio, a 23,5 ° S latitud. Durante el invierno del hemisferio norte, el hemisferio norte se inclina lejos del sol y el hemisferio sur recibe más energía solar. El sol está directamente sobre la cabeza en el ecuador Durante los equinoccios de primavera y de otoño, en aproximadamente el 21 de marzo y el 22 o 23. En esas fechas de septiembre, el hemisferios norte y sur reciben cantidades aproximadamente iguales de la radiación solar.

Figura 5.1. El planeta Tierra no solo rota y gira sobre su eje, sino que se bambolea como un trompo. (YouTube).

Este cambio estacional en la latitud en que el sol está directamente sobre la cabeza impulsa la marcha de las estaciones. En las altas latitudes, tanto en el Hemisferio Norte como en el Hemisferio Sur, los cambios estacionales en la entrada de energía solar producen inviernos con temperaturas medias bajas y longitudes de día más cortas y veranos con altas temperaturas medias y longitudes de día más largas. En muchas áreas en las latitudes medias a altas también hay cambios estacionales significativos en la precipitación. Mientras tanto, entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, las variaciones estacionales de la temperatura y la longitud del día son leves, mientras que la precipitación puede variar mucho. ¿Qué produce la variación espacial y temporal de la precipitación? El calentamiento de la superficie terrestre y de la atmósfera impulsa la circulación de la atmósfera e influye en los patrones de precipitación. Como se muestra en la Figura 11a, el sol calienta el aire en el ecuador, causando que se expanda y se eleve. Este aire cálido y húmedo se enfría a medida que se eleva. Dado que el aire frío tiene menos vapor de agua que el aire caliente, el vapor de agua transportado por esta masa de aire ascendente se condensa y forma nubes, que producen las fuertes lluvias asociadas con los ambientes tropicales.

Finalmente, esta masa de aire ecuatorial deja de elevarse y se extiende hacia el norte y el sur. Este aire de alta altitud es seco, ya que la humedad que una vez tuvo cayó como lluvias tropicales. Como esta masa de aire fluye hacia el norte y el sur, se enfría, lo que aumenta su densidad. Eventualmente, se hunde de nuevo a la superficie de la tierra a unos 30 ° de latitud y se extiende hacia el norte y el sur. Este aire seco atrae la humedad de las tierras sobre las que fluye y crea desiertos en el proceso. El aire que se mueve desde 30 ° de latitud hacia el ecuador completa una célula de circulación atmosférica a bajas latitudes. Como muestra la Figura 11b, hay tres células de este tipo a cada lado del ecuador. El aire que se mueve desde 30 ° de latitud hacia los polos forma parte de la célula de circulación atmosférica en latitudes medias. Este aire caliente que fluye desde el sur se eleva cuando se encuentra con el frío aire polar que fluye desde el norte. A medida que se incrementa esta masa de aire, la humedad recogida en latitudes inferiores se condensa para formar las nubes que producen la abundante precipitación de las regiones templadas. El aire que se eleva sobre las regiones templadas se extiende hacia el norte y hacia el sur a una gran altitud, completando las células de latitud media y alta de la circulación atmosférica general.

Corrientes de aire

Los patrones de circulación atmosférica que se muestran en la Figura 12 sugieren que el movimiento del aire es directamente norte y sur. 

Figura 5.2. No solo es la latitud y la altitud, la temperatura también depende de los vientos, y las corrientes oceánicas, las cuales distribuyen calor, por esta razón en la región templada podemos llegar a tener bosques templados o tundras.

Sin embargo, esto no refleja lo que observamos desde la superficie de la tierra cuando la tierra gira de oeste a este. Un observador en latitudes tropicales observa los vientos que soplan desde el noreste en el hemisferio norte y desde el sureste en el hemisferio sur (Figura 5.3). 

Figura 5.3. El efecto Coriolis determina las direcciones del flujo de viento en el planeta. (YouTube).

Estos son los comercios del noreste y sureste. Alguien que estudia los vientos dentro del cinturón templado entre 30 ° y 60 ° de latitud observaría que los vientos soplan principalmente desde el oeste. Estos son los vientos occidentales de latitudes templadas. En las altas latitudes, nuestro observador encontraría que la dirección predominante del viento es desde el este. Estos son los polos del este.

¿Por qué los vientos no se mueven directamente de norte a sur? Los vientos predominantes no se mueven en una dirección recta norte-sur debido al efecto Coriolis. En el Hemisferio Norte, el efecto Coriolis causa una aparente deflexión de los vientos a la derecha de su dirección de viaje ya la izquierda en el Hemisferio Sur. Decimos deflexión "aparente" porque vemos esta deflexión solamente si hacemos nuestras observaciones desde la superficie de la tierra. A un observador en el espacio, parecería que los vientos se mueven aproximadamente en línea recta, mientras que la tierra gira bajo ellos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la perspectiva desde la superficie terrestre es la perspectiva ecológicamente relevante.

Los biomas son tan terrestres como nuestro observador hipotético. Sus distribuciones en todo el mundo están sustancialmente influenciadas por el clima global, particularmente las variaciones geográficas en temperatura y precipitación. La variación geográfica en temperatura y precipitación es muy compleja. ¿Cómo podemos estudiar y representar la variación geográfica en estas variables climáticas sin ser abrumado por una masa de números? Este problema práctico es abordado por un dispositivo visual llamado diagrama climático.

El suelo

La estructura del suelo es el resultado de la interacción a largo plazo del clima, los organismos, la topografía y el material mineral de los padres. El suelo es una mezcla compleja de material vivo y no vivo de la que depende la vida terrestre. Aquí se resumen las características generales de la estructura del suelo y el desarrollo. Las discusiones del bioma que siguen incluyen la información específica sobre los suelos asociados con cada estructura del suelo se puede observar cavando un hoyo del suelo, un agujero en el suelo de 1 a 3 m de profundidad. En un pozo de tierra se ve uno de los aspectos más significativos de la estructura del suelo, su estratificación vertical. Aunque la estructura del suelo generalmente cambia gradualmente con la profundidad, los científicos del suelo generalmente dividen los suelos en varios horizontes discretos. En el sistema de clasificación utilizado aquí el perfil del suelo se divide en los horizontes O, A, B y C (Figura 5.4). 

Horizonte O

El O, u orgánico, horizonte se encuentra en la parte superior del perfil. La capa más superficial del horizonte O se compone de materia orgánica recién caída, incluyendo hojas enteras, ramitas y otras partes de la planta. Las partes más profundas del horizonte O consisten en materia orgánica altamente fragmentada y parcialmente descompuesta. La fragmentación y descomposición de la materia orgánica en este horizonte se debe principalmente a las actividades de organismos del suelo, incluyendo bacterias, hongos y animales que van desde nematodos y ácaros hasta mamíferos madrigueros. Este horizonte suele estar ausente en los suelos y desiertos agrícolas. En sus niveles más profundos, el horizonte O se funde gradualmente con el horizonte A.

Figura 5.4. Estructura de los suelos. No todos los suelos tienen la misma estructura, pues las capas más superficiales en este modelo dependen de la presencia de seres vivos. En un desierto por ejemplo, solo tendríamos los horizontes D y C como en los desiertos del Gobi, o hasta el  horizonte B en el Sahara.

Horizonte A

El horizonte A contiene una mezcla de materiales minerales, como arcilla, limo y arena, y material orgánico derivado del horizonte O. Los horizontes A y O apoyan niveles altos de actividad biológica. Los animales de madriguera, como las lombrices de tierra, mezclan la materia orgánica del horizonte O con el horizonte A. El horizonte A es generalmente rico en nutrientes minerales. Se lixivia gradualmente de arcillas, hierro, aluminio, silicatos y humus, que es materia orgánica parcialmente descompuesta. Estas sustancias se mueven lentamente hacia abajo a través del perfil del suelo hasta que se depositan en el horizonte B.

Horizonte B

El horizonte B contiene las arcillas, humus y otros materiales que han sido transportados por el agua desde el horizonte A. La deposición de estos materiales a menudo da al horizonte B un color distintivo y un patrón de bandas. Este horizonte también está ocupado por las raíces de muchas plantas. El horizonte B se fusiona gradualmente con el horizonte C.

Horizonte C

El horizonte C es la capa más profunda de nuestro pozo. Se compone de material resistido, que ha sido trabajado por las acciones de la escarcha, el agua y las raíces penetrantes más profundas de las plantas. La erosión rompe lentamente el material original en fragmentos cada vez más pequeños para producir partículas de arena, limo y partículas de arcilla. Debido a que la meteorización es incompleta y menos intensa que en los horizontes A y B, el horizonte C puede contener muchos fragmentos de roca. Bajo el horizonte C encontramos un material parental sin templar, que a menudo es el lecho rocoso.

Figura 5.5. Detalles de los horizontes más superficiales en un suelo afectado por seres vivos. (YouTube) (YouTube).

Importancia del perfil del suelo

El perfil del suelo nos da una instantánea de la estructura del suelo. Sin embargo, la estructura del suelo está en constante estado de flujo como consecuencia de varias influencias. Estas influencias fueron resumidas por como el clima, los organismos, la topografía, el material de los padres y el tiempo. El clima afecta la tasa de desgaste de los materiales originales, la tasa de lixiviación de las sustancias orgánicas e inorgánicas, la tasa de erosión y transporte de las partículas minerales y la tasa de descomposición de la materia orgánica. El clima también influye en los tipos de vegetación y los animales que ocupan un área. Estos organismos, a su vez, influyen en la cantidad y calidad de la materia orgánica agregada al suelo y en la velocidad de mezcla del suelo por los animales de madriguera. La topografía afecta las velocidades y la dirección del flujo de agua y los patrones de erosión. Mientras tanto, los materiales originales, como el granito, la roca volcánica y la arena transportada por el viento o el agua, preparan el escenario para todas las demás influencias. El último es cuestión de tiempo. La edad del suelo influye en la estructura del suelo.

En resumen, el suelo es una entidad compleja y dinámica. Forma el medio en el cual los organismos crecen, y las actividades de esos organismos, a su vez, afectan la estructura del suelo. Como ocurre con muchos aspectos de la ecología, a menudo es difícil separar los organismos de su medio ambiente. Las discusiones del bioma que siguen proporcionan información adicional sobre los suelos al incluir aspectos de la estructura del suelo y la química característica de cada bioma.

Figura 5.6. La selva tropical es el jardín más extravagante de la naturaleza, pero también donde se esconden las enfermedades más peligrosas, de hecho, muchas enfermedades graves como el SIDA, el Ebola, o el Zika se originaron al destruir la selva y entrar en contacto con lo que ella esconde.

6. La selva húmeda tropical

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Más allá de su borde enredado, un bosque lluvioso se abre en un interior sorprendentemente espacioso, iluminado por la luz débil, verdosa que brilla a través de un techo de hojas. En lo alto de las torres, el dosel forestal, hogar de muchas especies de selva tropical y el laboratorio aéreo de unos pocos intrépidos ecologistas de la selva tropical. La arquitectura de los bosques lluviosos, con sus techos abovedados y agujas, ha invitado a comparaciones con catedrales y mansiones. Sin embargo, esta catedral está viva de techo a piso, tal vez más vivo que cualquier otro bioma en el planeta. En la selva tropical, los sonidos de la tarde y de la mañana, los brillantes destellos de color y los ricos perfumes que llevan el aire húmedo de la noche hablan de vida abundante, en una variedad aparentemente interminable.

Geografía

Los bosques pluviales tropicales se ubican en el ecuador en tres regiones principales: Sudeste Asiático, África Occidental y América del Sur. 

Figura 6.1. En la actualidad existen tres regiones con selvas húmedas tropicales en América, África y Asia. Sin embargo, debe recordar que, esta selva se encuentra en las regiones a nivel del mar, pues al subir por montañas, la vegetación cambiará.

La mayoría de los bosques lluviosos ocurren dentro de los 10 ° de latitud norte o sur del ecuador. Fuera de esta banda ecuatorial se encuentran las selvas tropicales de Centroamérica y México, el sureste de Brasil, el este de Madagascar, el sur de la India y el noreste de Australia.

Clima

La distribución mundial de los bosques pluviales corresponde a zonas donde las condiciones son cálidas y húmedas durante todo el año. Las temperaturas en los bosques tropicales pluviales varían poco de mes a mes y con frecuencia cambian tanto en un día como lo hacen durante todo el año. Las temperaturas medias son de alrededor de 25 ° -27 ° C, temperaturas máximas de verano más bajas que la media en muchos desiertos y regiones templadas. La precipitación anual oscila entre 2.000 y 4.000 mm, y algunos bosques lluviosos reciben aún más precipitaciones. En un bosque lluvioso, un mes con menos de 100 mm de lluvia se considera seco.

Suelo

Las fuertes lluvias gradualmente lixivian los nutrientes de los suelos del bosque lluvioso y la rápida descomposición en el clima cálido y húmedo de la selva tropical mantiene baja la cantidad de materia orgánica del suelo. En consecuencia, los suelos de los bosques pluviales son a menudo pobres en nutrientes, ácidos, delgados y bajos en materia orgánica. 

Figura 6.2. Aunque es contraintuitivo, los suelos de las selvas tropicales son generalmente poco fértiles debido a la rápida descomposición de la materia orgánica y la lixiviación de nutrientes causada por las intensas lluvias y altas temperaturas. Esto representa un desafío para la agricultura en estas regiones. La implementación de prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente es crucial para proteger la biodiversidad y la salud de los ecosistemas selváticos. El uso excesivo de agroquímicos puede tener efectos negativos a largo plazo en la calidad del suelo y la biodiversidad, poniendo en peligro especies vegetales y animales únicas de la selva tropical. Un enfoque equilibrado y responsable es esencial para garantizar una coexistencia armoniosa entre la agricultura y la conservación de estos valiosos ecosistemas..

En muchos bosques tropicales, más nutrientes están atados en el tejido vivo que en el suelo. Algunas selvas tropicales, sin embargo, ocurren donde los suelos son muy fértiles. Por ejemplo, las selvas tropicales crecen en suelos volcánicos jóvenes que aún no han sido lixiviados de sus nutrientes por fuertes lluvias tropicales. Los suelos fértiles del bosque lluvioso también ocurren a lo largo de los ríos, donde se suministra un nuevo suministro de nutrientes con cada inundación. Las plantas del bosque lluvioso son adeptas a conservar los nutrientes. Obtienen ayuda para recolectar nutrientes de suelos infértiles de hongos asociados con sus raíces, a través de asociaciones mutuamente beneficiosas llamadas micorrizas. Los hongos de vida libre, las bacterias y los animales del suelo, como los ácaros y las colmenas, eliminan rápidamente los nutrientes de la hojarasca de las plantas (hojas, flores, etc.) y de los desechos animales, endureciendo aún más la economía de los nutrientes.

Fauna y flora

Muchos organismos en la selva tropical han evolucionado para utilizar la dimensión vertical proporcionada por los árboles. Los árboles dominan el paisaje de la selva tropical y un promedio de unos 40 m de altura. 

Figura 6.3. Las selvas tropicales del mundo albergan una biodiversidad impresionante de artrópodos, con estimaciones que sugieren la existencia de millones de especies aún por descubrir. Estos hábitats exuberantes son el hogar de aproximadamente el 80% de todas las especies conocidas de artrópodos en la Tierra. Se cree que hay alrededor de 6-10 millones de especies de insectos, 100 000 especies de arañas y miles de especies de crustáceos presentes en estas selvas tropicales. Estos artrópodos desempeñan papeles cruciales en los ecosistemas, como polinizadores, descomponedores y fuentes de alimento para otras especies. Sin embargo, la deforestación y el cambio climático amenazan su supervivencia, lo que destaca la importancia de proteger estas selvas tropicales y su rica biodiversidad.

Figura 6.4. Las selvas tropicales del mundo son hogar de una biodiversidad excepcional de anfibios. Se estima que existen alrededor de 6 000 especies de ranas, sapos, salamandras y cecilias en estos ecosistemas. Estos animales dependen de la humedad y la vegetación densa para sobrevivir y reproducirse, y muchos han desarrollado adaptaciones únicas para su vida en la selva tropical. Los anfibios cumplen roles cruciales en el equilibrio ecológico, controlando poblaciones de insectos y siendo indicadores de la salud del ecosistema. Sin embargo, enfrentan amenazas como la deforestación, la contaminación y el cambio climático, lo que ha llevado a muchas especies a estar en peligro o en riesgo de extinción. La conservación de las selvas tropicales es esencial para proteger esta rica biodiversidad de anfibios y mantener la salud de nuestros ecosistemas.

Figura 6.5. Las selvas tropicales albergan una biodiversidad extraordinaria de primates. Se estima que hay más de 350 especies diferentes de monos, lémures, gibones y otros primates en estos ecosistemas ricos en vegetación. Los primates desempeñan roles cruciales como dispersores de semillas y polinizadores, lo que contribuye a la regeneración de la selva tropical. También son importantes para el equilibrio de las cadenas alimenticias, al ser presas y depredadores clave. Sin embargo, muchas especies de primates enfrentan amenazas significativas debido a la pérdida de hábitat, la caza y el comercio ilegal de mascotas. La protección de las selvas tropicales es fundamental para preservar la diversidad de primates y garantizar la salud y estabilidad de estos valiosos ecosistemas.

Figura 6.6. Las selvas tropicales del mundo albergan una diversidad excepcional de felinos salvajes. Entre ellos se encuentran el tigre de Sumatra, el leopardo nebuloso, el ocelote, el jaguar, y el puma, entre otros. Cada especie tiene adaptaciones únicas para vivir en este denso y exuberante hábitat. Los felinos cumplen roles cruciales como principales depredadores, controlando las poblaciones de sus presas y manteniendo el equilibrio ecológico. Sin embargo, enfrentan amenazas significativas debido a la destrucción de su hábitat y la caza furtiva. La conservación de las selvas tropicales es esencial para proteger a estos majestuosos felinos y preservar la rica biodiversidad que depende de ellos para sobrevivir.

Sin embargo, algunos alcanzan los 50, 60 o incluso 80 m de altura. Estos gigantes de la selva son a menudo apoyados por contrafuertes bien desarrollados. La diversidad de los árboles de la selva tropical es también impresionante. Una hectárea (100 m 3 100 m) de bosque templado puede contener pocas docenas de especies de árboles; 1 hectárea de selva tropical puede contener hasta 300 especies arbóreas. El marco tridimensional formado por los árboles de la selva está adornado con otras formas de crecimiento de las plantas. Los árboles son enrejados para trepadoras y sitios de cultivo para epífitas, plantas que crecen en otras plantas. La gran diversidad y la gran masa de epífitas y viñas dan una impresión de gran riqueza biológica, de un bosque repleto de vida. Mire de cerca a los animales del bosque lluvioso y esa impresión se amplifica. Un solo árbol de bosque lluvioso puede soportar varios miles de especies de insectos, muchos de los cuales no han sido descritos por los científicos.

La selva tropical no es, sin embargo, sólo un almacén para un gran número de especies disociadas. La ecología de la selva tropical está marcada por intrincadas y complejas relaciones entre especies. En la selva tropical hay plantas que no pueden vivir sin especies particulares de hormigas, los ácaros que hacen sus casas en las flores de las plantas y dependen de los colibríes para obtener de flor en flor, y los árboles y las vides que compiten continuamente por la luz y el espacio.

Figura 6.7. El león atlas (Panthera leo leo), también conocido como león del Atlas o león de Berbería, es una subespecie extinta de león que habitó en el norte de África, específicamente en la región del Atlas en Marruecos. Reconocido por su imponente tamaño y majestuosidad, siendo un 20% más pesados y más grandes en términos de longitud corporal en comparación con los leones de sabana, el león atlas fue considerado el verdadero rey de la selva. Destacaba por su melena oscura y espesa, que le confería un aspecto distintivo. Aunque ya no camina en nuestros días, su legado perdura a través de relatos históricos y referencias culturales. Su extinción se debió a la caza indiscriminada y la pérdida de hábitat, un recordatorio de la importancia de proteger la vida salvaje para preservar la riqueza de nuestra naturaleza .

Tridimencionalidad del ecosistema

Las selvas tropicales se dividen en diferentes estratos, o capas, con vegetación organizada en un patrón vertical desde la parte superior del suelo hasta el dosel. Cada capa es una comunidad biótica única que contiene diferentes plantas y animales adaptados para la vida en ese estrato en particular. Solamente la capa emergente es única a las selvas tropicales, mientras que los otros se encuentran también en la selva tropical seca.

El piso

El piso del bosque, la capa más baja, recibe sólo el 2% de la luz solar. Sólo en esta región pueden crecer plantas adaptadas a poca luz. Lejos de las orillas de los ríos, de los pantanos y de los claros, donde se encuentra una maleza densa, el suelo del bosque está relativamente despejado de vegetación debido a la baja penetración de la luz solar. Esta calidad más abierta permite el movimiento fácil de animales más grandes tales como: ungulates como el okapi (Okapia johnstoni), el tapir (Tapirus sp.). 

Figura 6.8. El okapi (Okapia johnstoni) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Giraffidae. Es el pariente vivo más próximo a la jirafa. Se le considera a veces un fósil viviente por su parecido con los primeros jiráfidos que aparecieron en el Mioceno. Vive en las frondosas selvas del norte de la República Democrática del Congo entre los ríos Uele, Ituri y en las selvas de Aruwimi.

El rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis) y los simios como el gorila de las tierras bajas occidentales. Así como muchas especies de reptiles, anfibios e insectos. El suelo del bosque también contiene materia vegetal y animal en descomposición, que desaparece rápidamente, ya que las condiciones cálidas y húmedas favorecen el rápido decaimiento. Muchas formas de hongos que crecen aquí ayudan a decaer los desechos animales y vegetales.

Ramales intermedios o sotobosque

Se encuentra entre el dosel y el suelo del bosque. El sotobosque es el hogar de una serie de aves, pequeños mamíferos, insectos, reptiles y depredadores. Los ejemplos incluyen leopardo (Panthera pardus), ranas de dardo venenoso (Dendrobates sp.), Coati (Nasua nasua), boa constrictor (Boa constrictor) y muchas especies de Coleoptera. La vegetación en esta capa generalmente consiste en arbustos tolerantes a la sombra, hierbas, pequeños árboles y grandes viñas leñosas que se suben a los árboles para capturar la luz del sol. Sólo alrededor del 5% de la luz solar rompe el dosel para llegar al sotobosque, causando que las plantas del sotobosque real rara vez crezcan a 3 m (10 pies). Como una adaptación a estos bajos niveles de luz, las plantas de sotobosque a menudo han desarrollado hojas mucho más grandes. Muchas plántulas que crecerán hasta el nivel del dosel están en el sotobosque.

Figura 6.9. La estratificación tridimensional de la selva, debido a su densa capa vegetal, crea una amplia variedad de nichos ecológicos que permiten a numerosas especies adaptarse y coexistir. Desde el dosel superior, donde emergen los árboles más altos y frondosos, hasta el sotobosque, donde la luz solar apenas llega, cada nivel ofrece condiciones únicas para diferentes formas de vida. Los animales, plantas e incluso microorganismos encuentran su lugar en esta compleja red de interacciones. Los mamíferos trepadores navegan ágilmente entre las ramas, mientras que los insectos prosperan en el suelo húmedo. Aves coloridas y diversas se alimentan de néctar, frutas o insectos en diferentes estratos. Esta diversidad estructural de la selva tropical es esencial para su resiliencia y sustenta la extraordinaria biodiversidad que la convierte en uno de los ecosistemas más ricos y complejos del planeta..

Docel

El dosel es la capa primaria del bosque formando un techo sobre las dos capas restantes. Contiene la mayoría de los árboles más grandes, típicamente 30-45 m de altura. Los árboles de hoja perenne de hoja ancha son las plantas dominantes. Las zonas más densas de biodiversidad se encuentran en el dosel forestal, ya que a menudo soporta una rica flora de epífitas, incluyendo orquídeas, bromelias, musgos y líquenes. Estas plantas epífitas se unen a troncos y ramas y obtienen agua y minerales de la lluvia y los escombros que se acumulan en las plantas de apoyo. La fauna es similar a la encontrada en la capa emergente, pero más diversa. Se sugiere que la riqueza total de especies de artrópodos de la copa tropical podría ser tan alta como 20 millones. Otras especies famosas que habitan esta capa incluyen muchas especies avícolas tales como el hornbill (Ceratogymna elata), el gorgojo (Anthreptes collaris), el loro gris africano (Psitacus erithacus), el tucán (Ramphastos sulfuratus), el guacamayo escarlata (Ara Macao), así como otros animales como el mono araña (Ateles sp.), Cola gigante africana (Papilio antimachus), perezoso de tres dedos (Bradypus tridactylus), kinkajou (Potos flavus) y tamandua (Tamandua tetradactyla).

La capa emergente

La capa emergente contiene un pequeño número de árboles muy grandes, llamados emergentes, que crecen por encima del dosel general, alcanzando alturas de 45-55 m, aunque ocasionalmente algunas especies crecerán hasta 70-80 m de altura. Algunos ejemplos de emergentes incluyen: Balizia elegans, Dipteryx panamensis, Hieronyma alchorneoides, Hymenolobium mesoamericanum, Lecythis ampla y Terminalia oblonga. Estos árboles deben ser capaces de soportar las temperaturas calientes y los vientos fuertes que se producen por encima del dosel en algunas áreas. Varias especies faunísticas únicas habitan esta capa, como el águila coronada (Stephanoaetus coronatus), el colobo rey (Colobus polykomos) y el zorro volador (Pteropus vampyrus).

Figura 6.10. El águila coronada (Stephanoaetus coronatus) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae, es la única especie viva del género Stephanoaetus. Habita los bosques del África subsahariana, donde está ampliamente distribuida. No se conocen subespecies de esta magnífica rapaz. Esta majestuosa águila es conocida por su distintiva cresta en la cabeza y sus poderosas garras, que le permiten cazar presas como monos, pequeños mamíferos y aves. Su habilidad para volar entre los densos bosques y su visión aguda son características destacadas de su adaptación a este hábitat. Sin embargo, como muchas otras especies, el águila coronada enfrenta amenazas debido a la pérdida de hábitat y la caza ilegal, lo que resalta la importancia de su conservación para mantener la biodiversidad y la belleza de los bosques africanos..

Sin embargo, la estratificación no siempre es clara. Las selvas tropicales son dinámicas y muchos cambios afectan la estructura del bosque. Los árboles emergentes o de dosel se derrumban, por ejemplo, provocando la formación de huecos. Las aberturas en el dosel forestal son ampliamente reconocidas como importantes para el establecimiento y crecimiento de árboles de selva tropical. Se estima que quizá el 75% de las especies arbóreas de la Estación Biológica La Selva, Costa Rica, dependan de la apertura del dosel para la germinación de las semillas o para el crecimiento más allá del tamaño de los árboles jóvenes, por ejemplo.

Influencia humana

Las selvas húmedas tropicales albergan un vasto tesoro de biodiversidad y recursos que han influido en la vida de las personas de todo el mundo de formas sorprendentes y fundamentales. A menudo subestimamos la importancia de estos ecosistemas para nuestra supervivencia y bienestar. Desde los alimentos básicos que consumimos hasta los medicamentos que tomamos, los trópicos nos han proporcionado valiosos recursos que han dado forma a nuestra historia y evolución.

Es difícil exagerar la contribución de los trópicos a nuestra alimentación. Cultivos como el maíz, conocido como el "oro de América", han sido una fuente vital de nutrición en diferentes partes del mundo durante siglos. Además, el arroz, los plátanos y la caña de azúcar, alimentos básicos en muchas culturas, encuentran su origen en estas selvas exuberantes. Sin las selvas tropicales, nuestra dieta y disponibilidad de alimentos se verían gravemente afectadas.

Pero la influencia de los trópicos no se limita solo a nuestra alimentación. Un cuarto de todos los medicamentos recetados provienen de plantas tropicales. Desde la quinina para tratar la malaria hasta los compuestos derivados del árbol del pacífico, utilizado en tratamientos contra el cáncer, estas plantas han sido la fuente de innumerables avances médicos. Cada vez que tomamos una pastilla para aliviar el dolor o combatir una enfermedad, es probable que estemos beneficiándonos de los recursos de las selvas tropicales.

A pesar de su inmensa importancia, las selvas tropicales están desapareciendo a un ritmo alarmante. La deforestación causada por la expansión agrícola, la tala ilegal y la minería irresponsable están disminuyendo rápidamente la extensión de estos bosques vitales. Esta pérdida masiva de hábitats tiene graves consecuencias para la diversidad biológica y para nosotros como especie.

Cada vez que una porción de selva tropical es destruida, se pierden innumerables especies, muchas de las cuales aún no hemos descubierto. Estas especies podrían albergar secretos genéticos y propiedades medicinales que podrían beneficiar a la humanidad en el futuro. Además, la destrucción de los bosques tropicales contribuye al cambio climático, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera y privándonos de uno de los mayores sumideros de carbono del planeta.

Es fundamental que tomemos conciencia de la importancia de las selvas húmedas tropicales y trabajemos juntos para su conservación. Los esfuerzos de conservación y la promoción de prácticas sostenibles son fundamentales para frenar la pérdida de estos ecosistemas cruciales. Es responsabilidad de los gobiernos, las organizaciones internacionales y cada uno de nosotros como individuos tomar medidas para proteger y preservar estos tesoros naturales.

Además, debemos apoyar la investigación científica y el descubrimiento de nuevas especies y compuestos en las selvas tropicales. La biodiversidad de estos ecosistemas es simplemente asombrosa, y todavía tenemos mucho por aprender. Mediante la inversión en investigación y el fomento de la cooperación internacional, podemos expandir nuestro conocimiento y comprensión de la riqueza biológica de las selvas tropicales, lo que podría conducir a descubrimientos revolucionarios para la medicina y la conservación.

Importancia cultural

Las selvas húmedas tropicales han sido hogar de diversas sociedades humanas durante miles de años. Estas comunidades indígenas han desarrollado una estrecha relación con estos ecosistemas exuberantes, adaptándose a sus condiciones y aprovechando sus recursos de manera sostenible. Sin embargo, en la actualidad, estas sociedades enfrentan desafíos significativos debido a la influencia de factores externos, como la deforestación y la explotación de los recursos naturales. En este artículo, exploraremos las costumbres y los desafíos de las sociedades humanas vinculadas a las selvas húmedas tropicales en diferentes partes del mundo.

Figura 6.11. Los Yanomami. Esta comunidad indígena habita en la región amazónica, en territorios que se extienden por Brasil y Venezuela. Los Yanomami han mantenido un estilo de vida tradicional, dependiendo de la caza, la pesca y la agricultura de subsistencia. Su cultura se caracteriza por una fuerte conexión con la naturaleza y una estructura social basada en clanes y líderes espirituales. Los Yanomami han enfrentado desafíos significativos debido a la expansión de la minería ilegal, la deforestación y la invasión de su territorio, lo que ha amenazado su forma de vida tradicional y su bienestar general.

Las comunidades indígenas que habitan las selvas tropicales han desarrollado sistemas de conocimiento tradicional profundo y sofisticado sobre el uso sostenible de los recursos naturales. Han aprendido a aprovechar los productos forestales, como frutas, nueces, raíces y plantas medicinales, de manera equilibrada, evitando la sobreexplotación. Estas sociedades tienen una profunda comprensión de la diversidad biológica de su entorno y han desarrollado prácticas culturales y espirituales arraigadas en la conservación de los bosques.

En muchas sociedades indígenas, la relación con la selva húmeda tropical se basa en la reciprocidad y el respeto mutuo. Ven a la naturaleza como una entidad viva y consciente, y su conexión con ella se expresa a través de rituales, ceremonias y prácticas de veneración. Estas comunidades tienen una cosmovisión holística que reconoce la interconexión entre los seres humanos, los animales, las plantas y el entorno natural, y viven en armonía con la naturaleza.

Figura 6.12. Los pigmeos Baka. Estos grupos indígenas viven en las selvas tropicales de países como Camerún, la República del Congo y la República Centroafricana. Los Baka dependen en gran medida de la caza, la recolección y la pesca para su subsistencia, aprovechando los recursos naturales de manera sostenible. Su cultura se caracteriza por una profunda conexión espiritual con la naturaleza y una estrecha relación con la música y la danza. Sin embargo, los Baka se enfrentan a desafíos como la pérdida de sus tierras ancestrales, la discriminación y la marginación, lo que amenaza su forma de vida tradicional y su bienestar.

Sin embargo, estas sociedades se enfrentan a numerosos desafíos en la actualidad. Uno de los mayores problemas es la deforestación causada por la expansión agrícola, la extracción de madera y la minería ilegal. La tala indiscriminada de árboles destruye los hogares de las comunidades indígenas y afecta negativamente su forma de vida tradicional. Además, la pérdida de hábitats naturales conduce a la disminución de la biodiversidad y a la pérdida de especies vegetales y animales que son fundamentales para el sustento de estas comunidades.

La expansión de la agricultura y la ganadería intensiva también plantea desafíos significativos. Las prácticas agrícolas no sostenibles, como la tala y quema de bosques para establecer cultivos de monocultivo, agotan rápidamente los suelos fértiles y contribuyen a la erosión y la degradación del paisaje. Estos cambios drásticos en el entorno natural afectan la disponibilidad de recursos y la subsistencia de las comunidades locales.

Figura 6.13. La tribu Dayak de Borneo. Los Dayak son un grupo étnico indígena que habita en la isla de Borneo, compartida por Indonesia, Malasia y Brunei. Su forma de vida tradicional está estrechamente ligada a la selva tropical, dependiendo de la caza, la pesca y la recolección de alimentos de la selva. Los Dayak tienen una rica cultura que incluye rituales, música y artesanías. Sin embargo, su existencia se ve amenazada por la deforestación, la expansión de las plantaciones de palma aceitera y la pérdida de sus tierras ancestrales, lo que afecta su identidad cultural y su sostenibilidad.

Además, la presión externa sobre los recursos naturales de las selvas tropicales, impulsada por la demanda global de productos como madera, aceite de palma y minerales, amenaza los derechos territoriales y culturales de las comunidades indígenas. En muchos casos, estas comunidades enfrentan desplazamientos forzados, violaciones de sus derechos humanos y la pérdida de su patrimonio cultural.

La falta de reconocimiento y respeto a los conocimientos tradicionales y las prácticas sostenibles de las comunidades indígenas también representa un desafío significativo. A menudo, se menosprecia su aporte a la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales. La falta de inclusión y participación de estas comunidades en la toma de decisiones y la falta de protección de sus derechos socavan su capacidad para mantener sus prácticas culturales y su relación equilibrada con la selva tropical.

Para abordar estos desafíos, es fundamental reconocer y respetar los derechos territoriales y culturales de las comunidades indígenas. Esto implica fortalecer su participación en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos naturales y garantizar su acceso a la educación, la salud y otros servicios básicos. Además, se requiere una mayor cooperación entre los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades indígenas para promover prácticas sostenibles de gestión de los recursos naturales y conservación de las selvas tropicales.

La protección de las selvas húmedas tropicales no solo es crucial para las comunidades indígenas, sino también para el bienestar de toda la humanidad y la salud del planeta. Estos ecosistemas albergan una increíble diversidad biológica y desempeñan un papel vital en la regulación del clima global y la mitigación del cambio climático. La conservación de las selvas tropicales debe basarse en un enfoque integral que incluya la protección de los derechos de las comunidades indígenas, la promoción de prácticas sostenibles y la sensibilización global sobre su importancia.

Infliencia en el imaginario colectivo

La selva húmeda tropical ha capturado la imaginación de las personas a lo largo de los siglos, inspirando obras literarias y películas que han dejado una marca perdurable en el imaginario colectivo. A través de estas manifestaciones artísticas, la selva tropical se ha convertido en un escenario mítico lleno de peligro, aventura, exotismo y misterio. Entre las obras más emblemáticas se encuentra el personaje de Tarzán, pero también hay otros ejemplos notables que exploraremos a continuación.

"Tarzán de los monos" - Edgar Rice Burroughs:

La creación de Edgar Rice Burroughs en 1912, "Tarzán de los monos", ha dejado un impacto duradero en la literatura y el cine. Esta serie de novelas narra la fascinante historia de un hombre criado por simios en la exuberante selva tropical africana. Tarzán se ha convertido en un icono literario y cinematográfico, personificando la figura del "hombre de la selva": valiente, fuerte y en constante lucha contra los desafíos de la naturaleza y los villanos humanos.

El personaje de Tarzán ha trascendido las páginas del libro y ha sido adaptado en numerosas ocasiones al cine. Una de las interpretaciones más icónicas fue la del nadador olímpico Johnny Weissmuller en la década de 1930. Weissmuller personificó al héroe salvaje con su aspecto atlético y su grito característico, estableciendo un estándar para futuras representaciones del personaje.

Figura 6.14. La versión de Tarzán de Disney, lanzada en la década de los 90, tuvo un impacto significativo en la representación imaginaria de la selva para los niños de esa época. La película presentaba una animación impresionante y una historia cautivadora, que combinaba la aventura, la música y el amor. Tarzán, con su valentía y conexión con la naturaleza, se convirtió en un ícono para los niños, mostrándoles la belleza y la majestuosidad de la selva tropical. Esta representación ayudó a fomentar una apreciación por la vida silvestre y a despertar la curiosidad por los ecosistemas naturales, dejando una huella duradera en su imaginación.

Las aventuras de Tarzán en la selva tropical han cautivado a las audiencias a lo largo de los años. Desde las primeras películas en blanco y negro hasta las versiones más recientes, el personaje ha sido retratado en una amplia gama de contextos y estilos cinematográficos. Estas adaptaciones han llevado la historia de Tarzán a nuevas generaciones, manteniendo vivo el legado del hombre de la selva en la cultura popular.

Además de su éxito en el cine, Tarzán ha influido en el imaginario colectivo y ha dejado una marca en la literatura de aventuras. Su imagen poderosa y su conexión profunda con la naturaleza han resonado en generaciones de lectores, inspirando a muchos a soñar con la vida salvaje y las maravillas ocultas de las selvas tropicales.

"El corazón de las tinieblas" - Joseph Conrad:

"El corazón de las tinieblas" es una novela publicada en 1899 que sumerge a los lectores en un viaje profundo a través de la selva tropical del Congo, guiados por el protagonista, Charles Marlow. Joseph Conrad explora en esta obra temas de gran relevancia como el imperialismo, la explotación y la oscuridad inherente a la naturaleza humana.

La novela de Conrad ha dejado una huella duradera en la literatura y ha influido en numerosas obras posteriores. Una de las adaptaciones más notables es la película "Apocalypse Now" (1979), dirigida por Francis Ford Coppola. Aunque traslada la historia al contexto de la guerra de Vietnam, Coppola logra capturar la esencia del viaje por la selva y la exploración de los mismos temas fundamentales presentes en la novela de Conrad.

"Apocalypse Now" utiliza la selva vietnamita como escenario para sumergir a los espectadores en un viaje turbulento y psicológico similar al experimentado por Marlow. La película ofrece una mirada cruda y visceral a los horrores de la guerra y la oscuridad que puede emerger en situaciones extremas. A través de su narrativa cinematográfica audaz y las actuaciones memorables de su elenco, como la icónica interpretación de Marlon Brando como el coronel Kurtz, "Apocalypse Now" logra transmitir la angustia y la deshumanización de la experiencia de la selva y la guerra.

La conexión entre "El corazón de las tinieblas" y "Apocalypse Now" resalta la atemporalidad de los temas explorados en la novela de Conrad. La selva tropical, con su espesura y su aura misteriosa, se convierte en un símbolo poderoso de los peligros y la complejidad de la condición humana. Ambas obras, cada una en su propio contexto, examinan los límites de la moralidad y la crueldad humana en medio de entornos hostiles y desconocidos.

"El libro de la selva" - Rudyard Kipling:

Rudyard Kipling, en 1894, dio vida a una colección de relatos fascinantes que capturaron la imaginación de los lectores al narrar las increíbles aventuras de Mowgli, un niño criado por lobos en la exuberante selva de la India. Estas historias, reunidas en "El libro de la selva", exploran la compleja relación entre los seres humanos y la naturaleza, planteando temas de identidad, pertenencia y supervivencia.

Las cautivadoras historias de Kipling han trascendido las páginas y se han adaptado en varias ocasiones al cine. Una de las versiones más conocidas es la película animada de Disney lanzada en 1967, que se ha convertido en un clásico atemporal. La encantadora animación y la cautivadora música de la película transportan a los espectadores a la selva de la India, donde se encuentran con personajes entrañables como Baloo, el oso despreocupado, y Bagheera, la pantera protectora. La versión de Disney ha dejado una huella duradera en la cultura popular y ha introducido a generaciones de niños a la magia y el encanto de la selva y sus habitantes.

Figura 6.15. La representación del tigre Sherkan como el villano principal y los buitres como seres despreciables en "El libro de la selva" de Disney puede tener consecuencias negativas. Estas representaciones simplistas y estereotipadas pueden fomentar un imaginario colectivo hostil hacia estas especies en la vida real, lo que podría resultar en daños al ecosistema. Estigmatizar a los tigres como enemigos y a los buitres como criaturas despreciables puede generar miedo y aversión injustificada hacia ellos, sin considerar su papel crucial en el equilibrio ecológico. Promover una visión más equilibrada y precisa de estas especies es esencial para fomentar la comprensión y el respeto hacia todas las formas de vida, promoviendo así una coexistencia armoniosa y la conservación efectiva del ecosistema.

Además de la adaptación animada de Disney, "El libro de la selva" ha sido llevado a la pantalla en películas de acción real, explorando de manera más realista y visualmente impactante las emocionantes historias de Mowgli y su lucha por encontrar su lugar en el mundo. Estas adaptaciones han permitido a los espectadores sumergirse en la exuberante selva de la India y experimentar las maravillas y los peligros que acechan en su interior.

La influencia de "El libro de la selva" de Kipling va más allá de su adaptación cinematográfica. Las historias de Mowgli han inspirado a muchos a conectarse con la naturaleza, a valorar la diversidad de los ecosistemas y a reflexionar sobre el equilibrio entre los seres humanos y el mundo natural. El vínculo profundo entre Mowgli y los animales de la selva sirve como una poderosa metáfora de la importancia de respetar y proteger nuestro entorno natural.

“Apocalipsis ya!” – Francis Ford Coppola

La película más importante que aborda la guerra de Vietnam y su relación con la selva húmeda tropical es "Apocalypse Now" (1979), dirigida por Francis Ford Coppola. Esta obra maestra cinematográfica se basa libremente en la novela de Joseph Conrad, "El corazón de las tinieblas", y sigue el viaje del capitán Willard (interpretado por Martin Sheen) a través de la densa selva vietnamita para encontrar y asesinar al coronel Kurtz (interpretado por Marlon Brando), un comandante del ejército estadounidense que se ha vuelto loco y establecido su propio reino en la selva.

"Apocalypse Now" retrata la brutalidad de la guerra, la deshumanización y la pérdida de la moralidad en un entorno selvático inhóspito y desconcertante. La película se adentra en las profundidades de la selva, explorando los horrores y las contradicciones de la guerra mientras cuestiona la naturaleza de la humanidad misma.

Con su narrativa épica, imágenes impactantes y actuaciones magistrales, "Apocalypse Now" se ha convertido en un clásico del cine y una referencia fundamental en la representación de la guerra de Vietnam y su relación con la selva húmeda tropical.

7. La selva tropical seca

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Durante la estación seca, el bosque seco tropical es todos los tonos tierra; En la estación lluviosa, es un enredo esmeralda. La vida en el bosque tropical seco responde a los ritmos del ciclo solar anual, que impulsa la oscilación entre las estaciones húmedas y secas. Durante la estación seca, la mayoría de los árboles en el bosque seco tropical están latentes. Luego, a medida que se acercan las lluvias, los árboles florecen y los insectos parecen polinizarlos. El ritmo de vida se acelera. Eventualmente, cuando llegan las primeras tormentas de la estación húmeda, los árboles producen sus hojas y transforman el paisaje.

Figura 7.1. Esta selva es una zona de transición entre la selva húmeda y la sabana tropical.

Geografía

Los bosques secos tropicales ocupan una porción sustancial de la superficie de la tierra entre los 10 ° y 25 ° de latitud.

Figura 7.2. Distribución geográfica de las selvas tropicales secas, como puede observarse, se encuentran como fronteras entre regiones más secas y más húmedas en los trópicos. (YouTube) (YouTube).

En África, los bosques secos tropicales se encuentran tanto al norte como al sur de los bosques tropicales de África central. En las Américas, los bosques secos tropicales son la vegetación natural de extensas áreas al sur y norte de la selva amazónica. Los bosques tropicales secos también se extienden hasta la costa oeste de América Central y en América del Norte a lo largo de la costa oeste de México. En Asia, los bosques secos tropicales son la vegetación natural de la mayor parte de la India y la península de Indochina. Los bosques secos tropicales australianos forman una banda continua a través de las partes norte y noreste del continente.

Clima

La selva tropical seca es un ecosistema fascinante y único que se caracteriza por tener un clima más estacional en comparación con la selva tropical. A diferencia de su contraparte, los bosques tropicales secos experimentan períodos de sequía prolongados seguidos de una temporada de abundantes lluvias. Estas variaciones climáticas tienen un impacto significativo en la flora, fauna y el paisaje general de esta región.

Cuando observamos los diagramas climáticos de la selva tropical seca Figura 3.5, podemos apreciar claramente las diferencias con respecto a la selva tropical. Estos diagramas nos muestran una estación seca que puede extenderse de 6 a 7 meses, lo que significa que durante este período hay una escasez de precipitaciones. Las plantas y animales que habitan en este ecosistema han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en condiciones de sequía prolongada, como la capacidad de almacenar agua en sus tejidos o de entrar en un estado de dormancia hasta que lleguen las lluvias.

Después de la estación seca, la selva tropical seca experimenta una temporada de lluvias abundantes que puede durar entre 5 y 6 meses. Durante este período, las precipitaciones son intensas y se producen fuertes tormentas que ayudan a revitalizar el ecosistema. Los ríos y arroyos se llenan de agua, creando nuevos hábitats para muchas especies y proporcionando un recurso vital para la supervivencia de la flora y fauna local.

Otra diferencia notable entre la selva tropical seca y la selva tropical es la mayor variación estacional de la temperatura. Mientras que en la selva tropical las temperaturas suelen ser cálidas y constantes a lo largo del año, en la selva tropical seca se pueden experimentar cambios más marcados. Durante la estación seca, las temperaturas tienden a ser más altas, con un clima árido y caluroso. Por otro lado, durante la temporada de lluvias, las temperaturas pueden descender un poco debido a las precipitaciones y la presencia de nubes que bloquean los rayos del sol.

Estas variaciones estacionales en el clima tienen importantes repercusiones en la flora y fauna de la selva tropical seca. Las plantas y árboles de esta región han desarrollado adaptaciones para sobrevivir a la falta de agua durante la estación seca, como hojas gruesas o estructuras de raíces profundas que les permiten extraer agua de capas más profundas del suelo. Durante la temporada de lluvias, las semillas que han estado en estado de dormancia germinan y las plantas florecen, creando un paisaje exuberante y lleno de vida.

La fauna de la selva tropical seca también se adapta a estos cambios estacionales. Algunas especies migran hacia otras áreas en busca de recursos, mientras que otras desarrollan mecanismos de supervivencia, como almacenar alimentos durante la estación seca. Los animales que habitan en esta región están adaptados a las altas temperaturas y la escasez de agua, y dependen de la temporada de lluvias para encontrar alimento y agua fresca.

Suelos

Los suelos de muchos bosques secos tropicales son de gran edad, en particular los de las partes de África, Australia, India y Brasil que formaban parte del antiguo continente meridional de Gondwana. Los suelos de los bosques secos tropicales tienden a ser menos ácidos que los de los bosques lluviosos y generalmente son más ricos en nutrientes. Sin embargo, los pulsos anuales de lluvia torrencial hacen que los suelos de los bosques secos tropicales sean altamente vulnerables a la erosión.

Fauna y flora

Las selvas tropicales secas albergan una gran diversidad de especies vegetales y animales adaptadas a las condiciones estacionales de este ecosistema. En estas regiones, las plantas son altamente influenciadas por factores físicos, como la cantidad de precipitación. La altura del bosque seco, por ejemplo, está estrechamente relacionada con la precipitación media. En las zonas más húmedas, los árboles pueden alcanzar alturas impresionantes, mientras que, en los hábitats más secos, todos los árboles pierden sus hojas durante la estación seca como una estrategia de conservación de agua. Un ejemplo emblemático de un árbol adaptado a las condiciones secas es el Bursera simaruba, conocido comúnmente como "palo santo". Esta especie puede encontrarse en las selvas tropicales secas de América Central y del Sur y se caracteriza por su tronco grueso y su capacidad para resistir periodos prolongados de sequía.

Figura 7.3. El Bursera simaruba, conocido comúnmente como "palo santo", es un árbol emblemático de las selvas tropicales secas de América Central y del Sur. Esta especie ha desarrollado adaptaciones impresionantes para sobrevivir en condiciones de sequía prolongada. Su tronco grueso y ramificado le permite almacenar agua durante los períodos secos y utilizarla de manera eficiente cuando escasea. Además, posee una corteza resistente que ayuda a protegerlo del calor intenso y reduce la pérdida de humedad. El Bursera simaruba es apreciado por sus propiedades medicinales y su madera aromática, utilizada en la fabricación de incienso y aceites esenciales. Este árbol es un verdadero símbolo de la tenacidad y resiliencia de la vida en las selvas tropicales secas.

A medida que nos adentramos en las selvas tropicales secas, podemos encontrar una amplia variedad de plantas perennes, lo que significa que mantienen sus hojas durante todo el año, incluso en la estación seca. Por ejemplo, el árbol Caesalpinia velutina, también conocido como "palo de rosa", es una especie común en estas selvas y se distingue por su follaje verde oscuro y sus llamativas flores amarillas. Otra planta perenne que merece mención es el árbol Tabebuia rosea, conocido como "roble de sabana". Este árbol se destaca por sus hermosas flores rosadas que adornan el paisaje durante la temporada de lluvias, brindando un espectáculo visual impresionante.

En cuanto a la dispersión de semillas, al igual que en las selvas tropicales, muchas plantas de las selvas tropicales secas dependen de animales para dispersar sus semillas. Aves, mamíferos e insectos desempeñan un papel crucial en este proceso. Por ejemplo, el guacamayo verde (Ara militaris) es una especie de loro que se encuentra en las selvas tropicales secas de América del Sur. Estas aves se alimentan de frutas y, al ingerir las semillas, las transportan a otras áreas, promoviendo la regeneración de las plantas en diferentes lugares. Otro ejemplo es el coatí (Nasua nasua), un mamífero que se alimenta de frutas y pequeños invertebrados. Al moverse de un lugar a otro en busca de alimento, también contribuye a la dispersión de semillas en las selvas tropicales secas.

Figura 7.4. El Ara militaris, también conocido como guacamayo militar, es una especie de loro que habita en las selvas tropicales secas de América del Sur. Este majestuoso ave se distingue por su llamativo plumaje, que combina tonalidades de verde, rojo y azul. Los guacamayos militares son conocidos por su capacidad de vuelo ágil y su habilidad para emitir fuertes llamadas que resonan a través de la selva. Estas aves desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas, ya que se alimentan de una variedad de frutas y luego excretan las semillas en diferentes áreas, contribuyendo así a la regeneración de la vegetación en las selvas tropicales secas. El Ara militaris es un símbolo de la exuberancia y la diversidad de la vida en estos ecosistemas únicos.

La fauna de las selvas tropicales secas también experimenta adaptaciones para enfrentar los desafíos del clima estacional. Muchas especies de aves, mamíferos e insectos realizan migraciones estacionales hacia hábitats más húmedos, como los bosques lluviosos cercanos o las áreas a lo largo de los ríos. Un ejemplo notable es el colibrí de garganta rubí (Archilochus colubris), una pequeña ave migratoria que se encuentra en las selvas tropicales secas de América del Norte. Durante la estación seca, estos colibríes se desplazan hacia áreas con mayor disponibilidad de néctar y refugio. Otro ejemplo de migración estacional es el mono aullador (Alouatta caraya), un primate que se encuentra en las selvas tropicales secas de América del Sur. Estos monos se desplazan en busca de hojas y frutas durante la temporada de lluvias, cuando la comida es más abundante.

Figura 7.5. El Alouatta caraya, comúnmente conocido como mono aullador negro, es una especie de primate que se encuentra en las selvas tropicales secas de América del Sur. Estos monos son reconocidos por su pelaje negro y su característico llamado que resuena a través de la selva, lo que les ha dado su nombre común. Son animales sociales que viven en grupos, liderados por un macho dominante. Durante la temporada de lluvias, se desplazan en busca de alimentos, como hojas y frutas, que se vuelven más abundantes en esos momentos. Su dieta herbívora tiene un impacto significativo en la dispersión de semillas y en la regeneración de la vegetación en las selvas tropicales secas. El Alouatta caraya es una especie icónica que representa la riqueza y la adaptación de la fauna en estos ecosistemas.

Además de estas especies emblemáticas, las selvas tropicales secas albergan una rica diversidad de serpientes, lagartos, anfibios e invertebrados adaptados a las condiciones cambiantes de este ecosistema. Por ejemplo, el basilisco verde (Basiliscus plumifrons) es un lagarto arbóreo que habita en estas selvas y se destaca por su capacidad para correr sobre el agua. Los anfibios, como la rana de ojos rojos (Agalychnis callidryas), también se encuentran en estas regiones y se reproducen durante la temporada de lluvias, cuando los cuerpos de agua se llenan y proporcionan hábitats adecuados para el desarrollo de sus renacuajos.

Figura 7.6. Agalychnis callidryas, conocida como rana de ojos rojos, es una especie de anfibio que habita en las selvas tropicales secas de América Central y del Sur. Esta rana arbórea es reconocida por su llamativo colorido, con un cuerpo verde vibrante y unos ojos grandes y rojos que contrastan de manera sorprendente. Durante la temporada de lluvias, las ranas de ojos rojos se reproducen y los machos emiten su característico llamado para atraer a las hembras. Estas ranas dependen de los cuerpos de agua, como charcos y estanques, para poner sus huevos y permitir que las larvas se desarrollen. Además de su belleza, la rana de ojos rojos desempeña un papel importante en el equilibrio ecológico de las selvas tropicales secas al controlar poblaciones de insectos y servir como presa para depredadores.

Influencia humana

Peter Murphy y Ariel Lugo (1986) estudiaron los patrones de asentamiento humano en los bosques tropicales de América Central, dividiendo los tipos de bosques en bosque lluvioso, bosque húmedo, bosque húmedo, bosque seco y bosque muy seco. La densidad de población -el número de personas por kilómetro cuadrado- en los bosques tropicales secos y húmedos es más de 10 veces mayor que en los bosques húmedos tropicales y lluviosos.

Los asentamientos humanos han devastado el bosque seco tropical. Mientras la atención del mundo se ha centrado en la difícil situación de las selvas tropicales, los bosques secos tropicales intactos casi han desaparecido. El suelo relativamente fértil de los bosques secos tropicales ha atraído el desarrollo agrícola, incluyendo ranchos ganaderos, granjas de granos y campos de algodón. Los bosques secos tropicales se convierten más fácilmente en agricultura que en los bosques tropicales, ya que la estación seca los hace más accesibles y fáciles de quemar. La pérdida del bosque seco es significativa porque, mientras que los bosques tropicales pueden apoyar un número algo mayor de especies, muchas especies de bosque seco no se encuentran en ninguna otra parte. Sin embargo, de esta devastación ha llegado el Parque Nacional Guanacaste en Costa Rica, un intento modelo de restaurar un bosque tropical seco de una manera que también ayuda a atender las necesidades culturales y económicas de la población local.

Importancia cultural

Las selvas tropicales secas albergan una gran diversidad de culturas autóctonas y nativas que han desarrollado formas de vida adaptadas a este particular entorno. Estas comunidades han habitado estas regiones durante siglos, interactuando armoniosamente con la naturaleza y preservando su riqueza cultural. En este artículo, exploraremos las costumbres comunes de estas culturas, los retos a los que se enfrentan y los peligros que amenazan su existencia en diferentes partes del mundo.

Las culturas autóctonas y nativas de las selvas tropicales secas comparten una serie de costumbres y prácticas que reflejan su estrecha relación con el entorno natural. Estas comunidades dependen en gran medida de los recursos naturales para su subsistencia, y sus tradiciones están arraigadas en el conocimiento ancestral transmitido de generación en generación.

Figura 7.7. La cultura Maya. Esta antigua civilización se estableció en las regiones de América Central y México, donde se encontraban las selvas tropicales secas. Los mayas desarrollaron una sociedad compleja con una rica tradición artística, arquitectónica y religiosa. Construyeron impresionantes ciudades-estado, como Tikal y Chichén Itzá, y dejaron un legado cultural perdurable en forma de monumentos, cerámicas y escritura jeroglífica. Su conocimiento del entorno les permitió adaptarse a las condiciones de la selva tropical seca, cultivando maíz, frijoles y calabazas, y aprovechando los recursos forestales de manera sostenible. Aunque la civilización maya antigua desapareció, sus descendientes continúan preservando su legado cultural y manteniendo vínculos profundos con la selva tropical seca.

Una de las costumbres comunes es el aprovechamiento sostenible de los recursos forestales. Estas culturas han aprendido a utilizar los árboles, plantas y animales de la selva de manera equilibrada, extrayendo solo lo necesario y respetando los ciclos naturales de renovación. Por ejemplo, utilizan la madera para la construcción de viviendas y utensilios, recolectan frutas y plantas medicinales, y cazan y pescan de forma selectiva, evitando la sobreexplotación de las especies.

Otra característica común es el profundo conocimiento de las propiedades medicinales de las plantas. Estas culturas han desarrollado una farmacopea natural basada en el uso de hierbas y plantas medicinales para tratar diversas dolencias y enfermedades. Sus chamanes y curanderos son expertos en el uso de estas plantas, y sus conocimientos son altamente valorados dentro de la comunidad.

Figura 7.8. Una cultura nativa del bosque tropical seco africano es la cultura San. También conocidos como bosquimanos, los San han habitado las regiones del sur de África, como Botsuana, Namibia y Sudáfrica, durante miles de años. Estas comunidades nómadas han desarrollado un profundo conocimiento de la selva tropical seca y han adaptado sus formas de vida a este entorno único. Los San son expertos cazadores y recolectores, aprovechando los recursos naturales de manera sostenible. Su cultura se caracteriza por una rica tradición oral, arte rupestre y complejos sistemas de conocimiento sobre las plantas, animales y el entorno natural. A pesar de enfrentar desafíos como la pérdida de tierras y la marginación social, los San continúan luchando por mantener sus tradiciones culturales y su conexión espiritual con la selva tropical seca africana.

Además, muchas de estas culturas tienen una estrecha conexión espiritual con la naturaleza. Consideran que los seres vivos, los ríos, los árboles y las montañas tienen un alma y deben ser respetados. Celebran ceremonias y rituales para honrar a los espíritus de la selva y pedir permiso antes de realizar actividades como la caza o la recolección de alimentos. Estas prácticas reflejan una cosmovisión en la que la comunidad humana y el entorno natural están intrínsecamente entrelazados.

A pesar de la riqueza cultural y el conocimiento ancestral que poseen, las culturas autóctonas y nativas de las selvas tropicales secas enfrentan numerosos retos que amenazan su existencia y su forma de vida.

Uno de los principales desafíos es la presión externa sobre sus territorios. Muchas de estas comunidades viven en áreas ricas en recursos naturales, como madera, minerales y petróleo, que son objeto de interés por parte de empresas extractivas y gobiernos. La explotación de estos recursos conlleva la deforestación de vastas áreas de selva, la contaminación de los ríos y la degradación del entorno natural, poniendo en peligro el sustento y la identidad cultural de estas comunidades.

Figura 7.9. La cultura Orang Asli. Estas comunidades indígenas se encuentran en las regiones del sureste asiático, como Malasia y Tailandia. Los Orang Asli han habitado los bosques tropicales secos durante siglos y han desarrollado un profundo conocimiento de este entorno único. Su estilo de vida se basa en la caza, la recolección y la agricultura de subsistencia, utilizando técnicas tradicionales y respetuosas con el medio ambiente. Los Orang Asli tienen una estrecha relación con la naturaleza y creen en la interconexión entre los seres humanos, los animales y el entorno natural. Sin embargo, enfrentan amenazas como la deforestación, la pérdida de tierras y la presión de la sociedad moderna. A pesar de ello, los Orang Asli continúan luchando por preservar su cultura, sus tradiciones y su vínculo con el bosque tropical seco asiático.

Además, la invasión de tierras por parte de agricultores, ganaderos y colonos también representa una amenaza significativa. Estas comunidades suelen tener derechos de propiedad ancestral sobre sus territorios, pero con frecuencia se enfrentan a conflictos por la tierra y la falta de reconocimiento legal de sus derechos. La expansión de la agricultura, la ganadería y la urbanización ha llevado a la fragmentación de los hábitats naturales y ha generado tensiones sociales y culturales.

La pérdida de conocimientos tradicionales y la ruptura de las prácticas culturales son otro desafío importante. La influencia de la sociedad moderna, la educación occidental y la migración hacia áreas urbanas han llevado a la disminución de la transmisión intergeneracional de conocimientos tradicionales. Los jóvenes de estas comunidades a menudo se ven atraídos por oportunidades fuera de su entorno cultural y pueden perder interés en preservar sus tradiciones.

Además de los retos mencionados, las culturas autóctonas y nativas de las selvas tropicales secas también enfrentan peligros que ponen en riesgo su supervivencia.

Uno de los peligros más graves es la pérdida de su hábitat natural debido a la deforestación. La tala ilegal de árboles y la expansión de la frontera agrícola destruyen los bosques, dejando a estas comunidades sin los recursos necesarios para su sustento. La deforestación también conlleva la pérdida de la biodiversidad y la alteración de los ecosistemas, lo que afecta negativamente a las prácticas tradicionales de caza, pesca y recolección.

Figura 7.10. La demanda del aguacate a nivel mundial ha llevado a la expansión descontrolada de los cultivos, especialmente en las regiones de Michoacán y Jalisco. Esta expansión ha resultado en la deforestación de áreas naturales, incluyendo bosques tropicales secos, para dar paso a plantaciones de aguacate. La tala de árboles y la destrucción de hábitats naturales afectan negativamente la biodiversidad y la resiliencia de estos ecosistemas (Bravo‐Espinosa et al., 2014). En colombia las plantaciones estan poniendo en peligro a la palma de cera que es una especie endémica.

El cambio climático es otro peligro que afecta a estas comunidades. Las selvas tropicales secas ya son áreas propensas a la sequía y la variabilidad climática, pero el cambio climático intensifica estos fenómenos. La disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas pueden afectar la disponibilidad de alimentos, el acceso al agua y la resiliencia de estas comunidades frente a eventos climáticos extremos.

La pérdida de biodiversidad también amenaza la subsistencia de estas culturas. Las especies de plantas y animales que son fundamentales para su alimentación, medicina y rituales pueden disminuir o desaparecer debido a la degradación de los ecosistemas y a la caza y pesca insostenibles. Esta pérdida de biodiversidad afecta directamente a la seguridad alimentaria y la salud de estas comunidades.

Figura 7.11. El cultivo del agave para la producción de tequila también ha tenido un impacto en los bosques tropicales secos. La demanda de agave ha llevado a una mayor explotación de tierras para su cultivo, lo que ha resultado en la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad. Además, el uso intensivo de aguas subterráneas para el riego de los cultivos de agave puede agotar los recursos hídricos locales, afectando la disponibilidad de agua para la flora y fauna de los bosques tropicales secos.

La preservación de las culturas autóctonas y nativas de las selvas tropicales secas es crucial no solo desde una perspectiva cultural, sino también para la conservación de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.

Es fundamental que se respeten los derechos de estas comunidades sobre sus territorios y se les brinde apoyo para fortalecer sus instituciones y prácticas culturales. Esto implica reconocer su papel como guardianes del conocimiento tradicional y fomentar la participación activa de estas comunidades en la toma de decisiones relacionadas con el uso y la conservación de los recursos naturales.

Además, es necesario promover la educación intercultural que valore y promueva la preservación de las tradiciones culturales de estas comunidades. La transmisión del conocimiento ancestral a las generaciones más jóvenes es esencial para garantizar la continuidad de estas culturas y su adaptación a los desafíos modernos.

La promoción del turismo sostenible y el comercio justo pueden proporcionar oportunidades económicas para estas comunidades, al tiempo que valoran y protegen su cultura y entorno natural. El turismo responsable y respetuoso puede contribuir al desarrollo socioeconómico de estas comunidades, siempre y cuando se realice con un enfoque de sostenibilidad y se respeten los valores y las prácticas culturales.

Influencia en el imaginario colectivo

El bosque tropical seco, con su exuberante vegetación, animales fascinantes y paisajes cautivadores, ha dejado una profunda influencia en el imaginario colectivo a lo largo de la historia. Su belleza y misterio han inspirado numerosas obras literarias, películas y expresiones artísticas, transportando a las personas a un mundo exótico y lleno de maravillas. 

El bosque tropical seco, con su clima estacional caracterizado por una estación seca prolongada seguida de una temporada de lluvias abundantes, ha sido representado en películas que buscan mostrar la belleza y la diversidad de este entorno natural. Una de las películas más conocidas que destaca la majestuosidad del bosque tropical seco es "Apocalypto" (2006), dirigida por Mel Gibson. Ambientada en la antigua civilización maya en la selva tropical seca de América Central, la película presenta impresionantes paisajes y una recreación visualmente impactante del entorno. A través de su narrativa, la película muestra la relación simbiótica entre los personajes y el bosque, así como los desafíos y peligros que enfrentan en este entorno hostil.

Figura 7.12. En la película "Apocalypto" (2006), dirigida por Mel Gibson, se presenta una escena en la que se muestra la estrecha relación entre los nativos y su selva tropical seca. En esta escena, los personajes se adentran en el bosque en busca de alimento y recursos, aprovechando los conocimientos ancestrales que han adquirido a lo largo de generaciones. Mientras se mueven entre la exuberante vegetación, se puede apreciar cómo los nativos interactúan de manera respetuosa con su entorno, utilizando plantas y animales para su subsistencia. La escena transmite la dependencia y conexión profunda que los nativos tienen con la selva, resaltando su vínculo simbiótico y su dependencia mutua para la supervivencia.

Otro ejemplo destacado es "The Emerald Forest" (1985), dirigida por John Boorman. Esta película cuenta la historia de un niño que es capturado por una tribu indígena en la selva amazónica y criado como uno de ellos. A medida que el niño crece, se encuentra con los desafíos y peligros del bosque tropical seco, así como con la lucha por la preservación de su hogar ante la amenaza de la deforestación. "The Emerald Forest" captura la belleza y la vitalidad del bosque, así como la profunda conexión entre los personajes y su entorno natural.

El bosque tropical seco también ha sido representado en documentales que buscan educar y concienciar sobre la importancia de su conservación. Por ejemplo, la serie documental de la BBC "Planet Earth" (2006) presenta una amplia gama de ecosistemas, incluyendo el bosque tropical seco. A través de imágenes impresionantes y narración informativa, la serie muestra la biodiversidad y los retos que enfrentan los habitantes de este ecosistema. Documentales como estos no solo informan al público sobre la belleza y la fragilidad del bosque tropical seco, sino que también despiertan un sentido de admiración y respeto por este entorno natural.

Además del cine, la literatura también ha sido una forma de explorar y dar vida al imaginario colectivo del bosque tropical seco. Novelas como "The Poisonwood Bible" (1998) de Barbara Kingsolver, ambientada en la República Democrática del Congo, presentan la selva tropical seca como un escenario lleno de peligros, pero también de misterio y belleza. Estas obras literarias permiten a los lectores sumergirse en el mundo del bosque tropical seco, experimentando sus paisajes, sonidos y emociones a través de las palabras.

La influencia del bosque tropical seco en el imaginario colectivo también se ha extendido a otras formas de expresión artística, como la pintura, la música y la fotografía. Artistas han capturado la belleza y la esencia de este ecosistema a través de sus obras, transmitiendo la sensación de asombro y admiración que evoca la naturaleza. La música también ha encontrado inspiración en el bosque tropical seco, creando composiciones que transmiten la energía y la vitalidad de este entorno único.

8. La sabana tropical

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Párese en medio de una sabana tropical, un pastizal tropical salpicado de árboles dispersos, y su ojo será atraído hacia el horizonte para el acercamiento de tormentas eléctricas o de manadas errantes de vida silvestre (Figura 8.1). La sabana tropical es el reino de lo previsible, lo sigiloso y lo rápido y es el lugar de nacimiento de la humanidad. Fue de aquí que eventualmente nos mudamos a cada bioma. Aunque la mayoría de los seres humanos viven lejos de esta primera casa, la fascinación continúa. Las sabanas son la versión tropical de las praderas templadas, del mismo modo que la selva húmeda es la versión tropical del bosque templado caducidófilo.

Figura 8.1. La sabana tropical es el bioma que dio nacimiento y forjó la evolución humana, estamos adaptados para caminar por sus interminables pastos, erguidos para divisar a sus depredadores.

La ortografía correcta en español es "sabana tropical". La confusión entre "sabana" y "savana" puede deberse a influencias del inglés savannah. Es importante utilizar la ortografía correcta, que en español es "sabana", para evitar confusiones y asegurar la precisión en la comunicación escrita.

Geografía

La mayoría de las sabanas tropicales ocurren al norte y al sur de bosques secos tropicales dentro de los 10 ° a 20 ° del ecuador. 

Figura 8.2. La sabana tropical es uno de los cuatro grandes biomas tropicales de baja altitud, junto con la selva húmeda, la selva seca y el desierto tropical. El factor que los crea es la disponibilidad de agua.

En África, al sur del desierto del Sahara, las sabanas tropicales se extienden desde el oeste hasta las costas este, cortan una franja norte-sur a través de las tierras altas de África oriental y vuelven a aparecer en África centro-meridional. En Sudamérica, las sabanas tropicales ocurren en el centro-sur de Brasil y cubren gran parte de Venezuela y Colombia. Las sabanas tropicales son también la vegetación natural de gran parte del norte de Australia en la región al sur del bosque seco tropical. La sabana es también la vegetación natural de un área en Asia meridional apenas al este del río de Indus en Pakistán del este y el noroeste de la India.

Clima

Al igual que en el bosque tropical seco, la vida en la sabana cambia a los ritmos alternados de estaciones secas y húmedas. Aquí, sin embargo, la sequía estacional se combina con otro importante factor físico, el fuego. Las lluvias vienen en verano y se acompañan de intensos relámpagos. Este relámpago suele encender incendios, particularmente al comienzo de la estación húmeda, cuando la sabana está seca. Estos incendios matan a los árboles jóvenes mientras que las hierbas sobreviven y brotan rápidamente. En consecuencia, los incendios ayudan a mantener la sabana tropical como un paisaje de pastizales y árboles dispersos. El clima de la sabana es generalmente más seco que el del bosque seco tropical. Sin embargo, San Fernando, Venezuela, recibe tanta lluvia como un bosque tropical seco. Otras sabanas ocurren en áreas que son secas como desiertos. ¿Qué hace que las sabanas húmedas cerca de San Fernando sean reemplazadas por bosques y cómo pueden subsistir las sabanas en condiciones desérticas? La respuesta está en lo profundo de los suelos de sabana.

Figura 8.3. Aunque las sabanas africanas son las más célebres, los llanos orientales americanos y los pastizales australianos también clasifican como sabanas tropicales, debido a sus características climáticas y ecológicas similares. Estos vastos paisajes se caracterizan por la presencia de extensas praderas con una estación seca y otra húmeda, lo que favorece el crecimiento de hierbas y arbustos. Al igual que en las sabanas africanas, estos ecosistemas albergan una diversidad única de fauna y flora adaptadas a estas condiciones. Entre los animales emblemáticos de estas sabanas tropicales se encuentran el capibara en los llanos orientales y los canguros en los pastizales australianos. La conservación de estos valiosos hábitats es esencial para proteger la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad de estos ecosistemas tropicales en distintas partes del mundo..

Suelos

Las capas de suelo con baja permeabilidad al agua juegan un papel clave en el mantenimiento de muchas sabanas tropicales. Por ejemplo, debido a que un subsuelo denso e impermeable retiene el agua cerca de la superficie, las sabanas ocurren en áreas del suroeste de África que de otra manera solo soportarían el desierto. Los suelos impermeables también ayudan a que las sabanas persistan en áreas húmedas, particularmente en América del Sur. Los árboles no se mueven hacia las sabanas donde un subsuelo impermeable mantiene los suelos superficiales anegados durante la estación húmeda. En estos paisajes, los árboles dispersos sólo se producen cuando los suelos están bien drenados.

Biología

La sabana tropical es un ecosistema fascinante y diverso que alberga una variedad de plantas y animales. Al explorar este paisaje, nos encontramos con diferencias significativas en comparación con la selva tropical y el bosque seco. Una de las características distintivas de la sabana es que los árboles no dominan por completo el paisaje, lo que resulta en una mayor proporción de actividad biológica cerca del suelo.

Biodiversidad

En las sabanas, los incendios son frecuentes y han tenido un impacto en la flora de este ecosistema. Las plantas de la sabana han desarrollado adaptaciones para resistir el fuego, lo que les permite sobrevivir a incendios de baja intensidad. A continuación, exploraremos algunos ejemplos concretos de plantas famosas que se encuentran en la sabana tropical.

Figura 8.4. La Acacia tortilis, también conocida como Acacia del Sinaí o Árbol de la jirafa, es una especie emblemática que se encuentra en las sabanas tropicales y otros ecosistemas áridos de África y el Medio Oriente. Este árbol es conocido por su apariencia distintiva, con ramas retorcidas y hojas pequeñas y espinosas. Es altamente adaptado a las condiciones de las sabanas tropicales, ya que puede tolerar la sequía, los suelos pobres y los incendios frecuentes. Además, la Acacia tortilis desempeña un papel crucial en el ecosistema de la sabana, proporcionando alimento y refugio a numerosas especies, incluyendo jirafas, elefantes, antílopes y diversas aves. Su presencia en las sabanas tropicales es un testimonio de la increíble diversidad y adaptabilidad de la flora en estos ecosistemas únicos.

Un ejemplo emblemático de planta en la sabana africana es la Acacia tortilis, conocida comúnmente como "acacia espinosa". Esta especie de árbol es capaz de soportar condiciones secas y su tronco retorcido y espinas lo protegen de los herbívoros. La Acacia tortilis es una fuente importante de alimento y refugio para una variedad de animales, incluyendo jirafas, elefantes y leones.

Otro ejemplo de planta prominente en la sabana tropical es el Hyparrhenia hirta, una especie de pasto perenne que forma extensas praderas. También conocido como "pasto delgadillo", es una fuente de alimento esencial para herbívoros como ñus, cebras y antílopes. Su resistencia al fuego y su capacidad de rebrotar rápidamente después de los incendios lo convierten en una planta dominante en las sabanas.

Figura 8.5. Hyparrhenia hirta, comúnmente conocida como hierba del elefante o pasto de plumas, es una especie de pasto perenne que se encuentra en las sabanas tropicales de todo el mundo. Es una planta resistente y de rápido crecimiento que se adapta bien a las condiciones áridas y semiáridas de estos ecosistemas. Sus tallos robustos y hojas largas y peludas le permiten resistir la sequía y competir eficientemente por la luz solar. Hyparrhenia hirta también desempeña un papel importante en la fauna de las sabanas tropicales, ya que proporciona alimento y refugio para numerosas especies, como elefantes, antílopes y diversas aves. Su presencia en estas regiones es un testimonio de su adaptabilidad y su importancia en el equilibrio ecológico de las sabanas tropicales.

En cuanto a la fauna de la sabana tropical, encontramos una gran diversidad de animales adaptados a este entorno único. Uno de los animales más icónicos es el Elefante africano (Loxodonta africana), una especie majestuosa que juega un papel crucial en la estructura y dispersión de semillas en la sabana. Su tamaño imponente y su habilidad para derribar árboles le otorgan un papel de ingeniero del ecosistema, creando espacios abiertos y permitiendo el crecimiento de nuevas plantas.

Las grandes manadas de ñus (Connochaetes sp.) también son una característica distintiva de la sabana africana. Estos animales migran en busca de pastos frescos y siguen el ciclo de lluvias en la región. Su migración masiva es uno de los espectáculos naturales más impresionantes del mundo, atrayendo a depredadores como leones y hienas.

Figura 8.6. Lycaon pictus, también conocido como perro salvaje africano o lobo africano, es una especie de cánido endémico de África. Es un animal social y altamente adaptado a la vida en las sabanas tropicales africanas. El licaón africano se distingue por su pelaje manchado y su cuerpo esbelto. Posee orejas grandes y redondeadas, y patas largas y delgadas. Es conocido por su excepcional habilidad para la caza en grupo, lo que le permite perseguir y atrapar presas rápidas como antílopes. Aunque su aspecto puede ser similar al de un perro doméstico, el licaón africano es una especie única y emblemática de las sabanas tropicales, desempeñando un papel vital en el equilibrio ecológico de estos ecosistemas.

Las jirafas (Giraffa camelopardalis) son otro ejemplo notable de fauna en la sabana. Estos majestuosos animales se alimentan de las hojas de acacias y otros árboles en la sabana. Su cuello largo les permite alcanzar alimentos inaccesibles para otros herbívoros, y su apariencia única los convierte en un símbolo icónico de la fauna africana.

Además de estos ejemplos, los seres humanos también han desempeñado un papel significativo en la sabana durante miles de años. Los Maasai, una tribu indígena de África Oriental, han sido parte integral de la sabana africana, viviendo en armonía con la naturaleza y dependiendo de sus recursos para su subsistencia.

Influencia teórica

La fauna de las sabanas tropicales ha jugado un papel crucial en el desarrollo del concepto de evolución convergente, una idea fundamental en la biología evolutiva. La evolución convergente se refiere a la aparición de similitudes estructurales y funcionales en organismos no relacionados evolutivamente, pero que habitan entornos similares y enfrentan desafíos ambientales comunes. A lo largo de la historia, varios científicos han observado esta convergencia en la fauna de las sabanas tropicales y han contribuido a nuestra comprensión de este fenómeno.

Uno de los primeros científicos que destacó la importancia de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el zoólogo británico Sir Edward Bagnall Poulton. A principios del siglo XX, Poulton estudió la coloración y el mimetismo en mariposas y otros insectos, y observó cómo especies no relacionadas evolucionaron para tener patrones de color similares en diferentes partes del mundo, incluyendo las sabanas tropicales. Poulton propuso que esta similitud de patrones era el resultado de la selección natural actuando en respuesta a presiones ambientales similares.

Otro científico influyente en el estudio de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el biólogo alemán Ernst Mayr. En la década de 1940, Mayr realizó estudios en las islas Galápagos y en África, donde observó cómo especies no relacionadas habían evolucionado estructuras corporales similares para adaptarse a las condiciones de las sabanas. Por ejemplo, notó que los avestruces africanos y los emús australianos, ambos habitantes de sabanas, tenían adaptaciones similares, como alas reducidas y patas fuertes para la carrera. Estas observaciones llevaron a Mayr a proponer la idea de que la selección natural en entornos similares podía conducir a la convergencia evolutiva.

Un hito importante en el estudio de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el trabajo del paleontólogo estadounidense George Gaylord Simpson. En la década de 1950, Simpson examinó fósiles de mamíferos de diferentes partes del mundo y encontró evidencia de convergencia evolutiva en especies que habitaban las sabanas. Por ejemplo, notó que los caballos de América del Norte y los rinocerontes de África habían evolucionado para tener dientes similares adaptados a una dieta herbívora en las sabanas. Simpson argumentó que la convergencia evolutiva era un fenómeno común en la evolución y que las condiciones ambientales desempeñaban un papel importante en la determinación de la forma y función de los organismos.

En décadas más recientes, los avances en la genética y la biología molecular han proporcionado aún más evidencia de la evolución convergente en las sabanas tropicales. Los estudios genéticos han revelado similitudes en los patrones de expresión de genes relacionados con adaptaciones similares en especies no relacionadas. Por ejemplo, se ha descubierto que los genes responsables del desarrollo de alas en aves y murciélagos muestran similitudes en su actividad durante el desarrollo embrionario, lo que explica por qué estas dos especies, a pesar de no estar estrechamente relacionadas, han evolucionado para volar en entornos de sabanas.

Cuna de la humanidad

La fauna de las sabanas tropicales ha jugado un papel crucial en el desarrollo del concepto de evolución convergente, una idea fundamental en la biología evolutiva. La evolución convergente se refiere a la aparición de similitudes estructurales y funcionales en organismos no relacionados evolutivamente, pero que habitan entornos similares y enfrentan desafíos ambientales comunes. A lo largo de la historia, varios científicos han observado esta convergencia en la fauna de las sabanas tropicales y han contribuido a nuestra comprensión de este fenómeno.

Uno de los primeros científicos que destacó la importancia de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el zoólogo británico Sir Edward Bagnall Poulton. A principios del siglo XX, Poulton estudió la coloración y el mimetismo en mariposas y otros insectos, y observó cómo especies no relacionadas evolucionaron para tener patrones de color similares en diferentes partes del mundo, incluyendo las sabanas tropicales. Poulton propuso que esta similitud de patrones era el resultado de la selección natural actuando en respuesta a presiones ambientales similares.

Otro científico influyente en el estudio de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el biólogo alemán Ernst Mayr. En la década de 1940, Mayr realizó estudios en las islas Galápagos y en África, donde observó cómo especies no relacionadas habían evolucionado estructuras corporales similares para adaptarse a las condiciones de las sabanas. Por ejemplo, notó que los avestruces africanos y los emús australianos, ambos habitantes de sabanas, tenían adaptaciones similares, como alas reducidas y patas fuertes para la carrera. Estas observaciones llevaron a Mayr a proponer la idea de que la selección natural en entornos similares podía conducir a la convergencia evolutiva.

Un hito importante en el estudio de la evolución convergente en las sabanas tropicales fue el trabajo del paleontólogo estadounidense George Gaylord Simpson. En la década de 1950, Simpson examinó fósiles de mamíferos de diferentes partes del mundo y encontró evidencia de convergencia evolutiva en especies que habitaban las sabanas. Por ejemplo, notó que los caballos de América del Norte y los rinocerontes de África habían evolucionado para tener dientes similares adaptados a una dieta herbívora en las sabanas. Simpson argumentó que la convergencia evolutiva era un fenómeno común en la evolución y que las condiciones ambientales desempeñaban un papel importante en la determinación de la forma y función de los organismos.

En décadas más recientes, los avances en la genética y la biología molecular han proporcionado aún más evidencia de la evolución convergente en las sabanas tropicales. Los estudios genéticos han revelado similitudes en los patrones de expresión de genes relacionados con adaptaciones similares en especies no relacionadas. Por ejemplo, se ha descubierto que los genes responsables del desarrollo de alas en aves y murciélagos muestran similitudes en su actividad durante el desarrollo embrionario, lo que explica por qué estas dos especies, a pesar de no estar estrechamente relacionadas, han evolucionado para volar en entornos de sabanas.

Influencia humana

Los seres humanos son, en cierta medida, un producto de la sabana y, a su vez, han dejado una huella significativa en este ecosistema. La relación entre los humanos y la sabana ha sido moldeada por diversos factores a lo largo de la historia, y uno de los elementos clave en esta interacción es el fuego.

Desde tiempos ancestrales, el fuego ha desempeñado un papel fundamental en la ecología de la sabana tropical. Mucho antes de la aparición de los homínidos, los incendios naturales o provocados por rayos ayudaron a dar forma al paisaje y a la vegetación de la sabana. La presencia del fuego propició cambios en la composición y densidad de la flora, creando un mosaico de hábitats que favorecían la diversidad biológica y ofrecían oportunidades para la supervivencia de diferentes especies.

Figura 8.7. Las tensiones entre ganaderos y grandes depredadores africanos son un desafío constante en la convivencia entre humanos y vida silvestre en las áreas de sabana. A medida que los ganaderos expanden sus tierras y el ganado entra en territorios de los depredadores, se producen conflictos. Los grandes depredadores, como leones, leopardos y hienas, pueden atacar al ganado, causando pérdidas económicas significativas. En respuesta, los ganaderos a menudo recurren a la caza ilegal, envenenamiento y trampas para proteger su ganado. Esto genera un ciclo de conflicto y disminución de las poblaciones de depredadores. Para resolver estas tensiones, se requiere un enfoque integrado que incluya la implementación de medidas de mitigación, como la protección del ganado y la promoción de la coexistencia pacífica entre humanos y depredadores.

Con la evolución de los primeros seres humanos, la sabana se convirtió en un aula natural donde observaban y aprendían a utilizar y controlar el fuego. El dominio del fuego fue un hito crucial en la historia de nuestra especie, ya que permitió la cocción de alimentos, la protección contra depredadores y el manejo del entorno. Los humanos comenzaron a utilizar el fuego como herramienta para cazar, despejar áreas de vegetación, estimular el crecimiento de nuevas plantas y controlar plagas.

A medida que la relación entre los humanos y la sabana se fortalecía, también se desarrolló la transición de la caza y la recolección hacia el pastoreo. Los seres humanos comenzaron a criar animales domésticos, como cabras, ovejas y vacas, para obtener carne, leche y otros productos derivados. Esta transición marcó un cambio significativo en la forma en que los humanos interactuaban con la sabana y aprovechaban sus recursos.

Hoy en día, la ganadería es una de las principales actividades económicas en las regiones de sabana de todo el mundo. En África, la ganadería ha sido una forma de subsistencia que ha coexistido con la vida silvestre durante milenios. Sin embargo, en el contexto actual del África subsahariana, la combinación de un crecimiento demográfico acelerado, una alta densidad de ganado y episodios recurrentes de sequía ha generado desafíos significativos para la sostenibilidad de la sabana.

La presión demográfica ha llevado a un aumento en la demanda de tierras para la agricultura y la ganadería, lo que ha resultado en la conversión de áreas de sabana en campos de cultivo y pastizales degradados. La sobreexplotación de los recursos naturales, como la deforestación y la sobrepastoreo, ha llevado a la pérdida de biodiversidad y a la degradación del hábitat de muchas especies nativas de la sabana.

Además, los episodios de sequía, exacerbados por el cambio climático, representan una amenaza adicional para la sabana. La disponibilidad de agua y forraje se reduce durante los períodos secos, lo que afecta tanto a la vida silvestre como al ganado. Los animales migratorios, como ñus y cebras, dependen de los recursos estacionales de la sabana y se ven obligados a buscar nuevas áreas en busca de alimento y agua.

En este contexto de desafíos y presiones ambientales, es importante buscar enfoques sostenibles para la gestión de la sabana tropical. La conservación de áreas protegidas, la promoción de prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, y la implementación de estrategias de adaptación al cambio climático son aspectos clave para garantizar la supervivencia a largo plazo de este ecosistema crucial.

Figura 8.8. El exceso de ganado en las sabanas de todo el mundo, no solo en África, puede tener efectos negativos en el suelo debido a la compactación causada por el peso de los animales. A medida que el ganado pasta y se desplaza por las sabanas, sus pezuñas ejercen presión sobre el suelo, comprimiéndolo y reduciendo su capacidad para retener agua y nutrientes. Esto puede conducir a la erosión del suelo y a la degradación del ecosistema. Los depredadores presentes en las sabanas, como los grandes felinos, los lobos o los cocodrilos, cumplen un papel crucial en la regulación de la población de ganado. Al cazar a los animales más débiles o enfermos, ayudan a mantener un equilibrio natural en el ecosistema. Esta predación selectiva evita la sobrepoblación del ganado y ayuda a preservar la salud del suelo y la diversidad de especies en las sabanas tropicales de todo el mundo.

Las sabanas tropicales no se limitan solo a África, sino que también se encuentran en otras partes del mundo, como Colombia, Venezuela y algunas regiones de Asia y Australia. Cada una de estas sabanas presenta desafíos y está influenciada por la actividad humana de manera única.

En Colombia y Venezuela, por ejemplo, se encuentran las sabanas conocidas como los Llanos. Estas vastas extensiones de terreno plano están dominadas por pastizales y se caracterizan por un clima estacional, con una marcada alternancia entre períodos de lluvias y sequías. La ganadería extensiva es una actividad económica importante en esta región, con la cría de ganado vacuno y caballos como principales fuentes de sustento. Sin embargo, la expansión de la frontera agrícola y el uso intensivo de los recursos naturales plantean desafíos para la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad de los ecosistemas de la sabana en esta área.

Figura 8.9. El máximo depredador de la sabana tropical americana en Colombia y Venezuela es el jaguar (Panthera onca). El jaguar es un felino poderoso y feroz que ocupa el puesto más alto en la cadena alimentaria de estos ecosistemas. Con su impresionante tamaño y fuerza, el jaguar es capaz de cazar presas de diversos tamaños, desde pequeños mamíferos hasta grandes ungulados como ciervos y tapires.

En Asia, encontramos las sabanas en lugares como India y Tailandia. Estas sabanas se caracterizan por su vegetación de pastizales abiertos y arbustos dispersos, y albergan una rica diversidad de especies, incluidos grandes mamíferos como elefantes, rinocerontes y tigres. Sin embargo, la expansión agrícola, la tala de bosques y la caza furtiva representan amenazas significativas para la conservación de las sabanas asiáticas. Los esfuerzos de conservación, como la creación de áreas protegidas y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, son fundamentales para garantizar la supervivencia de estos ecosistemas y la preservación de su biodiversidad única.

En Australia, las sabanas se extienden por vastas áreas del norte del país. Estas sabanas son hogar de especies emblemáticas como canguros, emúes y cocodrilos de agua salada. Sin embargo, la introducción de especies invasoras, como ganado y especies exóticas de plantas, ha tenido un impacto negativo en la biodiversidad nativa de las sabanas australianas. La gestión de incendios también es un desafío importante en esta región, ya que los incendios son una parte natural del ciclo de vida de las sabanas, pero pueden volverse destructivos cuando son desencadenados por actividades humanas o condiciones climáticas extremas.

En todas estas sabanas tropicales, la influencia humana es evidente. El crecimiento de las poblaciones humanas, la expansión de la agricultura y la ganadería, la tala de bosques y la caza furtiva representan amenazas para la integridad de estos ecosistemas. Sin embargo, también hay esfuerzos de conservación en marcha para proteger y gestionar de manera sostenible las sabanas, como la creación de áreas protegidas, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la educación ambiental.

Importancia cultural

Las sabanas tropicales son ecosistemas vastos y diversos que se encuentran en diferentes partes del mundo. Estas extensas áreas de pastizales salpicadas de árboles han sido el hogar de diversas culturas a lo largo de la historia. En este artículo, exploraremos la importancia cultural de las sabanas tropicales en diferentes regiones del mundo, destacando su influencia en las tradiciones, formas de vida y creencias de las comunidades que las habitan.

Sabanas de África

África es conocida por ser el hogar de algunas de las sabanas tropicales más emblemáticas y extensas del mundo. Estas vastas llanuras son el hogar de tribus y comunidades indígenas que han desarrollado una relación profunda y significativa con la sabana. Por ejemplo, las tribus masái en el este de África han mantenido una forma de vida nómada, pastoreando su ganado en las extensas praderas y adaptándose a las condiciones cambiantes de la sabana.

Figura 8.10. La tribu zulú, originaria de Sudáfrica, tiene una fuerte conexión con la sabana tropical de la región. Su historia, tradiciones y formas de vida están estrechamente ligadas a este ecosistema. Los zulúes han desarrollado una profunda comprensión de la sabana y han adaptado sus prácticas culturales para aprovechar sus recursos. Han aprendido a utilizar las plantas y los animales de la sabana para su alimentación, medicina tradicional y materiales de construcción. Además, la sabana ha influido en su música, danzas y rituales, que a menudo representan la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Para los zulúes, la sabana es un elemento central de su identidad cultural y una fuente de inspiración continua en su vida cotidiana.

La cultura masái se caracteriza por su conexión íntima con la tierra y la naturaleza. Su música, danzas, vestimenta y rituales reflejan su profundo respeto por la sabana y su dependencia de ella. Otros grupos étnicos africanos, como los zulúes en Sudáfrica y los samburu en Kenia, también han desarrollado una conexión arraigada con las sabanas tropicales, que se refleja en su cultura y tradiciones.

Sabanas de América Latina

En América Latina, especialmente en países como Colombia, Venezuela y Brasil, también encontramos sabanas tropicales de gran importancia cultural. En estas regiones, las comunidades indígenas y las poblaciones rurales han desarrollado formas de vida adaptadas a las condiciones de la sabana.

Un ejemplo destacado es la cultura llanera en los Llanos de Colombia y Venezuela. Los llaneros, como se les conoce, son ganaderos y agricultores que han aprendido a vivir en armonía con la sabana tropical. Su música, conocida como música llanera, es un símbolo distintivo de su identidad cultural y relata las historias y experiencias de la vida en la sabana.

Figura 8.11. La cultura llanera colombiana-venezolana está estrechamente ligada a la vasta y exuberante sabana tropical o llano que se extiende por ambos países. Los llaneros, habitantes de esta región, han desarrollado una forma de vida única y arraigada en la sabana. Su música, conocida como música llanera, es famosa en toda la región y refleja la pasión y el amor por la tierra y la naturaleza. Además, las tradiciones de la vaquería, el joropo y el trabajo de campo están intrínsecamente vinculadas a la crianza de ganado y a las actividades agrícolas en la sabana. La sabana tropical proporciona los recursos naturales necesarios para la subsistencia de los llaneros y su cultura se ha moldeado en armonía con este paisaje característico.

Además, en la región del Cerrado en Brasil, que es una sabana tropical rica en biodiversidad, las comunidades locales han desarrollado prácticas agrícolas sostenibles que se han transmitido de generación en generación. Estas prácticas agrícolas tradicionales, como la rotación de cultivos y el manejo del fuego controlado, son parte integral de la cultura de las comunidades locales y han demostrado ser una forma eficiente y sostenible de utilizar los recursos de la sabana.

Sabanas de Australia

Australia también alberga sabanas tropicales significativas en la región norte del país. Aquí, las comunidades indígenas aborígenes han mantenido una conexión profunda y ancestral con la tierra y la sabana. La sabana del Territorio del Norte es el hogar de varias tribus aborígenes que han desarrollado una comprensión profunda de este ecosistema y su importancia cultural.

Figura 8.12. El imperialismo británico tuvo graves consecuencias para los aborígenes yolngu de Australia. Con la llegada de los colonizadores británicos, los yolngu experimentaron la pérdida de sus tierras, la violencia, la explotación y la opresión cultural. Las políticas impuestas por el gobierno británico, como la asimilación forzada y la separación de las familias, tuvieron un impacto devastador en su forma de vida tradicional. Además, la imposición de una cultura occidental dominante y la supresión de su lengua y prácticas culturales provocaron una profunda alienación y pérdida de identidad. A pesar de las dificultades, los yolngu han luchado por preservar su cultura y derechos, y continúan enfrentando desafíos en la actualidad en su búsqueda de justicia y reconocimiento.

Por ejemplo, los aborígenes yolngu en la región de Arnhem Land en el Territorio del Norte tienen una relación única con la sabana. Su arte, música y danzas tradicionales reflejan la rica diversidad de la vida silvestre y los paisajes de la sabana. Además, su conocimiento tradicional sobre la caza, la recolección y el manejo del fuego en la sabana ha sido transmitido de generación en generación, y desempeña un papel fundamental en su identidad cultural y en la conservación de la sabana.

Influencia en la Alimentación y la Medicina Tradicional

Las sabanas tropicales también han influido en la alimentación y la medicina tradicional de las comunidades que las habitan. Las plantas y los animales de la sabana han proporcionado recursos importantes para la supervivencia y el bienestar de estas comunidades a lo largo de los siglos.

Por ejemplo, en las sabanas africanas, las comunidades indígenas han utilizado plantas medicinales de la sabana para tratar diversas enfermedades y dolencias. Estos conocimientos tradicionales se han transmitido oralmente de generación en generación y desempeñan un papel crucial en la atención de la salud de estas comunidades.

En términos de alimentación, las sabanas tropicales han proporcionado una fuente vital de alimentos para las comunidades locales. Tanto en África como en América Latina, el ganado y la caza en la sabana han sido una fuente importante de proteínas para estas comunidades. Además, las comunidades han aprovechado los recursos vegetales de la sabana, como tubérculos y frutas silvestres, para complementar su dieta.

Influencia en el imaginario colectivo

Las sabanas tropicales son vastas extensiones de tierra que se caracterizan por su vegetación herbácea, árboles dispersos y un clima cálido. Estos ecosistemas únicos han capturado la imaginación de personas en todo el mundo y han sido representados en diversas formas de arte, incluyendo el cine y la música. En este artículo, exploraremos la importancia cultural de las sabanas tropicales en el imaginario colectivo, centrándonos en películas y géneros musicales emblemáticos que han ayudado a dar forma a nuestra percepción de estas regiones.

"The Lion King" (1994):

La película animada de Disney "El Rey León" se ha convertido en un clásico atemporal y ha dejado una marca indeleble en el imaginario colectivo en relación a las sabanas tropicales. Ambientada en las llanuras africanas, esta historia épica narra la vida de Simba, un joven león que enfrenta desafíos y descubre su verdadero destino como líder de su manada.

A lo largo de la película, somos transportados a las vastas sabanas tropicales de África, con sus interminables extensiones de hierba dorada, árboles dispersos y la presencia imponente de la vida salvaje. El entorno visualmente deslumbrante, lleno de colores vibrantes y paisajes impresionantes, ha popularizado la imagen de las sabanas como un lugar majestuoso y lleno de vida.

Figura 8.13. Los animadores de Disney realizaron una extensa investigación sobre la vida de los leones para crear la película "El Rey León". Su trabajo incluyó estudiar el comportamiento y la anatomía de estos majestuosos felinos en su hábitat natural. Observaron sus interacciones sociales, caza, crianza y jerarquía dentro de la manada para retratar con precisión la vida de los leones en la película. Además, consultaron a expertos en biología y ecología para obtener información científica precisa sobre el ciclo de vida de los leones y su entorno. La investigación les permitió infundir autenticidad y realismo en los personajes y escenarios, logrando así que "El Rey León" se convirtiera en un clásico animado que cautiva a audiencias de todas las edades..

"El Rey León" ha capturado la esencia de la sabana tropical, mostrándonos la interacción entre los animales que la habitan y resaltando su belleza natural. Desde las manadas de ñus migratorios hasta los elefantes majestuosos y las jirafas gráciles, la película nos sumerge en un ecosistema rico y diverso, donde cada especie juega un papel crucial en el equilibrio de la vida.

Además de su representación visual, "El Rey León" también aborda temas profundos relacionados con la sabana tropical y la importancia de su conservación. A medida que Simba aprende sobre su papel como líder y protector de la tierra, también aprendemos sobre los desafíos que enfrentan estos ecosistemas, como la amenaza de la caza furtiva, la pérdida de hábitats y el equilibrio frágil entre las especies.

Aunque la película "El Rey León" nos presenta una visión caricaturesca de la vida en las sabanas tropicales, hay una verdad subyacente en la importancia de los depredadores máximos en estos ecosistemas. La presencia de estos depredadores es vital para la regulación de la biodiversidad y el equilibrio de la cadena alimentaria.

Figura 8.14. El león de sabana, científicamente conocido como Panthera leo, es una especie de león que habita en las vastas llanuras de África. Es reconocido por su distintiva melena y su imponente tamaño. El león de sabana ha desarrollado adaptaciones específicas para la vida en campo abierto. Su melena le proporciona protección contra ataques y ayuda a intimidar a otros machos durante las luchas por el territorio. Además, su estructura corporal es más esbelta y ágil en comparación con el león del Atlas, lo que le permite moverse rápidamente en terrenos abiertos y realizar cacerías exitosas. Su coloración camuflada y su vista aguda le permiten acechar a sus presas en la hierba alta sin ser detectado fácilmente. Estas adaptaciones lo convierten en un depredador formidable en su hábitat de la sabana.

Un ejemplo impactante de esto se puede observar en el Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos. Durante décadas, los lobos habían sido exterminados en la región, lo que causó un desequilibrio en el ecosistema. Sin la presencia de los lobos, la población de ciervos se disparó y comenzó a sobrepastorear el paisaje, afectando la vegetación y la calidad del hábitat.

Sin embargo, en la década de 1990, se tomó la decisión de reintroducir a los lobos en Yellowstone. El resultado fue asombroso. La presencia de los lobos provocó cambios en el comportamiento de los ciervos, que ahora se volvieron más cautelosos y evitaron ciertas áreas del parque. Esto permitió la recuperación de la vegetación en esas zonas y creó hábitats más diversos para otras especies.

El regreso de los lobos a Yellowstone también tuvo un efecto en cascada. Al disminuir la presión de los ciervos sobre los árboles, los bosques se fortalecieron y proporcionaron refugio a otras especies. Además, al reducir la presencia de ciervos en los ríos, los cursos de agua se recuperaron, lo que benefició a los peces y otros organismos acuáticos.

Este ejemplo ilustra cómo los depredadores máximos desempeñan un papel fundamental en la salud y el equilibrio de los ecosistemas. Su ausencia puede tener efectos devastadores en la biodiversidad y en la estructura del paisaje. Por lo tanto, aunque la representación de los depredadores en "El Rey León" pueda ser caricaturesca, nos recuerda la importancia de su papel en las sabanas tropicales y en otros ecosistemas alrededor del mundo.

Es fundamental comprender y valorar la interconexión entre las diferentes especies y los roles que desempeñan en la mantención del equilibrio ecológico. Los depredadores máximos son una pieza clave en este rompecabezas, y su presencia o ausencia puede tener efectos significativos en la diversidad biológica y en la estructura de los ecosistemas.

La película destaca la importancia de preservar la biodiversidad de las sabanas tropicales y el impacto negativo que pueden tener las acciones humanas desenfrenadas. Nos invita a reflexionar sobre nuestro papel como guardianes de estos ecosistemas y nos muestra la belleza y la grandeza de la naturaleza que nos rodea.

"El Rey León" ha trascendido las fronteras culturales y ha sido amada por audiencias de todas las edades y nacionalidades. Su legado en el imaginario colectivo ha llevado a un mayor interés y aprecio por las sabanas tropicales y ha inspirado a muchas personas a explorar y aprender más sobre estos ecosistemas fascinantes.

"The Gods Must Be Crazy" (1980)

"Los Dioses Deben Estar Locos" es una película que combina humor y reflexión para explorar la relación entre los seres humanos y la naturaleza en las sabanas africanas. Dirigida por Jamie Uys, esta comedia sudafricana se desarrolla en el contexto de las vastas llanuras africanas y sigue las aventuras de un bosquimano que encuentra una botella de Coca-Cola, un objeto extraño y desconocido para él. Inspirado por su sentido de responsabilidad y su deseo de armonía con la naturaleza, decide devolver la botella al "fin del mundo" para evitar los conflictos que surgen por su presencia en la comunidad.

A medida que el personaje principal navega por las sabanas, se encuentra con diversos personajes que representan distintas facetas de la relación entre los seres humanos y su entorno natural. La película nos muestra las tradiciones y la sabiduría de los bosquimanos, su respeto por la naturaleza y su habilidad para sobrevivir en un entorno desafiante. A través de escenas cómicas y situaciones absurdas, se plantea la pregunta de si los avances tecnológicos y el consumismo desenfrenado han afectado negativamente nuestra conexión con la naturaleza.

La película aborda temas como la conservación del medio ambiente, la sostenibilidad y el respeto por todas las formas de vida en las sabanas africanas. Muestra cómo los bosquimanos, a pesar de vivir en un entorno hostil, han aprendido a coexistir en armonía con su entorno natural, utilizando los recursos de manera equilibrada y respetando los ciclos naturales. Esta visión reflexiva nos invita a cuestionar nuestra forma de vida moderna y nos recuerda la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.

Figura 8.15. La aparente risa de una hiena no debe ser motivo de risa o diversión, ya que es un comportamiento importante para su supervivencia y comunicación. Aunque pueda parecer cómico, la risa de una hiena es una señal de alerta y de agresión. Es una forma en la que las hienas se comunican entre sí, tanto para indicar dominancia como para advertir a otros de posibles amenazas. Además, la risa de una hiena puede ser una señal de estrés o miedo, por lo que reírse podría aumentar su nivel de ansiedad. Es importante respetar y comprender los comportamientos naturales de los animales, evitando burlarnos o tomarlos a la ligera, para fomentar una convivencia armoniosa con la vida silvestre.

La película también ofrece una visión única de la belleza y la diversidad de las sabanas africanas. A través de impresionantes paisajes, animales salvajes y la riqueza de la flora y fauna, nos sumerge en la magia y la majestuosidad de este bioma. Las sabanas africanas se convierten en un personaje más en la historia, mostrando su importancia y su influencia en la vida de los personajes.

"Los Dioses Deben Estar Locos" nos deja con un mensaje profundo sobre la necesidad de preservar y proteger los biomas de sabana tropical en todo el mundo. Nos recuerda que la naturaleza es valiosa y que dependemos de ella para nuestra supervivencia y bienestar. A través del humor y la comedia, nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en el medio ambiente.

Música llanera

La música llanera es un tesoro cultural que se enraíza en las vastas llanuras de Colombia y Venezuela. Este género folclórico refleja la esencia de los llaneros, habitantes de la región, y se convierte en un poderoso vehículo para celebrar la vida y la cultura de estas tierras fértiles. Con su distintivo uso de instrumentos tradicionales como el arpa, el cuatro y las maracas, la música llanera transporta a sus oyentes a las extensas y majestuosas sabanas tropicales americanas.

El sonido del arpa, con su melodía melodiosa y enérgica, se asemeja al fluir de los ríos y el viento susurrando entre la hierba alta de la llanura. Es el alma misma de la música llanera, y sus notas evocan imágenes vívidas de paisajes abiertos, llenos de vida y movimiento. El cuatro, una pequeña guitarra de cuatro cuerdas, añade una melodía rítmica que se entrelaza con el arpa, aportando una textura única y un carácter festivo a las composiciones. Las maracas, con su distintivo sonido de percusión, aportan un ritmo enérgico y contagioso, que invita a la danza y a la celebración.

Figura 8.16. "La Potra Zaina" es un icónico joropo llanero que relata la historia de una potranca salvaje y hermosa que simboliza la libertad y la indomabilidad de la naturaleza, la juventud y la feminidad. Esta canción ha sido interpretada por diferentes artistas y su melodía pegadiza y letras emotivas han conquistado los corazones de muchas personas.

La música llanera no solo es una expresión artística, sino también un medio de comunicación y transmisión de la historia y las tradiciones de los llaneros. A través de sus letras, se cuentan historias de amor, desamor, valentía y desafíos cotidianos de la vida en la sabana. Estas letras poéticas retratan las experiencias y las emociones de los llaneros, sus vivencias en la naturaleza y su profundo vínculo con el entorno.

Cada vez que suenan las melodías de la música llanera, se revive el espíritu de la tierra y se resalta la importancia de preservar las tradiciones culturales. Las canciones transmiten una sensación de arraigo y pertenencia a la sabana tropical, recordándonos la belleza y la diversidad de la naturaleza que nos rodea. Las letras también capturan la relación íntima de los llaneros con sus caballos, animales emblemáticos que representan la libertad y la destreza en la vida cotidiana de estos habitantes de la llanura.

La música llanera ha trascendido las fronteras de Colombia y Venezuela, llegando a diferentes partes del mundo y ganando reconocimiento internacional. Festivales y conciertos dedicados a la música llanera se llevan a cabo en diversas ciudades, donde artistas y músicos llaneros comparten su talento y pasión por este género. Estos eventos son oportunidades para enriquecer la comprensión de las culturas llaneras y promover la preservación de sus tradiciones.

Highlife

El Highlife es un género musical fascinante que tiene sus raíces en las sabanas tropicales de África occidental, específicamente en Ghana. Surgió en la década de 1920 como una fusión única de influencias africanas y occidentales, y se convirtió en una expresión vibrante y distintiva de la cultura de la región.

El ritmo animado y las melodías alegres del Highlife capturan la esencia de la vida en las sabanas tropicales. Sus composiciones se caracterizan por el uso de guitarras, tambores, trompetas y saxofones, creando un sonido enérgico y festivo. La música Highlife es conocida por su capacidad para levantar el ánimo y hacer que la gente baile y se divierta.

Además de su ritmo contagioso, el Highlife también es reconocido por sus letras que abordan temas sociales, políticos y culturales. Muchas canciones del género transmiten mensajes de unidad, amor, esperanza y lucha contra la opresión. Estas letras profundas reflejan la realidad de las comunidades que habitan las sabanas tropicales, transmitiendo tanto alegría como conciencia social.

El Highlife ha dejado una marca significativa en la escena musical africana y ha influido en otros géneros como el Afrobeat y el Juju. Artistas como E.T. Mensah, Osibisa y Amakye Dede son considerados pioneros del Highlife y han contribuido a su popularidad tanto a nivel local como internacional.

En las sabanas tropicales de África occidental, el Highlife se convirtió en la banda sonora de las celebraciones, festividades y momentos de alegría. La música se tocaba en eventos sociales, fiestas tradicionales y clubes nocturnos, creando un ambiente festivo y vibrante. Las sabanas tropicales proporcionaron el escenario perfecto para que el Highlife floreciera, ya que su ritmo enérgico y melodías pegadizas se combinaban con el espíritu animado de las comunidades locales.

Figura 8.17. "Yaa Amponsah" de E.T. Mensah, considerada un himno del Highlife, es la canción más importante y popular que representa la vida en las sabanas tropicales. Su ritmo alegre y letras evocadoras capturan la esencia y la belleza de este bioma. La canción celebra la exuberancia de las sabanas, y su impacto cultural ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un símbolo icónico. Con su contagioso ritmo y melodías pegadizas, invita a sumergirse en la experiencia de las sabanas tropicales, transmitiendo una sensación de felicidad y vitalidad. "Yaa Amponsah" ha dejado una huella duradera en la cultura musical, siendo un himno de la vida en las sabanas tropicales.

El impacto cultural del Highlife va más allá de la música en sí misma. Ha influido en la moda, el baile y las expresiones artísticas en general. Los atuendos coloridos y llamativos, así como los movimientos de baile enérgicos, son una parte integral de la experiencia del Highlife. Las sabanas tropicales y su belleza natural han servido de inspiración para muchos de estos elementos visuales, que se entrelazan con la música para crear una experiencia completa y cautivadora.

A lo largo de las décadas, el Highlife ha evolucionado y ha adoptado influencias de otros géneros musicales. Ha experimentado fusiones con el jazz, el reggae y el funk, ampliando aún más su alcance y atractivo. Sin embargo, las raíces del Highlife en las sabanas tropicales siguen siendo fundamentales para su identidad y esencia..

9. Los desiertos

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En el paisaje desértico, esculpido por el viento y la ausencia de agua, el ecologista crece para apreciar la geología, la hidrología y el clima tanto como los organismos. En el desierto, la sequía y las inundaciones repentinas, y el calor y el frío amargo, a menudo van de la mano. Sin embargo, la descripción a menudo repetida de la vida en el desierto como "vida en el borde de la existencia" traiciona la visión de un extraño. La vida en el desierto no es exuberante, pero no se sigue que las condiciones de vida allí son necesariamente ásperas. Para muchas especies, el desierto es el centro de su mundo, no el borde. A su manera, muchos organismos desérticos florecen con raciones escasas de agua, altas temperaturas y suelos salinos. Para comprender la vida en el desierto, el ecologista debe verla desde la perspectiva de sus habitantes naturales.

Figura 9.1. Aunque los desiertos de arena infinita tienen un aura romántica y evocadora, son escasos en comparación con los desiertos rocosos, que son más comunes en diversas regiones del mundo. Estos desiertos se caracterizan por su terreno cubierto de piedras, rocas y grava, creando paisajes áridos y desolados. A pesar de su aparente aridez, los desiertos rocosos albergan una sorprendente variedad de vida adaptada a las condiciones extremas, como plantas resistentes, reptiles y pequeños mamíferos. La fauna de los desiertos rocosos ha desarrollado ingeniosas estrategias de supervivencia para enfrentar las altas temperaturas y la falta de agua. La conservación de estos hábitats únicos es vital para proteger la biodiversidad y el valioso equilibrio ecológico que mantienen en algunas de las áreas más extremas de nuestro planeta.

Geografía

Los desiertos ocupan aproximadamente el 20% de la superficie terrestre de la tierra. Dos bandas de desiertos rodean el globo, una a unos 30° N de latitud y una a unos 30° S. 

Estas bandas corresponden a latitudes en las que desciende el aire subtropical seco, secando el paisaje a medida que se extiende hacia el norte y el sur. Otros desiertos se encuentran bien en el interior de los continentes, por ejemplo, el Gobi de Asia central, o en la sombra de la lluvia de las montañas, por ejemplo, el desierto de la Gran Cuenca de América del Norte. Aún más se encuentran a lo largo de las frías costas occidentales de los continentes, por ejemplo, el Atacama de Sudamérica y el Namib del suroeste de África, donde el aire que circula a través de un océano fresco ofrece mucha niebla a la costa, pero poca lluvia.

Figura 9.2. Los grandes desiertos se distribuyen normalmente sobre o por debajo de los trópicos, siendo fronteras con regiones templadas, pero esto puede ser engañoso, algunos parches desérticos pueden presentarse en zonas tropicales debido a la ausencia de agua. (YouTube) (YouTube).

Clima

Las condiciones ambientales varían considerablemente de un desierto a otro. Algunos, como el Atacama y el Sahara central, reciben muy pocas precipitaciones y se ajustan al estereotipo de los desiertos como lugares extremadamente secos. Otros desiertos, como algunas partes del desierto de Sonora de Norteamérica, pueden recibir casi 300 mm de lluvia anualmente. Cualquiera que sea su precipitación media anual, sin embargo, la pérdida de agua en los desiertos debido a la evaporación y transpiración de las plantas supera las precipitaciones durante la mayor parte del año. Tenga en cuenta que las condiciones de sequía prevalecen durante todos los meses y que durante algunos meses las temperaturas medias superan los 30 ° C. Se han registrado temperaturas de sombra mayores de 56 ° C en los desiertos del Norte de África y del oeste de América del Norte. Sin embargo, algunos desiertos pueden ser amargamente frío. Por ejemplo, las temperaturas medias de invierno en Dzamiin Uuded, Mongolia, en el desierto de Gobi de Asia central caen a veces a -20 ° C.

Suelos

Las plantas y animales del desierto pueden convertir este paisaje en un mosaico de suelos diversos. Los suelos del desierto son generalmente tan bajos en materia orgánica que a veces se clasifican como litosoles, lo que significa piedra o suelo mineral. Sin embargo, los suelos bajo arbustos del desierto a menudo contienen grandes cantidades de materia orgánica y forman islas de fertilidad. Los animales del desierto también pueden afectar las propiedades del suelo. Por ejemplo, en América del Norte, las ratas canguro cambian la textura y elevan el contenido de nutrientes de los suelos superficiales mediante la excavación y el acaparamiento de las semillas. En los desiertos del Medio Oriente, los puercoespines y los isópodos influyen fuertemente en una variedad de propiedades del suelo.

Los suelos desérticos, particularmente aquellos en valles y tierras bajas mal drenados, pueden contener altas concentraciones de sales. Las sales se acumulan en estos suelos a medida que el agua se evapora de la superficie del suelo, dejando atrás cualesquiera sales que se disolvieron en el agua. La acumulación de sal aumenta la aridez del medio ambiente del desierto al hacer más difícil que las plantas extraigan agua de los suelos. A medida que los suelos desérticos envejecen, tienden a formar un horizonte de carbonato rico en carbonato rico en calcio llamado caliche. El grado de formación de caliche ha demostrado ser una herramienta útil para el envejecimiento de estos suelos.

Biología

El paisaje desértico es un mundo fascinante y único que presenta una serie de adaptaciones sorprendentes en las plantas y animales que lo habitan. En este artículo, exploraremos a fondo el fascinante mundo de los desiertos, examinando las adaptaciones de las plantas y los animales que les permiten sobrevivir en condiciones extremas.

Figura 9.3. Carnegiea gigantea, comúnmente conocido como el cactus saguaro, es una especie icónica de cactus que se encuentra en el desierto de Sonora en América del Norte. Es conocido por su imponente tamaño y su forma distintiva de brazos extendidos hacia el cielo. El cactus saguaro puede crecer hasta alturas impresionantes, alcanzando más de 15 metros de altura. Su estructura interna le permite almacenar grandes cantidades de agua, lo que le permite sobrevivir en condiciones de sequía extrema. Además de su papel en el ecosistema desértico como proveedor de alimento y refugio para diversas especies, el cactus saguaro también es un símbolo cultural y un ícono de los paisajes desérticos, representando la tenacidad y la belleza de la vida en entornos hostiles.

La vegetación del desierto es notable por su apariencia distintiva y su capacidad para enfrentar la escasez de agua y las altas temperaturas. Encontramos una amplia variedad de plantas adaptadas a los desiertos de todo el mundo, cada una con sus propias estrategias de supervivencia. Entre ellas se encuentran el cactus saguaro (Carnegiea gigantea), conocido por su forma icónica de brazos extendidos y su capacidad para almacenar grandes cantidades de agua en su interior. Otro ejemplo es el arbusto de creosota (Larrea tridentata), que tiene hojas pequeñas y resinosas que ayudan a reducir la pérdida de agua por evaporación.

En los desiertos también encontramos plantas conocidas como plantas efímeras, que permanecen inactivas en el suelo como semillas hasta que llega un evento de lluvia. En ese momento, germinan rápidamente y crecen rápidamente para aprovechar al máximo la humedad disponible. Un ejemplo de estas plantas es el desierto de Mojave primaveral (Abronia villosa), que florece en un estallido de color después de las lluvias, pero luego se marchita y se vuelve inactiva hasta la próxima temporada de lluvias.

Figura 9.4. El Camelus dromedarius, comúnmente conocido como el camello dromedario, es una especie de mamífero herbívoro que se encuentra en las regiones desérticas de África, Medio Oriente y Asia. Se caracteriza por su única joroba en la espalda, que le permite almacenar reservas de grasa y agua para sobrevivir en condiciones extremadamente áridas. Los camellos dromedarios son conocidos por su capacidad de adaptación a los desiertos, ya que pueden resistir largos períodos sin agua y tolerar altas temperaturas. Su resistencia y capacidad para transportar cargas pesadas a través de terrenos difíciles los han convertido en animales de trabajo valiosos en estas regiones. Además, los camellos dromedarios también son apreciados por su leche y carne, que son importantes fuentes de alimento en áreas desérticas.

En cuanto a la fauna del desierto, los animales también han desarrollado adaptaciones notables para sobrevivir en este entorno hostil. Uno de los ejemplos más conocidos es el camello dromedario (Camelus dromedarius), que puede sobrevivir durante largos períodos sin agua y es capaz de tolerar temperaturas extremas. Otro ejemplo es el ratón canguro (Dipodomys spp.), que tiene patas traseras largas y musculosas que le permiten moverse rápidamente y dar saltos largos para escapar de los depredadores y encontrar comida en un entorno escaso.

En los desiertos también encontramos reptiles fascinantes, como la serpiente de cascabel de diamante occidental (Crotalus atrox), conocida por su veneno potente y su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas. Los insectos también desempeñan un papel importante en los ecosistemas desérticos, como el escarabajo de la muerte (Asbolus verrucosus), que se alimenta de materia en descomposición y ayuda en el proceso de descomposición.

Figura 9.5. Asbolus verrucosus es un escarabajo pelotero que habita en los desiertos de Australia. Se caracteriza por su apariencia distintiva, con un cuerpo redondeado y verrugas prominentes en su exoesqueleto. Este escarabajo desempeña un papel crucial en el ecosistema del desierto, ya que se alimenta de excrementos de animales y los transforma en bolas de estiércol, las cuales entierra bajo la arena. Estas bolas de estiércol sirven como fuente de alimento y refugio para otros insectos y pequeños organismos en el desierto. Además, Asbolus verrucosus contribuye a la fertilización del suelo al transportar nutrientes a través de sus actividades de entierro de estiércol. Su presencia es fundamental para el equilibrio y la salud del ecosistema del desierto australiano.

La diversidad de especies en los desiertos puede ser sorprendente, a pesar de la aparente falta de recursos. Los desiertos albergan una variedad de aves, como el águila real (Aquila chrysaetos), el ave carpintero de Gila (Melanerpes uropygialis) y el búho nival (Bubo scandiacus). Estas aves han desarrollado adaptaciones para buscar alimento y sobrevivir en condiciones de aridez.

Es importante destacar que los desiertos también enfrentan desafíos significativos debido a la influencia humana. La degradación del hábitat, la urbanización y el cambio climático representan amenazas para la biodiversidad de los desiertos en todo el mundo. La conservación de estos ecosistemas es fundamental para proteger las especies y preservar su riqueza natural.

Figura 9.6. Aquila chrysaetos, también conocido como águila real, es una impresionante especie de ave rapaz que se encuentra en diversos hábitats, incluyendo áreas desérticas. Es conocida por su imponente tamaño y poderoso vuelo. El águila real tiene un plumaje marrón oscuro y dorado en su cabeza y cuello, lo que le confiere su nombre científico "chrysaetos", que significa "águila dorada". Esta majestuosa ave es un depredador ágil y formidable, con una visión excepcional y garras afiladas. Se alimenta principalmente de pequeños mamíferos y aves, y es capaz de cazar presas mucho más grandes que ella misma. El águila real es considerada un símbolo de fuerza y poder en muchas culturas, y su presencia en los desiertos añade un elemento de grandeza y belleza a estos áridos paisajes.

Influencias humanas

Los pueblos que habitan en las regiones desérticas del mundo han desarrollado una serie de adaptaciones y estrategias para sobrevivir en entornos extremadamente áridos. A lo largo de la historia, han demostrado una notable resiliencia y han logrado florecer en lugares donde la naturaleza es escasa y los recursos son limitados. A pesar de las dificultades, han encontrado formas ingeniosas de obtener agua, alimento y refugio, estableciendo comunidades en oasis y valles fluviales.

En comparación con las verdaderas especies desérticas, los seres humanos utilizan una cantidad mínima de agua. Han aprendido a conservar y utilizar eficientemente los recursos hídricos, mediante la recolección y almacenamiento de agua de lluvia, la construcción de sistemas de irrigación y el aprovechamiento de fuentes subterráneas. La gestión del agua se convierte en una prioridad para las comunidades del desierto, ya que es vital para su supervivencia.

Sin embargo, el crecimiento de las poblaciones humanas en los desiertos ha generado nuevos desafíos. La demanda de recursos naturales, como el agua y la tierra, ha llevado a la sobreexplotación de los ecosistemas desérticos. Muchos paisajes que una vez fueron utilizados para la agricultura de regadío ahora sufren degradación debido a la acumulación de sal en los suelos, lo que limita su capacidad para sostener cultivos.

La expansión de los desiertos es una preocupación creciente en el contexto del cambio climático y la actividad humana. A medida que los patrones climáticos cambian y la desertificación avanza, los desiertos están aumentando en área. Esto tiene un impacto negativo en otros biomas, ya que los desiertos se expanden a expensas de otros ecosistemas. La deforestación, el sobrepastoreo y la degradación del suelo son factores que contribuyen a este proceso.

Para abordar estos desafíos, es fundamental establecer un equilibrio en el uso de los recursos del desierto. Se requiere una gestión sostenible que proteja la biodiversidad y los hábitats naturales, al tiempo que satisfaga las necesidades de las comunidades humanas. La conservación de los ecosistemas desérticos no solo es importante para salvaguardar a las especies y hábitats únicos que los habitan, sino también para garantizar la disponibilidad de recursos vitales, como el agua, para las generaciones futuras.

La preservación de los desiertos también implica la valoración y el respeto de las culturas y tradiciones de los pueblos del desierto. Estas comunidades poseen un conocimiento profundo y ancestral sobre cómo sobrevivir en estos entornos extremos. Sus prácticas de uso sostenible de los recursos y su conexión con la tierra y la naturaleza son ejemplos valiosos de cómo coexistir en armonía con los ecosistemas.

En cuanto a la protección y conservación de la biodiversidad en los desiertos, es fundamental llevar a cabo investigaciones científicas para comprender mejor estos ecosistemas y las especies que los habitan. Los estudios sobre la adaptación de las plantas y los animales al entorno desértico, así como la identificación de especies endémicas y en peligro de extinción, son esenciales para tomar medidas efectivas de conservación.

Además, es crucial fomentar la conciencia y la educación ambiental en las comunidades del desierto y en la sociedad en general. Promover prácticas sostenibles, como la reforestación, el uso eficiente del agua y la conservación de la biodiversidad, ayuda a crear una mayor comprensión de la importancia de los desiertos y su preservación.

Importancia cultural

Los desiertos del mundo son paisajes fascinantes y misteriosos que albergan una riqueza cultural única. Aunque a menudo se asocian con la aridez y la falta de vida, los desiertos son hogar de diversas comunidades humanas que han desarrollado culturas y tradiciones adaptadas a las condiciones extremas de estos entornos. En este artículo, exploraremos la importancia cultural de los desiertos, destacando cómo las sociedades que los habitan han forjado una conexión profunda con estas vastas extensiones de tierra.

Figura 9.7. Los Wayúu son una tribu indígena que habita en la región desértica de La Guajira, en Colombia y Venezuela. Son el grupo étnico más numeroso de Colombia y se caracterizan por su rica cultura y tradiciones ancestrales. Los Wayúu han desarrollado una estrecha relación con el entorno natural y dependen de la ganadería, la pesca y la agricultura para su subsistencia. Su sociedad se organiza en clanes matrilineales, donde la mujer tiene un papel central en la toma de decisiones. La artesanía, especialmente la elaboración de mochilas y hamacas, es una parte importante de su identidad cultural. Los Wayúu valoran la solidaridad, la reciprocidad y el respeto por la naturaleza.

Los desiertos abarcan una gran parte de la superficie terrestre y se encuentran en varios continentes, desde el Sahara en África hasta el desierto del Gobi en Asia, pasando por el desierto de Mojave en América del Norte. Estos vastos territorios desolados han sido habitados por comunidades humanas durante miles de años y han sido testigos del surgimiento y la caída de civilizaciones antiguas.

Una de las principales formas en que los desiertos han influido en la cultura de las sociedades que los habitan es a través de su conexión con la espiritualidad y la religión. Para muchas culturas del desierto, estos paisajes áridos y vastos son considerados sagrados y se cree que albergan un poder espiritual. Los desiertos ofrecen un espacio para la meditación, la introspección y la búsqueda de la trascendencia. Las prácticas religiosas y espirituales, como los rituales de iniciación y las peregrinaciones, a menudo se llevan a cabo en estos entornos desérticos.

Figura 9.8. Los Tuareg son un grupo étnico nómada que habita en las regiones desérticas del Sahara, principalmente en los países de Mali, Níger, Argelia y Libia. También se les conoce como "los hombres azules" debido al color característico de sus ropas y turbantes. Los Tuareg tienen una cultura rica y distintiva, con una tradición de vida nómada y una fuerte conexión con el desierto. Son conocidos por su habilidad en la navegación por las vastas extensiones del Sahara y por su destreza en el manejo de camellos. La música y la poesía juegan un papel importante en su cultura, y sus canciones, conocidas como "takamba", transmiten historias de su vida en el desierto. Los Tuareg han enfrentado desafíos debido a conflictos políticos y la degradación del medio ambiente, pero siguen preservando su identidad cultural y su forma de vida tradicional.

La relación de las comunidades del desierto con el entorno natural también ha influido en sus formas de subsistencia y en la manera en que se organizan socialmente. Las sociedades nómadas del desierto, como los beduinos en el desierto del Sahara y los tuareg en el desierto del Sáhara y el desierto del Sahel, han desarrollado sistemas de vida adaptados a la movilidad y a la búsqueda de recursos escasos. Estas comunidades han sido capaces de sobrevivir en entornos hostiles gracias a su conocimiento profundo del desierto y a su capacidad para aprovechar los recursos naturales de manera sostenible.

La música y la danza también desempeñan un papel importante en la cultura de los desiertos. Las canciones y los ritmos tradicionales reflejan las experiencias y los sentimientos de las comunidades del desierto, y a menudo celebran la belleza del entorno natural y la resiliencia de las personas que lo habitan. Los instrumentos musicales tradicionales, como el oud árabe y el guembri del Sahara, están arraigados en la cultura del desierto y se utilizan para contar historias y transmitir tradiciones de generación en generación.

Figura 9.9. Los Pashtu, también conocidos como pastunes, son una tribu que habita principalmente en el desierto de Afganistán y áreas adyacentes de Pakistán. Son el grupo étnico más grande en Afganistán y se consideran descendientes de los antiguos pueblos indoiraníes. Los Pashtu tienen una cultura rica y una historia arraigada en el desierto, conocidos por su valentía y orgullo. Su código de conducta, conocido como el "Pashtunwali", enfatiza la hospitalidad, el honor y la venganza. La tribu Pashtu ha desempeñado un papel importante en la historia y política de la región, y muchos de ellos han sido guerreros y líderes influyentes. Aunque han enfrentado desafíos a lo largo de los años debido a conflictos y cambios políticos, los Pashtu siguen manteniendo sus tradiciones y costumbres arraigadas en el desierto.

La artesanía también tiene un lugar destacado en la cultura de los desiertos. Las comunidades del desierto han desarrollado habilidades únicas en la creación de tejidos, cerámica, cestería y joyería, utilizando materiales naturales disponibles en su entorno. Estas artesanías no solo tienen un valor estético, sino que también desempeñan un papel importante en la preservación de las tradiciones y en la transmisión del conocimiento cultural de una generación a otra.

Además de su importancia cultural, los desiertos también son hogar de una gran diversidad biológica. Aunque la vida en los desiertos puede parecer escasa, estos ecosistemas albergan una variedad de especies adaptadas a las condiciones extremas. Desde los cactus en los desiertos de América del Norte hasta los reptiles y los insectos en los desiertos africanos y australianos, la flora y la fauna desérticas han desarrollado una serie de adaptaciones únicas para sobrevivir en la escasez de agua y las altas temperaturas.

Figura 9.10. El Pueblo Anangu es un grupo aborigen que habita las vastas regiones desérticas de Australia Central, incluyendo el Parque Nacional de Uluru-Kata Tjuta. Son los guardianes tradicionales de estas tierras y tienen una conexión espiritual y cultural profunda con el entorno natural que los rodea. Su cultura se basa en la tradición oral, el arte rupestre, la danza y la música. El Pueblo Anangu ha conservado su forma de vida tradicional a lo largo de los años, manteniendo sus conocimientos ancestrales y su relación estrecha con la tierra. Son reconocidos por su profundo respeto por la naturaleza y su enfoque en la sostenibilidad ambiental.

Sin embargo, los desiertos también enfrentan desafíos significativos en la actualidad. El cambio climático, la urbanización y la sobreexplotación de los recursos naturales amenazan la integridad de estos ecosistemas y ponen en riesgo la supervivencia de las comunidades que dependen de ellos. Es importante promover la conservación de los desiertos y fomentar prácticas sostenibles que permitan a las comunidades locales prosperar en armonía con el entorno natural.

Los desiertos, con su vastedad y austeridad, han sido lugares de gran importancia cultural y religiosa en diversas tradiciones espirituales a lo largo de la historia. Estas vastas extensiones de tierra árida y desolada han servido como escenarios para la expiación, la búsqueda espiritual y la forja de profetas y mensajeros de los dioses en varias religiones.

En el cristianismo, el desierto ha sido un lugar simbólico de purificación y encuentro con lo divino. La tradición cristiana considera el desierto como un espacio de aislamiento y retiro espiritual, donde los fieles pueden enfrentarse a sí mismos, meditar y conectarse más profundamente con Dios. Un ejemplo destacado es el relato bíblico de Jesús, quien pasó cuarenta días y cuarenta noches en el desierto de Judea, enfrentando tentaciones y fortaleciendo su espíritu antes de iniciar su ministerio público.

En el judaísmo, el desierto también ocupa un lugar prominente en la tradición religiosa. El pueblo judío, tras su liberación de la esclavitud en Egipto, vagó por el desierto del Sinaí durante cuarenta años antes de alcanzar la Tierra Prometida. Durante ese tiempo, recibieron la Ley de Dios y establecieron una conexión espiritual profunda con Él. El Monte Sinaí, ubicado en el desierto, es considerado el lugar donde Moisés recibió los Diez Mandamientos, uno de los eventos más significativos en la historia judía.

Figura 9.11. En la película "Los Diez Mandamientos", el desierto es representado como un arquetipo de la jornada de los mensajeros de los dioses a través de distintos elementos cinematográficos. En términos de fotografía, se utiliza una paleta de colores cálidos y tierra para transmitir la aridez y la vastedad del desierto, acentuando la sensación de austeridad y desafío. En la trama, vemos a los personajes principales, como Moisés, emprender un viaje a través del desierto en busca de su misión divina, enfrentando adversidades y encontrando inspiración en su soledad. La voz del narrador resalta la grandiosidad y el significado trascendental de este paisaje, subrayando su importancia como espacio sagrado y de revelación divina.

En el islam, el desierto también juega un papel importante en la tradición religiosa. El profeta Mahoma experimentó una profunda revelación en una cueva en el monte Hira, situado en el desierto de Arabia. Allí, el arcángel Gabriel se le apareció y le transmitió el mensaje de Alá, que más tarde se convertiría en el Corán. Este evento marcó el comienzo de la misión profética de Mahoma y sentó las bases del islam.

En el hinduismo, el desierto es considerado un lugar sagrado asociado con la austeridad y la iluminación espiritual. Muchos santos y ascetas hindúes han buscado la soledad y el retiro en el desierto para meditar, practicar la renuncia y buscar la unión con lo divino. En la tradición hindú, el desierto de Thar, ubicado en el noroeste de la India y el sureste de Pakistán, es considerado un lugar sagrado asociado con la meditación y la ascensión espiritual.

En el budismo, el desierto también ha sido un lugar de retiro y búsqueda espiritual. En la tradición del budismo tibetano, los lamas y los practicantes avanzados a menudo se retiran a cuevas remotas en las montañas y desiertos para meditar y buscar la iluminación. Estos lugares se consideran propicios para la práctica espiritual intensa y el desarrollo de la sabiduría.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo los desiertos han sido vistos como lugares de importancia religiosa y espiritual en varias tradiciones. La vastedad y la soledad del desierto ofrecen un entorno propicio para la introspección, la purificación y la conexión con lo divino. Además, la escasez de recursos y las condiciones extremas del desierto han sido consideradas pruebas de fe y una forma de purificación para los buscadores espirituales.

La influencia de los desiertos en la cultura y la religión es evidente en la literatura, el arte y la música. Los desiertos han sido descritos en poemas, novelas y cuentos como lugares de desafío, misterio y revelación espiritual. En el arte, los paisajes desérticos han sido representados en pinturas y fotografías, capturando su belleza y su poder simbólico. En la música, los sonidos del desierto se han utilizado para crear ambientes místicos y meditativos.

Influencia en el imaginario colectivo

Los desiertos han dejado una huella indeleble en el imaginario colectivo a lo largo de la historia, y el cine y la música han desempeñado un papel fundamental en la difusión de esta fascinación por los paisajes desérticos. A través de películas y canciones, se ha creado una representación estética y emocional de los desiertos que ha influido en cómo los percibimos y cómo se han convertido en símbolos de diversos conceptos y emociones.

Una de las películas más emblemáticas que destaca la grandeza y los desafíos de la vida en el desierto es "Lawrence de Arabia" (1962), dirigida por David Lean. Ambientada durante la Primera Guerra Mundial, la película narra la historia de T.E. Lawrence, un aventurero británico que desempeñó un papel clave en la rebelión árabe contra el Imperio Otomano en el desierto del Sinaí y Arabia. A través de impresionantes paisajes desérticos, la película captura la inmensidad y la belleza de estos lugares inhóspitos, así como los peligros y desafíos a los que se enfrentaron los personajes.

Figura 9.12. T.E. Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, fue un personaje histórico fascinante. Nacido en 1888, Lawrence era un oficial del ejército británico y arqueólogo. Durante la Primera Guerra Mundial, desempeñó un papel crucial en la revuelta árabe contra el Imperio Otomano. Lawrence trabajó como enlace entre las tribus árabes y el ejército británico, coordinando ataques guerrilleros y estrategias militares en el desierto. Su conocimiento del terreno y su profundo respeto por la cultura árabe le permitieron ganarse la confianza de los líderes tribales y liderar exitosamente las fuerzas rebeldes. Lawrence fue una figura influyente en la formación del nuevo Medio Oriente y su trabajo ha sido reconocido como un hito histórico en la región.

Otro ejemplo destacado es "The English Patient" (1996), dirigida por Anthony Minghella, basada en la novela del mismo nombre. La película sigue la historia de un misterioso hombre herido en un accidente aéreo durante la Segunda Guerra Mundial, cuyo pasado se desarrolla a través de una serie de flashbacks. Gran parte de la película tiene lugar en el desierto del Sahara, donde el protagonista vive una aventura romántica y peligrosa. La belleza y la soledad del desierto se convierten en un telón de fondo evocador para la historia de amor y traición.

Además de las películas históricas, los desiertos también han sido representados en películas contemporáneas que exploran temas más actuales. Un ejemplo notable es "Tracks" (2013), dirigida por John Curran, basada en las memorias de Robyn Davidson. La película cuenta la historia real de Davidson, una mujer australiana que emprende un viaje solitario a pie a través del desierto de Australia central. Con paisajes impresionantes y desafiantes, la película nos sumerge en la experiencia de la soledad y la conexión con la naturaleza en un entorno desértico.

Figura 9.13. La Batalla de Hattin, ocurrió el 4 de julio de 1187 en el desierto de Hattin, cerca del lago Tiberíades en la actual Israel. Saladino, líder y genio militar y político musulmán, enfrentó al ejército cruzado liderado por Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, y logró una victoria decisiva. Durante la batalla, Saladino utilizó tácticas astutas para rodear y debilitar al ejército cruzado, mientras cortaba sus líneas de suministro de agua. La falta de agua potable y el agotamiento por el calor del desierto jugaron un papel crucial en el debilitamiento de las fuerzas cruzadas, lo que finalmente llevó a su derrota. La Batalla de Hattin resultó en la caída de Jerusalén en manos de Saladino y tuvo un impacto significativo en las Cruzadas y en la región en general hasta la actualidad.

Otra película que destaca el aspecto crucial de la disponibilidad de agua en un desierto es "El Reino de los Cielos" (2005), dirigida por Ridley Scott. Ambientada durante las Cruzadas en el siglo XII, la trama gira en torno a la toma de Jerusalén por parte de las fuerzas cristianas y la posterior lucha contra el líder musulmán Saladino. En la película, el acceso al agua es una preocupación constante tanto para los defensores como para los atacantes de la ciudad. La escasez de agua se convierte en un factor determinante en la estrategia militar y en la capacidad de resistencia de las fuerzas en conflicto. Esta representación refleja la importancia vital del agua en los desiertos y su impacto en la geopolítica y los conflictos históricos en la región.

Además de los dramas y las aventuras, los desiertos también han sido el escenario de películas que exploran la vida de las comunidades locales y sus luchas. "Wadjda" (2012), dirigida por Haifaa al-Mansour, es un ejemplo destacado. Ambientada en Arabia Saudita, la película cuenta la historia de una niña de diez años que sueña con tener una bicicleta, a pesar de las restricciones culturales. A través de los paisajes áridos y polvorientos del desierto, la película retrata la vida cotidiana y las dificultades de las personas que viven en esta región, al tiempo que desafíalas normas sociales establecidas.

Figura 9.14. "Tambores del Desierto" es una canción emblemática de las tribus del desierto que ha trascendido a la cultura popular. Interpretada por el grupo musical Tuareg Tinariwen, esta cautivadora melodía fusiona ritmos tradicionales del desierto con influencias contemporáneas. Los hipnóticos tambores y las guitarras resonantes transportan a los oyentes a los vastos paisajes del Sahara. La letra de la canción, cantada en el idioma tuareg, evoca una profunda conexión con el desierto, transmitiendo un mensaje de respeto y reverencia por su belleza implacable. A través de su música, Tinariwen ha logrado difundir la rica cultura del desierto y ha cautivado a audiencias de todo el mundo con su ritmo único y su mensaje que honra la esencia del desierto.

En cuanto a la música, los desiertos han inspirado una amplia gama de géneros y estilos musicales. El género del blues, por ejemplo, ha sido profundamente influenciado por la experiencia de la vida en el desierto. Canciones como "Cross Road Blues" de Robert Johnson y "Desert Blues" de Tinariwen evocan el espíritu del desierto, transmitiendo una sensación de soledad, desesperación y anhelo. Otro ejemplo es la música del compositor y músico estadounidense Ennio Morricone, conocido por sus bandas sonoras de películas del género del spaghetti western, como "El bueno, el malo y el feo" (1966). Estas composiciones evocan la vastedad del paisaje desértico y se han convertido en sinónimo de la estética del oeste salvaje.

Además del cine y la música, los desiertos han influido en otras formas de expresión artística y creativa. La literatura también ha explorado el tema de los desiertos, con obras como "El Alquimista" de Paulo Coelho, que narra un viaje espiritual en el desierto del Sahara en busca de la felicidad y el significado de la vida. Las fotografías y las obras de arte visuales también han capturado la belleza y la singularidad de los paisajes desérticos, ofreciendo una perspectiva única y a menudo surrealista de estos entornos.

En el ámbito de los viajes y el turismo, los desiertos han atraído a personas de todo el mundo en busca de aventura y exploración. Las dunas de arena, los vastos cielos estrellados y los paisajes aparentemente interminables han capturado la imaginación de los viajeros, que buscan experimentar la grandeza y la tranquilidad de estos espacios naturales.

Sin embargo, es importante reconocer que la representación de los desiertos en la cultura popular a menudo ha sido idealizada y estereotipada, centrándose en la belleza y el romanticismo, mientras pasa por alto los desafíos y la dureza de la vida en estas regiones. Los desiertos son ecosistemas delicados y frágiles que requieren una gestión y preservación cuidadosas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

10. El chaparral y otros matorrales templados

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El clima de bosque mediterráneo y de matorrales incendiarios de chaparral era el clima de los griegos clásicos y de las tribus nativas americanas costeras de baja California respectivamente. El clima templado experimentado por estas culturas fue acompañado por una alta riqueza biológica (Figura 10.1). La riqueza de la flora bosque mediterráneo es capturada por una canción popular de la región mediterránea que comienza: "La primavera ya ha llegado. Todo el campo florecerá; ¡Una fiesta de color! "A este banquete visual, los bosques mediterráneos y matorrales/chaparrales agregan un coro de canto de pájaro y los olores de plantas aromáticas, incluyendo romero, tomillo y laurel.

Figura 10.1. Los chaparrales son ecosistemas que pueden confundirse con desiertos rocosos en algunas zonas de frontera debido a sus similitudes en apariencia. Aunque comparten ciertas características, como la aridez y la presencia de suelos rocosos, existen diferencias importantes entre ellos. Los chaparrales son regiones semidesérticas con una vegetación densa de arbustos resistentes y adaptados a la falta de agua, mientras que los desiertos rocosos son paisajes más áridos y desolados, con una vegetación más escasa y adaptada a suelos más rocosos. Los chaparrales son hogar de una rica biodiversidad de flora y fauna, proporcionando refugio y alimento para diversas especies, mientras que los desiertos rocosos pueden ser más inhóspitos y con menos diversidad biológica. Es esencial comprender estas diferencias para promover su conservación y manejo adecuado, asegurando la protección de estos valiosos ecosistemas..

Geografía

Los bosques mediterráneos y los matorrales se encuentran en todos los continentes excepto en la Antártida.

Figura 10.2. Aunque los chaparrales más extensos se ubican en el mediterráneo, algunos parches pueden ubicarse en montañas tropicales con las condiciones de temperatura y agua necesarias.

Son más extensas alrededor del Mar Mediterráneo y en América del Norte, donde se extienden desde California hacia el norte de México. También se encuentran en el centro de Chile, el sur de Australia y el sur de África. Bajo las actuales condiciones climáticas, los bosques mediterráneos y los matorrales crecen entre los 30 ° y los 40 ° de latitud. Esta posición coloca la mayoría de este bioma al norte de los desiertos subtropicales en el hemisferio norte, y al sur de ellos en el hemisferio sur. La gran distribución geográfica de bosques mediterráneos y matorrales se refleja en la diversidad de nombres de este bioma. En el oeste de América del Norte, se llama chaparral. En España, el nombre más común de bosques mediterráneos y matorrales es matoral. Más al este en la cuenca mediterránea el bioma se conoce como garriga. Mientras tanto, en el Hemisferio Sur, los sudafricanos llaman al biome fynbos, mientras que los australianos se refieren a al menos una forma de él como mallee. Aunque los nombres de este bioma varían ampliamente, su clima no.

Clima

El clima mediterráneo de bosques y arbustos es fresco y húmedo durante el otoño, invierno y primavera, mientras que los veranos son calientes y secos. El peligro de heladas varía considerablemente de un bosque mediterráneo a otro. Cuando ocurren, sin embargo, las heladas generalmente no son severas. La combinación de veranos secos y vegetación densa, rica en aceites esenciales, crea condiciones ideales para incendios frecuentes e intensos.

Figura 10.3. Una de las características distintivas de las plantas del Chaparral es su adaptación única a los incendios frecuentes. Estas especies han desarrollado una estrategia de supervivencia asombrosa para coexistir con el fuego en estos ecosistemas propensos a incendios. Muchas de ellas generan aceites altamente inflamables en sus hojas y tallos, lo que puede facilitar la propagación del fuego. Sin embargo, estas mismas plantas también tienen semillas que son sorprendentemente tolerantes al fuego. Cuando ocurre un incendio, las semillas quedan protegidas en bancos de semillas subterráneos o en conos resistentes al calor, esperando pacientemente el momento adecuado para germinar y comenzar su ciclo de vida nuevamente. Esta increíble adaptación es esencial para la regeneración del Chaparral después de los incendios y destaca la resiliencia de la flora ante los desafíos naturales que enfrentan en este hábitat único..

Suelos

Los suelos de los bosques y matorrales mediterráneos, característicos de regiones como el Mediterráneo, California y el fynbos sudafricano, son una parte fundamental de estos ecosistemas únicos. Estos suelos presentan ciertas características y desafíos que influyen en la salud y la resiliencia de los ecosistemas mediterráneos.

En primer lugar, los suelos de los bosques y matorrales mediterráneos suelen tener una baja a moderada fertilidad. Esto se debe a varios factores, como la lixiviación de nutrientes debido a las lluvias estacionales y la rápida descomposición de la materia orgánica. Estos suelos no son naturalmente ricos en nutrientes, lo que limita el crecimiento de las plantas y la productividad del ecosistema.

Además, los suelos de algunos paisajes mediterráneos, como los fynbos sudafricanos, tienen una fertilidad excepcionalmente baja. Esto se debe a la adaptación de las plantas a condiciones de baja disponibilidad de nutrientes. Estas plantas han desarrollado estrategias para sobrevivir en suelos pobres, como raíces profundas y asociaciones simbióticas con hongos micorrícicos.

La erosión del suelo es otro desafío importante en los ecosistemas mediterráneos. Las lluvias intensas y las pendientes pronunciadas pueden llevar a una erosión significativa del suelo, especialmente en áreas deforestadas o donde se ha producido una perturbación natural o humana. La erosión del suelo puede tener consecuencias negativas para la productividad de la tierra, la calidad del agua y la estabilidad de los ecosistemas.

El fuego y el pastoreo excesivo también han influido en la degradación del suelo en los paisajes mediterráneos. En muchos casos, los incendios forestales son una parte natural del ciclo de vida de estos ecosistemas y ayudan a mantener su salud y diversidad. Sin embargo, los incendios frecuentes o intensos pueden llevar a la pérdida de vegetación y la degradación del suelo. El pastoreo excesivo, especialmente en combinación con incendios frecuentes, puede causar una disminución de la cobertura vegetal y una mayor erosión del suelo.

A pesar de estos desafíos, algunos paisajes mediterráneos han logrado mantener su integridad y salud durante miles de años, gracias a una cuidadosa administración y conservación. Por ejemplo, las comunidades indígenas y las prácticas tradicionales de manejo del fuego han permitido la coexistencia sostenible entre los humanos y los ecosistemas mediterráneos en ciertas áreas.

Biología

Los bosques mediterráneos y arbustos albergan una gran diversidad de especies vegetales y animales que han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en condiciones de sequía. Estas adaptaciones les permiten aprovechar al máximo los recursos disponibles y enfrentar los desafíos del clima mediterráneo.

En cuanto a las plantas, se pueden encontrar numerosas especies con adaptaciones específicas. Por ejemplo, el alcornoque (Quercus suber) es un árbol emblemático de los bosques mediterráneos que posee una corteza gruesa y resistente al fuego. Esto le permite sobrevivir a los incendios y regenerarse rápidamente. Otro ejemplo es la encina (Quercus ilex), que tiene hojas pequeñas y coriáceas que reducen la pérdida de agua por transpiración.

Figura 10.4. Quercus ilex, conocida como encina o alcornoque, es un árbol emblemático de la región mediterránea. Su presencia es común en países como España, Portugal e Italia. Este árbol perennifolio puede alcanzar una altura de hasta 25 metros. Sus hojas son verdes y brillantes en el haz, mientras que en el envés son de un tono más claro. Las bellotas que produce son un importante alimento para diversas especies animales. La encina es altamente resistente a la sequía y se adapta a suelos pobres y pedregosos. Su corteza es gruesa y rugosa, brindándole protección contra incendios. La presencia de encinax en el paisaje mediterráneo es un símbolo de su resistencia y adaptación a condiciones adversas.

En los matorrales mediterráneos, el esparto (Stipa tenacissima) es una planta herbácea que crece en suelos pobres y secos. Tiene tallos rígidos y hojas largas y duras, que ayudan a reducir la pérdida de agua. El lentisco (Pistacia lentiscus) es otro arbusto común en estos ecosistemas, con hojas pequeñas y coriáceas, y una capacidad excepcional para regenerarse después de los incendios.

En cuanto a los animales, también hay especies adaptadas a la sequía. El camaleón común (Chamaeleo chamaeleon) es una especie que se encuentra en los bosques mediterráneos y arbustos, y tiene la capacidad de cambiar de color para camuflarse y regular su temperatura corporal. El ratón de campo (Apodemus sylvaticus) es otro ejemplo, capaz de sobrevivir con poca agua y adaptarse a diferentes tipos de hábitats.

Figura 10.5. El Apodemus sylvaticus, conocido como ratón de campo o ratón silvestre, es una especie de roedor que se encuentra ampliamente distribuida en Europa. Tiene un tamaño relativamente pequeño, con un cuerpo de unos 9 a 11 centímetros de longitud y una cola de aproximadamente 10 a 13 centímetros. Su pelaje es de color marrón rojizo en la parte superior y más claro en la parte inferior. Es un animal nocturno y se alimenta principalmente de semillas, frutas, insectos y pequeños invertebrados. También construye madrigueras bajo tierra y es capaz de trepar a los árboles. Es una especie común y adaptable que puede encontrarse en una variedad de hábitats, desde bosques hasta áreas urbanas.

En relación a las relaciones simbióticas, muchas plantas de los bosques y matorrales mediterráneos establecen asociaciones mutuamente beneficiosas con microbios que fijan el nitrógeno atmosférico. Por ejemplo, el almez (Celtis australis) forma simbiosis con bacterias del género Frankia, lo que le permite obtener nitrógeno y nutrientes esenciales para su crecimiento en suelos pobres.

El fuego es un elemento recurrente en los bosques mediterráneos y arbustos, y ha influido en la selección de especies resistentes al fuego. La jarilla (Cistus spp.) es un género de arbustos abundante en estas áreas, conocido por su capacidad de rebrotar rápidamente después de los incendios. Otro ejemplo es el tomillo (Thymus spp.), que tiene hojas aromáticas y ricas en aceites esenciales que le brindan cierta protección contra el fuego.

Figura 10.6. Anemone coronaria, comúnmente conocida como anémona de corona o flor de la pasión, es una especie de planta herbácea perenne perteneciente a la familia de las ranunculáceas. Es nativa del Mediterráneo y se caracteriza por sus llamativas flores solitarias con pétalos brillantes y variados colores, que pueden incluir tonos de rojo, rosa, morado, azul o blanco. Estas flores poseen un centro oscuro compuesto por numerosos estambres amarillos. La planta alcanza una altura de 15 a 30 centímetros y sus hojas son lobuladas y verdes. La Anemone coronaria es apreciada como planta ornamental y se cultiva en jardines y parques, especialmente en climas templados y mediterráneos. También es utilizada en arreglos florales y ramos debido a su belleza y elegancia.

En cuanto a las plantas herbáceas, muchas de ellas aprovechan la estación fría y húmeda para crecer y reproducirse, evitando así la sequía y el fuego. Por ejemplo, la anémona (Anemone coronaria) florece en primavera, mientras que el narciso (Narcissus spp.) muestra sus brillantes flores amarillas durante esta época.

Figura 10.7. El Olea europaea, conocido como olivo, es un árbol perenne emblemático de la región mediterránea. Alcanza una altura de hasta 15 metros y tiene un tronco retorcido y ramas de color grisáceo. Sus hojas son lanceoladas y de color verde plateado en el reverso. El olivo es apreciado principalmente por sus frutos, las aceitunas, que son utilizadas para la producción de aceite de oliva, uno de los pilares de la dieta mediterránea. Estas aceitunas pueden ser verdes, negras o moradas, y su sabor varía desde amargo hasta suave y dulce, dependiendo del proceso de maduración. El aceite de oliva producido a partir de las aceitunas es valorado por su sabor, cualidades nutricionales y beneficios para la salud. El olivo también tiene una importancia cultural y simbólica en muchas civilizaciones mediterráneas, representando la paz, la sabiduría y la longevidad.

En los bosques mediterráneos y arbustos, los grandes depredadores tienen un papel crucial en el equilibrio y la salud de los ecosistemas. Si bien los leones no son nativos de esta región, existen otros depredadores emblemáticos que desempeñan un papel importante en la cadena alimentaria.

Uno de los depredadores más destacados es el lobo ibérico (Canis lupus signatus), una subespecie del lobo gris que habita en la Península Ibérica. Los lobos ibéricos son expertos cazadores y se alimentan principalmente de ungulados como ciervos y jabalíes. Su presencia es fundamental para controlar las poblaciones de presas y mantener la biodiversidad del ecosistema.

Figura 10.8. El Canis lupus signatus, conocido como lobo ibérico o lobo de la península ibérica, es una subespecie de lobo que habita en la región suroeste de Europa. Es un animal de tamaño mediano a grande, con un pelaje denso y variado en tonalidades de gris, marrón y negro. El lobo ibérico se distingue por tener un color más claro en su dorso y una mancha blanca en forma de escudo en su pecho, lo cual le da su nombre "signatus", que significa "marcado" en latín. Esta subespecie es endémica de la península ibérica y se encuentra principalmente en áreas boscosas y montañosas. Es un carnívoro social que se alimenta principalmente de ungulados y desempeña un papel crucial en el equilibrio ecológico de los ecosistemas donde habita. Sin embargo, el lobo ibérico ha enfrentado amenazas debido a la pérdida de hábitat y la caza indiscriminada, siendo considerado una especie en peligro de extinción en algunas áreas.

Otro depredador significativo en la región es el lince ibérico (Lynx pardinus). Esta especie de felino es endémica de la Península Ibérica y se encuentra en peligro crítico de extinción. Los linces ibéricos se especializan en la caza de conejos, que constituyen la mayor parte de su dieta. Su presencia es fundamental para el control de las poblaciones de conejos y para el mantenimiento de un ecosistema saludable.

Figura 10.9. El Lynx pardinus, conocido como lince ibérico, es un felino endémico de la península ibérica. Es una especie en peligro crítico de extinción y se caracteriza por su aspecto elegante y sus patas largas. El lince ibérico tiene un pelaje denso de color pardo rojizo con manchas oscuras en el cuerpo y rayas en la cara. Sus orejas tienen pinceles de pelo en los extremos. Es un cazador solitario y se alimenta principalmente de conejos, aunque también puede capturar aves y pequeños mamíferos. Su hábitat se encuentra en zonas de matorrales y bosques mediterráneos. Los esfuerzos de conservación se han llevado a cabo para proteger al lince ibérico, incluyendo programas de cría en cautividad y la preservación de su hábitat natural. Estos esfuerzos han logrado un aumento en la población, pero aún se considera una especie altamente amenazada.

Algunas subespecies de leopardos (Panthera pardus) que habitan en estas áreas. Por ejemplo, el leopardo de Anatolia (Panthera pardus tulliana) es una subespecie que se encuentra en peligro crítico y habita en las regiones montañosas de Anatolia, en Turquía. Estos leopardos tienen adaptaciones específicas para vivir en zonas boscosas y rocosas, y su dieta incluye ungulados y pequeños mamíferos.

Además de los depredadores mencionados, otros carnívoros presentes en los bosques mediterráneos y arbustos incluyen el zorro rojo (Vulpes vulpes), el meloncillo (Herpestes ichneumon) y el gato montés (Felis silvestris). Estas especies desempeñan un papel importante en el control de las poblaciones de roedores y otros pequeños mamíferos, ayudando así a mantener el equilibrio del ecosistema.

Figura 10.10. El Herpestes ichneumon, conocido como mangosta egipcia o ichneumón, es un pequeño mamífero carnívoro que habita en el norte de África y el suroeste de Asia. Tiene un cuerpo alargado y esbelto, con una longitud promedio de unos 60 centímetros, excluyendo la cola. Su pelaje es de color marrón claro o grisáceo y presenta una distintiva mancha negra en la punta de la cola. La mangosta egipcia es conocida por su comportamiento diurno y por ser una excelente cazadora de serpientes y otros reptiles. También se alimenta de roedores, insectos y aves. Es capaz de trepar árboles y nadar con facilidad. Aunque no está en peligro de extinción, la destrucción de su hábitat y la caza ilegal representan amenazas para su población.

Históricamente se ha documentado que los leones habitaron regiones del sur de Europa, incluyendo Grecia y Macedonia. En la antigüedad, los leones eran una presencia imponente en la región y eran cazados por los reyes y aristócratas como una muestra de poder y estatus.

En la antigua Grecia, los leones eran considerados símbolos de fuerza y nobleza. La leyenda del león de Nemea, parte de los famosos trabajos del héroe mitológico Hércules, relata la lucha del héroe contra un feroz león que aterrorizaba la región de Nemea en el Peloponeso.

Figura 10.11. La tumba de Filipo II de Macedonia, ubicada en Vergina, Grecia, proporciona evidencia histórica de la presencia de leones en Europa en épocas antiguas. La tumba, descubierta en 1977, es una estructura imponente que alberga los restos del rey Filipo II, padre de Alejandro Magno. En su interior, se encontraron frescos bien conservados que representan escenas de caza, entre las que destacan dos leonas. Estas representaciones de leones en la tumba de Filipo II indican la existencia de esta especie en Europa en ese período histórico. Si bien los leones eran más comunes en África y Asia, se sabe que en la antigüedad también habitaban en algunas áreas del continente europeo, como Grecia y los Balcanes. Además, los leones eran considerados símbolos de poder y realeza, y su presencia en los frescos de la tumba de Filipo II refuerza la idea de su importancia simbólica en la cultura macedonia y en la antigua Grecia en general, solo el rey o sus representantes tenían el derecho de matar al rey de las bestias. Estas representaciones proporcionan valiosas pistas sobre la fauna y la iconografía de la época, y ayudan a reconstruir la historia de la relación entre humanos y leones en Europa.

La caza de leones en la antigua Grecia también se asociaba con la caza deportiva y los juegos de la realeza. Se organizaban expediciones de caza en las que los reyes y aristócratas perseguían y cazaban leones como una muestra de valentía y habilidad. Estas cacerías reales eran eventos muy celebrados y se consideraban un espectáculo para el entretenimiento de la élite.

Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios en el entorno y el ecosistema, los leones desaparecieron de la región. La deforestación, la expansión humana y la caza indiscriminada redujeron drásticamente sus poblaciones hasta su eventual extinción en Europa continental.

Aunque los leones ya no existen en la región, su presencia en el pasado ha dejado un impacto significativo en la cultura y la mitología griega. Hoy en día, se pueden encontrar representaciones de leones en artefactos antiguos, esculturas y frescos que han sobrevivido a lo largo de los siglos. Estas representaciones son un recordatorio tangible de la relación que existió entre los leones y las antiguas sociedades griegas.

Influencia humana

El impacto de la actividad humana en los paisajes de bosques y matorrales mediterráneos ha sido significativo y ha dejado una profunda huella en estas regiones. Sin embargo, no solo en el sur de España y Portugal se han visto los efectos de la interacción entre los seres humanos y estos ecosistemas únicos. A lo largo de todo el Mediterráneo, así como en otras partes del mundo con paisajes similares de matorrales, se pueden observar los resultados de la influencia humana en la estructura y composición de estos entornos.

El sistema de gestión agrícola tradicional de los bosques de roble abierto en el sur de España y Portugal es un ejemplo destacado de cómo la actividad humana ha moldeado estos paisajes a lo largo de milenios. En este sistema, el ganado ha pastoreado las hierbas, los cerdos han consumido las bellotas producidas por los robles, y el corcho ha sido cosechado de los alcornoques como un cultivo comercial valioso. Estas prácticas agrícolas han permitido que el bosque de roble abierto se mantenga y se beneficie tanto de la actividad humana como de la biodiversidad asociada.

Este enfoque de agricultura de baja intensidad y sostenibilidad a largo plazo podría servir como una lección para otras regiones que buscan desarrollar una agricultura más sostenible. La rotación de cultivos, el pastoreo controlado y la interacción armoniosa con los recursos naturales pueden ser clave para preservar y manejar adecuadamente los matorrales y bosques mediterráneos en todo el mundo.

Figura 10.12. La agricultura de baja intensidad se refiere a un enfoque de producción agrícola que se caracteriza por su impacto reducido en el medio ambiente y su respeto por la sostenibilidad a largo plazo. Se basa en prácticas que buscan minimizar el uso de insumos externos, como fertilizantes y pesticidas químicos, y fomentar la utilización de recursos naturales y procesos biológicos. Este enfoque promueve la diversificación de cultivos, la rotación de cultivos, el uso eficiente del agua y la conservación del suelo. Además, busca promover la biodiversidad, reducir la erosión del suelo y minimizar la contaminación del agua y del aire. La agricultura de baja intensidad se enfoca en sistemas agrícolas equilibrados y resilientes, que preservan la salud del ecosistema y garantizan la producción de alimentos de manera sostenible.

Además, no podemos ignorar el legado de una larga historia de ocupación humana en estas áreas. Las altas densidades de población, junto con siglos de presencia humana, han dejado una marca indeleble en los bosques mediterráneos y los matorrales. Desde los primeros impactos de la tala de bosques para la agricultura hasta las prácticas actuales de quema controlada para el manejo de la vegetación, la cosecha selectiva de plantas para diversos usos y el pastoreo de ganado doméstico, la influencia humana ha transformado profundamente estos paisajes.

En la actualidad, el crecimiento de las áreas urbanas y las necesidades humanas en expansión están amenazando los bosques mediterráneos y los matorrales en todo el mundo. La presión para la urbanización y la conversión de tierras para la agricultura intensiva y otros fines ha llevado a la fragmentación de los hábitats y a la pérdida de biodiversidad. Los incendios forestales también representan un desafío significativo, tanto los naturales como los provocados por la actividad humana irresponsable.

Para abordar estos desafíos y promover la conservación de los bosques mediterráneos y los matorrales, es fundamental adoptar enfoques integrales y sostenibles. La planificación del uso de la tierra, la gestión de incendios forestales, la educación ambiental y la participación de las comunidades locales son aspectos clave para garantizar la protección y la supervivencia de estos ecosistemas únicos.

Es esencial reconocer el valor ecológico, cultural y económico de los bosques mediterráneos y los matorrales, y promover su conservación como parte integral de nuestro patrimonio natural. Solo a través de esfuerzos conjuntos, tanto a nivel local como global, podemos garantizar un equilibrio adecuado entre las necesidades humanas y la preservación de estos entornos valiosos para las generaciones futuras.

Figura 10.13. La planta rodadora de los chaparrales, conocida científicamente como Erodium cicutarium, es una especie herbácea de la familia Geraniaceae. Su nombre común se debe a su peculiar forma de propagarse, mediante la dispersión de sus frutos que se adhieren a la ropa, el pelo de los animales o incluso a los neumáticos de los vehículos, rodando así hacia nuevos territorios. Esta planta es originaria de la región mediterránea y se ha adaptado de manera impresionante a los climas secos y áridos de los chaparrales. Sus hojas son pequeñas y divididas, mientras que sus flores, de color rosa o púrpura, atraen a los polinizadores. La planta rodadora es un ejemplo fascinante de la adaptación y la capacidad de dispersión de las especies en estos ecosistemas desafiantes.

Importancia cultural

Los bosques mediterráneos y los chaparrales han desempeñado un papel crucial en la historia y la cultura de las regiones mediterráneas a lo largo de los siglos. Estos ecosistemas únicos han influido en las formas de vida de las culturas autóctonas, como los antiguos griegos y fenicios, y han dejado una profunda huella en su desarrollo cultural, social y económico.

Figura 10.14. Los Kumiai son un grupo indígena que habita en la región del chaparral en el noroeste de Baja California, México, y en el sur de California, Estados Unidos. Su cultura tiene profundas raíces ancestrales y están estrechamente conectados con el entorno natural del chaparral. Tradicionalmente, los Kumiai han sido cazadores y recolectores, aprovechando los recursos naturales de la región para su subsistencia. Su conocimiento tradicional incluye técnicas de caza, recolección de plantas medicinales y construcción de viviendas tradicionales. Además, tienen una rica tradición cultural, expresada a través de danzas, cantos y narraciones que transmiten su historia y creencias. A pesar de los desafíos modernos, los Kumiai continúan luchando por preservar su identidad cultural y su conexión con el chaparral.

Las culturas autóctonas mediterráneas han estado adaptadas de manera intrínseca a los bosques y matorrales de la región, aprovechando los recursos naturales de manera sostenible y respetando la biodiversidad del entorno. Por ejemplo, los antiguos griegos encontraron en los bosques mediterráneos una fuente inagotable de materiales de construcción, como la madera de ciprés y el mármol, que utilizaron para la construcción de templos y edificios emblemáticos.

Además, los bosques mediterráneos y los chaparrales proporcionaron alimentos esenciales para estas culturas antiguas. Los olivares, con el olivo mediterráneo (Olea europaea) como protagonista, fueron fundamentales en la dieta y la economía de los antiguos griegos y fenicios. El aceite de oliva se convirtió en un producto de comercio importante, utilizado tanto en la alimentación como en la iluminación y la medicina.

Figura 10.15. Los antiguos griegos, una de las civilizaciones más influyentes de la historia, estaban adaptados de manera notable a su entorno mediterráneo. Vivían en una región con un clima mediterráneo caracterizado por veranos calurosos y secos, y inviernos suaves y húmedos. Esta realidad climática influenció su estilo de vida y actividades económicas. Los griegos desarrollaron técnicas agrícolas innovadoras, como la terraza y la rotación de cultivos, para aprovechar al máximo la tierra fértil y superar las limitaciones de agua. Cultivaron olivos, viñedos y cereales como trigo y cebada. Además, se convirtieron en expertos marineros y comerciantes, aprovechando el mar Mediterráneo para expandir su influencia y establecer colonias. Su adaptación al entorno mediterráneo fue fundamental para su desarrollo cultural, económico y político.

La flora y la fauna de los bosques mediterráneos también tuvieron un impacto en la mitología y la cultura popular de estas sociedades. Muchas de las criaturas míticas y deidades en la mitología griega, como las ninfas y los sátiros, estaban asociadas con los bosques y matorrales. Estos ecosistemas también proporcionaron escenarios y ambientaciones para las historias épicas y los poemas épicos, como la Odisea de Homero, que narran las aventuras y los viajes de los héroes antiguos.

La importancia cultural de los bosques mediterráneos y los chaparrales se extiende más allá de las antiguas civilizaciones. Las tradiciones y las prácticas locales han estado ligadas a estos ecosistemas durante generaciones. Por ejemplo, en algunas regiones mediterráneas, la recolección de plantas silvestres, como hierbas aromáticas y medicinales, ha sido una práctica arraigada en la cultura local. Estas plantas se utilizan en la cocina tradicional, en la medicina popular y en rituales culturales.

Además, los bosques mediterráneos han sido un escenario para festividades y celebraciones culturales. La quema controlada de matorrales, conocida como la "Fiesta de la Llama" o "Fiesta del Fuego", es una tradición arraigada en algunas comunidades mediterráneas. Estas celebraciones tienen un significado simbólico, como la renovación y la purificación, y reflejan la relación entre la comunidad y el entorno natural.

Figura 10.16. Los Ngarrindjeri son una tribu indígena que habita en la región de la cuenca baja del río Murray, en el sureste de Australia Meridional. Han sido custodios de la tierra y el agua durante miles de años. Su cultura y modo de vida están profundamente arraigados en su conexión con la naturaleza y los sistemas fluviales de la región. Los Ngarrindjeri son conocidos por su rica tradición oral, arte y habilidades en la navegación y pesca. Han desarrollado una profunda comprensión del medio ambiente y practican la gestión sostenible de los recursos naturales. Los Ngarrindjeri han enfrentado desafíos debido a la colonización, pero continúan luchando por la preservación de su cultura y la protección de su tierra ancestral.

La conservación y el manejo sostenible de los bosques mediterráneos y los chaparrales son fundamentales para preservar esta rica herencia cultural. La protección de la biodiversidad, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la educación ambiental son aspectos clave para garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar y beneficiarse de estos ecosistemas tan valiosos.

Influencia en el imaginario colectivo

El chaparral, ese ecosistema árido y resistente que se extiende por diversas regiones del mundo, ha dejado una profunda huella en el imaginario colectivo a lo largo de la historia. Desde las épicas grecorromanas hasta las historias de vaqueros en América y Australia, el chaparral ha sido un telón de fondo fascinante que ha influido en la cultura, la literatura y el cine. Este artículo explora la influencia del chaparral en el imaginario colectivo, destacando las épicas grecorromanas y las historias de vaqueros.

El Chaparral en las Épicas Grecorromanas

En las épicas grecorromanas, el chaparral se presenta como un escenario heroico donde los personajes se enfrentan a desafíos y pruebas. Las historias de aventuras, como la Odisea de Homero, retratan a héroes navegando por mares inhóspitos y luchando contra bestias salvajes en tierras áridas. El chaparral representa el territorio desconocido y peligroso, donde los héroes deben demostrar su valentía y astucia para sobrevivir. Estas narrativas han contribuido a la percepción del chaparral como un entorno lleno de misterio y desafío en la cultura occidental.

En las antiguas epopeyas griegas y romanas, el chaparral desempeña un papel significativo como un entorno salvaje y desafiante en el que los héroes se aventuran en su búsqueda de gloria y supervivencia. En la Odisea de Homero, uno de los poemas épicos más conocidos, el héroe Odiseo se enfrenta a múltiples peligros y pruebas mientras navega de regreso a Ítaca. En su camino, se encuentra con islas desoladas y tierras áridas donde se halla inmerso en un paisaje de chaparral.

Figura 10.17. En el mito griego de Hércules y el León de Nemea se hace patente la relación entre los héroes y la biología del chaparral. Según la leyenda, el león de Nemea era una bestia feroz y temible que habitaba en un denso bosque de matorrales y rocas. La adaptación de Hércules a este entorno es evidente en su estrategia para derrotar al león. Utilizando su fuerza y habilidad, Hércules aprovecha el terreno del chaparral para emboscar al león y finalmente vencerlo, dado que sus armas no pueden penetrar la piel del león, debe aplastarlo con su fuerza física. Este mito subraya la relación entre los héroes y los desafíos naturales del chaparral, demostrando la necesidad de adaptación y astucia para triunfar en ese entorno hostil.

En la historia épica, el chaparral se representa como un territorio inhóspito y desconocido, habitado por bestias salvajes y criaturas mitológicas. Los héroes deben demostrar su valentía y astucia para sobrevivir en este entorno hostil. El chaparral se convierte en un símbolo de la lucha contra la adversidad y la superación de obstáculos.

En la Odisea, Odiseo y sus hombres se encuentran con la isla de Cíclope, un lugar desolado y rocoso. Aquí, enfrentan al temible cíclope Polifemo, que habita en una cueva en medio del chaparral. Odiseo y sus hombres deben ingeniar un plan astuto para escapar de las garras del cíclope y continuar su viaje. Este episodio destaca la peligrosidad y la astucia requerida para sobrevivir en el chaparral.

Además de la Odisea, otras epopeyas como la Eneida de Virgilio y las obras de los poetas trágicos griegos también presentan escenas ambientadas en el chaparral. Estas narrativas heroicas sirven para exaltar la valentía y la capacidad de los protagonistas para enfrentar los desafíos de la naturaleza, simbolizando así las virtudes y la grandeza del espíritu humano.

Figura 10.18. La película "Troya" (2004) es ambientada en el chaparral y relata eventos de la mitología griega. La fotografía y la trama resaltan la influencia del entorno en la historia. Los enfrentamientos entre héroes griegos y troyanos ocurren en terrenos áridos, llenos de rocas y matorrales, mostrando la dureza de la guerra. El paisaje del chaparral se hace evidente en la película, capturando visualmente su vastedad y aspereza. Estos escenarios naturales refuerzan el tono y la ambientación de la historia, añadiendo un elemento visual y narrativo importante. "Troya" presenta la conexión entre los héroes y el entorno del chaparral de manera impactante y significativa.

La representación del chaparral en las épicas grecorromanas no solo tiene una función narrativa, sino que también refleja la percepción y la relación de la sociedad antigua con su entorno natural. El chaparral era un paisaje común en el mundo mediterráneo, y las historias épicas reflejaban las experiencias y las creencias de las personas en ese contexto. Para los antiguos griegos y romanos, el chaparral era un símbolo de lo desconocido, lo salvaje y lo peligroso, pero también de la capacidad humana para enfrentar y superar los obstáculos.

Esta influencia de las épicas grecorromanas en la percepción del chaparral como un entorno lleno de misterio y desafío ha perdurado a lo largo de los siglos y ha influido en la cultura occidental. El chaparral ha sido representado en obras de arte, literatura y cine, y se ha convertido en un elemento icónico en la construcción de narrativas heroicas y aventuras épicas.

El Chaparral en las Historias de Vaqueros

En la historia de América y Australia, el chaparral ha desempeñado un papel significativo en la formación de una nueva mitología y una identidad patriótica para estos países, a pesar de tener historias relativamente cortas en comparación con otras naciones. Las vastas extensiones de tierras áridas y matorrales se convirtieron en el escenario donde se forjaron historias legendarias de vaqueros y forajidos, lo que permitió a estas naciones desarrollar un sentido de orgullo nacional arraigado en la inclemencia del chaparral.

En Estados Unidos, las historias de vaqueros y forajidos se convirtieron en un fenómeno cultural que influyó en la construcción de una identidad nacional. A medida que el país se expandía hacia el oeste, el chaparral se volvió emblemático de la frontera y la lucha por el dominio de la tierra. Las historias de personajes como Buffalo Bill y Billy the Kid capturaron la imaginación del público y retrataron la vida en el chaparral como una lucha constante por la supervivencia y la justicia. Estos vaqueros fueron idealizados como figuras intrépidas y románticas, representantes de los valores de la libertad, la valentía y la independencia.

Figura 10.19. "El Bueno, el Feo y el Malo" es considerada una de las películas de vaqueros más importantes de la historia del cine y es un claro ejemplo donde la biología del chaparral juega un papel primordial. Ambientada en el suroeste de Estados Unidos durante la Guerra Civil, la película muestra extensos paisajes de matorrales áridos y desiertos, capturando la dureza y la belleza del entorno. La trama principal se centra en la búsqueda de un tesoro oculto en un cementerio en medio del chaparral, lo que lleva a los personajes principales a atravesar el implacable territorio y enfrentarse a los desafíos del clima y la naturaleza hostil del chaparral, añadiendo tensión y realismo a la historia.

En Australia, la historia del bushranger, el bandido del matorral australiano, también contribuyó a la construcción de una identidad nacional. Los bushrangers eran forajidos que se escondían en el chaparral y desafiaban la autoridad colonial. Sus historias fueron ampliamente difundidas y se convirtieron en parte del folclore australiano. Personajes como Ned Kelly se convirtieron en símbolos de resistencia y rebelión frente a las injusticias de la sociedad colonial. El chaparral australiano se convirtió en un lugar emblemático de la lucha por la libertad y la igualdad, alimentando un sentido de orgullo nacional en el país.

La inclemencia del chaparral, con su clima árido y sus desafíos naturales, ha moldeado el carácter de estos países y ha influido en su noción de orgullo nacional. La capacidad de sobrevivir y prosperar en un entorno tan hostil ha sido exaltada como una virtud, y el chaparral se ha convertido en un símbolo de la resistencia y la superación de adversidades. Las historias y leyendas tejidas en torno al chaparral han creado una mitología propia que ha ayudado a establecer una identidad patriótica en estas naciones.

Figura 10.20. "The Proposition" es considerada una de las películas de vaqueros australianos más importantes donde la biología del chaparral juega un papel central. Ambientada en el árido paisaje del outback australiano, la película muestra vastas extensiones de matorrales y desiertos, capturando la belleza y la dureza del entorno. La trama se centra en un forajido que recibe la propuesta de entregar a su hermano para salvar a su familia, desencadenando una serie de eventos violentos y desafiantes en medio del chaparral. La fotografía destaca la aridez y la majestuosidad del paisaje, que se convierte en un personaje más, influyendo en las decisiones de los personajes y creando un ambiente opresivo y desafiante en la historia.

Además de las historias de vaqueros y forajidos, el chaparral ha dejado su huella en otros aspectos de la cultura y la sociedad de Estados Unidos y Australia. El lenguaje y las expresiones relacionadas con el chaparral se han incorporado al vocabulario cotidiano. La música, el cine y la literatura han encontrado inspiración en el paisaje y las historias del chaparral. Incluso las festividades y eventos tradicionales, como rodeos y competencias de habilidades vaqueras, celebran y honran la herencia del chaparral.

11. Las praderas templadas

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En su estado original, las praderas templadas se extendían sin romperse sobre vastas áreas (Figura 33). De pie en medio de la pradera sin obstáculos bajo una cúpula de cielo azul evoca una sensación similar a la de estar en un pequeño barco en el océano abierto. No es casualidad que los primeros visitantes de la Europa boscosa y del este de América del Norte se refirieran a menudo a la pradera en el Medio Oeste como un "mar de hierba" ya los vagones que los cruzaban como "goletas de praderas". Las praderas eran el hogar del bisonte y el berrando y de las culturas nómadas de Eurasia y de Norteamérica.

Figura 11.1. Las praderas templadas, vastas y extensas, se extendían como regiones casi ilimitadas, desafiando la exploración y colonización humanas. Fue solo con la domesticación del caballo, un hito crucial en la historia de la humanidad, que se abrieron nuevas posibilidades para conquistar estos vastos paisajes. La capacidad de montar a caballo permitió a los pueblos nómadas y exploradores recorrer distancias mucho mayores y explorar territorios previamente inaccesibles. Este avance en la movilidad transformó la historia de las praderas, ya que los caballos se convirtieron en compañeros indispensables en la búsqueda de nuevos asentamientos, pastoreo de ganado y comercio. La relación simbiótica entre los humanos y los caballos desempeñó un papel fundamental en la colonización y el desarrollo de las praderas templadas, dando forma a su historia y cultura..

Geografía

El pastizal templado es el bioma más grande de América del Norte, extendiéndose de 30 ° a 55 ° de latitud. Estos pastizales son aún más extensos en Eurasia.

Figura 11.2. Las praderas templadas jugaron un papel crucial en la historia de la humanidad debido a un recurso estratégico: el ganado. La domesticación del ganado al final de la última edad de hielo tuvo un impacto profundo en la evolución de las sociedades humanas. Las vastas extensiones de pastizales proporcionaron un hábitat ideal para la crianza y pastoreo de animales como vacas, ovejas y caballos. Estos animales domesticados no solo proporcionaron una fuente confiable de alimentos, como carne y leche, sino que también se convirtieron en una fuente de trabajo y transporte para las comunidades humanas. La disponibilidad de ganado facilitó la sedentarización de poblaciones, permitiendo el desarrollo de asentamientos agrícolas y ciudades, y generando intercambios comerciales significativos entre diferentes culturas. Las praderas templadas, con su riqueza en recursos naturales, han sido y siguen siendo una fuerza motriz en el desarrollo y progreso de la civilización humana..

 En América del Norte, las praderas de las Grandes Llanuras se extienden desde el sur de Canadá hasta el Golfo de México y desde las Montañas Rocosas hasta los bosques caducifolios del este. Los prados adicionales se encuentran en las praderas de Palouse de Idaho y Washington y en el valle central y las estribaciones circundantes de California. En Eurasia, el bioma de pastizales templados forma una banda virtualmente ininterrumpida desde Europa oriental hasta el este de China. En el hemisferio sur, pastizales templados se producen en Argentina, Uruguay, el sur de Brasil y Nueva Zelanda.

Clima

Los pastizales templados son ecosistemas que se caracterizan por recibir anualmente entre 300 y 1000 mm de precipitación. 

Las praderas templadas son ecosistemas dinámicos que experimentan notables cambios a lo largo de las estaciones. Estos cambios estacionales desempeñan un papel fundamental en la supervivencia y adaptación de las especies que habitan en estas regiones.

Durante los inviernos en las praderas templadas, las temperaturas descienden y el paisaje se cubre de un manto de nieve. El frío intenso trae consigo heladas y nevadas, lo que impacta en gran medida la vida de las plantas y los animales. Muchas especies de plantas entran en un estado de latencia, mientras que los animales desarrollan estrategias de conservación de energía, como hibernación o migración hacia climas más cálidos.

Con la llegada de la primavera, el panorama se transforma por completo. A medida que las temperaturas se elevan, la nieve se derrite y las lluvias se vuelven más frecuentes. La pradera cobra vida con un estallido de colores y una abundante vegetación. Las plantas, especialmente los pastos y las hierbas, comienzan a crecer vigorosamente, aprovechando la disponibilidad de agua y nutrientes. Los animales emergen de su letargo invernal, y las aves migratorias regresan para anidar y reproducirse en estos entornos fértiles.

Durante los veranos en las praderas templadas, las temperaturas alcanzan niveles altos y la lluvia disminuye. Los días son largos y soleados, y el calor puede resultar desafiante para la vida en la pradera. Muchas plantas han desarrollado adaptaciones para resistir la sequía, como raíces profundas que les permiten acceder a agua subterránea o hojas con cubiertas cerosas que reducen la pérdida de agua por evaporación. Los animales también deben encontrar fuentes de agua confiables y lidiar con las altas temperaturas para sobrevivir.

El otoño trae consigo un cambio de paisaje en las praderas templadas. Las temperaturas comienzan a descender, y los días se acortan. La vegetación cambia de colores, adoptando tonalidades doradas y rojizas. Muchas plantas producen semillas y frutos que son esenciales para su reproducción y para proveer alimento a los animales antes de la llegada del invierno. Algunas especies de animales migran hacia otras áreas en busca de mejores condiciones o se preparan para afrontar el invierno almacenando alimentos.

Estos cambios estacionales en las praderas templadas son cruciales para su funcionamiento y mantenimiento del equilibrio ecológico. La variabilidad en la distribución de la precipitación, las fluctuaciones en las temperaturas y la presencia de incendios naturales son factores que moldean la estructura y composición de estos ecosistemas. Además, estos cambios estacionales permiten la regeneración de la vegetación, la dispersión de semillas y la supervivencia de las especies adaptadas a estas condiciones cambiantes.

Suelo

Los suelos de los pastizales templados son el resultado de la interacción entre diversos factores, incluidos los materiales originales, el clima, la vegetación y la actividad biológica a lo largo del tiempo geológico. Estos suelos exhiben una variabilidad considerable en sus características y propiedades, dependiendo de la región específica y las condiciones locales.

Los materiales originales que dan origen a los suelos de pastizales templados pueden ser de naturaleza diversa. Pueden derivar de rocas sedimentarias, metamórficas o ígneas. La composición mineralógica y química de estos materiales originales influirá en la capacidad de retención de agua, la fertilidad y la acidez o alcalinidad del suelo resultante.

Los mejores suelos de pastizales templados son aquellos que presentan ciertas características deseables para el crecimiento de la vegetación. En primer lugar, suelen ser suelos profundos, lo que permite que las raíces de las plantas penetren en el suelo en busca de nutrientes y agua. Esta profundidad también proporciona una buena aireación y drenaje, lo que es esencial para el desarrollo de las raíces y para evitar problemas de encharcamiento.

Además, los suelos de pastizales templados tienden a ser básicos o neutros en su pH. Un pH cercano a la neutralidad (alrededor de 7) es óptimo para la disponibilidad de nutrientes esenciales para las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio. Los suelos extremadamente ácidos o alcalinos pueden limitar la disponibilidad de ciertos nutrientes y afectar negativamente el crecimiento de la vegetación.

La fertilidad del suelo es un aspecto crítico para el éxito de los pastizales templados. Los suelos fértiles contienen una gran cantidad de materia orgánica, que proviene principalmente de la descomposición de materiales vegetales y animales. La materia orgánica en el suelo es una fuente de nutrientes para las plantas y también mejora la estructura del suelo, favoreciendo la retención de agua y la formación de agregados que facilitan el crecimiento de las raíces.

Un ejemplo destacado de suelos altamente fértiles en pastizales templados son los suelos de praderas negras en Norteamérica y Eurasia. Estos suelos son conocidos por su extraordinaria fertilidad y por contener una alta concentración de materia orgánica. La rica vegetación de las praderas negras ha contribuido durante siglos a la acumulación de materia orgánica en estos suelos, lo que ha permitido el desarrollo de comunidades de plantas diversas y prósperas.

En contraste, los suelos de pastizales templados en regiones más áridas, como los suelos pardos, pueden contener menos materia orgánica debido a la escasez de vegetación y la menor tasa de descomposición de los residuos orgánicos. En estos ambientes, la falta de agua limita la producción de biomasa vegetal y, por lo tanto, la aportación de materia orgánica al suelo.

Además de la composición química y la fertilidad del suelo, la estructura del suelo también es un factor importante en los pastizales templados. La estructura del suelo se refiere a cómo se organizan las partículas del suelo en agregados, lo que influye en la porosidad, la permeabilidad y la retención de agua. Una buena estructura del suelo es esencial para el crecimiento saludable de las raíces y la disponibilidad de agua y nutrientes.

Biología

Los pastizales templados son ecosistemas dominados por una diversa vegetación herbácea. Entre las especies de gramíneas más comunes se encuentran el pasto azul (Poa pratensis), el pasto de Kentucky (Poa pratensis), la festuca alta (Festuca arundinacea) y la festuca roja (Festuca rubra). Estas gramíneas forman densos céspedes que cubren extensas áreas de los pastizales templados, adaptándose a las condiciones de sequía y altas temperaturas que caracterizan a estos ecosistemas.

Figura 11.3. El pasto es una planta herbácea de la familia de las gramíneas que se caracteriza por su crecimiento en forma de césped, formando densas y verdes alfombras en diversos ecosistemas. Es una de las principales fuentes de alimento para muchos animales herbívoros y también desempeña un papel fundamental en la sostenibilidad de los ecosistemas. Su estructura consiste en tallos delgados llamados cañas, hojas largas y estrechas, y raíces fibrosas que se extienden en el suelo para obtener nutrientes y agua. El pasto es una planta resistente y adaptable, capaz de sobrevivir en diferentes condiciones climáticas y su presencia es crucial para mantener la estabilidad y salud de los ecosistemas.

Además de las gramíneas, los pastizales templados albergan una sorprendente diversidad de plantas herbáceas. Durante la primavera y el verano, el paisaje se llena de color con la presencia de anémonas, ranúnculos, iris y otras flores silvestres. Entre estas especies se pueden encontrar la aster de prado (Symphyotrichum ericoides), el trébol rojo (Trifolium pratense), el diente de león (Taraxacum officinale) y la prímula de pradera (Primula vulgaris), entre muchas otras.

La adaptación de estas plantas herbáceas a las condiciones del pastizal se refleja en sus sistemas radiculares. Las raíces de hierbas y forbias forman una densa red de césped que resiste tanto la invasión de árboles como el arado del suelo. Esta característica es esencial para la estabilidad del ecosistema, evitando la pérdida de suelo por erosión y permitiendo que las plantas se mantengan ancladas y accedan a los nutrientes y agua necesarios.

Figura 11.4. Symphyotrichum ericoides, comúnmente conocido como áster ericoides o aster de escoba, es una planta perenne perteneciente a la familia de las asteráceas. Esta especie es nativa de América del Norte y se encuentra en diversas regiones, desde Canadá hasta México. El áster ericoides es conocido por su atractiva apariencia, con tallos erectos y ramificados que alcanzan alturas de hasta 1 metro. Sus pequeñas flores, de color blanco o ligeramente rosado, se agrupan en inflorescencias en forma de ramillete. Florece a finales del verano y principios del otoño, brindando un toque de color a los paisajes. Esta planta es valorada tanto en jardinería como en la conservación de la biodiversidad, ya que atrae a polinizadores como abejas y mariposas con su néctar y proporciona refugio a pequeños animales en sus densos arbustos.

La diversidad y estructura de la vegetación en los pastizales templados varía según la disponibilidad de agua y la productividad del suelo. En las zonas más secas y con menor fertilidad, la vegetación suele ser más baja, con pastos cortos adaptados a las condiciones áridas. Por otro lado, en las áreas más húmedas y fértiles, la vegetación puede alcanzar alturas superiores a los 200 cm, con pastos altos y densos.

La presencia de esta rica vegetación herbácea en los pastizales templados no solo brinda un hábitat vital para numerosas especies de animales, sino que también desempeña un papel crucial en la sostenibilidad del ecosistema. Las gramíneas y otras plantas herbáceas actúan como sumideros de carbono, capturando grandes cantidades de este gas de efecto invernadero y ayudando a mitigar el cambio climático. Además, sus sistemas radiculares profundos contribuyen a la retención de agua y a la prevención de la erosión del suelo.

Figura 11.5. Taraxacum officinale, comúnmente conocido como diente de león, es una planta herbácea perenne de la familia Asteraceae. Originario de Europa, esta planta se ha extendido a nivel mundial y se encuentra en diversas regiones con climas templados. El diente de león es reconocido por su distintiva flor amarilla compuesta por múltiples pétalos y un característico receptáculo peludo que se asemeja a una bola de algodón. Sus hojas son lobuladas y forman una roseta basal en la base de la planta. Además de su apariencia, el diente de león es conocido por sus propiedades medicinales y culinarias. Sus hojas jóvenes se utilizan en ensaladas y sus raíces se han utilizado tradicionalmente en infusiones y tónicos. También es una planta importante para los polinizadores, ya que atrae a abejas y mariposas con su abundante néctar.

Aunque las gramíneas son dominantes en los pastos templados, también se puede observar una sorprendente diversidad de vegetación herbácea. Durante la primavera, los pastizales se adornan con llamativas anémonas, ranúnculos, iris y otras flores silvestres. En las ricas praderas del norte de América, pueden florecer hasta 70 especies de plantas simultáneamente, creando un espectáculo colorido y vibrante.

La altura de la vegetación en los pastos templados varía dependiendo de la disponibilidad de agua y la productividad del suelo. En las praderas secas de pasto corto, la altura puede ser de aproximadamente 5 cm, mientras que en las praderas más húmedas y de hierba alta, la vegetación puede alcanzar alturas superiores a los 200 cm. Esta variación en la altura de la vegetación está estrechamente relacionada con la disponibilidad de recursos y la adaptación de las plantas a las condiciones específicas del ecosistema.

Una característica notable de los pastizales templados es la densa red de sistemas radiculares de hierbas y forrajeras. Estos sistemas radiculares forman un césped compacto y resistente que ayuda a prevenir la invasión de árboles y el arado del suelo. Esta adaptación de las plantas herbáceas a través de sus sistemas radiculares contribuye a la estabilidad del ecosistema y a la capacidad de resistir disturbios y cambios en las condiciones ambientales.

La biodiversidad de los pastizales templados es impresionante, ya que albergan una gran cantidad de especies de plantas, insectos y otros organismos. Estos ecosistemas proporcionan hábitats para una amplia variedad de animales, incluyendo mamíferos herbívoros como bisontes y antílopes, así como aves y reptiles. La interacción entre la vegetación herbácea y la fauna es vital para el funcionamiento saludable de los pastizales templados.

Además de su importancia ecológica, los pastizales templados desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad del planeta. Estos ecosistemas funcionan como sumideros de carbono, almacenando grandes cantidades de carbono en la biomasa y en el suelo. Además, los pastizales templados pueden desempeñar un papel clave en la conservación del agua y la prevención de la erosión del suelo. Sus sistemas radiculares profundos ayudan a retener el agua de lluvia, reduciendo el escurrimiento y recargando los acuíferos subterráneos. 

Figura 11.6. Primula vulgaris, comúnmente conocida como primavera común o primula, es una planta perenne nativa de Europa y ampliamente cultivada en todo el mundo por su hermosa floración primaveral. Pertenece a la familia Primulaceae y es apreciada por sus vibrantes y variados colores de flores, que van desde el blanco y el amarillo hasta el rosa y el púrpura. Las flores se agrupan en umbelas y tienen forma de embudo, con cinco pétalos distintivos y un centro amarillo brillante. Las hojas de la primula son ovaladas y se disponen en una roseta basal. Esta planta prefiere lugares frescos y sombreados, y es un atractivo tanto en jardines ornamentales como en entornos naturales. Además, la primula es apreciada por su valor medicinal y se utiliza en remedios tradicionales para tratar diversos problemas de salud, como la tos y el resfriado común.

Las praderas templadas son ecosistemas ricos en diversidad de fauna, que en el pasado albergaban grandes manadas de herbívoros itinerantes. En Norteamérica, los bisontes (Bison bison) y los berrendos (Antilocapra americana) eran las especies dominantes. Los bisontes formaban manadas masivas que se desplazaban por las praderas en busca de pastos frescos, mientras que los berrendos se caracterizaban por su velocidad y agilidad, adaptados para la vida en espacios abiertos.

Los pastizales templados han sido cruciales en la evolución y adaptación de una variedad de especies equinas a lo largo de la historia. Estos ecosistemas abiertos y ricos en pastos han proporcionado el hábitat perfecto para la diversificación y supervivencia de los équidos, incluyendo especies emblemáticas como el caballo (Equus ferus), el burro (Equus asinus) el caballo de Przewalski (Equus przewalskii) y el caballo de tarpan (Equus ferus ferus).

Figura 11.7. Equus ferus, comúnmente conocido como caballo salvaje o caballo silvestre, es una especie de équido que ha sido domesticada y desempeña un papel significativo en la historia y la cultura humana. Originario de Eurasia, el E. ferus ha sido objeto de domesticación por parte de diversas civilizaciones a lo largo de los siglos. Estos caballos salvajes se caracterizan por su robustez, velocidad y adaptabilidad a una variedad de entornos, incluidos los pastizales templados. Su presencia en los pastizales ha influido en la estructura de la vegetación y su conservación es vital para mantener la diversidad genética y preservar la historia evolutiva de los équidos.

La importancia recíproca entre los pastizales templados y la evolución de los équidos se ha dado a lo largo del tiempo. Por un lado, los pastizales proporcionan el alimento necesario para que los équidos se adapten y prosperen. Su estructura abierta, dominada por una vegetación herbácea, permite a los équidos pastar libremente y acceder a los nutrientes necesarios para su supervivencia. Los pastos y gramíneas, como el festuca (Festuca spp.) y la cola de zorra (Alopecurus pratensis), son fuentes importantes de alimento para los équidos, proporcionando los nutrientes necesarios para su crecimiento y reproducción.

Figura 11.8. Equus simplicidens, también conocido como el caballo americano antiguo, fue una especie de caballo que vivió en América del Norte hace aproximadamente 1.8 millones de años. Era una especie de tamaño mediano, con una apariencia similar a los caballos modernos pero con algunas diferencias anatómicas distintivas. Tenía dientes más grandes y un cráneo más robusto en comparación con los caballos actuales. Se cree que E. simplicidens era una especie adaptada a las condiciones de las praderas y pastizales de la época. Sin embargo, la especie se extinguió hace alrededor de 11000 años, probablemente debido a cambios climáticos y la presión de la caza por parte de los primeros pobladores humanos en América del Norte.

Por otro lado, los équidos también han influido en la estructura y función de los pastizales templados. Su capacidad para desplazarse a lo largo de extensas áreas y pastar selectivamente ha impactado en la composición de la vegetación. A través de la herbivoría, los équidos han promovido la diversidad de especies de plantas en los pastizales, evitando la dominancia de ciertas especies y fomentando la coexistencia de diferentes tipos de hierbas y forrajes. Además, su consumo de grandes cantidades de material vegetal y la posterior dispersión de semillas a través de sus excrementos contribuyen a la dispersión de especies vegetales y a la regeneración de los pastizales.

La evolución de los équidos en los pastizales templados ha sido un proceso dinámico y fascinante. Durante millones de años, diferentes especies equinas han evolucionado en respuesta a las condiciones específicas de estos ecosistemas. El caballo de Przewalski, por ejemplo, se adaptó a las duras condiciones de las estepas asiáticas, desarrollando características físicas distintivas como una melena erizada y patas fuertes para sobrevivir en un entorno exigente.

Figura 11.9. Pliohippus spp. fue un género de caballos prehistóricos que habitó en América del Norte durante el Plioceno, aproximadamente hace 5 a 2 millones de años. Eran animales más grandes y robustos en comparación con sus antecesores, con una altura de hombro de alrededor de 120 centímetros. Pliohippus spp. se caracterizaba por tener patas alargadas y delgadas, adaptadas para correr rápidamente en las vastas llanuras y praderas. A diferencia de los caballos modernos, todavía poseían tres dedos funcionales en cada pata. Esta especie fue un eslabón importante en la evolución de los caballos, mostrando una progresión hacia formas más similares a los caballos modernos, como los géneros Equus. Su adaptación a los ecosistemas de pastizales contribuyó al éxito y la diversificación de los caballos a lo largo del tiempo.

La extinción de ciertas especies equinas, como el caballo de tarpan, ha tenido un impacto significativo en los pastizales templados. Estas especies desempeñaban roles importantes en el ecosistema, ayudando en la dispersión de semillas y en la estructura de la vegetación. Afortunadamente, gracias a los esfuerzos de conservación, el caballo de Przewalski ha logrado ser reintroducido en algunos de sus hábitats históricos, contribuyendo a la restauración de los pastizales y preservando la diversidad biológica de estos ecosistemas.

La relación entre los pastizales templados y los équidos sigue siendo relevante en la actualidad. La conservación de estos hábitats es fundamental para garantizar la supervivencia de las especies equinas, así como para mantener la integridad de los ecosistemas en general. La protección de los pastizales y la implementación de prácticas de manejo sostenible son esenciales para garantizar la disponibilidad continua de alimento y hábitat para los équidos y otras especies que dependen de estos ecosistemas.

Las praderas templadas albergan una gran diversidad de grandes mamíferos además del caballo. Dos ejemplos destacados son el bisonte y el uro. A continuación, exploraremos cada una de estas especies en detalle, incluyendo sus nombres científicos y características distintivas.

El bisonte (Bison bison) es un mamífero emblemático de las praderas templadas de América del Norte. Esta imponente especie se divide en dos subespecies distintas: el bisonte americano de llanura (Bison bison bison) y el bisonte americano de bosque (Bison bison athabascae). Estos animales herbívoros poseen cuerpos masivos cubiertos de pelaje grueso y lanudo, lo cual les permite resistir las inclemencias del clima característico de las praderas. Sus cabezas están adornadas con cuernos largos y curvados, que utilizan para defenderse y para atraer a las hembras durante la época de apareamiento.

Figura 11.10. Bison bison bison, conocido como bisonte americano de llanura, es una subespecie de bisonte presente en América del Norte. Es un imponente mamífero herbívoro que habita en las praderas templadas de la región. Caracterizado por su cuerpo masivo cubierto de pelaje lanudo, posee cuernos largos y curvados en la cabeza. Vive en manadas, pastando en pastizales y realizando migraciones estacionales en busca de alimento y agua. Su importancia ecológica radica en su papel como ingeniero del ecosistema, regulando la vegetación y promoviendo la biodiversidad. Aunque históricamente enfrentó una drástica disminución en su población, es objeto de esfuerzos de conservación.

Los bisontes son conocidos por vivir en manadas, que pueden estar compuestas por varios cientos de individuos. Estas manadas recorren extensas áreas de pastizales, pastando en busca de alimento y agua. Además, los bisontes realizan migraciones estacionales en respuesta a la disponibilidad de recursos, moviéndose hacia áreas con pastos frescos durante el verano y regresando a zonas más protegidas durante el invierno.

La importancia ecológica de los bisontes radica en su papel como ingenieros del ecosistema de las praderas templadas. Su pastoreo selectivo contribuye a mantener la salud y la biodiversidad de estos hábitats. Al alimentarse de ciertas especies de plantas y dejar otras intactas, los bisontes ayudan a regular la composición vegetal y promueven la diversidad de especies. Además, su comportamiento de compactación del suelo, causado por su paso constante y su revolcado en el suelo, beneficia a otras especies al crear microhábitats favorables para el crecimiento de plantas y para el refugio de pequeños animales.

La historia de los bisontes en América del Norte es fascinante y trágica. En tiempos pasados, se estima que había millones de bisontes que recorrían las vastas praderas del continente. Sin embargo, la caza indiscriminada y la pérdida de hábitat llevaron a un drástico declive en su población. Durante el siglo XIX, se estima que se cazaron y mataron cerca de 50 millones de bisontes en un intento de controlar y debilitar a las poblaciones nativas americanas. A fines del siglo XIX, quedaban solo unos pocos cientos de individuos en estado salvaje.

Afortunadamente, se tomaron medidas para proteger y conservar a esta icónica especie. A principios del siglo XX, se establecieron reservas y parques nacionales para proteger a los bisontes restantes. Gracias a estos esfuerzos de conservación, las poblaciones de bisontes se han recuperado lentamente. Aunque aún se considera una especie en peligro de extinción, se estima que actualmente existen alrededor de medio millón de bisontes en América del Norte, la mayoría de ellos en cautiverio o en ranchos privados.

La presencia de bisontes en las praderas templadas es esencial para mantener la integridad de estos ecosistemas. Su papel como herbívoros clave ayuda a regular la composición de las comunidades vegetales, lo que a su vez tiene un impacto en otros animales y en la salud general del ecosistema. Además, los bisontes son un símbolo cultural y un recordatorio de la rica historia de las praderas y su relación con las culturas nativas americanas.

El uro (Bos primigenius) es un mamífero de gran importancia en las praderas templadas y otros biomas de Eurasia. Esta especie extinta, considerada ancestro de las razas modernas de ganado doméstico, se dividía en diferentes subespecies, como el uro europeo (Bos primigenius primigenius) y el uro caucásico (Bos primigenius caucasicus). Estos imponentes bovinos poseían cuerpos macizos, cuernos largos y una apariencia imponente.

Figura 11.11. Bos primigenius primigenius, también conocido como el uro europeo, fue una subespecie del uro que habitaba en las praderas templadas de Europa. Estos robustos bovinos tenían un tamaño similar al de los bisontes, con cuerpos masivos y cuernos largos. Eran animales herbívoros que vivían en manadas y se alimentaban principalmente de pastizales. Su presencia era crucial para el equilibrio y la biodiversidad de las praderas, al contribuir a la dispersión de semillas y al control de la vegetación. Lamentablemente, el uro europeo se extinguió debido a la caza excesiva y la pérdida de hábitat. A pesar de su desaparición, su legado perdura en las investigaciones científicas y en la memoria de las sociedades que compartieron su entorno durante milenios. La conservación de especies afines, así como la investigación genética, contribuyen a preservar el conocimiento y la diversidad genética relacionada con el Bos primigenius primigenius.

Los uros vivían en manadas y se alimentaban principalmente de pastizales, contribuyendo de manera significativa a la estructura y la dinámica de las praderas. Su presencia influenciaba la composición vegetal y el equilibrio ecológico del ecosistema. Al pastar selectivamente, ayudaban a mantener la diversidad de plantas y prevenían la dominancia de especies competitivas.

Además de su importancia ecológica, los uros desempeñaron un papel cultural y simbólico en las sociedades humanas. A lo largo de la historia, estas majestuosas criaturas fueron objeto de admiración y reverencia. Pinturas rupestres, esculturas y otros artefactos antiguos atestiguan la presencia y relevancia de los uros en las culturas prehistóricas.

Tristemente, la extinción del uro se produjo en gran parte debido a la caza excesiva por parte de los humanos y la pérdida de hábitat. A medida que las sociedades se volvieron más sedentarias y dependientes de la agricultura, los uros se convirtieron en competidores de los animales domésticos. La caza intensiva para obtener carne, piel y otros productos también contribuyó a su desaparición.

Figura 11.12. Bos primigenius caucasicus, también conocido como el uro caucásico, era una subespecie del uro que habitaba en la región del Cáucaso, una zona montañosa ubicada entre Europa Oriental y Asia Occidental. Estos impresionantes bovinos poseían un tamaño similar al de los bisontes y estaban adaptados a las duras condiciones de las praderas templadas del Cáucaso. Tenían cuerpos robustos y cuernos largos y curvados, características que les otorgaban una apariencia imponente. Al igual que otras subespecies de uros, el uro caucásico vivía en manadas y se alimentaba principalmente de pastizales. Desafortunadamente, el uro caucásico se extinguió en tiempos prehistóricos, probablemente debido a factores como la caza excesiva y los cambios en el entorno natural. Su desaparición representa una pérdida significativa en la diversidad biológica de la región del Cáucaso. Sin embargo, los estudios paleontológicos y arqueológicos han permitido obtener información valiosa sobre la historia y la evolución de esta subespecie extinta, contribuyendo así a nuestro conocimiento de la fauna prehistórica de las praderas templadas.

La extinción del uro tuvo un impacto significativo en los ecosistemas de las praderas templadas. Su ausencia alteró la dinámica de la vegetación y la interacción entre los diferentes organismos. Además, la pérdida de esta especie emblemática dejó un vacío cultural y simbólico en las comunidades humanas que habían compartido su entorno con los uros durante milenios.

Afortunadamente, los esfuerzos de conservación y reintroducción de especies silvestres están permitiendo el retorno de algunas especies de ganado a sus hábitats naturales. En el caso del uro, se están llevando a cabo proyectos de retrocruzamiento y selección para recuperar características genéticas similares a las de esta especie extinta.

La importancia del uro en las praderas templadas va más allá de su papel ecológico como herbívoro y su relevancia cultural. Su historia y su extinción nos recuerdan la fragilidad de los ecosistemas y la necesidad de conservar y proteger la biodiversidad. Los uros, junto con los bisontes y otros grandes mamíferos de las praderas, representan el legado de una era pasada y nos inspiran a valorar y preservar los ecosistemas naturales que aún perduran en nuestro planeta.

Figura 11.13. Bos taurus, comúnmente conocido como ganado doméstico, es una especie de mamífero que incluye diversas razas y variedades de bovinos domesticados. Estos animales son ampliamente criados en todo el mundo por su carne, leche y otros productos derivados. El Bos taurus se caracteriza por su tamaño mediano a grande, con cuerpos macizos y cuernos en algunos individuos. Han sido domesticados desde tiempos prehistóricos y han experimentado una serie de selecciones artificiales que han dado lugar a las distintas razas de ganado que conocemos hoy en día. El Bos taurus se adapta a una variedad de entornos, incluidas las praderas templadas, donde pastan y juegan un papel importante en el mantenimiento de los ecosistemas y la producción de alimentos.

Además del bisonte y el uro, hay otros mamíferos destacados en las praderas templadas. Uno de ellos es el berrendo, científicamente conocido como Antilocapra americana. Esta especie es nativa de las praderas de América del Norte y se caracteriza por su agilidad y velocidad. Los berrendos tienen cuerpos esbeltos, patas largas y cuernos en forma de gancho que se utilizan tanto en la defensa como en el apareamiento. Estos animales son corredores rápidos y pueden alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora. Su capacidad para sortear obstáculos y escapar de los depredadores los convierte en uno de los mamíferos más adaptables de las praderas templadas.

Otro mamífero notable es el perrito de las praderas, conocido científicamente como Cynomys spp. Estos roedores terrestres viven en complejas colonias subterráneas y se alimentan principalmente de hierbas y vegetación. Los perritos de las praderas son conocidos por su comportamiento social y su sistema de comunicación altamente desarrollado. Emiten una variedad de llamadas para advertir sobre la presencia de depredadores y para mantener la cohesión social dentro de la colonia. Aunque se consideran especies clave en las praderas, su población ha disminuido debido a la pérdida de hábitat y la caza.

Otros mamíferos presentes en las praderas templadas incluyen el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus), el coyote (Canis latrans), el lince rojo (Lynx rufus), la comadreja de cola larga (Mustela frenata) y la zorra roja (Vulpes vulpes). Cada una de estas especies juega un papel importante en el equilibrio y la biodiversidad de las praderas templadas, ya sea como herbívoros, depredadores o descomponedores.

Además de estos herbívoros icónicos, las praderas templadas albergaban una variedad de animales más pequeños pero igualmente importantes. Los lobos de estepa (Canis lupus campestris) y los lobos de pradera (Canis latrans) eran depredadores clave en estos ecosistemas. Vivían en manadas y cazaban en colaboración para capturar a sus presas, lo que les permitía mantener un equilibrio en las poblaciones de herbívoros y contribuir a la salud del ecosistema en su conjunto.

Figura 11.14. Canis lupus campestris, conocido como el lobo de las praderas o lobo de las estepas, es una subespecie de lobo que habita en las regiones de praderas templadas de Eurasia. Estos lobos se caracterizan por su tamaño y apariencia similares a los lobos comunes, con un pelaje denso y coloración variable que va desde el gris hasta el marrón rojizo. Son depredadores sociales altamente adaptados a la vida en las praderas, cazando presas como roedores, liebres y aves. Sin embargo, debido a la pérdida de hábitat y la caza indiscriminada, el lobo de las praderas se encuentra en peligro de extinción en muchas áreas de su distribución. Los esfuerzos de conservación son fundamentales para proteger a esta valiosa especie y preservar el equilibrio de los ecosistemas de las praderas templadas.

Sin embargo, no solo los grandes herbívoros y depredadores dominaban las praderas templadas. Los animales más pequeños y discretos también desempeñaban un papel vital en este ecosistema. Los saltamontes (Orden Orthoptera) eran abundantes en las praderas, emitiendo su característico canto mientras saltaban entre la vegetación. Estos insectos desempeñaban un papel importante como polinizadores y como fuente de alimento para otros animales, incluyendo aves y reptiles.

Los ratones (Familia Muridae) también eran numerosos en las praderas templadas. Estos pequeños roedores construían madrigueras en el suelo y eran una presa clave para las aves rapaces y otros depredadores. Su presencia contribuía a mantener el equilibrio ecológico y la cadena trófica en el ecosistema de las praderas.

Además de estos animales destacados, las praderas templadas albergaban una gran variedad de aves, como el cernícalo primilla (Falco naumanni), el alcaraván común (Burhinus oedicnemus) y el sisón común (Tetrax tetrax). Estas aves encontraban en las praderas un hábitat adecuado para anidar y buscar alimento, aprovechando los recursos disponibles en este ecosistema.

Figura 11.15. Falco naumanni, conocido como el cernícalo primilla o cernícalo gavilán, es una especie de ave rapaz que habita en las praderas templadas y estepas de Europa y Asia. Se caracteriza por su tamaño mediano, su plumaje de tonos terrosos y su cola larga y afilada. Estos cernícalos se alimentan principalmente de insectos, especialmente saltamontes y escarabajos, que capturan en vuelo con gran habilidad. Son aves migratorias, pasando los inviernos en África y regresando a sus áreas de reproducción en primavera. Su presencia en las praderas templadas es importante para el control de poblaciones de insectos y contribuye al equilibrio del ecosistema. Sin embargo, el cernícalo primilla se enfrenta a amenazas como la pérdida de hábitat y el uso de pesticidas, lo que ha llevado a su declive en algunas áreas. La conservación de estas aves y la protección de sus hábitats son cruciales para garantizar su supervivencia a largo plazo.

La fauna de las praderas templadas estaba íntimamente ligada a la vegetación característica de estos ecosistemas. Los herbívoros dependían de la abundancia de pastos y hierbas para su alimentación, mientras que los depredadores encontraban refugio y oportunidades de caza en la estructura abierta de las praderas. La relación entre la fauna y la flora de las praderas templadas era crucial para mantener la biodiversidad y el funcionamiento saludable de estos ecosistemas.

Sin embargo, a lo largo de la historia, las praderas templadas han experimentado cambios significativos debido a la actividad humana. La conversión de tierras para la agricultura, la urbanización y la fragmentación del hábitat han tenido un impacto negativo en la fauna de las praderas. La pérdida de grandes herbívoros y depredadores, así como la disminución de la diversidad de aves y otros animales, ha alterado los equilibrios ecológicos y amenaza la supervivencia de muchas especies.

Influencia humana

Las primeras poblaciones humanas en los pastizales templados fueron cazadores nómadas que dependían de la caza de animales para su sustento. Estas comunidades se movían en busca de presas y recursos, aprovechando los vastos espacios abiertos de las praderas para seguir el rastro de los animales y recolectar plantas comestibles. Con el tiempo, algunos grupos humanos adoptaron un estilo de vida pastoral, convirtiéndose en pastores nómadas que criaban y cuidaban de animales como el ganado en las extensas praderas. Estas sociedades nómadas dependían del pastoreo y del movimiento constante en busca de pastos frescos para sus rebaños.

Figura 11.16. Los escitas fueron un pueblo de pastores nómadas que habitó en las estepas de Eurasia, al norte de los griegos de la época clásica o helenística. Eran conocidos por su habilidad en la equitación y su dominio de las técnicas de guerra a caballo. Los escitas se movían constantemente en busca de pastos frescos para su ganado y establecían campamentos temporales en diferentes áreas de las estepas. Eran una sociedad guerrera y se destacaban por su habilidad con el arco y la flecha. Aunque su cultura no dejó una gran cantidad de registros escritos, los escitas dejaron un legado duradero en la historia, siendo considerados una de las primeras y más influyentes civilizaciones nómadas de la antigüedad.

Con el desarrollo de la agricultura, los campesinos comenzaron a establecerse en las praderas templadas. Utilizando arados y técnicas de cultivo, rompieron el césped y aprovecharon los suelos fértiles acumulados durante miles de años. Los pastizales templados resultaron ser algunas de las tierras de cultivo más productivas del mundo, capaces de sustentar una gran variedad de cultivos y alimentar a una población creciente. El trigo, el maíz, la cebada y otros cultivos se convirtieron en cultivos importantes en estas regiones, lo que permitió un mayor desarrollo humano y la formación de sociedades agrícolas estables.

Sin embargo, el uso intensivo de la tierra y la dependencia de fertilizantes inorgánicos han tenido un impacto significativo en los pastizales templados. La intensificación agrícola ha llevado a la pérdida de materia orgánica en los suelos, lo que ha afectado negativamente su fertilidad. En solo unas pocas décadas de cultivo, los suelos de las praderas han perdido hasta un 35% o incluso un 40% de su contenido de materia orgánica, lo que resulta en una disminución de la capacidad de retención de agua y nutrientes. Además, las praderas más áridas, con sus frecuentes sequías, presentan desafíos adicionales para la agricultura sostenible, ya que la disponibilidad de agua puede ser limitada.

Figura 11.17. Algunos países actuales que enfrentan problemas debido a la degradación de sus biomas de pastizales templados debido al uso intensivo de la agricultura incluyen Estados Unidos, Argentina, Rusia y China. En estas regiones, se ha llevado a cabo una expansión agrícola masiva que ha llevado a la fragmentación de los pastizales naturales, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo. La agricultura intensiva, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, la sobreexplotación del agua y la conversión de tierras para cultivos han contribuido a estos problemas. Estas prácticas insostenibles tienen consecuencias ambientales negativas, como la erosión del suelo, la contaminación del agua y la disminución de la calidad de los pastizales, lo que afecta tanto a la biodiversidad como a la capacidad de los ecosistemas para proporcionar servicios clave.

La agricultura intensiva también ha llevado a la fragmentación de los pastizales templados, con la conversión de vastas áreas de praderas en tierras de cultivo y pastizales modificados. Esto ha resultado en la pérdida de hábitats naturales y la disminución de la biodiversidad. Muchas especies animales que dependen de los pastizales templados han visto reducidas sus poblaciones y se han enfrentado a la pérdida de sus hábitats originales.

Además de los desafíos agrícolas, los pastizales templados también han enfrentado presiones ambientales debido al cambio climático. Los patrones de precipitación han cambiado, con sequías más frecuentes y períodos de lluvias intensas, lo que ha afectado la disponibilidad de agua y la productividad de los pastizales. Estos cambios en el clima también han influido en la distribución de las especies y en las interacciones ecológicas en los ecosistemas de pastizales.

Para abordar estos desafíos y promover la sostenibilidad en los pastizales templados, es necesario adoptar enfoques de manejo integrado del paisaje. Esto implica la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos, la conservación de la materia orgánica del suelo y el uso eficiente del agua. La conservación de áreas de pastizales nativos también es fundamental para mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que proporcionan los pastizales.

Además, es importante fomentar la investigación y la innovación en la agricultura, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles y eficientes. El desarrollo de técnicas de cultivo de precisión, el uso de fertilizantes orgánicos y la promoción de la diversidad de cultivos pueden contribuir a la restauración y conservación de los pastizales templados.

La educación y la sensibilización pública también desempeñan un papel crucial en la protección de los pastizales templados. Promover la comprensión de la importancia de estos ecosistemas, sus desafíos y la necesidad de un manejo sostenible puede generar cambios positivos en la forma en que interactuamos con ellos.

Importancia cultural

Las praderas templadas del mundo son ecosistemas únicos y diversos que han desempeñado un papel fundamental en la historia, la cultura y la identidad de muchas sociedades a lo largo del tiempo. Estas vastas extensiones de pastizales, que abarcan diferentes regiones del planeta, han sido testigos de la interacción humana con la naturaleza y han moldeado la forma en que las personas viven, se relacionan y se identifican con su entorno. En este artículo, exploraremos la importancia cultural de las praderas templadas, examinando cómo han influido en la historia, la literatura, las tradiciones y las prácticas culturales de diversas comunidades.

Figura 11.18. Los sioux, también conocidos como lakota o dakota, son una cultura nativa de las praderas templadas de América del Norte. Estas tribus indígenas tienen una conexión profunda con la tierra y han dependido de las vastas extensiones de pastizales para su subsistencia durante siglos. Los sioux son conocidos por su estilo de vida nómada y su dependencia de la caza de bisontes, que proporcionaba alimento, vestimenta y otros recursos esenciales. Su cultura se caracteriza por su rica tradición oral, su arte, su música y su espiritualidad arraigada en la naturaleza. Los sioux han dejado un legado cultural duradero en las praderas templadas y continúan desempeñando un papel importante en la preservación y promoción de su herencia ancestral.

Las praderas templadas han sido el hogar de numerosas culturas indígenas a lo largo de los siglos. Estas comunidades han desarrollado una profunda conexión con la tierra y han aprovechado los recursos naturales de las praderas para satisfacer sus necesidades básicas de alimento, refugio y materiales. Para muchos pueblos indígenas, las praderas templadas representan un lugar sagrado y espiritual, lleno de significado y tradiciones arraigadas. Estas culturas han establecido una relación armoniosa con el entorno natural, practicando técnicas sostenibles de caza, pesca y agricultura que han permitido la supervivencia y el florecimiento de sus comunidades a lo largo de los siglos.

Además de su importancia para las culturas indígenas, las praderas templadas han influido en la historia de muchas naciones y sociedades. En América del Norte, las praderas de las Grandes Llanuras fueron el escenario de la expansión hacia el oeste, la colonización europea y el desarrollo de la industria ganadera. El ganado vacuno y los vaqueros se convirtieron en símbolos emblemáticos de la cultura del oeste americano, y las historias de vaqueros y forajidos capturaron la imaginación del público a través de libros, películas y canciones. El paisaje abierto y vasto de las praderas también ha influido en el arte, la literatura y la música, inspirando a artistas y escritores a plasmar su belleza y majestuosidad en sus obras.

Figura 11.19. Una cultura nativa de las praderas templadas de Sudamérica es la de los Mapuches. Los Mapuches, también conocidos como Araucanos, son un grupo indígena que habita principalmente en la región de la Patagonia, en el sur de Chile y Argentina. Han sido reconocidos históricamente como un pueblo guerrero y valiente que ha defendido su territorio y su forma de vida en armonía con la naturaleza. Su cultura se caracteriza por su rica tradición oral, sus artesanías y sus prácticas agrícolas, como el cultivo de la papa y el maíz. Los Mapuches también tienen una profunda conexión espiritual con la tierra y los elementos naturales, y sus ceremonias y rituales reflejan esta relación sagrada con el entorno.

En Europa, las praderas templadas también han desempeñado un papel importante en la historia y la cultura. Las estepas y los pastizales del continente han sido el hogar de diversas comunidades nómadas y seminómadas, como los pastores de las estepas euroasiáticas. Estas comunidades han desarrollado una profunda conexión con las praderas, dependiendo de ellas para la cría de ganado y su estilo de vida nómada. La tradición de la trashumancia, el desplazamiento estacional del ganado en busca de pastos frescos, ha sido una práctica arraigada en muchas regiones de Europa, moldeando las tradiciones culturales y las festividades locales.

Además de su importancia histórica y cultural, las praderas templadas también desempeñan un papel crucial en la biodiversidad y el equilibrio ecológico. Estos ecosistemas albergan una gran variedad de especies vegetales y animales adaptadas a las condiciones únicas de los pastizales. Las praderas proporcionan hábitats vitales para una amplia gama de animales, incluidos mamíferos como bisontes, antílopes y lobos de la estepa, aves como el aguilucho pálido y la alondra, y numerosas especies de insectos y reptiles. La preservación de las praderas templadas es esencial para garantizar la supervivencia de estas especies y mantener la diversidad biológica del planeta.

Figura 11.20. Una cultura nativa de las praderas templadas de la estepa euroasiática es la de los nómadas túrquicos. Estos grupos étnicos, como los mongoles y los kazajos, han vivido durante siglos en las vastas extensiones de la estepa euroasiática. Su estilo de vida está íntimamente ligado a la cría de animales, principalmente caballos, ovejas y camellos. Son conocidos por su habilidad para la equitación y la caza con arco y flechas. Los nómadas túrquicos han desarrollado una cultura rica en tradiciones orales, música y artesanía, con elaborados diseños en alfombras y tapices. Su sistema social se basa en clanes y tribus, con una estructura jerárquica liderada por jefes y khanes. Aunque tradicionalmente nómadas, en la actualidad algunos grupos han adoptado una vida más sedentaria debido a la influencia de la modernidad y la urbanización.

Sin embargo, las praderas templadas de todo el mundo enfrentan desafíos significativos y están amenazadas por la pérdida de hábitat, la fragmentación del paisaje y la degradación del suelo. La expansión de la agricultura intensiva, el desarrollo urbano y la sobreexplotación de los recursos naturales han llevado a la disminución de las praderas y a la pérdida de su biodiversidad única. Es crucial tomar medidas para proteger y preservar estos ecosistemas valiosos.

La importancia cultural de las praderas templadas se refleja en las numerosas iniciativas de conservación y proyectos de restauración que se están llevando a cabo en todo el mundo. Organizaciones gubernamentales, comunidades indígenas, científicos y grupos de conservación están trabajando juntos para promover la protección de las praderas y fomentar prácticas sostenibles de manejo del suelo y la agricultura. Estas iniciativas incluyen la creación de reservas naturales, la implementación de programas de conservación de especies en peligro de extinción y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles que respeten la salud de los suelos y la biodiversidad.

Figura 11.21. Los Wiradjuri son un grupo aborigen que habita las extensas llanuras y praderas del sureste de Australia, en lo que hoy en día se conoce como el estado de Nueva Gales del Sur. Durante miles de años, los Wiradjuri han desarrollado una estrecha relación con la tierra y han adaptado su estilo de vida a las condiciones del entorno. Se basan en la caza, la recolección y la pesca para su sustento, aprovechando los recursos naturales de las praderas de manera sostenible. Su cultura se caracteriza por una fuerte conexión con la tierra, rituales espirituales y una rica tradición oral transmitida de generación en generación.

Además, la educación y la concienciación juegan un papel fundamental en la valoración y preservación de las praderas templadas. Promover la comprensión de la importancia cultural, histórica y ecológica de estos ecosistemas puede ayudar a generar un mayor respeto y apoyo para su conservación. La celebración de festivales, eventos y actividades que resalten la belleza y el valor de las praderas puede despertar el interés y la conexión de las personas con estos paisajes únicos.

Influencia en el imaginario colectivo

La influencia en el imaginario colectivo de las praderas templadas y sus equivalentes locales es innegable. Estos vastos paisajes de pastizales han capturado la imaginación de las personas a lo largo de la historia, evocando una sensación de libertad, belleza y conexión con la naturaleza. Ya sea en las praderas de América del Norte, las estepas de Eurasia o las llanuras de Australia, estas regiones han dejado una huella profunda en el arte, la literatura, la música y la cultura popular.

La iconografía asociada con las praderas templadas ha sido representada en numerosas obras de arte. Pintores como Frederic Remington en Estados Unidos, Ivan Shishkin en Rusia y Sidney Nolan en Australia han capturado la majestuosidad de estos paisajes en sus obras. Los cuadros muestran extensiones interminables de pastizales, cielos abiertos y la presencia de animales icónicos como bisontes, caballos y aves rapaces. Estas representaciones artísticas han contribuido a la construcción de un imaginario colectivo que identifica las praderas como un símbolo de la belleza natural y la vida silvestre.

Figura 11.22. El retrato de Ivan Shishkin, destacado pintor ruso del siglo XIX, captura la esencia de las praderas templadas euroasiáticas como su tema principal. En la obra, se despliega un vasto paisaje ondulado y sereno, donde el verde exuberante del césped se extiende hasta donde alcanza la vista. La atención meticulosa al detalle revela la riqueza de la flora y fauna presentes en estas praderas, desde las flores silvestres coloridas hasta los arbustos dispersos. La luz dorada del sol derrama suavemente sobre la escena, creando sombras sutiles y resaltando la belleza natural del entorno. En conjunto, el retrato de Shishkin evoca la tranquilidad y la majestuosidad de las praderas templadas euroasiáticas, inmortalizando su importancia en la cultura y la historia de la región.

La literatura también ha desempeñado un papel importante en la difusión de la influencia de las praderas templadas. En las novelas y cuentos ambientados en estas regiones, los escritores han explorado temas como la vida en la frontera, la lucha por la supervivencia, la relación entre el ser humano y la naturaleza, y la búsqueda de la identidad. Autores como Willa Cather con su novela "My Ántonia" en Estados Unidos, León Tolstói con "La estepa" en Rusia y Henry Lawson con sus cuentos sobre la vida en el outback australiano han dejado una huella perdurable en la literatura mundial.

El cine también ha contribuido a la influencia de las praderas templadas en el imaginario colectivo. Las películas del género del western, en particular, han retratado estos paisajes como escenarios emblemáticos de historias de valentía, aventura y conflicto. Títulos clásicos como "Sin perdón" de Clint Eastwood, "Danza con lobos" de Kevin Costner y "El Álamo" de John Wayne han llevado a las praderas a la pantalla grande, reforzando su importancia en la cultura popular y en la percepción de las tierras fronterizas. 

Figura 11.23. "Danza con lobos" es una película que retrata de manera excepcional los pastizales templados en su fotografía y trama. A través de imágenes impresionantes, se capturan extensas llanuras cubiertas de hierba, que se extienden hasta el horizonte, transmitiendo la vastedad y la belleza de estos ecosistemas. La trama se desarrolla en este entorno, explorando la relación entre el protagonista y la naturaleza salvaje que lo rodea, incluidos los lobos. La película resalta la conexión profunda entre el hombre y la tierra, mostrando la armonía y el respeto mutuo entre ambas partes. La fotografía y la trama de "Danza con lobos" nos transportan a los inmensos y poderosos pastizales templados, resaltando su importancia en la historia y en nuestra relación con la naturaleza.

La asociación del cine de vaqueros con el matorral mediterráneo en lugar de las praderas templadas se debe principalmente a razones históricas y geográficas. Si bien es cierto que la expansión de la frontera de Estados Unidos se dio en gran medida en las regiones de las praderas templadas, el cine de vaqueros comenzó a florecer en la primera mitad del siglo XX, cuando los estudios cinematográficos se encontraban principalmente en Hollywood, California.

El paisaje del matorral mediterráneo, con sus colinas, arbustos y cactus, se asemejaba más a la imagen romántica y estereotipada del Salvaje Oeste que se había construido en la imaginación popular. Los estudios de cine de Hollywood tenían fácil acceso a estas áreas, ya que estaban ubicados en la costa oeste de Estados Unidos. Además, la disponibilidad de equipos de filmación y técnicas de producción en aquel entonces también pudo haber influido en la elección de estos paisajes más cercanos.

Figura 11.24. "Sin perdón" de Clint Eastwood representa de manera impactante y evocadora a la pradera templada en su cinematografía. A través de la fotografía, se nos muestra la vastedad y la belleza agreste de estos paisajes abiertos, donde los personajes se ven inmersos en un entorno natural desafiante y despiadado. Las extensas llanuras, los campos de hierba y los cielos amplios se convierten en un elemento fundamental de la narrativa, reflejando la dureza y la crudeza del Oeste Americano. La pradera templada se presenta como un telón de fondo poderoso que influye en la historia y en los personajes, aportando un sentido de libertad, soledad y confrontación con la naturaleza salvaje.

Otra razón podría ser la preferencia estética de los directores y productores de cine. El matorral mediterráneo ofrecía un paisaje más dramático y escarpado, con colinas rocosas y cañones profundos, que añadía un elemento visualmente atractivo a las escenas de acción y persecuciones a caballo. Además, el clima y la vegetación características de estas regiones también podían ofrecer un ambiente más desafiante y peligroso para los personajes, lo que agregaba tensión y emoción a la trama.

Por otro lado, aunque la expansión de la frontera en las praderas templadas fue fundamental en la historia de Estados Unidos, la imagen icónica del cowboy y su relación con la vida en el Salvaje Oeste se había arraigado en la cultura mucho antes de la era del cine. Las historias de vaqueros, bandidos y forajidos se habían transmitido a través de la literatura popular, las dime novels y los espectáculos de rodeo, reforzando la imagen de los vaqueros en escenarios más áridos y desérticos.

Es importante tener en cuenta que el cine es una forma de expresión artística y que las decisiones estéticas y narrativas pueden variar según el contexto y las preferencias de los creadores. Aunque el cine de vaqueros esté más asociado con el matorral mediterráneo, no significa que las praderas templadas no hayan sido representadas en el cine. Ha habido películas que han explorado la vida en las praderas y han destacado la belleza y la importancia de estos ecosistemas en la historia y cultura del Oeste americano.

Si bien la mayoría de las películas de espada y sandalias están ambientadas en el mundo mediterráneo, también hay algunas que exploran los conflictos entre los pueblos euroasiáticos, como los escitas, y las civilizaciones mediterráneas, como los griegos y los romanos. Aunque no son tan comunes como las películas que se centran en Roma o Grecia, existen producciones cinematográficas que exploran estos enfrentamientos.

Figura 11.25. La película "The Scythian" (2018) refleja el bioma de las praderas templadas tanto en su fotografía como en su trama. A través de una cuidadosa dirección artística y cinematográfica, se captura la vastedad y la belleza de las praderas euroasiáticas. Las amplias llanuras, cubiertas de hierba y salpicadas de vegetación dispersa, se convierten en un telón de fondo impresionante para las escenas de acción y aventura de la película. Además, la trama se desarrolla en este entorno natural, explorando las relaciones entre los personajes y su lucha por la supervivencia en este paisaje desafiante. El bioma de las praderas templadas se convierte en un elemento central que contribuye a la ambientación y la narrativa de la película.

Un ejemplo notable es la película rusa "The Scythian" (conocida como "Skif" en su idioma original), dirigida por Rustam Mosafir y estrenada en 2018. Esta película está ambientada en las estepas euroasiáticas y presenta la lucha entre los escitas y el Imperio Persa en el siglo IV a.C. A través de la acción y la aventura, la película muestra la cultura y el estilo de vida de los escitas, así como sus enfrentamientos con las poderosas civilizaciones mediterráneas.

Si bien no es tan frecuente encontrar películas de este género ambientadas en las praderas templadas euroasiáticas, "The Scythian" es un ejemplo notable que demuestra que también se pueden explorar estos conflictos en el cine de espada y sandalias.

En el cine de pueblos antiguos de la estepa euroasiática, es cierto que una temática frecuente se basa en la tendencia de estos pueblos a invadir civilizaciones más avanzadas. Los hunos y los xiongnu son dos ejemplos destacados de estos pueblos nómadas que han sido representados en el cine como invasores implacables y bárbaros sin misericordia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas representaciones están influenciadas por la perspectiva y los registros históricos escritos por las civilizaciones que fueron invadidas, lo que genera una narrativa sesgada y limitada.

Los hunos, bajo el liderazgo de figuras históricas como Atila, han sido retratados en películas como "Atila" (2001) y "The Last Legion" (2007). Estas representaciones a menudo enfatizan su ferocidad, su apariencia salvaje y su deseo de conquista. Los xiongnu, por otro lado, han sido retratados en películas como "Mulan" (2020) y "The Longest Day in Chang'an" (2019), donde son presentados como enemigos implacables del Imperio Chino.

Figura 11.26. "Mongol" (2007) retrata de manera cautivadora las praderas templadas en su fotografía y trama. La película muestra la belleza y vastedad de estos biomas, con sus extensas llanuras y horizontes interminables. A través de su fotografía, se captura la inmensidad y libertad de las praderas, con tonos dorados y cielos abiertos. En cuanto a la trama, se explora la relación simbiótica de los mongoles con las praderas, su dependencia de ellas para la supervivencia y su habilidad como jinetes y pastores. Además, se muestra cómo la adaptación a este entorno natural influyó en el ascenso de Genghis Khan como líder y conquistador.

Es importante tener en cuenta que estas representaciones cinematográficas son interpretaciones basadas en los registros históricos escritos por las civilizaciones sedentarias, como los romanos y los chinos, que fueron invadidos por estos pueblos de la estepa. La falta de registros escritos de los propios pueblos nómadas limita nuestra comprensión de su cultura, motivaciones y perspectivas.

Es crucial reconocer que estas representaciones cinematográficas pueden perpetuar estereotipos y prejuicios culturales. La imagen de los pueblos de la estepa euroasiática como bárbaros invasores sin misericordia no refleja necesariamente la complejidad de sus culturas y sociedades. Estos pueblos tenían sus propias formas de vida, valores y sistemas políticos, y su historia es mucho más rica y diversa de lo que a menudo se presenta en el cine.

Afortunadamente, en los últimos años ha habido un mayor reconocimiento de la necesidad de representaciones más equilibradas y auténticas de estos pueblos en el cine. Algunas producciones más recientes han intentado presentar una visión más matizada de estos pueblos y su relación con las civilizaciones sedentarias.

La música también ha encontrado inspiración en las praderas templadas y sus equivalentes locales. Géneros musicales como el country y el folk han utilizado las praderas como telón de fondo para sus letras y melodías. Las canciones hablan de la vida rural, el amor por la tierra, las historias de los vaqueros y la conexión con la naturaleza. Artistas como Johnny Cash, Bob Dylan y Slim Dusty han inmortalizado la esencia de las praderas en sus composiciones, transmitiendo la nostalgia y el sentido de pertenencia a estas tierras.

Además del arte, la literatura, el cine y la música, las praderas templadas y sus equivalentes locales han dejado una marca en la cultura popular de diversas formas. Los festivales y eventos celebrados en estas regiones, como rodeos, carreras de caballos y festivales de música al aire libre, atraen a multitudes de personas que se sienten atraídas por la energía y la atmósfera única de estos espacios abiertos. Los trajes y la moda inspirados en la estética de las praderas también han dejado su huella en la industria de la moda, con diseños que evocan el espíritu libre y la rusticidad de estas tierras.

La influencia de las praderas templadas y sus equivalentes locales también se extiende a la conciencia ambiental y la conservación de la naturaleza. Estos ecosistemas, aunque a menudo se han visto amenazados por la agricultura intensiva y el desarrollo humano, son reconocidos como hábitats importantes para la biodiversidad y como reservorios de recursos naturales. La conservación de las praderas se ha convertido en una preocupación global, y se han implementado esfuerzos para proteger y restaurar estos valiosos ecosistemas.

12. Los bosques templados

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Los organismos vivos más grandes de la tierra, quizás los más grandes que han vivido, las secuoyas del oeste de América del Norte y los gigantescos eucaliptos del sur de Australia, viven bosques templados. Los bosques templados de hoja caduca del este de Norteamérica, Europa y Asia todavía albergan árboles antiguos que no son menos impresionantes, particularmente en otoño. A la luz tenue de este reino fresco y húmedo, un mundo de hongos y hojas en descomposición, puedes estar al lado de los gigantes de la biosfera. Algunos autores los distinguen como dos biomas independientes, los más norteños bosques de coníferas que no son tan fríos como la taiga y los más sureños bosques de hoja caduca. La hoja caduca implica la caída del dosel en el otoño para ahorrar energía en el invierno, estos reciben los más pomposos nombres de bosque caducidófilo o deciduo, que es lo mismo que decir que se les caen las hojas en otoño.

Figura 12.1. Estos bosques, conocidos como bosques caducifolios o templados, se caracterizan por experimentar cambios de color espectaculares durante el otoño. A medida que la temporada avanza, las hojas de los árboles cambian su pigmentación, mostrando una impresionante gama de tonalidades que van desde el verde brillante hasta los ocres, amarillos, rojos y marrones. Estos vibrantes cambios son el resultado de los procesos naturales de adaptación al invierno, cuando las hojas caen para conservar agua y energía, y los árboles entran en un período de dormancia. La belleza de los bosques caducifolios durante el otoño atrae a turistas y amantes de la naturaleza de todo el mundo, convirtiéndose en un espectáculo asombroso y pintoresco que resalta la maravillosa diversidad y armonía de la naturaleza.

Geografía

Bosque templado se puede encontrar entre 30° y 55° latitud. Sin embargo, la mayor parte de este bioma se encuentra entre 40° y 50°.

Figura 12.2. Junto con el bosque boreal, los bosques caducifolios son escenarios frecuentes en la mayoría de los cuentos de los hermanos Grimm. Estos enigmáticos bosques se convierten en lugares mágicos y misteriosos que dan vida a las fascinantes historias de hadas, brujas, princesas y valientes caballeros. Los bosques caducifolios añaden una atmósfera encantada a los relatos, con sus cambiantes colores estacionales y sus densos rincones llenos de secretos. Los hermanos Grimm, famosos por sus cuentos de hadas, aprovecharon la magia y el misterio de estos bosques como escenarios para cautivar a lectores de todas las edades. Estos lugares encantados han perdurado a lo largo de generaciones, inspirando la imaginación y demostrando que la naturaleza misma puede ser un escenario maravilloso y evocador para las más cautivadoras historias.. (YouTube).

En Asia, los bosques templados cubrían originalmente gran parte de Japón, el este de China, Corea y Siberia oriental. En Europa occidental, los bosques templados se extienden desde el sur de Escandinavia hasta el noroeste de Iberia y desde las islas británicas hasta Europa oriental. Los bosques templados de América del Norte se encuentran desde la costa del Atlántico hasta las Grandes Planicies y reaparecen en la Costa Oeste como bosques templados de coníferas que se extienden desde el norte de California hasta el sureste de Alaska. En el hemisferio sur, los bosques templados se encuentran en el sur de Chile, Nueva Zelanda y el sur de Australia.

Clima

Los bosques templados, que pueden ser coníferos o caducifolios, ocurren donde las temperaturas no son extremas y donde la precipitación anual promedio es de aproximadamente 650 mm a más de 3.000 mm. 

Los bosques templados son ecosistemas dinámicos que experimentan cambios significativos a lo largo de las estaciones. Estas transformaciones estacionales están marcadas por variaciones en la temperatura, la precipitación y la vegetación que define la apariencia y el carácter distintivo de estos bosques.

En los bosques templados, ya sean coníferos o caducifolios, las estaciones del año se hacen sentir de manera notable. Durante el invierno, los bosques coníferos pueden recibir nevadas pesadas, creando un paisaje cubierto de blanco. Los árboles de hoja perenne, como los abetos y los pinos, desafían las bajas temperaturas y mantienen su verdor, lo que contrasta con el manto blanco que los rodea.

A medida que llega la primavera, la temperatura comienza a aumentar y los bosques templados se despiertan de su letargo invernal. Los árboles caducifolios, como los robles y los arces, brotan hojas nuevas y verdes, cubriendo los bosques con un manto de color y vida. Los días se alargan y la lluvia primaveral alimenta la tierra sedienta, impulsando el crecimiento de una exuberante vegetación.

El verano trae consigo un clima cálido y a menudo húmedo, proporcionando condiciones óptimas para el florecimiento del bosque templado. La vegetación está en pleno apogeo, con árboles frondosos que ofrecen sombra y refugio a una multitud de seres vivos. Las aves llenan el aire con sus trinos, mientras que los mamíferos y otros animales se deleitan con los frutos y las semillas que abundan en esta época del año.

A medida que el verano se desvanece y da paso al otoño, los bosques templados se transforman en un mosaico de colores. Los árboles caducifolios se vuelven dorados, rojos y naranjas, creando un espectáculo visual impresionante. Las hojas caídas cubren el suelo, formando una alfombra crujiente, mientras que los animales se preparan para el invierno almacenando alimentos o migrando hacia lugares más cálidos.

Los cambios estacionales en los bosques templados son vitales para su funcionamiento y su biodiversidad. La flora y la fauna dependen de estos ciclos para su supervivencia y reproducción. Los patrones climáticos y la disponibilidad de recursos influyen en el comportamiento de las especies, desde la migración de aves hasta la hibernación de mamíferos.

En contraste con el bosque boreal, el bosque templado se caracteriza por su apacible belleza y su clima más moderado. Los inviernos son menos rigurosos y los veranos más largos, lo que permite una mayor diversidad de especies y una actividad constante a lo largo del año. Los bosques templados son considerados refugios tranquilos y hogares acogedores, donde la vida se desenvuelve en armonía con las estaciones cambiantes.

Suelos

Los suelos forestales templados suelen ser fértiles. Los suelos más fértiles de este bioma se desarrollan bajo bosques caducifolios, donde generalmente son neutros o ligeramente ácidos y ricos en materia orgánica y nutrientes inorgánicos. Los suelos ricos pueden desarrollarse bajo bosques de coníferas, pero las coníferas también pueden crecer en suelos ácidos y más pobres. El movimiento de nutrientes entre el suelo y la vegetación tiende a ser más lento y más conservador en los bosques de coníferas; El movimiento de nutrientes dentro de los bosques caducifolios es generalmente más dinámico.

Biología

Los bosques templados son ecosistemas de gran importancia que albergan una diversidad única de flora. Aunque su diversidad de especies puede ser menor que la de los bosques tropicales, los bosques templados exhiben una rica variedad de árboles, arbustos, hierbas y plantas herbáceas adaptadas a las condiciones climáticas cambiantes y a los suelos fértiles de estas regiones.

En los bosques templados, el dosel forestal es dominado por una mezcla de árboles de hoja caduca y perenne. Algunas especies notables incluyen el Quercus (roble), el Acer (arce), el Fagus (haya), el Picea (abeto) y el Pinus (pino). Estos árboles proporcionan un hábitat crucial para una variedad de aves, mamíferos y otros organismos.

Figura 12.3. Pinus spp., comúnmente conocido como pino, es un género de árboles de hoja perenne perteneciente a la familia Pinaceae. Estas coníferas son ampliamente distribuidas en las regiones templadas y subtropicales del hemisferio norte. Los pinos se caracterizan por su forma cónica y hojas en forma de aguja que crecen en racimos. Además, producen conos leñosos que contienen las semillas y que se abren cuando están maduros. Los pinos son valorados por su madera duradera y resistente, utilizada en la construcción y la industria del mueble. También desempeñan un papel ecológico importante, proporcionando hábitat, regulando el ciclo del agua y capturando carbono.

En la capa del sotobosque, encontramos una serie de arbustos y plantas tolerantes a la sombra, como el Rhododendron (rododendro), el Vaccinium (arándano), el Rubus (zarzamora) y el Hedera (hiedra). Estas plantas son importantes para la regeneración del bosque y brindan alimento y refugio a muchas especies de animales.

Figura 12.4. Rubus spp., conocido comúnmente como zarza o frambuesa, es un género de plantas perteneciente a la familia Rosaceae. Este género incluye numerosas especies de arbustos espinosos que producen frutas comestibles y se encuentran ampliamente distribuidas en las regiones templadas y subtropicales de todo el mundo. Las zarzas se caracterizan por sus tallos espinosos y hojas compuestas. Las flores son pequeñas y generalmente de color blanco o rosado. Las frutas, conocidas como zarzamoras o frambuesas, son bayas pequeñas y jugosas que varían en color desde el rojo intenso hasta el negro. Las zarzas son apreciadas tanto por su valor ornamental en jardinería como por sus frutas dulces y nutritivas que se utilizan en la cocina y la producción de mermeladas y postres.

En la capa herbácea, la vegetación de bajo crecimiento como pastos, helechos y otras plantas herbáceas, como el Deschampsia (hierba de las Pampas) y el Carex (junco), cubre el suelo del bosque. Estas plantas contribuyen a la estructura y la salud del suelo, previniendo la erosión y proporcionando hábitat para insectos, anfibios y reptiles.

Figura 12.5. Carex spp., conocido comúnmente como juncia, es un género de plantas herbáceas perennes perteneciente a la familia Cyperaceae. Este género incluye una amplia variedad de especies que se encuentran en hábitats húmedos y pantanosos en todo el mundo, desde las regiones templadas hasta las tropicales. Las juncias se caracterizan por sus tallos cilíndricos y sus hojas estrechas y largas que forman densas matas o céspedes. Las flores son pequeñas y se agrupan en espigas compactas. Las juncias desempeñan un papel importante en los ecosistemas de humedales, ya que ayudan a estabilizar el suelo, controlar la erosión y proporcionar hábitat y alimento para diversas especies de aves, insectos y otros animales acuáticos. Además, algunas especies de juncias son utilizadas en la cestería y la fabricación de esteras y cestas.

Además de la vegetación terrestre, los bosques templados también albergan una variedad de líquenes, musgos y hongos. Los líquenes, que son una simbiosis entre hongos y algas, se adhieren a los troncos de los árboles y rocas, aportando color y textura al bosque. Los musgos, por otro lado, cubren el suelo y los troncos de los árboles, proporcionando humedad y refugio para pequeñas criaturas.

La flora de los bosques templados juega un papel esencial en el ecosistema. Los árboles, en particular, son fundamentales para la captura y almacenamiento de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. Además, proporcionan sombra, regulan la temperatura y sirven de hábitat y fuente de alimento para muchas especies de fauna.

Sin embargo, los bosques templados también enfrentan amenazas significativas debido a la deforestación, la fragmentación del hábitat y el cambio climático. La pérdida de bosques templados tiene un impacto negativo en la biodiversidad, la calidad del agua, la regulación del clima y la estabilidad del suelo.

Figura 12.6. Picea spp., conocida comúnmente como abeto, es un género de árboles perennes perteneciente a la familia Pinaceae. Este género incluye varias especies de abetos que se encuentran en las regiones templadas y boreales del hemisferio norte, especialmente en Europa, América del Norte y Asia. Los abetos se caracterizan por su forma cónica y su follaje perenne en forma de agujas. Sus ramas están dispuestas de manera simétrica alrededor del tronco principal, lo que les confiere una apariencia elegante y distintiva. Estos árboles son apreciados por su madera de alta calidad, utilizada en la construcción y la fabricación de muebles. Además, los abetos desempeñan un papel importante en los ecosistemas forestales al proporcionar refugio y alimento para una variedad de especies de aves y mamíferos, así como al contribuir a la regulación del ciclo del agua y la conservación del suelo.

La conservación de los bosques templados y la protección de su flora son cruciales para preservar estos ecosistemas únicos. Se requiere un enfoque integral que incluya la gestión sostenible de los recursos forestales, la creación de áreas protegidas y la educación ambiental para promover la importancia de estos bosques en la salud del planeta. 

Las aves, los mamíferos y los insectos usan todas las capas del bosque de debajo del suelo del bosque a través del dosel. Algunos de los consumidores más importantes son los hongos y las bacterias que, junto con una diversidad de animales invertebrados microscópicos, consumen las grandes cantidades de madera almacenada en el suelo del bosque templado de edad avanzada. Las actividades de estos organismos reciclan nutrientes, un proceso sobre el cual depende la salud de todo el bosque.

Figura 12.7. Quercus spp., comúnmente conocido como roble, es un género de árboles y arbustos perteneciente a la familia Fagaceae. Este género incluye una amplia variedad de especies distribuidas en diferentes regiones del mundo, especialmente en las zonas templadas y subtropicales del hemisferio norte. Los robles se caracterizan por su tamaño imponente, su robusto tronco y su follaje caducifolio. Sus hojas son grandes y lobuladas, y adquieren tonalidades que van desde el verde intenso hasta el rojo y el dorado en otoño. Los robles son apreciados por su madera resistente y duradera, utilizada en la construcción, la fabricación de muebles y la producción de barriles. Además, estos árboles desempeñan un papel ecológico crucial al proporcionar refugio y alimento para una gran variedad de especies de fauna, y contribuyen a la regulación del ciclo del agua y la conservación del suelo.

Los bosques templados son ecosistemas ricos y vibrantes que albergan una gran variedad de especies animales adaptadas a este entorno particular. Desde majestuosos mamíferos hasta coloridas aves y fascinantes anfibios y reptiles, la fauna del bosque templado es tan diversa como impresionante.

Los ciervos y otros grandes mamíferos de pezuña y cornamenta son una parte icónica de los bosques templados en todo el mundo. Estas majestuosas criaturas, con sus impresionantes cuernos y su gracia en movimiento, desempeñan un papel crucial en el equilibrio y la salud de estos ecosistemas. En este artículo, exploraremos la vida y la importancia de los ciervos, alces, renos y alces, destacando su adaptación única a los bosques templados y su influencia en la biodiversidad y la dinámica de estos entornos.

Los ciervos son quizás los más conocidos y reconocidos de todos los grandes mamíferos de pezuña y cornamenta. Con su elegante porte y sus impresionantes cuernos, los ciervos aportan una belleza indescriptible a los bosques templados. Varios géneros y especies de ciervos se encuentran en todo el mundo, desde el ciervo rojo (Cervus elaphus) en Europa hasta el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus) en América del Norte. Estos animales herbívoros se alimentan de hojas, brotes y frutas, contribuyendo a la dispersión de semillas y a la renovación de la vegetación.

Figura 12.8. El Cervus elaphus, comúnmente conocido como ciervo rojo, es una especie emblemática de los bosques templados en Europa y partes de Asia. Estos majestuosos animales son reconocidos por su impresionante cornamenta ramificada, que los machos desarrollan durante la temporada de apareamiento. Los ciervos rojos son grandes herbívoros que se alimentan principalmente de hierbas, brotes, hojas y cortezas de árboles. Su presencia en los bosques templados es vital para el equilibrio ecológico, ya que contribuyen a la dispersión de semillas y ayudan a controlar el crecimiento de la vegetación. Además, los ciervos rojos son considerados una especie de caza y son apreciados por su belleza y elegancia en la naturaleza.

Además de los ciervos, otros grandes mamíferos de pezuña y cornamenta también llaman hogar a los bosques templados. El alce (Alces alces) es un ejemplo destacado. Con su tamaño imponente y su distintivo tocado de cuernos en forma de paleta, los alces son conocidos por su adaptación a los climas fríos y a los entornos forestales. Se alimentan de hojas, brotes y cortezas de árboles, y su influencia en la vegetación y la formación del paisaje es notable.

Estos grandes mamíferos de pezuña y cornamenta desempeñan un papel crucial en la dinámica de los bosques templados. Al alimentarse de la vegetación, contribuyen a la renovación de la flora y a la dispersión de semillas a través de sus excrementos. Además, su presencia y comportamiento influyen en la estructura del bosque, ayudando a mantener un equilibrio entre la vegetación y la fauna.

Figura 12.9. El alce (Alces alces) es un imponente mamífero que habita en los bosques templados del hemisferio norte, incluyendo América del Norte, Europa y Asia. También conocido como el "rey del bosque", el alce es el mayor miembro de la familia de los cérvidos y se caracteriza por su tamaño robusto y sus grandes astas ramificadas. Estos majestuosos animales son herbívoros y se alimentan principalmente de hojas, brotes, ramas y hierbas. Son excelentes nadadores y pueden sumergirse en busca de alimento acuático. Los alces desempeñan un papel importante en el ecosistema del bosque, al influir en la vegetación y en la dispersión de semillas. Además, son una especie emblemática en muchas culturas y son admirados por su imponencia y belleza en la naturaleza.

Sin embargo, la conservación de estos animales y sus hábitats enfrenta numerosos desafíos. La pérdida de hábitat debido a la deforestación y la fragmentación del bosque, la caza furtiva y la interferencia humana son amenazas significativas para su supervivencia. Es fundamental implementar medidas de conservación efectivas, como la protección de áreas naturales y la promoción de prácticas sostenibles, para garantizar la preservación de estos majestuosos animales y la integridad de los bosques templados..

Los osos son una presencia emblemática en los bosques templados de todo el mundo. Estos magníficos animales son parte integral de los ecosistemas forestales y desempeñan un papel crucial en su equilibrio y biodiversidad. En los bosques templados, se pueden encontrar diferentes especies de osos, cada una adaptada a su entorno específico. Uno de los más conocidos es el oso pardo (Ursus arctos), que se encuentra en varias regiones del hemisferio norte, como América del Norte, Europa y Asia. El oso pardo es un omnívoro oportunista y se alimenta de una amplia variedad de alimentos, incluyendo frutas, bayas, raíces, insectos y pequeños mamíferos. Su gran tamaño y poderosas garras lo convierten en un depredador formidable, aunque generalmente es más conocido por su comportamiento pacífico.

Figura 12.10. El Ursus arctos, comúnmente conocido como oso pardo, es una especie emblemática que habita en los bosques templados de diversas regiones del hemisferio norte. Este imponente mamífero se caracteriza por su pelaje grueso y variaciones de color que van desde el marrón oscuro al casi blanco. Los osos pardos son omnívoros, alimentándose de frutas, bayas, raíces, peces, pequeños mamíferos y carroña. Son conocidos por su fuerza y agilidad, así como por su comportamiento generalmente tranquilo. Sin embargo, también pueden ser peligrosos cuando se sienten amenazados o en situaciones de escasez de alimentos. La conservación de los bosques templados es fundamental para asegurar la supervivencia de esta especie icónica.

Otra especie de oso que habita en los bosques templados es el oso negro (Ursus americanus), que se encuentra principalmente en América del Norte. A diferencia del oso pardo, el oso negro es más pequeño y su dieta se basa principalmente en vegetación, como frutas, nueces y hojas, aunque también consume insectos y pequeños animales. El oso negro es conocido por su agilidad y capacidad para trepar árboles.

En algunos bosques templados del sureste de Asia, se encuentra el oso malayo (Helarctos malayanus). Este oso es el más pequeño de todas las especies de osos y se alimenta principalmente de frutas, miel y termitas. Desafortunadamente, el oso malayo se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat y la caza furtiva.

Figura 12.11. El Ursus americanus, conocido como oso negro americano o simplemente oso negro, es una especie nativa de los bosques templados de América del Norte. Estos osos se distinguen por su pelaje negro, aunque también pueden presentar tonalidades marrones o incluso canosas. Son omnívoros y se alimentan de frutas, nueces, raíces, insectos, pequeños mamíferos y pescado. Aunque son generalmente más pequeños que los osos pardos, son ágiles y poseen una gran fuerza. Los osos negros son tímidos y evitan el contacto con los humanos, pero pueden volverse más agresivos si se sienten amenazados o si se les provoca. La conservación de su hábitat es crucial para garantizar su supervivencia.

Los osos desempeñan un papel crucial en los bosques templados como dispersores de semillas y como reguladores de poblaciones de otros animales. Su comportamiento de búsqueda de alimento y sus hábitos de excavación también influyen en la estructura del suelo y la vegetación del bosque. Sin embargo, los osos también enfrentan amenazas significativas, como la pérdida de hábitat, la caza furtiva y los conflictos con los seres humanos.

En cuanto a las aves, el halcón peregrino (Falco peregrinus) destaca por ser uno de los animales más rápidos del mundo. Su hábitat se extiende a los bosques templados, donde muestra su vuelo veloz y sus habilidades de caza. Otro habitante alado es el búho nival (Bubo scandiacus), reconocido por su plumaje blanco y denso que le permite sobrevivir en los climas fríos de estos bosques.

Figura 12.12. Los búhos del bosque templado, como el búho de orejas cortas (Asio otus) y el búho manchado (Strix occidentalis) "imagen", son aves rapaces nocturnas que se encuentran en los bosques de clima templado alrededor del mundo. Estas especies tienen adaptaciones especiales para la vida en este tipo de ecosistema. Su plumaje les permite camuflarse entre los árboles y su vuelo silencioso les ayuda a acechar a sus presas sin ser detectados. Los búhos del bosque templado se alimentan principalmente de roedores, pequeños mamíferos y aves, desempeñando un papel importante en el control de poblaciones de plagas y el equilibrio ecológico de estos bosques. Su distintivo canto nocturno agrega un elemento místico y cautivador a los paisajes del bosque templado.

Dentro del reino de los anfibios y reptiles, el bosque templado alberga a la salamandra de vientre amarillo (Ambystoma maculatum). Estas salamandras, con su cuerpo negro y manchas amarillas en el vientre, encuentran su hogar cerca de los cuerpos de agua que salpican estos bosques. Por otro lado, las serpientes de cascabel (Crotalus spp.) se camuflan hábilmente entre la vegetación y su característico cascabel en la cola advierte a los intrusos de su presencia.

Las ranas arbóreas (Hyla spp.) son otro grupo de anfibios que se adaptan perfectamente a los bosques templados. Estas ranas trepadoras, con su color verde brillante, se mimetizan con la vegetación circundante y son conocidas por sus distintivos cantos que llenan el aire de estos bosques.

No podemos dejar de mencionar al lagarto de collar occidental (Crotaphytus collaris), un reptil que habita en los bosques templados de América del Norte. Con su cuerpo delgado y un collar negro distintivo alrededor de su cuello, este lagarto es un ejemplo de las adaptaciones que han surgido en estos ecosistemas.

La fauna del bosque templado es un testimonio de la diversidad y la capacidad de adaptación de las especies a un entorno cambiante. Estos animales son piezas fundamentales en el equilibrio y la salud de estos ecosistemas, desempeñando roles importantes en la cadena alimentaria y en la dispersión de semillas.

La conservación de estos ecosistemas es esencial para garantizar la supervivencia de la fauna del bosque templado. La protección de sus hábitats, la promoción de prácticas sostenibles y la concientización sobre su importancia son acciones cruciales para preservar la riqueza natural y la biodiversidad de estos bosques.

Influencia humana

¿Qué, además de ser grandes ciudades, tienen en común Tokio, Pekín, Moscú, Varsovia, Berlín, París, Londres, Nueva York, Washington, DC, Boston, Toronto, Chicago y Seattle? Todos están construidos sobre tierras que una vez apoyaban un bosque templado. 

La influencia humana en las praderas templadas ha dejado un legado de transformación y desafíos a lo largo de la historia. A medida que las civilizaciones se establecieron, los bosques templados fueron el escenario de la vida y las actividades humanas. Los primeros asentamientos se concentraron en los márgenes de los bosques, cerca de arroyos y ríos, donde se aprovechaban los recursos naturales disponibles.

Con el tiempo, la agricultura se convirtió en una práctica común en los claros del bosque, impulsada por la necesidad de asegurar alimentos y recursos. Los cultivos se establecieron y se domesticaron animales, lo que llevó a la transformación del paisaje y al desarrollo de comunidades agrícolas. Sin embargo, a medida que la población crecía, la presión sobre los bosques aumentaba y se requerían más tierras para la producción de alimentos.

La era de la tala marcó un punto de inflexión en la historia de los bosques templados. La demanda de madera y otros recursos forestales condujo a la intensiva explotación de los bosques, con consecuencias devastadoras para la biodiversidad y el equilibrio ecológico. La deforestación masiva dejó un impacto duradero en estos ecosistemas, alterando la composición de especies y afectando los ciclos naturales.

En la actualidad, la reducción de los bosques templados es evidente. En muchas partes del mundo, apenas queda un pequeño porcentaje de bosques vírgenes. En el oeste de Norteamérica, menos del 2% de los bosques originales permanecen intactos, mientras que en otras regiones, los bosques caducifolios han sido severamente afectados. La expansión urbana y la conversión de tierras para la agricultura y la ganadería continúan ejerciendo presión sobre estos ecosistemas. La pérdida de hábitats naturales ha llevado a la disminución de especies nativas y ha dado paso a la proliferación de especies invasoras. Además, la fragmentación del paisaje ha dificultado los procesos ecológicos y ha reducido la conectividad entre los diferentes ecosistemas.

Para abordar estos desafíos, es fundamental adoptar prácticas de manejo sostenible de los bosques templados. La conservación de las áreas remanentes de bosques vírgenes, la restauración de ecosistemas degradados y la promoción de la conciencia ambiental son acciones cruciales para preservar la riqueza natural y cultural asociada a estos ecosistemas.

Importancia cultural

El bosque templado ha sido una fuente inagotable de inspiración para artistas, poetas y escritores a lo largo de la historia. Sus densos árboles, la belleza de su follaje y la armonía de su fauna han sido temas recurrentes en la literatura y el arte. Desde las pinturas de paisajes impresionistas hasta los poemas románticos, el bosque templado ha sido retratado como un lugar misterioso y sublime que despierta emociones profundas en las personas.

La majestuosidad del bosque templado ha sido plasmada en lienzos y grabados de renombrados artistas. Claude Monet, por ejemplo, capturó la atmósfera etérea del bosque en sus series de pinturas de los árboles de hayas en Fontainebleau, en las cuales jugó con la luz y los tonos de verde para transmitir la serenidad y la tranquilidad que emana de estos bosques. Por su parte, los paisajes del bosque templado han sido también una fuente de inspiración para poetas y escritores de diferentes épocas y culturas. En sus versos, los poetas han descrito la sinfonía de sonidos que se escucha entre los árboles, el aroma embriagador de la vegetación y la sensación de conexión con la naturaleza que se experimenta al sumergirse en sus espesuras.

Figura 12.13. Una de las culturas nativas del bosque templado americano es la de los nativos americanos de la región de las Grandes Llanuras. Estas tribus, como los lakota, cheyenne y sioux, han tenido una estrecha relación con el bosque y sus recursos durante siglos. Su forma de vida se basaba en la caza de animales como bisontes y ciervos, así como en la recolección de frutos, raíces y hierbas medicinales. Estas tribus tenían una profunda conexión espiritual con la naturaleza y creían en la importancia de mantener un equilibrio con el entorno. El bosque templado les proporcionaba alimento, refugio y materiales para la artesanía, y su cultura estaba impregnada de tradiciones y rituales en honor a la naturaleza.

Además, el bosque templado ha sido escenario de numerosas historias y leyendas transmitidas de generación en generación. En muchas culturas, se considera un lugar sagrado, habitado por seres míticos y espirituales. Los cuentos de hadas y las narrativas folclóricas están llenos de referencias a seres fantásticos que habitan en los bosques templados, como elfos, duendes y espíritus de la naturaleza. Estas historias no solo entretienen, sino que también transmiten enseñanzas y valores culturales.

Para las comunidades que han habitado cerca de los bosques templados, estas narrativas forman parte de su identidad cultural y su relación con la naturaleza. Los cuentos y las leyendas transmiten mensajes sobre el respeto hacia los recursos naturales, la importancia de vivir en armonía con el entorno y la conexión entre los seres humanos y la naturaleza. Además, estas historias también han servido como una forma de preservar el conocimiento ancestral sobre el uso de los recursos del bosque, las propiedades medicinales de las plantas y las técnicas de supervivencia.

Figura 12.14. Una cultura nativa del bosque templado euroasiático es la de los pueblos eslavos. Estas comunidades han habitado las regiones boscosas de Europa del Este durante siglos. Dependían del bosque para su sustento, recolectando frutos silvestres, caza de animales como ciervos y jabalíes, y obteniendo madera para la construcción de viviendas y herramientas. Los pueblos eslavos también tenían una fuerte conexión espiritual con el bosque, considerándolo sagrado y venerando a los espíritus de la naturaleza. Celebraban festivales y rituales en honor a la naturaleza y creían en la importancia de preservar y respetar el equilibrio ecológico del bosque.

La importancia cultural del bosque templado va más allá de su inspiración artística y sus leyendas. Estos bosques han sido espacios de encuentro y celebración para comunidades locales y pueblos indígenas. Festivales y rituales se han llevado a cabo en los bosques para honrar la naturaleza y agradecer por los recursos que brinda. Estas celebraciones resaltan la estrecha relación entre las personas y el bosque, y enfatizan la importancia de mantener un equilibrio con la naturaleza.

Además, los bosques templados han sido un refugio para el conocimiento tradicional de las comunidades locales. A lo largo de generaciones, estas comunidades han desarrollado técnicas de manejo sostenible de los recursos del bosque, conocimientos sobre las propiedades medicinales de las plantas y la conservación de la biodiversidad. Este conocimiento ancestral es invaluable para la conservación y el uso sostenible de los bosques templados, y su preservación contribuye a la diversidad cultural y al enriquecimiento de la sociedad en su conjunto.

En la actualidad, es esencial reconocer y valorar la importancia cultural del bosque templado, así como promover su conservación y uso sostenible. La protección de estos bosques no solo preserva un legado cultural invaluable, sino que también garantiza la continuidad de los servicios ecosistémicos que proporcionan, como la conservación de la biodiversidad, la mitigación del cambio climático y la provisión de agua y aire limpios.

Influencia en el imaginario colectivo

El bosque templado ha desempeñado un papel icónico y fascinante en el mundo del cine, la literatura, el arte y la música. Su belleza natural y su aura misteriosa han capturado la imaginación de artistas y creadores, convirtiéndolo en el escenario perfecto para la creación de historias de fantasía y la representación de reinos encantados.

En el cine, el bosque templado ha sido el telón de fondo de numerosas películas que han dejado una marca indeleble en el imaginario colectivo. Su vínculo con la fantasía clásica se debe a varias razones.

En primer lugar, el bosque templado es un entorno natural lleno de misterio y encanto. Sus densos árboles, su vegetación exuberante y su atmósfera mística lo convierten en el escenario ideal para narrativas fantásticas. La espesura del bosque crea una sensación de intriga y aventura, donde los personajes se adentran en un mundo desconocido y repleto de posibilidades.

Figura 12.15. En la película "El último duelo" de Ridley Scott, el bosque templado francés se representa como un escenario misterioso y cautivador. Con una exquisita dirección artística, el bosque cobra vida con una densa vegetación de árboles caducifolios que cambian de color, creando un ambiente visualmente impresionante. La hábil cinematografía captura la atmósfera mágica y enigmática del bosque, donde la luz del sol se filtra a través del dosel de hojas, creando sombras danzantes. El bosque se convierte en un lugar de encuentro crucial para los personajes, donde ocurren intrigantes confrontaciones y donde los secretos se desvelan. La belleza y la majestuosidad del bosque templado francés sirven como un telón de fondo evocador que añade profundidad y emoción a la trama de la película..

Además, el bosque templado ha sido asociado con la idea de lo sagrado y lo ancestral en muchas culturas. A lo largo de la historia, los bosques han sido considerados como lugares habitados por seres míticos y espirituales. Estos elementos se reflejan en las películas, donde los personajes se encuentran con criaturas fantásticas como elfos, hadas y espíritus de la naturaleza, que los guían en su búsqueda o los desafían en su camino.

El bosque templado también evoca un sentido de conexión con la naturaleza y lo primitivo. En contraposición a los entornos urbanos y civilizados, el bosque representa un retorno a lo salvaje y lo instintivo. Los personajes se enfrentan a desafíos y peligros, pero también descubren su propia fuerza interior y sabiduría en este entorno natural.

Además, el bosque templado está vinculado a los cuentos de hadas y las narrativas folclóricas que han sido transmitidas a lo largo de generaciones. Estas historias han alimentado la imaginación colectiva y han influido en la creación de mundos fantásticos en el cine. El bosque se convierte en el escenario donde se desarrollan los cuentos de princesas encantadas, caballeros valientes y brujas malvadas, generando un ambiente mágico y lleno de posibilidades.

Figura 12.17. El bosque templado desempeña un papel fundamental en la trilogía de "El Señor de los Anillos" tanto en la obra literaria de J.R.R. Tolkien como en sus adaptaciones cinematográficas dirigidas por Peter Jackson. El bosque de Fangorn y el Bosque Negro son escenarios emblemáticos donde la magia, el misterio y la peligrosidad se entrelazan. Estos bosques representan la conexión entre el mundo de los hombres y el de las criaturas míticas. En las adaptaciones cinematográficas, la fotografía cuidadosamente elegida resalta la exuberancia y la majestuosidad de los árboles, creando una atmósfera única y envolvente. Los colores oscuros y la iluminación tenue transmiten una sensación de enigma y dan vida a los seres fantásticos que habitan estos bosques, evocando un sentido de maravilla y asombro en el espectador.

Por último, el bosque templado también puede simbolizar el enfrentamiento entre el bien y el mal. La dualidad de la luz y la oscuridad, la belleza y la amenaza, se refleja en la diversidad de paisajes y criaturas que habitan en estos bosques. Los personajes se enfrentan a pruebas y desafíos, y el bosque se convierte en el escenario donde se libran batallas épicas y se decide el destino de los protagonistas.

En la literatura, los bosques templados también han sido una fuente inagotable de inspiración. Desde los cuentos de hadas clásicos como "Cenicienta" y "Blancanieves" hasta las novelas de fantasía modernas como "Harry Potter" y "El nombre del viento", los bosques templados han sido el escenario de encuentros con seres mágicos, búsquedas heroicas y descubrimientos de poderes ocultos. Estos relatos han despertado la imaginación de lectores de todas las edades, transportándolos a mundos de maravilla y asombro.

Figura 12.18. En algunas adaptaciones del cuento de Blancanieves, se muestra una conexión profunda entre la protagonista y el bosque templado. En lugar de ser un lugar peligroso, el bosque se convierte en un refugio para Blancanieves, donde encuentra protección y amistad en las criaturas que lo habitan. Estos seres, como los animales y los enanitos, simbolizan la armonía entre la humanidad y la naturaleza. A través de su vínculo con el bosque y sus habitantes, Blancanieves aprende a convivir en equilibrio y respeto mutuo. Este enfoque resalta la importancia de la conexión con la naturaleza y cómo un entorno saludable y en armonía puede brindar apoyo y protección a aquellos que saben vivir en equilibrio con él.

En el ámbito del arte, los bosques templados han sido representados en pinturas y obras de arte de renombrados artistas. Las obras de los impresionistas, como Claude Monet y Camille Pissarro, han capturado la belleza y la serenidad de los bosques con su uso de pinceladas sueltas y colores vibrantes. También encontramos representaciones de bosques templados en la obra de artistas surrealistas, como Salvador Dalí y René Magritte, quienes exploraron la relación entre la realidad y la fantasía en sus pinturas.

Figura 12.19. El cuadro "Bosque en Otoño" de Claude Monet captura la belleza serena y vibrante del bosque templado en plena estación otoñal. Con pinceladas sueltas y colores brillantes, Monet logra transmitir la atmósfera mágica y la riqueza de tonos que se encuentran en este ecosistema. El bosque se muestra en todo su esplendor, con árboles majestuosos y frondosos, cubiertos por hojas en tonos cálidos que caen lentamente al suelo. La luz del sol se filtra a través de las ramas, creando destellos de luz y sombra que dan vida a la escena. Este cuadro nos invita a sumergirnos en la tranquilidad y la serenidad del bosque templado, capturando su encanto natural con la maestría característica de Monet.

La música también ha encontrado inspiración en los bosques templados. En géneros como el folk y la música clásica, encontramos composiciones que evocan la majestuosidad y la tranquilidad de estos ecosistemas. Las melodías evocadoras y los ritmos serenos nos transportan a un estado de ensueño, conectándonos con la naturaleza y despertando nuestra imaginación.

13. El bosque boreal o taiga

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El bosque boreal, o taiga, es un mundo de madera y agua que cubre más del 11% de la superficie terrestre (Figura 37). En la superficie, el bosque boreal es la esencia de la monotonía. Sin embargo, si prestas atención, eres recompensado con mucha variedad. En algunos lugares, los árboles están tan cerca que apenas se puede caminar a través de ellos. En otros lugares, tantos árboles han sido derribados por el viento que se puede caminar sobre sus troncos apilados, 1 a 2 m sobre el suelo, durante muchos kilómetros. En otros lugares, el bosque está abierto y se puede pasear donde quiera en su piso suave de agujas de pasto. Aquí y allá, donde penetra la luz, hay arbustos de bayas de muchas variedades. Una caminata a través de un bosque boreal lleva eventual a la orilla de un lago o de un río, donde la cortina y la cubierta dan lugar a la luz y al espacio. A lo largo de los márgenes del lago crecen sauces y otras plantas que aman el agua y la luz. El bosque de verano es de color verde, gris y marrón; El otoño añade brillantes salpicaduras de amarillo y rojo; Y el largo invierno del norte convierte el bosque boreal en una tierra de blanca soledad.

Figura 13.1. Los bosques boreales, también conocidos como taiga, son el hogar del lobo, el alce y el oso, entre otras especies icónicas de la vida silvestre. Estos vastos y fríos bosques del norte son un escenario perfecto para los cuentos de los hermanos Grimm, al igual que los bosques templados. Las leyendas y relatos folklóricos de criaturas místicas y seres encantados se entrelazan con la magnificencia de la naturaleza, creando una atmosfera mágica y evocadora. La imagen del lobo aullando en la lejanía o el imponente alce caminando entre los árboles se convierten en inspiración para las más cautivadoras historias. Los bosques boreales y templados despiertan nuestra imaginación, transportándonos a mundos de fantasía y aventura que perdurarán en nuestra memoria para siempre.

Geografía

Boreal viene de la palabra griega para el norte, lo que refleja el hecho de que los bosques boreales se limitan al hemisferio norte. Los bosques boreales se extienden desde Escandinavia, a través de la Rusia europea, a través de Siberia, a Alaska central, y a través de Canadá central en una banda entre 50 ° y 65 ° N latitud.

Figura 13.2. El bosque boreal marca la frontera entre las regiones templadas y polares del norte del mundo. (YouTube) (YouTube).

Estos bosques están limitados en el sur por bosques templados o pastizales templados y en el norte por tundra. Los dedos del bosque boreal siguen las montañas rocosas hacia el sur a lo largo de la espina dorsal de Norteamérica, y los remiendos del bosque boreal reaparecen en las cuestas de montaña del centro-sur de Europa y de Asia.

Clima

El bosque boreal, con sus estaciones extremas, experimenta cambios asombrosos a lo largo del año. En esta vasta región, los inviernos largos y los veranos breves imponen su huella en el paisaje. Aunque hay áreas con climas más moderados, como Umeå en Suecia, influenciadas por la cercanía del Mar Báltico, los bosques boreales también se encuentran en algunas de las zonas climáticas más variables del planeta.

Un ejemplo sorprendente es Verkhoyansk en Siberia central, donde las temperaturas oscilan desde gélidos -70 °C en invierno hasta más de 30 °C en verano, generando un rango anual de más de 100 °C. La precipitación en el bosque boreal es moderada, con un promedio de 200 a 600 mm. Sin embargo, debido a las bajas temperaturas y los inviernos prolongados, la evaporación es baja y la sequía es poco frecuente.

Durante las sequías, sin embargo, los incendios forestales pueden desatar su furia, devastando vastas áreas del bosque boreal. Estos incendios, aunque aparentemente destructivos, desempeñan un papel importante en la regeneración del ecosistema, permitiendo que ciertas especies se desarrollen y prosperen.

Los cambios estacionales son vitales para el bosque boreal. En invierno, la nieve cubre el suelo y los árboles, aislando el sustrato y proporcionando protección contra las temperaturas heladas. Los árboles caducifolios pierden sus hojas, mientras que los árboles perennifolios, como los abetos y los pinos, permanecen verdes, creando un contraste llamativo en el paisaje nevado. Los animales adaptados al invierno, como el alce y el lobo, aprovechan la nieve como medio de transporte, desplazándose con facilidad sobre ella.

Con la llegada de la primavera, el deshielo y el aumento de las temperaturas transforman el bosque boreal. Los ríos y arroyos se desbordan, nutriendo el suelo y propiciando el crecimiento de una exuberante vegetación. Los árboles florecen, mostrando su esplendor y atrayendo a una gran variedad de aves migratorias. La fauna, como el oso pardo y el zorro ártico, emerge de sus refugios invernales, aprovechando la abundancia de alimento y la renovada energía del bosque.

Durante el breve verano, el bosque boreal experimenta un frenesí de actividad. Los días se alargan y la temperatura aumenta, dando paso a una explosión de vida. Los insectos revolotean en el aire, polinizando las flores y alimentando a las aves y mamíferos que se apresuran por cosechar los recursos efímeros. Es el momento de la reproducción para muchas especies, y los sonidos de los cantos y las luchas por el territorio llenan el aire.

Pero la estación dorada es efímera y pronto llega el otoño, tiñendo el bosque boreal con tonalidades cálidas y ocres. Los árboles cambian su follaje, creando un espectáculo visual deslumbrante. Las aves migratorias se preparan para su largo viaje hacia climas más cálidos, mientras que los animales del bosque, como el alce, se preparan para el invierno almacenando reservas de alimento.

El bosque boreal, con sus estaciones distintivas, desafía a los seres humanos y a la vida silvestre a adaptarse y sobrevivir en condiciones extremas. Es un lugar de belleza inquietante y poderío natural, donde la interacción entre las estaciones y el entorno crea un ciclo vital sin igual. El bosque boreal es un testimonio de la fuerza y la resilencia de la naturaleza, y su capacidad de inspirar asombro y admiración en quienes lo contemplan.

Suelo

Los suelos del bosque boreal tienden a ser de baja fertilidad, delgados y ácidos. Las bajas temperaturas y el pH bajo impiden la descomposición de la hojarasca de las plantas y disminuyen la velocidad de formación del suelo. Como consecuencia, los nutrientes están ligados en gran medida en una capa gruesa de la basura de la planta que alfombra el suelo del bosque. A su vez, la mayoría de los árboles en los bosques boreales tienen una densa red de raíces poco profundas que, junto con los hongos micorrízicos asociados, conectan directamente los nutrientes unidos a esta capa de camada. La capa superficial del suelo, que subyace a la capa de camada, es delgada. En los climas más extremos del bosque boreal, el subsuelo está permanentemente congelado en una capa de "permafrost" que puede tener varios metros de espesor.

Biología

Nuestro estudio de la biosfera nos ha llevado lejos de la selva tropical, donde empezamos. Vamos a reflexionar sobre la selva tropical y donde hemos llegado. ¿Qué ha cambiado? Bueno, todavía estamos en el bosque, pero muy diferente. En la selva, una sola hectárea podría contener más de 300 especies de árboles; Aquí, en el bosque boreal, se pueden contar los árboles dominantes, por un lado. ¿Qué pasa con las epífitas y las vides? Las vides se han ido y las epífitas se limitan a líquenes y algunos muérdagos. Además, la mayoría de las intrincadas relaciones entre las especies que vimos en la selva tropical están ausentes. Todos los árboles son polinizados por el viento, y ninguno produce frutos carnosos como plátanos o papayas. Ahora escucha los dos bosques por la noche. La selva tropical hace eco con un rico coro de sonidos. En contraste, el silencio de la selva boreal se rompe con pocas voces de animales -el aullido de un lobo, el zumbido de un búho, el grito de los bribones, los solistas del bosque del norte- acompañados de un viento incesante a través de los árboles.

Con su clima frío y suelo rico en humus, el bosque boreal alberga una increíble diversidad de vida vegetal y animal adaptada a las duras condiciones. En este artículo, exploraremos la biología única de este ecosistema, desde los árboles de hoja perenne que dominan el paisaje hasta la vida silvestre especializada en la supervivencia en climas extremos. Descubriremos cómo las adaptaciones de las plantas y los animales les permiten prosperar en este entorno, así como la importancia crucial del bosque boreal en el equilibrio global del clima y la conservación de la biodiversidad

El bosque boreal, también conocido como taiga, es un ecosistema único que alberga una diversa vida vegetal adaptada a las duras condiciones de su clima frío y suelo rico en humus. En este artículo, exploraremos en detalle la flora del bosque boreal, destacando las especies características y sus adaptaciones.

Las coníferas perennes son los árboles dominantes en el bosque boreal, como el Picea spp. (abeto), el Abies spp. (abetos) y los Pinus spp. (pino). Estas especies tienen hojas en forma de aguja que les permiten conservar agua durante los largos inviernos y resistir las bajas temperaturas. El Picea spp., con su elegante forma piramidal y agujas de color verde oscuro, es uno de los árboles más emblemáticos de este ecosistema. El Abies spp., con sus ramas horizontales y agujas más suaves, también es abundante en el bosque boreal.

Figura 13.3. Abies spp, conocidos como abetos, son árboles perennes que pertenecen a la familia Pinaceae. Estas coníferas se encuentran en los bosques templados y boreales de todo el hemisferio norte. Sus características incluyen hojas en forma de aguja dispuestas en espiral y piñas erectas que contienen semillas aladas. Los abetos son importantes para el ecosistema del bosque templado, proporcionando refugio y alimento para diversas especies de fauna. Además, su madera de alta calidad los hace valiosos en la industria de la construcción y la fabricación de muebles. Ejemplos comunes de abetos incluyen Abies alba (abeto blanco), Abies balsamea (abeto balsámico) y Abies grandis (abeto gigante).

A diferencia del bosque templado, el bosque boreal tiene una menor diversidad de especies de hoja caduca. Sin embargo, algunas especies como el Betula spp. (abedul) y el Populus spp. (álamo) se encuentran dispersas entre las coníferas. Los abedules, con su distintiva corteza blanca y hojas en forma de rombo, aportan un toque de color y elegancia al paisaje. Los álamos, con su corteza grisácea y hojas en forma de corazón, también se encuentran presentes en ciertas áreas del bosque boreal.

En cuanto a la vegetación herbácea y arbustos, se pueden encontrar especies como Vaccinium spp. (arándano) y Juniperus spp. (enebro) en el sotobosque. Estas plantas aportan verdor y son importantes para la fauna del bosque, ya que brindan alimento y refugio. A lo largo de los ríos y lagos, se pueden observar sauces del género Salix spp., con su característico follaje verde y flexible.

Figura 13.4. Juniperus spp. es un género de coníferas que incluye varias especies de arbustos y árboles pequeños. Son nativos de diversas regiones del hemisferio norte y se encuentran en diferentes tipos de hábitats, desde áreas montañosas hasta zonas costeras. Los juníperos se caracterizan por sus hojas escamosas, sus frutos en forma de cono y su resistencia a condiciones adversas. Algunas especies, como el Juniperus communis, se utilizan en la producción de gin debido a sus bayas aromáticas. Los juníperos también tienen usos ornamentales y medicinales, y se les atribuyen propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Estas plantas son valiosas en la ecología, proporcionando refugio y alimento para diversas especies de animales.

A diferencia del bosque templado, donde se encuentran una mayor diversidad de especies, el bosque boreal se caracteriza por su predominio de coníferas perennes. Esta adaptación es esencial para sobrevivir a los inviernos largos y fríos, y conservar recursos en condiciones adversas. Además, la menor diversidad de especies de hoja caduca en el bosque boreal le confiere una apariencia más uniforme en comparación con los bosques templados

Una de las especies más emblemáticas del bosque boreal es el alce (Alces alces), un imponente ungulado que es conocido por sus grandes cuernos y su tamaño robusto. Los alces son herbívoros y se alimentan principalmente de hojas de árboles y arbustos, como los sauces y los abedules. Son excelentes nadadores y pueden sumergirse en aguas profundas para buscar alimento o escapar de los depredadores. 

Las poblaciones de alces en los bosques templados y boreales pueden tener algunas similitudes, pero también presentan diferencias significativas en términos de hábitat, comportamiento y adaptaciones.

En los bosques templados, los alces tienden a habitar áreas con una mayor disponibilidad de vegetación arbustiva y herbácea, como bosques mixtos y áreas de transición entre bosques y praderas. Estos alces se alimentan principalmente de hojas, brotes y tallos de plantas, y su dieta puede incluir una variedad de especies vegetales.

Figura 13.5. Canis lupus lupus, conocido como lobo euroasiático o lobo de Eurasia, es una subespecie de lobo gris que se encuentra en gran parte de Europa y Asia. Estos lobos son adaptados a una amplia variedad de hábitats, incluyendo la taiga, tundra, bosques mixtos y áreas montañosas. Tienen un tamaño y apariencia similares a otras subespecies de lobos grises, con pelaje denso y grueso que varía en color desde gris hasta marrón rojizo. Los lobos euroasiáticos son depredadores sociales y forman manadas organizadas para cazar presas como alces, ciervos, jabalíes y pequeños mamíferos. Sin embargo, debido a la pérdida de hábitat y la caza, algunas poblaciones de Canis lupus lupus han disminuido y están bajo presión de conservación en algunas áreas de su distribución.

Por otro lado, en los bosques boreales, los alces se encuentran en ambientes dominados por coníferas, como abetos, pinos y abedules. Estos bosques suelen ser más fríos y menos ricos en vegetación herbácea. Los alces boreales se han adaptado a esta dieta más limitada y se alimentan principalmente de hojas de árboles y arbustos, como los sauces y los abedules.

En cuanto a los patrones migratorios, hay diferencias significativas entre las poblaciones de alces de los bosques templados y boreales. En general, los alces de los bosques templados no tienden a realizar migraciones a gran escala. Pueden moverse dentro de su rango de hogar en busca de alimento o para evitar la presión de depredadores, pero no suelen desplazarse largas distancias.

Por el contrario, algunos alces de los bosques boreales realizan migraciones estacionales en busca de mejores recursos alimentarios. En particular, en algunas regiones del norte de América del Norte, los alces boreales pueden migrar hacia el sur durante el invierno, donde encuentran áreas con menos nieve y mayor disponibilidad de alimento. Estas migraciones pueden implicar desplazamientos considerables y son una estrategia para sobrevivir a las duras condiciones invernales.

Las poblaciones de lobos grises en los bosques templados y boreales pueden tener relaciones complejas y variadas, dependiendo de la ubicación geográfica y las características del hábitat. Aunque hay ciertas similitudes entre estas poblaciones, también existen diferencias en términos de adaptaciones y patrones migratorios. El lobo gris (Canis lupus) es una especie ampliamente distribuida que se encuentra en diferentes tipos de hábitats en todo el mundo. En general, los lobos grises son altamente adaptables y pueden ocupar tanto bosques templados como boreales.

En los bosques templados, los lobos grises suelen habitar áreas con una mayor variedad de vegetación, incluyendo bosques mixtos y caducifolios. Estos lobos pueden cazar una variedad de presas, como ciervos y otros ungulados, que son más comunes en este tipo de hábitat. Algunas poblaciones de lobos grises en los bosques templados pueden tener patrones migratorios limitados, moviéndose dentro de un rango de hogar más establecido para buscar alimento y evitar la competencia con otras manadas.

Figura 13.6. Canis lupus lycaon, también conocido como lobo oriental, es una subespecie de lobo gris nativa del este de América del Norte. Estos lobos habitan en áreas boscosas y de matorrales, incluyendo regiones como los Grandes Lagos y la región de los Apalaches. El Canis lupus lycaon es más pequeño que otras subespecies de lobos grises y su pelaje suele ser de tonos grises y rojizos. Estos lobos son sociales y forman manadas organizadas, donde cazan presas como ciervos, alces y pequeños mamíferos. Sin embargo, el Canis lupus lycaon ha enfrentado la pérdida de hábitat y la fragmentación de su territorio, lo que ha llevado a su disminución y a su clasificación como especie en peligro de extinción.

En los bosques boreales, los lobos grises también pueden encontrarse, aunque las condiciones pueden ser más desafiantes. Estos bosques están dominados por coníferas y suelen tener menos presas grandes disponibles. Como resultado, las poblaciones de lobos grises en los bosques boreales pueden depender más de presas como alces y caribúes, que son adaptados a estas condiciones. Algunas poblaciones de lobos boreales han desarrollado estrategias especializadas para cazar estas presas, aprovechando sus conocimientos sobre los movimientos migratorios y las rutinas de caza de los ungulados.

En términos de subespecies, existen diferentes subpoblaciones de lobos grises en todo el mundo, que pueden estar adaptadas a condiciones específicas de hábitat y tener características distintivas. En América del Norte, por ejemplo, se reconocen varias subespecies de lobos grises, incluyendo el lobo gris del este (Canis lupus lycaon) y el lobo gris del oeste (Canis lupus occidentalis). Estas subespecies pueden tener adaptaciones ligeramente diferentes y distribuciones geográficas distintas, aunque también pueden haber interacciones y flujo genético entre ellas.

Figura 13.7. Canis lupus occidentalis, también conocido como lobo del oeste o lobo gris occidental, es una subespecie de lobo gris que se encuentra en América del Norte, específicamente en el oeste de Estados Unidos y Canadá. Estos lobos habitan en una variedad de ecosistemas, incluyendo las montañas rocosas, bosques templados y taiga. El Canis lupus occidentalis es conocido por su tamaño más grande en comparación con otras subespecies de lobos grises y su pelaje puede variar desde gris hasta marrón rojizo. Estos lobos son depredadores sociales y se alimentan principalmente de ungulados, como alces y ciervos. Sin embargo, el Canis lupus occidentalis también ha enfrentado amenazas, incluyendo la caza y la pérdida de hábitat, lo que ha llevado a su disminución en algunas áreas y a la implementación de medidas de conservación.

Los grandes felinos que habitan en la taiga, como las subespecies de Panthera tigris (tigre siberiano) y Lynx lynx (lince euroasiático), tienen relaciones interdependientes y adaptaciones especiales para sobrevivir en este ecosistema único. El Panthera tigris altaica, o tigre siberiano, ocupa el rol de depredador tope en la cadena alimentaria de la taiga. Su tamaño imponente y fuerza les permiten cazar presas como Alces (Alces alces) y Jabalíes (Sus scrofa), manteniendo así el equilibrio de las poblaciones de ungulados. Los tigres siberianos están adaptados a las duras condiciones de la taiga, con un pelaje denso que los protege del frío extremo y una habilidad excepcional para moverse sigilosamente en el bosque.

Figura 13.8. Panthera tigris altaica, también conocido como tigre siberiano o tigre de Amur, es una subespecie de tigre que habita principalmente en la región de Siberia, en Rusia. Es considerado el felino más grande del mundo y se caracteriza por su pelaje espeso y rayas negras distintivas, que le brindan camuflaje en los bosques de la taiga. Los tigres siberianos están adaptados a las duras condiciones climáticas de la región, con un tamaño robusto y patas anchas que les permiten desplazarse sobre la nieve. Se alimentan principalmente de ungulados como alces y jabalíes. Desafortunadamente, esta subespecie se encuentra en peligro de extinción debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat. Los esfuerzos de conservación se centran en proteger su hábitat y promover programas de reproducción en cautividad para asegurar su supervivencia.

Por su parte, el Lynx lynx, o lince euroasiático, se especializa en cazar pequeños mamíferos como liebres y roedores. Su pelaje espeso y sus grandes patas les permiten desplazarse sobre la nieve con facilidad, y sus oídos puntiagudos les ayudan a localizar a sus presas en la espesura de la taiga.

Estos grandes felinos también interactúan con otros habitantes de la taiga. Los tigres pueden competir por presas con los osos pardos (Ursus arctos) y los lobos (Canis lupus). Sin embargo, en ocasiones, los tigres pueden aprovechar las carroñas dejadas por estos depredadores o incluso cazar presas que son demasiado grandes para otros. Además, el lince euroasiático puede ser una presa potencial para los tigres y otros grandes carnívoros de la taiga.

Figura 13.9. Lynx lynx, conocido como lince euroasiático, es un felino que habita en diversas regiones de Europa, Asia Central y el norte de América. Se caracteriza por su pelaje denso y su cola corta con una punta negra distintiva. El lince euroasiático es un experto cazador, especializado en presas como liebres y roedores. Sus grandes patas y oídos puntiagudos le ayudan en la caza y la detección de presas. Este felino se adapta a diferentes tipos de hábitats, incluyendo la taiga y otros bosques boreales. Sin embargo, el lince euroasiático se enfrenta a amenazas como la destrucción de su hábitat y la caza ilegal, lo que ha llevado a la disminución de sus poblaciones en algunas áreas. Los esfuerzos de conservación se centran en proteger su hábitat y promover programas de reintroducción para asegurar su supervivencia.

La supervivencia de estos felinos en la taiga está ligada a la disponibilidad de presas y a la conservación de su hábitat. La vasta extensión de la taiga proporciona áreas de caza adecuadas y refugio para estos grandes felinos. Sin embargo, la pérdida de hábitat y la caza furtiva representan amenazas significativas para su supervivencia.

Los osos de la taiga, como el oso pardo (Ursus arctos) y el oso negro (Ursus americanus), son impresionantes habitantes de los bosques boreales de Eurasia y América del Norte. Estos osos han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en este entorno frío y diverso. El oso pardo, también conocido como oso grizzly en América del Norte, es el más grande de los osos terrestres y tiene una apariencia distintiva con su pelaje marrón o gris y una joroba muscular en los hombros. Los osos pardos de la taiga se alimentan principalmente de frutas, bayas, raíces, insectos y pescado, y ocasionalmente cazan mamíferos más pequeños.

Por otro lado, el oso negro es más pequeño y tiene un pelaje negro o marrón oscuro. Estos osos también tienen una dieta omnívora, incluyendo frutas, bayas, nueces, insectos y pequeños mamíferos. Aunque su nombre puede sugerir lo contrario, algunos osos negros también pueden tener pelaje de color canela o marrón claro.

Figura 13.10. El oso grizzly (Ursus arctos horribilis) es una subespecie de oso pardo que habita en diversas áreas de América del Norte, incluyendo la taiga. Es conocido por su tamaño imponente y su pelaje característico, que varía desde un tono marrón hasta un color más dorado. Los osos grizzly se alimentan principalmente de plantas, frutas, raíces y pescado, aunque también pueden cazar presas pequeñas. Son excelentes nadadores y escaladores, lo que les permite explorar diferentes hábitats en busca de alimento. Estos majestuosos animales desempeñan un papel crucial en los ecosistemas de la taiga, contribuyendo a la dispersión de semillas y al equilibrio de las poblaciones de presas. Sin embargo, enfrentan amenazas debido a la pérdida de hábitat y a los conflictos con humanos, por lo que se requieren esfuerzos de conservación para asegurar su supervivencia.

En comparación con los osos de otros biomas, los osos de la taiga se han adaptado para soportar las bajas temperaturas y las duras condiciones del invierno. Antes de la hibernación, acumulan grandes reservas de grasa y desarrollan densos pelajes que les proporcionan aislamiento. Durante el invierno, estos osos pueden hibernar en sus madrigueras o cuevas, disminuyendo su metabolismo y sobreviviendo de las reservas de grasa acumuladas.

Los osos de la taiga juegan un papel importante en el ecosistema, dispersando semillas a través de sus deposiciones y contribuyendo al equilibrio de las poblaciones de presas y depredadores. Sin embargo, enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat, la caza furtiva y los conflictos con humanos.

La conservación de los osos en la taiga implica la protección de su hábitat, la implementación de medidas para prevenir conflictos y la concienciación pública sobre la importancia de coexistir con estas magníficas especies.

Además de los alces y los lobos, el bosque boreal alberga una amplia variedad de mamíferos, como el caribú (Rangifer tarandus), el zorro rojo (Vulpes vulpes) y el glotón (Gulo gulo). Estos animales han desarrollado adaptaciones especiales para sobrevivir en climas fríos, como capas gruesas de grasa o pelaje denso.

Figura 13.11. Gulo gulo, también conocido como glotón o carcajou, es un carnívoro de tamaño mediano que habita en la taiga y otros ecosistemas árticos y subárticos. Este animal robusto y musculoso tiene un pelaje denso de color marrón oscuro que lo protege de las bajas temperaturas. El glotón tiene una reputación de ser feroz y valiente, a pesar de su tamaño relativamente pequeño. Es un cazador oportunista que se alimenta de una variedad de presas, como pequeños mamíferos, aves, peces y carroña. También es conocido por su apetito voraz y su capacidad para almacenar alimentos en su territorio. El glotón desempeña un papel importante en la cadena alimentaria al regular las poblaciones de sus presas y ser un eficiente dispersor de semillas. Sin embargo, la pérdida de hábitat y la caza furtiva representan amenazas para su supervivencia. Se requieren esfuerzos de conservación para proteger a este fascinante y esquivo habitante de la taiga.

En cuanto a las aves, el bosque boreal es el hogar de muchas especies migratorias. El búho nival (Bubo scandiacus) es uno de los pájaros más emblemáticos de esta región. Con su plumaje blanco y su capacidad para cazar presas en la oscuridad del invierno, el búho nival se ha convertido en un símbolo del bosque boreal. Otras aves comunes en esta zona incluyen el urogallo (Tetrao urogallus), el águila real (Aquila chrysaetos) y el picamaderos negro (Dryocopus martius).

Los lagos y ríos que atraviesan el bosque boreal también albergan una gran variedad de vida acuática. Los peces, como la trucha (Salmo trutta) y el lucio (Esox lucius), son abundantes en estas aguas frías y limpias. Además, las nutrias (Lutra canadensis) y los castores (Castor canadensis) construyen sus hábitats junto a los cursos de agua, desempeñando un papel importante en la creación de humedales y en la modificación del paisaje.

Figura 13.12. El Águila Moteada (Aquila clanga), también conocida como Águila Imperial Oriental, es una majestuosa ave rapaz que habita principalmente en Eurasia. Esta especie se destaca por su impresionante tamaño y su plumaje moteado, que la distingue de otras águilas. Prefiere vivir en áreas de bosques, especialmente en el bosque boreal y las estepas, donde encuentra hábitats adecuados para anidar y cazar. Su dieta consiste principalmente en mamíferos pequeños, aves y peces. Lamentablemente, el Águila Moteada enfrenta amenazas significativas, como la pérdida de hábitat y la caza ilegal. Como resultado, su población ha disminuido, lo que la ha llevado a ser clasificada como una especie vulnerable. La protección y conservación de su hábitat son fundamentales para asegurar la supervivencia de esta hermosa especie de águila..

Sin embargo, no todas las especies del bosque boreal son grandes y llamativas. El suelo del bosque boreal alberga una gran cantidad de invertebrados, como lombrices de tierra, escarabajos, arañas y caracoles. Estos pequeños organismos cumplen funciones vitales en el ecosistema, descomponiendo materia orgánica y reciclando nutrientes.

A medida que el cambio climático se acelera, el bosque boreal enfrenta nuevos desafíos. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación pueden alterar la composición de la flora y afectar la disponibilidad de alimentos para la fauna. Además, el aumento de las perturbaciones humanas, como la tala de árboles y la fragmentación del hábitat, puede tener un impacto negativo en las especies que dependen de este ecosistema.

La conservación del bosque boreal y su fauna es de vital importancia. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección de áreas naturales, la promoción de prácticas forestales sostenibles y la reducción de la huella humana en estos ecosistemas delicados. Además, se están llevando a cabo investigaciones científicas para comprender mejor los efectos del cambio climático y desarrollar estrategias de adaptación.

Influencia humana

Las pinturas rupestres antiguas descubiertas en el sur de Francia y el norte de España ofrecen una ventana fascinante hacia el pasado, revelando cómo los seres humanos han dependido de los recursos del bosque boreal durante milenios. Estas pinturas, realizadas durante la última era glacial cuando el clima era considerablemente más frío, documentan escenas de caza y captura de animales como el reno migratorio, destacando la importancia de estas especies para las comunidades humanas de la época.

A medida que avanzamos en la historia, desde Eurasia hasta América del Norte, vemos cómo la caza del reno evolucionó hacia la domesticación y el pastoreo. En las vastas regiones de Laponia en Escandinavia y Siberia, los pastores nómadas dependían en gran medida de los rebaños de renos para obtener alimentos, abrigo y otros recursos vitales. Estos pueblos desarrollaron una estrecha relación con los renos, aprovechando su carne, piel, huesos y astas para satisfacer sus necesidades diarias.

En el norte de Canadá y Alaska, encontramos una continuidad de estas formas tradicionales de subsistencia. Algunos pueblos indígenas todavía confían en el caribú salvaje, una especie de reno nativo de América del Norte, como fuente principal de alimento. Estas comunidades han mantenido un vínculo ancestral con la naturaleza y han aprendido a vivir en armonía con el bosque boreal y sus habitantes.

Además de la caza de renos, los pueblos del norte han dependido durante mucho tiempo de las bayas que crecen en abundancia en el bosque boreal. La recolección de arándanos, moras y otros frutos silvestres proporciona una valiosa fuente de nutrientes y sabores en su dieta. La recolección de bayas es una tradición arraigada en estas comunidades, que han desarrollado técnicas y conocimientos especializados para identificar los mejores lugares de recolección y aprovechar al máximo esta generosa fuente de alimento.

Figura 13.13. La industria maderera en Canadá y la Unión Soviética, tanto bajo sistemas capitalistas como comunistas, ha dejado un impacto significativo en sus respectivos territorios. En Canadá, la industria maderera capitalista ha llevado a una explotación intensiva de los recursos forestales, con un enfoque en la extracción y exportación de madera. Esto ha resultado en la deforestación de vastas áreas y ha tenido consecuencias negativas para la biodiversidad y los ecosistemas. Por otro lado, en la Unión Soviética, la industria maderera comunista también tuvo un enfoque en la extracción masiva de madera, pero con una planificación centralizada. Esto llevó a una sobreexplotación de los recursos forestales y a la degradación de los bosques. En ambos casos, el impacto negativo en el medio ambiente y la necesidad de prácticas más sostenibles se han vuelto cada vez más evidentes.

Durante gran parte de la historia, la presencia humana en el bosque boreal fue relativamente leve y en equilibrio con los recursos naturales. Sin embargo, en tiempos más recientes, hemos sido testigos de un aumento en la intrusión humana y la explotación de los recursos del bosque boreal. La rápida deforestación para la extracción de madera y pulpa ha alterado significativamente estos ecosistemas, amenazando la diversidad biológica y los modos de vida tradicionales de las comunidades locales.

Afortunadamente, hay un creciente reconocimiento de la importancia de preservar los bosques boreales y su biodiversidad. Los esfuerzos de conservación y la implementación de prácticas sostenibles son cruciales para garantizar que estos ecosistemas continúen brindando recursos vitales tanto para la fauna como para las comunidades humanas. Además, el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas que han habitado estos territorios durante generaciones es invaluable y debe ser respetado y valorado en la toma de decisiones relacionadas con el manejo de los bosques boreales.

Importancia cultural

Desde tiempos inmemoriales, los pueblos indígenas han tenido una conexión profunda y espiritual con el bosque boreal. Para estas comunidades, el bosque es un lugar sagrado y una fuente de conocimiento ancestral. Han desarrollado un profundo respeto y comprensión de los ciclos naturales, las plantas y los animales que habitan en él. El bosque boreal es visto como un proveedor generoso que les brinda alimento, refugio y materiales para la construcción de viviendas, herramientas y artesanías. Los árboles, ríos y lagos del bosque son considerados seres vivos con los que se establece una relación de reciprocidad.

Figura 13.14. Cree, también conocidos como Nehiyawak en su propio idioma. Esta tribu indígena ha habitado las tierras del bosque boreal en Canadá y partes de los Estados Unidos durante siglos. Los Cree tienen una conexión profunda con la naturaleza y dependen del bosque para su sustento. Tradicionalmente, practican la caza, la pesca y la recolección de plantas, aprovechando los recursos naturales de manera sostenible. Los Cree tienen una rica tradición cultural, con una espiritualidad arraigada en la relación con la tierra y los seres que la habitan. La preservación de su idioma, artesanías y prácticas culturales es fundamental para su identidad y continuidad como pueblo.

Las tradiciones y rituales asociados con el bosque boreal son una parte integral de la identidad cultural de estas comunidades. Las historias y leyendas transmitidas de generación en generación narran la importancia del bosque en su historia y su cosmovisión. Los rituales de agradecimiento y celebración se llevan a cabo en honor a los seres y espíritus del bosque, reconociendo la interdependencia entre los seres humanos y la naturaleza.

Además de su significado espiritual, el bosque boreal ha sido la fuente de recursos vitales para las comunidades que lo habitan. La caza, pesca y recolección son actividades tradicionales que han permitido a las comunidades indígenas obtener alimento nutritivo y materiales para la subsistencia. Los renos, alces, castores, peces y una variedad de plantas comestibles son elementos clave en la dieta de estas comunidades, y su conocimiento experto de cómo obtener y procesar estos recursos es fundamental para su supervivencia.

Figura 13.15. Los Sami, también conocidos como lapones. Están presentes en las regiones del norte de Escandinavia, especialmente en Noruega, Suecia, Finlandia y partes de Rusia. Los Sami han desarrollado una cultura única y una relación profunda con el bosque boreal. Tradicionalmente, se dedican a la cría de renos y dependen de ellos para su alimentación, vestimenta y herramientas. Su estilo de vida nómada y su conocimiento experto de la naturaleza reflejan su adaptación al entorno boreal. Los Sami también tienen una rica tradición oral, música y artesanía que resalta su conexión con el bosque y su identidad como pueblo indígena del norte de Europa.

El bosque boreal también ha influido en las prácticas artísticas y artesanales de las culturas que lo rodean. La talla de madera, la cestería, la pintura y la música son formas de expresión que reflejan la belleza y la riqueza del bosque boreal. Muchas comunidades indígenas han desarrollado estilos y diseños únicos que incorporan elementos de la naturaleza y los seres que habitan en el bosque. Estas expresiones artísticas no solo son apreciadas por su valor estético, sino que también transmiten conocimientos, historias y enseñanzas culturales.

El bosque boreal también ha sido testigo de la influencia de las culturas no indígenas a lo largo de la historia. La colonización y la llegada de diferentes grupos étnicos han dejado su huella en el paisaje cultural del bosque boreal. La explotación de los recursos forestales con fines comerciales, como la tala de árboles para la producción de madera y papel, ha tenido un impacto significativo en el ecosistema y en las comunidades que dependen de él.

Figura 13.16. Los Evenki, también conocidos como tungusos. Han habitado históricamente las vastas regiones de Siberia Oriental, incluyendo partes de Rusia, China y Mongolia. Los Evenki han desarrollado una profunda relación con el bosque boreal, dependiendo de él para su sustento y estilo de vida. Tradicionalmente, se han dedicado a la caza, la pesca y la cría de renos, adaptándose a las duras condiciones del entorno boreal. Su conocimiento tradicional de la naturaleza y su habilidad para sobrevivir en estas tierras remotas reflejan su profunda conexión con el bosque. Los Evenki también tienen una rica tradición cultural, incluyendo su propia lengua, música y artesanía, que reflejan su identidad como pueblo indígena del bosque boreal euroasiático oriental.

En la actualidad, la conservación y el manejo sostenible del bosque boreal son temas de vital importancia. Las comunidades indígenas, organizaciones ambientales y gobiernos trabajan en conjunto para preservar este valioso ecosistema y proteger la diversidad biológica que alberga. Se están implementando políticas y prácticas que promueven la participación de las comunidades locales en la toma de decisiones y la gestión de los recursos naturales, reconociendo su conocimiento tradicional y su conexión con el bosque boreal.

Influencia en el imaginario colectivo

El bosque boreal, también conocido como taiga, ha dejado una marca indeleble en el imaginario colectivo debido a su belleza salvaje y su ambiente desafiante. A diferencia del bosque templado, el bosque boreal evoca una sensación de encierro en una noche e invierno perpetuos, generando una percepción de un ambiente más rudo y desafiante.

La estética del bosque boreal es única y cautivadora. Sus altos árboles de hoja perenne, como los abetos y los pinos, crean una sensación de verticalidad y misterio. El dosel denso y oscuro que forman estos árboles da la impresión de estar envuelto en una noche eterna. Esta imagen se ha plasmado en numerosas obras de arte, literatura y cine, contribuyendo a la formación del imaginario colectivo sobre el bosque boreal.

Sin embargo, más allá de su belleza, el bosque boreal también evoca una sensación de aislamiento y desafío. El clima frío y los inviernos largos crean condiciones difíciles para aquellos que viven en esta región. La escasez de luz solar y las temperaturas extremas pueden generar una sensación de austeridad y dificultad en la vida cotidiana. La supervivencia en el bosque boreal requiere adaptación y resiliencia, lo que ha influido en la percepción de las personas que habitan estas tierras como más rudas y tenaces.

El cine ha sido un medio poderoso para capturar la esencia del bosque boreal y reforzar su lugar en el imaginario colectivo. A través de la cinematografía y la trama, se ha logrado transmitir la belleza, el misterio y la fuerza del bosque boreal, así como su papel intrínseco en la vida de aquellos que lo habitan.

Una característica destacada del cine relacionado con el bosque boreal es su enfoque en la fotografía y la dirección artística. Las películas ambientadas en estas tierras suelen hacer uso de una paleta de colores fríos y oscuros, lo que refleja la atmósfera cerrada y enigmática del bosque boreal. La cinematografía también se enfoca en destacar la majestuosidad de los árboles, la densidad del dosel y la sensación de profundidad y aislamiento que caracteriza a este ecosistema.

Figura 13.17. En la serie "Juego de Tronos", el Muro se convierte en un elemento que separa simbólicamente las representaciones arquetípicas del bosque templado al sur y de la taiga al norte. Al sur del Muro, vemos una representación del bosque templado, con su exuberante vegetación y clima más cálido, lo que se asocia con una civilización más establecida y sofisticada. Por otro lado, al norte del Muro, encontramos la taiga, un bosque boreal oscuro y frío, que representa una región más salvaje y desafiante. Esta división también se extiende a las culturas humanas, con los reinos del sur representando sociedades más civilizadas y los pueblos del norte caracterizados como más rudos y resilientes, adaptados a la dureza del entorno boreal. El Muro, en este sentido, se convierte en una frontera física y simbólica que separa y contrasta estos dos mundos.

Además de la fotografía, la trama de las películas relacionadas con el bosque boreal a menudo se centra en la relación entre los personajes y el entorno natural. El bosque no solo es un telón de fondo, sino que se convierte en un personaje en sí mismo. La trama se desarrolla en torno a la lucha por sobrevivir en un ambiente hostil, las interacciones con la fauna y los desafíos que presenta el bosque. Estas películas exploran temas como la conexión con la naturaleza, la resiliencia humana y la relación entre el ser humano y su entorno.

El cine también ha sido un medio para destacar la importancia cultural y espiritual del bosque boreal en las comunidades indígenas. Películas como "Atanarjuat: The Fast Runner" (2001), que cuenta la historia de una comunidad inuit en el Ártico canadiense, muestran la vida cotidiana y las creencias ancestrales de estas comunidades en armonía con el bosque boreal. Estas películas ayudan a preservar y transmitir las tradiciones y la conexión profunda entre las personas y la naturaleza.

Figura 13.18. La película "The Revenant" retrata de manera impactante la dificultad que enfrentan los hombres civilizados al adentrarse y adaptarse al implacable entorno del bosque boreal. A través de la historia de Hugh Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, presenciamos su lucha por sobrevivir en medio de la naturaleza indómita y hostil. El bosque boreal se convierte en un personaje en sí mismo, mostrando su fuerza y brutalidad a medida que Glass enfrenta peligros naturales y humanos. La película resalta la fragilidad de los valores y las comodidades de la civilización frente a la crudeza y la intransigencia del bosque boreal, subrayando la necesidad de adaptación y supervivencia en un entorno tan desafiante.

Algunas películas notables que han destacado el bosque boreal en su trama y fotografía incluyen "The Revenant" (2015), dirigida por Alejandro González Iñárritu, que se desarrolla en las vastas tierras salvajes de Canadá y presenta la belleza y brutalidad del bosque boreal. "The Grey" (2011), dirigida por Joe Carnahan, utiliza el entorno del bosque boreal para crear un ambiente sombrío y peligroso que refuerza la lucha de los personajes contra la naturaleza y los lobos. Estas películas, entre otras, han contribuido a reforzar la imagen y el imaginario colectivo del bosque boreal en la cultura cinematográfica.

Esta percepción se refleja en las historias y leyendas que rodean al bosque boreal. Los relatos de hombres y mujeres valientes que se enfrentan a los elementos y desafían las adversidades son recurrentes en la mitología y las tradiciones orales de las comunidades boreales. Estas historias transmiten valores como la fortaleza, la determinación y la conexión profunda con la naturaleza, que son características distintivas de aquellos que llaman hogar al bosque boreal.

En relación con lo anterior, los cuentos clásicos han desempeñado un papel fundamental en la transmisión de enseñanzas morales y valores a lo largo de generaciones. Uno de los arquetipos más recurrentes en estos relatos es el viaje del héroe, un proceso de transformación personal que implica abandonar la comodidad y seguridad del hogar para enfrentar desafíos y peligros en un entorno desconocido. Una representación frecuente de este viaje es la travesía desde el bosque templado, un lugar tranquilo y familiar, hacia los bosques boreales, un territorio rudo y hostil. Este ensayo explorará cómo esta representación clásica del viaje del héroe se manifiesta en cuentos como "Blancanieves y los siete enanitos", "Caperucita Roja", "Hansel y Gretel" y "La Bella Durmiente", y cómo estos relatos transmiten valiosas lecciones sobre la superación personal y el crecimiento.

En el cuento de "Blancanieves y los siete enanitos", la protagonista es forzada a abandonar su hogar en el bosque templado y adentrarse en los bosques boreales como resultado de la malicia de su madrastra. Este viaje representa su búsqueda de seguridad y refugio en un entorno desconocido y peligroso. A través de su valentía y determinación, Blancanieves logra superar los obstáculos y encuentra ayuda en los siete enanitos, quienes simbolizan la sabiduría y el apoyo en momentos difíciles. Esta travesía del bosque templado al bosque boreal resalta la capacidad de la protagonista para enfrentar sus miedos y encontrar su lugar en un mundo desafiante.

En "Caperucita Roja", la joven protagonista debe cruzar el bosque templado y aventurarse en la taiga para llegar a casa de su abuela. A medida que avanza en su viaje, se enfrenta al lobo feroz, que personifica los peligros y desafíos del bosque boreal. Esta representación del viaje del héroe muestra cómo Caperucita Roja debe enfrentar su propia ingenuidad y confiar en su ingenio para superar las amenazas y regresar a salvo a su hogar. El cuento enfatiza la importancia de la astucia y la precaución al adentrarse en territorios desconocidos, así como el poder de la resiliencia frente a los peligros que se presentan en el bosque boreal.

Figura 13.19. El arquetipo del habitante de la taiga, rudo pero leal, se refleja en personajes de la cultura popular como Zangief de Street Fighter y Tormund Matagigantes de Juego de Tronos. Zangief, un luchador ruso, encarna la fuerza bruta y la determinación en la batalla, siendo leal a su país y a su estilo de lucha. Tormund, por otro lado, es un salvaje del norte, valiente y desenfrenado en la batalla, pero también muestra una lealtad feroz hacia su pueblo y sus creencias. Ambos personajes representan el espíritu indomable y la lealtad inquebrantable asociados con los habitantes de la taiga, resaltando su fuerza y su papel como figuras emblemáticas en la cultura popular.

En el relato de "Hansel y Gretel", los hermanos son abandonados en el bosque templado por sus padres y se adentran en la taiga en busca de un camino de regreso. Allí se enfrentan a peligros como la malvada bruja y su casa de dulces, que representan la tentación y los obstáculos que encuentran en su travesía. A través de su valentía y astucia, Hansel y Gretel logran superar los desafíos y encontrar el camino de regreso a salvo. Este cuento resalta la importancia de la unidad familiar y la determinación en la búsqueda de la libertad y la seguridad en un entorno hostil.

En "La Bella Durmiente", la princesa Aurora es maldita y se refugia en un castillo en medio de un bosque encantado, que simboliza la taiga. El príncipe, como héroe de la historia, se aventura en el bosque boreal para rescatar a la princesa y romper el hechizo. En su travesía, debe enfrentar obstáculos y superar la malevolencia del bosque para alcanzar su objetivo. Este cuento destaca la importancia de la valentía y la perseverancia en la búsqueda del amor verdadero y la redención, así como la capacidad de enfrentar los desafíos que se presentan en el bosque boreal.

Varios pintores han logrado capturar la imponente e inquietante magnificencia del bosque boreal en sus obras, destacando sus diferencias con la apacible y tranquilizante belleza del bosque templado. Uno de estos artistas es Ivan Shishkin, un pintor ruso del siglo XIX, famoso por sus representaciones detalladas y realistas de los bosques. Sus pinturas, como "El bosque boreal" y "Bosque de pinos", transmiten la atmósfera misteriosa y sombría de la taiga, con sus densos árboles y la luz filtrándose entre las ramas.

Otro pintor que ha plasmado el bosque boreal de manera magistral es Tom Thomson, un artista canadiense del siglo XX. Sus obras, como "El Norte Salvaje" y "El otoño en la taiga", capturan la majestuosidad y la cruda belleza de los paisajes boreales. Thomson utiliza pinceladas enérgicas y colores vibrantes para representar los bosques y los lagos, creando una sensación de vitalidad y movimiento en sus pinturas.

Figura 13.20. "Duelo con el Trol", una ilustración de Theodor Kittelsen, representa de manera impactante la esencia del bosque boreal. En la obra, se muestra a un hombre enfrentando valientemente a un trol, un ser de la mitología nórdica. El entorno del bosque se presenta oscuro y sombrío, con árboles altos y retorcidos que crean una atmósfera inquietante. La imagen transmite la sensación de peligro y misterio que caracteriza al bosque boreal, con su aspecto imponente y su ambiente enigmático. El duelo entre el hombre y el trol representa la lucha entre la civilización y lo salvaje, resaltando la valentía y la determinación necesarias para enfrentar los desafíos que presenta este entorno implacable.

Además, el artista noruego Theodor Kittelsen ha retratado el bosque boreal en su obra, especialmente en sus ilustraciones de cuentos populares y mitología nórdica. Sus imágenes, como "El hombre del bosque" y "El duelo con el Trol", reflejan la atmósfera misteriosa y a veces inquietante del bosque boreal, donde criaturas fantásticas y seres mitológicos habitan entre los árboles.

Estos pintores han logrado transmitir la imponente e inquietante magnificencia del bosque boreal a través de sus obras, enfatizando su diferencia con la serena y tranquilizante belleza del bosque templado. Mediante el uso de colores, texturas y técnicas específicas, estos artistas han capturado la esencia de la taiga, sus densos bosques, su luz difusa y su atmósfera enigmática, resaltando así las características únicas y distintivas de este ecosistema frente al bosque templado.

La influencia del bosque boreal en el imaginario colectivo también se manifiesta en las prácticas culturales y tradicionales de las comunidades que lo habitan. Las tribus indígenas que han vivido en estas tierras durante generaciones han desarrollado una relación íntima con el bosque boreal. Su estilo de vida nómada, su conocimiento experto de la naturaleza y su dependencia de los recursos que ofrece el bosque refuerzan la imagen de un pueblo rudo y adaptado a un entorno desafiante.

A medida que la sociedad avanza y el mundo moderno se expande, es importante valorar y preservar el bosque boreal y su influencia en el imaginario colectivo. Su belleza y su ambiente rudo nos recuerdan la importancia de mantener un equilibrio entre la naturaleza y la civilización. Además, reconocer la riqueza cultural y espiritual que el bosque boreal proporciona a las comunidades indígenas es fundamental para promover la diversidad y la conservación de estas tierras.

14. La tundra

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Siga al norte, el reino de los caribús mientras salen de su casa de invierno en el bosque boreal y finalmente llega a un paisaje abierto de musgos, líquenes y sauces enanos, salpicado de pequeños estanques y atado con arroyos claros (Figura 14.1). Esta es la tundra. Si es verano y los suelos de la superficie han descongelado, su progreso será amortiguado por una esponjosa capa de líquenes y musgos y puntuado por hundirse en acumulaciones empapadas de turba. El aire se llenará con los gritos de los pájaros nidos que han venido al norte para aprovechar la breve abundancia de verano de sus plantas y presas animales. Después del largo invierno, el sol de medianoche marca una celebración de luz y vida.

Figura 14.1. La tundra del lejano norte es un ecosistema singular que se asemeja en extensión a la sabana tropical o a los pastizales templados, pero se distingue por sus condiciones climáticas extremas. Este vasto territorio es conocido por su clima frío casi eterno, con inviernos rigurosos y veranos breves. El suelo de la tundra, conocido como permafrost, permanece congelado durante gran parte del año, limitando la disponibilidad de agua y nutrientes para la vegetación..

Geografía

Al igual que el bosque boreal, la tundra ártica anilla la parte superior del globo, cubriendo la mayor parte de las tierras al norte del Círculo Polar Ártico aproximadamente a 66,5 ° de latitud N. 

Figura 14.2. La tundra es el último bioma verde antes de llegar al blanco eterno del polo norte

La tundra se extiende desde el norte de Escandinavia, a través de Europa del norte de Rusia, a través de Siberia septentrional, y derecho a través del norte de Alaska y Canadá. Se llega al sur del Círculo Polar Ártico en la región de la Bahía de Hudson de Canadá y también se encuentra en parches en la costa de Groenlandia y en el norte de Islandia.

Clima

El clima de la tundra es un entorno implacable y fascinante que experimenta notables cambios a lo largo de las estaciones. Aunque el clima es frío y seco en general, existen variaciones que marcan la vida en este ecosistema único.

Durante los inviernos en la tundra, las temperaturas pueden ser rigurosas, aunque no alcanzan los extremos del bosque boreal. El paisaje se cubre de nieve y hielo, creando un ambiente desafiante para la vida. Los animales y plantas de la tundra han desarrollado adaptaciones extraordinarias para sobrevivir en estas condiciones extremas. Algunos animales, como el reno y el buey almizclero, tienen gruesos pelajes y capas de grasa que los protegen del frío. Las plantas, por su parte, se retraen y se mantienen en estado de latencia, esperando pacientemente el regreso del calor.

A medida que la primavera se abre paso en la tundra, el paisaje se transforma notablemente. Los días se alargan y las temperaturas comienzan a elevarse tímidamente. La nieve comienza a derretirse, creando pequeños estanques y arroyos que salpican el paisaje. Este derretimiento gradual proporciona la tan necesaria agua para las plantas y los animales que se despiertan de su letargo invernal. Los brotes y las flores emergen, pintando el paisaje con colores vibrantes y anunciando la llegada del corto pero intenso verano de la tundra.

Los veranos en la tundra son fugaces pero llenos de vida. Las temperaturas pueden alcanzar niveles sorprendentemente altos, considerando las condiciones extremas en las que se encuentran. La tundra se transforma en un mar de verde exuberante, salpicado de flores silvestres que aprovechan al máximo los días soleados y las temperaturas más cálidas. La fauna también se vuelve más activa, ya que los animales aprovechan al máximo el corto período de tiempo para reproducirse y almacenar reservas de alimentos para el próximo invierno.

La precipitación en la tundra es relativamente baja, pero debido a las bajas temperaturas y a la escasa evaporación, el agua se acumula en los suelos, creando pequeños estanques y humedales. Estos cuerpos de agua se convierten en importantes oasis de vida en la tundra, proporcionando refugio y alimento para numerosas especies, desde aves migratorias hasta insectos acuáticos.

Con la llegada del otoño, la tundra se prepara una vez más para enfrentar los rigores del invierno. Los días se acortan, las temperaturas descienden y el paisaje se tiñe de colores cálidos y terrosos. Las plantas y los animales se preparan para la inminente llegada del frío, almacenando reservas de alimentos y buscando refugio en lugares protegidos.

Suelos

La formación del suelo es lenta en el clima frío de la tundra. Debido a que las tasas de descomposición son bajas, la materia orgánica se acumula en depósitos de turba y humus. Los suelos superficiales deshielo cada verano, pero son generalmente subyacente por una capa de permafrost que puede ser de muchos metros de espesor. La congelación y descongelación anual del suelo superficial se combina con las acciones del agua y la gravedad para producir una variedad de procesos superficiales que se limitan en gran medida a la tundra. Uno de estos procesos, la soliflucción, mueve lentamente los suelos por pendientes. Además, la congelación y el deshielo traen piedras a la superficie del suelo, formando un patrón de red o poligonal en la superficie de los suelos de la tundra.

El suelo de permafrost es una característica distintiva de la tundra y desempeña un papel crucial en el clima mundial. El permafrost es una capa de suelo que se mantiene permanentemente congelada durante al menos dos años consecutivos, y a menudo contiene materiales orgánicos congelados, como restos de plantas y animales.

Este suelo congelado tiene importantes repercusiones en el clima debido a su capacidad de almacenar grandes cantidades de carbono y metano. El carbono orgánico atrapado en el permafrost es el resultado de miles de años de acumulación de materia orgánica que no se ha descompuesto completamente debido a las bajas temperaturas. A medida que el clima se calienta y el permafrost se descongela, este carbono se libera a la atmósfera en forma de dióxido de carbono y metano, gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

La liberación de estos gases puede desencadenar un efecto de retroalimentación positiva, ya que el calentamiento global acelera el derretimiento del permafrost, liberando más carbono y metano a la atmósfera, lo que a su vez aumenta el calentamiento. Este ciclo puede tener consecuencias significativas en el clima mundial, acelerando el cambio climático y agravando sus efectos.

Además, el permafrost también tiene un impacto en la hidrología y el ciclo del agua. Al actuar como una capa impermeable, el suelo congelado del permafrost impide que el agua se filtre hacia el subsuelo. Esto resulta en la formación de lagos, estanques y áreas pantanosas en la tundra, lo que a su vez afecta la biodiversidad y los ecosistemas locales.

A medida que el permafrost se descongela, también se producen cambios físicos en el paisaje. La tierra se vuelve inestable y propensa a hundimientos y deslizamientos de tierra, lo que puede afectar la infraestructura humana y los ecosistemas naturales. Además, la descongelación del permafrost puede provocar la formación de lagos termokarst, que son cuerpos de agua creados por la fusión del hielo del permafrost. Estos lagos pueden alterar los flujos de agua y la circulación de nutrientes en la tundra.

Biología

La tundra ártica y antártica son dos ecosistemas fascinantes y extremos que se encuentran en los polos norte y sur de nuestro planeta. Estas regiones frías y austeras presentan condiciones climáticas extremas y una biodiversidad única que ha evolucionado para adaptarse a los desafíos de estas áreas inhóspitas.

La vegetación de la tundra es única y está adaptada a las duras condiciones del ecosistema ártico y antártico. Estas plantas han desarrollado una serie de adaptaciones impresionantes que les permiten sobrevivir en un ambiente extremo y desafiante.

Una de las adaptaciones más destacadas en la vegetación de la tundra es su tamaño compacto y forma baja. Muchas plantas crecen cerca del suelo, formando cojines o matas bajas. Un ejemplo de esto es el musgo de la tundra (Polytrichum strictum), que forma densos cojines de color verde oscuro. Esta estructura compacta ayuda a conservar el calor y protegerse de los fuertes vientos característicos de la tundra.

Figura 14.3. Polytrichum strictum, conocido como musgo de turba ártica, es una especie de musgo que se encuentra en la tundra del Polo Norte. Forma densos cojines de color verde oscuro en el suelo ártico y presenta adaptaciones únicas para sobrevivir en estas condiciones extremas. Sus hojas largas y estrechas están cubiertas de pelos en la parte superior, lo que ayuda a retener la humedad y protegerlo de la desecación. Este musgo es resistente al frío y puede soportar temperaturas extremadamente bajas, vientos fuertes y suelos congelados. Sus células contienen sustancias anticongelantes que le permiten sobrevivir a las bajas temperaturas invernales. Además, su capacidad para retener agua en sus tejidos le ayuda a mantener su metabolismo activo durante los cortos veranos árticos. Polytrichum strictum desempeña un papel importante en el ecosistema de la tundra ártica al ayudar a retener el suelo y regular el ciclo del agua. Además, proporciona refugio y alimento para pequeños organismos, contribuyendo a la biodiversidad de la región.

Otra adaptación común en la vegetación de la tundra es la presencia de hojas en forma de aguja. Este tipo de hoja se encuentra en plantas como el sauce rastrero (Salix herbacea). Las hojas en forma de aguja tienen menos superficie expuesta al viento, lo que reduce la pérdida de agua y evita daños por deshidratación. Además, esta forma de hoja ayuda a absorber la luz solar de manera más eficiente, lo que es crucial en un entorno donde la luz es limitada durante gran parte del año.

Las plantas de la tundra también tienen adaptaciones relacionadas con sus sistemas radiculares. Dado que los suelos de la tundra están congelados la mayor parte del año, muchas especies tienen raíces superficiales que se extienden ampliamente en busca de nutrientes y agua. Por ejemplo, el sauce de hoja de té (Salix pulchra) tiene raíces poco profundas pero extensas, que le permiten acceder a los nutrientes disponibles en el suelo.

Figura 14.4. Salix herbacea, conocida como sauce enano ártico, es una pequeña planta perenne que se encuentra en la tundra del Polo Norte. A pesar de su tamaño diminuto, esta especie de sauce ha desarrollado adaptaciones asombrosas para sobrevivir en condiciones extremas. Sus hojas son peludas y de color verde oscuro, lo que le permite retener la humedad y protegerse del viento frío. El sauce enano ártico crece cerca del suelo para evitar los vientos fuertes y las bajas temperaturas. Sus raíces son largas y se extienden ampliamente para aprovechar al máximo los pocos nutrientes disponibles en el suelo ártico. Además, esta planta es resistente al frío y puede tolerar períodos de congelación y descongelación. Salix herbacea desempeña un papel crucial en el ecosistema ártico al proporcionar alimento y refugio para diversos animales, como renos y liebres árticas. También ayuda a estabilizar el suelo y prevenir la erosión. Su capacidad para sobrevivir en condiciones tan hostiles es una muestra impresionante de la adaptación de las plantas a entornos extremos.

La tolerancia al frío y a la sequía es otra adaptación clave en la vegetación de la tundra. Estas plantas pueden soportar temperaturas extremadamente bajas y condiciones de sequía. Algunas especies de musgos y líquenes pueden sobrevivir en un estado deshidratado durante largos períodos y volver a la vida cuando las condiciones son más favorables. Un ejemplo es el musgo de Sphagnum (Sphagnum spp.), que puede almacenar agua y rehidratarse rápidamente cuando hay disponibilidad de líquido.

En cuanto a la reproducción, las plantas de la tundra han desarrollado estrategias rápidas y eficientes. Dado que la temporada de crecimiento es corta, muchas especies producen semillas en grandes cantidades y tienen una rápida tasa de germinación. Por ejemplo, la planta de la tundra Papaver radicatum, conocida como la amapola de la tundra, produce flores y semillas de manera rápida y eficiente para aprovechar al máximo la corta temporada de crecimiento.

La tundra, tanto ártica como antártica, alberga una variedad de grandes mamíferos adaptados a las condiciones extremas de estos ecosistemas. Estas especies exhiben notables diferencias en comparación con los mamíferos del bosque boreal y presentan patrones de migración únicos y adaptaciones impresionantes.

Uno de los mamíferos más emblemáticos de la tundra es el reno (Rangifer tarandus), también conocido como caribú en América del Norte. Este majestuoso animal ha desarrollado adaptaciones excepcionales para sobrevivir en los inviernos fríos y severos de la tundra. Sus pezuñas están diseñadas para caminar sobre el hielo y la nieve, lo que les permite desplazarse con facilidad en este t1erreno difícil. Además, su pelaje denso y espeso les brinda aislamiento térmico, protegiéndolos de las bajas temperaturas.

Figura 14.5. Rangifer tarandus, conocido como reno o caribú, es un gran mamífero adaptado a la tundra y el bosque boreal. Su cuerpo robusto y su pelaje denso le permiten resistir las bajas temperaturas del invierno. Posee pezuñas anchas y afiladas que le facilitan caminar sobre la nieve y el hielo. Los renos son conocidos por su migración masiva en busca de alimento. Durante el invierno, se desplazan hacia áreas de pastoreo más ricas y, durante el verano, regresan a áreas de cría. Estas migraciones son espectaculares y ejemplifican su capacidad de adaptación y supervivencia en la tundra. Además, los renos tienen la capacidad de cambiar su dieta según la estación, pasando de líquenes en invierno a hierbas y arbustos en verano. Su presencia en la tundra es un testimonio de su adaptabilidad y resistencia en uno de los entornos más desafiantes del planeta.

Una de las características más notables del reno es su migración masiva. Estos animales viajan largas distancias, a veces miles de kilómetros, en busca de alimento. Durante el invierno, cuando la tundra se cubre de nieve y el alimento escasea, los renos se desplazan hacia áreas más ricas en recursos. Esta migración estacional les permite sobrevivir y aprovechar al máximo las áreas de pastoreo estacionalmente abundantes. Es un impresionante espectáculo de la naturaleza y un ejemplo de adaptación y supervivencia en un entorno tan desafiante.

Otro mamífero notable de la tundra es el buey almizclero (Ovibos moschatus), que se encuentra tanto en la tundra ártica como en la tundra alpina. Estos animales son conocidos por su apariencia robusta y sus grandes cuernos curvados. Los bueyes almizcleros han desarrollado adaptaciones específicas para enfrentar las condiciones extremas de la tundra. Sus cuernos, tanto en machos como en hembras, son un arma defensiva y están diseñados para luchar contra depredadores y competidores. Además, su gruesa capa de pelo y la presencia de grasa subcutánea les brindan un aislamiento adicional contra el frío intenso.

Figura 14.6. Ovibos moschatus, comúnmente conocido como buey almizclero, es una especie de gran mamífero que habita en la tundra ártica y subártica. Se caracteriza por su apariencia robusta y musculosa, adaptada para sobrevivir en condiciones extremas. Su pelaje espeso y lanoso, compuesto por dos capas, lo protege del frío intenso. Sus largos cuernos curvados, presentes tanto en machos como en hembras, son herramientas defensivas y de dominancia durante las peleas y exhibiciones rituales. El buey almizclero es un herbívoro especializado que se alimenta principalmente de musgos, líquenes y arbustos de la tundra. Su capacidad para obtener nutrientes de plantas de baja calidad les permite sobrevivir en un entorno con recursos escasos. Además, su adaptabilidad a las condiciones climáticas cambiantes y su resistencia física los convierten en uno de los símbolos más icónicos de la fauna de la tundra.

A diferencia del reno, el buey almizclero no muestra patrones migratorios tan marcados. Estos animales han evolucionado para sobrevivir en áreas con recursos más estables a lo largo del año. Sin embargo, aún pueden desplazarse en busca de mejores condiciones de alimentación dentro de su rango de distribución.

Los grandes depredadores apex de la tundra son animales fascinantes que han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir y prosperar en este desafiante ecosistema. Uno de los depredadores más emblemáticos de la tundra es el oso polar (Ursus maritimus), una especie icónica del Ártico. Estos majestuosos animales han evolucionado para resistir las extremas temperaturas y las condiciones del hielo marino. Su grueso pelaje les proporciona aislamiento térmico y su capa de grasa actúa como un eficiente aislante adicional. Los osos polares dependen en gran medida de la caza de focas para obtener alimento, y son conocidos por su habilidad para acechar y emboscar a estas presas en el hielo.

Los osos polares enfrentan varios desafíos al aventurarse en la tundra, a pesar de estar adaptados principalmente al ecosistema polar. Una de las principales diferencias entre el entorno polar y la tundra radica en las características del suelo. En la zona polar, no existe un suelo verdadero, ya que gran parte del terreno está cubierto de hielo marino y nieve. Esto proporciona a los osos polares una ventaja táctica significativa, ya que pueden cazar en emboscadas por respiraderos de focas y ballenas que se abren en el hielo. Estos respiraderos son vitales para las focas, ya que les permiten acceder al aire mientras buscan alimento bajo el hielo. Los osos polares pueden esperar pacientemente cerca de los respiraderos y sorprender a sus presas cuando emergen para respirar.

Figura 14.7. Es frecuente ver fotos de osos polares desnutridos aventurados en las tundras debido a varios factores. El cambio climático y la pérdida de hielo marino están alterando los patrones de migración de las focas, la principal presa de los osos polares, lo que limita su acceso a alimentos adecuados. Con menos tiempo para cazar y alimentarse, los osos polares luchan por encontrar suficiente alimento en la tundra, donde las opciones de caza son más limitadas. Además, la reducción del hielo marino también dificulta el desplazamiento de los osos polares entre las áreas de caza y las áreas de descanso. Estos factores combinados contribuyen a la desnutrición y el deterioro de la condición física de los osos polares en las tundras.

Sin embargo, en la tundra, la presencia de suelos relativamente más sólidos y vegetación limita las tácticas de caza en emboscadas de los osos polares. El suelo de la tundra está compuesto por una capa delgada de tierra congelada conocida como permafrost, que impide la formación de respiraderos en el hielo. Esto limita las oportunidades de caza para los osos polares, ya que no pueden aprovechar el mismo tipo de emboscadas que en el entorno polar. En la tundra, los osos polares dependen más de la búsqueda activa de presas terrestres, como caribúes y pequeños mamíferos, así como de la alimentación oportunista de carroña.

Además de los desafíos de caza, los osos polares en la tundra también se enfrentan a otros retos. La disponibilidad de alimento puede ser limitada en la tundra en comparación con el entorno polar. El cambio climático y la pérdida de hielo marino están afectando las migraciones de las especies de presas y, como resultado, los osos polares pueden enfrentar dificultades para encontrar suficiente alimento en la tundra. La reducción del hielo marino también limita la capacidad de los osos polares para desplazarse entre las áreas de caza y las áreas de descanso, lo que puede aumentar su vulnerabilidad.

Además, los osos polares que se aventuran en la tundra también pueden enfrentar conflictos con los humanos. A medida que el desarrollo industrial y la actividad humana se expanden en la tundra, los encuentros entre osos polares y poblaciones humanas pueden aumentar, lo que puede llevar a conflictos y riesgos tanto para los osos como para las personas.

Otro depredador importante en la tundra es el lobo ártico (Canis lupus arctos). Estos lobos se han adaptado para enfrentar las duras condiciones del Ártico, con un pelaje denso que los protege del frío y les permite moverse con agilidad en la nieve. Los lobos árticos son animales sociales que forman manadas y trabajan en equipo para cazar. Sus presas principales suelen ser los caribúes, que también se encuentran en la tundra. Estos lobos son conocidos por su inteligencia y estrategias de caza, como la coordinación de ataques y el aprovechamiento de las debilidades de las manadas de caribúes durante sus migraciones.

Figura 14.8. Canis lupus arctos, conocido como lobo ártico, es una subespecie del lobo gris adaptada a las duras condiciones de la tundra ártica. Estos lobos tienen un pelaje grueso y denso que los protege del frío extremo y les brinda camuflaje en su entorno nevado. Son cazadores altamente especializados y se organizan en manadas sociales. Su dieta principal consiste en caribúes y otros herbívoros que habitan la tundra. Los lobos árticos son hábiles corredores y persiguen a sus presas a través de vastas extensiones de terreno. Su adaptación a la tundra incluye una capacidad para sobrevivir con una cantidad limitada de alimento durante los meses de invierno, aprovechando al máximo cada oportunidad de caza.

El zorro ártico (Vulpes lagopus) es otro depredador importante de la tundra. Estos hermosos zorros tienen un pelaje blanco durante el invierno, que les proporciona un camuflaje perfecto en la nieve. Durante los meses más fríos, se alimentan principalmente de pequeños roedores que logran detectar bajo la superficie nevada. Además, también consumen aves y sus huevos cuando están disponibles. Su pelaje cambia de color en verano, adaptándose al entorno más verde y marrón de la tundra en esa época del año.

Estos depredadores desempeñan un papel crucial en la regulación de las poblaciones de presas en la tundra y en el equilibrio general del ecosistema. Son indicadores de la salud y la biodiversidad de la región, y su presencia contribuye a mantener la estructura y la dinámica de la comunidad biológica.

Sin embargo, es importante destacar que los grandes depredadores de la tundra también enfrentan desafíos y amenazas. El cambio climático y la pérdida de hielo marino están afectando el hábitat del oso polar, disminuyendo las oportunidades de caza y poniendo en riesgo su supervivencia. La disminución de las poblaciones de caribúes también puede afectar a los lobos árticos, ya que su principal fuente de alimento se ve comprometida.

La fauna menor de la tundra está compuesta por una variedad de especies adaptadas a las duras condiciones de este ecosistema. Estos animales desempeñan roles importantes en el equilibrio del ecosistema y su supervivencia depende de su capacidad para resistir el frío extremo y encontrar suficiente alimento en un entorno limitado.

Figura 14.9. Haliaeetus albicilla, conocida como águila cola blanca o águila marina de cola blanca, es una impresionante especie de águila que se encuentra en las regiones del Ártico y subárticas de Europa y Asia. Es una de las águilas más grandes del mundo, con una envergadura que puede superar los dos metros. Su distintivo plumaje oscuro en contraste con la cola blanca la hace inconfundible. Esta majestuosa rapaz se alimenta principalmente de peces, buceando con precisión para capturarlos. También caza aves acuáticas y pequeños mamíferos. El águila cola blanca es un símbolo icónico de la riqueza y belleza de los paisajes del Ártico, y su conservación es crucial para mantener la biodiversidad y el equilibrio ecológico en estas frágiles y hermosas regiones..

Entre las especies de fauna menor de la tundra se encuentran numerosas aves migratorias, como el chorlito dorado (Pluvialis dominica) y el correlimos común (Calidris alpina), que aprovechan los breves veranos para anidar y alimentarse en la tundra antes de emprender largas migraciones hacia climas más cálidos.

Los lemmings (Lemmus spp.) son pequeños roedores que habitan la tundra y desempeñan un papel crucial en la cadena alimentaria. Estos pequeños mamíferos se reproducen en grandes cantidades y son una fuente importante de alimento para los depredadores, como los zorros árticos y las aves rapaces.

Figura 14.10. La liebre ártica (Lepus arcticus) es un mamífero que habita en la tundra. Su pelaje cambia de color según la estación, siendo marrón o gris en verano y blanco en invierno. Con su tamaño pequeño y extremidades largas, se mueve ágilmente en el terreno accidentado. Se alimenta de musgos, líquenes y arbustos enanos. Sus orejas largas y patas traseras poderosas le permiten detectar peligros y escapar rápidamente. Como presa y dispersora de semillas, desempeña un papel importante en el ecosistema. La adaptación de la liebre ártica a las condiciones extremas de la tundra es fundamental para su supervivencia en este hábitat desafiante.

Otra especie notable es la liebre ártica (Lepus arcticus), conocida por su pelaje blanco durante el invierno. Estas liebres se alimentan de musgos, líquenes y hierbas que crecen en la tundra, y también son presa de los depredadores como los zorros y los búhos.

En los cuerpos de agua de la tundra, como lagos y ríos, se pueden encontrar peces adaptados al frío, como la trucha ártica (Salvelinus alpinus). Estos peces tienen la capacidad de soportar temperaturas muy bajas y tienen una dieta variada de insectos acuáticos y otros organismos pequeños.

Además, la tundra alberga una diversidad de insectos, como mosquitos, moscas y escarabajos, que tienen adaptaciones especales para sobrevivir en este entorno inhóspito. Estos insectos son una fuente de alimento para muchas aves y otros animales de la tundra.

Influencia humana

Hasta hace poco, la presencia humana en la tundra se limitaba en gran medida a pequeñas poblaciones de cazadores y pastores nómadas que habían desarrollado una estrecha relación con este vasto y frío bioma. La tundra, con su paisaje aparentemente intacto y su clima extremo, había sido considerada como una de las últimas áreas prístinas del planeta, donde la influencia humana era mínima. Sin embargo, en las últimas décadas, la tundra ha experimentado un aumento significativo en la intrusión humana y las actividades antropogénicas.

Uno de los principales impulsores de esta intrusión ha sido la exploración y extracción de petróleo en la tundra. Con el aumento de la demanda global de energía, las empresas petroleras han dirigido su atención hacia las vastas reservas de petróleo y gas natural que se encuentran en la tundra. La construcción de carreteras, instalaciones de extracción y tuberías ha tenido un impacto significativo en el paisaje y los ecosistemas de la tundra. Además, los derrames de petróleo y la contaminación asociada con estas operaciones han representado una amenaza grave para la fauna y flora de la región.

Figura 14.11. El derrame de petróleo en la tundra ártica es un escenario devastador que ha ocurrido en varias ocasiones. Un ejemplo concreto es el derrame de petróleo de Prudhoe Bay en Alaska en 2006. Durante este incidente, se produjo una fuga de petróleo en un oleoducto, liberando miles de barriles de crudo en la tundra ártica. El petróleo se infiltró en el suelo y contaminó los cuerpos de agua, afectando gravemente el frágil ecosistema de la tundra. La flora y fauna nativas, como musgos, líquenes, caribúes y aves migratorias, se vieron amenazadas por la contaminación. Los esfuerzos de limpieza y restauración fueron difíciles debido a las bajas temperaturas y a la sensibilidad de la tundra a la perturbación humana. Este incidente sirve como un recordatorio de los peligros que enfrenta la tundra ártica y la importancia de implementar medidas de prevención y respuesta adecuadas para proteger este valioso ecosistema.

Otro factor que ha alterado la tundra es la contaminación atmosférica. Aunque la tundra puede parecer remota y aislada, los contaminantes transportados por el aire, como los plaguicidas y los radionucleidos, han llegado a esta región desde centros de población humana lejanos. Estos contaminantes se depositan en la tundra a través de las precipitaciones, afectando la calidad del suelo, el agua y los alimentos disponibles para las especies que dependen de estos recursos. Un ejemplo notable es el caso del cesio-137 radioactivo, liberado durante el desastre de la central eléctrica de Chernobyl en 1986. Aunque ocurrió a más de 2000 km de distancia, el cesio-137 fue transportado por las lluvias y se depositó en la tundra de Noruega. Este contaminante se concentró en la cadena alimentaria, pasando de los líquenes a los renos, y llegó a un nivel tan alto que la leche y la carne de renos se volvieron impropias para el consumo humano.

Estos incidentes han dejado en evidencia la vulnerabilidad de la tundra ante la perturbación humana y han destrozado la ilusión de que este bioma es aislado y está protegido de las actividades humanas. La intrusión humana en la tundra ha tenido consecuencias devastadoras para su frágil equilibrio ecológico y ha planteado serias preocupaciones sobre la conservación de este ecosistema único.

A medida que la intrusión humana en la tundra continúa en aumento, es crucial tomar medidas para mitigar los impactos negativos y proteger este valioso bioma. Se requiere una gestión cuidadosa de las actividades extractivas, como la industria petrolera, para minimizar el daño ambiental y garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Además, se deben implementar políticas de conservación efectivas que promuevan la protección de la tundra y su biodiversidad única.

La investigación científica también desempeña un papel fundamental en la comprensión de los efectos de la intrusión humana en la tundra y en la búsqueda de soluciones efectivas. Los científicos están estudiando los impactos de la contaminación, el cambio climático y otras amenazas en los ecosistemas de la tundra, con el objetivo de desarrollar estrategias de conservación y manejo basadas en evidencia.

Importancia cultural

La tundra ártica y antártica son dos de los ecosistemas más fascinantes y desafiantes del planeta. Estas vastas regiones polares, cubiertas de hielo y nieve, albergan una rica diversidad de vida y han sido el hogar de comunidades humanas durante milenios. Además de su importancia ecológica, estas tierras extremas también tienen un profundo significado cultural para las poblaciones indígenas que han habitado y dependido de ellas durante generaciones.

Figura 14.12. La tribu inupiaq es una comunidad indígena que habita en la tundra ártica occidental. Residen en la región del Ártico Norte de Alaska, donde han desarrollado una estrecha conexión con el entorno natural y las condiciones extremas de la tundra. Su cultura se basa en la caza de subsistencia, especialmente de mamíferos marinos como las ballenas y los morsas. Estos animales proporcionan alimento, vestimenta y materiales para la construcción de viviendas. Los inupiaq también practican el arte tradicional, incluyendo la talla de marfil y la creación de pieles decoradas. Su estilo de vida está en armonía con la naturaleza y valoran la preservación de sus tradiciones ancestrales en un entorno tan desafiante.

Las comunidades indígenas árticas, como los inuit, los sami y los chukchi, han desarrollado una profunda conexión con la tundra ártica a lo largo de los siglos. Su modo de vida tradicional se ha basado en la caza, la pesca y la recolección de recursos en este entorno hostil pero rico en recursos. La tundra proporciona una amplia gama de alimentos, como caribúes, focas y peces, que son esenciales para su subsistencia y sustento. Estas comunidades tienen un profundo conocimiento de la tundra y han desarrollado técnicas de supervivencia y adaptación únicas para enfrentar los desafíos de este entorno extremo.

La relación de las comunidades indígenas con la tundra no se limita a la supervivencia física, sino que también tiene una dimensión espiritual y cultural significativa. La tundra es considerada sagrada y se le atribuyen poderes espirituales y curativos. Los indígenas han desarrollado prácticas y rituales específicos que honran y agradecen a la tundra por su generosidad y protección. Estas tradiciones y creencias están profundamente arraigadas en la cultura y la identidad de las comunidades indígenas, y son transmitidas de generación en generación.

Además de las comunidades indígenas, la tundra ártica y antártica también son de gran importancia para la ciencia y la investigación. Estos ecosistemas únicos ofrecen oportunidades únicas para estudiar la adaptación de la vida a condiciones extremas y para investigar el cambio climático y sus efectos en el planeta. Los científicos de todo el mundo se han dedicado a investigar la tundra, recopilando datos sobre la biodiversidad, el permafrost, el ciclo del agua y otros aspectos clave de estos ecosistemas. Los descubrimientos realizados en la tundra han ampliado nuestro conocimiento sobre la vida en la Tierra y han contribuido a la comprensión de los procesos que moldean nuestro planeta.

Además de su importancia cultural y científica, la tundra ártica y antártica también desempeñan un papel crucial en la regulación del clima global. Estas regiones actúan como sumideros de carbono, almacenando grandes cantidades de carbono en el suelo y el permafrost. Sin embargo, el cambio climático está provocando el derretimiento del permafrost, lo que libera grandes cantidades de carbono a la atmósfera y contribuye al calentamiento global. La conservación de la tundra y la mitigación del cambio climático son, por lo tanto, cuestiones de importancia global.

Figura 14.13. Los Selk'nam, también conocidos como Ona, fueron una tribu indígena que habitó la región de Tierra del Fuego en el extremo sur de América del Sur. Eran nómadas y se adaptaron a las duras condiciones de la tundra subantártica. Su forma de vida se centraba en la caza de guanacos, una especie de camélido nativo de la región, así como en la recolección de frutos silvestres. Los Selk'nam desarrollaron una cultura rica, con complejas tradiciones orales, ceremonias y pinturas corporales. Su estilo de vida tradicional se vio afectado por la llegada de colonizadores europeos, lo que provocó la disminución de su población y la pérdida de gran parte de su cultura ancestral.

Para garantizar la preservación de la tundra ártica y antártica y proteger su importancia cultural, científica y ambiental, es fundamental implementar medidas de conservación efectivas. Esto incluye la protección de las áreas naturales, la promoción de prácticas sostenibles de caza y pesca, y la participación significativa de las comunidades indígenas en la toma de decisiones relacionadas con la gestión de la tundra. Asimismo, es esencial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático para preservar el equilibrio y la integridad de estos ecosistemas únicos.

Influencia en el imaginario colectivo

La tundra, con su vasto y desolado paisaje, ha capturado la imaginación colectiva a lo largo de la historia y ha sido representada en varias formas de arte, incluyendo películas, pinturas y literatura. Esta región única y remota, caracterizada por su clima extremo y su escasa vegetación, ha sido objeto de fascinación y ha inspirado la creatividad humana de muchas maneras.

En el mundo del cine, la tundra ha sido retratada como un escenario dramático y misterioso. Películas como "Encuentros en la tercera fase" (1977), dirigida por Steven Spielberg, presentan la tundra como un lugar enigmático donde ocurren encuentros extraterrestres. La vastedad y la sensación de aislamiento de la tundra se utilizan para crear un ambiente cargado de tensión y misterio.

En el ámbito de la literatura, la tundra ha sido retratada como un lugar de aventura y desafío. En la novela "El llamado de lo salvaje" (1903), de Jack London, el protagonista se adentra en la tundra de Alaska en busca de su verdadera naturaleza salvaje. El paisaje inhóspito y las duras condiciones de vida en la tundra se convierten en un escenario simbólico donde los personajes se enfrentan a pruebas físicas y emocionales.

Además de la literatura y el cine, la tundra ha sido representada en obras de arte, donde su belleza desolada se muestra a través de pinceladas y colores. Pintores como Caspar David Friedrich y A.Y. Jackson han capturado la majestuosidad y la serenidad de la tundra en sus obras, transmitiendo una sensación de soledad y quietud.

El imaginario colectivo relacionado con la tundra también se ha visto influenciado por la cultura indígena y sus mitos y leyendas asociados a esta región. Para muchas comunidades indígenas que han habitado la tundra durante siglos, este territorio es sagrado y está lleno de significado espiritual. Los mitos y las historias transmitidas de generación en generación dan vida a la tundra y la conectan con el mundo de lo trascendental.

La tundra también ha sido un símbolo de resistencia y supervivencia en el imaginario colectivo. Su capacidad para albergar vida en condiciones extremas y su resistencia a los cambios climáticos han sido admiradas y utilizadas como metáforas en la sociedad. La imagen del oso polar, un depredador emblemático de la tundra, ha sido utilizada para representar la fuerza y la adaptabilidad en la cultura popular.

15. La zona polar

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Se ubican en los extremos norte y sur del planeta. Poseen un solo día y una sola noche durante un año debido a su ubicación en el planeta. Se diferencian de la tundra, en que la superficie de las zonas polares es literalmente hielo en su gran mayoría, mientras que la tundra posee suelo y capas de hielo por debajo de este. La región polar recibe menores cantidades de radiación solar, y la calidad no es constante. Sin embargo, la radiación solar que recibe durante su largo día es de una calidad inferior. Peor aún, las placas de hielo forman un espejo natural que refleja la radiación al espacio, lo cual hace que el frío en esta región se acentúe. La zona polar se caracteriza por una glaciación permanente, a diferencia de la tundra donde el hielo permanente reside debajo del suelo, en los polos es el suelo quien permanece debajo de la placa de hielo.

Figura 15.1. El oso polar es el depredador terrestre más grande actualmente, y también la especie clave representativa de los polos.

Geografía

En ocasiones es descrita junto con la tundra, pero existen ciertas diferencias, la primera es que el permafrost no se esconde bajo tierra, sino que forma una capa por encima del suelo, por lo que es una región que se encuentra circunscrita a los extremos norte y sur del planeta.  

Figura 15.2. Los polos son la región más fría del planeta, y también, aunque parezca raro, la más seca, el agua dulce es hielo, por lo que los animales terrestres son depredadores que obtienen agua a través de los fluidos de las presas. (YouTube).

El Ártico tiene varias definiciones, incluyendo la región al norte del Círculo Polar Ártico (actualmente Epoch 2010 a 66 ° 33'44 "N), o la región al norte del 60 ° de latitud norte, o la región desde el Polo Norte al sur hasta la línea de la madera. El Antártico se define generalmente al sur del 60 ° de latitud sur, o el continente de la Antártida. El Tratado Antártico de 1959 utiliza la definición anterior: las dos regiones polares se distinguen de las otras dos cintas climáticas y biomáticas de la Tierra, Ecuador y dos regiones de latitud media localizadas entre los trópicos y las regiones polares.

Clima

Las regiones polares, tanto en el Polo Norte como en el Polo Sur, experimentan condiciones climáticas únicas debido a su posición geográfica y la inclinación axial de la Tierra. Estas áreas se ven afectadas por una radiación solar menos intensa debido al ángulo oblicuo con el que los rayos del sol llegan a la superficie. Esto significa que la energía solar se extiende sobre un área más grande y atraviesa una mayor distancia a través de la atmósfera, lo que resulta en una menor cantidad de energía absorbida.

Esta menor radiación solar tiene un impacto significativo en las estaciones del año en las regiones polares. A diferencia de las zonas templadas, donde se experimenta un cambio marcado entre las cuatro estaciones, en las regiones polares las estaciones se manifiestan más como un día extremadamente largo y una noche casi eterna. Durante el verano polar, el sol permanece en el cielo las 24 horas del día, proporcionando luz constante. En contraste, durante el invierno polar, el sol apenas se asoma en el horizonte o incluso desaparece por completo, sumiendo a la región en una oscuridad persistente.

Esta prolongada exposición al sol o a la oscuridad tiene un profundo impacto en la vida de las regiones polares. Las plantas y los animales han desarrollado adaptaciones especiales para sobrevivir en estas condiciones extremas. Durante el corto verano, la tundra polar se transforma en un oasis verde, donde las plantas aprovechan al máximo la luz solar disponible para crecer y reproducirse rápidamente. Los herbívoros, como los renos y los bueyes almizcleros, se aprovechan de esta abundancia de vegetación y se alimentan de ella para almacenar reservas de energía que les permitirán sobrevivir durante el largo invierno.

Por otro lado, durante el invierno polar, la falta de luz solar y las bajas temperaturas hacen que la vida sea extremadamente desafiante. Muchos animales migran hacia regiones más cálidas en busca de alimento y refugio, mientras que aquellos que permanecen en la tundra han desarrollado adaptaciones especiales. Por ejemplo, el oso polar tiene una gruesa capa de grasa y un pelaje aislante que le permite resistir las temperaturas gélidas y cazar focas en las aberturas del hielo marino.

Además de las variaciones extremas en las horas de luz del día, las regiones polares también se caracterizan por temperaturas extremadamente frías y glaciación intensa. La presencia de una gran cantidad de hielo y nieve contribuye a un ambiente frígido, ya que refleja gran parte de la poca luz solar que alcanza la región. La formación de hielo permanente debido a la suficiente precipitación también es común en estas áreas.

Suelo

No existe una clasificación de suelo globalmente uniforme. Estados Unidos, Canadá y Rusia tienen diferentes sistemas nacionales de clasificación de suelos, pero la Base Mundial de Referencia para Recursos de Suelos (bajo los auspicios de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo) desarrolló un sistema de clasificación que permite la comparación entre sistemas nacionales. Usando este sistema, los suelos polares consisten principalmente de criosoles (aka suelo permafrost), podzoles (característicos de regiones húmedas y fuertemente lixiviados), histosoles (un suelo orgánico en lugar de un mineral), albeluvisoles (hierro agotado y muy bajo en contenido orgánico) y Gleysols (agua saturada). La información sobre los suelos antárticos sigue siendo en gran medida insuficiente. Los principales procesos que forman el suelo en las regiones polares del norte son principalmente criogénicos, pero también orgánicos (por ejemplo, formación de turba), meteorización, brunificación (liberación de hierro que da como resultado suelo de color marrón), lixiviación, movimiento y destrucción de arcilla, podzolización, (Gleying) y la salinización. En el Antártico, la formación del suelo se debe principalmente a la intemperie, lo que da lugar a la brunificación y la salinización.

El bioma de los polos, tanto el Ártico como el Antártico, se caracteriza por su vasta extensión de hielo y nieve. En términos porcentuales, la mayor parte de esta superficie sólida está compuesta por hielo, mientras que una menor proporción corresponde a suelo real.

En el caso del Ártico, se estima que alrededor del 75% de su superficie está cubierta de hielo marino durante gran parte del año. Este hielo marino se forma a partir del agua del océano Ártico que se congela en invierno y se derrite parcialmente en verano. Bajo el hielo marino, se encuentran áreas de vida marina asociadas a respiraderos, como los agujeros de respiración de mamíferos marinos y las colonias de organismos microscópicos. Estas áreas son esenciales para la supervivencia de la vida marina en el Ártico.

En cuanto al suelo real en el Ártico, se estima que representa aproximadamente el 25% de la superficie. Este suelo se encuentra principalmente en las áreas costeras y en las islas del Ártico, donde la capa de hielo es más delgada o inexistente. En estas zonas, se pueden encontrar diversas formas de vida, como musgos, líquenes y arbustos enanos, que se adaptan a las condiciones extremas de la tundra ártica.

En el caso del Antártico, la mayor parte de su superficie está cubierta por la capa de hielo continental, que representa aproximadamente el 98% del área total. Este hielo es de gran espesor y cubre prácticamente todo el continente antártico. Debajo de esta capa de hielo, se encuentran lagos subglaciales y ecosistemas microbianos que han sido descubiertos recientemente y que albergan formas de vida adaptadas a las condiciones extremas de temperatura y falta de luz.

Biología

La biología del bioma de los polos, tanto el Ártico como el Antártico, es fascinante y única en muchos aspectos. Estas vastas regiones heladas presentan condiciones extremas de frío y oscuridad, que han dado lugar a una adaptación sorprendente de la vida para sobrevivir en un entorno tan inhóspito. Aunque a simple vista pueden parecer desiertos de hielo, los polos son en realidad una extensión de la biología del mar, con una rica diversidad de vida marina que se encuentra bajo la superficie helada.

En los polos, el mar juega un papel fundamental en la biología de la región. A medida que el agua del océano se congela, forma una extensa capa de hielo marino que cubre gran parte de la superficie. Bajo este hielo marino, se desarrolla un ecosistema vibrante y dinámico. Algunas especies de algas microscópicas, conocidas como fitoplancton, crecen en la columna de agua y son la base de la cadena alimentaria polar. Estas algas son consumidas por pequeños organismos, como copépodos y krill, que a su vez sirven de alimento a peces, aves marinas, focas y ballenas.

Además, los polos albergan una rica diversidad de vida marina adaptada a las condiciones extremas. Se pueden encontrar especies de peces, como el bacalao polar y el eperlano, que han desarrollado mecanismos de tolerancia al frío y a la falta de luz solar. Las aves marinas, como los albatros y las gaviotas, se alimentan de peces y otros organismos marinos, y encuentran en los polos un hábitat propicio para la reproducción y la cría.

La vida terrestre en los polos es limitada en comparación con la vida marina, pero aún así existen adaptaciones impresionantes.

La vida vegetal en el polo verdadero, tanto en el Ártico como en el Antártico, se enfrenta a varias limitaciones significativas debido a las duras condiciones climáticas y al suelo congelado. Estas limitaciones hacen que la vegetación terrestre sea escasa y en su mayoría consista en musgos, líquenes y plantas pequeñas adaptadas a la tundra polar.

En primer lugar, el suelo en los polos es extremadamente pobre en nutrientes debido a la falta de descomposición de la materia orgánica. La congelación del suelo impide que los organismos descomponedores como los hongos y las bacterias puedan descomponer la materia orgánica y liberar los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas. Además, el permafrost, una capa de suelo permanentemente congelado, impide que las raíces de las plantas penetren profundamente en el suelo en busca de nutrientes.

Además, los polos experimentan una larga y oscura temporada invernal con falta de luz solar, lo que limita la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas convierten la energía solar en alimento. La escasez de luz solar reduce el período de crecimiento de las plantas y afecta su capacidad para producir energía y crecer.

Sin embargo, a pesar de estas limitaciones terrestres, la vida vegetal en los polos se beneficia en gran medida de los productores marinos, en forma de plancton. El fitoplancton, compuesto por microalgas y bacterias fotosintéticas, es la principal fuente de alimento y energía en los ecosistemas polares. Estas diminutas plantas flotantes realizan la fotosíntesis en la columna de agua del océano polar, utilizando la luz solar y los nutrientes disponibles para crecer y reproducirse. El fitoplancton es consumido por organismos más grandes, como el zooplancton, que a su vez son alimento para peces, aves marinas, mamíferos marinos y otros depredadores.

A pesar de las limitaciones en la vegetación terrestre de los polos, existe una paradoja interesante en estos ecosistemas. Aunque la vida vegetal es escasa en tierra, los polos albergan al mayor depredador terrestre: el oso polar (Ursus maritimus). Estos majestuosos animales dependen principalmente de la vida marina para su supervivencia, incluyendo las focas que cazan en el hielo marino.

Figura 15.3. El oso polar (Ursus maritimus), conocido como "oso de los mares", debe su nombre científico a su estrecha relación con el entorno marino del Ártico. Su grueso pelaje blanco lo camufla en la nieve y el hielo, mientras que su capa de grasa corporal lo protege del frío y le permite nadar largas distancias en busca de focas, su principal fuente de alimento. Sin embargo, el cambio climático y la pérdida de hielo marino representan amenazas para su supervivencia. El oso polar es un símbolo de la fragilidad de los ecosistemas polares y de la necesidad de conservar su hábitat para su propia existencia.

La clave de esta paradoja radica en la productividad de las zonas marinas de los polos. A pesar de las duras condiciones, los ecosistemas polares marinos son sorprendentemente ricos y productivos. El fitoplancton, como mencionamos anteriormente, constituye la base de esta cadena alimentaria. Su rápida reproducción y crecimiento en respuesta a la luz solar disponible durante el corto verano polar generan una abundancia de alimento para los organismos consumidores.

El zooplancton, que se alimenta de las algas y bacterias del fitoplancton, atrae a una gran variedad de peces y otros organismos marinos. Estos peces, a su vez, son el sustento de numerosas especies de aves marinas, mamíferos marinos y otros depredadores. Las focas, por ejemplo, son una importante fuente de alimento para el oso polar, cuya supervivencia depende de su capacidad para cazar estas presas marinas.

La productividad de las zonas marinas en los polos se debe en parte a la presencia de nutrientes ricos en el agua, que son transportados por las corrientes marinas y las capas de hielo en constante movimiento. Estos nutrientes, combinados con la luz solar disponible durante el verano polar, crean un entorno propicio para el crecimiento de organismos marinos.

Los polos, tanto el Ártico como el Antártico, presentan una fauna peculiar y adaptada a las duras condiciones de estos biomas. A diferencia de otros ecosistemas, en los polos no encontramos animales terrestres propiamente dichos, debido a la falta de vegetación y suelos adecuados para su supervivencia. Sin embargo, la vida animal en estas regiones es abundante y diversa en los mares circundantes.

Figura 15.4. Las morsas polares (Odobenus rosmarus) son mamíferos marinos emblemáticos del Ártico. Con su tamaño imponente y colmillos prominentes, son adaptables tanto en el agua como en la tierra. Estos animales sociales forman grupos en el hielo flotante, utilizando sus colmillos para moverse y defenderse. Con un pelaje grueso y una capa de grasa, se mantienen protegidas del frío extremo. Su alimentación se basa en moluscos que encuentran en el fondo marino, utilizando sus colmillos y bigotes sensibles. Las morsas polares son esenciales para el equilibrio del ecosistema ártico, siendo indicadores de su salud y biodiversidad. Su presencia destaca la importancia de conservar este frágil y único bioma polar.

En el Ártico, las aguas están habitadas por una variedad de especies marinas, como ballenas, morsas, focas y diferentes tipos de peces. Estos animales se alimentan principalmente de plancton, krill y otros organismos marinos. Las aves marinas, como los fulmares y los alcas, también encuentran su hogar en el Ártico, aprovechando las ricas aguas como fuente de alimento.

En el Antártico, los mamíferos marinos son igualmente prominentes, con focas, pingüinos y ballenas que ocupan las frías aguas. Los pingüinos, en particular, son emblemáticos de la fauna antártica, adaptados para nadar y bucear en busca de peces y krill. Además, las aves marinas, como las gaviotas antárticas y los petreles, también se encuentran en esta región, aprovechando los recursos marinos disponibles.

Figura 15.5. Las focas polares (Pagophilus groenlandicus) son mamíferos marinos que habitan en el Ártico. Estas fascinantes criaturas están perfectamente adaptadas para sobrevivir en las gélidas aguas del Polo Norte. Tienen un cuerpo robusto cubierto de una gruesa capa de grasa llamada blubber, que las ayuda a mantenerse cálidas en las bajas temperaturas. Sus patas están modificadas en forma de aletas, permitiéndoles nadar con destreza y moverse ágilmente entre los bloques de hielo. Las focas polares se alimentan principalmente de peces y otros animales marinos, como cangrejos y moluscos. Son expertas cazadoras, capaces de sumergirse a grandes profundidades en busca de presas. Estas hermosas criaturas son un símbolo icónico del Ártico y desempeñan un papel crucial en el ecosistema polar.

Es importante destacar que la falta de animales terrestres en los polos no significa que estos ecosistemas sean menos importantes o menos productivos. De hecho, la vida marina en estas regiones es extremadamente rica y sustenta al mayor depredador terrestre, el oso polar. Los ecosistemas polares son altamente productivos en sus zonas marinas, ya que la cadena alimentaria se basa en el fitoplancton y el zooplancton, que atraen a numerosas especies de animales marinos.

Influencia humana

Los polos, tanto el Polo Norte como el Polo Sur, han sido considerados durante mucho tiempo como tierras vírgenes, inalteradas por la presencia humana. Sin embargo, en las últimas décadas, esta percepción ha cambiado drásticamente. A medida que la exploración y la explotación de los polos se han intensificado, han surgido numerosos impactos humanos que amenazan la integridad de estos frágiles ecosistemas.

Uno de los impactos más significativos es la cosecha excesiva y la caza de especies antárticas, que ha llevado a muchas de ellas al borde de la extinción. En busca de beneficios económicos, los seres humanos han sobreexplotado poblaciones de peces, focas y ballenas, alterando el equilibrio natural de los ecosistemas polares y afectando la cadena alimentaria.

Además, la contaminación del suelo es otra preocupación importante en los polos. Aunque la presencia humana es relativamente baja en comparación con otras regiones del mundo, las actividades humanas han dejado su huella. Los desechos humanos, incluidos los productos químicos y los residuos sólidos, han contaminado los suelos, alterando los procesos biológicos y amenazando la vida de las especies locales.

Otro impacto perjudicial es la descarga de aguas residuales en los océanos polares. Los buques que operan en estas regiones a menudo liberan aguas contaminadas con productos químicos y desechos orgánicos, lo que puede afectar la calidad del agua y poner en riesgo a las especies marinas que dependen de ella.

Además de los impactos directos causados por la actividad humana, los derrames de petróleo representan una seria amenaza para los polos. La extracción de petróleo en el Ártico y la Antártida conlleva el riesgo de accidentes y derrames, que pueden tener efectos devastadores en los ecosistemas polares. Estos derrames contaminan el agua y el hielo, afectando la vida marina y terrestre, y provocando consecuencias a largo plazo en la salud de los ecosistemas.

Sin embargo, el impacto más significativo y preocupante que enfrentan los polos en la actualidad es el cambio climático. El aumento de las temperaturas globales está provocando un calentamiento acelerado de las regiones polares, lo que tiene consecuencias dramáticas en la estabilidad de los ecosistemas. El derretimiento del hielo marino, la pérdida de glaciares y la reducción de la capa de hielo antártico son solo algunos de los efectos visibles del cambio climático en los polos. Estos cambios están alterando los patrones migratorios, la disponibilidad de alimentos y el hábitat de numerosas especies, lo que pone en peligro su supervivencia.

La paradoja en la situación de los polos es que, si bien se consideran áreas relativamente remotas y poco afectadas por la actividad humana, son precisamente los cambios inducidos por el hombre, como el cambio climático, los que están teniendo un impacto devastador en estos ecosistemas. A pesar de ser considerados tierras vírgenes, los polos se están convirtiendo rápidamente en epicentros de problemas ambientales y ecológicos a nivel global.

A pesar de estos desafíos y amenazas, los ecosistemas polares siguen siendo sorprendentemente productivos en sus zonas marinas. A lo largo de las costas polares, se encuentran densas poblaciones de fitoplancton y zooplancton, que sustentan una rica diversidad de vida marina. Estos organismos, junto con los peces, las focas y las ballenas, forman parte de una intrincada red trófica que permite la existencia de depredadores tope como el oso polar, que dependen de estas fuentes de alimento para sobrevivir.

Además, los polos son hábitats clave para numerosas aves migratorias que se reproducen en estas regiones y luego viajan miles de kilómetros hasta sus áreas de invernada. Estas aves se alimentan de los abundantes recursos marinos de los polos y desempeñan un papel importante en la dispersión de nutrientes y en la conectividad entre los ecosistemas polares y otras regiones del mundo.

Importancia cultural

Los polos, tanto el Polo Norte como el Polo Sur, son lugares de gran importancia cultural y simbólica para la humanidad. Estas regiones extremas del planeta han capturado la imaginación de las personas a lo largo de la historia y desempeñan un papel crucial en diversas áreas, como la exploración, la ciencia, la literatura, el arte y las tradiciones indígenas.

Comencemos por el Polo Norte, también conocido como Polo Norte Geográfico. Este lugar, ubicado en el Ártico, ha sido objeto de fascinación y mitología a lo largo de los siglos. En muchas culturas, se le ha atribuido un significado especial como el "punto cero" de la brújula, el punto donde todas las direcciones convergen. Desde tiempos ancestrales, los pueblos indígenas del Ártico han considerado al Polo Norte como un lugar sagrado y espiritualmente importante. Para ellos, el Ártico y sus hielos son un ecosistema vital que sustenta su modo de vida y su identidad cultural. La relación de estas comunidades con la naturaleza y los recursos del Ártico es profunda y se refleja en sus tradiciones, mitos y rituales.

En términos de exploración, el Polo Norte ha sido un objetivo para muchos exploradores intrépidos a lo largo de la historia. Desde los primeros intentos de alcanzar el Polo Norte en el siglo XIX, liderados por exploradores como Robert Peary y Frederick Cook, hasta los avances tecnológicos que permitieron llegar allí en aviones y submarinos, la conquista del Polo Norte ha sido una hazaña de valentía y determinación. Estas expediciones han dejado una huella duradera en la cultura, y las historias de los exploradores polares se han convertido en leyendas que inspiran a nuevas generaciones de aventureros.

El Polo Norte también desempeña un papel importante en la ciencia y la investigación. Es un lugar clave para estudiar el cambio climático y comprender los efectos del calentamiento global en el Ártico. Los científicos realizan investigaciones sobre la capa de hielo, la fauna marina, el permafrost y otros aspectos del ecosistema ártico para comprender mejor su funcionamiento y predecir los impactos futuros. Estas investigaciones son fundamentales para tomar decisiones informadas sobre la conservación del Ártico y desarrollar estrategias de mitigación del cambio climático.

En cuanto al Polo Sur, situado en la Antártida, su importancia cultural también es notable. La Antártida, el continente más frío, ventoso y seco del mundo, ha sido objeto de exploración y descubrimiento desde principios del siglo XX. La carrera por alcanzar el Polo Sur fue uno de los mayores desafíos de la exploración polar. La famosa expedición de Roald Amundsen en 1911, seguida por la de Robert Falcon Scott, dejó una marca indeleble en la historia y la cultura.

La Antártida es un continente dedicado a la ciencia y la cooperación internacional. El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece un régimen de protección del medio ambiente y promueve la investigación científica pacífica. Numerosos países mantienen bases científicas en la Antártida para realizar investigaciones en una amplia gama de disciplinas, incluyendo la climatología, la glaciología, la biología marina y la astrofísica. Estas investigaciones nos permiten comprender mejor el funcionamiento del sistema climático global, el impacto del cambio climático y la biodiversidad única del continente antártico.

La literatura y el arte también han sido influenciados por la belleza y la majestuosidad de los polos. Desde las novelas de aventuras polar hasta la poesía y la pintura inspiradas en la grandiosidad de los paisajes polares, el Polo Norte y el Polo Sur han sido fuentes inagotables de inspiración para artistas y escritores. Estas representaciones artísticas capturan la vastedad, la soledad y la fragilidad de los polos, y transmiten un sentido de asombro y maravilla.

No existen tribus o comunidades indígenas permanentes que vivan en los polos verdaderos, ya sea en el Polo Norte o en el Polo Sur. Esto se debe a las duras condiciones climáticas y ambientales extremas que prevalecen en estas regiones. Los polos son áreas inhóspitas con temperaturas extremadamente bajas, vientos fuertes, escasa vegetación y largos períodos de oscuridad o luz constante.

Aunque algunos grupos indígenas, como los inuit en el Ártico o los esquimales en Groenlandia, tienen una estrecha relación con el Ártico y se adaptan a vivir en regiones cercanas al Polo Norte, no hay asentamientos permanentes en sí mismos en los polos verdaderos. Estas comunidades tradicionalmente han sido nómadas y se han movido de un lugar a otro en busca de recursos, como la caza de animales marinos y terrestres.

En cuanto a la Antártida, el Polo Sur, no hay comunidades indígenas que vivan allí de forma permanente. La Antártida está dedicada principalmente a la investigación científica y es protegida por el Tratado Antártico, que prohíbe la explotación de los recursos naturales y establece medidas para la conservación del medio ambiente. Las personas que trabajan en las estaciones científicas en la Antártida son investigadores, científicos y personal de apoyo que realizan investigaciones y experimentos temporales antes de regresar a sus países de origen.

Influencia en el imaginario colectivo

Los polos, tanto el Polo Norte como el Polo Sur, han ejercido una poderosa influencia en el imaginario colectivo a lo largo de la historia. Estas vastas y misteriosas regiones han sido objeto de fascinación y han inspirado una amplia gama de películas y obras de arte que exploran su belleza, peligro, y el sentido de aventura y exploración asociado con ellos. Desde las primeras exploraciones polares hasta la era moderna, el cine y el arte han capturado la grandiosidad de los polos y han transmitido sus historias y mitos a audiencias de todo el mundo.

En el cine, los polos han sido representados en una variedad de géneros, desde documentales hasta películas de aventuras y ciencia ficción. Las imágenes impresionantes de vastas extensiones de hielo, glaciares imponentes y paisajes desolados han servido como telón de fondo para historias épicas de exploradores intrépidos y expediciones peligrosas. Estas películas han alimentado la imaginación del público y han despertado el deseo de aventurarse en lo desconocido.

Una de las primeras películas en explorar los polos fue "Nanook of the North" (1922), un documental dirigido por Robert J. Flaherty que sigue la vida de una familia inuit en el Ártico canadiense. La película mostró la dura realidad de la vida en el Ártico y fue aclamada por su enfoque realista y la captura de la belleza y la dureza del entorno polar.

En el género de aventuras, la película "The Thing from Another World" (1951) dirigida por Christian Nyby y producida por Howard Hawks, presentó una historia de un equipo de científicos y militares que descubren una criatura extraterrestre en el Polo Norte. La película capturó la intriga y el misterio asociados con los polos, y ha sido reconocida como un clásico del cine de ciencia ficción.

En el ámbito de la ciencia ficción, la película "The Day After Tomorrow" (2004), dirigida por Roland Emmerich, exploró las consecuencias devastadoras del cambio climático en la Tierra, con el Polo Norte como uno de los lugares clave en la trama. La película mostró la dramática transformación del paisaje polar y los desafíos que enfrentan los personajes en un mundo afectado por fenómenos climáticos extremos.

Además del cine, los polos también han sido una fuente de inspiración en el arte. Los pintores han capturado la majestuosidad de los paisajes polares con su paleta de colores fríos y sus representaciones detalladas de glaciares y hielo. Artistas como William Bradford y Frederic Edwin Church han creado obras maestras que transmiten la belleza y la inmensidad de los polos, invitando a los espectadores a sumergirse en su grandeza y a contemplar la fragilidad de estos ecosistemas.

En la literatura, los polos han sido el escenario de numerosas historias y aventuras. "Las aventuras de Arthur Gordon Pym" (1838), escrita por Edgar Allan Poe, es una novela de aventuras que se desarrolla en el Polo Sur y presenta encuentros con criaturas extrañas y paisajes inhóspitos. Otro ejemplo es la novela "La brújula dorada" (1995) de Philip Pullman, que presenta una versión fantástica de los polos donde los personajes se embarcan en un viaje para descubrir los secretos de estas tierras míticas.

En la música, los polos también han dejado su huella. El compositor Jean Sibelius creó la suite sinfónica "Lemminkäinen" basada en el personaje de la mitología finlandesa que se aventura en el Polo Norte. La música evoca la vastedad y la majestuosidad de los paisajes polares, creando una atmósfera en la que los oyentes pueden imaginar su propia exploración de estas tierras lejanas.

16. Biogeografía de montaña

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Ahora cambiamos nuestra atención a las montañas, que no son un bioma. Debido a los cambios ambientales que ocurren con la altitud, sin embargo, varios biomas se pueden encontrar en una sola ladera. Esta diversidad ambiental y biológica es algo común a las montañas. Aquí incluimos montañas porque a menudo introducen condiciones ambientales únicas y organismos a regiones de todo el mundo.

Las montañas captan la imaginación como lugares de diversidad geológica, biológica y climática. Usted puede estar parado con las águilas y la mirada en las llanuras abajo, una experiencia que antes del viaje del aire fuera único a las montañas. Las montañas han ofrecido refugio largo para la flora y la fauna distintivas y los seres humanos por igual. Al igual que las islas oceánicas, ofrecen una visión única de los procesos evolutivos y ecológicos.

Historia, la biogeografía de las plantas

Francisco José de Caldas y Alexander von Humboldt, ambos de manera paralela y luego, al compartir sus ideas llegaron a una conclusión sorprendente. Los ecosistemas de una montaña imitan a los ecosistemas que se presentan si uno viaja de manera continua desde el ecuador hacia uno de los polos. Mucho debate se ha dado entre los historiadores sobre si Humbolt plagió a Caldas, o Caldas plagió a Humbolt (Expedición botánica), pero la verdad tal vez sea que ambos trabajaban de forma paralela en lo mismo, pero que Humbolt (YouTube) poseía más conexiones y tenía la posibilidad de publicar sus investigaciones, mientras que Caldas quedó enredado en la vorágine de la guerra civil y la guerra de independencia, además de que su objetivo quizá era más práctico (Appel, 1994).

Figura 16.1. Francisco José de Caldas y Tenorio (Ppayán, octubre de 1768 - Santafé, 28 de octubre de 1816) fue un científico, ingeniero militar, geógrafo, botánico, astrónomo, naturalista y periodista Neogranadino, prócer de la independencia de Colombia. Por su erudición y muchos conocimientos sobre tantas disciplinas fue conocido entre sus contemporáneos como El Sabio, epíteto con el cual pasó a la historia de Colombia.

El incremento en la altitud genera condiciones similares a las del incremento en la latitud con respecto al ecuador. Lo anterior implica que una montaña puede presentar varios paisajes biogeográficos al mismo tiempo, dependiendo de su ubicación, así una montaña lo suficientemente alta en una zona ecuatorial puede presentar paisajes de selva, sabana, bosque templado, pradera templada, bosque boreal, tundra y polo en su cima congelada. Un ejemplo puntual lo expone la cordillera central de Colombia, la región donde se ubica Cundinamarca y Bogotá pueden clasificarse como una pradera templada, mientras que si vamos más arriba en algunas montañas nos encontramos con la pradera sub-alpina, a la cual nosotros llamamos páramo.

La similitud entre altitud-latitud se da, debido a que la temperatura disminuye a medida que una montaña se eleva, al igual que ocurre a medida que uno viaja hacia el norte o hacia el sur desde el Ecuador. La temperatura cae 6° por cada 1000 metros de elevación en promedio. Una consecuencia de esto es que la vegetación de una montaña cambia a medida que la temperatura cambia, lo cual combinado con los factores de humedad, lluvia y ríos generan prácticamente toda la gama de paisajes biogeográficos del mundo en una zona geográfica relativamente pequeña.

A pesar de las similitudes entre los biomas de montaña y los biomas de latitud, existen algunas diferencias, por ejemplo si la montaña se ubica en la zona ecuatorial existirá carecía de estaciones, por lo que las altitudes que corresponden al bosque templado al bosque boreal y a la tundra no enfrentaran nunca los rigores del invierno y recibirán buena calidad de luz todo el año, en otras palabras en las montañas ecuatoriales se presentan estos tres biomas como si estos sufrieran de una perpetua primavera. De hecho, en la montaña se recibe luz con calidad extrema “ya con niveles perjudiciales debido a su contenido de radiación ultravioleta” factor al cual, las plantas de grandes latitudes no deben enfrentarse.

Figura 16.2. ¡Mira mama, sin cuerdas! Las cabras de montaña se mueven por riscos de casi 90°, casi como si desafiaran la gravedad (YouTube).

Tal vez el único factor que diferencia a los biomas de montaña es lo escarpado del terreno, laderas montañosas y riscos prominentes que generan presiones adaptativas a las que en otras latitudes no son expuestos los seres vivos, como en el caso del leopardo de montaña y la cabra de montaña. Cabe decir que la diversidad de una montaña en cuanto a flora y fauna pueden ser bien un resumen de toda la diversidad de diferentes latitudes, lo cual hace de una montaña un ambiente increíblemente diverso.

Geografía

Las montañas son construidas por procesos geológicos, como el vulcanismo y los movimientos de la corteza terrestre que elevan y doblan la superficie de la tierra. Estos procesos operan con mayor intensidad en algunos lugares que otros, por lo que las montañas se concentran en cinturones donde estas fuerzas geológicas han estado funcionando. En el Hemisferio Occidental, estas fuerzas han sido particularmente activas en los lados occidentales de América del Norte y del Sur, donde una cadena de cadenas montañosas se extiende desde el norte de Alaska a través del oeste de Norteamérica hasta Tierra del Fuego en la punta de América del Sur. 

Figura 16.3. Distribución geográfica de los ecosistemas de montaña.

Las antiguas gamas de montañas bajas ocupan los lados orientales de ambos continentes. En África, las cordilleras principales son las montañas del atlas del noroeste de África y las montañas de África del este que funcionan como granos en una cuerda de las tierras altas de Etiopía al sur de África. En Australia, el más plano de los continentes, las montañas se extienden por el lado oriental del continente. Las cordilleras eurasiáticas, que generalmente se extienden de este a oeste, incluyen los Pirineos, los Alpes, el Cáucaso y, por supuesto, el Himalaya, el más alto de todos ellos.

Clima

En las montañas, los climas cambian de baja a alta altitud, pero los cambios específicos son diferentes en diferentes latitudes. En las montañas de las latitudes medias, el clima es generalmente más fresco y más húmedo en altitudes más altas. En contraste, hay menos precipitación en las elevaciones más altas de las montañas polares y en algunas montañas tropicales. 

En otras regiones tropicales, la precipitación aumenta hasta alguna elevación media y luego disminuye más arriba de la montaña. En altas montañas tropicales, los días calurosos son seguidos de noches heladas. Los organismos en estas montañas experimentan temperaturas de verano cada día y temperaturas de invierno cada noche. Los cambios en el clima que se producen a lo largo de los lados de las montañas tienen profundas influencias sobre la distribución de los organismos de las montañas.

Suelos

Los suelos de montaña cambian con la elevación y tienen mucho en común con los diversos suelos que ya hemos discutido. Sin embargo, algunas características especiales son dignos de mención. En primer lugar, debido a la topografía más pronunciada, los suelos de montaña están generalmente bien drenados y tienden a ser delgados y vulnerables a la erosión. En segundo lugar, los vientos persistentes que soplan desde las tierras bajas depositan las partículas del suelo y la materia orgánica en las montañas, materiales que pueden hacer una contribución significativa al edificio local del suelo. En algunos lugares del sur de las Montañas Rocosas, los árboles de coníferas extraen la mayor parte de su nutrición de los materiales transportados por los vientos de los valles abajo, no de la roca madre local.

Biología

Suba cualquier montaña que sea lo suficientemente alta y notará cambios biológicos y climáticos. Cualquiera que sea la vegetación en la base de una montaña, esa vegetación cambiará a medida que subes y el aire se enfriará. La secuencia de la vegetación al lado de una montaña puede recordar los biomas que encontramos en nuestro viaje desde el ecuador hasta los polos. En las altiplanicies frías de las montañas del desierto en el suroeste de los Estados Unidos, se puede caminar a través de bosques de abetos y abetos muy parecidos a los que encontramos en el norte. Sin embargo, lo que se ve en estas montañas del desierto difiere sustancialmente de los bosques boreales. Estas poblaciones de montaña han sido aisladas del cuerpo principal del bosque boreal por más de 10.000 años; En el ínterin, algunas poblaciones se han extinguido, algunas se tambalean al borde de la extinción, mientras que otras han evolucionado suficientemente para ser reconocidas como especies separadas o subespecies. En estas montañas, el tiempo y el aislamiento han forjado especies con un alto grado de endemismo.

Las especies de las altas montañas ecuatoriales están aún más aisladas. Piense por un momento de la geografía de las altas montañas tropicales: algunas en África, algunas en las tierras altas de Asia y los Andes de América del Sur. Las comunidades de alta altitud de África, América del Sur y Asia comparten muy pocas especies. Por otra parte, a pesar de las diferencias en la composición de las especies, existen similitudes estructurales entre los organismos de estas montañas. Estas similitudes sugieren que puede haber reglas generales para asociar organismos con ambientes.

Las montañas tropicales suelen ser más diversas que las montañas ubicadas en latitudes más altas, tanto al norte como al sur, debido a una combinación de factores. En primer lugar, las montañas tropicales se caracterizan por una mayor disponibilidad de recursos, como agua y luz solar, lo que permite el desarrollo de una gran variedad de hábitats y nichos ecológicos. Además, la ubicación geográfica de las montañas tropicales cerca del ecuador resulta en una mayor estabilidad climática a lo largo del año, lo que favorece la diversificación de especies. Por otro lado, la presencia de una mayor cantidad de sustratos geológicos en las montañas tropicales proporciona diferentes suelos y microhábitats, lo que promueve la especialización y la adaptación de especies. También se ha observado que las montañas tropicales presentan una mayor tasa de especiación y endemismo, lo que contribuye a su mayor diversidad biológica en comparación con las montañas ubicadas en latitudes más altas.

En las montañas tropicales, donde prevalece la idea de "eterna primavera", la variación de altitud proporciona una amplia gama de microclimas que permiten la coexistencia de una gran diversidad de especies. A medida que ascendemos en la montaña, los ecosistemas pasan de selvas tropicales bajas y húmedas a bosques nublados frescos y, finalmente, a páramos o zonas de alta montaña con condiciones frías y ventosas. Cada una de estas zonas tiene su propio conjunto de adaptaciones y especies características.

En contraste, en las montañas ubicadas en latitudes más altas, como las encontradas en regiones polares o cerca de los polos, la variación de altitud no está acompañada por cambios significativos en las condiciones de temperatura y luz solar. Estas montañas tienden a tener un clima más frío y condiciones más adversas, lo que limita la diversidad biológica en comparación con las montañas tropicales. Las especies que se encuentran en estas montañas polares o subpolares son generalmente especializadas y adaptadas a sobrevivir en ambientes extremos.

Influencia humana

Debido a que las montañas difieren en el clima, la geología y la biota (plantas y animales) de las tierras bajas circundantes, han sido útiles como fuente de materias primas tales como madera, forraje para animales, plantas medicinales y minerales. Algunos de estos usos, como el pastoreo de ganado, son altamente estacionales. En las regiones templadas, el ganado se lleva a los pastos de montaña durante el verano y de vuelta a las tierras bajas en invierno.

La explotación humana de las montañas ha producido una degradación ecológica en muchos lugares y sorprendente equilibrio en otros. El aumento de la presión humana en los entornos de montaña a veces ha creado conflictos entre intereses económicos en competencia, entre buscadores de recreación y ganaderos, e incluso entre grupos de científicos. Debido a sus gradientes climáticos comprimidos ya su diversidad biológica, las montañas ofrecen laboratorios vivos para el estudio de las respuestas ecológicas y evolutivas a la variación climática.

Importancia cultural de las montañas

Las montañas alrededor del mundo tienen una importancia cultural significativa, especialmente en lo que se refiere a ser consideradas hogar de los dioses del cielo, la lluvia y el relámpago. A lo largo de la historia, estas majestuosas elevaciones han sido veneradas y han desempeñado un papel central en diversas mitologías y tradiciones religiosas.

Un ejemplo destacado es el de los Himalayas, que se extienden a través de Nepal, India, Tibet y Bhután. En la tradición hindú, estas montañas son consideradas sagradas y se cree que son el hogar de Shiva, uno de los dioses principales. Los picos del Himalaya también son venerados por los budistas tibetanos, quienes los consideran morada de deidades benevolentes.

Figura 16.4. Los quechuas son una comunidad indígena que habita en las altas montañas de los Andes, abarcando países como Perú, Ecuador, Bolivia y partes de Colombia, Chile y Argentina. Su cultura y tradiciones están profundamente arraigadas en la vida de estas montañas. Han desarrollado sistemas agrícolas adaptados a la altitud y condiciones extremas, como terrazas para el cultivo y la crianza de alpacas y llamas. La religión y la cosmovisión quechua están vinculadas a la naturaleza, venerando montañas, ríos y otros elementos naturales. Su idioma, el quechua, es una parte esencial de su identidad y ha perdurado a lo largo del tiempo, resistiendo la influencia de las culturas coloniales.

En los Andes de América del Sur, las altas cumbres han sido reverenciadas por las culturas indígenas. Para los antiguos incas, los picos nevados como el Huascarán en Perú y el Aconcagua en Argentina eran considerados sagrados y se creía que estaban habitados por poderosos dioses de la naturaleza. Incluso hoy en día, muchas comunidades indígenas de los Andes mantienen una estrecha relación espiritual con estas montañas, considerándolas protectoras y sagradas.

Figura 16.5. Los Walser fueron una tribu que habitó en las altas montañas de los Alpes, principalmente en las regiones de Suiza, Italia, Austria y Alemania. Estos antiguos habitantes de los Alpes vivieron en comunidades agrícolas y ganaderas, adaptándose a las duras condiciones de las altas montañas. Los Walser eran conocidos por su habilidad en la construcción de viviendas y granjas en terrenos montañosos, así como por su destreza en la producción de quesos y la cría de ganado. Mantuvieron una cultura rica y distintiva, con sus propias tradiciones, vestimenta y dialecto. Aunque su influencia disminuyó con el paso del tiempo y las transformaciones sociales, aún se pueden encontrar vestigios de su legado en las regiones alpinas, como arquitectura tradicional y nombres de lugares.

En las culturas africanas, las montañas también tienen un profundo significado. El monte Kilimanjaro en Tanzania, el pico más alto de África, es considerado sagrado por las tribus locales y se le atribuyen poderes espirituales. En otras partes de África, como en Etiopía, las montañas de Simien y Bale son consideradas morada de los dioses y han sido escenario de rituales religiosos desde tiempos ancestrales.

Además de su conexión con los dioses, las montañas han sido una fuente inagotable de inspiración para artistas, escritores y músicos de todo el mundo. Su imponente presencia, su imponente altura y su belleza natural han sido capturados en numerosas obras de arte a lo largo de la historia.

Figura 16.6. Los Dorobo fueron una tribu que habitó en las altas montañas de África, especialmente en regiones como el monte Kilimanjaro y el monte Kenia. Estos antiguos habitantes de las montañas africanas eran cazadores-recolectores que se adaptaron a las duras condiciones del entorno alpino. Vivían en pequeñas comunidades nómadas y dependían de la caza de animales y la recolección de frutas y raíces para su subsistencia. Los Dorobo eran conocidos por su habilidad en la caza y el conocimiento profundo de la vida silvestre de las montañas. Aunque su existencia se ha extinguido con el tiempo, su legado perdura en la historia y cultura de las montañas africanas, y su forma de vida representa una conexión perdida con los antiguos tiempos en esas tierras altas.

En la pintura, las montañas han sido retratadas en paisajes majestuosos y detallados, donde se busca plasmar su grandeza y el sentido de lo divino que transmiten. Artistas como Caspar David Friedrich, Albert Bierstadt y Thomas Moran han dejado un legado de obras maestras que reflejan la majestuosidad de las montañas. Estas pinturas a menudo transmiten un sentimiento de asombro y reverencia hacia la naturaleza y su poder sublime.

En la escultura, las montañas también han sido representadas de diversas formas. Desde monumentos y estatuas que rinden homenaje a montañas icónicas, hasta esculturas abstractas que evocan la forma y el espíritu de las montañas, los escultores han buscado capturar su imponente presencia y su sentido de grandeza. Estas obras de arte a menudo se utilizan para adornar espacios públicos y para crear un vínculo entre la humanidad y la naturaleza.

Figura 16.7. Los Sherpa son una tribu que ha habitado durante siglos las altas montañas del Himalaya, especialmente en la región de Nepal. Estos valientes montañeros son conocidos por su habilidad en la escalada y su guía experta en las rutas del Himalaya. Han desarrollado una profunda conexión con las montañas y su entorno, siendo considerados como una de las tribus más resistentes y adaptadas a las duras condiciones de las alturas. Los Sherpa también son reconocidos por su cultura rica y tradiciones ancestrales, que incluyen festivales religiosos, música y danzas. Su contribución al montañismo y su hospitalidad hacia los escaladores internacionales los han convertido en una tribu emblemática de las altas montañas del Himalaya.

En la literatura, las montañas han sido el escenario de numerosas historias y leyendas. Desde las épicas narraciones de alpinistas que desafían las cumbres más altas, hasta las descripciones poéticas de la belleza y el misterio de las montañas, los escritores han encontrado en ellas una fuente de inspiración. Autores como Hermann Hesse, Jon Krakauer y John Muir han explorado las montañas en sus obras, transmitiendo la pasión y la fascinación que despiertan en el ser humano.

La música también ha encontrado en las montañas un motivo recurrente. Compositores como Ludwig van Beethoven, Pyotr Ilyich Tchaikovsky y Richard Strauss han creado piezas musicales que evocan el espíritu de las montañas. A través de la música, se busca capturar la grandeza, el misterio y la majestuosidad de las montañas, transportando al oyente a estos paisajes imponentes y llenos de belleza.

La influencia de las montañas en el arte, la literatura y la música va más allá de su simple representación visual o temática. Las montañas se convierten en metáforas poderosas que evocan emociones y significados más profundos. Representan la búsqueda de la trascendencia, el desafío de superar obstáculos y alcanzar las alturas, y la conexión con lo divino y lo sagrado.

Las montañas también han desempeñado un papel crucial en el desarrollo de las culturas locales. Han sido refugio para comunidades aisladas que han conservado tradiciones y formas de vida únicas. Además, las montañas han proporcionado recursos naturales vitales, como agua y minerales, que han sustentado la vida y la economía de las comunidades que las rodean.

Influencia en el imaginario colectivo

La montaña, con su imponente presencia y su naturaleza majestuosa, ha desempeñado un papel significativo en el imaginario colectivo de la humanidad a lo largo de la historia. Desde tiempos ancestrales, las montañas han sido asociadas con el reino divino, sirviendo como residencia de dioses y seres sobrenaturales en numerosas culturas y religiones. También han sido consideradas como fronteras naturales que separan a los pueblos y como símbolos de desafío, superación y conexión espiritual.

Figura 16.8. La comunidad del anillo enfrentó una derrota en las cumbres de Caradhras en "El Señor de los Anillos". Estas majestuosas montañas nevadas representaban un obstáculo formidable en su misión de destruir el anillo. Caradhras, conocida como la Montaña Roja, estaba infestada de una poderosa magia y se reveló como un enemigo implacable. Las nevadas intensas y las violentas tormentas hicieron que el ascenso fuera casi imposible, poniendo a prueba la resistencia y determinación de los personajes. Fue en estas cumbres que la comunidad del anillo sufrió una derrota temporal, ya que fueron obligados a retroceder y buscar una ruta alternativa a través de las Minas de Moria. Sin embargo, la derrota en Caradhras también mostró la resiliencia y el espíritu de lucha de los personajes, ya que no se rindieron ante la adversidad y encontraron nuevas formas de continuar su viaje.

En el mundo del cine, las montañas han sido representadas de diversas formas, tanto como escenarios impresionantes como personajes en sí mismas. Han servido como el telón de fondo de aventuras épicas y como lugares de encuentro entre los dioses y los mortales. Un ejemplo emblemático es la película "El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo", donde las montañas de Mordor representan la morada del mal y la lucha entre el bien y el mal. También podemos mencionar películas como "Everest", que relata la dramática historia de un grupo de escaladores que desafían las montañas más altas del mundo, enfrentándose a su propia humanidad y a los peligros del entorno.

En el campo de la literatura, las montañas han sido exploradas como símbolos de ascensión espiritual, transformación personal y búsqueda de la verdad. En la novela "En la cima del mundo" de Paulo Coelho, el protagonista emprende un viaje a través de los Andes en busca de respuestas existenciales y de conexión con lo divino. En obras clásicas como "Heidi" de Johanna Spyri, las montañas de los Alpes representan un refugio de paz y serenidad, así como un lugar de encuentro con la naturaleza y la inocencia perdida.

Figura 16.9. Simón Bolívar, en su campaña libertadora, tuvo que atravesar el páramo, una vasta extensión de altas montañas cubiertas de vegetación y neblina en los Andes. Este desafiante paso fue un hito en la lucha por la independencia de América del Sur. Bolívar y sus tropas se enfrentaron a terrenos accidentados, climas extremos y dificultades logísticas. A pesar de estas adversidades, Bolívar demostró su liderazgo y determinación al cruzar el páramo y llevar a sus soldados hacia la victoria. Esta hazaña histórica en las altas montañas se convirtió en un símbolo de la resistencia y la voluntad de liberar a los pueblos de la opresión colonial.

En la pintura, las montañas han sido retratadas como paisajes majestuosos y fuente de inspiración para artistas de diferentes épocas. El romanticismo del siglo XIX nos brinda obras como "La Montaña Sagrada" de Caspar David Friedrich, donde la montaña se presenta como un símbolo de espiritualidad y trascendencia. En el impresionismo, artistas como Claude Monet capturaron la luz y la atmósfera de las montañas en sus obras, transmitiendo una sensación de paz y armonía con la naturaleza.

La música también ha encontrado inspiración en las montañas. La composición de música clásica "La Sinfonía Alpina" de Richard Strauss es un ejemplo notable, ya que describe musicalmente un día en los Alpes, desde el amanecer hasta el anochecer. La música folclórica de diferentes regiones montañosas también refleja la conexión entre la comunidad y el entorno natural, celebrando las tradiciones y las historias locales.

La presencia de las montañas en el imaginario colectivo también ha influido en la mitología y las creencias populares de muchas culturas. En la antigua Grecia, el monte Olimpo era considerado el hogar de los dioses, mientras que en la tradición hindú, los Himalayas son sagrados y se cree que son el lugar de residencia de varios dioses y seres divinos. En las culturas indígenas de América del Norte, las montañas eran consideradas sagradas y se les atribuía poderes espirituales.

Las montañas también han sido utilizadas como metáforas en el lenguaje cotidiano, representando desafíos, obstáculos o metas difíciles de alcanzar. La expresión "mover montañas" ilustra la idea de realizar acciones extraordinarias para lograr algo importante.

17. Tundra alpina y las nieves perpetuas

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Es un tipo de región natural o bioma que no contiene árboles porque está a gran altitud, siendo la versión montañosa de la tundra y la zona polar. La alta altitud provoca un clima adverso, que es demasiado frío y ventoso para apoyar el crecimiento de los árboles. Tundra alpina transiciones a los bosques sub-alpinos debajo de la línea de árboles, y hacia arriba hacia las nieves perpétuas que imitan algunas condiciones polares; Los bosques atrofiados que ocurren en el ecotono forestal-tundra son conocidos como Krummholz-Páramo. 

Figura 17.1. La tundra alpina es un lugar de belleza solemne, su principal diferencia a parte de la carencia de estaciones con la tundra latitudinal radica en que hay poco oxígeno y la radiación solar es peligrosa, ¡te quemas, aunque haga mucho frio!

Con el aumento de la elevación termina en la línea de nieve donde la nieve y el hielo persisten durante el verano. La tundra alpina ocurre en montañas por todo el mundo. La flora de la tundra alpina se caracteriza por arbustos enanos cercanos al suelo. El clima frío de la tundra alpina es causado por la falta de efecto invernadero a gran altura, y es similar al clima polar. La razón por la cual las nieves perpetuas superiores a la tundra alpina no son tan fértiles en vida que su contraparte polar es que no cuentan con mar, toda la vida animal de los polos depende del fitoplankton como productor primario.

Geografia

La tundra alpina se produce a una altitud suficientemente alta en cualquier latitud. Porciones de pastizales montanos y ecorregiones de matorrales en todo el mundo incluyen la tundra alpina. Las grandes regiones de la tundra alpina se encuentran en los Himalayas de Asia, la Cordillera de América del Norte y América del Sur, los Alpes, las montañas escandinavas, los Pirineos y los Cárpatos de Europa, las montañas del Cáucaso, las montañas del Rift de África y una gran parte de la Meseta tibetana. La tundra alpina ocupa cumbres de alta montaña, pendientes y crestas por encima de la línea de la madera. Aspecto desempeña un papel también: la línea de árboles a menudo se produce en las elevaciones más altas en las laderas más cálidas del Ecuador. 

Figura 17.2. Un peligro que afrontan los seres vivos de montañas son las caídas abruptas.

Debido a que la zona alpina está presente sólo en las montañas, gran parte del paisaje es accidentado y roto, con picos rocosos, nevados, acantilados y pendientes de taludes, pero también contiene áreas de suave rodadura a casi plana topografía. Con un acceso limitado a la infraestructura, sólo hay un puñado de comunidades humanas en zonas alpinas. Muchos son pequeños y tienen economías muy especializadas, dependiendo a menudo de industrias como la agricultura, la minería y el turismo. Un ejemplo de una ciudad tan especializada es La Rinconada, Perú, una ciudad minera de oro y la vivienda humana de más alta elevación a 5.100 metros (16.700 pies). Un contraejemplo es El Alto, Bolivia, a 4.150 metros (13.620 pies), que tiene una economía de servicio y manufactura sumamente diversa y una población de casi 1 millón.

Clima

El clima alpino es el tiempo medio (clima) para la tundra alpina. El clima se hace más frío a elevadas elevaciones; esta característica se describe por el lapso de aire: el aire tiende a enfriarse a medida que aumenta, ya que se expande. La velocidad de caída adiabática seca es de 10°C por km de elevación o altitud. Por lo tanto, moverse 100 metros en una montaña es aproximadamente equivalente a mover 80 kilómetros hacia el polo. Esta relación es solamente aproximada, sin embargo, puesto que los factores locales tales como proximidad a los océanos pueden modificar drástico el clima.

Las estaciones típicas de crecimiento de alta elevación oscilan entre 45 y 90 días, con temperaturas medias de verano cercanas a 10°C. Las temperaturas de la estación de crecimiento frecuentemente caen por debajo de cero y las heladas ocurren a lo largo de la temporada de crecimiento en muchas áreas. La precipitación ocurre principalmente como nieve del invierno, pero la disponibilidad del agua del suelo es altamente variable con la estación, la localización, y la topografía. Por ejemplo, los campos de nieve comúnmente se acumulan en los lados de las cumbres, mientras que las crestas pueden permanecer casi libres de nieve debido a la redistribución por el viento. 

Algunos hábitats alpinos pueden ser hasta 70% libres de nieve en invierno. Los vientos fuertes son comunes en los ecosistemas alpinos, y pueden causar erosión significativa del suelo y ser físicamente y fisiológicamente perjudiciales para las plantas. Además, el viento, junto con la alta radiación solar, puede promover tasas extremadamente altas de evaporación y transpiración.

18. Praderas de alta montaña y páramos

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Son las versiones de alta montaña de las praderas templadas “tierras frías como el altiplano cundi-boyacense en Colombia”, los matorrales incinerables secos, pero en este caso fríos y las estepas de pastos muy cortos, pero nuevamente, fríos todo el año, ambos conocidos como páramos. Los pastizales y matorrales montanos son un bioma definido por el Fondo Mundial para la Naturaleza. El bioma incluye praderas de alta altitud y matorrales alrededor del mundo.

Figura 18.1. El páramo tropical es un ecosistema único y fascinante, que se asemeja a una pradera mágica llena de pequeños enanos, pero no se trata de personas, sino de frailejones. Estas extraordinarias plantas, pertenecientes al género Espeletia, son nativas de los páramos de América del Sur y se caracterizan por su forma esponjosa y espinosa, similar a la de un enano fantástico. Los frailejones juegan un papel crucial en el equilibrio de este ecosistema, ya que ayudan a retener el agua y regular el clima en estas altas montañas tropicales. Su presencia también proporciona refugio y alimento para una gran diversidad de especies, incluidas aves y pequeños mamíferos. El páramo tropical, con sus encantadores frailejones, es un tesoro natural que merece ser protegido y apreciado.

El término "montano" en nombre del bioma se refiere a "altitud alta", en lugar del término ecológico que denota la región debajo de la línea de árboles. Las praderas montañas y matorrales situadas por encima de la línea de árboles se conocen comúnmente como tundra alpina, que se produce en las regiones montañosas de todo el mundo. Debajo de la línea de árboles hay praderas subalpinas y montañas y matorrales. Los bosques subalpinos atrofiados se conocen como krummholz, y se producen justo debajo de la línea de árboles, donde las condiciones ásperas, ventosas y suelos pobres crean bosques enanos y retorcidos de árboles de crecimiento lento.

Figura 18.2. Al igual que su contraparte latitudinal, las praderas alpinas son regiones fértiles para la agricultura, pero con la ventaja de una eterna primavera que las hace aún más especiales. Estas praderas se encuentran en las altas montañas, generalmente por encima de la línea de árboles, donde las condiciones climáticas y la elevada altitud crean un entorno único. Aunque el clima puede ser fresco y extremo, la constante exposición al sol y la elevada radiación solar permiten que la temperatura sea más cálida en comparación con las praderas a nivel del mar. Esta eterna primavera facilita el crecimiento de una diversidad de vegetación, incluidas flores silvestres y pastos, que atraen a una variedad de animales como cabras montesas, marmotas y aves alpinas. Las praderas alpinas son tesoros naturales que albergan una riqueza de biodiversidad y merecen ser protegidas para las generaciones futuras.

Las praderas y matorrales montanos, especialmente en las regiones subtropicales y tropicales, a menudo evolucionaron como islas virtuales, separadas de otras regiones montanas por regiones de elevación más cálidas, y con frecuencia son el hogar de muchas plantas distintivas y endémicas que evolucionaron en respuesta al clima fresco y húmedo Y abundante luz solar tropical. Las plantas características de estos hábitats exhiben adaptaciones tales como estructuras de roseta, superficies cerosas y hojas peludas. Una característica única de muchas regiones montañosas tropicales húmedas es la presencia de plantas gigantes de rosetas de una variedad de familias de plantas, como Lobelia (afrotropical), Puya (neotropical), Cyathea (Nueva Guinea) y Argyroxiphium (Hawai).

La nomenclatura de estos matorrales fríos montañosos cambia de lugar en lugar, pero nos enfocaremos en las praderas frías montañosas del norte de la cordillera andina, la cual recibe el nombre de páramo. La razón es bastante simple, los pastizales y matorrales montañosos más extensos ocurren en el Páramo Neotrópico de la Cordillera de los Andes. Este bioma también ocurre en las montañas de África oriental y central, el monte Kinabalu de Borneo, las elevaciones más altas de los Ghats occidentales en el sur de la India y las tierras altas centrales de Nueva Guinea. Cuando las condiciones son más secas, se encuentran praderas montañas, sabanas y bosques, como las Tierras Altas de Etiopía y estepas montañas, como las estepas de la meseta tibetana.

Geografía

El páramo andino septentrional rodea los picos más altos de los Andes entre la línea de árboles y la línea de nieve desde el centro-norte de Colombia a lo largo de las cordilleras hacia el sur hasta el centro de Ecuador. Tiene una superficie de 3.004.386 hectáreas (7,424,000 acres). 

El páramo se encuentra en las elevaciones de 3.000-3.500 metros (9.800-11.500 pies) a la línea de nieve a 5.000 metros (16.000 pies), las islas de praderas y arbustos rodeados por un mar de bosques nubosos más abajo. Las áreas de la ecorregión se encuentran dentro o adyacentes a los bosques secos de Apure-Villavicencio, bosques montañosos de la Cordillera Oriental, bosques montanos del Valle del Magdalena, bosques secos del Valle del Magdalena, bosques montanos del Noroeste Andino y bosques montanos reales de la Cordillera Oriental.

Suelos

Hay muchos tipos de suelo debido a la diversa geología de los Andes, pero la mayoría son bastante jóvenes. Incluyen andosoles, inceptisoles, histosoles, entisoles y molisoles. En los niveles más bajos, el subpáramo, los suelos son oscuros, bajos en ácido, bajos en calcio y fósforo libre, bastante altos en potasio y nitrógeno, con más de 10% de materia orgánica en la capa superior. En los niveles medios, el páramo de la hierba, los suelos son bastante profundos y son de color oscuro, ácidos, húmedos o saturados con agua, ricos en materia orgánica y similares a la turba. En los niveles más altos, conocidos como superpáramo, los suelos son superficiales y gruesos, con mucha roca y arena y poca materia orgánica. No retienen agua y son muy estériles.

Clima

La clasificación climática de Köppen es "Cfb": templado cálido; Completamente húmedo; Verano cálido Los páramos de Colombia y el norte de Ecuador son generalmente húmedos durante todo el año con humedad suministrada bajo la forma de lluvia, nubes y niebla mientras las masas de aire se elevan sobre las montañas. La precipitación anual oscila entre 500 y 3.000 milímetros (20 a 118 pulgadas). Esto difiere del páramo costarricense, el páramo de Santa Marta y el páramo venezolano, donde los vientos alisios del noreste crean una estación seca distinta. También difiere de los páramos en el sur del Ecuador y norte del Perú, que son más secos. 

(YouTube) La importancia de los páramos.

Los páramos del norte de los Andes experimentan temperaturas que pueden caer por debajo de cero durante la noche y subir a 30 ° C durante el día. La lluvia, la nieve y la niebla pueden alternar con cielos soleados y altas temperaturas en el transcurso de un día. La ecorregión del páramo del norte de los Andes se encuentra en el reino neotropical, en el prado montano y en el bioma arbóreo. La ecorregión forma parte de la ecorregión global del Páramo Norte de los Andes, que incluye también las parcelas del páramo de la Cordillera Central, del páramo de Santa Marta y de la Cordillera de Mérida. Las plantas y animales se adaptan a las condiciones frías y secas de los picos altos. Hay un alto nivel de endemismo local, particularmente en los picos más aislados.

19. Bosques tropicales de montaña

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Son las versiones de montaña de los bosques de coníferas y el bosque templado caducidófilo, sin ser caducidófilo, el punto es que son bosques adaptados al frío, pero también a la humedad, es decir, no son tan secos como sus contrapartes latitudinales. En muchas regiones se genera un gradiente continuo desde un ecosistema semejante a la taiga en las montañas muy altas, descendiendo hasta llegar a la selva húmeda tropical en las laderas montañosas. En otras palabras, todos los bosques tropicales son selvas cálidas.

Figura 19.1. Los bosques de niebla de alta montaña pueden llegar a ser aterradores debido a la poca visibilidad que crea la densa bruma, pero al mismo tiempo, tienen una sensación mágica y misteriosa que evoca imágenes de los bosques templados con sus cuentos de hadas, brujas y duendes. Estos bosques en lo alto de las montañas están envueltos en un ambiente etéreo y enigmático, donde los árboles cubiertos de musgo y las enredaderas crean un paisaje encantador. El suelo húmedo y la constante humedad propician la presencia de una rica y variada vida silvestre, desde especies de aves y mariposas hasta pequeños mamíferos y anfibios. La niebla que envuelve estos bosques crea una atmósfera especial que despierta nuestra imaginación y nos transporta a un mundo de fantasía y asombro..

Un bosque nuboso, también llamado bosque de niebla es el más importante en este gradiente, es un bosque generalmente tropical o subtropical, siempreverde, montano, húmedo caracterizado por una cubierta de nubes persistente, frecuente o estacional de bajo nivel, usualmente a nivel de la copa. Bosques nubosos a menudo muestran una abundancia de musgos que cubren el suelo y la vegetación, en cuyo caso también se conocen como bosques musgosos. Los bosques cubiertos de musgo generalmente se desarrollan en las sillas de montar de las montañas, donde la humedad introducida por las nubes de sedimentación se conserva más eficazmente.

Geografía

Dependiendo del clima local, que se ve afectado por la distancia al mar, la exposición y la latitud (desde 23 ° N hasta 25 ° S), la altitud varía de 500 ma 4000 m sobre el nivel del mar. Típicamente, hay una banda de altitud relativamente pequeña en la que el ambiente atmosférico es adecuado para el desarrollo del bosque nuboso. 

Esto se caracteriza por niebla persistente a nivel de vegetación, lo que resulta en la reducción de la luz solar directa y, por tanto, de la evapotranspiración. Dentro de los bosques nubosos, gran parte de la humedad disponible para las plantas llega en forma de goteo de niebla, donde la niebla se condensa en las hojas de los árboles y luego gotea sobre el suelo de abajo.

Figura 19.2. Distribución geográfica del bosque de montaña.

Clima

La precipitación anual puede oscilar entre 500 y 10.000 mm / año y una temperatura media entre 8 y 20 ° C. Mientras que el bosque nuboso hoy en día es el término más utilizado, en algunas regiones, estos ecosistemas o tipos especiales de bosques nubosos se llaman bosques musgosos, bosques elfinados, matorrales montanos y bosques nubosos enanos. La definición de bosque nuboso puede ser ambigua, ya que muchos países no usan el término (prefiriendo términos como bosque afromontano y bosque lluvioso montano superior, bosque laurel montano o términos más localizados como los yungas bolivianos y la laurisilva de las islas del Atlántico), ocasionalmente los bosques subtropicales e incluso templados en los cuales ocurren condiciones meteorológicas similares se consideran bosques nubosos.

Biología

Sólo el 1% del bosque mundial se compone de bosques nubosos. Importantes áreas de bosques nubosos se encuentran en América Central y del Sur, África Oriental y Central, Indonesia, Malasia, Filipinas, Papúa Nueva Guinea y el Caribe. 

(YouTube) Expediciones por Colombia Bosque de niebla, refugio del oso de anteojos.

(YouTube) Características de los Bosques de Niebla (El Retiro - Antioquia) - TvAgro por Juan Gonzalo Angel.

(YouTube) Los bosques de niebla. serie "vivo mexico". Roberto Ruiz Vidal

Bosques húmedos, bosques nubosos muestran una reducción de la talla del árbol combinado con el aumento de la densidad de tallo y, en general, la menor diversidad de plantas leñosas. Los árboles de estas regiones son generalmente más cortos y más densamente tallados que en los bosques de baja altitud en las mismas regiones, a menudo con troncos nudosos y ramas, formando coronas densas y compactas. Sus hojas se vuelven más pequeñas, más gruesas y más duras con la altitud creciente. 

La alta humedad promueve el desarrollo de una alta biomasa y biodiversidad de epífitas, particularmente briofitas, líquenes, helechos (incluyendo helechos peludos), bromelias y orquídeas. El número de plantas endémicas puede ser muy alto.

Una característica importante de los bosques nubosos es que las coronas de los árboles pueden interceptar la humedad de la nube impulsada por el viento, parte de la cual gotea al suelo. Este goteo de niebla ocurre cuando las gotitas de agua de la niebla se adhieren a las agujas o hojas de árboles u otros objetos, se unen en gotas más grandes y luego caen al suelo. Puede ser una contribución importante al ciclo hidrológico. Debido al alto contenido de agua del suelo, a la reducción de la radiación solar ya las bajas tasas de descomposición y mineralización, la acidez del suelo es muy alta, con más humus y turba a menudo formando la capa superior del suelo. Stadtmüller (1987) distingue dos tipos generales de bosques nubosos tropicales montanos: (1) Áreas con una alta precipitación anual debido a una cubierta de nubes frecuente en combinación con lluvias orográficas fuertes ya veces persistentes; Tales bosques tienen estratos de dosel perceptibles, un alto número de epífitas y una capa de turba gruesa que tiene una alta capacidad de almacenamiento de agua y controla la escorrentía; (2) En las zonas más secas con lluvias principalmente estacionales, la remoción de nubes puede llegar a ser una gran proporción de la humedad disponible para las plantas.

Infliencia humana

Debido a su delicada dependencia de los climas locales, los bosques nubosos se verán fuertemente afectados por el cambio climático global. Los resultados muestran que el alcance de las áreas ambientalmente adecuadas para el bosque nuboso en México disminuirá drásticamente en los próximos 70 años. Una serie de modelos climáticos sugieren que la nubosidad a baja altitud se reducirá, lo que significa que el clima óptimo para muchos hábitats del bosque nuboso aumentará en altitud. Relacionado con la reducción de la inmersión en la humedad de la nube y el aumento de la temperatura, el ciclo hidrológico cambiará, por lo que el sistema se secará. Esto conduciría al marchitamiento ya la muerte de las epífitas, que dependen de la alta humedad. 

Se espera que las ranas y los lagartos sufran al aumentar la sequía. Los cálculos sugieren que la pérdida de bosque nublado en México conduciría a la extinción de hasta 37 vertebrados específicos de esa región. Además, los cambios climáticos pueden resultar en una mayor cantidad de huracanes, lo que puede aumentar el daño a los bosques de nubes montanas tropicales. En conjunto, los resultados del cambio climático serán una pérdida de biodiversidad, cambios de altitud en los rangos de especies y reordenamiento de comunidades y, en algunas áreas, pérdida completa de bosques nublados.

20. Metaecosistemas

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A parte de los biomas, existen otras agrupaciones meta-ecosistemicas, es decir, entidades que se definen agrupando ecosistemas semejantes, que pueden ser más grandes o más pequeñas de los biomas, la mayoría definidas más recientemente, pero otras, siendo más antiguas que los biomas definidos los libros de texto clásicos de ecología universitaria.

Ecotonos

Hemos discutido una gran variedad de ecosistemas terrestres y en la siguiente unidad discutiremos los acuáticos, con el tradicional problema de las categorías humanas, y es que los describimos como si fueran compartimentos estancos, asilados unos de otros, pero al interior de los paisajes, los ecosistemas forman un conjunto que se transforma de manera gradual y paulatina, integrándose unos a otros mediante unas fronteras poco definidas llamadas ecotonos. Incluso cuando existe una frontera clara, los animales que viven allí pueden pasar de un lugar a otro fácilmente en un continuo vital (Armand, 1992; Attrill & Rundle, 2002; Cieraad & McGlone, 2014)

Figura 20.1. Páramo, pradera y bosque con límites definidos.

Figura 20.2.  Aunque las fronteras parezcan claras, hay áreas de amortiguamiento donde interactúan los seres vivos de los dos ecosistemas.

Los ecotonos varían en tamaño, por ejemplo, las zonas de frontera de los cultivos que dan hacia los bosques. Otros ecotonos o pueden ser muy extensos y distribuidos de manera poco homogénea. Por ejemplo, en la gran frontera entre la tundra y el bosque boreal, el ecotono se manifiesta con la presencia de parches de bosque de coníferas, o por arboles dispersos en ciertos promontorios. Otros ecotonos son realmente grandes y pueden ser considerados como biomas en propio derecho, pero con más matices.

Otros ecotonos son más conspicuos y característicos, por ejemplo, la zona de intermareas, o los terrenos inundables de agua dulce y salda son ecotonos también. Los ecotonos presentan ciertos fenómenos de importancia, tanto en la ecología como en la taxonomía y la biología evolutiva por una razón importante, debido a que las condiciones de los ecotonos son intermedias, los seres vivos que viven allí pueden presentar adaptaciones para vivir en cualquiera de los biomas que generan esa frontera.

Los ecotonos o ecosistemas de frontera no son estáticos, al depender de las condiciones climáticas y al estar estas en constante cambio, los ecotonos pueden desplazarse hacia el interior de un ecosistema a expensas del otro. Un ejemplo de esto son los ecotonos entre los desiertos y las praderas tropicales semiáridas, en las que el ecotono ha avanzado a medida que el desierto se expande en los últimos 50 años.  Dada la extrema gradulidad generada por los ecotonos, los ecólogos han creado una nomenclatura que abarca grandes regiones, así como regiones medianas y pequeñas de distribución ecológica que, aun así, siguen siendo más grande que un ecosistema.

Bioregión

Una biorregión es un área ecológica y geográficamente definida que es más pequeña que una ecozona, pero más grande que una ecorregión o un ecosistema, en el esquema de clasificación del WWF. También hay un intento de utilizar el término en un sentido generalista menos generalizado, similar a los términos "área biogeográfica" o "unidad biogeográfica" (Alexander, 1990; Paasi, 2010; Parsons, 1985; Roseland, 1997)

Ecorregión

Las ecorregiones cubren áreas relativamente grandes de tierra o agua y contienen conjuntos característicos y geográficamente distintos de comunidades y especies naturales. La biodiversidad de flora, fauna y ecosistemas que caracterizan una ecorregión tiende a ser distinta de la de otras ecorregiones. 

Figura 20.3. Mapa de bioregiones.

En teoría, la biodiversidad o ecorregiones de conservación son áreas relativamente grandes de tierra o agua donde la probabilidad de encontrar diferentes especies y comunidades en cualquier punto dado permanece relativamente constante, dentro de un rango aceptable de variación (ampliamente indefinido en este punto). 

Figura 20.4. Mapa de ecoregiones.

Tres advertencias son apropiadas para todos los enfoques de mapeo bio-geográfico. En primer lugar, ningún marco biogeográfico único es óptimo para todos los taxones. Las ecoregiones reflejan el mejor compromiso para el mayor número posible de taxones. En segundo lugar, las fronteras de la ecorregión rara vez forman bordes abruptos; Más bien, los ecotonos y los hábitats de mosaico los atan. En tercer lugar, la mayoría de las ecorregiones contienen hábitats que difieren de su bioma asignado. Las provincias biogeográficas pueden originarse debido a diversas barreras. Algunos físicos (tectónica de placas, máximos topográficos), algunos climáticos (variación latitudinal, rango estacional) y algunos químicos relacionados con el océano (salinidad, niveles de oxígeno) (Allen-Gil, Gilroy, & Curtis, 1995; Chapin, 2004; Naiman et al., 2002; Omernik, 2004; Teixeira et al., 2001)

Una ecorregión es un "patrón recurrente de ecosistemas asociados con combinaciones características de suelo y forma de relieve que caracterizan a esa región". Omernik (2004), desarrolla esto definiendo las ecorregiones como: "áreas dentro de las cuales hay coincidencia espacial en características geográficas Fenómenos asociados a diferencias en la calidad, la salud y la integridad de los ecosistemas”." Características de los fenómenos geográficos "pueden incluir la geología, la fisiografía, la vegetación, el clima, la hidrología, la fauna terrestre y acuática y los suelos y pueden o no incluir Los impactos de la actividad humana (por ejemplo, patrones de uso de la tierra, cambios en la vegetación). Existe una correlación espacial significativa, pero no absoluta, entre estas características, haciendo de la delimitación de las ecorregiones una ciencia imperfecta. Otra complicación es que las condiciones ambientales a través de un límite de ecorregión pueden cambiar muy gradualmente. La transición entre la pradera y el bosque en el medio oeste de los Estados Unidos, lo que dificulta la identificación de un límite divisor exacto. Tales zonas de transición se llaman ecotonos.

El uso del término ecorregión es una consecuencia de un aumento de interés en los ecosistemas y su funcionamiento. En particular, hay conciencia de las cuestiones relativas a la escala espacial en el estudio y la gestión de los paisajes. Es ampliamente reconocido que los ecosistemas interrelacionados se combinan para formar un todo que es "mayor que la suma de sus partes". Hay muchos intentos de responder a los ecosistemas de manera integrada para lograr paisajes "multifuncionales", y varios grupos de interés de los investigadores agrícolas a los conservacionistas están utilizando la "ecorregión" como una unidad de análisis. El "Global 200" es la lista de ecorregiones identificadas por WWF como prioridades para la conservación. Movimientos basados en la ecología como el biorregionalismo sostienen que las ecorregiones, en lugar de límites políticos definidos arbitrariamente, proporcionan una base mejor para la formación y gobernanza de las comunidades humanas y han propuesto ecorregiones y cuencas hidrográficas como base para iniciativas de democracia biorregional (Olson & Dinerstein, 1998, 2002; Olson et al., 2000)

Ecozona

La madre de toda distribución biogeográfica es la ecozona, y es gracioso porque no es tan famosa como el bioma. Las ecozonas son realmente grandes, ya que agrupan casi a los propios continentes “el paleártico es el más absurdo de todos agrupando casi toda Eurasia”. Las ecozonas fueron definidas en el siglo XIX por el codescubridor de la Selección Natural, Alfred Russel Wallace, aunque el concepto fue definido originalmente como regiones zoogeográficas (McKinney, 1966; Procheş, 2005; Rueda, Rodríguez, & Hawkins, 2013; Schmidt, 1954)

Figura 20.5. Mapa de ecozonas.

Un reino biogeográfico o ecozona es la división biogeográfica más amplia de la superficie terrestre de la Tierra, basada en patrones distributivos de organismos terrestres. Se subdividen en ecorregiones, que se clasifican en biomas o tipos de hábitat (Olson et al., 2001; Schultz, 2005; Udvardy & Udvardy, 1975)

Los reinos delimitan grandes áreas de la superficie de la Tierra dentro de las cuales los organismos han estado evolucionando en relativo aislamiento durante largos períodos de tiempo, separados entre sí por rasgos geográficos, como los océanos, los desiertos o las altas montañas que constituyen barreras a la migración. Como tal, las designaciones de los reinos biogeográficos se usan para indicar agrupaciones generales de organismos basadas en su biogeografía compartida. Los reinos biogeográficos corresponden a los reinos florísticos de la botánica o regiones zoogeográficas de la zoología. Los reinos biogeográficos se caracterizan por la historia evolutiva de los organismos que contienen. Son distintos de los biomas, también conocidos como tipos de hábitats principales, que son divisiones de la superficie de la Tierra basadas en la forma de vida, o la adaptación de animales, hongos, microorganismos y plantas a las condiciones climáticas, del suelo y de otras condiciones. Los biomas se caracterizan por una vegetación climax similar. Cada reino puede incluir una serie de diferentes biomas. Un bosque húmedo tropical en América Central, por ejemplo, puede ser similar a uno en Nueva Guinea en su tipo de vegetación y estructura, clima, suelos, etc., pero estos bosques están habitados por animales, hongos, microorganismos y plantas con Muy diferentes historias evolutivas. Los patrones de distribución de los organismos vivos en los reinos biogeográficos del mundo fueron moldeados por el proceso de la tectónica de placas, que ha redistribuido las masas terrestres del mundo sobre la historia geológica.

Si emplearamos las palabras de la taxonomía, los biomas serían entidades fenéticas y polifiléticas, construidas porque parecen semejantes aun cuando poseen orígenes evolutivos diferentes; mientras que las ecozonas son filogenéticas y monofiléticas, y se construyen en tanto poseen un pasado evolutivo y geológico muy concreto.

Gaya

La conjunción de todos los biomas terrestres y los ecosistemas acuáticos conforma lo que se denomina esfera de la vida o biosfera. La biosfera es la capa del planeta Tierra capaz de sustentar vida. Al igual que sucede con todas las especies al interior de una comunidad, todos los ecosistemas de la biosfera se encuentran vinculadas con relaciones extremadamente complejas. Lo que sucede en la tundra ártica puede afectar al resto del planeta. Un ejemplo es que en el permafrost de la tundra ártica se encuentra almacenado grandes cantidades de metano, un gas de invernadero más poderoso que el dióxido de carbono. El calentamiento global trae consigo el derretimiento del permafrost y por lo cual la liberación de grandes cantidades de metano. Lo anterior genera un círculo vicioso que acelera el efecto de invernadero del planeta. Las selvas húmedas tropicales sirven como los pulmones del planeta, generando grandes cantidades de oxígeno, los terrenos inundables por otro lado sirven como los riñones del planeta filtrando componentes que podrían eutrofizar cuerpos de agua e inclusive las mismas costas del océano. 

Debido a que todos los ecosistemas conforman un todo integrado y autorregulado algunos autores han propuesto la hipótesis de Gaya (Adams & Morelan, 1995; Forman, 1990; Huggett, 2009; Scott, 2009). El punto de la hipótesis de Gaya no es la interacción entre los ecosistemas del planeta, aspecto que es evidente en sí mismo, sino el punto de que la biosfera funciona como un gran supeorganismo que está vivo y busca mantenerse como tal. Gaya modifica los ambientes del planeta para desarrollarse y prosperar. Muchos otros autores han criticado debido a que se propondría que el planeta tuviera una superconciencia o algo parecido, además de que la biosfera no cumple con las condiciones biológicas de una especie “aunque en mi opinión tales reparos son irrelevantes”. En lo personal es posible aceptar la hipótesis de Gaya en base al principio de Le Chatelier “Un sistema en equilibrio tienen a responder ante los estímulos para mantener el equilibrio”. Una vez establecido un sistema ecológico este se mantiene y responde solo cuando algo rompe el equilibrio, no como si existiera una supermente que lo planea todo, sino por las mismas fuerzas de la química y la física que mantienen el equilibrio de sustancias en un vaso de agua.

Actualmente la mayor amenaza para muchos ecosistemas del planeta es la especie humana. La capacidad de los humanos de adaptar el ambiente a sus necesidades ha conllevado a la desaparición casi absoluta de varios tipos de ecosistemas, como le ha ocurrido a las praderas templadas de América del Norte. El problema con nosotros es que somos un estímulo en crecimiento sostenido, somos una Hidra de Lerna (De Duve & Pizano, 1995), acabar con una población no afecta al resto de la especie que sigue prosperando. El consumo creciente de recursos en un ambiente limitado, y en donde la avaricia, la falta de juicio o la locura de gobernantes y gobernados hace que los recursos sean aprovechados de manera poco eficiente. En mi opinión la solución, solo puede acercarse por dos rutas, la primera seria encontrar una manera de controlar nuestra población de manera racional, de forma tal que la tasa de natalidad, de envejecimiento y de muerte se equiparen, o simplemente tendremos que poner nuestros ojos de manera seria en el espacio.

Los demás planetas no tienen seres vivos, las operaciones de minería e industria no tendrían problemas ecológicos ante los cuales tener que responder. Los planetas gaseosos tienen el potencial de servir como fuentes de energía infinita. Metales raros en el planeta y con utilidad industrial son fáciles de encontrar en asteroides. Puede ser un sueño, pero si los humanos en lugar de destruir la vida lográramos hacer que esta colonizara otros mundos, podríamos encontrar una razón de ser para nuestra existencia como especie.

21. Ecozonas o reinos biogeográficos

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A finales de la era de la exploración, a medida que gran parte de los continentes   eran explorados, y su biodiversidad más visible era documentada hacia las metrópolis imperiales como París, o Londres. Los historiadores naturales “futuros biólogos” observaron que el mundo podía ser dividido en bloques continentales de vegetación relativamente homogénea, como los bosques, las praderas los desiertos y que estos tipos de vegetación correspondían a ciertos tipos de clima. La relación entre la fauna, la distribución geográfica y el clima no fue estimada sino hasta finales de la era de la exploración cerca de 1876 por uno de los coautores de la primera teoría de la evolución Alfred Russel Wallace. Wallace dividió al planeta en 6 enormes reinos, el neártico, el paleoártico, el etíope, el oriental “sudeste asiático” y el australiano.

Una barrera separa de manera efectiva las regiones biogeográficas de las otras, manteniendo la distinguibilidad de los animales de cada región. Muchos biólogos adoptaron rápidamente esta clasificación propuesta por Wallace, la cual aún se considera válida actualmente. La influencia humana se ha caracterizado por la introducción de animales fuera de sus territorios biogeográficos (McKinney, 1966; Procheş, 2005; Rueda et al., 2013; Schmidt, 1954)

¿Por qué no hay leones en los llanos colombianos y venezolanos?

Uno de los axiomas principales de la biogeografía proviene de la evolución y del principio de aleatoriedad. Dado que las especies depende de la variación aleatoria para generarse, la probabilidad de que la misma especie emerja de manera independiente en dos momentos del tiempo es cercana a cero, aun cuando dos especies puedan evolucionar a formas similares, seguirán siendo especies diferentes asiladas reproductivamente. 

Figura 21.1. Los jaguares y los leopardos son ejemplos de especies convergentes en la naturaleza, lo que significa que se parecen debido a sus funciones ecológicas similares, pero no son perfectamente iguales. Ambos son grandes felinos depredadores que habitan en diferentes partes del mundo: los jaguares en América y los leopardos en África y Asia. Esta similitud se debe a la evolución adaptativa a sus entornos y a sus necesidades para cazar presas en hábitats similares, como bosques, selvas y sabanas. Aunque ambos tienen un cuerpo ágil y musculoso, con manchas que les proporcionan camuflaje en su entorno, hay diferencias en su apariencia física y comportamiento que los distinguen. Estas diferencias, junto con su asombrosa semejanza, son un testimonio de la diversidad y la complejidad de la vida en nuestro planeta.

Dado entonces que una especie solo puede evolucionar una sola vez, el lugar donde la especie nace se denomina centro de origen. El centro de origen no es un solo lugar, sino la región donde se distribuye la población de la cual la nueva especie se originó. Se debe recordar que la formación de nuevas especies ocurre al nivel de las poblaciones, con cientos de miles de individuos aportando un grano de arena a la separación de la especie ancestral.

Una nueva especie que sea exitosa se dispersa hasta que encuentra una barrera que le impide su avance, la cual puede ser física como una montaña, o de condiciones ecológicas que están más allá de su límite de tolerancia como poca disponibilidad de agua, salinización de los cuerpos de agua, climas calientes, climas fríos, competidores mejor adaptados entre otros. La mayoría de los animales y las plantas poseen unas distribuciones geográficas características. Algunas especies viven en regiones geográficas muy específicas, aisladas del resto, a estas especies se las denomina especies endémicas, como los demonios de Tazmania. Otras especies se encuentran distribuidas en una amplia variedad de hábitats de biomas diferentes, a estas especies se las denomina cosmopolitas.

El estudio de la biogeografía comenzó con la era de la exploración por parte de los Historiadores Naturales como José Celestino Mutis.  Cuando los exploradores se sentaron en sus metrópolis a analizar la información obtenida en sus fantásticos viajes se dieron cuenta de un hecho bastante peculiar, algunas especies tenían el potencial se sobrevivir en otras zonas geográficas con condiciones medioambientales similares al de su rango de distribución normal. Por ejemplo, los gorilas, chimpancés elefantes, leones, antílopes tienen el potencial de sobrevivir en ciertas zonas de América del Sur con condiciones semejantes a las de la sabana africana como por ejemplo los llanos ubicados entre Colombia y Venezuela. 

Sin embargo, los animales y vegetales de las selvas húmedas tropicales y de las sabanas tropicales de África no pueden extenderse a América del sur debido al océano Atlántico que sirve como una barrera geográfica. La razón de esto es evolutiva, condiciones semejantes crean formas semejantes "evolución convergente" pero no exactamente iguales debido a que la evolución también es un proceso aleatorio, la selección natural filtra formas útiles que son semejantes, pero no idénticas.

Reino del neartico

El reino de los Neártico cubre la mayor parte de Norteamérica, incluyendo Groenlandia, Florida central, y las tierras altas de México. Las partes de América del Norte que no están en el reino de los Neárticos son el este de México, el sur de la Florida, América Central y las islas del Caribe que forman parte del reino neotropical, junto con América del Sur. 

Aunque América del Norte y América del Sur están unidas por el Istmo de Panamá, estos continentes fueron separados por cerca de 180 millones de años y desarrollaron linajes de plantas y animales muy diferentes. Cuando el antiguo supercontinente de Pangea se dividió en dos hace unos 180 millones de años, América del Norte permaneció unida a Eurasia como parte del supercontinente de Laurasia, mientras que Sudamérica era parte del supercontinente de Gondwana. América del Norte se separó más tarde de Eurasia. América del Norte se ha unido por puentes terrestres a Asia y América del Sur desde entonces, lo que permitió un intercambio de especies vegetales y animales entre los continentes, el Gran Intercambio Americano. 

Figura 21.2. Paleofauna neártica.

Un antiguo puente terrestre a través del estrecho de Bering entre Asia y América del Norte permitió que muchas plantas y animales se movieran entre estos continentes, y el reino neártico comparte muchas plantas y animales con el Paleártico. Los dos reinos se incluyen a veces en un solo reino Holarctic. Muchos animales grandes, o megafauna, incluyendo caballos, camellos, mamuts, mastodontes, perezosos, gatos de dientes de sable (Smilodon), el oso gigante de cara corta (Arctodus simus) y el guepardo, se extinguieron en Norteamérica al final De la época del Pleistoceno (edades glaciales), al mismo tiempo apareció la primera evidencia de seres humanos, en lo que se llama el evento de extinción del Holoceno. 

Figura 21.3. Fauna del neártico.

Anteriormente, se creía que las extinciones megafaunales habían sido causadas por el cambio climático, pero muchos científicos creen ahora, mientras que el cambio climático contribuyó a estas extinciones, la causa principal fue la caza de los recién llegados humanos o, en el caso de algunos grandes depredadores, La extinción resultante de la presa que se hace escasa. El bisonte americano (Bison bison), el oso pardo o el oso pardo (Ursus arctos), el alce o alce eurasiático (Alces alces) y el alce o wapiti (Cervus canadensis) entraron en América del Norte al mismo tiempo que los primeros humanos y se expandieron rápidamente. Llenando nichos ecológicos dejados vacíos por la recién extinta megafauna norteamericana (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975)

Reino del paleartico

El Paleartico o Palaearctico es el más grande de los ocho reinos biogeográficos que constituyen la superficie de la tierra. Se compone de Europa, Asia al norte de las estribaciones de los Himalayas, África del Norte, y la parte norte y central de la Península Arábiga. 

Figura 21.4. Es la zona más antigua registrada por la ciencia.

El reino paléarctico comprende las ecorregiones terrestres más pequeñas de la región euro-siberiana; La cuenca mediterránea; El Sáhara y los Desiertos Arabes; Y Asia occidental, central y del este. El reino palearáctico también tiene numerosos ríos y lagos, formando varias ecorregiones de agua dulce. Algunos de los ríos fueron la fuente de agua para las primeras civilizaciones registradas que utilizaron métodos de riego.

Figura 21.5. Los cánidos son los principales depredadores superiores en esta zona.

Ambo territorios neartico y paleartico están estrechamente relacionados, mucho más que cualquier otra región entre sí, ni siquiera la región etíope y el neotrópico son tan similares entre sí. Esta similitud se debe a que, durante las edades del hielo, el estrecho de Bering entre Alaska y Siberia se convierte en un puente de hielo solido por donde los animales de un territorio podían invadir los del otro, haciendo que la fauna de ambos sea relativamente homogénea. La última glaciación ocurrió hace 10 000 años, la cual permitió que varios animales invadieran los continentes, como por ejemplo los caballos que evolucionaron en América del norte y se expandieron a Asia(Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975) 

Reino del Afrotrópico

El reino afrotropical es uno de los ocho reinos biogeográficos de la Tierra. Incluye África al sur del desierto del Sahara, las franjas meridional y oriental de la Península Arábiga, la isla de Madagascar, el sur de Irán y el extremo suroeste de Pakistán, y las islas del Océano Índico occidental. Anteriormente se conocía como la Zona Etíope o la Región de Etiopía.

Figura 21.6. Región afrotropical.

El reino Afrotropical es el hogar de un número de familias de plantas endémicas. Madagascar y las islas del Océano Índico son el hogar de diez familias endémicas de plantas con flores; Ocho son endémicas de Madagascar (Asteropeiaceae, Didymelaceae, Didiereaceae, Kaliphoraceae, Melanophyllaceae, Physenaceae, Sarcolaenaceae y Sphaerosepalaceae), una de Seychelles (Mesdusagynaceae) y una de las Islas de Mascarene (Psiloxylaceae). Doce familias de plantas son endémicas o casi endémicas de Sudáfrica (incluyendo Curtisiaceae, Heteropyxidaceae, Penaeaceae, Psiloxylaceae y Rhynchocalycaceae) de las cuales cinco son endémicas de la provincia florística del Cabo (incluyendo Grubbiaceae). Otras familias afrotrópicas endémicas incluyen Barbeyaceae, Montiniaceae, Myrothamnaceae y Oliniaceae.

Los Grandes Lagos de África Oriental (Victoria, Malawi y Tanganyika) son el centro de la biodiversidad de muchos peces de agua dulce, especialmente cíclidos (que albergan más de dos tercios de las 2.000 especies estimadas en la familia). 

La región de los ríos costeros de África Occidental cubre sólo una fracción de África Occidental, pero alberga 322 especies de peces del África Occidental, con 247 restringidos a esta zona y 129 restringidos incluso a rangos más pequeños. La fauna central de los ríos comprende 194 especies de peces, con 119 endémicas y sólo 33 restringidas a pequeñas áreas. 

Figura 21.7. Los cíclidos de los grandes largos africanos descendieron de una sola especie marina.

El afrotropico tiene varias familias endémicas del pájaros, incluyendo avestruces (Struthionidae), pajaos del Sol, pájaro secretario (Sagittariidae), pájaros de Guinea (Numididae), y cólidos (Coliidae). Además, varias familias de paseriformes se limitan a los Afrotropics; Éstos incluyen los saltadores de roca (Chaetopidae) y el rockfowl (Picathartidae). 

Figura 21.8. La fauna africana.

África tiene tres órdenes endémicos de mamíferos, el Tubulidentata (aardvarks), Afrosoricida (tenrecs y lunares de oro), y Macroscelidea (musarañas de elefante). Las llanuras de África oriental son bien conocidas por su diversidad de mamíferos grandes. Cuatro especies de Grandes Simios (Hominidae) son endémicas de África: ambas especies de gorila (gorila occidental, Gorila gorila y gorila oriental, Gorilla beringei) y ambas especies de chimpancé (chimpancé común, Pan troglodytes, y bonobo, Pan paniscus). Los seres humanos y sus antepasados se originaron en África (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975).

Reino indomalayo

Se extiende desde Afganistán a través del subcontinente indio y el sudeste de Asia hasta las tierras bajas del sur de China, y hasta Indonesia, hasta Java, Bali y Borneo, al este de la cual se encuentra la línea de Wallace, el límite del reino llamado así Alfred Russel Wallace que separa Indomalaya de Australasia. Indomalaya también incluye las Filipinas, las tierras bajas de Taiwán y las islas Ryukyu de Japón. 

Figura 21.9. Reino indomalayo.

La mayor parte de Indomalaya estaba originalmente cubierta por bosque, en su mayoría bosques de hoja ancha húmeda tropicales y subtropicales, con bosques tropicales y subtropicales de hoja ancha seca predominante en gran parte de la India y partes del sudeste asiático. Los bosques tropicales húmedos de Indomalaya están dominados en su mayoría por árboles de la familia de los dipterocarpios (Dipterocarpaceae). 

Figura 21.10. Fauna indo-malaya.

La flora de Indomalaya mezcla elementos de los supercontinents antiguos de Laurasia y de Gondwana. Los elementos de Gondwanian primero fueron introducidos por la India, que separó de Gondwana aproximadamente 90 MYA, llevando su Gondwana-derivó la flora y la fauna hacia el norte, que incluyó peces cíclidos y las familias de la planta floreciente Crypteroniaceae yposiblemente Dipterocarpaceae

India chocó con Asia 30-45 MYA, e intercambiaron especies. Más tarde, a medida que Australia-Nueva Guinea se desplazaba hacia el norte, la colisión de las placas australianas y asiáticas empujó hacia arriba las islas de Wallacea, que estaban separadas unas de otras por estrechos estrechos, permitiendo un intercambio botánico entre Indomalaya y Australasia. La flora de la selva tropical asiática, incluyendo los dipterocarpios, saltó de Islandia a través de Wallacea a Nueva Guinea, y varias familias de plantas gondwanesas, incluyendo podocarpios y araucarias, se desplazaron hacia el oeste de Australia-Nueva Guinea hacia el oeste de Malesia y el sudeste asiático (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975).

Reino australiano o australasiano

El reino australasiano es un reino biogeográfico que es coincidente, pero no sinónimo (por algunas definiciones), con la región geográfica de Australasia. El reino incluye a Australia, la isla de Nueva Guinea (incluida Papua Nueva Guinea y la provincia indonesia de Papua), y la parte oriental del archipiélago indonesio, incluida la isla de Sulawesi, las islas Molucas (las provincias indonesias de Maluku y North Maluku) Y las islas de Lombok, Sumbawa, Sumba, Flores y Timor, a menudo conocidas como Sundas Menores. El reino Australasiano también incluye varios grupos de la isla del Pacífico, incluyendo el archipiélago de Bismarck, Vanuatu, las islas de Solomon, y Nueva Caledonia. Nueva Zelanda y sus islas circundantes son una sub-región distintiva del reino Australasian. El resto de Indonesia es parte del reino indomalayo. 

Figura 21.11. Reino australasio.

Desde una perspectiva ecológica, el reino australasiano es una región distinta con una historia geológica y evolutiva común y un gran número de plantas y animales únicos. En este contexto, la Australasia se limita a Australia, Nueva Guinea, Nueva Zelanda, Nueva Caledonia y las islas vecinas, incluidas las islas indonesias de Lombok y Sulawesi hacia el este. La línea divisoria biológica del reino Indomalayan del Asia tropical es la línea de Wallace: Borneo y Bali mienten en el lado occidental, asiático.

Figura 21.12. El último reino de los marsupiales.

Australia, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia son fragmentos del antiguo supercontinente Gondwana, cuyas marcas son aún visibles en la Provincia de la Cumbre del Mar de la Isla de Navidad y otras entidades geofísicas. Estas tres masas de tierra han sido separadas de otros continentes, y de unos a otros, durante decenas de millones de años. Toda Australasia comparte la flora antártica, aunque las islas tropicales del norte también comparten muchas plantas con Asia Sur-Oriental.

Australia, Nueva Guinea y Tasmania están separadas entre sí por estanterías continentales poco profundas, y se unieron cuando el nivel del mar era menor durante las edades glaciales. Comparten una fauna similar que incluye mamíferos marsupiales y monotreme y aves ratites. Los eucaliptos son los árboles predominantes en gran parte de Australia y Nueva Guinea. Nueva Zelandia no tiene mamíferos terrestres nativos, sino también aves de ratita, incluyendo el kiwi y el moa. El reino Australasian incluye algunos grupos isleños cercanos, como Wallacea, el archipiélago de Bismarck, islas de Solomon, y Vanuatu, que no eran parte anterior de Gondwana, pero que comparten muchas plantas y animales característicos con Australasia.

Tenga en cuenta que esta zonificación se basa en la flora; Los animales no necesariamente siguen los mismos límites biogeográficos. En el presente caso, muchas aves se encuentran en regiones tanto "indomalayanas" como "australasianas", pero no en el conjunto de las dos. Por otro lado, hay pocas similitudes faunísticas compartidas sólo por Australia y Nueva Zelanda, excepto algunas aves. Mientras tanto, Australia, Melanesia y Wallacea están unidos por una gran parte de animales similares, pero pocos de éstos ocurren más lejos en el Pacífico. Por otra parte, gran parte de la fauna polinesia está relacionada con la de Melanesia (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975).

Reino antártico

Es una región polar, específicamente la región alrededor del Polo Sur de la Tierra, frente a la región ártica alrededor del Polo Norte. La Antártida comprende en sentido estricto el continente de la Antártida y los territorios insulares situados en la Placa Antártica. En un sentido más amplio, la región antártica incluye las plataformas de hielo, las aguas y los territorios insulares en el Océano Austral situado al sur de la Convergencia Antártica, una zona de aproximadamente 32 a 48 km de ancho que varía en latitud estacionalmente. La región abarca un 20% del hemisferio sur, de los cuales el 5,5% (14 millones de km2) es la superficie del continente antártico. Todas las plataformas terrestres y de hielo situadas al sur de la latitud 60 ° S se administran bajo el Sistema del Tratado Antártico. En un sentido biogeográfico, la ecozona antártica es una de las ocho ecozonas de la superficie terrestre de la Tierra.

Figura 21.13. Reino antártico.

La parte marítima de la región constituye el ámbito de aplicación del Convenio Internacional para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), donde por razones técnicas el Convenio utiliza una aproximación de la Línea de Convergencia mediante una línea que une puntos específicos a lo largo de paralelos De latitud y meridianos de longitud. La aplicación de la Convención se gestiona a través de una Comisión internacional con sede en Hobart, Australia, mediante un eficiente sistema de cuotas anuales de pesca, licencias e inspectores internacionales en los buques pesqueros, así como la vigilancia por satélite. La mayor parte de la región antártica está situada al sur de la latitud paralela 60 ° S, y se rige de acuerdo con el régimen jurídico internacional del Sistema del Tratado Antártico. La zona del Tratado abarca el continente y sus islas inmediatamente adyacentes, así como los archipiélagos de las Islas Orcadas del Sur, las Islas Shetland del Sur, la Isla Peter I, la Isla Scott y las Islas Balleny. Las islas situadas entre la latitud 60 ° S paralela al sur y la Convergencia Antártica al norte, y sus respectivas Zonas Económicas Exclusivas de 200 millas náuticas (370 km) caen bajo la jurisdicción nacional de los países que las poseen: Georgia del Sur y Las islas Sandwich del Sur (Reino Unido, también un territorio ultramar de la UE), la isla Bouvet (Noruega) y las islas Heard y McDonald (Australia). Las islas Kerguelen (Francia, también un territorio ultramar de la UE) están situadas en la zona de convergencia antártica, mientras que las islas Malvinas, la isla de los Estados, la isla de Hornos con el Cabo de Hornos, las islas Diego Ramírez, Campbell, Macquarie, Amsterdam y Saint Paul , Las islas Crozet, las Islas Príncipe Eduardo y la isla Gough y el grupo Tristan da Cunha permanecen al norte de la convergencia y, por lo tanto, están fuera de la región antártica (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975).

Reino neotropical

En la biogeografía, el reino neotrópico o neotropical es uno de los ocho reinos terrestres. Este reino incluye América del Sur y Central, y en América del Norte las tierras bajas del sur de México, las islas del Caribe y el sur de la Florida, porque estas regiones comparten un gran número de grupos de plantas y animales. El reino también incluye Sudamérica meridional templada. En contraste, el reino florístico neotropical excluye la suramericana más meridional, que se coloca en el reino antártico. El Neotrópico está delimitado por similitudes en fauna o flora. Su fauna y flora se distinguen del neártico (que incluye la mayor parte de Norteamérica) debido a la larga separación de los dos continentes. La formación del istmo de Panamá se unió a los dos continentes hace dos o tres millones de años, precipitando el Gran Intercambio Americano, un evento biogeográfico importante.

Figura 21.14. Reino neotropical.

El neotrópico incluye bosques pluviales húmedos tropicales y subtropicales más extensos que cualquier otro reino, extendiéndose desde el sur de México a través de América Central y el norte de América del Sur hasta el sur de Brasil, incluyendo la vasta selva amazónica. Estas ecorregiones de bosque lluvioso son una de las reservas más importantes de biodiversidad en la Tierra. Estas selvas tropicales son también el hogar de una diversa gama de pueblos indígenas, que en diferentes grados persisten en sus culturas autónomas y tradicionales y la subsistencia dentro de este ambiente. Sin embargo, el número de estos pueblos que aún no han sido relativamente afectados por influencias externas continúa disminuyendo de manera significativa, junto con la expansión casi exponencial de la urbanización, las carreteras, el pastoreo y las industrias forestales que invaden sus tierras y medio ambiente consuetudinarios. Sin embargo, en medio de estas circunstancias en declive este vasto "reservorio" de la diversidad humana continúa sobreviviendo, aunque muy agotado. Sólo en América del Sur, unas 350-400 lenguas y dialectos indígenas siguen viviendo (aproximadamente 1.500 en el momento del primer contacto europeo), en unas 37 familias lingüísticas distintas y en un número adicional de lenguas no clasificadas y aisladas. Muchas de estas lenguas y sus culturas también están en peligro. Por consiguiente, la conservación en el reino neotropical es una preocupación política candente y plantea muchos argumentos sobre el desarrollo frente a los derechos indígenas frente a los ecológicos y el acceso o la propiedad de los recursos naturales.

Figura 21.15. Fauna neotropical.

Sudamérica fue originalmente parte del supercontinente de Gondwana, que incluía África, Australia, India, Nueva Zelanda y la Antártida, y el Neotrópico comparte muchos linajes vegetales y animales con estos otros continentes, incluyendo los mamíferos marsupiales y la flora antártica.

Después de la desintegración final de Gondwana hace unos 110 millones de años, Sudamérica se separó de África y se desplazó hacia el norte y el oeste. Mucho más tarde, hace unos dos o tres millones de años, América del Sur se unió a América del Norte por la formación del istmo de Panamá, lo que permitió un intercambio biótico entre los dos continentes, el Gran Intercambio Americano. Las especies sudamericanas como los antecesores de la zarigüeya de Virginia (Didelphis virginiana) y el armadillo se trasladaron a Norteamérica, y los norteamericanos como los antepasados de los camélidos sudamericanos, incluyendo la llama (Lama glama), se desplazaron hacia el sur. El efecto a largo plazo del intercambio fue la extinción de muchas especies sudamericanas, sobre todo por la competencia de especies del norte (Holt et al., 2013; Kreft & Jetz, 2010; Udvardy & Udvardy, 1975).

22. Las islas

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Las islas, con su aislamiento geográfico y características únicas, han capturado la fascinación de los científicos y exploradores durante siglos. Estos pequeños fragmentos de tierra rodeados de agua representan laboratorios naturales ideales para estudiar la evolución, la ecología y la biología de organismos que han enfrentado desafíos y adaptaciones únicas en su lucha por sobrevivir. A través de este texto, exploraremos la biología de las islas, examinando la diversidad de especies, los procesos de colonización, las interacciones ecológicas y los patrones evolutivos que han dado forma a estos ecosistemas insulares. Además, analizaremos el papel crucial que desempeñan las islas en la conservación de la biodiversidad y en la comprensión de los procesos biológicos a nivel global. A lo largo de este estudio, descubriremos el increíble mundo biológico que habita en estos tesoros naturales y su importancia para la comprensión de la vida en nuestro planeta .

Clima de las islas

El clima de las islas es un tema fascinante y complejo que está influenciado por varios factores, incluyendo la latitud, la ubicación geográfica, la interacción con los océanos y la distancia del continente. A medida que nos adentramos en el estudio del clima insular, podemos observar notables diferencias entre las regiones tropicales, templadas y polares, así como entre las diferentes cuencas oceánicas y la proximidad al continente.

Tropicales

Las islas tropicales se encuentran en latitudes bajas cercanas al ecuador, donde el clima es caracterizado por ser cálido y húmedo durante todo el año. Estas islas experimentan altas temperaturas promedio debido a la intensa radiación solar en esta región. La variación estacional es mínima, lo que significa que las temperaturas se mantienen relativamente constantes a lo largo del año.

Además, las islas tropicales suelen recibir una alta cantidad de precipitación, lo que contribuye a la formación de exuberantes bosques tropicales y una gran diversidad de flora y fauna. Los altos niveles de humedad y las abundantes precipitaciones permiten el desarrollo de una vegetación exuberante, incluyendo palmeras, selvas tropicales y manglares. Esta vegetación a su vez proporciona hábitats ideales para una gran variedad de especies, desde insectos coloridos hasta aves exóticas y mamíferos como monos y felinos.

Figura 22.1. La isla de San Andrés, ubicada en el Mar Caribe, es un paraíso tropical que cautiva a sus visitantes con sus aguas cristalinas y playas de arena blanca. Forma parte de un archipiélago colombiano que incluye a las islas de Providencia y Santa Catalina. Con su clima cálido y agradable, la isla de San Andrés ofrece una gran variedad de actividades acuáticas, como buceo, snorkel y navegación. Sus arrecifes de coral son reconocidos a nivel mundial por su biodiversidad marina. Además, la isla cuenta con una rica cultura mestiza, resultado de la mezcla de influencias indígenas, africanas e inglesas. Sus habitantes son amables y acogedores, lo que hace de San Andrés un destino turístico único en Colombia.

En contraste, una línea costera continental de la misma latitud puede experimentar diferencias significativas en su clima. Aunque también puede haber altas temperaturas, la variación estacional puede ser más pronunciada en comparación con las islas tropicales. Las influencias continentales, como la presencia de montañas o sistemas de vientos dominantes, pueden modificar los patrones climáticos y crear mayores contrastes entre las estaciones.

Además, la proximidad al continente puede tener un impacto en la cantidad de precipitación que recibe una línea costera continental. Dependiendo de la ubicación geográfica y los sistemas de vientos predominantes, algunas áreas costeras pueden experimentar una mayor variabilidad en la precipitación a lo largo del año. Esto puede afectar la vegetación y la biodiversidad de la región, ya que ciertas especies pueden estar adaptadas a períodos de sequía o a estaciones lluviosas más definidas.

Templadas

En contraste, las islas templadas experimentan estaciones más marcadas y una mayor variabilidad climática en comparación con las líneas costeras continentales de la misma latitud. Estas islas, situadas en latitudes medias, experimentan cambios estacionales significativos a lo largo del año. Los inviernos suelen ser más fríos, con temperaturas más bajas y, en algunos casos, la posibilidad de nevadas, mientras que los veranos pueden ser más cálidos, con temperaturas más altas. 

Figura 22.2. Rodas es una cautivadora isla situada en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa suroeste de Turquía. Con su clima templado y paisajes impresionantes, es un destino popular para los amantes de la naturaleza y la historia. Sus playas de aguas cristalinas y arenas doradas invitan a relajarse y disfrutar del sol, mientras que su casco antiguo medieval, declarado Patrimonio de la Humanidad, cautiva con sus calles empedradas y su arquitectura histórica. Además, la isla alberga una rica biodiversidad, con bosques de pinos y olivos, y es hogar de aves migratorias. Rodas ofrece una combinación única de belleza natural y legado cultural que atrae a viajeros de todo el mundo.

Esta variación estacional en el clima tiene un impacto en la vegetación y la biodiversidad de estas islas templadas, que se adaptan a los cambios estacionales en términos de crecimiento, reproducción y supervivencia. En contraste, las líneas costeras continentales en la misma latitud pueden tener una mayor estabilidad climática debido a la influencia de la masa terrestre circundante, lo que resulta en una menor variación estacional y condiciones más constantes. Esto puede afectar la distribución de especies y la dinámica de los ecosistemas en las islas en comparación con las líneas costeras continentales de la misma latitud.

Polares

Las islas polares, como las encontradas en el Ártico y la Antártida, presentan un clima riguroso y extremo. Las temperaturas son extremadamente frías, con promedios que pueden llegar muy por debajo de cero grados Celsius. Además, estas islas experimentan largos períodos de oscuridad durante el invierno, lo que limita aún más la presencia de luz solar y afecta el ciclo de vida de las especies. 

Figura 22.3. La isla de Vaigach, ubicada en el Mar de Kara al norte de Rusia, es un lugar de belleza inigualable. Con una superficie de aproximadamente 3,042 kilómetros cuadrados, es una isla de tamaño considerable. Vaigach se encuentra en una región remota y salvaje, caracterizada por su paisaje ártico y su clima extremo. En esta isla, los visitantes pueden admirar impresionantes glaciares, vastas extensiones de tundra y la fauna única del Ártico. Entre los habitantes de la isla se encuentran renos, zorros árticos y diversas especies de aves marinas. Vaigach es un destino ideal para los amantes de la naturaleza que buscan aventuras en un entorno prístino y deslumbrante. 

La cobertura de hielo y nieve es predominante durante gran parte del año, creando un ambiente desafiante para la vida vegetal y animal. En contraste, una línea costera continental de la misma latitud generalmente experimenta un clima más moderado debido a la influencia de los océanos circundantes y la masa de tierra contigua. Los efectos moderadores del agua y la topografía continental suelen suavizar las temperaturas y crear condiciones más favorables para la vida y la biodiversidad.

Referencia oceánica

Además de la latitud, la ubicación geográfica de las islas también juega un papel importante en su clima. Las corrientes oceánicas desempeñan un papel fundamental en la regulación de las temperaturas y las precipitaciones en las islas.

Por ejemplo, las islas Azores en el océano Atlántico y las islas Kuriles en el océano Pacífico son dos ejemplos de islas de tamaño similar, ubicadas a una distancia semejante del continente y con una latitud comparable. Sin embargo, debido a las diferencias en las corrientes oceánicas que las rodean, experimentan climas distintos. Las islas Azores se benefician de la corriente del Golfo y las corrientes cálidas del Atlántico Norte, lo que resulta en temperaturas suaves y una mayor humedad. Por otro lado, las islas Kuriles están influenciadas por corrientes frías del océano Pacífico y experimentan inviernos más fríos y condiciones más secas.

Estas diferencias destacan cómo la ubicación geográfica y las corrientes oceánicas pueden tener un impacto significativo en el clima de las islas, incluso cuando comparten características geográficas similares.

Distancia al continente

La distancia del continente también tiene un impacto significativo en el clima de las islas. Las islas próximas al continente pueden experimentar efectos continentales, donde los vientos y las masas de aire transportan características del clima continental hacia las islas. Esto puede resultar en un clima más similar al del continente, con estaciones más pronunciadas y variabilidad climática. Por otro lado, las islas de atolón, que son islas coralinas situadas en aguas profundas lejos del continente, pueden tener un clima más influenciado por los patrones oceánicos y las corrientes marinas. Debido a su ubicación remota, están menos expuestas a las influencias continentales y pueden tener un clima más estable y uniforme.

Figura 22.4. Las Islas Galápagos son un archipiélago ubicado en el océano Pacífico, frente a la costa de Ecuador. Son conocidas por su excepcional biodiversidad y su importancia en la teoría de la evolución de Charles Darwin. Las Galápagos albergan una gran cantidad de especies endémicas, tanto terrestres como marinas, que han evolucionado de manera única debido a su aislamiento geográfico. Cada isla presenta ecosistemas distintos, desde manglares y playas de arena blanca hasta montañas volcánicas y lagunas de agua dulce. La vida silvestre es asombrosa, con iguanas marinas, tortugas gigantes, pingüinos, lobos marinos y aves únicas como los pinzones de Darwin. Las Islas Galápagos son reconocidas como uno de los destinos naturales más fascinantes y protegidos del mundo.

El naturalista Charles Darwin experimentó las diferencias de biodiversidad en diferentes islas durante su famoso viaje a bordo del HMS Beagle. Observó que las islas más cercanas al continente solían tener una mayor diversidad de especies, mientras que las islas más alejadas, como las islas de atolón, tendían a tener una biodiversidad más limitada. Esto contradecía la idea prevaleciente en ese momento de que cada isla había sido creada por separado, con sus propias formas de vida particulares.

Las conclusiones de Darwin llevaron a su teoría de la evolución, en la que argumentaba que las especies se habían originado a partir de antepasados comunes y que la diversidad biológica en las islas estaba influenciada por procesos de colonización, migración y selección natural. Darwin postuló que las islas remotas tenían una menor biodiversidad debido a su aislamiento geográfico y a la falta de colonización y migración de nuevas especies.

Figura 22.5. Aunque a menudo se pasa por alto en comparación con las famosas Islas Galápagos, la Isla de Cocos también desempeñó un papel crucial en los descubrimientos de Darwin. Durante su visita a Cocos, Darwin estudió la diversidad de especies y las adaptaciones únicas de la vida silvestre en el atolón. Observó cómo las especies se habían adaptado a las condiciones extremas de vida en un ambiente aislado y cómo esto respaldaba su teoría de la evolución a través de la selección natural. Aunque menos conocida, la Isla de Cocos sigue siendo un lugar importante en la historia de la biología y la comprensión de la evolución.

Biología de las islas tropicales

Las islas tropicales son verdaderos tesoros de biodiversidad, albergando una amplia gama de especies únicas y adaptadas a entornos insulares. Estas islas, dispersas a lo largo de los océanos tropicales, presentan una variedad de características geográficas y ecológicas que influyen en su biología. En este artículo, exploraremos la biología de las islas tropicales, enfocándonos en la diversidad biogeográfica y el papel de la distancia al continente en la distribución de especies. Examinaemos tres regiones biogeográficas clave: el Pacífico, el Atlántico y el Índico.

Islas del Pacífico

El Pacífico es hogar de numerosas islas tropicales, como las Islas Galápagos, Hawái y la Polinesia Francesa. Estas islas ofrecen una gran diversidad biológica debido a su aislamiento geográfico y su historia evolutiva única. En las Galápagos, por ejemplo, podemos encontrar especies emblemáticas como la tortuga gigante de las Galápagos (Chelonoidis nigra), el pinzón de Darwin (Geospiza spp.) y el lagarto de lava (Microlophus spp.). Cada una de estas especies ha evolucionado de manera distinta en las diferentes islas del archipiélago, lo que ha llevado a una gran variedad de adaptaciones y formas de vida.

Figura 22.6. El Geospiza spp, comúnmente conocido como pinzón de Darwin, es un grupo de especies de aves endémicas de las Islas Galápagos, famosas por su papel en los estudios de Charles Darwin sobre la evolución. Estos pinzones exhiben una gran diversidad morfológica y comportamental, lo que ha llevado a la especulación de que descienden de un ancestro común y han experimentado una rápida radiación adaptativa en las diferentes islas del archipiélago. Cada especie de Geospiza tiene un pico único, adaptado a diferentes tipos de alimentación, como semillas, insectos y néctar. Estos pinzones desempeñaron un papel fundamental en la formulación de la teoría de Darwin sobre la selección natural y siguen siendo un ejemplo icónico de la diversificación de las especies en las islas.

Hawái es otro ejemplo notable de la diversidad biológica de las islas tropicales. Es conocido por su radiación adaptativa, donde las plantas y animales se han diversificado rápidamente en un entorno insular. Un ejemplo es el silversword (Argyroxiphium spp.), una planta endémica de Hawái que se encuentra en altitudes elevadas y tiene hojas plateadas que reflejan la luz solar intensa.

Figura 22.7. El dragón de Komodo (Varanus komodoensis) es una especie de lagarto que se encuentra en las islas de Komodo, Rinca, Flores y Gili Motang en Indonesia. Es el lagarto viviente más grande y se caracteriza por su tamaño imponente, llegando a alcanzar hasta tres metros de longitud y un peso de más de 70 kilogramos. Posee una piel escamosa y un color que varía desde el gris al marrón. Los dragones de Komodo son depredadores carnívoros y se alimentan principalmente de carroña, aunque también cazan presas vivas, como cerdos salvajes y ciervos. Son conocidos por su mordida venenosa, que contiene bacterias letales. Su existencia se ve amenazada por la pérdida de hábitat y la caza furtiva, por lo que se consideran una especie vulnerable.

Islas del Atlántico

En el Atlántico, las islas tropicales también albergan una rica biodiversidad. Las Islas Canarias son un ejemplo destacado, con especies como el lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana) y el pinzón azul (Fringilla teydea). Estas especies se han adaptado a las condiciones únicas de las islas, como la escasez de agua y la variabilidad climática.

Otro archipiélago importante en el Atlántico es el de Fernando de Noronha, en Brasil. Allí, podemos encontrar la especie endémica del archipiélago, el cangrejo violinista (Uca thayeri), que ha desarrollado características únicas para sobrevivir en su entorno costero.

Figura 22.8. Gallotia bravoana, conocida comúnmente como lagarto de La Gomera, es una especie endémica de la isla de La Gomera, en las Islas Canarias, España. Se trata de un lagarto de tamaño mediano, con una longitud promedio de unos 30 centímetros. Su cuerpo es robusto y presenta una coloración variable, desde tonos verdes y pardos hasta grises o negros. Son reptiles diurnos y se alimentan principalmente de insectos, pequeños invertebrados y vegetación. Debido a la limitada extensión geográfica de La Gomera, Gallotia bravoana se enfrenta a diversos desafíos, como la pérdida de hábitat, la introducción de especies exóticas y la presión humana. Se considera una especie en peligro crítico de extinción y está protegida por la legislación local.

Islas del Índico

En el Índico, las islas tropicales también albergan una gran diversidad biológica. Las Seychelles son conocidas por su flora y fauna únicas, como el coco de mar (Lodoicea maldivica), una palma endémica de la isla Praslin. Esta especie es conocida por tener las semillas más grandes de cualquier planta y es un símbolo emblemático de las Seychelles.

La Isla de Mauricio es otro ejemplo en el Índico, donde podemos encontrar la famosa paloma de Mauricio (Nesoenas mayeri). Esta especie, anteriormente considerada extinta, fue redescubierta en la década de 1970 y ahora está protegida en la isla.

Figura 22.9. Lodoicea maldivica, comúnmente conocida como coco de mar o coco fesse, es una especie de palmera endémica de las Islas Seychelles. Es famosa por producir la semilla más grande del reino vegetal, conocida como el "coco de mar". Estas semillas pueden pesar hasta 20 kilogramos y tienen una forma curiosa que se asemeja a los glúteos humanos. Lodoicea maldivica crece en bosques costeros tropicales y es un símbolo icónico de las Islas Seychelles. Además de su valor estético, el coco de mar desempeña un papel importante en la ecología de la isla, proporcionando alimento y refugio para diversas especies de animales. Debido a su rareza y demanda, el coco de mar está protegido y su comercio está regulado internacionalmente.

Biología de las islas templadas

Las islas templadas se encuentran en diferentes partes del mundo y son conocidas por su clima moderado y biodiversidad única. Estas islas pueden clasificarse en varias regiones biogeográficas, que a su vez influyen en las especies que se encuentran en ellas. Además, la distancia de una isla al continente también tiene un impacto significativo en la biología de las especies presentes. A continuación, analizaremos diferentes regiones biogeográficas y la influencia de la distancia al continente en la biología de las islas templadas.

Islas Templadas del Atlántico Norte:

Las islas templadas del Atlántico Norte albergan una diversidad de reptiles adaptados a su entorno. Entre ellos, se encuentra la lagartija vivípara (Zootoca vivipara), que es una especie común en estas islas. Esta lagartija es capaz de dar a luz a crías vivas en lugar de poner huevos, lo que le brinda una ventaja reproductiva en climas más frescos. Otra especie de reptil que se encuentra en estas islas es la culebra de collar (Natrix natrix), un reptil no venenoso que se alimenta principalmente de peces y anfibios.

En cuanto a los invertebrados, las islas templadas del Atlántico Norte son el hogar de una variedad de especies, incluyendo mariposas, escarabajos y arañas. Por ejemplo, se puede encontrar la mariposa de cola de golondrina (Papilio machaon), conocida por su patrón de alas distintivo y su vuelo elegante. Los escarabajos, como el escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata), también pueden estar presentes y desempeñar un papel ecológico importante en el ecosistema de las islas.

Figura 22.10. Zootoca vivipara, conocida comúnmente como lagartija vivípara, es una especie de lagartija que se encuentra en las islas templadas del Atlántico Norte. Esta especie ha desarrollado una adaptación notable en su reproducción, ya que es capaz de dar a luz crías vivas en lugar de poner huevos. Esta estrategia reproductiva le permite sobrevivir en climas más frescos y brinda a las crías una mayor probabilidad de supervivencia. La lagartija vivípara tiene un tamaño pequeño, con una longitud promedio de alrededor de 10 a 15 centímetros. Su coloración varía desde tonos marrones hasta verdes, lo que le proporciona un camuflaje efectivo en su entorno natural.

En los ecosistemas marinos de las islas templadas del Atlántico Norte, se encuentran diversas especies de peces, moluscos, crustáceos y algas. Por ejemplo, se pueden observar peces como el bacalao (Gadus morhua) y el eglefino (Melanogrammus aeglefinus), que son importantes para la pesca comercial en la región. Las algas marinas, como el alga parda conocida como kelp (Laminaria spp.), forman densos bosques submarinos y proporcionan hábitat y alimento a numerosas especies marinas.

Islas Templadas del Pacífico Este:

Las islas templadas del Pacífico Este, como las Islas Juan Fernández, se encuentran en un ecosistema marino de aguas frías y corrientes oceánicas ricas en nutrientes. Estas islas ofrecen un hábitat único y diverso para una variedad de especies marinas. Entre ellas, destacan las especies de aves marinas, como el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), el cormorán de Guanay (Leucocarbo bougainvillii) y la gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan). Estas aves encuentran alimento en las aguas ricas en peces y kril que rodean las islas, y utilizan las islas como lugares de anidación.

Figura 22.11. El pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) es una especie de pingüino que se encuentra en las islas templadas del Pacífico Este. Con un plumaje blanco y negro y una banda rosa en las patas, estos pingüinos alcanzan una altura de 56 a 66 centímetros y un peso de 4 a 5 kilogramos. Son aves marinas especializadas en la captura de peces pequeños y calamares, sumergiéndose a profundidades de hasta 50 metros. Construyen nidos en áreas costeras para reproducirse en colonias protegidas. Desafortunadamente, el pingüino de Humboldt se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat y la disminución de su alimento. La conservación es fundamental para su supervivencia.

En cuanto a la flora, las islas templadas del Pacífico Este albergan una vegetación variada y adaptada a las condiciones marítimas y las fluctuaciones de temperatura. Se pueden encontrar especies de árboles y arbustos resistentes, como la palmera de Chile (Jubaea chilensis) y el canelo (Drimys winteri), que prosperan en estas islas templadas. Además, se encuentran una variedad de especies de helechos y musgos que crecen en los bosques húmedos y sombríos de las islas.

En el entorno marino, las islas templadas del Pacífico Este también albergan una diversidad de especies marinas, como peces, moluscos y algas. Los arrecifes de coral y las formaciones rocosas submarinas proporcionan hábitat a una gran cantidad de especies, incluyendo coloridos peces tropicales y algas marinas. Además, las aguas frías y ricas en nutrientes atraen a especies migratorias, como ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) y lobos marinos sudamericanos (Otaria flavescens), que utilizan las islas como áreas de reproducción y alimentación.

Figura 22.12. El lobo marino sudamericano (Otaria flavescens) es una especie de mamífero marino que se encuentra en las islas templadas del Pacífico Este. Estos lobos marinos tienen un tamaño mediano, con los machos llegando a medir hasta 2,5 metros y pesar alrededor de 200 kilogramos. Su pelaje es grueso y denso, de color marrón grisáceo, y los machos poseen una melena distintiva alrededor del cuello. Son animales sociales que forman grandes colonias en las playas y rocas costeras, donde se reproducen y descansan. Son excelentes nadadores y se alimentan principalmente de peces y calamares. El lobo marino sudamericano juega un papel importante en los ecosistemas marinos y es una especie emblemática de las islas templadas del Pacífico Este.

Islas Templadas del Océano Índico:

Las islas templadas del Océano Índico, como las Islas Mascareñas y las Islas Maldivas, albergan una rica biodiversidad adaptada a su clima y entorno marino. En estas islas, se pueden encontrar especies de aves únicas, como el drongo de Mauricio (Dicrurus forficatus) y la paloma rosa de las Seychelles (Nesoenas mayeri). Estas aves han desarrollado adaptaciones especiales para sobrevivir en islas remotas, como la capacidad de volar largas distancias en busca de alimento y la capacidad de colonizar diferentes tipos de hábitats.

En cuanto a la flora, las islas templadas del Océano Índico cuentan con una diversidad de especies adaptadas a las condiciones marítimas y a las variaciones climáticas. Se pueden encontrar especies de plantas resistentes como el árbol de sangre de dragón (Dracaena cinnabari) en Socotra, Yemen, y el coco de mar (Lodoicea maldivica) en las Islas Seychelles. Estas plantas desempeñan un papel importante en los ecosistemas insulares, proporcionando alimento y hábitat para diversas especies de animales.

Figura 22.13. La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) es una especie de gran tamaño que se encuentra en las aguas templadas del Océano Índico. Estas ballenas pueden alcanzar longitudes de hasta 16 metros y pesar alrededor de 36 toneladas. Son conocidas por sus jorobas en la espalda y por sus impresionantes acrobacias, como saltos y golpes de cola. Las ballenas jorobadas migran a través de largas distancias, desde las áreas de alimentación en aguas polares hasta las zonas de reproducción en las islas templadas del Océano Índico. Durante la temporada de apareamiento, los machos realizan cantos complejos para atraer a las hembras. Estas ballenas se alimentan principalmente de kril y pequeños peces, utilizando su técnica de alimentación en embudo. La conservación de las ballenas jorobadas en el Océano Índico es importante para mantener la biodiversidad marina y preservar esta especie icónica.

En el entorno marino de las islas templadas del Océano Índico, se encuentran arrecifes de coral vibrantes y diversos, que albergan una multitud de especies marinas. Los arrecifes de coral son el hogar de peces tropicales coloridos, como el pez payaso (Amphiprioninae), así como de invertebrados marinos, como corales, esponjas y moluscos. Además, las aguas templadas del Océano Índico son frecuentadas por especies migratorias, como las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), que utilizan las islas como áreas de reproducción y crianza.

Islas Templadas del Mediterráneo:

Las islas templadas del Mediterráneo albergan una diversidad biológica única adaptada a su clima mediterráneo caracterizado por inviernos suaves y veranos calurosos y secos. Estas islas, como las Islas Baleares y Córcega, son el hogar de una variedad de especies endémicas y endemismos subspecíficos que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.

En términos de fauna, estas islas albergan especies emblemáticas como el lagarto de las Baleares (Podarcis lilfordi) y el muflón corsa (Ovis aries musimon). Estas especies han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en condiciones climáticas variadas y hábitats específicos de las islas templadas del Mediterráneo.

Figura 22.14. Ovis aries musimon, conocido como muflón corsa o muflón mediterráneo, es una subespecie de muflón que se encuentra en las islas templadas del Mediterráneo, como Córcega y Cerdeña. Estos herbívoros han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en entornos insulares y montañosos. Los muflones corsos tienen un tamaño mediano, con machos que pueden alcanzar una longitud de hasta 1,2 metros y un peso de alrededor de 45 kilogramos. Poseen cuernos en forma de espiral que les ayudan en la defensa y la competencia por las hembras durante la época de apareamiento. Estos muflones se alimentan de una variedad de vegetación disponible en las islas templadas del Mediterráneo, incluyendo hierbas, arbustos y brotes. Son animales ágiles y están adaptados a las zonas montañosas, donde encuentran refugio en acantilados y terrenos rocosos. El muflón corso ha sido objeto de programas de conservación debido a la pérdida de hábitat y la caza excesiva. Los esfuerzos de conservación se centran en proteger sus hábitats naturales y controlar la caza para garantizar la supervivencia de esta subespecie emblemática de las islas templadas del Mediterráneo.

En cuanto a la flora, las islas templadas del Mediterráneo cuentan con una gran variedad de especies vegetales, incluyendo arbustos y árboles característicos como el pino carrasco (Pinus halepensis) y el lentisco (Pistacia lentiscus). Estas plantas están adaptadas a la sequía y a los suelos pobres, y desempeñan un papel importante en la conservación del suelo y la estabilidad del ecosistema insular.

Biología de las islas polares

Las Islas Polares Árticas son un entorno inhóspito pero fascinante, habitado por una variedad de especies adaptadas a las condiciones extremas del Ártico. Estas islas, como Svalbard y las Islas de la Reina Isabel, albergan una biodiversidad única y desempeñan un papel crucial en el ecosistema ártico. A continuación, se describen algunas especies concretas presentes en estas islas, incluyendo su nombre trivial y científico.

El oso polar (Ursus maritimus) es una especie icónica del Ártico y el depredador tope del ecosistema polar. Conocido como "oso polar", se adapta perfectamente a la vida en el hielo y en el agua. Su pelaje blanco les brinda camuflaje y aislamiento térmico, mientras que su capa de grasa y su espeso pelaje los protegen del frío extremo. Los osos polares son excelentes nadadores y cazadores, dependiendo principalmente de los mamíferos marinos para su alimentación.

El reno (Rangifer tarandus), conocido como "caribú" en América del Norte, es otra especie emblemática del Ártico. Estos herbívoros migratorios se encuentran en las islas árticas, como Svalbard. Los renos tienen adaptaciones únicas, como sus pezuñas acolchadas que les permiten caminar sobre el hielo y la nieve sin hundirse. También tienen un pelaje denso que los protege del frío y se alimentan de líquenes y musgos que crecen en la tundra ártica.

Figura 22.15. Monodon monoceros, conocido como narval, es una especie de cetáceo que habita en las aguas polares del Ártico y el Atlántico Norte. Estos magníficos mamíferos marinos son reconocidos por su característico colmillo en espiral, que puede alcanzar hasta tres metros de longitud. Los narvales tienen una apariencia única, con un cuerpo alargado y una piel moteada que varía en tonalidades de blanco y gris. Estas criaturas son excelentes nadadores y buceadores, pudiendo sumergirse a profundidades de hasta 1500 metros en busca de alimento, principalmente peces y calamares. Los narvales se desplazan en grupos llamados "pods" y utilizan su colmillo como herramienta en la comunicación y en la lucha por el dominio y apareamiento. El narval es considerado una especie vulnerable debido a la caza comercial y al cambio climático que afecta su hábitat. La conservación de estos animales es crucial para preservar la biodiversidad marina del Ártico y mantener el equilibrio ecológico en esta región polar.

En el ámbito marino, el narval (Monodon monoceros) es un cetáceo de tamaño mediano que se encuentra en las aguas árticas, incluyendo las islas polares. Conocido como "unicornio del mar", el narval se distingue por su largo colmillo o colmillos en espiral que pueden alcanzar hasta tres metros de longitud. Estos dientes son utilizados en el combate y la caza. Los narvales se alimentan principalmente de peces y calamares, y son conocidos por sus migraciones estacionales.

Las islas polares antárticas, como las Islas Shetland del Sur y las Islas Georgias del Sur, son parte de un ecosistema único y extremo. En estas islas, las condiciones frías y heladas presentan desafíos significativos para la vida, pero aún así, una variedad de especies han logrado adaptarse a este entorno hostil.

Una especie destacada en las islas polares antárticas es el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), conocido por su nombre trivial "pingüino emperador". Estas aves no voladoras son las más grandes de todas las especies de pingüinos y son reconocibles por su plumaje blanco y negro, así como por su caminar erguido y su apariencia majestuosa.

Otra especie emblemática es la foca leopardo (Hydrurga leptonyx), también conocida como "leopardo marino". Estas focas son depredadores ágiles y poderosos que se alimentan principalmente de kril y otros peces. Tienen un pelaje manchado que les otorga su nombre común y se encuentran en las islas polares antárticas, donde pasan gran parte de su vida en el agua.

Figura 22.16. Hydrurga leptonyx, conocida como foca leopardo o leopardo marino, es una especie de mamífero marino que habita en las aguas polares del océano Austral. Estas imponentes focas son conocidas por su cuerpo alargado y su pelaje manchado, que les proporciona una excelente camuflaje en su entorno. Son depredadores ágiles y poderosos, alimentándose principalmente de peces, calamares y pingüinos. Las focas leopardo son nadadoras expertas y pueden sumergirse a grandes profundidades en busca de alimento. Utilizan su agilidad y velocidad para capturar a sus presas, lo que las convierte en depredadores tope en su ecosistema. Además, son capaces de adaptarse a diferentes condiciones climáticas y se desplazan tanto en tierra como en agua con facilidad. Sin embargo, la especie se enfrenta a desafíos debido a la caza ilegal y la degradación del hábitat debido al cambio climático. La conservación de las focas leopardo es crucial para mantener la biodiversidad marina y el equilibrio ecológico en las regiones polares, donde desempeñan un papel importante en la cadena alimentaria y en la salud de los ecosistemas marinos.

Además de estas especies, otras que se encuentran en las islas polares antárticas incluyen el petrel antártico (Thalassoica antarctica), un ave marina adaptada a la vida en el océano abierto, y el kril antártico (Euphausia superba), un pequeño crustáceo que constituye una parte fundamental de la cadena alimentaria antártica.

Importancia de las islas en la biología teórica

Las islas han desempeñado un papel crucial en la comprensión de los procesos biológicos y la formulación de teorías en el campo de la biología. Aunque pueden parecer pequeñas y aisladas, las islas proporcionan entornos únicos que permiten a los científicos investigar diversos aspectos de la evolución, la ecología y la genética. En este extenso artículo, exploraremos la importancia de las islas en la biología teórica, centrándonos en diferentes áreas de estudio y presentando ejemplos de especies y teorías que han surgido a partir de la investigación en islas.

Evolución en las islas

Las islas ofrecen un escenario ideal para estudiar los procesos evolutivos debido a su aislamiento geográfico. Al estar separadas del continente, las poblaciones en las islas se encuentran en un entorno limitado y aislado, lo que crea presiones selectivas únicas sobre ellas. Estas presiones pueden llevar a una rápida divergencia genética y a la adaptación de las especies a su entorno local. Un ejemplo clásico que ilustra esto es el de las Islas Galápagos, donde Charles Darwin observó variaciones notables entre las especies de pinzones en cuanto a sus características de pico y comportamiento alimentario. Estas diferencias evidenciaban la adaptación de los pinzones a diferentes fuentes de alimento disponibles en cada isla.

La investigación en las islas ha sido fundamental para comprender conceptos clave en la evolución. La deriva genética, por ejemplo, es más evidente en las poblaciones pequeñas y aisladas de las islas, donde los cambios en la frecuencia de los alelos pueden ser más pronunciados y rápidos. Además, las islas han brindado oportunidades para el estudio de la especiación, es decir, la formación de nuevas especies a partir de una especie ancestral. La falta de flujo génico con poblaciones continentales ha permitido investigar los mecanismos que conducen a la especiación, como la selección natural y la deriva genética.

Figura 22.17. Las tortugas de Galápagos (Chelonoidis spp.) son un grupo icónico de reptiles que habita en las islas Galápagos, en el océano Pacífico. Estas tortugas gigantes son famosas por su longevidad, tamaño y adaptaciones únicas. Cada especie de tortuga de Galápagos está adaptada a su hábitat específico en diferentes islas, lo que ha llevado a la evolución de diferentes formas de caparazón y características físicas. Estas tortugas juegan un papel vital en el ecosistema de las islas, ya que son ingenieras del paisaje. A través de su alimentación y movimiento, influyen en la vegetación y en la estructura del hábitat. Además, las tortugas de Galápagos desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas, contribuyendo así a la regeneración y diversidad de las plantas en las islas. Lamentablemente, las tortugas de Galápagos han enfrentado amenazas significativas, como la caza excesiva y la introducción de especies invasoras. Sin embargo, los esfuerzos de conservación han logrado proteger y restaurar sus poblaciones. Estas tortugas emblemáticas representan un símbolo de la importancia de preservar los ecosistemas insulares y resaltar la fragilidad y la belleza de la biodiversidad única en las islas Galápagos.

El flujo génico, que es el intercambio de genes entre poblaciones, también se ve influenciado por las islas. Las barreras geográficas que separan las islas del continente o entre islas individuales pueden limitar el flujo génico y generar diferencias genéticas entre las poblaciones. Estudiar el flujo génico en las islas ha ayudado a comprender cómo la conectividad entre las poblaciones afecta la variabilidad genética y la evolución de las especies.

Ecología de las islas

La ecología de las islas es un campo de estudio fascinante que ha proporcionado valiosos conocimientos sobre la interacción entre las especies y su entorno. Las islas suelen tener ecosistemas más simples en comparación con los continentes, lo que facilita el estudio de las cadenas alimentarias, las redes tróficas y las interacciones ecológicas. Un ejemplo destacado es la cadena trófica de las Islas Aleutianas, donde la eliminación de las nutrias marinas, un superdepredador, condujo a un cambio drástico en la estructura y la dinámica del ecosistema, demostrando la importancia de las especies clave en la estabilidad de los ecosistemas insulares.

Conservación y biodiversidad

Las islas son consideradas "laboratorios naturales" que brindan oportunidades únicas para estudiar la biodiversidad y la conservación. Muchas islas albergan especies endémicas, es decir, que se encuentran exclusivamente en esas islas, lo que las convierte en puntos críticos de conservación. La pérdida de hábitats y la introducción de especies exóticas representan amenazas significativas para la biodiversidad insular. Un ejemplo es el caso de la Isla de Guam, donde la introducción del ave rapaz invasora, el serpiente arbórea marrón, ha causado la extinción de varias especies nativas. Estudiar las interacciones entre las especies nativas e invasoras en las islas puede ayudar a desarrollar estrategias efectivas de conservación.

Impacto humano sobre las islas

El impacto humano sobre las islas ha sido significativo y ha tenido consecuencias tanto positivas como negativas para los ecosistemas insulares. Las islas, al ser entornos aislados y frágiles, son particularmente sensibles a las actividades humanas y a los cambios que estas generan en el medio ambiente. A continuación, se examinan algunos de los principales impactos humanos sobre las islas.

Uno de los mayores desafíos para las islas ha sido la introducción de especies exóticas, ya sea intencionalmente o accidentalmente. Estas especies invasoras pueden tener un impacto devastador sobre los ecosistemas nativos al competir con las especies autóctonas por recursos, depredarlas o alterar su hábitat. Un ejemplo destacado es el caso de las Islas Galápagos, donde la introducción de ratas, cabras y especies vegetales invasoras ha afectado gravemente a las especies nativas, como las tortugas gigantes y los pinzones.

La actividad humana en las islas a menudo implica cambios en el uso de la tierra para la agricultura, la urbanización o la explotación de recursos naturales. Estas actividades pueden llevar a la deforestación, la pérdida de hábitats naturales y la fragmentación de ecosistemas. La eliminación de la vegetación nativa puede provocar la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la alteración de los ciclos hidrológicos.

El turismo, aunque puede ser una fuente importante de ingresos para las islas, también puede tener un impacto negativo en los ecosistemas. El aumento del turismo puede provocar la degradación de los hábitats costeros y marinos debido a la construcción de infraestructuras, la contaminación, el aumento de la presión sobre los recursos naturales y la alteración de los patrones de comportamiento de las especies.

La contaminación generada por actividades humanas, como la descarga de residuos, los derrames de petróleo y la contaminación del agua, puede tener graves efectos sobre los ecosistemas insulares. La contaminación del agua puede afectar la vida marina y los arrecifes de coral, mientras que la contaminación atmosférica puede tener consecuencias en la calidad del aire y en la salud de las especies terrestres.

El cambio climático global está afectando a las islas de diversas formas, como el aumento del nivel del mar, el aumento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, la acidificación de los océanos y el cambio en los patrones de temperatura. Estos cambios pueden tener impactos significativos en los ecosistemas insulares, incluyendo la pérdida de hábitats costeros, la alteración de las cadenas alimentarias y la migración de especies.

Es importante destacar que no todos los impactos humanos son negativos. Algunas acciones de conservación, restauración y manejo adecuado de los recursos naturales pueden tener un impacto positivo en los ecosistemas insulares. Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos asociados con el impacto humano negativo, implementando medidas

Importancia cultural de las islas

La importancia cultural de las islas radica en su capacidad para albergar comunidades humanas únicas, con una identidad y cultura distintiva que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Las islas han sido testigos de la evolución de diversas tradiciones, costumbres y formas de vida que se han adaptado a los recursos naturales y las condiciones específicas de cada isla. A continuación, se exploran algunos aspectos clave de la importancia cultural de las islas.

Las islas a menudo son ricas en patrimonio cultural tangible e intangible. Los sitios arqueológicos, los monumentos históricos, las construcciones tradicionales y las manifestaciones artísticas y culturales son ejemplos de la diversidad cultural que se encuentra en las islas. Estos elementos representan la historia, las tradiciones y la identidad de las comunidades insulares, y son fuente de orgullo y conocimiento para las generaciones presentes y futuras.

Las islas han sido refugios para comunidades aisladas que han desarrollado tradiciones y costumbres únicas a lo largo del tiempo. Estas tradiciones incluyen prácticas agrícolas, técnicas de pesca, artesanía, música, danzas y festividades propias de cada isla. Estas expresiones culturales reflejan la relación entre los habitantes de las islas y su entorno natural, así como su historia y forma de vida.

Las islas, al estar rodeadas de agua y a menudo ser ecosistemas frágiles, han fomentado una relación estrecha entre las comunidades locales y la naturaleza. La dependencia de los recursos marinos, la pesca sostenible, la recolección de productos naturales y la conservación de la biodiversidad son elementos centrales en muchas culturas insulares. La conexión con la naturaleza se refleja en la mitología, las historias orales y las prácticas tradicionales relacionadas con la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.

Las islas, con su diversidad cultural y entornos pintorescos, a menudo atraen a visitantes interesados en conocer y experimentar la cultura local. El turismo cultural puede ser una fuente importante de ingresos para las comunidades insulares, promoviendo la valoración y preservación de su patrimonio cultural. Además, el intercambio cultural entre los visitantes y las comunidades locales puede enriquecer la comprensión mutua y la promoción de la diversidad cultural.

 Referencias

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