Indice
||1|| Introducción ||2|| Tejidos
animales, el epitelio ||3|| Tejidos
animales, conectivos ||4|| Tejido
animales, muscular ||5|| Tejidos
animales, nervioso ||6|| Tejidos
vegetales, epidérmico, corcho, meristemático y cambio ||7|| Tejidos
vegetales, fundamentales |
||10|| La
matriz extracelular ||11|| Células
cancerígenas ||12|| El
cáncer y su clasificación ||13|| El
cáncer como un proceso microevolutivo ||14|| Factores
relacionados a las células cancerosas ||15|| El
cáncer progresa darwinianamente ||16|| Invasión y metástasis ||17|| Prevención
y tratamiento del cáncer ||R|| Referencias |
Portada
1. Introducción
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Una célula aislada es el primer nivel de
complejidad que puede catalogarse como vivo. En este punto los seres pueden ser
unicelulares o multicelulares. Si es un ser unicelular entonces ingresa
directamente en el nivel de complejidad de la población, la comunidad y el
ecosistema. Sin embargo, si hablamos de seres vivos multicelulares existen
otros niveles de complejidad que se generan entre la célula y la población. El
primero de esos niveles de complejidad es el tejido de células. Al nivel del
microscopio óptico, las células y componentes extracelulares de varios órganos
presentan patrones morfológicos distintivos. Esta organización en patrón
refleja que todas las células allí realizan un esfuerzo colectivo para realizar
una función particular.
Un tejido se puede definir como la
agregación cooperativa de células generadas por un mismo material genético para
la realización de una misma función y que están embebidas en una matriz que
permite un trabajo colectivo. A pesar de que frecuentemente se dice que las
células son las unidades estructurales y funcionales de los seres vivos “teoría
celular”, son realmente los tejidos los que son responsables del mantenimiento
de las funciones celulares. Las células al interior del tejido colaboran entre
sí, se comunican y organizan, lo que hace que el tejido opere como una unidad
supracelular.
Los tejidos son estructuras exclusivas de
los seres vivos eucariotas, en los que una sola célula o cigoto da lugar a una
entidad de muchas células organizadas en tejidos. Sin embargo, las células
procariotas o bacterianas también pueden presentar casos de cooperativismo
colectivo en forma de lo que se ha denominado biopelículas. Una biopelícula es
como su nombre lo indica una película semejante al plástico, pero hecha de
células vivas y sus secreciones biológicas con el fin de mejorar su supervivencia.
Al igual que el tejido de los eucariotas, en las biopelículas las células se
organizan para cumplir funciones colectivas, sin embargo, existen diferencias.
La primera es que las células de una biopelícula son todas individuos, que
pertenecen incluso a diferentes especies, cuando se reproducen, los individuos
lo hacen a largo plazo, es decir a la siguiente generación. En un tejido todas
las células pertenecen a la misma especie y al mismo tejido, y cuando se
reproducen estas no aportan nada a la siguiente generación, tan solo regeneran
el tejido del que hacen parte. La importancia de la biopelìcula recae en el
hecho de que las bacterias insertas en sus secreciones conocidas como matriz
extracelular sobreviven y resisten más adecuadamente factores externos, como
los agentes químicos.
Los tejidos eucariotas también segregan
una matriz extracelular, y en muchas ocasiones, la matriz puede definir al
tejido, más que las propias células que lo segregan. Dependiendo del tipo de
tejido la matriz extracelular posee propiedades variables, algunas matrices son
muy fluidas como el plasma de la sangre. Otras matrices son realmente duras
como el hueso o el cartílago. Algunos tejidos poseen poca matriz con respecto
al volumen de sus células como en el tejido conectivo graso, pero otros pueden
ser más matriz que células como en el tejido óseo. Las propiedades de la matriz
están dadas por su contenido de agua, nutrientes, proteínas y otras sustancias.
Dependiendo de la mezcla la matriz será blanda, dura o fluida. Una de las
sustancias más importantes de la matriz es el colágeno, una fibra de proteínas
que le otorga cohesión al tejido. Adicionalmente el colágeno sirve como base
para que otras sustancias se peguen a él como el carbonato de calcio o el
hialurano de sodio. Estas sustancias que se asocian al colágeno alteran las
propiedades del tejido, en el caso del carbonato de calcio generan el hueso, y
con el hialurano de sodio el cartílago.
Como sucede en todos los niveles de
complejidad, cuando pasamos de un nivel a otro un cierto número de propiedades
nuevas aparecen. Estas propiedades nuevas que presenta el nivel de complejidad
mayor se las denomina propiedades emergentes. Un ejemplo de ello son los
tejidos que cubren a otros tejidos para protegerlos, los llamamos epitelios.
Una célula aislada de un epitelio no puede realizar por si sola la función de
cubrir a otro tejido, debido a que no tiene el tamaño suficiente para cubrir a
otras. Es el tejido como un todo el que cubre. Sin embargo, una masa de células
epiteliales no puede cubrir a otras, deben organizarse en un patrón específico,
por ejemplo, una membrana de células de espesor variable. Lo anterior nos lleva
a otro aspecto de las propiedades emergentes, estas surgen debido a la
organización de los componentes individuales para formar un todo con nuevas
capacidades.
1.1 Percivall Pott
(6 de enero de 1714 en Londres - 22 de
diciembre de 1788) fue un cirujano inglés, uno de los fundadores de la
ortopedia y el primer científico en demostrar que un cáncer puede ser causado
por un carcinógeno ambiental.
Realizó su aprendizaje con Edward Nourse,
cirujano asistente del Hospital de San Bartolomé, y en 1736 fue admitido en la
Barbers 'Company y obtuvo la licencia para ejercer. Se convirtió en cirujano
asistente de San Bartolomé en 1744 y cirujano titular desde 1749 hasta 1787.
Como el primer cirujano de su época en
Inglaterra, sobresaliendo incluso a su alumno, John Hunter, en el aspecto práctico,
Pott introdujo varias innovaciones importantes en el procedimiento, haciendo
mucho para abolir el uso extensivo de escaróticos y el cauterio que prevalecía
cuando comenzó su carrera profesional.
En 1756, Pott sufrió una fractura en la
pierna después de una caída de su caballo. A menudo se asume que su lesión fue
la misma que más tarde se conocería como la fractura de Pott, pero en realidad
la pierna rota de Pott era una fractura compuesta mucho más grave de la tibia.
Mientras yacía en el lodo, envió a un sirviente a comprar una puerta en un
sitio de construcción cercano, luego se hizo colocar él mismo en la puerta y
llevarlo a casa. Los cirujanos limpiaron la herida y hablaron sobre la amputación,
una operación que en ese momento tenía una tasa muy alta de fracaso, ya que a
menudo conducía a sepsis y muerte, pero Pott logró que le entablillaran la
pierna y finalmente se recuperó por completo. En 1769, Pott publicó Algunas
pocas observaciones sobre fracturas y dislocaciones. El libro fue traducido al
francés y al italiano y tuvo una gran influencia en Gran Bretaña y Francia. Su
nombre fue escrito en los anales de la medicina, describiendo primero la
tuberculosis artrítica de la columna (enfermedad de Pott). Dio una excelente
descripción clínica en sus Comentarios sobre ese tipo de parálisis de las
extremidades inferiores. Entre sus otros escritos, los más notables son Tratado
sobre rupturas (1756) y Observaciones quirúrgicas.
En 1775, Pott encontró una asociación
entre la exposición al hollín y una alta incidencia de cáncer de escroto (que
luego se descubrió que era un tipo de carcinoma de células escamosas) en los
deshollinadores. Esta enfermedad inusual, posteriormente denominada carcinoma
de deshollinadores debido a la investigación de Pott, fue el primer vínculo ocupacional con el cáncer, y Pott
se convirtió en la primera persona en asociar una malignidad con un carcinógeno
ambiental, implicando al hollín de la chimenea como un carcinógeno de contacto
directo con la piel. Su trabajo ayudó a conducir a la Ley de deshollinadores de
1788.
Los últimos estudios en animales (1933)
pintando alquitrán de hulla sobre la piel demostrarían el papel del primer
carcinógeno químico probado, benzo[α]pireno, que se presenta en altas concentraciones en el humo y el
hollín de las chimeneas, con el proceso que Pott identificó por primera vez.
Las primeras investigaciones de Pott contribuyeron así a la ciencia de la
epidemiología y la Ley de deshollinadores de 1788. Desde entonces, el mismo químico
responsable del cáncer único de los deshollinadores de Pott ha demostrado ser
el principal sospechoso de varios cánceres causados por el humo del
cigarrillo y cualquier vapor de combustión.
En 1765, fue elegido Maestro de la Compañía
de Cirujanos, precursor del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra.
Referencias: (Brown & Thornton, 1957; Flamm,
1992)
2. Tejidos animales, el epitelio
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La estructura de las células, los tejidos
y los órganos que componen ayudan directamente a la función de un individuo
multicelular. Un dicho común en biología es "estructura igual a
función", lo que significa que la estructura de un órgano (y, por tanto,
los tejidos y las células que lo componen) dictan su función. Por ejemplo, el
intestino delgado funciona en la absorción de nutrientes del tracto digestivo.
Cuanto mayor sea el área de superficie de cada celda, más absorción puede
ocurrir. Algunas células intestinales tienen áreas cubiertas de
microvellosidades (pequeñas proyecciones similares a dedos que son extensiones
de la membrana plasmática) que aumentan el área de superficie de la célula,
aumentando así las áreas donde puede ocurrir la absorción, sin aumentar el
tamaño total de la célula. Una célula de músculo esquelético tiene una
disposición interna de fibras contráctiles que pueden deslizarse una sobre la
otra cuando la célula se contrae, en lugar de tener una disposición de fibras
que se curvarían o torcerían para que ocurra una contracción. Esta estructura
celular permite que todo el tejido muscular se contraiga, sin desgaste de las
fibras que podría aumentar la posibilidad de daño.
A partir de los muchos tipos diferentes de
células animales, los biólogos han podido categorizar los tejidos animales en
solo cuatro tipos principales:
👉 El
tejido epitelial (epitelio) cubre las superficies corporales y las líneas de
las cavidades corporales.
👉 El
tejido conectivo se une y sostiene las partes del cuerpo.
👉 El
tejido muscular mueve el cuerpo y sus partes.
👉 El tejido nervioso recibe estímulos y conduce impulsos nerviosos.
Figura 2.1. Tipos de tejidos epiteliales.
El tejido epitelial, también llamado epitelio, forma los revestimientos externos y los revestimientos internos de muchos órganos y cubre toda la superficie del cuerpo. Por lo tanto, para que una sustancia entre o salga del cuerpo, por ejemplo, en el tracto digestivo, los pulmones o el tracto genital, debe atravesar un tejido epitelial. Las células epiteliales se adhieren unas a otras, pero un epitelio generalmente tiene solo una capa de células de grosor. Esto permite que un epitelio sirva para una función protectora, ya que las sustancias tienen que pasar a través de las células epiteliales para alcanzar un tejido debajo de ellas. Las células epiteliales difieren en forma.
2.1 El epitelio
cuboidal
Que recubre los túbulos renales y la luz (cavidad) de una
porción del riñón, contiene células en forma de cubo que tienen aproximadamente
la misma altura que el ancho.
2.2 El epitelio
columnar
tiene células que se asemejan a pilares o columnas
rectangulares, con núcleos generalmente ubicados cerca del fondo de cada
célula. El epitelio columnar recubre porciones de la luz del tracto
digestivo. Además de la diferencia de
forma, las células epiteliales se pueden clasificar por el número de capas que
estas células producen en los tejidos. Una capa que tiene solo un grosor de
celda se conoce como simple.
2.3 Múltiples capas
de células se llaman estratificadas
Epitelio pseudoestratificado es una clasificación especial en
la que el tejido parece tener múltiples capas de células, pero en realidad
tiene solo una. Esto normalmente se encuentra en las células columnares, donde
los núcleos de las células, en lugar de estar todos cerca del fondo de cada
célula, están en varias ubicaciones en cada celda, dando la apariencia de
múltiples capas. El epitelio pseudoestratificado recubre la tráquea (tráquea),
donde la mucosidad secretada por algunas de sus células atrapa las partículas
extrañas y el movimiento ascendente de los cilios sobre otras células lleva la
mucosidad a la parte posterior de la garganta, donde puede ser tragada o
expulsada. Fumar puede causar un cambio en la producción y secreción de moco e
inhibir la acción ciliar, lo que resulta en una afección inflamatoria llamada
bronquitis crónica.
2.4 El epitelio
escamoso
Como el que recubre los vasos sanguíneos y las áreas de
intercambio gaseoso en los pulmones, se compone de células delgadas y
aplanadas. La región externa de la piel, llamada epidermis, es un epitelio
escamoso estratificado en el que las células se han reforzado con queratina,
una proteína que proporciona resistencia e impermeabilización. La estructura
estratificada de este epitelio permite que la piel proteja al cuerpo de
lesiones, sequedad y posible invasión de patógenos (virus y bacterias).
2.5 Glándulas
Las células epiteliales son los
componentes principales de las glándulas, que producen y secretan productos
(principalmente hormonas). Por ejemplo, cada célula caliciforme que secreta
mucosidad en el revestimiento del tracto digestivo es una glándula unicelular que
produce moco que protege el tracto digestivo de los jugos gástricos ácidos. En
el páncreas, las células especiales forman glándulas que secretan las hormonas
responsables de mantener los niveles de glucosa en la sangre.
Figura 2.2. Las glándulas
exocrinas tienen conductos que llevan desde el tejido hasta el exterior del
cuerpo, y las endocrinas descargan al torrente sanguíneo.
Las células del tejido epitelial pueden atravesar la mitosis con frecuencia y rapidez, razón por la cual se encuentra en lugares que tienen mucho desgaste. Esta característica es particularmente útil a lo largo del tracto digestivo, donde las partículas de alimentos y las enzimas pueden dañar el revestimiento. Ingerir una papa frita y tener un borde filoso que raspa el esófago es una lesión típica que puede sanar rápidamente debido al recubrimiento de las células epiteliales del tracto digestivo.
Figura 2.3. El tejido
epitelial glandular puede tener diversos grados de especialización, desde
simples placas en el epitelio, hasta glándulas especializadas en saco, sean
exocrinas o endocrinas.
El hígado, que está compuesto de células
de origen epitelial, puede regenerar partes completas de sí mismo que se han
eliminado debido a una lesión o cirugía. Pero hay que pagar un precio por la
capacidad del tejido epitelial para dividirse constantemente; es más probable
que los epitelios se vuelvan cancerosos, especialmente cuando se someten a
contacto con agentes irritantes como el alcohol o los vapores de combustión
como los emitidos por el carbón, el cigarrillo, la marihuana y en general por
la quema de cualquier sustancia orgánica. Los cánceres de tejido epitelial en
el tracto digestivo, los pulmones y las mamas se llaman carcinomas.
2.6 Matriz
extracelular epitelial
Las células epiteliales están muy juntas,
por lo que normalmente no se describe que tengan una matriz extracelular, sin
embargo, esto puede ser engañoso, especialmente si solo tomamos en cuenta su
anatomía. Fisiológicamente, todos los epitelios se protegen a sí mismos por
medio de capas de fluidos segregados por sí mismos, compuestos por proteínas y
lípidos con diversas funciones especializadas, algunos protegen contra agentes
abrasivos mecánicos, y otros contra ácidos y enzimas digestivas. Lo que sucede
es que estos fluidos protectores no se denominan matriz, sino que tienen un
nombre especial, se llaman mucosidad o moco.
3. Tejidos animales, conectivos
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Están involucrados en las estructuras de unión del cuerpo y proporcionan soporte, protección y transporte de sustancias.
Figura 3.1. Los tejidos
conectivos forman el lineamiento de muchos órganos y sistemas, y sus funciones individuales
están condicionadas por la naturaleza de su matriz extracelular.
3.1 Matriz
extracelular conectiva
Como regla general, las células del tejido
conectivo están ampliamente separadas por una matriz, un material no celular
que varía de sólido a semifluido a líquido. La matriz generalmente tiene
fibras, notablemente, fibras de colágeno. El colágeno, utilizado principalmente
para el soporte estructural, es la proteína más común en el cuerpo humano, lo
que le da una idea de la prevalencia del tejido conectivo, la disminución del
colágeno o la adición de otras sustancias a este altera las propiedades de
fluidez de la matriz, y por ende la función del tejido conectivo, por ejemplo,
una matriz extremadamente fluida permite transportar sustancias como en el caso
de la sangre, y una matriz dura como la roca puede servir para dar forma y
proteger como en el caso del hueso.
3.2 Tejido
conectivo laxo fibroso
Consideremos primero el tejido conectivo
fibroso laxo y luego comparemos los otros tipos con él. Este tejido se encuentra
debajo de un epitelio y lo conecta a los otros tejidos dentro de un órgano.
También forma una cubierta protectora para muchos órganos internos, como
músculos, vasos sanguíneos y nervios. Sus células se llaman fibroblastos porque
producen una matriz que contiene fibras, incluidas fibras de colágeno y fibras
elásticas, que se estiran bajo tensión y vuelven a su forma original cuando se
liberan. La presencia de tejido conectivo fibroso laxo en las paredes de los
pulmones y las arterias proporciona a estos órganos elasticidad, la capacidad
de expandirse y luego volver a su forma original sin daño.
3.3 Tejido
adiposo
El tejido adiposo es un tipo de tejido
conectivo laxo en el cual los fibroblastos aumentan de tamaño y almacenan
grasa, y hay una matriz limitada. El tejido adiposo se encuentra debajo de la
piel y alrededor de los órganos, como el corazón y los riñones, donde amortigua
los impactos, protegiendo los órganos y sirviendo como almacenamiento de
energía a largo plazo.
3.4 Tejido
conectivo denso fibroso
En comparación con el tejido conectivo
fibroso laxo, el tejido conectivo fibroso denso contiene más fibras de
colágeno, que se empaquetan muy juntas. Este tipo de tejido tiene funciones más
específicas que el tejido conectivo fibroso suelto. Por ejemplo, el tejido
conectivo fibroso denso se encuentra en los tendones, que conectan los músculos
esqueléticos a los huesos, y en los ligamentos, que conectan los huesos con
otros huesos en las articulaciones.
3.5 Tejido
cartilaginoso
En el cartílago, las células se encuentran
en pequeñas cavidades abiertas llamadas lagunas, separadas por una matriz que
es semisólida pero flexible. El cartílago hialino, el tipo más común de
cartílago, contiene solo fibras de colágeno muy finas. La matriz tiene una
apariencia blanca y translúcida cuando está sin teñir. El cartílago hialino se
encuentra en la nariz y en los extremos de los huesos largos y las costillas, y
forma anillos en las paredes de las vías respiratorias. El esqueleto fetal
humano también está hecho de este tipo de cartílago, lo que facilita que el
bebé pase por el canal de parto. La mayor parte del cartílago es luego
reemplazado por hueso. Los peces cartilaginosos, como los tiburones, tienen un
esqueleto cartilaginoso durante toda su vida.
3.6 Hueso
El hueso es el tejido conectivo más rígido.
Consiste en una matriz extremadamente dura de sales inorgánicas, principalmente
sales de calcio, que se depositan alrededor de las fibras de colágeno. Las
sales inorgánicas dan rigidez ósea, y las fibras de colágeno proporcionan elasticidad
y resistencia, al igual que las barras de acero en concreto reforzado. Las
sales inorgánicas encontradas en el hueso también actúan como almacenamiento de
iones de calcio y fosfato para todo el cuerpo. El hueso compacto, el tipo de
hueso más común en los humanos, consiste en unidades estructurales cilíndricas
llamadas osteones. El canal central de cada osteón está rodeado por anillos de
matriz dura. Las células óseas están ubicadas en lagunas entre los anillos de
la matriz. Los vasos sanguíneos en el canal central transportan nutrientes que
permiten que el hueso se renueve a sí mismo.
3.7 Sangre
La sangre se compone de varios tipos de
células suspendidas en una matriz líquida llamada plasma. Aunque la sangre es
líquida, es un tejido conectivo por definición; consiste en células dentro de
una matriz. La sangre tiene muchas funciones para la homeostasis general del
cuerpo. Transporta nutrientes y oxígeno a las células y elimina sus desechos.
Ayuda a distribuir calor y juega un papel en el equilibrio de fluidos, iones y
pH. Además, varios componentes de la sangre nos ayudan a protegernos de las
enfermedades, y la capacidad de coagulación de la sangre previene la pérdida de
fluidos vitales.
Glóbulos rojos: La sangre
contiene tres elementos formados: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Los glóbulos rojos son células pequeñas, bicóncavas, en forma de disco, sin
núcleo. La presencia del pigmento rojo hemoglobina hace que las células se
vuelvan rojas, y también hace que la sangre en conjunto sea roja. La hemoglobina
se une al oxígeno y permite que los glóbulos rojos transporten oxígeno a las
células del cuerpo.
Figura 3.2. Glóbulos rojos
bajo el microscopio óptico.
Glóbulos blancos: Los glóbulos blancos se pueden distinguir de los glóbulos rojos por el hecho de que generalmente son más grandes, tienen un núcleo y parecen translúcidos sin mancharse. Los glóbulos blancos combaten la infección de dos maneras principales: Algunos son fagocitosis y envuelven a los patógenos infecciosos como si fueran amebas; otros producen anticuerpos, moléculas que se combinan con sustancias extrañas para inactivarlas.
Figura 3.3. Los glóbulos
blancos se llaman así porque forman una capa de nata cuando se centrifuga la
sangre, pero en la realidad no incoloros, y cuando se los colorea con
pigmentos, estos pigmentos son purpúreos. En esta rarísima foto que equivale a
ganarse la lotería están los glóbulos blancos, de izquierda a derecha:
neutrófilo, monocito, basófilo, linfocito, y eosinófilo.
Plaquetas: Las plaquetas
son otro componente de la sangre, pero no son células completas; más bien, son
fragmentos de células gigantes llamadas megacariocitos presentes solo en la
médula ósea. Cuando se daña un vaso sanguíneo, las plaquetas forman un tapón
que sella el vaso; junto con los tejidos lesionados, las plaquetas liberan
moléculas que ayudan al proceso de coagulación. Nuevamente la función de la
plaqueta es impensable sin la matriz extracelular, ya que por sí mismas no
tienen la masa para tapar una herida, lo que hacen es reclutar proteínas de
fibrina en el torrente creando una nueva matriz más densa llamada coagulo, es
el coagulo como una submatriz extracelular de emergencia y rápida formación la
que genera la función de la plaqueta.
4. Tejido animales, muscular
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El tejido muscular y el tejido nervioso trabajan juntos para permitir que los animales se muevan. El tejido muscular contiene filamentos de proteína contráctil, llamados filamentos de actina y miosina, que interactúan para producir movimiento. Los tres tipos de músculos vertebrados son esqueléticos, cardíacos y lisos.
Figura 4.1. El tejido
muscular puede dividirse de acuerdo a la organización de sus células, el más
especializado es el musculo esquelético dado que aquí las células se fusionan
en bandas muy largas con múltiples núcleos.
4.1 Matriz
Extracelular
Las fibras del citoesqueleto en las
células musculares son altamente especializadas y son las que permiten que la
célula se contraiga, pero que una célula sola se contraiga sería algo
irrelevante, las células en toda una fila deben contraerse al tiempo, y para
ello se requiere que, en efecto todas las células se activen al tiempo y que
todas estén físicamente conectadas, lo anterior implica que el citoesqueleto de
estas células es continuo interna y externamente, permitiendo anclajes
mecánicos que permiten la función general del tejido, por ende aunque las
células están estrechamente empacadas, la matriz extracelular es muy
especializada, ya que esta involucra las proteínas de acoplamiento entre
células musculares, además de un flujo de sustancias, especialmente glucosa y
gases metabólicos. Esta estructura básica se encuentra en el músculo liso, el
músculo esquelético a desechado casi toda la matriz ya que sus fibras urgen no
del acople de células linealmente, sino de la fusión de células linealmente, lo
que genera una gran célula larga llamada fibra con múltiples núcleos.
4.2 Músculo
esquelético
El músculo esquelético, que funciona bajo
movimiento voluntario, está unido por los tendones a los huesos del esqueleto,
y cuando se contrae, los huesos se mueven. La contracción del músculo
esquelético, estando bajo control voluntario, ocurre más rápido que en los
otros dos tipos de músculos. Las células del músculo esquelético, llamadas
fibras, son cilíndricas y bastante largas; a veces recorren toda la longitud
del músculo. Surgen durante el desarrollo cuando varias células se fusionan, lo
que da como resultado una fibra con múltiples núcleos. Los núcleos están
ubicados en el borde de la célula, justo dentro de la membrana plasmática. Las
fibras tienen bandas alternas claras y oscuras que corren a través de la
célula, dándoles una apariencia estriada. Estas bandas se deben a la
disposición de filamentos de actina y filamentos de miosina en la célula.
4.3 Músculo
cardíaco
El músculo cardíaco se encuentra solo en
las paredes del corazón, y su contracción bombea sangre y explica los latidos
del corazón. Al igual que el músculo esquelético, el músculo cardíaco tiene
estrías, pero la contracción del corazón es autorítmica (ocurre a un ritmo
determinado) e involuntaria. Las células del músculo cardíaco también difieren
de las células del músculo esquelético en que tienen un único núcleo central
colocado. Las células están ramificadas y aparentemente fusionadas entre sí. El
corazón parece estar compuesto de una gran masa interconectada de células
musculares. En realidad, las células del músculo cardíaco son separadas e
individuales, pero están ligadas de extremo a extremo en los discos
intercalados, áreas donde las membranas plasmáticas plegadas permiten que el
impulso de contracción se propague de una célula a otra. La matriz extracelular
aquí se basa en los puntos de acople mecánico célula a célula.
4.4 Músculo
liso
El músculo liso recibe su nombre porque
las células carecen de estrías. Las células con forma de huso forman capas en
las que la porción media gruesa de una celda está opuesta a los extremos
delgados de las células adyacentes. En consecuencia, los núcleos forman un
patrón irregular en el tejido. Al igual que el músculo cardíaco, el músculo
liso es involuntario. El músculo liso también se denomina a veces músculo
visceral porque se encuentra en las paredes de las vísceras (intestinos,
estómago y otros órganos internos) y los vasos sanguíneos. El músculo liso se
contrae más lentamente que el músculo esquelético, pero puede permanecer
contraído por más tiempo. Cuando el músculo liso de los intestinos se contrae,
la comida se mueve a lo largo de la luz. Cuando el músculo liso de los vasos
sanguíneos se contrae, los vasos sanguíneos se estrechan, lo que ayuda a
aumentar la presión sanguínea. Este movimiento de contracción de las vísceras
se denomina peristalsis.
5. Tejidos animales, nervioso
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El tejido nervioso coordina las funciones
de las partes del cuerpo y permite que un animal responda a ambientes externos
e internos. El sistema nervioso depende de:
👉 Entrada
de información sensorial,
👉 integración
de la información sensorial para evaluar su naturaleza y,
👉 Respuesta
funcional acorde al estímulo.
Los nervios conducen impulsos desde los
receptores sensoriales, como los receptores del dolor en la piel, hasta la
médula espinal y el cerebro, donde ocurre la integración. El fenómeno llamado
sensación solo ocurre en el cerebro, sin embargo. Los nervios conducen los
impulsos nerviosos desde la médula espinal y el cerebro hasta los músculos y
glándulas, lo que provoca que se contraigan o secreten en respuesta. De esta
forma, se logra una respuesta coordinada a los estímulos internos y externos.
Figura 5.1. El tejido
nervioso es complejo y caótico, pero es el que se encarga de organizar las
respuestas voluntarias e involuntarias a una gran variedad de estímulos.
5.1 La neurona y sus partes
Una célula nerviosa se llama neurona. Cada
neurona tiene tres partes: dendritas, un cuerpo celular y un axón. Una dendrita
es una extensión del cuerpo de la célula neuronal que conduce señales hacia el
cuerpo de la célula. El cuerpo celular contiene la mayor concentración del citoplasma y el núcleo
de la neurona. Un axón es una extensión que conduce los impulsos nerviosos desde
el cuerpo de la célula neuronal a otras células. El cerebro y la médula espinal
contienen muchas neuronas, mientras que los nervios contienen solo haces de
axones de neuronas. Las dendritas y los cuerpos celulares de estas neuronas se
encuentran en la médula espinal o el cerebro, según si el nervio es un nervio
espinal o un nervio craneal.
Figura 5.2. Estructura de
una neurona normal con cobertura de mielina.
5.2 Células gliales
Además de las neuronas, el tejido nervioso
contiene células gliales también llamadas neuroglias, células que sostienen y
nutren las neuronas. Superan en número a las neuronas nueve a uno y ocupan más
de la mitad del volumen del cerebro. Aunque su función principal es el apoyo,
actualmente se están llevando a cabo investigaciones para determinar la
cantidad de neuroglias que contribuye directamente a la función cerebral. Las
células de Schwann son un tipo de neuroglias que rodea fibras nerviosas largas
dentro de los nervios, formando una capa protectora en los axones llamada vaina
de mielina. La presencia de vainas de mielina aísla el axón y, por lo tanto,
permite que los impulsos nerviosos viajen mucho más rápidamente en toda su
longitud.
5.3 Matriz extracelular
Finalmente, la función nerviosa es
impensable sin su matriz, la matriz extracelular neuronal, y de la interacción
neurona y músculo está llena de neurotransmisores diluidos en el fluido, los
neurotransmisores son mensajeros químicos, generalmente de corto alcance, que
permiten la comunicación entre las células. Mucho del funcionamiento neuronal,
y especialmente, del funcionamiento de las adicciones, está mediado por el
funcionamiento de los neurotransmisores.
5.4 Membrana
basal
Son las fronteras que separan un tipo de
tejido de otro. La membrana basal es una capa de matriz extracelular de sostén
y de un pequeño espesor variable, que se encuentra en la base de los tejidos
epiteliales.
Figura 5.3. En este modelo podemos apreciar 1. Células epiteliales externas; 2. Membrana basal; 3. Células
epiteliales internas o endotelios; 4. Tejidos conjuntivos; 5. Fibroblastos.
Es compleja de ver a microscopio óptico
(MO) si se tiñe con Hematoxilina-eosina (HE) ya que se tiñe de la misma forma
que el tejido conjuntivo subyacente. Sin embargo, con la tinción del ácido
peryódico de Schiff o (PAS) podemos diferenciarla perfectamente ya que uno de
sus componentes son los polisacáridos que, con esta tinción adquieren un
característico color fucsia. Las impregnaciones argénticas también la muestran
bien. Al microscopio electrónico (ME) se pueden apreciar varias capas:
Lámina basal, esta capa exhibe una red de filamentos finos de 3nm a 4nm,
compuestos por lamininas, una molécula de colágeno tipo IV y diversos
proteoglicanos y glucoproteínas. Gracias a nuevas técnicas de preparación para
la microscopía electrónica, el examen microscópico electrónico de tales
especímenes permite comprobar que la lámina basal está compuesta por la lámina
lúcida y la lámina densa.
Lámina reticular, con fibras más densas y reticulares, colágenos tipo IV, III y VII
así como una gran cantidad de proteínas (como la laminina, glucoproteína de
unión también presente en las integrinas que adhiere los distintos componentes)
y polisacáridos.
Los adipocitos, las células musculares y
las nerviosas aparecen a menudo recubiertas de lámina basal y en ocasiones
también de lámina reticular. Ésta estructura pasa a llamarse lámina externa.
5.5 Barrera hematoencefálica
También conocida como la barrera cerebro-sangre,
es una frontera semipermeable altamente selectiva de células endoteliales que
evita que los solutos (sales, azúcares y proteínas) en la sangre circulante
crucen de forma no selectiva a la matriz extracelular del sistema nervioso
central donde residen las neuronas.
La barrera hematoencefálica está formada
por células endoteliales de la pared del capilar, pies terminales de astrocitos
que envuelven el capilar y pericitos incrustados en la membrana basal del
capilar. Este sistema permite el paso de algunas moléculas pequeñas por
difusión pasiva, así como el transporte selectivo y activo de varios
nutrientes, iones, aniones orgánicos y macromoléculas como glucosa y
aminoácidos que son cruciales para la función neural.
Figura 5.4. Semejante al
estuche de mielina, en este caso lo que se cubre con capas de grasa con canales
de proteína son los vasos sanguíneos, las proteínas de esta capa de grasa se
encargan de seleccionar las sustancias necesarias para el funcionamiento del
cerebro, aunque no son del todo efectivas, pues no pueden filtrar sustancias
que también sean de tipo graso o péptidos que se puedan disolver en grasa como
muchos alcaloides.
La barrera hematoencefálica restringe el
paso de patógenos, la difusión de solutos en la sangre y moléculas grandes o
hidrofílicas en el líquido cefalorraquídeo, mientras que permite la difusión de
moléculas hidrofóbicas (O2, CO2, hormonas) y pequeñas
moléculas no polares. Las células de la barrera transportan activamente
productos metabólicos como la glucosa a través de la barrera utilizando
proteínas de transporte específicas. La barrera también restringe el paso de
factores inmunitarios periféricos, como moléculas de señalización, anticuerpos
y células inmunitarias, al SNC, lo que aísla al cerebro del daño debido a
eventos inmunitarios periféricos.
Las estructuras cerebrales especializadas
que participan en la integración sensorial y secretora dentro de los circuitos
neuronales del cerebro (los órganos circunventriculares y el plexo coroideo)
tienen, en cambio, capilares muy permeables.
6. Tejidos vegetales, epidérmico, corcho, meristemático y cambio
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Las plantas tienen niveles de organización
biológica similares a los de los animales. Al igual que en los animales, una
célula es una unidad básica de la vida, y un tejido se compone de células
especializadas que realizan una función particular.
Figura 6.1. La epidermis
puede ser muy delgada, con solo una célula de espesor más la cutícula.
6.1 El meristema
Un órgano es una estructura compuesta de
múltiples tejidos. Cuando un embrión de planta comienza a desarrollarse, las
primeras células se llaman células meristemáticas. Las células del meristema se
organizan en un tejido de meristema, permitiendo que una planta crezca toda su
vida. ¡Incluso un árbol de 5.000 años de edad sigue creciendo! Al principio, el
tejido de meristema está presente en la parte superior y en la parte inferior
de una planta. Debido a que estas áreas de tejido se encuentran en los
extremos, se llaman meristemas apicales. Los meristemas apicales se desarrollan
y diferencian en los tres tipos de tejidos especializados del cuerpo de la
planta:
👉 El
tejido epidérmico forma la cubierta protectora externa de una planta.
👉 El
tejido fundamental llena el interior de una planta y ayuda a llevar a cabo las
funciones de un órgano en particular.
👉 El
tejido vascular transporta agua y nutrientes en una planta y proporciona soporte
6.2 Cambium vascular
Las plantas no solo crecen de punta a
punta, sino que también pueden crecer radialmente. El cambium vascular es otro
tipo de meristema que da lugar a un nuevo tejido vascular llamado crecimiento
secundario. El crecimiento secundario hace que una planta aumente de
circunferencia.
6.3 Epidermis
Todo el cuerpo de una planta está cubierto
por una epidermis, una capa de células muy compactas que actúan como una
barrera, similar a la piel. Las paredes de las células epidérmicas que están
expuestas al aire están cubiertas con una cutícula cerosa para minimizar la
pérdida de agua, aunque esto no siempre ocurre. La cutícula también protege
contra bacterias y otros organismos que pueden causar enfermedades. Las células
epidérmicas se pueden modificar (cambiar) en otros tipos de células. Los pelos
de la raíz son proyecciones largas y delgadas de células epidérmicas que
aumentan el área de la superficie de la raíz para la absorción de agua y
minerales.
En las hojas, la epidermis a menudo
contiene estomas. Un estoma es una pequeña abertura rodeada por
dos celdas de protección. Cuando los estomas están abiertos, se produce el
intercambio de gases y la pérdida de agua. Los tricomas son otro tipo de célula
epidérmica que hace que las hojas y los tallos de las plantas se sientan
espinosos o velludos y disuaden a los insectos de comerse la planta.
Figura 6.2. La epidermis
tiene orificios controlados llamados estomas que se abren y cierran en función
de la disponibilidad de agua y gases metabólicos.
6.4 Corcho
En el tronco de un árbol, la epidermis es
reemplazada por corcho, que es parte de la corteza. Las nuevas células de
corcho están hechas por tejido de meristema llamado cambium de corcho. A medida
que las nuevas células de corcho maduran, aumentan ligeramente en volumen y sus
paredes se incrustan con suberina, un material lipídico, de modo que son
impermeables y químicamente inertes. Estas células no vivas protegen la planta
y la hacen resistente al ataque de hongos, bacterias y animales.
7. Tejidos vegetales, fundamentales
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Los tejidos fundamentales forman el relleno
interno y funcional de hojas, tallos y raíces. Los tejidos fundamentales
contienen tres tipos de células.
7.1 Parénquima
Las células de parénquima son las menos
especializadas de los tipos de células y se encuentran en todos los órganos de
una planta. Pueden contener cloroplastos y llevar a cabo la fotosíntesis, o
pueden contener organelos incoloros que almacenan los productos de la
fotosíntesis.
7.2 Colénquima
Las células de colénquima son como las células de parénquima, excepto que tienen esquinas de forma irregular y paredes celulares más gruesas. Las células de colénquima a menudo forman paquetes justo debajo de la epidermis y dan soporte flexible a regiones inmaduras del cuerpo de una planta. Las hebras familiares en los tallos de apio están compuestas principalmente de células de colénquima.
Figura 7.1. En este corte
podemos ver la disposición de todos los tejidos vegetales, como se puede notar,
los tejidos no forman órganos especializados en el tronco.
7.3 Esclerénquima
Las células del esclerénquima tienen
gruesas paredes celulares secundarias que contienen lignina, lo que hace que
las paredes de las células vegetales sean duras e inflexibles. Si comparamos una
pared celular con concreto reforzado, las fibrillas de celulosa desempeñarían
el papel de varillas de acero, y la lignina sería análoga al cemento. La
mayoría de las células del esclerénquima son no vivientes; su función principal
es apoyar las regiones maduras de una planta. Las cáscaras externas duras de
las nueces están hechas de células de esclerénquima. Las fibras largas en las
plantas, compuestas de cadenas de esclerénquima, las hacen útiles para una
serie de propósitos humanos. Por ejemplo, el algodón y las fibras de lino se
pueden tejer en la tela, y las fibras de cáñamo pueden hacer cuerdas fuertes.
8. Tejidos vegetales, vasculares
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El tejido vascular se extiende desde la
raíz a través del tallo hasta las hojas, y viceversa. En la raíz, el tejido
vascular está ubicado en un cilindro central; en el tallo, el tejido vascular
se puede encontrar en múltiples haces vasculares; y en las hojas, se encuentra
en las venas de las hojas. Aunque ambos tipos de tejido vascular generalmente
se encuentran juntos, tienen diferentes funciones. El xilema transporta agua y
minerales desde las raíces hasta las hojas. El floema transporta azúcar, en
forma de sacarosa, y otros compuestos orgánicos, como las hormonas, a menudo de
las hojas a las raíces.
8.1 El xilema
El xilema contiene dos tipos de células conductoras: elementos de vasos y traqueidas. Ambos tipos de células conductoras son huecas y no vivas, pero los elementos del vaso son más grandes, tienen paredes perforadas y están dispuestas para formar una tubería continua para el transporte de agua y minerales. Las paredes laterales y finales de las traqueidas tienen hoyos que permiten que el agua se mueva de una traqueida a otra.
Figura 8.1. El xilema
transporta agua y minerales por efecto esponja de las copas de la planta sobre
la raíz; el floema transporta a demás productos de la fotosíntesis como
azúcares, lípidos y proteínas, en ambas direcciones con el uso de paredes de
filtrado que gastan energía si es necesario.
8.2 El floema
Las células conductoras del floema son
miembros del tubo de tamizado, que reciben su nombre porque contienen un grupo
de poros en sus paredes extremas. Los poros se conocen colectivamente como una
placa de tamiz. Los miembros del tubo de tamizado están dispuestos para formar
un tubo filtrador continuo. Los miembros del tubo de tamizado contienen
citoplasma pero no núcleos. Cada miembro del tubo de filtrado tiene una célula
complementaria, que tiene un núcleo. Las células compañeras pueden estar muy
involucradas en la función de transporte del floema.
9. El ciclo celular y la estabilidad de los tejidos
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En una población de células en división,
sea en el interior de un ser vivo multicelular o en una caja de petri para
cultivo de tejidos in vitro, cada célula pasa a través de una serie de estados
o fases determinadas durante su vida activa, y a estas fases se las denomina en
su conjunto el ciclo celular. El ciclo celular puede ser dividido en dos
grandes fases, la fase de mitosis o división celular y la fase intermedia entre
dos mitosis, llamada interfase. Dependiendo del tipo de célula, la interfase
puede durar desde unos cuantos minutos, hasta años. Un detalle importante a
tener en cuenta es que la mayoría de los textos en los que se presenta el ciclo
celular, incluyendo el libro de biología molecular que sirve de base para los
presentes escritos, es que se enfocan en el modelo eucariota para describirlo.
Figura 9.1. El ciclo
celular permite una existencia pacífica entre las células individuales de un
tejido, esto se logra debido a un control externo hormonal de la reproducción
celular, cuando los controles fallan, se da inicio a un crecimiento descontrolado,
y por lo tanto el riesgo de un cáncer.
Por ejemplo, en las bacterias, la fase de
síntesis de ADN es ininterrumpida, en base a que estas células se reproducen a
gran velocidad. Debido a que el modelo eucariota es el que se impone a la hora
de explicar el ciclo celular, debemos tener en cuenta que conceptos tales como
la condensación de los cromosomas no pueden ser aplicados a modelos
bacterianos, por tal razón se realizará un artículo en esta sección
correspondiente a cómo opera el ciclo celular en las bacterias y arcaicas. Etapas del ciclo celular general
9.1 Interfase
La interfase se define como todo lo que
ocurre en el periodo en que una mitosis concluye y otra comienza. El periodo de
tiempo que dura esta fase del ciclo celular es extremadamente variable, siendo
entre unos cuantos minutos en células que experimentan una rápida reproducción,
hasta varios años en las células del tejido nervioso como las neuronas.
Independientemente a ello, en la interfase se cumplen una serie de funciones
básicas de los seres vivos que serán relacionadas con los temas básicos de la
biología. Los tres temas básicos de la biología se relacionan con la obtención
de energía, la reproducción y la evolución, y todas se llevan a cabo de manera
completa o parcial durante la interfase.
Nutrición: Durante la interfase la
célula se alimenta, es decir desarrolla todas sus actividades metabólicas
enfocadas con la obtención de masa y energía del medioambiente, además de las
funciones que apoyan a esta, como la relación con el medioambiente y otros
seres vivos dentro de su población, su comunidad y su ecosistema.
Síntesis del nuevo ADN: Durante la
interfase también tiene lugar la replicación del ADN, es decir, la preparación
del material genético para que este se encuentre en las copias suficientes en
el momento en que inicie una nueva fase de mitosis. Esta función se la
relaciona directamente con el tema de biología de reproducción, pero también es
el eje fundamental de la evolución. Para que la evolución se dé a cabo, es
necesario que el genoma “como conjunto de proteínas y ADN y ARN” experimente
cambios más o menos regulados y aleatorios “que NO son mutuamente excluyentes”
que alteran las nuevas copias de material genético formadas, las cuales a su
vez generen cambios en como las células hijas se relacionarán con el
medioambiente.
Estas copias luego se transfieren a las
células hijas durante la mitosis.
9.2 Mitosis
Consistente en el reparto equitativo del
material hereditario (ADN) característico. este tipo de división ocurre en las
células somáticas y normalmente concluye con la formación de dos núcleos
separados (cariocinesis), seguido de la separación del citoplasma
(citocinesis), para formar dos células hijas. La mitosis completa, que produce
células genéticamente idénticas, es el fundamento del crecimiento, de la
reparación tisular y de la reproducción asexual. La otra forma de división del
material genético de un núcleo se denomina meiosis y es un proceso que, aunque
comparte mecanismos con la mitosis, no debe confundirse con ella, ya que es
propio de la división celular de los gametos. Produce células genéticamente
distintas y, combinada con la fecundación, es el fundamento de la reproducción
sexual y la variabilidad genética.
Figura 9.2. El ciclo celular (YouTube).
9.3 Alteraciones en el ciclo celular
Una de las propiedades que distingue a
varios tipos de célula en el interior de organismos multicelulares como plantas
y animales es su capacidad para crecer y dividirse. Por lo anterior, las
células pueden ser clasificadas en tres tipos de categorías generales.
Altamente especializadas: Son células como las nerviosas, los glóbulos rojos y
las musculares carecen de la habilidad para reproducirse, es decir, una vez que
han alcanzado su función definida, ellas permanecen en interfase hasta que
mueren.
Medianamente especializadas: son
células que en sus contextos normales no se dividen, pero que pueden ser inducidas
a hacerlo si reciben un estímulo como una lesión. Por ejemplo, las células
hepáticas pueden ser inducidas a reproducirse después de la remoción de grandes
partes del hígado de manera quirúrgica; o mediante la reacción a adecuados
medicamentos.
Células de reproducción rápida y muy poco especializadas: en esta categoría se encuentran las células madre de varios tipos
de estadio de desarrollo o de tejidos. Un ejemplo en los tejidos adultos son
las células hematopoyéticas. Las células vegetales de los meristemas apicales
de las plantas exhiben las propiedades de baja especialización y un periodo de
interfase corto, lo cual les permite crear nuevos tejidos a medida que las
plantas van creciendo.
10. La matriz extracelular
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Si estamos trabajando con células libres,
individuales en suspensión, el citosol se encuentra encerrado por una o varias
barreras como la membrana y las paredes celulares, y a su alrededor lo que debe
haber es agua, agua con nutrientes en los que el organismo pueda sobrevivir,
pero si el organismo se asocia ocurre un cambio. Las células se agrupan,
producen una cutícula y una masa de sustancias conocidas como matriz
extracelular, que las agrupa como un colectivo, este fluido que media entre el
ambiente y la célula es la matriz extracelular o lo que Christian de Duve
llamaba Milieu Interior (De Duve & Pizano, 1995). Tanto los eucariotas como las bacterias y arcaicas (Fröls, 2013; Orell, Fröls, &
Albers, 2013)
pueden generar diferentes grados de complejidad de la matriz extracelular, pero
las más especializadas son generadas por las células eucarióticas.
Figura 10.1. Las células de
un tejido están bañadas en un líquido semejante al citoplasma que contiene una
diversidad de factores que las controla, y le otorga al tejido muchas de sus
propiedades, llamado matriz extracelular.
La matriz extracelular es una colección
variable de moléculas segregadas por las células que se agrupan para vivir como
una sola entidad, la cual provee un soporte estructural y bioquímico a las
células insertadas (Karp, 2013; Michel, Tonon, Scornet,
Cock, & Kloareg, 2010). Debido a que la pluricelularidad y la multicelularidacd ha
evolucionado de manera independiente y con diferentes grados de complejidad en
todos los linajes de seres vivos, la composición de la matriz extracelular
varía mucho (Abedin & King, 2010). Sin embargo, aunque no existan homologías, si se pueden
establecer analogías debido a la evolución convergente de procesos tales como
la adhesión célula a célula, la comunicación entre los individuos insertados en
la matriz y las funciones secundarias que puede adquirir la matriz extracelular
o MEC dependiendo de su contenido de moléculas y viscosidad.
La matriz extracelular de los animales
incluye la membrana basal y el fluido intersticial (Kumar, Abbas, Fausto, & Aster,
2014). El fluido intersticial está presente en varias
células animales en los espacios intercelulares. Geles de polisacários y
proteínas fibrosas llenan el espacio intersticial y actúan como un amortiguador
de compresión contra las fuerzas a las que es sometido el tejido como un todo (Alberts et al., 2004). La membrana basal está constituida por deposiciones en forma de
hoja de matriz extracelular “MEC” en varios tipos de tejidos epiteliales donde
se anclan las células.
Cada tipo de tejido posee una MEC
diferente, por ejemplo el tejido óseo pose un MEC tan viscoso que es sólido y
muy duro debido a la combinación del colágeno con los minerales de
hidroxiapatita; el tejido conectivo general tiene una viscosidad gelatinosa
debido a las fibras de colágeno; y el MEC del tejido circulatorio sanguíneo es
extremadamente líquido para favorecer una circulación con poco esfuerzo (Ross & Pawlina, 2011).
En las plantas la MEC incluye los componentes
de las paredes celulares como la célulosa, en adición a una compleja red de
moléculas señalizadoras (Brownlee, 2002). Algunas células vegetales que se encuentran en la transición a la
pluricelularidad pueden generar biopelículas/bioplacas en la cual el MEC es una
solución polimérica muy viscosa y pegajosa, tal como ocurre en las bacterias (Kostakioti, Hadjifrangiskou, &
Hultgren, 2013).
10.1 Composición
Los componentes de la MEC se producen intracelularmente en por las células del tejido siendo secretadas al espacio intercelular por medio de exocitosis. Una vez en el espacio intercelular, la MEC favorece la agregación y organización de las células en su interior. La MEC es una combinación compleja de las sustancias que ya habíamos visto cuando discutimos el citosol y otras sustancias que favorecen la agregación celular como proteínas fibrosas y glicosaminoglicanos (Plopper, 2007).
Figura 10.2. Cada tipo de
tejido posee una matriz única, los tejidos epiteliales tienen una muy pequeña
que apenas si medias la adhesión célula-célula pero los tejidos de conexión
depende de su matriz para sus propiedades, ya sean estas elásticas o fluidas.
Cada tejido se separa de otros por una membrana basal, que es la que otorga
identidad al conjunto de células + matriz.
Proteoglicanos: Los
glicosaminoglicanos son carbohidratos complejos, es decir polisacáridos, poseen
una alta afinidad por las proteínas fibrosas de la matriz extracelular para
formar proteoglicanos. El ácido hialurónico es una excreción que se discutirá
independientemente. Dado que los proteoglicanos poseen una carga neta negativa,
las células como conjunto deben regular la carga para no descontrolar otros
equilibrios electro-osmóticos, para esto se emplea el ion sodio(1+). Los
proteoglicanos pueden actuar como pastores de moléculas, pudiendo solvatar agua
o atraer otras proteínas como los factores de crecimiento.
Sulfato de heparano: Es un polisacárido
lineal encontrado en todos los tejidos animales y se encuentra asociado a
proteínas fibrosas. Las cadenas del sulfato de heparano se encuentran cerca de
las células y actúa como un regulador de muchos procesos biológicos como la
angiogénesis, la coagulación y la metastasis
tumoral. En la matriz extracelular, especialmente en la membrana basal el
sulfato de heparano se encuentra asociado a las proteínas perlecano, agrina y
colágeno XVIII (Gallagher & Lyon, 2000; Iozzo, 1998).
Sulfato de condroitina: Es un
proteoglicano con propiedades elásticas, que a su vez proporciona elasticidad
al cartílago, los tendones, los ligamentos y las paredes de la aorta (Hensch, 2005).
Sulfato de queratano: Se encuentra presente en córneas,
cartílago, hueso y los cuernos de los animales (Bashkin et al.,
1989; Ruoslahti, 1996).
Ácido hialurónico: También
conocido como hialuronano es un polisacárido que consiste en residuos
alternantes de ácido d-glucorónico y N-acetilglucosamina, pero no se asocia a
proteínas fibrosas. El ácido hialurónico es una molécula de amortiguación de
impactos, lo que contribuye a un aumento en la viscosidad del tejido,
permitiendo la resistencia a la compresión (Hay, 2013; Landau & Fagien, 2015; Paliwal et al., 2014).
Proteínas
de la matriz extracelular:
Las proteínas se encargan de organizar a las células de un tejido, y además
confieren propiedades específicas (Hay, 2013).
Colágeno: Los
colágenos, en plural, son el tipo de proteínas más abundante de la MEC. De
hecho, los colágenos son las proteínas más abundantes en el cuerpo humano,
aportando el 90% de las proteínas de una matriz extracelular. Los colágenos son
proteínas fibrilares que dan soporte estructural, como si fueran andamios, a
los tejidos. El colágeno es excitado como una molécula precursora inactiva
llamada procolágeno, la cual es clavada por medio de enzimas proteasas, una vez
cortadas en las partes indicadas, los segmentos se re-ensamblan en las fibras
del andamio (Hay, 2013). Los colágenos pueden ser
divididos en varias familuas dependiendo de las estructuras que forman: Fibrilares:
tipos I, II, II, V, XI. Facitos:
tipos IX, XII, XIV Cadena corta: tipos VIII y X. De la
membrana basal: tipo IV. Otros: tipos VI, VII, VIII. (Hay, 2013).
Elastina: Las
elastinas en contraste a los colágenos, otrogar elasticidad, que es la
capacidad de recuperar la forma cuando se es extendido un tejido. Es util para
los vasos sanguíneos, pulmones, la piel y otros tejidos elasticos. Las
elastinas son sitentizadas por los fibroblastos y el músculo liso (Hay, 2013).
Fibronectina: Las
fibronectinas son glucoproteínas que conectan las células con las fibras de
colágeno en la MEC, permitiendo que las células se muevan junto a la MEC. Las
fibronectinas se unen al colágeno y a receptores de la membrana de las células
llamadas integrinas, causando una reorganización del citoesqueleto celular para
facilitar el movimiento celular. La fibrinectina es segregada por como un
precursor inactivo no plegado pero afin a las integrinas. Cuando se une a las
integrinas se pliega en su forma activa con afinidad por el colágeno. Las
fibronectinas también ayudan a la coagulación mediante la unión de las
plaquetas (Hay, 2013).
Laminina: Son
proteínas encontradas en la lámina basal de casi todos los animales. En lugar
de formar fibras como los colágenos, las lamininas forman redes que resisten a
las fuerzas de tensupin en la lámina basal, apoyan la adhesión celular y se
unen a otros componentes de la MEC como los colágenos (Hay, 2013).
Vesículas extracelulares: En 2016 fue reportada la presencia de ácidos nucleicos, tanto ADN como ARN asociado a nanovespiculas vinculadas a la matriz. Estas micro-vesículas fueron confirmadas como de tamaño y forma semejante a otros exosomas reportados con anterioridad. Al parecer su función es regular la activación de macrófagos que patrullan la matriz en busca de bacterias invasoras, además de regular la proliferación, migración y apoptosis del tejido, por lo que deben tener algo que ver con el cáncer (Huleihel et al., 2016).
Figura 10.3. En los tejidos
conectivos y epiteliales, las células están literalmente ancladas a las
proteínas de la matriz por medio de las proteínas integrinas, lo cual permite
una comunicación entre células más efectiva, así como un comportamiento
colectivo altamente especializado.
Sedimentos
inorgánicos: Algunas sales no solubles se depositan en
las fibras de la MEC provocando el desarrollo de una rigidez mayor, tal es el
caso de la hidroxiapatita, que contribuye a la diluyera del hueso (Wang et al., 2014).
10.2 Propiedades
De cierta forma,
no son las células aisladas las que determina n la propiedad de un tejido, y en
ese sentido debería reevaluarse la definición de tejido como un conjunto de
células de un mismo tipo que llevan a cabo una función determinada. Los tejidos
están más condicionados por sus respectivas matrices extracelulares que por las
células que los componen. Un tejido debe evaluarse como un todo, células de un
mismo tipo embebidas en una matriz extracelular específica que realizan
funciones determinadas (Hay, 2013).
Rigidez
y elasticidad: La matriz
extracelular “MEC” no es una entidad única, la diferente mezcla de factores
crea diferentes tipos de MEC que determina a su vez las propiedades del tejido.
Por ejemplo, las propiedades elásticas del cartílago y la dureza de los huesos
son todas originadas por las sustancias que componen la MEC. Las células pueden
detectar las propiedades mecánicas del ambiente inmediato, esto es importante
en muchos procesos celulares como la contracción, la migración celular, la
proliferación, la diferenciación y la apoptosis (Hay, 2013).
Epigenética: Las diferentes
propiedades mecánicas de la MEC ejercen efectos tanto en el comportamiento de
la célula como en la expresión genética. Aunque el mecanismo que lo permite aún
no está completamente elucidado, se piensa que las fuerzas contráctiles del
colágeno se transmiten a los receptores de membrana, de allí al citoesqueleto y
una vez en el citoesqueleto se dan la activación de mensajeros intracelulares
secundarios que transmiten la señal hasta los núcleos (Hay, 2013).
Diferenciación
celular: La elasticidad de la MEC dirige la
diferenciación celular, proceso en el cual una célula pluripotemnte o
multipotente se especializa por medio de divisiones mitóticas en células de un
tejido funcional específico. Esto es un aspecto vital para la impresión tridimensional
de órganos, una tecnología de clonación con la que se aspira poder crear
órganos de reemplazo a la medida. Las impresoras deben imprimir empleando
células y una matriz extracelular. Debido a que la matriz extracelular dirige
la especialización de la diferenciación celular, cada órgano deberá poseer un
tipo de MEC específica (Hay, 2013).
Durotaxis: También llamada mecanotaxis, es el movimiento direccionado de la motilidad
celular o ectocrecimiento, por ejemplo como en el caso del ectocrecimiento
axonal, o arriba o abajo de un gradiente de rigidez. Estos gradientes de
rigidez están a menudo presentes en biomateriales crecidos con las células de
interés, donde los gradientes se establecen alterando el grado de uniones
cruzadas del polímero. Los mecanismos moleculares detrás de la durotaxis se enfocan
principalmente en la adhesión focal, un enorme complejo de proteínas son
capaces de alterar la forma de la célula en zonas específicas permitiendo un
movimiento ameboideo, por lo que se trata evidentemente de modificaciones del
citoesqueleto (Hay, 2013).
Adhesión: Muchas células se unen a componentes de la MEC. La adhesión celular ocurre
mediante adhesiones focales en las que se conecvta el citoesqueleto a las
fibras de la MEC a través de receptores intermembranañles condóminos tanto a
fuera como al interior de la membrana(Hay, 2013).
10.3 En las plantas
La matriz extracelular de los vegetales es primariamente su
pared celular, la cual está constituida por una serie de capas laminares de
microfibras de celulosa embebidas en una matriz de glicoproteínas. Al contrario
de las MEC de los animales y bacterias, la MEC de las plantas es extremadamente
viscosa, por lo que torga rigidez y una “sequedad” al tejido vegetal, por donde
el aire puede penetrar con relativa facilidad (Hay, 2013).
10.4 En las bacterias
La MEC en las
bacterias se encuentra compuesta principalmente por polisacáridos, proteínas,
ácidos nucleicos y lípidos, y proveen estabilidad mecánica para la formación de
las bioplacas bacterianas. En adición la matriz actúa como una suerte de protosistema,
en el cual se vierten enzimas relacionadas con las funciones de digestión,
comunicación, protección, así como un sistema que permite emitir desechos al
ambiente (Bremer, Flint,
Brooks, & Palmer, 2015; Donlan, 2016).
11. Células cancerígenas
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¿El control del ciclo celular es importante? Si le preguntas a un oncólogo - un médico que trata a pacientes con cáncer - él o ella probablemente responderá con un rotundo sí. El cáncer es básicamente una enfermedad de la división celular incontrolada. Su desarrollo y progresión suelen estar vinculados a una serie de cambios en la actividad de los reguladores del ciclo celular. Por ejemplo, los inhibidores del ciclo celular evitan que las células se dividan cuando las condiciones no son correctas, por lo que muy poca actividad de estos inhibidores puede promover el cáncer. Del mismo modo, los reguladores positivos de la división celular pueden conducir al cáncer si son demasiado activos. En la mayoría de los casos, estos cambios en la actividad se deben a mutaciones en los genes que codifican las proteínas reguladoras del ciclo celular, siendo casi un tercio debido al azar y otros dos a la herencia familiar.
Figura 11.1. Henrietta
Lacks, como humano murió en 1951, pero sus células siguen vivas y son bien
capaces de vida independiente de los cuidados de un laboratorio, al punto de
convertirse en un agente que estropea las investigaciones de los científicos.
11.1 Comportamiento
de las células cancerosas
Las células cancerosas se comportan de
manera diferente que las células normales del cuerpo. Muchas de estas
diferencias están relacionadas con el comportamiento de la división celular.
Por ejemplo, las células cancerosas pueden multiplicarse en cultivo (fuera del
cuerpo en una caja de Petri) sin que se añadan factores de crecimiento, o
señales de proteínas estimuladoras del crecimiento. Esto es diferente de las
células normales, que necesitan factores de crecimiento para crecer en la
cultura. Las células cancerosas pueden crear sus propios factores de
crecimiento, tener vías de factores de crecimiento que están
atrapadas en la posición de "encendido" o, en el contexto del cuerpo,
incluso atraer a las células vecinas a producir factores de crecimiento para
sostenerlas.
Las células cancerosas también ignoran las señales que deberían
hacer que dejen de dividirse. Por ejemplo, cuando
las células normales adultas en una caja de Petri son apiñadas por vecinos en
todos los lados, ya no se dividirán. Las células cancerosas, por el contrario,
siguen dividiéndose y apilándose una encima de otra en capas grumosas. El
ambiente en una caja de Petri es diferente del ambiente en el cuerpo humano,
pero los científicos piensan que la pérdida de la inhibición del contacto en
las células cancerosas adultas in vitro refleja la pérdida de un mecanismo que
normalmente mantiene el equilibrio del tejido en el cuerpo. Otro signo distintivo de las células
cancerosas es su "inmortalidad replicativa", un término de fantasía
para el hecho de que pueden dividirse muchas más veces que una célula normal
del cuerpo. En general, las células humanas pueden pasar sólo alrededor de
40-60 rondas de división antes de que pierdan la capacidad de dividir,
"envejecer" y finalmente se suiciden apoptóticamente.
11.2 Células HeLa
Un
tumor en específico es famoso por su pervivencia casi ilimitada. La primera vez
que se cultivaron células humanas de manera artificial “in vitro” fue en
1941 por los investigadores George y Martha Gey de la universidad de Johns
Hopkins. Las células fueron obtenidas de un tumor maligno y nombradas células
HeLa en honor a la donante Henrietta Lacks. Henrietta Lacks, nacida en 1920 y murió en 1951, sin
embargo, las células de su tumor siguen tan vivas hoy, como lo estuvieron en
los años 20s. Las células HeLa aún siguen siendo cultivadas en el laboratorio
aun hoy, después de que la donante original hubiera muerto muchos años atrás.
Lo que implica un fenómeno importante, una de las características de las
células cancerígenas es que no pueden morir. Es tan fuerte esta propiedad que
incluso se han convertido en contaminantes comunes de los medios de cultivo de
biología celular, en otras palabras las células HeLa se han convertido en un
ser vivo independiente en toda regla (Skloot & Turpin, 2010). Lo anterior si lo comparamos con las bacterias nos confiere
una característica básica de los seres vivos, la muerte no es una
característica esencial de la vida a nivel celular; a ese nivel la vida nunca
envejece y potencialmente puede existir para siempre.
11.3 Control del ciclo celular
El estudio del ciclo celular no es solo
importante en términos de la acumulación de conocimiento básico de la biología,
sino que aún más importante, posee implicaciones prácticas para combatir el
cáncer, una enfermedad que se basa en la pérdida de control de la célula de su
propio ciclo de vida. En 1970, una serie de experimentos basados en fusión
celular llevados a cabo por Potu Rao y Robert Johnson de la universidad de
Colorado ayudó a abrir las puertas del entendimiento de cómo es que el ciclo
celular es regulado. Rao y Johnason deseaban saber si el citoplasma de las
células contiene elementos reguladores que afectan las actividades celulares (Rao & Johnson, 1970). Ellos se aproximaron a la cuestión median la fusión de células de
mamíferos en diferentes estadios del ciclo celular.
En un experimento, ellos fusionaron las
células en mitosis con otras que se encontraban en periodos de interfase. Las
células en mitosis siempre inducían a la compactación de la cromatina en los
núcleos de las células no mitóticas. Si se fusionan dos células, una en G1 y la
otra en mitosis, el núcleo de la célula que está en G1 lleva a cabo una
compactación cromosoma prematura “condensa los cromosomas antes de tiempo”. Si
una célula en G2 se fusionó con una célula en mitosis, los cromosomas de la
célula en G2 también se condensan, pero a diferencia de lo que sucede en la
célula en G1, los cromosomas de la célula G2 están visiblemente duplicados,
reflejando el hecho de que la fase S ya se ha llevado a cabo.
Si una célula en mitosis es fusionó con
una célula en fase S, la cromatina de la célula en fase S también se condensa.
Sin embargo, la compactación de la cromatina en la fase S conlleva fácilmente
al daño del ADN y se pulveriza en fragmentos rápidamente. Los resultados de estos tipos de experimentos
sugirieron que el citoplasma de una célula en mitosis posee factores que
inducen respuestas en los núcleos en una célula que no se encuentra en mitosis.
Este hallazgo sugirió que la transición de G2 a M se encuentra bajo un control
positivo, es decir, que la transición se induce mediante la presencia de un
agente estimulante, lo cual en la biología casi siempre es una proteína.
11.4 Puntos de control del ciclo celular
Las
redes de control y los puntos de control regulan la progresión del ciclo
celular. Los puntos de control son circuitos bioquímicos que detectan estímulos
externos o internos y envían señales apropiadas al sistema de ciclo celular. El
punto de restricción en la fase G1 es una red de control que integra el estado
fisiológico de la célula con su entorno, incluyendo la entrada de otras células
y las interacciones con la matriz extracelular circundante. Las células deben
recibir estímulos de crecimiento adecuados de su entorno para avanzar más allá
de este punto en la fase G1; Si no pueden vivir sin morir o suicidarse por
apoptosis.
Los puntos de
control del daño del ADN operan a través de la interfase. Si se detecta daño,
la respuesta al daño del ADN inicia una cascada de eventos que bloquea la
progresión del ciclo celular y también puede desencadenar la muerte celular por
apoptosis. Los problemas con la replicación del ADN generalmente producen ADN
monocatenario y activan la respuesta al daño del ADN. Esta respuesta estabiliza
las horquillas de replicación bloqueadas para que puedan repararse. Durante la
mitosis, el punto de control del conjunto de huso retrasa la aparición de la
segregación cromosómica hasta que todos los cromosomas se unen adecuadamente al
huso mitótico.
La respuesta al daño del ADN regula la progresión del ciclo celular en una vía de tres niveles. Los primeros sensores detectan daños en el ADN. Estos sensores activan transductores, que incluyen tanto proteínas quinasas como activadores transcripcionales. Los transductores actúan sobre los efectores que en última instancia bloquean la progresión del ciclo celular y también pueden cumplir otras funciones. Dos principales proteínas quinasas, ataxiatelangiectasia mutada (ATM) y ataxia-telangiectasia y Rad9 relacionados (ATR), se encuentran en la cabeza de la vía y también pueden actuar como sensores de daño del ADN. Activan dos quinasas transductoras, Chk1 y Chk2, así como un factor de transcripción denominado p53 que induce la expresión de una cohorte de genes que detienen la progresión del ciclo celular inhibiendo las quinasas dependientes de ciclinas, así como los genes que desencadenan la muerte celular por apoptosis.
Figura 11.2. El ciclo
celular tiene un montón de controles superpuestos, esto se debe a que las
células de los tejidos no son muy estables, y tienden a convertirse en
cancerosas si no se las mantiene bajo control, incluso, si todos los controles
fallan, los linfocitos T CD8+ citotóxicos eliminan la célula rebelde y todas
sus compañeras cercanas, ya que el riesgo del cáncer es muy alto y el cuerpo ha
evolucionado dispuesto a pagar el precio.
11.5 Apoptosis
La apoptosis o muerte celular programada,
es un fenómeno natural de las células, en las cuales se desencadenan una serie
de eventos fijos que terminan con la muerte de la célula. Por La muerte por apoptosis no tiene nada de
accidental o de aleatorio que se caracteriza por un colapso del volumen de la
célula y su núcleo sobre sí misma, la perdida de adhesión a las células
vecinales, la formación de burbujas en la superficie celular, la disección de
la cromatina y el rápido reciclado de los restos celulares por los macrófagos
fagocitados.
Debido a que es un proceso seguro y
ordenado, la apoptosis puede ser comparada con una implosión controlada de un
edificio usando explosivos puestos de manera muy precisa para que los restos no
afecten a las construcciones vecinales. ¿Por qué nuestro cuerpo posee células
no deseadas? ¿Dónde encontramos células que sean blancos de esta eliminación
controlada? La respuesta corta es en todas partes. Se ha estimado que 1010-1011
células en el cuerpo humano mueren cada día solo por apoptosis. Por ejemplo, la
apoptosis está involucrada en la eliminación de células que han sufrido dañosos
genéticos irreparables. Esto es importante porque los daños en la información
genética pueden resultar en una replicación celular no regulada, y por lo tanto
en el desarrollo de cáncer.
Durante el desarrollo embrionario, las
neuronas crecen fuera del sistema nervioso central para inervar órganos que se
encuentran en la periferia del cuerpo. Usualmente muchas más neuronas crecen
fuera de los lugares donde son necesarias para una inervación normal. Las
neuronas que llegan a su sitio blanco reciben la orden hormonal de seguir con
vida. Las neuronas que fallan en encontrar el tejido a donde deben ir no
reciben la señal de supervivencia, y son eliminadas finalmente por apoptosis.
Los linfocitos Y son células del sistema
inmune que reconocen células anormales que han sido infectadas por patógenos
intracelulares como los virus. Estas células se reconocen mediante un sistema
de proteínas llamado sistema de histocompatibilidad tipo II, el cual señala
sobre la superficie de la célula infectada que sucede algo anormal en su
interior. Los linfocitos T a su vez poseen una serie de receptores específicos
en sus membranas que encajan con estas señales de alarma. Una vez se ha
identificado a la célula anormal mediante el reconocimiento, los linfocitos T
estimulan la producción de proteínas que estimulan la muerte celular de la
célula anormal y todo el tejido adyacente.
Durante el desarrollo embrionario, los
linfocitos T son producidos con propiedades diversas, algunos pueden reconocer
las células del propio cuerpo, lo cual podría genera que el sistema inmune
ataque los tejidos del mismo cuerpo desencadenando necrosis y la muerte. Estos
linfocitos peligrosos son eliminados por medio de la apoptosis. Finalmente, la
apoptosis parece estar involucrada en enfermedades neurodegenerativas graves
como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de Huntington. La eliminación
de neuronas esenciales por la progresión de la enfermedad genera perdida de la
memoria y disminución de la coordinación muscular. Estos ejemplos muestran como
la apoptosis es importante en el mantenimiento de la homeostasis en los
organismos multicelulares y que la falla en la regulación de la apoptosis puede
degenerar en serios daños para el organismo.
12. El cáncer y su clasificación
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Aproximadamente uno de cada cinco de
nosotros morirá de cáncer, pero no es por eso que dedicamos un capítulo a esta
enfermedad. Las células cancerosas rompen las reglas más básicas del
comportamiento celular mediante el cual se crean y mantienen organismos
multicelulares, y explotan todo tipo de oportunidades para hacerlo. Estas
transgresiones ayudan a revelar cuáles son las reglas normales del
funcionamiento de un tejido y cómo se aplican. Como resultado, la investigación
sobre el cáncer ayuda a esclarecer los fundamentos de la biología celular,
especialmente la señalización celular, el ciclo celular y el crecimiento
celular, la muerte celular programada y el control de la arquitectura tisular.
Por supuesto, con una comprensión más profunda de estos procesos normales,
también obtenemos una comprensión más profunda de la enfermedad y mejores
herramientas para tratarla.
En este capítulo, primero debemos
considerar qué es el cáncer y describir la historia natural de la enfermedad
desde un punto de vista celular. Luego discutimos los cambios moleculares que
hacen que una célula sea cancerosa. Y terminamos el capítulo considerando cómo
nuestra comprensión mejorada de la base molecular del cáncer está conduciendo a
mejores métodos para su prevención y tratamiento.
12.1 Las células cancerosas se revelan e invaden
Las células cancerosas están definidas por
dos propiedades hereditarias:
👉 se
reproducen a pesar de las restricciones normales sobre el crecimiento celular y
la división
👉 invaden
y colonizan territorios normalmente reservados para otras células.
Es la combinación de estas propiedades lo que hace que los cánceres sean particularmente peligrosos. Una célula anormal que crece (aumenta en masa) y prolifera (se divide) fuera de control dará lugar a un tumor, o neoplasia, literalmente, un nuevo crecimiento. Sin embargo, mientras las células neoplásicas no se hayan vuelto invasoras, se dice que el tumor es benigno. Para la mayoría de los tipos de tales neoplasmas, la eliminación o destrucción local de la masa por lo general logra una cura completa.
Figura 12.1. Etapas de un
carcinoma o cáncer epitelial de conductos, siendo, estado normal, tumor benigno
y tumor maligno. Observe que aparte de estropear la función tisular, un cáncer
epitelial puede obstruir el conducto, lo cual puede causar la muerte
rápidamente.
Un tumor se considera un verdadero cáncer
si es maligno; es decir, cuando sus células han adquirido la capacidad de
invadir el tejido circundante. La invasividad es una característica esencial de
las células cancerosas. Les permite liberarse, ingresar a la sangre o vasos
linfáticos y formar tumores secundarios llamados metástasis en otros sitios del
cuerpo. En general, cuanto más se extienda un cáncer, más difícil será
erradicarlo. En general, las metástasis matan al paciente con cáncer debido a
que los tejidos metastáticos destruyen los tejidos normales por competencia, no
cumplen las funciones normales de los tejidos que eliminan y consumen más
recursos que los tejidos que eliminan. En resumen, ivaden, no producen nada y
consumen más que las células normales.
12.2 Clasificación
Los cánceres se clasifican
tradicionalmente de acuerdo con el tipo de tejido y célula del que surgen.
Carcinomas: Los carcinomas son cánceres que se originan en las células
epiteliales y son, con mucho, los cánceres más comunes en los humanos.
Representan aproximadamente el 80% de los casos, tal vez porque la mayor parte
de la proliferación celular en adultos ocurre en el epitelio. Además, los
tejidos epiteliales son los más propensos a estar expuestos a las diversas
formas de daño físico y químico que favorecen el desarrollo del cáncer.
Sarcomas: Los sarcomas surgen del tejido conectivo o las células
musculares. Los cánceres que no se encuentran en ninguna de estas dos amplias
categorías incluyen las diversas leucemias y linfomas, derivados de los
glóbulos blancos y sus precursores (células hematopoyéticas), así como los
cánceres derivados de las células del sistema nervioso. Cada categoría amplia
tiene muchas subdivisiones de acuerdo con el tipo de célula específica, la
ubicación en el cuerpo y la apariencia microscópica del tumor.
12.3 Benignos/malignos
En paralelo con el conjunto de nombres
para tumores malignos, existe un conjunto relacionado de nombres para tumores
benignos: un adenoma, por ejemplo, es un tumor epitelial benigno con una
organización glandular; el tipo correspondiente de tumor maligno es el
anadenocarcinoma. De manera similar, un condroma y un condrosarcoma son,
respectivamente, tumores benignos y malignos de cartílago.
13. El cáncer como un proceso microevolutivo
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El cuerpo de un animal funciona como una
sociedad o ecosistema, cuyos miembros individuales son células que se
reproducen por división celular y se organizan en conjuntos colaborativos
llamados tejidos. Sin embargo, este ecosistema es muy peculiar dado que es
no-Darwinista, las células deben funcionar de una manera determinada estándar y
promedio, esto a un sistema darwinista, donde las células compiten entre sí
para ver quien acumula más recursos y deja más progenie, como ocurre
naturalmente en una población de seres unicelulares como las bacterias. En
última instancia, todos los linajes de células somáticas en animales se han
comprometido a morir desinteresadamente: no dejan descendencia y en su lugar
dedican su existencia al apoyo de las células germinales, que son las únicas
que tienen una posibilidad de supervivencia continua. No hay ningún misterio en
esto, ya que el cuerpo es un clon derivado de un óvulo fertilizado, y el genoma
de las células somáticas es el mismo que el del linaje de células germinales
que da origen a los espermatozoides o los óvulos. Al sacrificarse por el bien
de las células germinales, las células somáticas ayudan a propagar copias de
sus propios genes a largo plazo.
Figura 13.1. Charles Darwin
es sin duda el padre de la biología moderna, el mecanismo que el desarrolló
para explicar la evolución de los seres vivos en el planeta también ha servido
para entender el comportamiento del cáncer.
Por lo tanto, a diferencia de las células
de vida libre como las bacterias, que compiten para sobrevivir, las células de
un organismo multicelular están comprometidas con la colaboración. Para
coordinar su comportamiento, las células envían, reciben e interpretan un
elaborado conjunto de señales extracelulares que sirven como controles
sociales, que dirigen a las células a actuar. Como resultado, cada célula se
comporta de una manera socialmente responsable: descansar, crecer, dividirse,
diferenciarse, morir o matar compañeras, según sea necesario para el bien del
organismo.
Las perturbaciones moleculares que alteran
esta armonía significan problemas para una sociedad multicelular. En un cuerpo
humano con más de 1014 células, miles de millones de células experimentan
mutaciones todos los días, lo que puede alterar los controles sociales. Más
peligrosamente, una mutación puede darle a una célula una ventaja selectiva,
permitiéndole crecer y dividirse un poco más vigorosamente y sobrevivir más
fácilmente que sus vecinos y de esta manera convertirse en el fundador de un
clon mutante en crecimiento, aunque esto es bueno cuando las células viven
libremente, es muy malo para una entidad cooperativa. Una mutación que promueva
tal comportamiento egoísta por miembros individuales de la comunidad puede
poner en peligro el futuro de toda la empresa. Con el tiempo, las rondas
repetidas de mutación, competición y selección natural que operan dentro de la
población de células somáticas pueden hacer que las cosas vayan de mal en peor.
Estos son los ingredientes básicos del cáncer: es una enfermedad en la que un
clon mutante individual de células comienza prosperando a expensas de sus
vecinos. Al final, a medida que el clon crece, evoluciona y se propaga, puede
destruir toda la sociedad celular.
El cáncer puede considerarse un
subproducto de los procesos generales que permiten la evolución de los
organismos en primer lugar, y de cierta forma puede considerarse como una
revuelta en contra del control dictatorial del cuerpo sobre sus células, sin
embargo, este comportamiento rebelde que se considera romántico en las
sociedades humanas, es un desastre para las sociedades celulares de organismos
multicelulares. El desarrollo del cáncer es por lo tanto un proceso
microevolutivo que tiene lugar en el transcurso de una vida humana y otros
seres multicelulares, en una subpoblación de células en el cuerpo. Pero el
proceso depende de los mismos principios de mutación y selección natural que
han impulsado la evolución de los organismos vivos en la Tierra durante miles
de millones de años, y por consecuencia, las células cancerígenas evolucionan y
se adaptan casi como si fueran algo inteligente, dado que el proceso evolutivo
es tan efectivo que siempre da esa ilusión.
13.1 Relación ancestro/cáncer
La mayoría de los cánceres tienen
características que reflejan su origen. Por ejemplo, las células de un
carcinoma de células basales, derivadas de una célula madre de queratinocitos
en la piel, generalmente continúan sintetizando los filamentos intermedios de
citoqueratina, mientras que las células de un melanoma, derivadas de una célula
de pigmento en la piel, a menudo (pero no siempre) continúan produciendo
gránulos de pigmento oscuro.
Figura 13.2. Esta micrografía
representa el caso de la figura anterior, Los patólogos utilizan terminología
estandarizada para clasificar los tipos de trastornos que ven, a fin de guiar
la elección del tratamiento. (A) En un epitelio escamoso estratificado, las
células en división se confinan a la capa basal. (B) En esta neoplasia
intraepitelial de bajo grado (mitad derecha de la imagen), se pueden encontrar
células en división en todo el tercio inferior del epitelio; las células
superfciales todavía están aplastadas y muestran signos de diferenciación, pero
esto es incompleto. (C) En la neoplasia intraepitelial de alto grado, las
células en todas las capas epiteliales proliferan y muestran una diferenciación
defectuosa. (D) La verdadera malignidad comienza cuando las células se mueven o
destruyen la lámina basal que subyace a la capa basal de epitelio e invade el
tejido conectivo subyacente.
Los cánceres que se originan en diferentes
tipos de células son, en general, enfermedades muy diferentes. Los carcinomas
de células basales de la piel, por ejemplo, son solo localmente invasivos y
raramente hacen metástasis, mientras que los melanomas pueden volverse mucho
más malignos y a menudo formar metástasis. Los carcinomas de células basales se
curan fácilmente mediante cirugía o irradiación local, mientras que los
melanomas malignos, una vez que se han metastatizado ampliamente, son
generalmente fatales.
13.2 Un ancestro común local
Incluso cuando un cáncer ha hecho metástasis, generalmente podemos rastrear sus orígenes hasta un solo tumor primario, que surge en un órgano específico, en un tejido específico, en una célula concreta. El tumor primario deriva de la división celular de una sola célula que inicialmente experimentó algún cambio hereditario. Posteriormente, se acumulan cambios adicionales en algunos de los descendientes de esta célula, lo que les permite crecer, dividirse y a menudo sobrevivir a sus vecinos más efectivamente. Cuando se detecta por primera vez, un cáncer humano típico se habrá estado desarrollando durante muchos años, contendrá mil millones de células cancerosas o más, y habrá acumulado una serie de adaptaciones para burlar al sistema inmune del cuerpo, así como para engañar a los mecanismos de soporte para secuestrar recursos nutricionales y de manejo de desechos. Los tumores generalmente también contendrán una variedad de otros tipos de células; por ejemplo, los fibroblastos estarán presentes en el tejido conectivo de soporte asociado con un carcinoma, además de las células inflamatorias y endoteliales vasculares. ¿Cómo podemos estar seguros de que las células cancerosas son descendientes clonales de una única célula anormal?
Figura 13.3. Durante la
primera mitad del siglo XX la industria del tabaco creció a un ritmo acelerado,
y consigo los incidentes de cáncer de pulmón con un tiempo refractario de unos
20 años. En esta imagen podemos ver la correlación cáncer de pulmón y uso de
cigarrillo como función del tiempo, y una comparación con el cáncer de pulmón
no relacionado al tabaco. Estas estimaciones estadísticas no convencieron a
algunos científicos como Ronald Fisher, padre de la estadística moderna, pero a
final de cuentas se demostró que el caso era más que una correlación
estadística, y a pesar de las campañas negacioncitas pagadas por la industria
tabacalera, hoy se sabe que el humo de vapores de combustión como los de
cualquier cigarrillo “sin importar necesariamente el agente activo” induce
cáncer de pulmón.
Una forma de probar el origen clonal es a
través del análisis molecular de los cromosomas en las células tumorales. En
casi todos los pacientes con leucemia mielógena crónica (LMC), por ejemplo,
podemos distinguir los leucocitos leucémicos de las células normales del
paciente por una anomalía cromosómica específica: el llamado cromosoma
Filadelfia, creado por una translocación entre los brazos largos de cromosomas
9 y 22. Normalmente la translocación es
un mecanismo que intercambia brazos
cromosómicos entre dos cromosomas homólogos, es decir que tienen el mismo
número y mismo conjunto de genes, es decir 9 con 9 y 22 con 22, este mecanismo
permite que, durante la meiosis se generen gametos con combinaciones nuevas que
mejoran el sistema inmune de los descendientes, sin embargo una translocación
anormal, en células que no deberían recombinar causa problemas.
Cuando el ADN en el sitio de translocación
es clonado y secuenciado, se encuentra que el sitio de rotura y reincorporación
de los fragmentos translocados es idéntico en todas las células leucémicas en
cualquier paciente dado, pero que este sitio difiere ligeramente (en algunos
cientos o mil pares de bases) de un paciente a otro. Este es el resultado
esperado si, y solo si, el cáncer en cada paciente surge de un accidente único
que ocurre en una sola célula, y que el sitio del accidente es frágil, por lo
que tiene más probabilidades de surgir que otros tipos de translocaciones.
13.3 La evolución darwiniana es demasiado
eficiente
Si una sola célula anormal es para dar
lugar a un tumor, debe transmitir su anormalidad a su progenie: la aberración/adaptación
tiene que ser hereditaria. Por lo tanto, el desarrollo de un clon de células
cancerosas depende de los cambios genéticos. Las células tumorales contienen
mutaciones somáticas: tienen una o más anomalías detectables compartidas en su
secuencia de ADN que las distinguen de las células normales que rodean al tumor.
Las mutaciones se llaman somáticas porque ocurren en el soma, o células del cuerpo,
no en la línea germinal. Los cánceres también son impulsados por cambios
epigenéticos: cambios hereditarios persistentes en la expresión génica que
resultan de modificaciones en la estructura de la cromatina sin alteración de
la secuencia de ADN de la célula. Pero las mutaciones somáticas que alteran la
secuencia de ADN parecen ser una característica fundamental y universal, y el
cáncer es, en este sentido, una enfermedad genética subproducto de mecanismos
evolutivos naturales.
Los factores que causan cambios genéticos
tienden a provocar el desarrollo del cáncer. La carcinogénesis (la generación
de cáncer) se puede vincular a la mutagénesis (la producción de un cambio en la
secuencia de ADN). Esta correlación es particularmente clara para tres clases
de agentes externos:
👉 carcinógenos
químicos (que normalmente provocan cambios locales simples en la secuencia de
nucleótidos)
👉 radiación,
como rayos X (que normalmente provocan roturas y translocaciones cromosómicas)
o luz ultravioleta (UV) (que causa alteraciones específicas de la base del
ADN).
👉 Virus
que afectan directamente el genoma de las células infectadas, o lesiones
crónicas.
14. Factores relacionados a las células cancerosas
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14.1 Factores hereditarios:
Como era de esperar, las personas que han
heredado un defecto genético en uno de varios mecanismos de reparación del ADN,
causando que sus células acumulen mutaciones a un ritmo elevado, corren un
mayor riesgo de cáncer. Los ratones con la enfermedad del xeroderma pigmentoso,
por ejemplo, tienen defectos en el sistema que reparan el daño del ADN inducido
por la luz ultravioleta, y tienen una incidencia mucho mayor de cánceres de
piel.
14.2 Casi como un ser inteligente:
Al igual que un ser vivo tan exquisitamente
adaptado a su ambiente que parece obra de un ser inteligente, un cáncer
aberrantemente invasivo y resistente es producto de la acumulación progresiva
de mutaciones que mejoran su aptitud reproductiva y de su pervivencia, en el
fondo es el mismo mecanismo, la selección natural y la variabilidad aleatoria
que dan lugar a seres impresionantemente optimizados para sobrevivir. Y en
ambos casos, no se trata de una sola mutación o de un solo evento al azar el
proceso es darwinista, en el sentido de una acumulación gradual de cambios que
benefician la población de células egoístas.
14.3 Las células cancerosas se producen todo el tiempo:
Se estima que 1016 divisiones
celulares ocurren en un cuerpo humano normal en el curso de una vida normal; en
un ratón, con su menor número de células y su vida útil más corta, el número es
aproximadamente 1012. Incluso en un ambiente libre de mutágenos, las
mutaciones ocurrirían espontáneamente a una tasa estimada de aproximadamente 10-6
mutaciones por gen por división celular, es un valor muy bajo. Este valor bajo
se da por limitaciones fundamentales en la precisión de la replicación y
reparación del ADN y por el efecto del sistema inmune. En una vida normal, cada
gen es probable que haya sufrido una mutación en aproximadamente 1010
ocasiones distintas en un ser humano, o en alrededor de 106
ocasiones en un ratón. Entre las células mutantes resultantes, podríamos
esperar un gran número que haya sufrido mutaciones deletéreas en los genes que
regulan el crecimiento y la división celular, haciendo que las células
desobedezcan las restricciones normales sobre la proliferación celular. Desde
este punto de vista, el problema del cáncer parece no ser el motivo por el que
ocurre, sino por qué ocurre tan infrecuentemente.
14.4 Relación con la edad:
Claramente, si una mutación en un solo gen
fuera suficiente para convertir una célula saludable típica en una célula
cancerosa, no seríamos organismos viables. Muchas líneas de evidencia indican
que el desarrollo de un cáncer generalmente requiere que ocurra un número
considerable de accidentes genéticos y epigenéticos independientes y raros en
el linaje que emana de una sola célula. Una de esas indicaciones proviene de
los estudios epidemiológicos de la incidencia del cáncer en función de la edad.
Si una sola mutación fuera responsable del cáncer, y se presentara con una
probabilidad fija por año, la posibilidad de desarrollar cáncer en cualquier
año de vida debería ser independiente de la edad. De hecho, para la mayoría de
los tipos de cáncer, la incidencia aumenta abruptamente con la edad, como
cabría esperar si el cáncer es causado por una acumulación progresiva y
aleatoria de un conjunto de mutaciones en un solo linaje de células. Estos
argumentos indirectos ahora se han confirmado mediante la secuenciación
sistemática de los genomas de las células tumorales de pacientes con cáncer
individual y la catalogación de las mutaciones que contienen.
15. El cáncer progresa darwinianamente
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Para los cánceres que se sabe que tienen
una causa externa específica, la enfermedad generalmente no se manifiesta hasta
mucho después de la exposición al agente causal. La incidencia de cáncer de
pulmón, por ejemplo, no comienza a aumentar de manera pronunciada hasta después
de décadas de fumar intensamente o aspirar asbesto.
Del mismo modo, la incidencia de leucemias en Hiroshima y Nagasaki no mostró un aumento notable hasta aproximadamente 5 años después de la explosión de las bombas atómicas, y los trabajadores industriales expuestos durante un período limitado a carcinógenos químicos generalmente no desarrollan los cánceres característicos de su ocupación hasta 10, 20 o incluso más años después de la exposición. Durante este largo período de incubación, las células cancerígenas potenciales experimentan una sucesión de cambios, y lo mismo se aplica presumiblemente a los cánceres en los que la lesión genética inicial no tiene una causa externa tan obvia.
Figura 15.1. El
microambiente tumoral juega un papel en la tumorogénesis. Los tumores consisten
en muchos tipos de células, que incluyen células cancerosas, células
endoteliales, pericitos (células del músculo liso vascular), fibroblastos y
glóbulos blancos inflamatorios. La comunicación entre estos y otros tipos de
células juega un papel importante en el desarrollo tumoral. Tenga en cuenta,
sin embargo, solo hay datos de que las células cancerosas son las únicas
genéticamente anormales en un tumor. El resto solo son manipuladas por las
células cancerosas.
15.1 Acumulación de mutaciones
El concepto de que el desarrollo de un
cáncer requiere una acumulación gradual de mutaciones en varios genes
diferentes ayuda a explicar el fenómeno bien conocido de la progresión tumoral,
por el cual un trastorno inicial leve del comportamiento celular evoluciona
gradualmente “evolución gradual = evolución darwiniana” a un cáncer en toda
regla. La leucemia mielógena crónica nuevamente proporciona un claro ejemplo.
Comienza como un trastorno caracterizado por una sobreproducción no letal de glóbulos blancos y continúa en esta forma durante varios años antes de convertirse en una enfermedad que progresa mucho más rápidamente y que generalmente termina en la muerte en unos pocos meses. En la fase crónica inicial, las células leucémicas se distinguen principalmente por la translocación cromosómica (el cromosoma Filadelfia) mencionada anteriormente, aunque puede haber otros cambios genéticos o epigenéticos menos visibles.
Figura 15.2. Pasos de una
metástasis. Este ejemplo ilustra la diseminación de un tumor desde un órgano
tal como la vejiga hasta el hígado. Las células tumorales pueden ingresar al
torrente sanguíneo directamente al cruzar la pared de un vaso sanguíneo, como
se muestra aquí, o, más comúnmente quizás, al cruzar la pared de un vaso
linfático que finalmente descarga su contenido (linfa) en el torrente
sanguíneo. Las células tumorales que han ingresado en un vaso linfático a
menudo quedan atrapadas en los ganglios linfáticos a lo largo del camino, dando
lugar a metástasis en los ganglios linfáticos. Los estudios en animales
muestran que típicamente menos de una de cada mil células tumorales malignas
que ingresan al torrente sanguíneo colonizarán un nuevo tejido para producir un
tumor detectable en un nuevo sitio.
En la fase aguda posterior, las células
que muestran no solo la translocación sino también otras varias anomalías
cromosómicas invaden el sistema hematopoyético (formador de sangre). Parece que
las células del clon de mutaciones iniciales han sufrido más mutaciones que las
hacen proliferar aún más vigorosamente, de modo que superan tanto a las células
sanguíneas normales como a sus ancestros con la translocación cromosómica
primaria. El hecho de que el proceso sea esencialmente el mismo en todos los
pacientes de leucemia ejemplifica una de las características de la evolución
darwinista, aunque las mutaciones se dan al azar, cuando estas son filtradas
por la selección natural, solo quedan aquellas que en efecto causan una mejora
en la supervivencia, lo que generan adaptaciones convergentes, soluciones
semejantes a un mismo problema buscando soluciones al azar.
Los carcinomas y otros tumores sólidos
evolucionan de manera similar. Aunque muchos de estos cánceres en humanos no se
diagnostican hasta una etapa relativamente tardía, en algunos casos es posible
observar los pasos anteriores y, relacionarlos con cambios genéticos
específicos.
15.2 Los tejidos se hacen inestables con la edad
La mayoría de las células cancerosas
humanas acumulan cambios genéticos a una velocidad anormalmente rápida y se
dice que son genéticamente inestables. El grado de esta inestabilidad y sus
orígenes moleculares difieren de cáncer a cáncer y de paciente a paciente, como
veremos en una sección posterior. El fenómeno básico era evidente incluso antes
del análisis molecular moderno. Por ejemplo, las células de muchos cánceres
muestran conjuntos anormalmente anormales de cromosomas, con duplicaciones,
eliminaciones y translocaciones que son visibles en la mitosis. Cuando las
células se mantienen en cultivo, a menudo se puede ver que estos patrones de
disrupción cromosómica evolucionan rápidamente y de una manera aparentemente
fortuita. Y durante muchos años, los patólogos han utilizado una apariencia
anormal del núcleo de la célula para identificar y clasificar las células de
cáncer en biopsias de tumores; en particular, las células cancerosas pueden
contener una cantidad inusualmente grande de heterocromatina, una forma
condensada de cromatina interfase que silencia los genes. Esto sugirió que los
cambios epigenéticos de la estructura de la cromatina también pueden contribuir
al fenotipo de la célula cancerosa, según lo confirmado recientemente por el
análisis molecular.
Figura 15.3. Aunque la
fuente del cáncer es la mutación azarosa, existen otros mecanismos no azarosos
que afectan su desarrollo, pues de lo contrario las barras de cáncer en función
de la edad deberían ser iguales. Resulta interesante que los individuos que
pasan la frontera de los 84 años son de cierta manera aquellos genéticamente
más resistentes al cáncer dado que la probabilidad disminuye en este rango de
edad.
La inestabilidad genética observada en las
células cancerosas puede deberse a defectos en la capacidad de reparar el daño
del ADN o corregir errores de replicación de varios tipos. Estas alteraciones
conducen a cambios en la secuencia de ADN y producen reordenamientos tales como
translocaciones y duplicaciones de ADN. También son comunes los defectos en la
segregación cromosómica durante la mitosis, que proporcionan otra posible
fuente de inestabilidad cromosómica y cambios en el cariotipo.
Desde una perspectiva evolutiva, nada de
esto debería ser una sorpresa: cualquier cosa que aumente la probabilidad de
cambios aleatorios en la función genética hereditaria de una generación de
células a otra -y que no sea demasiado perjudicial- probablemente acelerará la
evolución de un clon de células hacia la malignidad, lo que hace que esta
propiedad se seleccione durante la progresión tumoral.
15.3 Superando los controles poblacionales
Muchas células humanas normales tienen un
límite incorporado al número de veces que pueden dividirse cuando se las estimula
a proliferar en un cultivo: dejan de dividirse permanentemente después de un
cierto número de duplicaciones de la población (25-50 para los fibroblastos
humanos, por ejemplo). Este mecanismo de recuento de división celular se
denomina senescencia celular replicativa, y generalmente depende del
acortamiento progresivo de los telómeros en los extremos de los cromosomas
“puntas extremas de los cromosomas que los protegen”, un proceso que finalmente
cambia su estructura. La replicación del ADN de los telómeros durante la fase S
depende de la enzima telomerasa, que mantiene su secuencia de ADN telomérica
especial estable. Debido a que muchas células humanas proliferativas (siendo
las células madre una excepción) son deficientes de telomerasa, sus telómeros
se acortan con cada división, y sus tapas protectoras se deterioran, creando
una señal de daño en el ADN. Eventualmente, los extremos del cromosoma alterado
pueden desencadenar un paro permanente del ciclo celular, causando la muerte de
una célula normal.
Las células cancerosas humanas evitan la
senescencia celular replicativa en una de dos formas. Pueden mantener la
actividad de la telomerasa a medida que proliferan, de modo que sus telómeros
no se acorten o se destapen, o pueden desarrollar un mecanismo alternativo
basado en la recombinación homóloga (llamada ALT) para alargar sus extremos
cromosómicos. Independientemente de la estrategia utilizada, el resultado es
que las células cancerosas continúan proliferando en condiciones en las que las
células normales se detendrían autónomamente.
15.4 La matriz extracelular
Mientras que las células cancerosas en un
tumor son portadoras de mutaciones peligrosas y son a menudo extremadamente
anormales, las otras células del tumor, especialmente las del tejido conectivo
de soporte, o estroma, están lejos de ser espectadores pasivos. El desarrollo
de un tumor depende de una comunicación bidireccional entre las células
tumorales y el estroma tumoral, del mismo modo que el desarrollo normal de los
órganos epiteliales depende de la comunicación entre las células epiteliales y
las mesenquimales.
El estroma proporciona un marco para el tumor. Está compuesto por tejido conjuntivo normal que contiene fibroblastos y glóbulos blancos inflamatorios, así como las células endoteliales que forman vasos sanguíneos y linfáticos con sus pericitos y células de músculo liso concomitantes. A medida que progresa el carcinoma, las células cancerosas inducen cambios en el estroma secretando proteínas señal que alteran el comportamiento de las células estromales, así como las enzimas proteolíticas que modifican la matriz extracelular. Las células estromales a su vez actúan sobre las células tumorales, secretando proteínas señal que estimulan el crecimiento y la división de células cancerosas, así como las proteasas que remodelan aún más la matriz extracelular. De esta forma, el tumor y su estroma evolucionan juntos, como las malezas y el ecosistema que invaden, y el tumor se vuelve dependiente de sus células estromales particulares. Los experimentos con ratones indican que el crecimiento de algunos carcinomas trasplantados depende de los fibroblastos asociados a tumores y que los fibroblastos normales no funcionarian.
Figura 15.4. Progresión del cáncer (YouTube).
16. Invasión y metástasis
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Una vez que se han acumulado las
suficientes mutaciones para que una célula se convierta en una entidad egoísta
y sea lo suficientemente hábil para evitar al sistema inmune , lo que sigue es el
proceso de invasión. Por lo general, las células cancerosas necesitan
diseminarse y multiplicarse en nuevos sitios en el cuerpo para matarnos, a
través de un proceso llamado metástasis. Este es el aspecto más mortal y menos
comprendido del cáncer, ya que es responsable del 90% de las muertes asociadas
al cáncer. Al propagarse a través del cuerpo, un cáncer se vuelve casi
imposible de erradicar mediante cirugía o irradiación local. La metástasis es
en sí misma un proceso de pasos múltiples: las células cancerosas primero tienen
que invadir los tejidos y vasos locales, moverse a través de la circulación,
abandonar los vasos y luego establecer nuevas colonias celulares en sitios
distantes. Cada uno de estos eventos es complejo y la mayoría de los mecanismos
moleculares involucrados aún no están claros.
16.1 Invasividad
Para que una célula cancerosa se vuelva
peligrosa, debe liberarse de las restricciones que mantienen a las células
normales en el lugar adecuado y evitar que invadan los tejidos vecinos. La
invasividad es, por lo tanto, una de las propiedades definitorias de los
tumores malignos, que muestran un patrón de crecimiento desorganizado y bordes
irregulares, con extensiones en el tejido circundante. Aunque los cambios
moleculares subyacentes no se comprenden bien, la invasividad casi con seguridad
requiere una interrupción de los mecanismos adhesivos que normalmente mantienen
a las células unidas a sus vecinos adecuados y a la matriz extracelular.
16.2 Metastasis
El siguiente paso en la metástasis -el
establecimiento de colonias en órganos distantes- comienza con la entrada a la
circulación: las células cancerosas invasivas deben penetrar en la pared de un
vaso sanguíneo o linfático. Los vasos linfáticos, que son más grandes y tienen
paredes más flácidas que los vasos sanguíneos, permiten que las células cancerosas
entren en pequeños grupos; tales grupos pueden quedar atrapados en los ganglios
linfáticos, dando lugar a metástasis ganglionares. Las células cancerosas que
entran en los vasos sanguíneos, en cambio, parecen hacerlo individualmente. Con
las técnicas modernas para clasificar las células de acuerdo con sus
propiedades superficiales, en algunos casos ha sido posible detectar estas
células tumorales circulantes (CTC) en muestras de sangre de pacientes con
cáncer, a pesar de que son solo una fracción diminuta del total de células
sanguíneas. Estas células, al menos en principio, proporcionan una muestra útil
de la población de células tumorales para el análisis genético.
Si las células cancerosas que ingresan a
los vasos linfáticos o sanguíneos, solo una pequeña proporción logran salir,
establecerse en nuevos sitios y sobrevivir y proliferar allí como fundadores de
metástasis. Los experimentos muestran que menos de uno en miles, tal vez uno en
millones, logra esta hazaña mortífera. El paso final de la colonización parece
ser el más difícil: al igual que los vikingos que desembarcaron en las
inhóspitas costas de Groenlandia, las células migratorias pueden dejar de
sobrevivir en el ambiente extraño; o solo pueden prosperar allí durante un
tiempo para fundar una pequeña colonia, una micrometástasis, que luego se
extingue.
16.3 Latencia
Muchos cánceres se descubren antes de que hayan logrado encontrar colonias metastásicas y se pueden curar mediante la destrucción del tumor primario. Pero en ocasiones, una micrometástasis no detectada permanecerá latente durante muchos años, solo para revelar su presencia haciendo erupción en crecimiento para formar un gran tumor secundario mucho después de que se haya eliminado el tumor primario.
17. Prevención y tratamiento del cáncer
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Podemos aplicar la creciente comprensión de la biología molecular del cáncer para agudizar nuestro ataque a la enfermedad en tres niveles: prevención, diagnóstico y tratamiento. Siempre es mejor prevenir que curar y, de hecho, muchos cánceres se pueden prevenir, especialmente evitando fumar, y aquí estamos hablando de aspirar cualquier tipo de vapor de combustión, el agente activo del humo es secundario al hecho de que la combustión de cualquier sustancia orgánica genera carcinógenos. Los ensayos moleculares altamente sensibles prometen nuevas oportunidades para un diagnóstico más temprano y más preciso, con el objetivo de detectar tumores primarios cuando todavía son pequeños y aún no han hecho metástasis. Los cánceres capturados en estas etapas tempranas a menudo pueden cortarse de raíz mediante cirugía o radioterapia. Sin embargo, la enfermedad maligna en toda regla continuará siendo común durante muchos años, y los tratamientos contra el cáncer seguirán siendo necesarios.
Figura 17.1. La industria del tabaco (YouTube).
17.1 Las causas de muchos canceres son prevenibles
Se espera una cierta incidencia
irreductible de antecedentes de cáncer, independientemente de las
circunstancias. Las mutaciones nunca se pueden evitar del todo porque son una
consecuencia ineludible de las limitaciones fundamentales en la exactitud de la
replicación y reparación del ADN, las cuales se han mantenido en el curso de la
evolución por el mismo hecho de que son ellas las que la impulsan. Si una
persona puede vivir lo suficiente, es inevitable que al menos una de sus
células eventualmente acumule un conjunto de mutaciones suficientes para que se
desarrolle el cáncer.
Sin embargo, los factores ambientales
parecen jugar un papel importante en la determinación del riesgo de cáncer.
Esto se demuestra más claramente mediante una comparación de la incidencia del
cáncer en diferentes países: para casi todos los cánceres que son comunes en un
país, hay otro país donde la incidencia es mucho menor. Debido a que las
poblaciones migrantes tienden a adoptar el patrón de incidencia de cáncer
típico de su nuevo país de acogida, se cree que las diferencias se deben
principalmente a factores ambientales, no genéticos. A partir de estos
hallazgos, se ha sugerido que el 80-90% de los cánceres deben ser evitables, o
al menos postponibles, y si se eliminara las causas locales, completamente
evitables poblacionalmente.
Desafortunadamente, los diferentes tipos de cáncer tienen diferentes factores de riesgo ambientales, y una población que escapa de uno de esos peligros suele estar expuesta a otro. Esto no es, sin embargo, inevitable. Existen algunos subgrupos humanos cuya forma de vida reduce sustancialmente la tasa total de mortalidad por cáncer entre las personas de una determinada edad. Bajo las condiciones actuales en los Estados Unidos y Europa, aproximadamente una de cada cinco personas morirá de cáncer. Pero la incidencia de cáncer entre los mormones estrictos en Utah -quienes evitan el alcohol, la cocaína, el tabaco, las drogas y el sexo casual- es solo la mitad de la incidencia para los miembros no practicantes de la misma familia o para los estadounidenses en general.
Figura 17.2. Asbesto (YouTube).
Aunque tales observaciones en poblaciones humanas indican que el cáncer a menudo puede evitarse, en la mayoría de los casos ha sido difícil -con el tabaco como una notable excepción- identificar los factores ambientales específicos responsables de estas grandes diferencias de población o establecer cómo actúan. Sin embargo, se han identificado varias clases importantes de factores de riesgo de cáncer ambiental. Uno piensa primero en mutágenos. Pero también hay muchas otras influencias, que incluyen la cantidad de alimentos que comemos, las hormonas que circulan en nuestro cuerpo y las irritaciones, infecciones y daños a los que exponemos nuestros tejidos, que no son menos importantes y favorecen el desarrollo de la enfermedad.
Figura 17.3. Alcohol y cáncer (YouTube).
17.2 Nuestro cuerpo tiene características bien
estúpidas
Los carcinógenos químicos tienen una
estructura diversa, una gran proporción de ellos tienen al menos una propiedad
compartida: causan mutaciones. En una prueba común de mutagenicidad (la prueba
de Ames), el carcinógeno se mezcla con un extracto activador preparado a partir
de células de hígado de rata (para imitar el procesamiento bioquímico que
ocurre en un animal intacto). La mezcla luego se agrega a un cultivo de
bacterias de prueba especialmente diseñadas y se mide la tasa de mutación
bacteriana. La mayoría de los compuestos calificados como mutagénicos por este
ensayo rápido y conveniente en bacterias también causan mutaciones o
aberraciones cromosómicas cuando se prueban en células de mamíferos.
Algunos de estos carcinógenos actúan
directamente sobre el ADN. Pero, en general, los más potentes son químicamente
inertes sin la presencia del hígado; estos productos químicos se vuelven
dañinos solo después de que se han convertido a una molécula más reactiva por
procesos metabólicos en el hígado, catalizados por un conjunto de enzimas
intracelulares conocidas como las oxidasas del citocromo P-450. Estas enzimas
normalmente ayudan a convertir las toxinas ingeridas en compuestos inocuos y
fácilmente excretados. Desafortunadamente, su actividad en ciertos productos
químicos genera subproductos altamente mutagénicos. Los ejemplos de
carcinógenos activados de esta manera incluyen benzo[a]pireno, una sustancia
química cancerígena presente en el alquitrán de hulla y el humo de la combistión
de tabaco y otras sustancias orgánicas; y la toxina fúngica aflatoxina B1.
17.3 El estilo de vida y el cáncer
El humo de combustión orgánica es el
carcinógeno más importante en el mundo de hoy, siendo este representado por
combustión de cigarrillos, así como quema de carbón. A pesar de que se han
identificado muchos otros carcinógenos químicos, ninguno de ellos parece ser
responsable del mismo número de muertes por cáncer humano ni de cerca. A veces
se piensa que las principales causas ambientales del cáncer son producto de un
modo de vida altamente industrializado: el aumento de la contaminación, el uso
mejorado de aditivos alimentarios, etc., pero hay poca evidencia que respalde
este punto de vista. La idea puede deberse en parte a la identificación de
algunos materiales altamente cancerígenos utilizados en la industria, como la
2-naftilamina y el amianto/asbesto. Excepto por el aumento de cánceres causados
por el tabaquismo, sin embargo, las tasas de mortalidad ajustadas por edad
para los cánceres humanos más comunes se han mantenido prácticamente iguales durante
el último medio siglo o, en algunos casos, han disminuido significativamente.
Las tasas de supervivencia, además, han mejorado. Hace treinta años, menos del
50% de los pacientes vivían más de cinco años desde el momento del diagnóstico;
ahora, más del 67% lo hacen.
La mayoría de los factores cancerígenos
que se sabe que son significativos no son de ninguna manera específicos del
mundo moderno. El carcinógeno conocido más potente, al menos por ciertos
análisis, es la aflatoxina B1. Es producida por hongos que contaminan
naturalmente alimentos como el maní tropical y es una causa importante de
cáncer de hígado en África y Asia. Excepto por el tabaco, las toxinas químicas
y los mutágenos son de menor importancia como causas contribuyentes del cáncer
que otros factores que son más una cuestión de elección personal. Un factor
importante es la cantidad de alimentos que comemos: como se mencionó
anteriormente, el riesgo de cáncer aumenta mucho en personas obesas. De hecho,
se estima que hasta el 50% de todos los cánceres podrían evitarse mediante
cambios sencillos e identificables en el estilo de vida.
17.4 Virus y otros patógenos
El cáncer en humanos no es una enfermedad
infecciosa, y la mayoría de los cánceres humanos no tienen ninguna causa
infecciosa. Sin embargo, se cree que una pequeña pero significativa proporción
de cánceres humanos, quizás un 15% en el mundo como un todo, surge por
mecanismos que involucran virus, bacterias o parásitos. La evidencia de su
participación proviene en parte de la detección de virus en pacientes con
cáncer y en parte de la epidemiología. El cáncer del cuello uterino está
asociado con la infección con un virus del papiloma, mientras que el cáncer de
hígado es muy común en algunas partes del mundo (África y el sudeste de Asia)
donde las infecciones virales de hepatitis B son comunes. La infección crónica
con el virus de la hepatitis C, que ha infectado a 170 millones de personas en
todo el mundo, también está claramente asociada con el desarrollo de cáncer de
hígado, y la infección con parásitos de Toxoplasma
spp., está asociado a una mayor probabilidad de desarrollar cáncer.
Los principales culpables, son los virus
de ADN. Los virus tumorales de ADN causan cáncer por la ruta más directa al
interferir con los controles del ciclo celular y la apoptosis. Para comprender
este tipo de carcinogénesis viral, es importante revisar el historial de vida
de los virus. Muchos virus de ADN utilizan la maquinaria de replicación de ADN
de la célula huésped para replicar sus propios genomas. Sin embargo, para
producir una gran cantidad de partículas de virus infecciosas dentro de una
sola célula hospedadora, el virus ADN tiene que controlar esta maquinaria y
manejarla con fuerza, rompiendo las restricciones normales en la replicación
del ADN y generalmente matando a la célula huésped en el proceso. Muchos virus
de ADN se reproducen solo de esta manera. Pero algunos tienen una segunda
opción: pueden propagar su genoma como un pasajero callado y con buen
comportamiento en la célula huésped, replicando en paralelo con el ADN de la
célula huésped (integrado en el genoma del huésped, o como un plásmido
extracromosómico) en el curso de los ciclos de división celular ordinarios.
Estos virus cambiarán entre dos modos de existencia según las circunstancias, permaneciendo
latentes e inofensivos durante mucho tiempo, pero luego proliferando en células
suicidas en un proceso que mata a la célula huésped y genera un gran número de
partículas infecciosas.
Ninguna de estas condiciones convierte la
célula hospedadora en un carácter canceroso, ni tampoco lo hace en interés del
virus. Pero para los virus con una fase latente, pueden ocurrir accidentes que
activan prematuramente algunas de las proteínas virales que el virus
normalmente usaría en su fase de replicación para permitir que el ADN viral se
replique independientemente del ciclo celular. Como se describe en el siguiente
ejemplo, este tipo de accidente puede activar la proliferación persistente de
la célula hospedadora, lo que provoca cáncer.
17.5 La vacuna del papiloma humano
Los papilomavirus son un excelente ejemplo
de virus tumorales de ADN. Son responsables de las verrugas humanas y son
especialmente importantes como causa del carcinoma del cuello uterino: este es
el segundo cáncer más común entre las mujeres en el mundo, representa alrededor
del 6% de todos los cánceres humanos. Los virus del papiloma humano (VPH)
infectan el epitelio cervical y se mantienen en una fase latente en la capa
basal de las células como plásmidos extracromosómicos, que se replican paso a
paso con los cromosomas. Las partículas de virus infecciosas se generan a
través de un cambio a una fase replicativa en las capas epiteliales externas, a
medida que la progenie de estas células comienza a diferenciarse antes de
separarse de la superficie. Aquí, la división celular normalmente debería
detenerse, pero el virus interfiere con este arresto del ciclo celular para
permitir la replicación de su propio genoma. Usualmente, el efecto está
restringido a las capas externas de las células y es relativamente inofensivo,
como en una verruga. Ocasionalmente, sin embargo, un accidente genético hace
que los genes virales que codifican las proteínas que impiden la detención del
ciclo celular se integren en el cromosoma del huésped y se vuelvan activos en
la capa basal, donde residen las células madre del epitelio. Esto puede
conducir al cáncer, con los genes virales actuando como oncogenes.
Todo el proceso, desde la infección
inicial hasta el cáncer invasivo, es lento, demorando muchos años. Implica una
etapa intermedia larga cuando el parche afectado del epitelio cervical está
visiblemente desordenado, pero las células aún no han comenzado a invadir el
tejido conectivo subyacente, un fenómeno llamado neoplasia intraepitelial.
Muchas de estas lesiones regresan espontáneamente. Además, en esta etapa,
todavía es fácil curar la condición destruyendo o eliminando quirúrgicamente el
tejido anormal. Afortunadamente, la presencia de tales lesiones se puede
detectar raspando una muestra de células de la superficie del cuello uterino y
observándolas bajo el microscopio (la técnica de "Papanicolaou").
Mejor aún, ahora se ha desarrollado una
vacuna que protege contra la infección con las cepas relevantes del virus del
papiloma humano. Esta vacuna, administrada a las niñas antes desde la pubertad
y, por lo tanto, antes de que se vuelvan sexualmente activas, ha demostrado que
reduce enormemente el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Debido a
que el virus se propaga a través de la actividad sexual, ahora se recomienda
que los hombres jóvenes y las mujeres jóvenes se vacunen de forma rutinaria.
Los programas masivos de inmunización han comenzado en varios países. Sin
embargo, esto es solo un tipo muy concreto de cáncer.
17.6 La evolucionabilidad del cáncer
La dificultad de curar un cáncer es
similar a la dificultad de deshacerse de las malas hierbas. Las células
cancerosas se pueden extirpar quirúrgicamente o se pueden destruir con
productos químicos tóxicos o radiación, pero es difícil erradicar a cada una de
ellas. La cirugía raramente puede descubrir cada metástasis, y los tratamientos
que matan las células cancerosas también son generalmente tóxicos para las
células normales. Además, a diferencia de las células normales, las células
cancerosas pueden mutar rápidamente y, a menudo, desarrollar resistencia a los
venenos y la irradiación utilizada contra ellos.
A pesar de estas dificultades, ya se han
encontrado curas efectivas que usan medicamentos anticancerosos (solos o en
combinación con otros tratamientos) para algunos cánceres altamente letales,
incluido el linfoma de Hodgkin, el cáncer testicular, el coriocarcinoma y
algunas leucemias y otros cánceres de la infancia. Incluso para los tipos de
cáncer en los que la cura parece estar fuera de nuestro alcance, existen tratamientos
que prolongarán la vida o al menos aliviarán la angustia.
Las grandes esperanzas tienen que ser
atemperadas con realidades aleccionadoras. Hemos visto que la inestabilidad
genética puede proporcionar un talón de Aquiles que las terapias contra el
cáncer pueden explotar, pero al mismo tiempo puede hacer que la erradicación de
la enfermedad sea más difícil al permitir que las células cancerosas
desarrollen resistencia a fármacos terapéuticos, a menudo a un ritmo alarmante.
Esto se aplica incluso a los medicamentos que se dirigen a la inestabilidad
genética en sí.
Hay muchas estrategias diferentes por las
cuales los cánceres pueden desarrollar resistencia a los medicamentos contra el
cáncer. A menudo, un tratamiento farmacológico inicial reducirá drásticamente
el tamaño de un cáncer y todas las células tumorales detectables desaparecerán.
Pero meses o años después, el cáncer reaparecerá en una forma alterada que es
resistente a la droga que al principio tuvo tanto éxito. En tales casos, el
tratamiento farmacológico inicial evidentemente no ha logrado destruir una
pequeña fracción de células en la población original de células tumorales.
Estas células han escapado a la muerte porque portan una mutación protectora o
un cambio epigenético, o quizás simplemente porque estaban al acecho en un
entorno protegido. Finalmente, pueden regenerar el cáncer al continuar
proliferando, mutando y evolucionando aún más mientras lo hacen.
En algunos casos, las células que están
expuestas a un medicamento contra el cáncer desarrollan una resistencia no solo
a ese medicamento, sino también a otros medicamentos a los que nunca han estado
expuestos. Estas mutaciones están relacionadas con proteínas integrales de
membrana que saca las drogas lipofílicas de la célula. La sobreproducción de
estas proteínas por parte de una célula cancerosa puede evitar la acumulación
intracelular de muchos fármacos citotóxicos, aun cuando no hubieran estado
expuestos a ellos previamente, haciendo que la célula sea insensible a ellos.
En la lucha de ida y vuelta entre el
cáncer metastásico avanzado y el terapeuta, según la práctica actual, el cáncer
generalmente gana al final. ¿Tiene que ser así? Hay motivos para pensar que, al
atacar un cáncer con muchas armas a la vez, en lugar de usarlas una tras otra,
cada una hasta que falle, es posible que lo hagamos mucho mejor.
La lógica de las terapias combinadas es la
misma que subyace al tratamiento actual del VIH-SIDA con un cóctel de tres
inhibidores de proteasa diferentes: mientras que siempre puede haber algunas
células en la población inicial portadoras de mutaciones raras que confieren
resistencia a cualquier tratamiento farmacológico, no debería haber células que
lleven todo el conjunto de mutaciones raras que confieran resistencia a varias drogas
diferentes administradas simultáneamente. Por el contrario, los tratamientos
secuenciales con medicamentos permitirán que las pocas células resistentes al
primer fármaco se multipliquen en grandes cantidades. Dentro de esta gran
población de células resistentes al primer fármaco, es probable que haya
surgido un pequeño número de células resistentes al siguiente fármaco; y así
sucesivamente en una secuencia de adaptación Darwinista.
17.7 Terapias personalizadas
La terapia de combinación racional y eficiente
requiere tres cosas. En primer lugar, tenemos que identificar las múltiples
peculiaridades de las células cancerosas que las hacen vulnerables de manera
que las células normales no lo son. En segundo lugar, tenemos que idear
medicamentos (u otros tratamientos) que se centren en cada una de estas
vulnerabilidades. Tercero, tenemos que hacer coincidir la combinación de drogas
con el conjunto específico de peculiaridades presentes en las células
cancerosas del paciente individual.
El primer requisito ya se cumplió
parcialmente: ahora tenemos grandes catálogos de genes críticos para el cáncer
que comúnmente están mutados en células cancerosas. El segundo requisito es más
difícil, pero alcanzable: hemos descrito algunos éxitos recientes notables, y
para los investigadores del cáncer hay emoción en el aire. Cada vez es más
posible utilizar nuestro creciente conocimiento de la biología celular y
molecular para diseñar nuevos fármacos contra objetivos designados. Al mismo
tiempo, existen métodos automáticos eficientes y de alto rendimiento
disponibles para analizar grandes bibliotecas de productos químicos para
detectar cualquier factor que pueda ser eficaz contra las células con un
defecto relacionado con el cáncer. En tales búsquedas, el objetivo es la
letalidad sintética: una muerte celular que ocurre cuando y solo cuando un
medicamento en particular se combina con una anormalidad particular de células
cancerígenas. A través de estos y otros enfoques, el repertorio de medicamentos
contra el cáncer dirigidos con precisión está aumentando rápidamente.
Esto nos lleva al tercer requisito: la
terapia (la elección de los fármacos que se administrarán en combinación) debe
adaptarse al paciente individual. Aquí, también, las perspectivas son
brillantes. Los cánceres evolucionan mediante un proceso fundamentalmente
aleatorio, y cada paciente es diferente; pero los métodos modernos de análisis
del genoma ahora nos permiten caracterizar las células de una biopsia tumoral
con detalles exhaustivos para descubrir qué genes críticos para el cáncer se
ven afectados en un caso particular. Es cierto que esto no es sencillo: las
células tumorales en un paciente individual son heterogéneas y no todas
contienen las mismas lesiones genéticas. Sin embargo, con una mayor comprensión
de las vías de evolución del cáncer y con la experiencia adquirida en muchos
casos diferentes, debería ser posible hacer buenas conjeturas sobre las
terapias óptimas para usar.
Desde la perspectiva del paciente, el
ritmo del avance en la investigación del cáncer puede parecer frustrantemente
lento. Cada medicamento nuevo debe probarse en la clínica, primero por
seguridad y luego por eficacia, antes de que pueda ser lanzado para uso
general. Y si el medicamento se va a utilizar en combinación con otros, la
terapia combinada debe pasar por el mismo proceso prolongado. Las estrictas
reglas éticas limitan la realización de los ensayos, lo que significa que toman
tiempo, generalmente varios años. Pero pasos lentos y cautelosos, tomados
sistemáticamente en la dirección correcta, pueden conducir a grandes avances.
Tere aún está lejos de llegar, pero los ejemplos que hemos discutido
proporcionan una prueba de principio y motivos para el optimismo. Desde el
esfuerzo de investigación del cáncer, hemos aprendido mucho de lo que sabemos
sobre la biología molecular de la célula normal. Ahora, cada vez más, estamos
descubriendo cómo utilizar ese conocimiento en la batalla contra el cáncer
mismo.
Referencias
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