Introducción a las ciencias de la naturaleza // Ciencias de Joseleg //
||1|| Introducción
a las ciencias naturales ||2|| Historia
de las ciencias de la naturaleza ||3|| Epistemología
de la ciencia ||4|| Teorías ||5|| Hipótesis
y fenómenos ||6|| El
experimento ||7|| Las
leyes naturales ||8|| La
humanidad de la ciencia ||9|| Las
principales ciencias de la naturaleza ||10|| Referencias
bibliográficas |
1. Introducción
Las ciencias de la naturaleza o ciencias
naturales son una rama de la ciencia relacionada con la descripción, la
predicción y la comprensión de los fenómenos naturales, basada en la evidencia
empírica de la observación y la experimentación. Mecanismos como la revisión
por pares y la repetibilidad de los resultados se utilizan para tratar de
garantizar la validez de los avances científicos. Las ciencias naturaleza se
puede dividir en dos ramas principales: ciencias de la vida (o ciencias
biológicas) y ciencias físicas. Las ciencias físicas se subdividen en ramas,
que incluyen física, química, astronomía y ciencias de la tierra. Estas ramas
de las ciencias de la naturaleza se pueden dividir en ramas más especializadas
(también conocidas como campos), las cuales a su vez pueden basarse en
interacciones de ramas diferentes de la ciencia, como la bioquímica que surge
de la interacción entre la biología y la química (van de Lagemaat, 2014).
En la tradición analítica de la sociedad
occidental, las ciencias empíricas y especialmente las ciencias naturales
utilizan herramientas de las ciencias formales, como las matemáticas y la
lógica, convirtiendo la información sobre la naturaleza en medidas que pueden
explicarse como declaraciones claras de las "leyes de la naturaleza",
las cuales generalmente se expresan en términos de fórmulas matemáticas
simples. Las ciencias sociales también usan tales métodos, pero confían más en
la investigación cualitativa debido a que sus sistemas de estudio son más
complejos y tratar de reducirlos a sistemas matemáticos simples es inviable, de
modo que a veces se les llama "ciencias blandas", mientras que las
ciencias naturales, en tanto enfatizan los datos cuantificables producidos,
probados y confirmados a través del método científico, a veces se llaman
"ciencias duras".
La ciencia natural moderna sucedió a los
enfoques más clásicos de la filosofía natural, que generalmente se remontan a
la Grecia antigua. Galileo, Descartes, Bacon y Newton debatieron sobre los
beneficios de utilizar enfoques que eran más matemáticos y más experimentales
de forma metódica. Aun así, las perspectivas filosóficas, las conjeturas y los
presupuestos, a menudo pasados por alto, siguen siendo necesarios en la ciencia
natural, pues sin ellos no se puede llegar a un modelo matemático claro (Gauch
& Gauch Jr, 2003). La recolección sistemática de datos, sucedió a la
historia natural, que surgió en el siglo XVI al describir y clasificar plantas,
animales, minerales, etc (Ogilvie, 2008).
2. Historia de las ciencias de la naturaleza
Algunos estudiosos rastrean los orígenes de la ciencia natural desde las sociedades humanas pre-alfabetizadas, donde la comprensión del mundo natural era necesaria para la supervivencia (Grant & Grant, 2007). Las personas observaron y acumularon conocimiento sobre el comportamiento de los animales y la utilidad de las plantas como alimento y medicina, que se transmitió de generación en generación (Grant & Grant, 2007). Estos entendimientos primitivos dieron paso a una investigación más formalizada alrededor de 3500 a 3000 aC en las culturas de Mesopotamia y el Antiguo Egipto, que produjo la primera evidencia escrita conocida de la filosofía natural, el precursor de la ciencia natural. Si bien los escritos muestran un interés en la astronomía, las matemáticas y otros aspectos del mundo físico, el objetivo final de la investigación sobre el funcionamiento de la naturaleza fue en todos los casos religioso o mitológico (Grant & Grant, 2007).
Figura 2.1. Tales de Mileto.
Es reconocido como el primer filósofo, y el primero en aplicar el principio de
explicaciones naturales para fenómenos naturales sin acudir a los dioses,
propio del pensamiento científico moderno.
2.1.
China
Una tradición de investigación científica también surgió en
la antigua China, donde los alquimistas y filósofos taoístas experimentaron con
elixires para extender la vida y curar dolencias. Se enfocaron en el yin y el
yang, o elementos contrastantes en la naturaleza; el yin se asoció con la
feminidad y la frialdad, mientras que el yang se asoció con la masculinidad y
la calidez. Las cinco fases (fuego, tierra, metal, madera y agua) describieron
un ciclo de transformaciones en la naturaleza. El agua se convirtió en madera,
que se convirtió en fuego cuando se quemó. Las cenizas dejadas por el fuego
eran tierra. Utilizando estos principios, los filósofos y médicos chinos
exploraron la anatomía humana, caracterizando los órganos predominantemente yin
o yang y comprendieron la relación entre el pulso, el corazón y el flujo de
sangre en el cuerpo siglos antes de que fuera aceptado en Occidente (Ledoux, 2002).
2.2.
India
Poca evidencia sobrevive de cómo las antiguas culturas indias
alrededor del río Indo entendían la naturaleza, pero algunas de sus
perspectivas pueden reflejarse en los Vedas, un conjunto de textos sagrados
hindúes. Revelan una concepción del universo en constante expansión y que
constantemente se recicla y reforma. Los cirujanos en la tradición ayurvédica
vieron la salud y la enfermedad como una combinación de tres humores: viento,
bilis y flema. Una vida sana fue el resultado de un equilibrio entre estos
humores. En el pensamiento ayurvédico, el cuerpo consistía en cinco elementos:
tierra, agua, fuego, viento y espacio vacío. Los cirujanos ayurvédicos
realizaron cirugías complejas y desarrollaron una comprensión detallada de la
anatomía humana (Ledoux, 2002).
2.3.
Grecia
Los filósofos
presocráticos en la cultura griega antigua llevaron la filosofía natural un
paso más cerca de la investigación directa sobre causa y efecto en la
naturaleza entre 600 y 400 aC, aunque permaneció un elemento de magia y
mitología. Los fenómenos naturales como los terremotos y los eclipses se
explicaron cada vez más en el contexto de la naturaleza en vez de atribuirse a
dioses enojados (Grant & Grant, 2007). Tales de Mileto, el primer filósofo que vivió
entre el 625 y el 546 aC, explicó los terremotos al teorizar que el mundo
flotaba en el agua y que el agua era el elemento fundamental en la naturaleza.
En el siglo V a. C., Leucipo fue uno de los primeros exponentes del atomismo, la idea de que el mundo está compuesto de partículas fundamentales indivisibles. Pitágoras aplicó las innovaciones griegas en matemáticas a la astronomía, y sugirió que la tierra era esférica (Barr, 2014).
Figura 2.2. Aristóteles. Formuló uno
de los mecanismos principales de la ciencia, la lógica, sin embargo, muchas de
sus conclusiones se basaron en análisis cualitativo que llevó a conclusiones
erradas sobre la naturaleza que fueron tomadas casi como verdades por casi 2000
años.
Posteriormente,
el pensamiento socrático y platónico se centró en la ética, la moral y el arte
y no intentó una investigación del mundo físico; Platón criticó a los
pensadores presocráticos como materialistas y antirreligiosos. Aristóteles, sin
embargo, un estudiante de Platón que vivió entre 384 y 322 aC, prestó más
atención al mundo natural en su filosofía. En su Historia de los animales,
describió el funcionamiento interno de 110 especies, incluida la raya, el bagre
y la abeja. Investigó embriones de pollo al romper huevos abiertos y
observarlos en diversas etapas de desarrollo. Las obras de Aristóteles fueron
influyentes durante el siglo XVI, y se le considera el abuelo de la biología
por su trabajo pionero en esa ciencia. También presentó filosofías sobre física
y astronomía usando el razonamiento inductivo en sus trabajos Física y
Meteorología (Grant
& Grant, 2007).
Mientras que Aristóteles consideraba la filosofía natural más
seriamente que sus predecesores, la enfocó como una rama teórica de la ciencia.
Aun así, inspirado por su trabajo, los filósofos de la antigua Roma de
principios del siglo I d. C., incluidos Lucrecio, Séneca y Plinio el Viejo,
escribieron tratados que trataban las reglas del mundo natural en diversos
grados de profundidad. Muchos neoplatonistas romanos antiguos de los siglos III
al VI también adaptaron las enseñanzas de Aristóteles sobre el mundo físico a
una filosofía que enfatizaba el espiritismo. Los primeros filósofos medievales,
incluyendo Macrobio, Calcidio y Martianus Capella, también examinaron el mundo
físico, en gran medida desde una perspectiva cosmológica y cosmográfica,
presentando teorías sobre la disposición de los cuerpos celestes y los cielos,
que se postularon como compuestos de éter (Grant
& Grant, 2007).
Las obras de
Aristóteles sobre filosofía natural continuaron siendo traducidas y estudiadas
en medio del surgimiento del Imperio bizantino y el Califato abasí (Grant
& Grant, 2007). En el Imperio bizantino, John
Philoponus, un comentarista aristotélico alejandrino y teólogo cristiano, fue
el primero que cuestionó la enseñanza de la física de Aristóteles. A diferencia
de Aristóteles, que basó su física en el argumento verbal, Philoponus en cambio
se basó en la observación y defendió la observación en lugar de recurrir a la
argumentación verbal (Philoponus,
1887). Él introdujo la teoría del ímpetu. La
crítica de John Philoponus a los principios aristotélicos de la física sirvió
de inspiración para Galileo Galilei durante la Revolución Científica. Un
renacimiento en las matemáticas y la ciencia tuvo lugar durante la época del
Califato Abasí del siglo noveno en adelante, cuando los eruditos musulmanes se
expandieron sobre la filosofía natural griega e india (Lindberg,
2010). Las palabras alcohol, álgebra y cenit
tienen raíces árabes y muy probablemente algunas de las leyes naturales más
antiguas, como la ley de Snell (Barr,
2014).
2.4.
La edad media
Las
obras de Aristóteles y otras filosofías naturales griegas no llegaron a
Occidente hasta mediados del siglo XII, cuando las obras se tradujeron del
griego y el árabe al latín. El desarrollo de la civilización europea más tarde
en la Edad Media trajo consigo más avances en la filosofía natural.
Los inventos europeos como la herradura, el collar de caballo y la rotación de cultivos permitieron un rápido crecimiento de la población, dando paso a la urbanización y la fundación de escuelas conectadas a monasterios y catedrales en la Francia actual e Inglaterra. Con la ayuda de las escuelas, se desarrolló un enfoque de la teología cristiana que buscaba responder preguntas sobre la naturaleza y otros temas utilizando la lógica.
Figura 2.3. La alquímica árabe. Durante la edad media, fueron los árabes islámicos quienes preservaron los avances científicos de los griegos, egipcios y de los pueblos del cercano oriente; posteriormente los mejoraron, con nuevas palabras, nuevas ideas y nuevos instrumentos, de ellos provienen términos como alquimia, alambique, álgebra, algoritmo entre otros.
Figura 2.4. La muerte de Hipatia.
Las relaciones entre el cristianismo y los científicos siempre han sido
complejas, a finales de la edad antigua y principios de la edad media tenemos
el ejemplo de la muerte de la filósofa, matemática y astrónoma alejandrina
Hipatia a manos de una turba de fanáticos instigados por el obispo local.
Este enfoque, sin embargo, fue visto por algunos detractores
como una herejía. En el siglo XII, los eruditos y filósofos de Europa
Occidental entraron en contacto con un cuerpo de conocimiento del que
previamente habían sido ignorantes: un gran corpus de obras en griego y árabe
que fueron conservadas por eruditos islámicos. A través de la traducción al latín,
Europa Occidental fue presentada a Aristóteles y su filosofía natural. Estas
obras fueron enseñadas en nuevas universidades en París y Oxford a principios
del siglo XIII, aunque la práctica fue mal vista por la iglesia católica. Un
decreto 1210 del Sínodo de París ordenó que "no se dicten conferencias en
París, ni pública ni privadamente, utilizando los libros de Aristóteles sobre
filosofía natural o los comentarios, y prohibimos todo esto bajo pena de
excomunión" (Grant & Grant, 2007).
A finales de la Edad Media, el filósofo español Dominicus
Gundissalinus tradujo un tratado del estudioso persa Al-Farabi titulado On the Sciences in Latin, que
denominaba el estudio de la mecánica de la naturaleza
Figura 2.5. San Alberto Magno.
No todo el cristianismo se opone al estudio de las ciencias, de hecho, los
obispos de Roma fueron conocidos por financiar a eruditos locales, e incluso
dos doctores de la iglesia fueron conocidos por su apoyo a la independencia del
trabajo científico con respecto a la teología, San Alberto Magno y Santo Tomas
de Aquino.
Filósofos posteriores hicieron sus propias clasificaciones de las ciencias naturales. Robert Kilwardby escribió Sobre el orden de las ciencias en el siglo XIII que clasificaba la medicina como una ciencia mecánica, junto con la agricultura, la caza y el teatro, mientras que definía la ciencia natural como la ciencia que trata con cuerpos en movimiento. Roger Bacon, un fraile y filósofo inglés, escribió que la ciencia natural se ocupaba de "un principio de movimiento y descanso, como en las partes de los elementos fuego, aire, tierra y agua, y en todas las cosas inanimadas hechas de ellos". Estas ciencias también cubrieron plantas, animales y cuerpos celestes. Más tarde en el siglo XIII, el sacerdote y teólogo católico Santo Tomas de Aquino definió la ciencia natural como tratar con "seres móviles" y "cosas que dependen de la materia no solo para su existencia, sino también para su definición". Hubo amplio acuerdo entre los eruditos en la época medieval que las ciencias naturales trataban de cuerpos en movimiento, aunque había división sobre la inclusión de campos que incluían medicina, música y perspectiva. Los filósofos consideraron cuestiones como la existencia de un vacío, si el movimiento podría producir calor, los colores del arco iris, el movimiento de la tierra, si existen sustancias químicas elementales y en qué parte de la atmósfera se forma la lluvia (Grant & Grant, 2007).
Figura 2.6. Johannes Kepler. Inició su investigación con
una presuposición teológica de que los planetas se mueven en círculos perfectos
alrededor del Sol, poro posteriormente, gracias al análisis matemático tuvo el
coraje de abandonar este presupuesto en favor de un modelo elíptico. Los
científicos comúnmente cambian sus puntos de vista para ajustarse a los datos,
ese es el motor del mejoramiento.
En los siglos
finales de la Edad Media, la ciencia natural a menudo se mezcló con filosofías
sobre la magia y el ocultismo. La filosofía natural apareció en una amplia gama
de formas, desde tratados hasta enciclopedias y comentarios sobre Aristóteles.
La interacción entre la filosofía natural y el cristianismo fue compleja
durante este período; algunos teólogos tempranos, incluso Tatian y Eusebius,
consideraron la filosofía natural un afloramiento de la ciencia griega pagana y
sospecharon de ella. Aunque algunos filósofos cristianos posteriores, incluido
Tomás de Aquino, llegaron a ver las ciencias naturales como un medio para
interpretar las escrituras, esta sospecha persistió hasta los siglos XII y
XIII. La Condena de 1277, que prohibió establecer la filosofía a un nivel igual
a la teología y el debate de constructos religiosos en un contexto científico,
mostró la persistencia con la que los líderes católicos resistieron el
desarrollo de la filosofía natural incluso desde una perspectiva teológica.
Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno, otro teólogo católico de la época,
buscaron distanciar la teología de la ciencia en sus obras. "No veo cuál
es la interpretación que tiene Aristóteles de la enseñanza de la fe",
escribió en 1271 (Grant & Grant, 2007).
2.5.
La
Revolución científica
En los siglos XVI y XVII, la filosofía natural experimentó una evolución más allá del comentario sobre Aristóteles a medida que se descubría y traducía más filosofía griega primitiva. La invención de la imprenta en el siglo XV, la invención del microscopio y el telescopio y la Reforma Protestante alteraron fundamentalmente el contexto social en el que evolucionó la investigación científica en Occidente. El descubrimiento de Cristóbal Colón de un mundo nuevo cambió las percepciones sobre la composición física del mundo, mientras que las observaciones de Copérnico, Tyco Brahe y Galileo dieron una imagen más precisa del sistema solar como heliocéntrico y probaron que muchas de las teorías de Aristóteles sobre los cuerpos celestes eran falsas. Varios filósofos del siglo XVII, como Thomas Hobbes, John Locke y Francis Bacon, rompieron el pasado al rechazar abiertamente a Aristóteles y sus seguidores medievales, calificando su enfoque de la filosofía natural como superficial (Grant & Grant, 2007).
Figura 2.7. sir Isaac Newton.
En su obra, Principios Matemáticos de Filosofía Natural, sir Isaac Newton
sienta las bases de la ciencia moderna; un intento de modelar la naturaleza en
base a procesos analíticos basados en la matemática; de aquí en adelante, una
ciencia verdadera deberá estar matematizada, de lo contrario se la considerará
una técnica u oficio de segundo nivel.
Los títulos de la obra de Galileo Las dos Nuevas Ciencias y
la Nueva Astronomía de Johannes Kepler subrayaron la atmósfera de cambio que se
produjo en el siglo XVII cuando Aristóteles fue despedido en favor de nuevos
métodos de investigación del mundo natural. Bacon fue instrumental en
popularizar este cambio; argumentó que la gente debería usar las artes y las
ciencias para ganar dominio sobre la naturaleza. Para lograr esto, escribió que
"la vida humana [debe] estar dotada de nuevos descubrimientos y
poderes". Definió la filosofía natural como "el conocimiento de
Causas y movimientos secretos de las cosas, y ampliando los límites del Imperio
Humano, a la realización de todas las cosas posibles". Bacon propuso una
investigación científica respaldada por el estado y alimentada por la
investigación colaborativa de científicos, una visión que no tenía precedentes
en su alcance, ambición y forma en ese momento. Los filósofos naturales
llegaron a ver a la naturaleza cada vez más como un mecanismo que podía
desmontarse y entenderse, como un reloj complejo. Los filósofos naturales como
Isaac Newton, Evangelista Torricelli y Francesco Redi realizaron experimentos
centrados en el flujo de agua, midiendo la presión atmosférica utilizando un
barómetro y refutando la generación espontánea. Las sociedades científicas y
las revistas científicas surgieron y se propagaron ampliamente a través de la
imprenta, desencadenando la revolución científica. Newton en 1687 publicó su
Principios Matemáticos de Filosofía Natural, o Principia Mathematica, que
sentó las bases para las leyes físicas que se mantuvieron vigentes hasta el
siglo XIX. Principia sentó las bases que se habían ido sentando desde
principios del siglo de 1600, entender el mundo desde una perspectiva
matemática, empleando las leyes del álgebra para hacer predicciones precisas e
irrefutables de los fenómenos físicos, lo cual le daría a los filósofos
naturales un poder, el poder de la profecía, pero una profecía precisa,
cuantificable, la predicción científica. Con el poder de la predicción
científica precisa nace un nuevo tipo de investigador de la ciencia natural, lo
que llamamos el científico (Grant & Grant, 2007).
Algunos estudiosos modernos, como Andrew Cunningham, Perry Williams y Floris Cohen, argumentan que la filosofía natural no es propiamente llamada ciencia, y que la investigación científica genuina comenzó solo con la revolución científica. Según Cohen, "la emancipación de la ciencia desde una entidad global llamada 'filosofía natural' es una característica definitoria de la Revolución Científica". Otros historiadores de la ciencia, incluido Edward Grant, afirman que la revolución científica que floreció en el siglo XVII , Los siglos XVIII y XIX ocurrieron cuando los principios aprendidos en las ciencias exactas de la óptica, la mecánica y la astronomía comenzaron a aplicarse a cuestiones planteadas por la filosofía natural. Grant argumenta que Newton intentó exponer la base matemática de la naturaleza -las reglas inmutables que obedecía- y al hacerlo se unió a la filosofía natural y las matemáticas por primera vez, produciendo una obra temprana de la física moderna (Grant & Grant, 2007).
Figura 2.8. Robert Boyle. Aunque Robert
Boyle no matematizo la química, si la separó de las explicaciones religiosas,
por lo que se considera uno de los primeros químicos modernos.
La revolución científica, que comenzó a consolidarse en el
siglo XVII, representó una ruptura aguda con los modos de investigación
aristotélicos. Uno de sus principales avances fue el uso del método científico
para investigar la naturaleza. Se recogieron datos y se realizaron mediciones
repetibles en experimentos. Luego, los científicos formaron hipótesis para
explicar los resultados de estos experimentos. La hipótesis fue luego probada
usando el principio de falsabilidad para probar o refutar su precisión. Las
ciencias naturales siguieron llamándose filosofía natural, pero la adopción del
método científico llevó a la ciencia más allá del dominio de la conjetura
filosófica e introdujo una forma más estructurada de examinar la naturaleza (Barr, 2014).
Newton, un matemático y físico inglés, fue la figura
fundamental en la revolución científica. Inspirándose en los avances hechos en
astronomía por Copérnico, Brahe y Kepler, Newton derivó la ley universal de la
gravitación y las leyes del movimiento. Estas leyes se aplicaron tanto en la
Tierra como en el espacio exterior, unificando dos esferas del mundo físico que
anteriormente se creía que funcionaban independientemente unas de otras, de
acuerdo con reglas físicas separadas. Newton, por ejemplo, demostró que las mareas
fueron causadas por la atracción gravitacional de la luna. Otro de los avances
de Newton fue hacer de las matemáticas una poderosa herramienta explicativa
para los fenómenos naturales. Si bien los filósofos naturales utilizaron
durante mucho tiempo las matemáticas como un medio de medición y análisis, sus
principios no se usaron como un medio para comprender la causa y el efecto en
la naturaleza hasta Newton (Grant & Grant, 2007).
En el siglo XVIII y XIX, científicos como Charles-Augustin de
Coulomb, Alessandro Volta y Michael Faraday se basaron en la mecánica
newtoniana explorando el electromagnetismo o la interacción de fuerzas con
cargas positivas y negativas sobre partículas cargadas eléctricamente. Faraday propuso que las
fuerzas en la naturaleza operaban en "campos" que llenaban el
espacio. La idea de campos contrastaba con la construcción newtoniana de la
gravitación como simplemente "acción a distancia", o la atracción de
objetos sin nada en el espacio entre ellos para intervenir. James Clerk Maxwell
en el siglo XIX unificó estos descubrimientos en una teoría coherente de la
electrodinámica. Usando ecuaciones matemáticas y experimentación, Maxwell
descubrió que el espacio estaba lleno de partículas cargadas que podían actuar
sobre sí mismas y entre sí, y que eran un medio para la transmisión de ondas
cargadas (Grant & Grant, 2007).
Avances significativos en química también tuvieron lugar
durante la revolución científica. Antoine Lavoisier, un químico francés, refutó
la teoría del flogisto, que postulaba que las cosas ardían liberando
"flogisto" en el aire. Joseph Priestley descubrió el oxígeno en el
siglo XVIII, pero Lavoisier descubrió que la combustión era el resultado de la
oxidación. También construyó una tabla de 33 elementos e inventó la
nomenclatura química moderna. La ciencia biológica formal permaneció en su
infancia en el siglo XVIII, cuando el foco estaba en la clasificación y
categorización de la vida natural (Grant & Grant, 2007). Este
crecimiento en la historia natural fue liderado por Carl Linnaeus, cuya
taxonomía de 1735 del mundo natural todavía está en uso. Linneo en la década de
1750 introdujo nombres científicos para todas sus especies (Manktelow, 2010).
En el siglo XIX, el estudio de la ciencia había entrado en el ámbito de profesionales e instituciones. Al hacerlo, gradualmente adquirió el nombre más moderno de la ciencia natural. El término científico fue acuñado por William Whewell en una revisión de 1834 de On Somerville's On the Connexion of the Sciences (Holmes, 2015). Pero la palabra no entró en uso general hasta casi el final del mismo siglo. Durante este mismo siglo, la ciencia biológica formal adquirió su estatus de ciencia madura, con la separación con el pensamiento mitológico gracias a las obras de Charles Darwin, Gregor Mendel, August Weismann, Hugo de Vries y Carl Correns (Kutschera & Niklas, 2004). Hacia el siglo XX tanto las ciencias físicas como las biológicas impactaron directamente en la tecnología, y el estilo de vida de los seres humanos.
Figura 2.9. Charles Darwin. Separó a los
estudios de los seres vivos de sus explicaciones religiosas, por lo que se lo
considera uno de los padres de la biología como ciencia moderna.
3. Epistemología de la ciencia
Las llamamos ciencias naturales,
porque se buscan explicaciones naturales a los fenómenos naturales.
Para entender la naturaleza y el mundo en que se vive, todos los seres humanos consciente o inconscientemente poseen una posición epistemológica. Aunque no sepan sus nombres posiblemente toda postura epistemológica puede clasificarse en alguna de las cuatro categorías siguientes: idealismo ontológico, naturalismo ontológico; idealismo metodológico y naturalismo metodológico. Un individuo debe poseer al menos una postura en el eje ontológico y una postura en el eje metodológico.
Figura 3.1. Georges Lamaitre.
Fue un sacerdote católico y un físico teórico que sentó las bases de la teoría
del BigBang, para él la ciencia es como nadar, los creyentes y no creyentes
deben hacerla del mismo modo para que funcione y no implica creer en un dios
específico.
El eje ontológico hace referencia a las
verdades inmutables o a las verdades personales, es lo que la persona piensa
que es, mientras que el eje metodológico hace referencia a un medio para el
estudio, en este caso el estudio de la naturaleza. El eje naturalista o
materialista implica un arraigo a los fenómenos naturales y a explicaciones
naturales o físicas, a veces lo llaman fisicismo o fisicalismo, mientras que el
eje idealista representa explicaciones de orden metafísico como los dioses, los
espíritus etc. Bajo este orden de ideas las cuatro posturas pueden definirse
del siguiente modo (Blanco, 2012):
Idealismo ontológico:
considera que la verdad inmutable de las cosas, el ser en sí y no el ser en
otros, la realidad última se encuentra más allá de las entidades materiales o
naturales, siendo generalmente esta la postura de las religiones, pero también
una postura filosófica como en el platonismo. Para estas personas las entidades
materiales son sombras imperfectas de una realidad más sublime.
Naturalismo ontológico:
considera que la verdad inmutable de las cosas, el ser en sí y no el ser en
otros, la realidad última se encuentra únicamente en este mundo físico sujeto a
las interacciones de la materia, toda entidad que se presume metafísica o no
existe o es una dimensión física que aún no ha sido adecuadamente representada,
en esta perspectiva se encuentran los ateos.
Idealismo metodológico:
considera que el mejor medio para estudiar la naturaleza es por medio de
entidades metafísicas, como Dios, los dioses, los espíritus o inclusive la
razón pura desconectada de todo argumento material como aseguraba Platón en el
mito de la caverna.
Naturalismo metodológico:
considera que el mejor medio para estudiar la naturaleza es por medio de
explicaciones naturalistas, en otras palabras, emplear explicaciones naturales
para los fenómenos naturales sin acudir a los dioses. En este caso la razón
pura debe conectarse con la materia a través de un aparato lógico-matemático y
un sistema experimental. Las explicaciones naturalistas siempre se presumen
imperfectas, por lo que su prestigio se desprende de su utilidad práctica.
El naturalismo metodológico es un
auto-límite que se imponen los científicos en la actualidad para poder explicar
los fenómenos naturales empleando únicamente causas naturales. Ya habíamos
introducido esta regla mediante la expresión: La
ciencia es como un juego donde la principal regla es emplear a las causas
secundarias para explicar los fenómenos naturales, apelar a la causa primaria
“Dios” es hacer trampa. Antes
que plantear una justificación filosófica al naturalismo metodológico resulta
importante justificarlo a través de sus logros tangibles. Hemos aprendido mucho
a cerca del universo al adoptar al naturalismo metodológico como el espíritu
subyacente de las ciencias de la naturaleza aun cuando puede parecer una tara o
limite en las justificaciones personales. El naturalismo metodológico se opone
a explicaciones sobrenaturales y fue empleado de forma importante durante la
revolución científica, algunos ejemplos notables son Galileo o Lamaitre, ambos
fervorosos católicos (Blanco, 2012).
El naturalismo metodológico no implica un naturalismo ontológico, uno puede ser lo primero sin ser lo segundo. Usted puede ser tranquilamente un naturalista metodológico en el contexto científico y al mismo tiempo ser un idealista ontológico en su espiritualidad “creer en dios” o en otras facciones “como creer en extraterrestres, las hadas etc etc etc”. Desde la historia de las ciencias podemos ver a una gran cantidad de idealistas ontológicos “teístas” que creen en Dios, una realidad espiritual trascendente y al mismo tiempo en su labor académica y científica emplean el naturalismo metodológico. De hecho, todas las grandes teorías de la naturaleza se basan en haber sido construidas por el naturalismo metodológico, pero por alguna razón solo la evolución resulta cuestionada por serlo (Blanco, 2012).
Figura 3.2. Pensamiento científico en la escuela.
En la actualidad, igual que en su nacimiento, el pensamiento científico aún tiene
relaciones complejas y tensas con ciertas concepciones religiosas,
especialmente en el currículo escolar de algunos países como Estados Unidos o
Turquía entre otros, especialmente en la biología relacionada a las
explicaciones naturalistas sobre el origen del hombre.
Newton, Mendel, Lamaitre, Einstein todos
fueron teístas y la mayoría creyentes fervorosos en Dios, pero aun así de ellos
debemos teorías que son metodológicamente naturalistas en las que apelar a la
causa primera es innecesario, no por que no exista, sino porque es inválido
para las reglas de juego de la ciencia. Cabe destacar que la alternativa al
naturalismo metodológico es el idealismo metodológico, sin embargo, tal
programa de investigación ya se intentó, floreció en la edad media y en muchos
lugares de la edad antigua, donde se empleaba el poder de los dioses o de la
mente pura para intervenir en la naturaleza o sanar las enfermedades, sin
embargo, las capacidades de esta metodología son en el mejor de los casos
cuestionables, fe-dependientes y poco reproducibles. Los logros del naturalismo
metodológico es lo que le aporta su prestigio, no su belleza filosófica, los
científicos se enorgullecen del naturalismo metodológico en base a sus logros
corporizados a través de una tecnología que puede usar cualquier individuo
independientemente de sus posturas ontológicas, en otras palabras, el
naturalismo metodológico no es fe-dependiente. De hecho, Lamaitre dijo alguna
vez que la ciencia es como nadar, no necesitas creer en Dios para hacerlo, pero
tanto religiosos como ateos deben nadar de la misma manera, por mucha fe que se
tenga en Dios no se puede esperar a que él te haga flotar por arte de magia; en
otras palabras, el naturalismo metodológico al no depender de la fe o la
cultura es universal, un científico es igual de científico en Japón, Europa o
América latina (Blanco, 2012).
Existen varias razones por la cual los
científicos al hacer ciencia limitan sus explicaciones solo unas cuantas
permitidas por los presupuestos del naturalismo metodológico. La primera es el
empirismo y a experimentación. La posibilidad de generar hipótesis a través de
las teorías que luego sean revisadas por la experimentación, depende de la
existencia metodológica de las leyes de la naturaleza. Sin la regularidad que
las leyes naturales proponen, no podrían realizarse predicciones confiables
sobre la naturaleza, por lo que diseñar experimentos seria problemático. Peor
aún, sin la posibilidad de manipular las leyes de la naturaleza la capacidad de
generar tecnología sería imposibilitada debido a que no sería posible predecir
el comportamiento de los instrumentos que manipulan o emplean los principios
rectores de las leyes de la naturaleza (Blanco, 2012).
¿Si existen causas metafísicas como
podemos experimentar sobre ellas? Las causas metafísicas son por definición
inmateriales, por lo que cualquier diseño experimental por definición no podría
estudiarlas. Adicionalmente aun cuando se generarán datos de varios
experimentos, si se explicaran a través de causas metafísicas no habría forma
de proponer otros experimentos para probar las anomalías. Incluso la noción
misma del análisis de los datos sería inviable ya que no podría saberse si los
resultados del primer experimento se deben a errores experimentales,
limitaciones tecnológicas o a los caprichos de alguna deidad o entidad
espiritual (Blanco, 2012).
Apelar a in idealismo metodológico, es
decir a emplear causas supernaturales en el momento en que se llega a un
problema complejo es un muro para plantear nuevas preguntas. No podría saberse
si el problema son tecnologías inadecuadas, instrumentos matemáticos poco
desarrollados, presupuestos teóricos erróneos, o tecnología anticuada. No
habría razón para seguir investigando más allá cuando se encuentra con una
respuesta todo poderosa e incuestionable de “Dios lo hizo”, sobre todo si al
preguntarse por el cómo existe un bloqueo fundamental de procesos metafísicos
que no pueden ser repetidos mediante diseños experimentales directos o
indirectos.
Como un científico que también practica
una de las religiones más populares del planeta llamada Cristianismo Católico,
yo empleo el naturalismo metodológico como una presunción fundamental para
aprender más a cerca de la creación hecha por Dios. Usando las presunciones del
naturalismo metodológico es posible aplicar las herramientas de la ciencia de
forma tal que podemos percibir la belleza de la creación en un sentido mucho
más profundo y especialmente mucho más detallado. Sin embargo, la percepción de
esta belleza proviene de mis raíces religiosas y no del trabajo científico.
A pesar de que se puede apelar a los
orígenes mismos de la palabra ciencia para criticar la postura que reconcilia
el idealismo ontológico con el naturalismo metodológico, desde que las ciencias
abandonaron la postura empiro-positivista la cuestión ha sido muy diferente. El objeto de la ciencia no es encontrar verdades
absolutas e inalterables como si se tratara de dogmas religiosos. El objetivo
de las ciencias es la formulación de modelos y teorías que permiten explicar,
predecir y manipular a la naturaleza, generando una relación
dialógica con la tecnología para el mejoramiento de nuestras condiciones de
vida. Los modelos teóricos deben tener una coherencia interna entre sus
postulados y una coherencia externa con la mayoría de los resultados
experimentales. Sin embargo, ninguna teoría tiene como condición para ser
científica, concordar con todos los datos, con todos los experimentos. Si fuera
de este modo ya no existirían nuevas preguntas por realizar, nuevos problemas
por resolver, nuevos trabajos por realizar, en otras palabras, si una teoría
científica fuera perfecta, no habría más ciencia por hacer.
4. Teorías
Sin embargo, la mera observación de un
fenómeno no aporta mucho a menos que se emplee el método científico. El método
científico generalmente es definido como el método de estudio sistemático de la
naturaleza que incluye las técnicas de observación, reglas para el razonamiento
y la predicción, ideas sobre la experimentación planificada y los modos de
comunicar los resultados experimentales y teóricos. El método científico está compuesto por los
siguientes conceptos: hipótesis, experimentación, ley y teoría. Es importante
no visualizarlo de forma lineal, las hipótesis no aparecen de la nada o de la
observación aleatoria de la naturaleza. El orden en el que se procede a aplicar
el método científico dependerá de la necesidad del investigador. Aunque se nos
dice que el método inicia con las observaciones, en la actualidad esto es cada
vez más y más raro, hay que tener en cuenta que nos encontramos en un cierto
grado de sofisticación investigativa en todas las áreas del conocimiento por lo
que es más práctico decir que el método debe comenzar con las consecuencias
lógicas, aunque aún no investigadas, de alguna teoría científica que puede traducirse
a un modelo de situación concreto. Pero ¿Qué es una teoría?
Figura 4.1. El método científico.
Existen muchos esquemas lineales del método científico con diferentes grados de
complejidad, sin embargo, una forma de entenderlo es como un ciclo que inicia y
termina con una teoría, la cual es la máxima expresión del conocimiento de un
campo científico en un determinado momento. En la actualidad hay cuatro teorías
primordiales, la teoría de la relatividad para la física, la teoría cuántica y
la teoría atómica para la física y la química, y la teoría sintética de la
evolución para la biología.
Para muchas personas, una teoría es una
suposición, no comprobada de un fenómeno determinado, y muchas veces, utilizan
el primer significado del diccionario. De hecho, según el diccionario de la
real academia de la legua la palabra teoría tiene varios significados.
Conocimiento
especulativo considerado con independencia de toda aplicación
Este es el significado que le endosan a la
palabra teoría, y por extensión a la teoría evolutiva, la teoría de la
relatividad, la teoría atómica o la teoría del BigBang, asociando o suponiendo
que, las teorías no están comprobadas, que funcionan muy bien metafóricamente,
pero que no funcionan absolutamente en el ambiente práctico. Sin embargo,
existen otras definiciones, que muy convenientemente olvidan. Sin ir más lejos,
el segundo y tercer significado del diccionario de la real academia de la
lengua.
serie de las
leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos
hipótesis cuyas
consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ella.
Observen bien, aquí tenemos la
introducción de otros dos conceptos muy utilizados en la ciencia: la ley y la
hipótesis, que junto con la teoría están englobadas en lo que se conoce como el
método científico.
4.1.
Que es una teoría científica
El modelo
teórico es un mecanismo que permite interpretar las leyes y los fenómenos,
explicándolos, organizándolos, manipulándolos y lo más, más importante,
prediciendo NUEVAS leyes y nuevos fenómenos. Esta
predicción es la que va generando el programa de investigación al cual deben
someterse las nuevas generaciones de científicos para poder lograrse un
verdadero avance en las ciencias. debido a que es imposible obtener todos los
datos del universo que son, fueron y serán sobre un tema de estudio, ninguna
teoría es una verdad absoluta, todos son modelos transitorios que pueden ser
mejorados o desplazados por nuevas y mejores teorías. Las características de la
teoría científica serán descritas en base a la propuesta de T. S. Kuhn: ciencia
normal, revolución científica y anomalías.
4.2.
Ciencia normal
Es común que el afianzamiento de nuevas
leyes, creen nuevas preguntas con lo cual la teoría debe crear nuevos modelos
para nuevas situaciones. En esta situación de normalidad, el conocimiento
acumulado concuerda con la teoría y la fortalece. Durante el estado de ciencia
normal es posible hacer lo siguiente:
👉
Crear nueva tecnología para los diseños
experimentales.
👉
Acumular información para contrastarla con las
predicciones del modelo.
👉
Acumular anomalías.
De los tres aspectos de la ciencia normal,
el más importante es la creación de nueva tecnología., ya que es a través de
esto que la ciencia se justifica ante la sociedad misma, diferenciándose de
otras formas de conocimiento humano como la literatura, la música, la filosofía
o las religiones.
La ciencia normal no pode a prueba
directamente los núcleos fundamentales de las teorías. Dado que una teoría es
un conjunto de principios generales, también tienen la característica de
aplicarse a situaciones concretas, una misma teoría
puede generar varias posibles situaciones que conocemos como modelos
científicos plausibles o hipótesis.
Las hipótesis al ser modelos concretas, pueden traducirse a situaciones
concretas, que pueden ponerse a prueba
para determinar si una determinada predicción es plausible o no lo es. Estas
situaciones concretas pueden determinarse experimentalmente en el laboratorio o
en el campo, de formas directas a nuestros sentidos, o mediante la deducción de
fenómenos secundarios, que pueden ser interpretados a la luz de los modelos en
competencia. Una vez que un determinado modelo adquiere un peso experimental
firme y una forma matemática concreta se lo denomina una ley
de la naturaleza que ingresa formar parte de la teoría de la cual
surgió.
4.3.
Acumulando anomalías
Pero este no siempre es el caso, todas las
ciencias poseen límites en el que sus modelos poseen problemas para la
representación de los datos experimentales. Cuando la cantidad de estos
fenómenos no explicables es leve la teoría se mantiene a flote. Las anomalías
son fenómenos que no concuerdan con las predicciones del modelo general, y
estas pueden ser causadas por varias razones:
👉
Artefactos producidos por diseños experimentales mal
hechos.
👉
Artefactos generados debido a que la tecnología
requerida para obtener fenómenos más exactos aún no ha sido inventada.
👉
Artefactos generados por un muestreo limitado, ya sea
de forma voluntaria o involuntaria.
👉
El modelo teórico no sirve, es erróneo y debe ser
descartado.
Las anomalías son importantes, ya que
justifican el trabajo de los científicos, son los misterios que las personas
buscan responder por medio de sus proyectos de investigación.
4.4.
Revolución científica
Las teorías pueden sobrevivir con cierta
cantidad de anomalías, siempre y cuando estas no lastimen los postulados
fundamentales, pero cuando estos contraejemplos son muchos y afectan las ideas
cruciales de la teoría, entonces se debe buscar una nueva teoría mediante una
revolución científica. Al igual que ocurre con las hipótesis, las nuevas
teorías durante la revolución científica deben ser capaces de sobrevivir a las
pruebas experimentales, bajo dos principios:
👉Explicar lo mismo que hacia la teoría vieja bajo sus nuevos
fundamentos clave
👉Explicar más que la teoría vieja tomando la mayoría de los
contraejemplos y organizándolos de manera coherente.
En este punto varias comunidades de
científicos postulan nuevos modelos teóricos y pugnan entre sí, para ver cuál
puede explicar la mayor cantidad de fenómenos, con una menor cantidad de
anomalías. Finalmente, la teoría que más fenómenos explique, con una menor
cantidad de anomalías debe ser aceptada, y con su aceptación es posible generar
un nuevo programa de investigación, un nuevo estado de ciencia normal, y por lo
tanto de avance científico.
Ciencia sin teoría: El modelo teórico es el que fija el proyecto de investigación, es
decir, los fenómenos que valen la pena ser estudiados, sin una teoría, las
observaciones al azar de la naturaleza generan pocos avances. Thomas Kuhn
propuso y dio varios ejemplos en su libro llamado “Historia de las Revoluciones
Científicas”, sobre cómo en el momento en que una ciencia no posee una teoría,
esta es incapaz de embarcarse en un proyecto de investigación serio. Sin un
programa de investigación no se pueden diseñar nuevos instrumentos o razonar
hipótesis susceptibles de ser experimentadas, en otras palabras, sin una teoría
general es imposible aplicar el método hipotético-deductivo. Es decir, una
ciencia sin teoría o está en crisis o no es una ciencia de la naturaleza.
5. Hipótesis y fenómenos
5.1.
Fenómenos
Los fenómenos son las “realidades” con las
que nos enfrentamos cotidianamente, y muchas son aparentes, pues parece
evidente que el Sol se mueve alrededor de la Tierra, o que el suelo es plano,
que los seres vivos no cambian entre otros. Los fenómenos tal como se muestran
están dispersos, por lo que se necesita una teoría que los pueda explicar por
medio de la generación de las hipótesis.
5.2.
Hipótesis
Una hipótesis es una suposición de algo
posible o imposible para sacar de ello una consecuencia matemática clara. Como
pueden darse cuenta, el concepto de hipótesis es bastante parecido al primer
concepto de teoría del diccionario, son suposiciones, pero una hipótesis no es
solo una suposición, es de hecho una afirmación con consecuencias lógicas y
matemáticas. Por ejemplo, Aristóteles se dio cuenta de que las cosas que están
muy alejadas parecen estar estáticas mientras que las que están cercanas s
parecen moverse, al extrapolar eso al firmamento, o sea, a las estrellas, se
pueden derivar dos afirmaciones lógicas o hipótesis. Ya que las estrellas
parecen estar quietas, o están fijas en el cielo, o están tan lejos que parecen
estarlo. Esas son hipótesis de estudio, excluyentes y complementarias, lo que
se denomina, hipótesis nula e hipótesis alternativa.
Nula y alternativa: Obviamente uno carga una serie de pre-concepciones
Figura 5.1. La ciencia moderna mezcla conocimiento
empírico y a priori. El
procedimiento de Aristóteles se denomina A
priori, que significa "sin contar con la
experiencia, la observación o las evidencias empíricas". Los griegos tendían
a despreciar la evidencia empírica, especialmente Platón maestro de Aristóteles
enseñaba a ignorar al mundo y concentrarse solo en el pensamiento.
Los métodos griegos se basaban
principalmente en el desarrollo filosófico, y no avanzaban demasiado en el
práctico “¿será que la cueva de Platón originó todo ese asunto?” o sea no
comprobaban las hipótesis y se elegían algunas de forma tácita o a priori sin
contar con la experiencia. Para Aristóteles y su cosmología no tenía sentido
que las estrellas estuvieran muy lejos, por lo que descartó esa hipótesis. La
ciencia moderna, desde Galileo toma otra perspectiva del problema. La solución
no sería otra cosa que plantear observaciones planeadas para confrontar las
consecuencias de las hipótesis empleando instrumentos especializados.
Relación experimento e hipótesis: De la observación emergen hipótesis que son puestas a prueba por
medio de experimentos para observar los fenómenos hipotéticos. Por muy simple
que parezca o fácil de comprender, el proceso experimental no es así de simple,
no es un proceso lineal. Nunca lo ha sido y nunca lo fue, aquellas personas que
proponen las hipótesis lo hacen empleando marcos de referencia abstractos, “es
decir que son frutos del pensamiento y no se encuentran en la naturaleza” llamados
modelos teóricos. Los modelos teóricos limitan y seleccionan los fenómenos que
van a tomarse en cuenta y que instrumentos experimentales van a emplearse. Es
por esto que el proceso experimental no surge de la observación del ambiente,
por el contrario, emerge del proyecto de investigación propuesto por el modelo
teórico que acepta el investigador en su contexto y es matizado muchas veces
por sus propios prejuicios. Este proceso concuerda con el mecanismo propuesto
por el método hipotético-deductivo en el cual primero hay un modelo teórico
general, del cual se extrae una hipótesis concreta para dar cuenta de una serie
de problemas. De la hipótesis se extraen consecuencias que deberán ser
susceptibles de ser medidas/observadas de forma experimental.
6. El experimento
La observación es pues un fenómeno al azar
que no está guiado o mediado por un modelo teórico, la experimentación por el
contrario basa su trabajo en los proyectos de investigación de los modelos
teóricos. Adicionalmente existe otra diferencia entre lo que es la observación
y lo que es la experimentación y todos tienen que ver con el concepto de
verdad. Por lo general se tiene la idea de que los experimentos permiten
comprobar la verdad o falsedad de una teoría, pero esto es una tergiversación.
Esto es porque los modelos teóricos no se miden en base al criterio de verdad o
mentira. El concepto de verdad absoluto solo es alcanzable cuando se pueden
observar todos los estados de un sistema de estudio que son, fueron y serán en TODO EL UNIVERSO. Debido a que es
evidentemente imposible alcanzar tal criterio de verdad absoluta, los modelos
teóricos aspiran a representar de una forma adecuada los fenómenos conocidos en
un momento determinado. De esta forma los modelos son solo transitorios,
aproximaciones a la verdad, pero no la verdad absoluta. En este sentido la
experimentación permite rastrear que también funciona el modelo teórico para
representar los fenómenos medibles. Y los fenómenos medibles se obtienen
mediante la experimentación planeada y no mediante.
Figura 6.1. El laboratorio. Es
muy raro encontrar un laboratorio en uso que esté "ordenado en el sentido
tradicional".
6.1.
Los fenómenos experimentales e
instrumentos de medida
Son aquellos eventos de la realidad que
emergen de la manipulación, o de la observación consciente de la naturaleza. Se
cree que todos los fenómenos experimentales se obtienen en un laboratorio y se
interpretan directamente por medio de los sentidos, de allí la expresión “ha sido observado, no ha sido observado” como
si toda la ciencia dependiera exclusivamente del sentido de la vista. Como bien
dice Hume, la ciencia excede los fenómenos, pero también es posible afirmar que
la mayoría de los fenómenos exceden por mucho nuestros sentidos, especialmente
la vista, órgano que puede ser engañado con suma facilidad.
Figura 6.2. El campo. Los
experimentos no se confinan a los laboratorios. Cuando hacemos experimentos
fuera de las paredes de un laboratorio, sin importar el lugar, lo denominamos
campo.
De acuerdo con lo anterior, se emplean
instrumentos que amplifican nuestros sentidos, el microscopio nos permite
seguir “observando” los fenómenos, lo mismo el telescopio. Sin embargo, existen
fenómenos que no son posibles de “observar con los ojos”, y por lo tanto deben
ser medidos mediante cálculos que los interpretan. De lo anterior podemos
postular cuatro adjetivos de los fenómenos obtenidos mediante experimentación.
👉
Fenómenos directos/indirectos, dependiendo de cuanta
interpretación lógico-matemática es necesaria para llegar a ellos.
👉
Fenómenos de campo/laboratorio dependiendo de cómo son
controladas las variables experimentales, entre menos variables mayor control
experimental.
6.2.
Los fenómenos obtenidos de
forma directa en el campo
Son aquellos fenómenos que no pueden
obtenerse en un laboratorio debido a que el objeto de estudio que los genera es
demasiado grande, o a que no existe o no existía laboratorio para estudiarlos
al ser demasiado complejos o demasiado costosos para poder ser reproducido de
forma satisfactoria en un laboratorio. Nuevamente, el uso de instrumentos debe
ser mínimo, y estos no deben generar una reinterpretación de la realidad tan
marcada. Por ejemplo, los telescopios ópticos. Este puede ser el tipo de
fenómenos experimentales más antiguo ya que es el fundamento de la ciencia de
la astronomía.
La astronomía es la ciencia que estudia el movimiento de los cuerpos celestes. Originalmente no se empleaban instrumentos, pero la información recolectada podía ser consignada por medio de dibujos y valores matemáticos. Evidentemente antes de las computadoras no podía reducirse el cielo al laboratorio, y al no tener tecnología de lentes los cosmólogos debían contentarse con una buena vista y una noche clara para poder poner a prueba sus hipótesis de sobre cómo es que los objetos del cielo se mueven.
Figura 6.3. La medición. La
colorimetría genera un fenómeno experimental de laboratorio que puede
percibirse sin cálculos, instrumentos o razonamientos y es el cambio de color.
Este fenómeno directo sin embargo es la base para realizar razonamientos que
permiten de forma indirecta encontrar el fenómeno subyacente que genera el
cambio de color. Sin embargo, al aplicar instrumentos de medición de color, es
posible realizar predicciones muy confiables, a las cuales nuestros ojos no
alcanzarían.
6.3.
Fenómenos directos de
laboratorio sin instrumentos:
Los definiremos como aquellos fenómenos
que son accesibles por medio de los sentidos sin la necesidad de emplear
razonamientos lógicos, instrumentos, o interpretaciones matemáticas. Estos
fenómenos se obtienen en condiciones de laboratorio, donde las variables pueden
ser controladas, y los procedimientos repetidos. Son observaciones
relativamente simples, pero de índole cualitativo, como colores, aromas,
texturas, comparaciones relativas.
6.4.
Fenómenos directos de
laboratorio con instrumentos:
La expresión de fenómenos directos o
indirectos no es absoluta, es decir existe una escala continua entre cuan
directo y cuan indirecto es un fenómeno estudiado. Un fenómeno absolutamente
directo es aquel que no requiere de los instrumentos, es decir, es percibido
por nuestros sentidos sin ningún mecanismo intermediario; y adicionalmente no
necesita de un razonamiento lógico para percibirlo. Instrumentos tan simples
como una regla ya empiezan a generar una mediación, una interpretación del
mundo externo sobre lo que percibimos.
En la medida en que los instrumentos se
hacen más complejos, una mayor gama de fenómenos, se hacen accesibles, pero
siempre debe tenerse en cuenta que es el instrumento el mediador para su
percepción. Los cambios tecnológicos alteran el modo de mediación, y por lo
tanto el modo en que se interpretan los fenómenos. Los instrumentos más
sofisticados generan representaciones matemáticas, no generan imágenes.
En biología un ejemplo de fenómenos
experimentales obtenidos en el laboratorio son las microfotografías de los
microscopios ópticos en los que la imagen sigue siendo una imagen generada por
luz y perceptible por medio de los sentidos. La imagen no requiere de una
reinterpretación por medio de cálculos matemáticos o razonamientos complejos.
Otro ejemplo es el de la modificación genética para algunos rasgos, cuyos
resultados son evidentes a simple vista sin el apoyo de instrumentos, como por
ejemplo la modificación de ratones de laboratorio para producir el cartílago de
la oreja humana. El fenómeno experimental es más directo en cuanto se empleen
instrumentos menos sofisticados.
6.5.
Los fenómenos obtenidos de
forma indirecta en el laboratorio
Figura 6.4. Medición indirecta, la apuesta científica. El capítulo 1 de la temporada 1 de la serie Doctor
House, en esta puede observarse como una serie de síntomas
examinados de forma directa en el laboratorio permiten diagnosticar la causa
subyacente, una parásito del sistema gastrointestinal llamado tenia o
solitaria, o más precisamente su larva en el cerebro del paciente llamada
cisticerco.
Se obtienen en el laboratorio bajo
condiciones experimentales, pero adicionalmente deben ser racionalizados. Es
decir, los exámenes de laboratorio revelan una serie de fenómenos más o menos
directos, pero que si no se los conecta mediante algún razonamiento no sirven
para nada. Cuando estos fenómenos son conectados mediante una causa global,
esta causa es nuestro fenómeno observado de forma indirecta, es posible señalar
su presencia aun cuando no es posible percibirlo de forma directa. Muchas veces
esta conexión e interpretación requiere del apoyo de instrumentos más
sofisticados y de computadoras que digitalizan la información y generan la
conclusión. En ocasiones en este tipo de fenómenos se genera la duda de si el
fenómeno tiene una naturaleza real o si por el contrario es solo una fumada
mental que por casualidad sirve para explicar la información que se posee. Por
otro lado, los fenómenos indirectos son de hecho causas hipotéticas hasta que
se demuestra su naturaleza física real "o algo que se le acerque".
El diagnóstico médico es el ejemplo más
pertinente sobre fenómenos que se perciben de forma indirecta. En general se
requiere de una serie de exámenes médicos que revelan una serie de fenómenos, a
los que podemos catalogar como relativamente directos. Estos fenómenos son síntomas
“que son los más directos” o resultados de exámenes de laboratorio “menos
directos”, los cuales al racionalizarse permiten percibir una causa subyacente
que es el fenómeno indirecto. Los fenómenos indirectos generalmente se
describen más fácilmente en términos cuantitativos, es decir como números que
interpretan unos objetos de estudio.
6.6.
Los fenómenos obtenidos de
forma indirecta en el campo
En este caso tenemos un sistema de estudio
muy grande, complejo o costoso para reducir a un laboratorio y que adicionalmente
su fenómeno subyacente solo puede ser percibido de forma indirecta. Un ejemplo
de ello es el fenómeno de la expansión del universo.
Figura 6.5. Midiendo la naturaleza. El cielo que se observa con los ojos no es el mismo que puede observarse con telescopios, y del mismo modo, un telescopio más avanzado puede mostrar un cielo diferente que el observado con uno de menor calidad. Si asumimos una realidad real, el cielo siempre es el mismo, pero la percepción que tenemos de él es interpretada por el instrumento haciendo parecer que son cielos diferentes.
Figura 6.6. El campo cambia los datos. La
medición no es un trabajo sencillo en el campo, pues variables externas pueden
afectar lo que puede medirse. De
izquierda a derecha, la interferencia causada por la luz artificial para ver el
cielo nocturno: 9. Cielo de una ciudad en su centro urbano; 7. Un barrio
luminoso; 5. Barrio; 3. Pueblo; 1.
Ambiente sin luces artificiales.
Para llegar a esta conclusión se emplea un
fenómeno más directo llamado efecto Doppler que afecta a las ondas de luz.
Generalmente los materiales de los soles tienen un patrón de color fijo, como
si fuera un código de barras. Sin embargo, con el tiempo este código de barras
se va corriendo poco a poco hacia el rojo, lo que revela que las ondas de luz
se hacen cada vez más largas. Como las ondas largas son generadas por objetos
más distantes se emplea el siguiente razonamiento.
Premisas
👉 Las
ondas largas son generadas por objetos muy distantes.
👉 Cuando
las ondas se alargan los objetos se alejan.
👉 La
luz es una onda.
👉 El color rojo está compuesto por ondas de luz muy largas.
👉 La luz emitida por los soles se corre hacia el rojo.
Conclusión
👉 Los soles se alejan cada vez más, lo que es igual a que los soles
se alejan de la Tierra.
6.7.
Concordancia entre hipótesis y
fenómenos
Las hipótesis de trabajo generan
consecuencias que son susceptibles de comparar con los fenómenos
experimentales, por lo que ambas deben tener la misma dimensión. Si el fenómeno
experimental es una estructura, la hipótesis debe predecir cómo es esa
estructura. Si el fenómeno experimental es un valor numérico, la hipótesis debe
predecir un intervalo entre el cual se encuentre el número encontrado de forma
experimental. La concordancia se descubre por medio de métodos estadísticos. Si
la hipótesis no puede generar consecuencias que concuerden con algún método
experimental conocido, esa hipótesis debe permanecer como tal hasta que la
tecnología avance. Si se generan excusas para que aun con el avance tecnológico
esta nunca pueda compararse con algún fenómeno, esta no es científica. En otras
palabras, para que una hipótesis sea científica esta debe ser susceptible de
encontrar un fenómeno para contrastarla.
6.8.
Los investigadores no
abandonan sus modelos teóricos con facilidad
Puede ser el caso de que los fenómenos
experimentales obtenidos en una primera ronda de experimentación no concuerden
con las consecuencias de la hipótesis de trabajo. En tal caso, contrario de lo
que se piensa, los investigadores no refutan sus hipótesis tan fácilmente. Por
lo general lo que se hace es modificar las condiciones de los experimentos “en
el laboratorio” o incrementar la muestra de estudio “si es en el campo” para
poder concluir de forma acertada. Con regularidad se encuentra que lo que en
primera instancia parecía una refutación de la hipótesis de trabajo no era más
que un artefacto producido por un mal diseño experimental.
6.9.
La calidad de los fenómenos
experimentales, precisión y exactitud
Los fenómenos experimentales o datos son
medidos bajo dos criterios de calidad: (1) Precisión y (2) exactitud. La
precisión es la medida de repetibilidad de un fenómeno, un fenómeno que se
repite de forma consistente en cada ronda experimental, es decir cuyos datos
son concordantes cada vez que se experimenta es un dato preciso. La exactitud
es la medida de un fenómeno sobre un valor que se sabe de antemano que es
exacto.
Un ejemplo de ello es el tiro al blanco,
los fenómenos experimentales pueden arrojar datos que son: (A) imprecisos e
inexactos, completamente inservibles para la ciencia; (B) Exactos pero
imprecisos, en los que, aunque el promedio de todos arroje el valor exacto, no
son repetibles, y sin repetibilidad tampoco sirven para la ciencia; (C)
Precisos pero inexactos, los valores son repetibles pero no concuerdan
completamente con la realidad; (D) Precisos y exactos, datos reales y
repetibles.
Como se recordará, en las ciencias no se
trabaja con el concepto de verdad ya que este es inalcanzable, si lo aplicamos
a la alegoría del tiro al blanco significa que los dardos nunca darán todos en
el blanco, lo que se busca es que estos se acerquen lo más posible al blanco,
aunque nunca se pueda alcanzar.
El diseño experimental posee dos fuentes
de errores que causan que los datos obtenidos pierdan precisión y exactitud.
Los errores metodológicos son las imitaciones del diseño experimental. Si el
diseño experimental es malo poseerá un alto grado de error experimental; si por
el contrario el diseño experimental es muy bueno el nivel de error experimental
es menor.
No se considera que exista un método libre
de errores experimentales, pues no existe un diseño experimental que sea
perfecto. Los errores de procedimiento es aquel causado por los seres humanos
al emplear de forma errónea los instrumentos, anotar mal los valores, entre
otros. Es un error humano intrínseco al método. Ambos métodos se corrigen con
repeticiones, el primero repitiendo con diseños experimentales diferentes, y la
otra repitiendo el diseño experimental con investigadores diferentes. Ambos
errores reciben un tratamiento cuantitativo por métodos
matemáticos-estadísticos.
6.10.
El diseño experimental y las
condiciones experimentales
En muchas ocasiones los fenómenos
obtenidos arrojan datos que no concuerdan con las hipótesis debido a que el
diseño experimental es defectuoso. Esto puede causarse por interferencias del
medioambiente. Un ejemplo de ello ocurre con los telescopios. Las luces de las
ciudades interfieren con la luz de las estrellas, haciendo parecer que hay
menos estrellas en el firmamento de las que en realidad existen.
A medida que se traslada el puesto de
observación a un punto con menos luces artificiales la calidad de la
observación va mejorando. Es responsabilidad del investigador ajustar las
condiciones experimentales de forma racional para que la refutación o
aprobación de sus hipótesis dependa de los fenómenos en sí mismos y no de las
interferencias y artefactos de un mal diseño experimental
6.11.
La comparación como fenómeno
matemático
Mucho de lo que se hace en los
experimentos cuantitativos se reduce a, comparar entre grupos de números, un
grupo de números son los teóricos o esperados, y el segundo grupo son los datos
experimentales; o puede darse el caso que los dos grupos de datos sean
experimentales bajo diferentes condiciones o variables. Aunque teóricamente un
conjunto de números al medir la misma variable de la misma manera debería arrojar
el mismo valor, en la realidad lo que se obtienen valores cercanos, pero no
exactamente iguales, por lo que se genera el problema de la subjetividad y el
punto de vista. Al ser números decir que casi se parece no nos sirve, esto nos
lleva a la pregunta, ¿Cómo determinar de manera objetiva que un grupo de
números es diferente de otro?
Para responder a esta pregunta usamos la
estadística, la cual es una rama de las matemáticas y del cálculo integral. Los
científicos usan la estadística debido a que aún las medidas de fenómenos
invariables, poseen variaciones debido a errores de uso de las maquinas o al
error intrínseco que posee una máquina.
Aun cuando todo es igual, el ambiente y el operario introducen una
fuente de variación.
A la variación introducida por las
máquinas y los operarios la denominamos ruido. La variación real puede ser
sesgada o aleatoria, y en ocasiones el ruido puede hacer difícil diferenciar se
una variación es sesgada o aleatoria. Y allí es donde entran las herramientas
estadísticas. El objetivo de desarrollar y mejorar nuevos aparatos de medición
en ciencia, es reducir la cantidad de ruido, y lograr unas mediciones más
repetibles.
7. Las leyes naturales
Las leyes de la naturaleza son cada una de
las relaciones existentes entre algunas variables al interior de un fenómeno.
Las leyes son producidas por la consistencia de los datos obtenidos por
diversos modelos experimentales con hipótesis propuestas por el modelo teórico.
La ley y la hipótesis difieren en que esta última se postula antes de hacer la
experimentación, mientras que la ley es el producto de la experimentación.
(
7.1 ) |
La segunda ley de Newton: Descripción semántica:
Si una masa "m"
experimenta una aceleración "a"
implica que hay una fuerza "F"
actuando sobre ella; de forma tal que multiplicando la masa por la
aceleración se tiene la suma de todas las fuerzas que actúan sobre la masa. |
En física y las ciencias de la naturaleza
generalmente poseen una forma matemática, y entre más simple mejor. Aunque no
siempre es el caso. Sin embargo, las leyes más universales son aquellas que se
describen mediante una fórmula matemática simple.
Al ser relaciones estadísticas entre
variables, la definición con la palabra ley es meramente un recurso retórico.
Las leyes son regularidades, pero la causa de esas regularidades es
desconocida. En base a la filosofía de Santo Tomás de Aquino las leyes se
pueden denominar causas secundarias que describen las regularidades de la
naturaleza. Sin embargo, a diferencia de la convicción del Doctor de la Iglesia
Católica, a existencia de una causa primaria “a la cual él llama Dios” es un
tema que escapa del dominio de las ciencias de la naturaleza. Las leyes que
estudian la naturaleza pueden dividirse en tres campos de los cuales se
desprende todos los demás: La física, la química y la biología. No se las ha
conocido así siempre, en la edad media la física englobaba a todas las demás y
recibía el nombre de filosofía natural. La química era denominada alquimia, y
la biología se llamaba historia natural.
De las tres, la primera en introducir las
matemáticas fue la filosofía natural. El libro que escribió el padre de la
física Isaac Newton "1643-1727" se denominaba “Principios Matemáticos
de Filosofía Natural. Newton no fue el primero en introducir leyes como
expresión de relaciones entre variables reduccionistas en forma de una fórmula
matemática, el primero fue Galileo Galilei "1564-1642", pero Newton
si fue el primero en emplearlas de forma tan extensiva. De hecho, lo hizo a tal
nivel que en su estudio de la naturaleza se inventó toda una rama de la
matemática llamada el cálculo diferencial. Esto se dio en el intermedio del
siglo XVII al XVIII. Para el siglo XIX todas las demás ciencias empezaron a
buscar sus propias leyes simples con mayor o menor éxito.
( 7.2 ) La ley de Boyle
Resulta difícil realizar más afirmaciones
a cerca de las leyes ya que su definición sigue siendo un tópico abierto al
interior de la epistemología de las ciencias. Las leyes son similares a los
axiomas matemáticos, pues sus causas últimas no pueden ser explicadas, pero
ellas mismas sirven para construir los modelos teóricos más generales.
Descubrir una ley universal con una
fórmula matemática simple es un gran honor en el mundo de las ciencias, tanto
así que al descubridor le es permitido ponerle su apellido, ejemplos son:
👉
Las leyes de los gases: Ley de Boyle, Ley de
Gay-Lussac, Ley de Carles.
👉
Las leyes de la genética de Mendel.
👉
Las leyes de Newton.
Finalmente, muchas leyes famosas pueden
ser interpretadas de forma semántica, es decir, transformar una fórmula
matemática en una frase que intenta explicarla. Aunque resulta útil, muchas
veces la frase con texto no es capaz de representar con total eficacia a lo que
está contenido en la fórmula matemática. Por ejemplo, la primera ley de la
termodinámica.
( 7.3 ) Primera ley de la termodinámica.
Que generalmente se describe como: La
energía no se crea o se destruye, solo se transforma.
8. La humanidad de la ciencia
La ciencia no es un fenómeno individual,
por más que la ficción tienda a popularizar el arquetipo del científico loco
que revoluciona un campo de la ciencia desde su sótano. El asunto es un poco
más complicado que eso, la ciencia es una labor humana, y como tal es realizada
por toda una comunidad, y por esa razón, debe comunicarse y ponerse de acuerdo.
Figura 8.1. Los científicos no son super-genios aislados. El
genio maligno o el buen científico despistado, ambos tienen en común que por lo
general en la ficción los científicos son retratados como individuos aislados
que revolucionan la ciencia desde el garaje de sus casas, siendo expertos en
teoría e ingeniería de múltiples campos.
El proceso de comunicación científica no
ha sido siempre el mismo, y, de hecho, originalmente se basaba más en la
confianza y el buen nombre del investigador que exponía sus conclusiones a la
comunidad científica.
Figura 8.2. La verdadera ciencia se construye en
comunidad, de no tan genios. La Sociedad Real de Londres fue
una de las primeras comunidades científicas. Fue fundada en 1660 como un club
exclusivo de caballeros ricos que podían dedicarse a la contemplación de la
filosofía natural.
El problema es que ese método de
comunicación conllevaba a modos de razonar no propios de la ciencia, como, por
ejemplo, abandonar las garantías que emanan de los datos en sí, para abrazar
garantías que emergen solo de la autoridad de un individuo "completamente
falaz esta última". Tal práctica conllevó en su tiempo a problemas, a
individuos que en afán de gloria publicaban conclusiones con datos pobres, que
no dejaban al acceso de nadie las muestras originales, pues eran como si fueran
de su propiedad.
Un caso emblemático de eso, es el caso del hombre de Piltdawn, donde básicamente, los restos originales del fósil no eran permitidos de ver en sus originales, y cuando así lo hacían no se los permitía tocar. Básicamente todo el asunto se sostenía por la autoridad de los descubridores, hasta que al fin se permitió acceso a ellos para ejecutar pruebas de laboratorio.
Figura 8.3. Pero hay comunidades de genios en algunas
generaciones. Los directores de diversos grupos de
investigación de la época de Einstein, ellos son los representantes de su
comunidad científica, los trabajos de Einstein no tienen sentido sin ellos y
viceversa.
8.1.
La comunicación científica y el fraude científico
¿Cómo evitar el fraude?, casos como el de
Piltdawn demostraron que la ciencia no se podía manejar como a un club de
caballeros donde todos debían confiar en las palabras de todos a priori, la
ciencia se volvió intrínsecamente desconfiada, escéptica de ella misma. El
método para efectuar para efectuar esa premisa fue la revisión por pares académicos
de igual rango y la indexación de los informes de investigación, así nació el
artículo científico especializado como lo conocemos actualmente.
Figura 8.4. El fraude y la revisión por pares. El
deseo por tener un gran fósil pre-humano nacional parece ser uno de los motivos
que impulsaron el fraude del hombre de Piltdawn, pués los ingleses estaban
envidiosos del descubrimiento alemán del hombre de Neanderthal (Izquierda). El
hombre de Piltdawn fue una quimera falsa, las dos partes de la quimera eran la
mandíbula de un orangután y el cráneo de un ser humano, cabe destacar que
existen otras quimeras en las que se emplean fósiles reales, pero de diferentes
animales (centro). El fraude fue
descubierto cuando se autorizó su sometimiento a su revisión por métodos de
datación químicos (derecha).
El artículo científico "paper" es el informe de la
recolección y análisis de datos de un experimento u medición en el campo, sin
embargo, antes de recibir la aprobación de datos confiable, el artículo debe
pasar bajo el escrutinio de los pares. La revisión por pares es un método usado
para validar trabajos escritos y solicitudes de financiación con el fin de medir
su calidad, factibilidad, rigor científico, etc.
Figura 8.5. Revistas científicas famosas actualmente. Las dos revistas científicas más prestigiosas, pero no son inmunes a errores o debates. Por más que sean las más prestigiosas no contienen verdades absolutas. Recuerde que el objetivo es intentar representar fenómenos, no es encontrar verdades absolutas.
Figura 8.6. Tecnociencia y justificación. La
ciencia no se justifica con argumentos filosóficos, el conocimiento científico
se justifica en cuanto a su impacto en la tecnología, la elegancia filosófica
es secundaria, púes la ciencia al contrario de la filosofía no busca verdades
inmutables, sino más bien modelos plausibles que permiten entender el mudo y
por consiguiente manipularlo. Los celulares inteligentes modernos no podrían
existir sin la teoría mecánico-cuántica.
Este método deja abierto el trabajo al
escrutinio, y frecuentemente a la anotación o edición, por un número de autores
iguales en rango académico al autor. Normalmente sólo se considera válida una
publicación científica cuando ha pasado por un proceso de revisión por pares
como el de admisión para publicación en una revista arbitrada. Por
consecuencia, solo se consideran validas científicamente aquellas revistas o
publicaciones que, someten a revisión, los artículos que ellas publican, en ese
orden de ideas revistas como National Geographic no se consideran
válidas pues no hacen revisión por pares, son revistas de difusión científica.
8.2.
El científico también es un
ser humano
Confiamos tanto de nuestras vidas en la
ciencia que deseamos que las personas que la construyen tengan un nivel de
moralidad superior, genios excéntricos, más allá de los demás. Si bien, muchos
ejemplos de esto existen, y uno de los que más me viene a la mente es Linnus
Pauling, quien estuvo preocupado por el uso de la teoría cuántica y la física
nuclear en la creación de armas, siendo un ferviente activista por la paz; la
cuestión es que esto no es tan necesario.
Los científicos también son seres humanos, comen, ríen, sueñan, odian, aman, se casan, se separan, son heterosexuales, otros homosexuales otros asexuales, algunos interactúan con la sociedad, otros están un poco desconectados, incluso algunos poseen enfermedades cerebrales como el síndrome de Asperger, en fin, su única diferencia es elegir como profesión el dedicarse a la contemplación de la naturaleza.
Figura 8.7. Los científicos son gente desconfiada.
Publicar debe ser difícil, uno de los síntomas de malos procesos de
investigación es la facilidad en la publicación. Si se aplica correctamente la
revisión por pares, la ciencia se auto-corrige lentamente y los postulados más
fuertes son aquellos que surgen en el consenso de la comunidad científica y su
aplicación a tecnologías poderosas.
La labor científica puede ser muy
estresante, y la presión por publicar puede hacer que algunos individuos se
vean tentados a copiar o crear resultados de experimentos que nunca realizaron.
Es por esa humanidad que la revisión por pares es tan importante. Así pues, la
diferencia entre las comunidades científicas y otras comunidades como las de
los religiosos, es que lo que ha producido la ciencia se ha materializado en
tecnología “y viceversa”, impulsando la generación de riqueza y poder
económico. Si duda de los productos de la ciencia, meta su mano y saque su
celular, al mirarlo estará observando un producto de la teoría de la mecánica
cuántica.
8.3.
Como justifico el método
científico
No se trata de la verdad, se trata del poder.
La religión por lo general ve al mundo bajo un esquema moralizante, mientras que la ciencia ve al mundo como una herramienta; y aunque bajo nuestra crianza ver las cosas como herramientas es visto como malo, los virus son un ejemplo claro. Ver al virus como algo de lo cual debemos extraer un comportamiento moral y detenerse allí impediría verlo como una herramienta para curar a otras enfermedades como el cáncer. Las explicaciones científicas de los fenómenos naturales mediante mecanismos naturales son objetivas y confiables no se deben tanto a que estén basadas en hipótesis que han sido propuestas de modo tal que son medibles y poseen el potencial de ser rechazadas mediante otras observaciones o experimentos. El verdadero justificador de todo el discurso científico natural es que en la práctica funciona, otorga poder más allá de la fe.
Figura 8.8. Los científicos ven la naturaleza como un
instrumento de poder. La religión por lo general ve al mundo
bajo un esquema moralizante, mientras que la ciencia ve al mundo como una
herramienta; y aunque bajo nuestra crianza ver las cosas como herramientas es
visto como malo, en el ejemplo anterior se ve como no lo es, y de hecho es lo
opuesto. Ver al virus del VIH causante del SIDA como algo de lo cual debemos
extraer un comportamiento moral y detenerse allí impediría verlo como una
herramienta para curar a otras enfermedades, como el cáncer.
Los científicos deben exponer claramente
los métodos empleados en sus investigaciones, de modo tal que otros colegas
puedan repetir sus resultados y en consecuencia crear métodos repetibles por
todos, que otorguen a la comunidad dominio sobre algún fenómeno determinado.
Aunque no todos los experimentos son replicados, los que son sorprendentes o
controversiales son sujetos de verificación independiente y por lo general más
de un grupo de investigación se encuentra trabajando en el mismo problema. Los
científicos de todo el mundo comparten este proceso mediante la publicación en
revistas científicas indexadas de alto impacto, por ejemplo: Science, Nature,
Journal of biology, Journal of microbiology; entre muchas otras.
8.4.
La ciencia, la no ciencia y la
pseudociencia
Si uno distingue los métodos de la
ciencia, se puede identificar la ciencia verdadera de la que no lo es. Por
ejemplo, otras áreas académicas y de estudio sistemático son el arte, la música
o la literatura, sin embargo, estas no utilizan el método científico para
establecer los hechos. La religión no es una ciencia, aunque históricamente
varias religiones han intentado explicar los fenómenos naturales mediante
causas supernaturales, estos eventos naturales podían ser inusuales patrones
climáticos, malas cosechas o epidemias. La mayoría de estos fenómenos eran en
su época, misteriosos, ahora pueden ser explicados mediante causas naturales en
términos de principios científicos.
El poder de la ciencia se deriva de una
objetividad sin compromisos externos y una dependencia absoluta de la evidencia
para dominar la naturaleza como una herramienta, la cual se desprende de datos
reproducibles y cuantificados. Las explicaciones religiosas, espirituales o
metafísicas de los fenómenos naturales y físicos pueden ser coherentes y
satisfactorios para una persona que comparte ese punto de vista, pero no son
reproducibles, no son cuantificables, no pueden ser dominados como herramientas
y por lo tanto no son científicos. Usar una explicación sobre natural para
explicar un fenómeno natural va en contra de la definición de la ciencia, en
otras palabras, la ciencia es un juego que consiste en encontrar explicaciones
naturales para fenómenos naturales. No existe nada malo en esto, a menos que se
intente cruzar la delimitación, cuando una explicación pretende el epitome de
ciencia sin seguir el método científico lo clasificaremos como una
pseudociencia.
La ciencia describe cómo es que el mundo
es, no como debería ser, por lo que no puede ser usada para obtener
implicaciones en campos como la ética o la moral. La ciencia es meramente una
herramienta y un potencial de acción. Por ejemplo, los avances más recientes en
genética y biología del desarrollo nos permitirían en potencia seleccionar
desde el sexo hasta otras características fenotípicas de nuestros cuerpos,
también está el uso de las células madre embrionarias para el tratamiento de
distintas enfermedades degenerativas y de muerte masiva de tejidos. La ciencia
solo nos dice lo que se puede hacer y no lo que se debe hacer. El vasto
conocimiento científico acumulado durante las diferentes centurias y distintas
civilizaciones nos permite entender, manipular aspectos del mundo natural de
formas que ninguna otra especie sobre este planeta puede hacer. Esta habilidad
nos presenta como especie y como sociedades retos, oportunidades y sobre todo
responsabilidades.
9. Las principales ciencias de la naturaleza
9.1.
La física
Es la ciencia natural que estudia la materia y su movimiento
y comportamiento a través del espacio y el tiempo y que estudia las entidades
relacionadas de energía y fuerza. La física es una de las disciplinas
científicas más fundamentales, y su principal objetivo es comprender cómo se
comporta el universo (Serway & Jewett, 2010, 2014; Tipler &
Llewellyn, 2012; Tipler & Mosca, 2008).
La física es una
de las disciplinas académicas más antiguas y, a través de su inclusión de la
astronomía, quizás la más antigua. Durante los últimos dos milenios, la física,
la química, la biología y ciertas ramas de las matemáticas formaron parte de la
filosofía natural, pero durante la revolución científica en el siglo XVII,
estas ciencias naturales surgieron como proyectos de investigación únicos por
derecho propio. La física se cruza con
muchas áreas interdisciplinarias de investigación, como la biofísica y la
química cuántica, y los límites de la física no están definidos de manera
rígida. Las nuevas ideas en física a menudo explican los mecanismos
fundamentales estudiados por otras ciencias y sugieren nuevas rutas de
investigación en disciplinas académicas como las matemáticas y la filosofía (Serway & Jewett, 2010, 2014; Tipler &
Llewellyn, 2012; Tipler & Mosca, 2008).
Los avances en física a menudo permiten avances en nuevas
tecnologías. Por ejemplo, los avances en la comprensión del electromagnetismo y
la física nuclear condujeron directamente al desarrollo de nuevos productos que
han transformado dramáticamente a la sociedad moderna, como la televisión, las
computadoras, los electrodomésticos y las armas nucleares; los avances en
termodinámica llevaron a el desarrollo de la industrialización; y los avances
en mecánica inspiraron el desarrollo del cálculo y la ingeniería moderna (Serway & Jewett, 2010, 2014; Tipler &
Llewellyn, 2012; Tipler & Mosca, 2008).
9.2.
La química
La química es la
disciplina científica involucrada con el cambio de una sustancia en otra a
través de la reorganización de sus unidades constituyentes, es decir, elementos
y moléculas, así como el análisis de la composición, estructura, propiedades,
comportamiento y los cambios que experimentan durante una reacción con otros
compuestos. La química aborda temas como la interacción de átomos y moléculas a
través de enlaces químicos para formar nuevos compuestos químicos (Chang,
2010; Chang & Overby, 2011; McMurry, Castellion, & Ballantine, 2007;
Raymond, 2014; Timberlake, 2015).
En el ámbito de su tema, la química ocupa
una posición intermedia entre la física y la biología. A veces se la denomina
ciencia central porque proporciona una base para comprender las disciplinas
científicas básicas y aplicadas a un nivel fundamental. Los ejemplos incluyen
la química de plantas (botánica), la formación de rocas ígneas (geología), cómo
se forma el ozono atmosférico y cómo se degradan los contaminantes ambientales
(ecología), las propiedades del suelo en la luna (astrofísica), cómo funcionan
los medicamentos (farmacología) y cómo recolectar evidencia de ADN en la escena
del crimen (análisis forense) (Chang,
2010; Chang & Overby, 2011; McMurry et al., 2007; Raymond, 2014;
Timberlake, 2015).
La historia de la química abarca un período desde los tiempos
más antiguos hasta el presente. Desde varios milenios antes de Cristo, las
civilizaciones usaban tecnologías que eventualmente formarían la base de las
diversas ramas de la química. Los ejemplos incluyen extraer metales de los minerales,
hacer cerámica y esmaltes, fermentar cerveza y vino, extraer productos químicos
de plantas para medicinas y perfumes, convertir la grasa en jabón, hacer vidrio
y fabricar aleaciones como el bronce (Chang, 2010; Chang & Overby, 2011; McMurry et al., 2007;
Raymond, 2014; Timberlake, 2015)
9.3.
La biología
La biología es la ciencia natural que estudia la vida y los
organismos vivos, incluida su estructura física, procesos químicos,
interacciones moleculares, mecanismos fisiológicos, desarrollo y evolución. A
pesar de la complejidad de la ciencia, existen ciertos conceptos unificadores
que la consolidan en un campo único y coherente. La biología reconoce a la
célula como la unidad básica de la vida, los genes como la unidad básica de la
herencia y la evolución como el motor que impulsa la aparición y la extinción
de las especies. Los organismos vivos son sistemas abiertos que sobreviven
transformando energía para mantener una condición estable y vital definida como
homeostasis. Las subdisciplinas de la biología se definen por los métodos de
investigación empleados y el tipo de sistema estudiado: la biología teórica
utiliza métodos matemáticos para formular modelos cuantitativos mientras que la
biología experimental realiza experimentos empíricos para probar la validez de
las teorías propuestas y comprender los mecanismos subyacentes de la vida y
cómo apareció y evolucionó de la materia no viviente hace unos 4 mil millones
de años a través de un aumento gradual en la complejidad del sistema (Mayr, 1997).
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