viernes, 17 de marzo de 2023

Circulación

Índice

|| Principal || Cursos ||

||1|| Introducción

||2|| Generalidades

||3|| Mecanismos de transporte a través de membrana

||4|| Los fluidos internos, la sangre y otras cosas

||5|| La función de transporte de sustancias en unicelulares

||6|| Plantas

||7|| Generalidades del sistema circulatorio de los animales

||8|| Esponjas y cnidarios

||9|| Platelmintos y nematodos

||10|| Anélidos 1, Poliquetos

||11|| Anélidos 2, Oligoquetos e hidrudineos

||12|| Moluscos

||13|| Artrópodos

||14|| Algunos deuterostomos

||15|| Venas, arterias y capilares en los vertebrados

||16|| Organización del sistema circulatorio

 

||17|| Los arcos aórticos en peces

||18|| Los arcos aórticos en los vertebrados terrestres

||19|| Los corazones

||20|| El pensamiento darwiniano y platónico

||21|| Sistema circulatorio de los peces agnatostomos

||22|| Sistema circulatorio de los peces gnatostomos

||23|| Sistema circulatorio en peces pulmonados

||24|| Sistema circulatorio de los anfibios

||25|| Sistema circulatorio de los reptiles no cocodrileanos

||26|| Sistema circulatorio en reptiles cocodrileanos

||27|| Sistema circulatorio de aves y mamíferos

||28|| Sistema circulatorio linfático

||29|| Sistema circulatorio humano

||30|| Las microcirculaciones capilares

||31|| El sistema circulatorio y el ejercicio

||R|| Referencias bibliográficas

Portada

1. Introducción

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El sistema circulatorio es el sistema de órganos encargado del transporte y distribución de sustancias al interior de un ser vivo, y como en muchos otros sistemas de órganos, se lo puede analizar al nivel subcelular, celular, de tejido, órgano y sistema. Los sistemas circulatorios adicionalmente, se encuentran vinculados a lo que Christian de Duve menciona como el milieu interieur (De Duve & Pizano, 1995), o mejor dicho, un fluido interno en el cual las sustancias se disuelven para su transporte desde un lugar del ser vivo hasta otro. Dado lo anterior, tenemos la generación de dos mecanismos de transporte, uno aleatorio y otros no aleatorios. Mucho de lo que estudiamos en los sistemas circulatorios son adaptaciones de los diferentes seres vivos para que el transporte de sustancias se realice de manera no aleatoria.

Una de las mayores tendencias de los seres vivos ha sido la de especializar partes de sus cuerpos para el cumplimiento de funciones concretas, pero con el inconveniente de hacerse dependientes de otros sistemas, es necesario que estos componentes especializados se conecten de algún modo para compartir sustancias. Puede que una parte del cuerpo se especialice, por ejemplo, en la reproducción, pero para reproducirse es necesario el aporte de materiales desde los sistemas nutritivos, y la eliminación de desechos hacia los sistemas de excreción. De cierta manera muchos sistemas de órganos se tienden a ver como compartimentos estancos aislados del resto, sin embargo, el sistema circulatorio está allí para recordarnos que todo está unido, y por tal razón, este sirve como una suerte de resumen de las funciones de los demás sistemas de órganos. Los sistemas circulatorios cumplen la función de integrar a los diferentes tejidos, sirviendo como mecanismos de transporte, o como autopistas, que permiten el funcionamiento simultáneo e integral. Las sustancias que un sistema circulatorio debe transportar son las siguientes:

👉          Gases: haciendo parte del sistema respiratorio o de intercambio de gases por medio de los capilares pulmonares donde se intercambian los gases de importancia gaseosa.

👉          Nutrientes solubles: haciendo parte del sistema digestivo por medio de los capilares que rodean a los intestinos donde se absorben los nutrientes.

👉          Desechos: haciendo parte del sistema excretor por medio de capilares de la piel y los capilares especializados de los riñones que rodean al asa de Henle.

👉          Mensajes: por medio de los capilares que conectan al tejido emisor y receptor de un mensajero químico.

👉          Células del sistema inmune: como componentes que fluyen a través del fluido hemolimfático general o si se da especialización, a través de la linfa y la sangre.

👉          Células propias del sistema circulatorio: Especializadas en el transporte de gases, nutrientes, desechos y mensajeros químicos.

👉          Proteínas solubles: ya sean estas componentes del sistema inmune “anticuerpos”, del sistema circulatorio “fibrina” o de transporte de grasas “quilomicrones, lipoproteínas de alta y de baja densidad”.

Es evidente que al analizar por separado cada sistema de órganos, hemos tenido que ver secciones del sistema circulatorio, por ejemplo, el sistema de venas portal que conecta al intestino con el hígado durante la digestión, los capilares alveolares en la respiración o el asa de Henle en la excreción. Sin embargo, el objeto del presente capítulo del sistema circulatorio es la de ser más generales y abarcar incluso al nivel sub-celular, después de todo una célula también puede llegar a tener componentes especializados y debe distribuir materiales y desechos.

  1.1 William Harvey

William Harvey era un médico inglés. Nació en Folkestone, Kent, Inglaterra, el 1 de abril de 1573. Fue el primero en explicar cómo el corazón movía la sangre a través del cuerpo. Murió el 3 de junio de 1657 en Roehampton. Un hospital en Ashford, Kent lleva el nombre de Harvey. Fue al The King's School, Canterbury, luego a Gonville and Caius College, Cambridge. Luego fue a la Universidad de Padua, donde se graduó en 1602. Cuando Harvey regresó a Inglaterra se casó con Elizabeth Browne, la hija del médico real de Isabel I. Se convirtió en médico en el Hospital St. Bartholomew de Londres desde 1609 hasta 1643.

William Harvey es famoso por su idea de que el corazón bombea sangre alrededor del cuerpo. Fue el primero en describir correcta y detalladamente la circulación y sus propiedades. Algunos hombres sabían del circuito circulatorio menor del corazón a los pulmones y de regreso, pero su trabajo se perdió. Una obra de teología del siglo XVI, titulada Cristianismi restitutio, fue escrita por Miguel Serveto. Después de haber sido quemado en la hoguera por herejía (por Calvino), su libro fue destruido. Tres copias sobrevivieron. Un siglo y medio después, mucho después de Harvey, alguien notó que había dicho algo sobre la sangre que circulaba.

Harvey anunció sus descubrimientos sobre el sistema circulatorio en 1616 durante una serie de conferencias (sus notas de conferencias aún existen). Escribió un libro (Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et sanguinis in Animalibus) al respecto en 1628. Dijo que la sangre se bombea alrededor del cuerpo en un sistema cerrado. El corazón bombeaba sangre a través del cuerpo antes de regresar al corazón para repetir el proceso. Esto iba en contra de lo que se creía en ese momento que era cierto.

El médico romano, Galeno, creía que había dos sistemas en el cuerpo que se ocupaban de la sangre. En ese momento se pensaba que la sangre de color rojo oscuro en las venas provenía del hígado y la sangre de color rojo brillante en las arterias provenía del corazón. Se creía que el hígado y el corazón producían la sangre y la utilizaban las partes del cuerpo a las que se bombeaba.

Las ideas de Harvey surgieron de la disección de cuerpos humanos. Harvey descubrió que el hígado tendría que producir 540 libras de sangre cada hora para que Galeno tuviera razón. Esto le mostró que la sangre no se estaba agotando. Estaba siendo reutilizada por el cuerpo. Dijo que la sangre fluía por el corazón en dos circuitos, llamados mayor y menor. El circuito menor entre corazón y pulmones obtiene oxígeno. El circuito mayor entre el corazón y el cuerpo oxigena los tejidos. Harvey dijo que el corazón era solo una bomba que bombea sangre por todo el cuerpo, por lo que no era el órgano encargado del raciocinio como había opinado Aristóteles.


2. Generalidades

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Los sistemas circulatorios transportan un fluido que a su vez transporta materiales o sustancias químicas, que pueden ser clasificadas en nutrientes, desechos, mensajeros químicos y xenobióticos. Todos pueden ser subclasificados en gases solubles o en sustancias no gaseosas solubles.

  2.1 Nutrientes

Son los materiales que necesita la célula para funcionar y reproducirse en caso de que el tejido requiera crecer o repararse. Estos materiales provienen en últimas del sistema digestivo, donde se obtiene la mayoría de sustancias no gaseosas, y de los pulmones, de donde provienen los gases nutritivos, que para los animales generalmente es el dioxígeno gaseoso . Estos materiales son recolectados en los capilares sanguíneos que conectan los órganos de los pulmones o el intestino delgado, fluyen a través de la sangre y llegan finalmente al punto de contacto entre la Matrix Extra-Celular MEC y la sangre, el cual denominaremos como los capilares sanguíneos. Una vez allí los materiales atraviesan la membrana capilar por los mecanismos de transporte a través de membrana hacia la MEC, y de la MEC fluirán hacia las células.

  2.2 Desechos

Los desechos son producidos por las células como las sustancias finales del metabolismo. Estas sustancias deben excluirse del fluido interno de la célula o citoplasma, pues al acumularse, detienen el metabolismo y sin metabolismo no hay vida. Las plantas generalmente no excretan sino que almacenan los desechos en las vacuolas de forma densa y los modifican para defenderse. Los animales no almacenan los desechos, sino que los excretan hacia la MEC por los mecanismos de transporte a través de membrana. Una vez en la MEC los desechos atraviesan los capilares nuevamente por los mecanismos de transporte a través de membrana hacia la sangre, y de allí irán a los órganos excretores. Para los gases de desecho el órgano de salida es el pulmón, siendo este gas principalmente el dióxido de carbono . Para los desechos no gaseosos el órgano de salida es generalmente el riñón.

  2.3 Mensajeros

Los mensajeros químicos sus sustancias que emplean los seres vivos para coordinar sus células a largas distancias y los denominamos formalmente como las hormonas. Las hormonas fluyen desde las células productoras hasta las células blanco por los mismos mecanismos que los desechos y nutrientes. La sustancia sale de la célula la MEC, de la MEC al capilar, de allí fluyen hasta el otro capilar donde el proceso se revierte desde el capilar a la MEC y de allí al tejido blanco.

  2.4 Xenobióticos

Ingresan por las mismas rutas que los nutrientes, pero son claramente toxinas que obstruyen el metabolismo, pero que el cuerpo confunde por nutrientes, suicidándose en el proceso, los casos típicos son el plomo, el mercurio y el cromo(6+) (Cuberos, Rodriguez, & Prieto-Suárez, 2009; Cuberos, Rodriguez, & Prieto, 2009; Forero, Mantilla, & Martínez, 2009; Hernberg, 2000; Rossi, Gorman, & Wetterhahn, 1988)


3. Mecanismos de transporte a través de membrana

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Como mismos anteriormente, las sustancias transportadas llegar y salen del sistema circulatorio a través de los mecanismos de transporte a través de membrana, por lo que es una buena idea repasar los conceptos asociados a estos procesos.

  3.1 Transporte pasivo

Cuando una sustancia en estado acuoso o disuelto realmente está separada en dos cantidades por una membrana semipermeable a dicha sustancia, esta fluirá libremente de forma tal que las concentraciones a ambos lados tiendan a igualarse. La velocidad de flujo es mayor a medida que la diferencia de concentración –también llamada gradiente –es más alta, y la velocidad aparenta ser cero cuando las concentraciones son las mismas. Solo los nutrientes más pequeños o que son solubles en grasas son capaces de atravesar las membranas de forma pasiva, todo lo demás requiere de un transporte mediado por proteínas para que sea eficaz y eficiente.

Figura 3.1. El transporte pasivo se debe a la difusión, que es la tendencia natural de las partículas disueltas a fluir en todas direcciones al azar.

  3.2 Transporte a través de membrana mediado por proteínas

El transporte de sustancias también involucra trasladar a las malas, ya sea porque se requiere un flujo muy rápido ya que los tejidos demandan un tipo de sustancia con gran impaciencia; o a que hay un gas acumulándose rápidamente que resulta tóxico. El transporte activo emplea proteínas que gastan energía celular, lo que les permite transportar nutrientes en contra del gradiente de concentración, mientras que el transporte pasivo facilitado emplea proteínas que aceleran el paso de nutrientes a favor del gradiente de concentración.

Algunas proteínas empleadas en el transporte de nutrientes no están ancladas a la membrana, pero si colaboran a que las concentraciones en un lado de la membrana sea lo suficientemente alto como para que el proceso osmótico se acelere. A diferencia del intercambio de gases, la absorción de nutrientes durante los procesos digestivos requieren de proteínas, y principalmente de transporte activo, por tal razón se dice que la digestión es un proceso que gasta energía, y que algunos alimentos agotan más que otros a la hora de digerirlos.

  3.3 La capilaridad

En el sistema circulatorio la capilaridad no se logra exactamente por pliegues sino por ramificaciones que aumentan la superficie de contacto del vaso sanguíneo y a su vez disminuyen el grosor del epitelio sanguíneo, aumentando la tasa de difusión o de transporte de sustancias hasta que se llega al optimo, donde el grosor es de una sola célula.

Figura 3.2. La capilaridad sanguínea no se logra por pliegues, sino por ramificaciones de los vasos hasta el punto que los glóbulos rojos solo pueden pasar en fila, uno a la vez.

4. Los fluidos internos, la sangre y otras cosas

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El sistema circulatorio es un medio para el flujo de materiales disueltos en una entidad líquida, la cual evidentemente es en su mayoría agua con muchos materiales disueltos. Sin embargo, el nombre que le damos al fluido interno cambia dependiendo del tipo de ser vivo: sangre, linfa, hemolinfa, savia, matriz extracelular, entre otros. Por esa razón emplearemos el concepto de fluido interno como la traducción más cercana de la idea de milieu interieur, como el líquido que fluye a través de un sistema circulatorio.

  4.1 El citosol y otros fluidos internos

Ya sé que suena muy celular, pero el citosol es el primer fluido interno de transporte que puede existir, y también el objetivo de llegada de las sustancias que transportan los demás fluidos. El citosol o matriz citoplasmática (inglés: cytosol) es el líquido que se localiza dentro de las células. Constituye la mayoría del fluido intracelular (por sus siglas en inglés ICF). Está separado por membranas en distintos compartimientos. Por ejemplo, la matriz mitocondrial separa la mitocondria en varios apartados.

En las células eucariotas, el citosol se encuentra dentro de la membrana celular y está incluido en el citoplasma, citoplasma que también abarca la mitocondria, plastidios, y otros organelos. El citosol no abarca los fluidos internos ni estructuras de los organelos; el núcleo celular es independiente. El citosol, es entonces, un líquido de matriz alrededor de los organelos. En procariotas, la mayoría de las reacciones químicas del metabolismo toman lugar en el citosol, mientras algunas otras ocurren en las membranas o en el espacio periplásmico. En eucariotas, si bien, numerosas rutas metabólicas aún ocurren en el citosol, otras son contenidas dentro de los organelos.

El citosol es una mezcla compleja de sustancias disueltas en agua. A pesar de que el agua forma la mayor parte del citosol, su estructura y propiedades dentro de las células no es bien comprendida aún. La concentración de iones como el sodio(1+) y potasio(1+) es diferente en el citosol que en el fluido extracelular MEC; estas diferencias en los niveles iónicos son importantes en procesos como la regulación osmótica, señalización de células y la generación de potenciales de acción en células excitables como las células endocrinas, nerviosas y musculares. El citosol, también contiene grandes cantidades de macromoléculas, las cuales, pueden alterar el comportamiento de las moléculas a través de la aglomeración macromolecular.

A pesar de que alguna vez se llegó a pensar que el citosol era una solución simple de moléculas, este tiene múltiples niveles de organización. Dichos niveles incluyen gradientes de concentración de moléculas de pequeño tamaño, tales como el calcio(2+), complejos enzimáticos de gran tamaño, los cuales en conjunto llevan a cabo las rutas metabólicas, y complejos proteicos, tales como los proteosomas y carboxisomas los cuales delimitan y separan las partes del citosol. Al interior del núcleo y los organelos se encuentran fluidos homólogos al citosol, con sus propios componentes, pero igual la sustancia más importante sigue siendo el agua donde se disuelven las diferentes sustancias.

  4.2 Matriz extracelular MEC

Para un ser vivo multicelular muy simple la matriz extracelular es el primer fluido interno, la matriz extracelular (MEC) es el conjunto de materiales extracelulares que forman parte de un tejido. La MEC es un medio de integración fisiológico, de naturaleza bioquímica compleja, en el que están "inmersas" las células. Así la MEC es la sustancia del medio intersticial (intercelular). La MEC es un componente de vida importante. Los animales con células se distinguen por su capacidad de interconectarse una morfogénesis compleja que implica asociaciones celulares cooperativas para formar tejidos. Ahí es donde es importante y distintiva la MEC como componente cohesivo y medio logístico de integración de las diferentes unidades funcionales celulares.

Figura 4.1. La matriz extracelular o MEC es el medio donde habitan las células en un tejido, y está compuesto por agua, sustancias disueltas en ellas y sustancias no solubles como el colágeno, azúcares complejos o polisacáridos, minerales como la hidroxiapatita “en el hueso” entre otras sustancias.

Toda sustancia que va a tener acceso a una célula interna debe pasar primero por la MEC, siendo esta un análogo al medio de cultivo que los científicos emplean para hacer crecer los tejidos de forma artificial. En seres vivos simples, la matriz extracelular y las células se encuentran cohesionadas por los componentes no fluidos de dicha matriz, que son generalmente proteínas fibrosas. En los eucariotas la matriz extracelular está formada por fibras de azúcares complejos que le otorgan una mayor viscosidad a la matriz y proteínas de adhesión que mantienen a las células unidas entre sí. La cantidad, tipo de proteínas, polisacáricos y otras sustancias como minerales afectará las propiedades de dicha matriz. Algunas matrices son muy fluidas y especializadas, por ejemplo, la misma sangre que mencionaremos en un apartado diferente también puede ser considerada como un tipo de tejido cuya MEC es el plasma o parte fluida de la sangre. Pero otras matrices pueden llegar a extremos de viscosidad tales que son sólidas, como el hueso en el tejido óseo. Sin embargo, la mayoría oscila entre un material muy viscoso a un material gelatinoso.

Las funciones de la MEC son una extensión de las características físicas de los componentes de la misma, y como mencionamos anteriormente, son variables dependiendo de la viscosidad del MEC. Las más generales son:

- Rellenar los espacios entre las células.

- Permitir la compresión y estiramiento de las células.

- Medio inmediato para expulsar desechos metabólicos y para la toma de nutrientes, así es, las células excretan y se nutren del mismo medio la MEC.

- Regeneración de tejidos.

Debido a que la mayoría de las matrices son viscosas o gelatinosas fluyen poco. El problema no es grave si hablamos de un ser vivo pequeño compuesto por una cutícula externa, una MEC y pocas células poco especializadas. Dado que hay pocas células y la MEC es delgada, los desechos y nutrientes pueden pasar la cutícula por los mecanismos de transporte a través de membrana y difundirse aleatoriamente por el MEC a velocidades aceptables. Pero a medida que el ser vivo aumenta, esta viscosidad del MEC hace que la difusión aleatoria deje de ser un mecanismo viable para la distribución de sustancias de nutrición o desecho.

Lo anterior impone una restricción básica, la MEC siempre permanecerá como un fluido viscoso delgado encerrado en un compartimento concreto al cual deben llegar las sustancias por medio de otro fluido menos viscoso, que fluya más rápido y permita que la velocidad de difusión sea más eficiente. Para resolver este dilema fisiológico generalmente se hace uso de una matriz extra-tisular especializada que interconecte las zonas de nutrición y excreción con las zonas de funcionamiento. Estas nuevas matrices extra-tisulares especializadas reciben nombres diferentes, aunque evolutivamente sean lo mismo que la MEC tisular, solo que menos viscosas, y las llamamos sangre, hemolinfa, linfa o savia.

  4.3 Savia

La savia es el fluido o líquido transportado por los tejidos de conducción de las plantas (xilema o floema). Otros líquidos exudados por las plantas, tales como látex, cerumen, resinas o mucílago, muchas veces son incorrectamente denominados savia. La savia transportada por el xilema (denominada «savia bruta») consiste principalmente en agua, elementos minerales, reguladores de crecimiento y otras sustancias que se hallan en disolución. El transporte de esta savia se produce desde las raíces de la planta hasta las hojas por los tubos leñosos. En el siglo XX ha existido una gran controversia acerca del mecanismo de transporte de la savia bruta en la planta. Actualmente, se considera que toda la evidencia sustenta la teoría de la cohesión-tensión o de émbolo en la que el agua evaporada de la copa crea un efecto de embolo con respecto al agua de las raíces como si fuera una enorme jeringa. La savia elaborada es transportada por el floema de forma basípeta (desde su lugar de formación, hojas y tallos verdes, hacia la raíz) y está compuesta principalmente por agua, azúcares, fitorreguladores y minerales disueltos. El transporte de la savia en el floema se produce desde las fuentes (el lugar donde los carbohidratos se producen y almacenan) hacia los destinos (lugares de la planta donde los carbohidratos se utilizan). La hipótesis de flujo de presión es el mecanismo generalmente aceptado para explicar el transporte floemático.

Figura 4.2. La savia no tiene color ya que no transporta gases a través de sustancias químicas coloreadas llamadas pigmentos.

Las plantas representan claramente la hipótesis evolutiva planteada anteriormente. Las algas unicelulares no requieren matriz extracelular, mientras que las pluricelulares poseen una matriz extracelular simple y un tegumento externo que mantiene unido al conjunto celular. A medida que estas fueron evolucionando se requirió de un fluido conector y esa fue la savia para los musgos. Sin embargo, sin un sistema circulatorio la eficiencia de la savia se vio limitada a permitir el crecimiento de la planta a unos cuantos milímetros. Solo cuando el fluido conector se encuentra con un sistema de circulación, las propiedades menos viscosas de dicho fluido les permiten a los nutrientes moverse con mayor eficacia y en consecuencia el individuo puede crecer mucho.

El fluido de transporte de las plantas es vascular, conecta las zonas de nutrición con los tejidos que no pueden nutrirse por sí mismos por medio de tubos hechos de células especializadas, sin embargo, las células propias del tejido reciben los nutrientes por intermedio de la MEC que, si entra en contacto con la savia, ya sea bruta o elaborada. La vascularización es tan especializada que hay conductos diferentes para la savia con componentes inorgánicos básicos y otros para la savia que transporta el alimento.

  4.4 Hemolinfa

Del griego haima que significa sangre y del latín limpha: agua. Líquido del celoma o hemocele de algunos invertebrados (en especial artrópodos y la mayoría de los moluscos a excepción de la clase cefalópodos que poseen un sistema circulatorio cerrado) que es el líquido homólogo a la sangre de los vertebrados. La hemolinfa es otro tipo de fluido de transporte que conecta la MEC con las zonas de nutrición y excreción, pero a diferencia del de las plantas, la vascularización es limitada, esto implica que la hemolinfa rellena al animal como si se tratara de una piñata.

Figura 4.3. Hemolinfa de una araña, en los artrópodos la sangre tiende a no tener colores debido a que el sistema respiratorio es más independiente del circulatorio, a demás son animales pequeños.

Hay muchísimos tipos de hemolinfa ya que el único criterio que empleamos para definirla, es el hecho de que sea un fluido de transporte que no se encuentra encerrado por una tubería “sistema vascular” completo. Puede ser de diferentes colores o incluso incolora; los pigmentos suelen proceder de la alimentación o de los procesos metabólicos y no tienen ninguna función biológica, ya que el transporte de gases es independiente del aparato circulatorio en los animales que tienen este fluido, que son los artrópodos. Contiene células sanguíneas de diferentes tipos y funciones.

  4.5 Linfa

En los animales vertebrados la vascularización es análoga a la de las plantas, tanto así que se generan dos tipos de conductos para dos tipos de fluidos, aunque evidentemente no los llamamos savia bruta o elaborada, pues la composición de dichos fluidos es diferente. Los dos sistemas de conductos vasculares se denominan el sistema circulatorio linfático y el sistema circulatorio general. La linfa es el fluido que recorre el sistema circulatorio linfático, siendo principalmente un sistema para regular la concentración de la MEC, al no recibir eritrocitos no posee coloración roja. Se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares linfáticos que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos que se vacían en las venas subclavias.

La linfa recorre el sistema linfático gracias a débiles contracciones de los músculos, de la pulsación de las arterias cercanas y del movimiento de las extremidades. Ahora bien, dijimos que su función es la de regular la concentración del MEC, pero que pasa si por alguna razón, como una obstrucción, ¿el sistema linfático no puede cumplir su objetivo? La consecuencia es que del sistema circulatorio general ingresará agua al MEC y el linfático no la drena, por lo que el MEC se empezará llenar de agua, alterando los delicados equilibrios osmóticos y eléctricos, lo cual impide que la célula se alimente, excrete, esto a nivel celular produce muerte del tejido por acumulación de líquido, proceso denominado edema.

Figura 4.4. La linfa vertebrada tiende a ser blanca debido a su alto contenido de células del sistema inmune o células blancas.

Este fluido está compuesto por un líquido claro pobre en proteínas y rico en lípidos, parecido a la sangre, pero con la diferencia de que las únicas células que contiene son los glóbulos blancos, que migran de los capilares y proceden de los ganglios linfáticos, sin contener glóbulos rojos. También puede contener microorganismos que, al pasar por el filtro de los ganglios linfáticos, son eliminados. La linfa es menos abundante que la sangre: se considera que hay aproximadamente 2 litros de linfa, mientras que el volumen de sangre es de unos 5 litros.

  4.6 La sangre

Es el segundo líquido altamente fluido de los vertebrados, y como sus demás contrapartes transportará nutrientes y desechos. La característica más importante de la sangre y que comparte con la hemolinfa es la posesión de pigmentos que incrementan la eficiencia en el transporte de gases metabólicamente importantes como el oxígeno y el dióxido de carbono. En los vertebrados esta sustancia fluye a través del sistema circulatorio general. A parte del pigmento de transporte de gases metabólicos que llamamos hemoglobina y que es de colores rojizos, la sangre también transporta otras sustancias que mejoran la eficacia del transporte de nutrientes.

Figura 4.5. La sangre es roja debido a que sus células eritrocitarias llevan un pigmento de hierro que permite transportar gases de importancia metabólica.

Un ejemplo de eso son las lipoproteínas de alta y baja densidad encargadas de distribuir y recolectar las grasas desde y hacia el hígado según requiera el metabolismo del organismo. Adicionalmente también trasporta nutrientes que se disuelven fácilmente en agua y pueden ser transportado sin necesidad de proteínas de transporte, así como componentes auxiliares, como células del sistema inmune y materiales para reparar los vasos sanguíneos en caso de roturas. La mayor parte del presente capítulo de anatomía comparada se dedicará al estudio de los vasos conductores por donde fluye la sangre, más que a la sangre misma.


5. La función de transporte de sustancias en unicelulares

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Cuando hablamos de un sistema circulatorio casi que por definición deberíamos excluir a los seres vivos unicelulares, sin embargo, debemos recordar que lo que estamos analizando no es solo el sistema de órganos, sino también el cumplimiento de una función biológica, en este caso, el transporte de sustancias de un lugar a otro de las células. Evidentemente a nivel subcelular se repiten temas que tratamos en todos estos capítulos introductorios, pero ¿qué sucede al nivel de las diferentes células en seres vivos que no forman tejidos?

  5.1 Sistema circulatorio en las bacterias

¿Se puede hablar de un sistema circulatorio para las bacterias? La sola mención de esta idea podría parecer risible para muchos, y sin embargo sí, es posible hablarlo, y se puede hablar tanto en su interior como en su exterior. Al interior de las bacterias el proceso es principalmente aleatorio por medio de la difusión simple de sustancias, en la cual con el tiempo una sustancia soluble en agua o solubilizada a las malas termina por distribuirse homogéneamente en toda la célula, aunque claro, este proceso es universal y cualquier célula lo tiene, no solo las bacterias, sin embargo, las bacterias dependen más de esto porque su transporte de sustancias mediado por vesículas es inexistente o muy limitado. Las bacterias pueden asumir esto dado que son muy pequeñas, lo cual hace que la difusión sea un proceso viable. Sin embargo, algunas sustancias no pueden transportarse únicamente por la difusión simple, y deben ser encerradas en micro-vesículas para su transporte a las diferentes partes de la célula bacteriana. Aunque estas micro-vesículas son más pequeñas que sus análogos eucariotas, se encargan en últimas de la función base, transportar sustancias de un lugar a otro de la célula (Droleskey, Byrd, Bischoff, Harvey, & Nisbet, n.d.; Lee et al., 2015; Spiewak & Dutkiewicz, 2008)

Lo más relevante médicamente es el sistema circulatorio que pueden construir muchas células bacterianas. Ahora, algún listillo podría preguntar en este punto ¿y no que eran unicelulares? Y la respuesta es sí, pero no. Aunque clásicamente las bacterias son vistas como seres unicelulares que no cooperan entre sí, esto se debe a que la microbiología tiende a estudiarlas en solución, es decir bacterias individuales flotando en condiciones óptimas para que crezcan rápido, se puedan estudiar pronto y se rebajen los costos de estudio. Sin embargo, desde hace unas cuantas décadas los microbiólogos se han dado cuenta de que en condiciones no óptimas las bacterias se asocian formando los biofilms, biopelóculas o bioplacas. ¿Y qué tiene que ver una bioplaca con un sistema circulatorio? Vamos por partes, primero discutiremos un poco de cómo funciona una bioplaca bacteriana (De Beer, Stoodley, & Lewandowski, 1996; De Beer, Stoodley, Roe, & Lewandowski, 1994; Finlay, Schultz, Cone, Callow, & Callow, 2013; Kåhrström, 2013; Speziale & Geoghegan, 2015)

  5.2 Anatomía de las biopeliculas

Las bacterias oscilan entre dos modos de vida, el de individuos disueltos en el medio acuoso y el de bioplacas. Las biplacas se forman cuando las condiciones se hacen adversas por medio del sistema de sensibilidad de densidad poblacional (Speziale & Geoghegan, 2015).

👉          Sistema de sensibilidad a la densidad poblacional: También conocido como el sistema de sensibilidad de quórum, se emplea para coordinar ciertos comportamientos como: la formación de biopelículas, la transformación de una forma comensalista a otra virulenta, o la activación de sistemas de resistencia a antibióticos. El sistema de sensibilidad a la densidad poblacionalquorum sensing(Costerton, Stewart, & Greenberg, 1999; Miller & Bassler, 2001; Singh et al., 2000) puede ocurrir al interior de individuos de una sola especie, o en individuos de diversas especies de bacterias. Como cualquier sistema de control biológico, el sistema de sensibilidad a la densidad poblacional se basa en la producción de señales químicas que se acopla a receptores específicos de las membranas de las bacterias.

Figura 5.1. A la izquierda tenemos cuatro bacterias, de dos especies diferentes con baja densidad poblacional, a la derecha tenemos muchas células apuñadas, lo cual dispara el quorum sensing.

Las bacterias capaces de emplear el sistema de sensibilidad a la densidad poblacional, producen basalmente una cantidad mínima de una señal química denominadas autoinductores o feromonas. Estos mensajeros químicos tienen un efecto exocrino y autocrino. Como el mensajero tiene un efecto autocrino, si su cantidad aumenta en el medio donde habita la bacteria, esta se estimula, lo cual significa que hay muchas bacterias viviendo juntas, es como un mal olor colectivo. Si todas bacterias producen la cantidad basal la concentración externa aumenta proporcionalmente a la cantidad de bacterias y en consecuencia el estímulo aumenta en cada bacteria para producir mayor cantidad del mensajero químico (Costerton et al., 1999; Miller & Bassler, 2001; Singh et al., 2000).

Cuando la población es pequeña, el mensajero químico es diluido rápidamente y no es capaz de inducir una respuesta fisiológica efectiva, tal como ocurre con las hormonas, o con los malos olores. Sin embargo, cuando la población aumenta a un límite crítico, el mensajero químico se acumula, generando un cambio en el comportamiento de la población completa aun cuando estemos hablando de especies unicelulares distintas. A esto se lo conoce como el sistema de refuerzo positivo, en el cual la mayor cantidad de población induce un efecto mayor del mensajero químico (Costerton et al., 1999; Miller & Bassler, 2001; Singh et al., 2000), lo cual también puede explicar la evolución de la multicelularidad en otros seres vivos de tipo eucariota.

👉          Las bioplacas o biopelículas: En una bioplaca las bacterias se encuentran aisladas del medio externo por medio de la secreción de una sustancia viscosa y pegajosa que se denomina por homología o analogía como matriz extracelular MEC (Borlee et al., 2010; Bowen & Koo, 2011; Hawser, Baillie, & Douglas, 1998).

Figura 5.2. Las bioplacas son semejantes a los tejidos, ya que no solo es un conjunto de células, sino que estas están imbuidas en una matriz extracelular que les otorga habilidades que no tendrían las células por separado, una de esas habilidades es la resistencia a antibióticos colectiva.

En este sentido, la matriz extracelular funciona como el fluido interno al interior del cual los mensajeros químicos son segregados de forma interna, cumpliendo con la definición de la función endocrina. Las bacterias que generan biopelículas generalmente también poseen en sistemas de sensibilidad a la densidad poblacional, por lo que segregan químicos mensajeros que coordinan sus esfuerzos para colonizar un ambiente.

👉          La circulación de nutrientes en una bioplaca: Si fue difícil aceptar que las bacterias no eran tan unicelulares como las habíamos definido desde hace siglos, ha sido aún más aceptar el hecho de que sus conglomerados proteínicos no son una masa simple que permite la difusión molecular. ¿A que nos referimos con esto? Que el MEC bacteriano no es uniforme, sino que está estructurado en una masa gelatinosa y poros fluidos donde el agua puede atravesar, esto aumenta la superficie de intercambio de sustancias. Hay que tener en cuenta que una bioplaca debe desenvolverse como una unidad general, y al hacerse más grande, comienza a ser restringida por el dilema área volumen, a mayor volumen menor área y menos superficie para el intercambio de sustancias, lo cual provoca la posibilidad de que las células del centro de la masa se mueran ya sea por falta de nutrientes, acumulación de toxinas o ambas. Una de las primeras pistas de la existencia de canales en una bioplaca fue el reporte de poros que absorbían partículas de látex, las cuales se fundían más rápido de lo que se esperaría en un MEC viscoso uniformemente distribuido (Drury, Stewart, & Characklis, 1993).

Figura 5.3. Las biopelículas poseen un sistema de canales de agua que las atraviesan, semejante al sistema acuífero de las esponjas “algo semejante a los huecos de un queso gruyere”, lo cual les permite crecer más de lo que sería posible de ser completamente sólidas.

La microscopía de escaneo focal ha revelado desde hace ya unas cuantas décadas que las bioplacas no son estructuras uniformes, sino que en su interior las bacterias se agrupan en nidos celulares interconectados por una compleja red de canales donde el MEC se hace más fluido o simplemente desaparece para dar lugar a canales de agua por donde fluyen los nutrientes y los gases de importancia metabólica, lo cual es precisamente un análogo de un sistema circulatorio verdadero (De Beer et al., 1996, 1994; Finlay et al., 2013; Speziale & Geoghegan, 2015; Wilking et al., 2013)

  5.3 Transporte de sustancias de los eucariotas

Los eucariotas internamente a parte de la difusión de sustancias, poseen un mecanismo de transporte especializado mediado por membranas internas denominado simplemente como el sistema de transporte vesicular. En ese sentido tanto digestión, excreción, circulación y envió de mensajeros químicos en últimas dependen de los mismos procesos celulares.

En la Figura 5.4 podemos ver un resumen general del proceso, este esquema sirve para otros sistemas debido a que a nivel celular muchas funciones se realizan por mecanismos conservados evolutivamente. En este caso podemos ver: (1) el retículo endoplasmático rugoso donde se sintetizan enzimas y proteínas, en este caso enzimas digestivas, que luego (2) son trasportadas por vesículas al aparato de Golgi donde (3 y 4) son maduradas en sus formas activas, para (5) ser emitidas al medio externo, o fusionarse con otras vesículas para modificaciones secundarias y ser emitidas al medio externo (5b). Por lo general la digestión enzimática empieza con (7) fagocitosis o endocitosis, la vesícula formada es enviada al aparato de Golgi directamente (7c) o fusionada a una vesícula que transporta las enzimas líticas (7a, 7b), los productos de la digestión se absorben por los mecanismos de transporte a través de membrana y los desechos eliminados (8).

Figura 5.4. Modelo de transporte vesicular en una célula eucariota, el sistema de membranas internas no es rígido, y funcionan como bombas de jabón remolcadas por proteónas, estas pueden fusionarse con otras bombas, pequeñas “vesículas” o grandes “retículos endoplasmáticos o aparato de Golgi” o con la membrana externa transportando sustancias en su interior.

Más allá de los procesos individuales, bajo la perspectiva de un sistema circulatorio lo que nos importa es como el sistema vesicular funciona como un mecanismo de transporte de sustancias de un lugar a otro de la célula de forma no aleatoria. Al contrario de la difusión que es al azar y debe distribuir los materiales homogéneamente, el sistema de transporte vesicular envía lo que se necesitan, a donde se necesita y en las cantidades que se necesitan, aunque claro el precio a pagar para ello es una inversión de energía para formar las vesículas, para fabricar el citoesqueleto y las proteínas de transporte que son las quinesinas y las dineinas, y finalmente la energía para que las proteínas de transporte arrastren las vesículas al lugar donde se necesitan.

Más allá de esto, las células eucariotas pueden formar conglomerados poco especializados, pero de una naturaleza semejante a las biopelículas, con un MEC que protege y regula la interacción con el medio, pero en los eucariotas algunos linajes especializaron más el modo de vida comunitario para formar tejidos especializados, lo cual requirió el desarrollo de verdaderos sistemas circulatorios intermediaros entre el medio y el MEC, sistemas que analizaremos con mayor detalle en las siguientes secciones.


6. Plantas

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Las plantas verdes abarcan una gran cantidad de formas de vida, desde las algas verdes unicelulares, hasta las plantas con flor. ¿Cuáles de estas poseen sistemas de circulación? Primero definiremos que un verdadero sistema circulatorio es aquel que conecta varios tejidos independientes a través de sus respectivos MEC a los tejidos de obtención de nutrientes, en otras palabras, un sistema circulatorio verdadero se encuentra por fuera del MEC de un tejido concreto. Uno de los parámetros más obvios que aparasen a la hora de requerir un sistema de circulación es simplemente el tamaño, todas las plantas muy pequeñas o lo suficientemente delgadas, en las que no existe especialización de labores entre los tejidos nunca presentan un sistema circulatorio. En esta categoría podemos englobar a las algas verdes unicelulares, a las algas verdes multicelulares, y a los musgos.

Figura 6.1. (A) Euastrum sp., (B) Ulva sp.

Las algas son el tipo de plantas más antiguo y engloba a individuos de una célula y de muchas células. El género Euastrum sp., es un alga verde unicelular. Aunque sean unicelulares aun las categorizamos como plantas verdes debido a su estrecha relación genética con las plantas terrestres más complejas. El género Ulva sp., de algas verdes a diferencia de otras como Euastrum spp., se caracteriza porque un solo individuo está compuesto por millones de células, sin embargo, todas las células de su cuerpo son iguales, y por lo tanto no hay especialización de funciones o de tejidos. Cada célula se encarga de todo con una eficiencia mínima pero una independencia máxima.

Los musgos por su parte ya poseen cierta especialización con estructuras diferenciadas para aferrarse al sustrato y para hacer la fotosíntesis, sin embargo, son tan minúsculos que la mera capilaridad de sus tejidos es suficiente para contrarrestar el efecto de la aceleración gravitacional que impulsa los fluidos hacia el suelo.  Desde los helechos hasta las plantas con flor ya tenemos seres vivos demasiado grandes como para que todos los tejidos se encarguen de todas las funciones, y por lo tanto se requiere de un sistema de transporte.

En las plantas terrestres, el sistema de transporte es vascular, es decir un sistema de transporte cerrado por tubos, similar al de los vertebrados, los tejidos especializados en el transporte son denominados xilema y floema. El xilema y el floema se encargan de conducir el agua y minerales solubles en esta, desde las raíces donde estos materiales son absorbidos en el suelo por medio de los mecanismos de transporte a través de membrana, hacia los tallos, las hojas y las demás estructuras vivas de la planta. También se encargan del transporte de azúcares y otros productos de alta energía producidos por la fotosíntesis y modificados en las hojas de la planta, ya sea para mantener vivos a los tejidos del tallo o las raíces, o para generar estructuras de reserva como en ciertos tipos de raíces modificadas. El sistema vascular de las plantas es continuo, e integra a las raíces, los tallos y a las hojas en una sola autopista de transporte, la cual permite a la planta vascular funcionar como una sola unidad, aunque sus tejidos desempeñen diversas funciones.

A continuación, enfocaremos este espacio para la descripción de la anatomía y fisiología del sistema circulatorio de las plantas traqueofitas denominado floema y xilema.

  6.1 Estructura general del bulbo vascular

Por lo general, al revisar un corte transversal del tejido de una planta, nos encontraremos con que existe una diferenciación entre los tejidos:

1- Las células externas que sirven de protección (epidermis o peridermis)

2- Los tejidos  basales: fotosintéticos, de almacenamiento y soporte.

3- El tejido vascular con forma de bulbo central, el cual contiene al xilema, al floema y a otros tejidos accesorios dependiendo del grupo al que la planta pertenece.

Figura 6.2. El bulbo vascular es la zona donde se agrupan los tejidos floema y xilema.

👉          Eudicotiledóneas: En las plantas herbáceas eudicotiledoneas, los tejidos basales son fotosintéticos siempre que sean verdes. Los bulbos vasculares forman una especie de anillo externo en torno al tejido de soporte o médula. En el modelo anterior podemos apreciar la disposición de los tejidos vasculares en el tallo de una eudicotiledonea (Figura 6.3, izquierda). Se puede ver como los tejidos vasculares conforman una serie de tubos que se disponen radialmente en la parte externa del tallo. En la microfotografía (Figura 6.3, centro) podemos apreciar un corte transversal del tallo de una planta eudicotiledónea, Aquí podemos apreciar con cierta claridad la región vascular o bulbo vascular que contiene al floema y al xilema. En la moicrofotografía (Figura 6.3, derecha) tenemos una ampliación de la primera microfotografía donde podemos apreciar de mejor modo los componentes del bulbo vascular, donde el floema se ubica más cerca del centro, mientras que el xilema se ubica más cerca de la superficie del tallo.

Figura 6.3. Organización de los tejidos vasculares de las eudicotiledóneas, de izquierda a derecha, modelo, microfotografía de microscopio óptico u microfotografía de microscopio electrónico.

👉          Monocotiledóneas: En los tallos de las monocotiledóneas, los bulbos vasculares no forman un anillo, en su lugar se encuentran esparcidos a través de toda el área del corte transversal del tallo, como se representa en la Figura 6.4.

Figura 6.4. Tejido vascular de las monocotiledóneas, de izquierda a derecha, modelo, microfotografía de microscopio óptico u microfotografía de microscopio electrónico.

  6.2 La circulación en las plantas vasculares

Ahora que hemos visto la estructura general y la posición de los bulbos vasculares que poseen el xilema y el floema, pasaremos a ver como se da el transporte de sustancias desde las raíces hasta las hojas y viceversa, lo cual no es precisamente algo sencillo. Por ejemplo, los árboles secoya pueden ser literalmente tan grandes como montañas, llegando a alcanzar más de 110 metros de altura, y subir el agua necesaria para todas las hojas de la copa que lo mantienen vivo es una verdadera maravilla de la biología, el agua de las raíces debe ascender entre 85 y 113 metros, ¡TODO SIN UN CORAZÓN! ¿Cómo lo hacen?

Por otro lado, los productos de la fotosíntesis, especialmente azucares, deben ser enviados desde las hojas hasta las raíces, lo cual no es un proceso simple, el azúcar es una molécula compleja que no se transfiere fácilmente a través de las membranas biológicas, por lo que se requiere de transporte activo o de un mecanismo análogo a este llamado translocación.

El transporte a través del xilema del agua, y el transporte a través del floema de los azucares no se asemeja al movimiento de los materiales a través del sistema circulatorio cerrado de los vertebrados, debido a que en las plantas nada circula en un sistema de vasos capilares interconectados. En otras palabras, en los animales con sistema circulatorio cerrado, este se asemeja a un circuito cerrado, donde se le puede dar la vuelta al sistema, al circular cíclicamente. En las plantas la cuestión es diferente, el agua y los minerales corren en una única dirección (hacia arriba), mientras que el transporte de azúcares disueltos puede darse en ambas direcciones axiales (hacia arriba y hacia abajo). Otra de las diferencias básicas entre los sistemas circulatorios de plantas y animales es que en las plantas no se tiene un sistema muscular que presione a los vasos o un corazón que le de potencia extra al flujo de sustancias.

  6.3 El xilema transporta agua y minerales, el modelo de tensión-cohesión

El agua se mueve de manera horizontal a través de la raíz desde el suelo, atravesando varios tejidos hasta llegar al xilema. Una vez que se lleva a los canales vasculares del xilema, el agua asciende a través de una red continua de vasos que componen los elementos del xilema hasta llegar a las hojas.  Los minerales solubles en agua, como iones de sales viajan por el agua a través de transporte pasivo, en otras palabras, las plantas no invierten ninguna energía en el paso de sustancias entre las membranas de los tejidos.

Pero, ¿Cómo es que se da este movimiento?, la evidencia actual indica que el agua asciende al ser jalada por las células de xilema. Básicamente nos encontramos ante unan mezcla de fenómenos, dos en especial, una diferencia de presión y al mecanismo de capilaridad; lo cual se engloba en el modelo de Tensión-Cohesión de Henry Dixon propuesto en 1896. La capilaridad es una propiedad de los fluidos que depende de su tensión superficial la cual, a su vez, depende de la cohesión del líquido y que le confiere la capacidad de subir o bajar por un tubo capilar (Figura 6.5).

Más importante que la explicación química de la capilaridad, lo que hay que tener en cuenta es que, mientras más delgado sea el tubo, más se elevará el agua de su nivel básico sin importar la fuerza de gravedad y la presión atmosférica, ambas fuerzas empujando o jalando las moléculas hacia o desde el suelo respectivamente. Cuando un líquido sube por un tubo capilar, es debido a que la fuerza intermolecular o cohesión intermolecular entre sus moléculas es menor que la adhesión del líquido con el material del tubo; es decir, es un líquido que moja. El líquido sigue subiendo hasta que la tensión superficial es equilibrada por el peso del líquido que llena el tubo. Éste es el caso del agua, y esta propiedad es la que regula parcialmente su ascenso dentro de las plantas, sin gastar energía para vencer la gravedad. Sin embargo, cuando la cohesión entre las moléculas de un líquido es más potente que la adhesión al capilar, como el caso del mercurio, la tensión superficial hace que el líquido descienda a un nivel inferior y su superficie es convexa.

Figura 6.5. La cohesión del agua a las paredes de un tubo provoca su ascenso en contra de la gravedad, cuanto más delgado el tubo, más sube el agua.

Básicamente, entre más delgado es el capilar, más asciende el agua en contra de la gravedad sin necesidad de ejercer ninguna fuerza. Sin embargo, la gravedad no es la única fuerza que empuja las moléculas al suelo, en contra de los intereses de la planta, la otra es la presión, el peso del aire sobre un líquido el cual mantiene su volumen en cierta posición. Cuando la presión disminuye, el volumen ocupado por un líquido aumenta a una temperatura constante. Basados en ese principio, si en la punta del capilar se encuentra una presión menor a la presión atmosférica que enfrenta la planta, esta incrementará su volumen y ascenderá aún más por el capilar.

Figura 6.6. Los árboles secoya o secuoya “Sequoiadendron giganteum” son árboles colosales, del tamaño de montañas, levantar el agua requerida para alimentar las hojas de la copa es un reto biológico.

Esto se logra mediante la evaporación del agua a través de los estomas (recordemos que en las plantas terrestres, hay una capa externa llamada cutícula, la cual evita la evaporación del agua, esta solo puede evaporarse por aberturas microscópicas llamadas estomas). Cuando el agua se evapora de los estomas, la presión disminuye en la superficie donde estos se encuentran, es decir especialmente en las hojas, de esta manera, la punta de las plantas posee una presión menor, mientras que la base posee una presión mayor, y esta diferencia de presiones hace que el agua sea enviada hacia la punta ara que las presiones se equilibre. El proceso es semejante a una jeringa, la evaporación es como cuando el embolo se retira generando un vacío o disminución de la presión, mientras que la aguja que es como una raíz capilar permite el flujo de líquidos.

Aunque el modelo de tensión-cohesión fue propuesto a finales del siglo XIX, no fue hasta finales de la década de 1990 y principios de la década de los 2000 que se obtuvieron las primeras evidencias experimentales de que el modelo era en efecto correcto. Sin embargo, es conveniente hacernos una última pregunta, ¿es suficiente la capilaridad y la diferencia de presión para explicar el ascenso del agua desde la raíz hasta la última hoja de los gigantes secoya? Mediante mediciones de la diferencia de presión por evaporación en las hojas de estos árboles, se ha estimado que sus vasos capilares pueden hacer elevar el agua hasta una altura no mayor de 130 metros, sin embargo, los arboles más grandes no superan los 110 metros, por lo que el modelo puede explicar el ascenso del agua aun en estos gigantes, que no tienen tejido muscular o corazón.

  6.4 El floema transporta azúcares

El mecanismo de transporte de azúcar y otros productos de la fotosíntesis se basa principalmente en el transporte activo. Como hemos dicho anteriormente, el azúcar, como la sucrosa es una molécula demasiado compleja como para pasar a través de la membrana por transporte pasivo, por lo que se requiere del mecanismo de transporte activo. En otras palabras, para que el azúcar salga de las zonas donde es producido por medio de la fotosíntesis (especialmente las hojas, pero cualquier zona verde lo hace) y sea depositado en el floema, se debe invertir energía en el proceso.

El xilema y el floema se encuentran cerca uno de otro, esto es importante ya que el floema no funcionaría sin el xilema. Básicamente, algunas moléculas de azúcar serán sacrificadas para generar la energía suficiente para que el resto pase desde la zona fotosintética al floema. Una vez allí, el agua del floema al mezclarse con el azúcar genera una presión osmótica negativa que provoca que parte del agua que venía subiendo por el xilema se transporte al floema disolviendo parcialmente al azúcar.

La célula verde que contiene cloroplastos se denomina fuente, ya que produce más azúcar “esferas rojas” del que ella consume. De este modo, la solución azucarada desciende por el floema hasta los tejidos donde lo requieren para generar energía o para transformarlo en aceites u otras sustancias de almacenamiento. En el momento en que el azúcar empieza a ser absorbido por los tejidos, se genera una presión osmótica positiva que la empuja hacia afuera del floema y la hace regresar al xilema, donde vuelve a subir. Cabe anotar que, por el floema también se transportan sustancias como aceites, aminoácidos, hormonas y hasta virus que infectan a las plantas.

Cabe anotar que en floema puede hacer fluir al azúcar hacia arriba gracias al transporte activo, aunque es en todo caso un proceso lento. La célula receptora se denomina estanco, ya que esta consume más azúcar del que produce, si es que produce azúcar en primer lugar. Las raíces son ejemplos de estancos dado que no reciben luz y no poseen cloroplastos, y por eso no son verdes. Aunque se tienen datos de que este mecanismo general es el correcto, aún quedan muchas incógnitas sobre los detalles de su proceso.

Figura 6.7. Los productos de la fotosíntesis se translocan activamente desde las células del mesófilo hasta el floema (1), mientras que el agua fluye por transporte pasivo u ósmosis (2), el agua atraviesa los filtros libremente, mientras que los productos fotosintéticos deben atravesar activamente cada uno de los filtros (3) generalmente hacia abajo, hasta los tejidos no fotosintéticos como frutas y raíces (4). Los tejidos no fotosintéticos retienen los productos de la fotosíntesis, y las raíces entregan agua y minerales al xilema (5), la cual asciende por tensión-cohesión (6) hasta los tejidos fotosintéticos, donde estos absorben el agua por ósmosis y los minerales por transportes mediados por proteínas (7).


7. Generalidades del sistema circulatorio de los animales

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En cooperación con el sistema respiratorio, el sistema circulatorio se encarga de distribuir los gases metabólicos entre los tejidos y los órganos de intercambio de gases con el ambiente. Sin embargo, esa no es su única función, virtualmente todo debe pasar a través del sistema circulatorio para llegar desde el lugar donde se fabrica o donde se obtiene a los lugares donde se requiere. A demás de lo anterior, el sistema circulatorio posee otras funciones importantes, por ejemplo, se encarga de ajustar la presión hacia y desde el interior del cuerpo. La sangre transporta calor desde el interior del cuerpo hacia el exterior para disiparlo (como si fuera una máquina térmica normal). Alternativamente, algunos animales incapaces de controlar su temperatura interna o que simplemente no lo hacen para no gastar energía de los alimentos pueden obtenerla del calor del medio ambiente, la sangre en ese caso transporta el calor desde el ambiente hasta el interior.

Básicamente, la función básica de cualquier sistema circulatorio es el transporte. El transporte de materiales desde un lugar a otro en el interior del organismo, y depende de los movimientos y de la difusión de las sustancias en los fluidos internos del animal. Los nutrientes, los gases, y los desechos metabólicos son generalmente transportados en una mezcla en solución, anclados a otros compuestos solubles o en el interior de células especializados para el transporte de sustancias. Cualquier sistema de fluidos móviles que reduzca la distancia de difusión que los compuestos químicos deben atravesar en el interior del cuerpo de un animal es descrito como un sistema circulatorio, sin importar su origen embriológico, su origen genético o su diseño anatómico y fisiológico.

La naturaleza del sistema circulatorio se relaciona de manera directa con el amaño, complejidad y estilo de vida del animal en cuestión. Por lo general, los fluidos circulatorios con ambientes acuosos extracelulares y que se encuentran en constante movimiento producidos por las células del animal. Sin embargo, existen algunos ejemplos en los que la función del sistema circulatorio es realizada de manera parcial por otros mecanismos. En todos los animales, los tejidos que fluyen intracelularmente juegan un rol crítico como un medio de transporte. Aun cuando existen mecanismos complejos para el bombeo, el tejido fluido sigue siendo necesario para distribuir los materiales a las células que los requieren, y con ello mantener el proceso de homeostasis. El tejido fluido se denomina sangre o hemolinfa y puede o no portar células especializadas en el transporte de sustancias. Los glóbulos rojos o eritrocitos son un ejemplo de células que transportan en su interior materiales necesarios para mantener el metabolismo marchando, en este caso transportan principalmente oxígeno y dióxido de carbono.

Más allá de los mecanismos poco especializados para el proceso de circulación en los animales, existen dos diseños principales por medio de los cuales los seres vivos llevan a cabo el proceso de circulación. Estos son, la circulación abierta y la circulación cerrada.

  7.1 El sistema circulatorio abierto

Los sistemas circulatorios abiertos están asociados con una reducción del celoma en el adulto, incluyendo una perdida secundaria de la mayor parte del peritoneo a través de los órganos y en el interior de la superficie del animal. El sistema circulatorio abierto, por lo general incluye un corazón bien definido como el mecanismo de bombeo del fluido principal, así como varios vasos sanguíneos, cámaras o ventrículos pobremente definidos. El nivel de complejidad de dichos sistemas dependerá principalmente del tamaño, complejidad y hasta cierto punto actividad física del animal.

Figura 7.1. El sistema circulatorio de los artrópodos es abierto, en la sangre fluye libre bañando la cavidad interna o celoma y sus órganos, el vaso sanguíneo funciona como corazón y le da movimiento a la sangre.

En el sistema circulatorio abierto, los órganos se encuentran "flotando" en hemolinfa, y el cuerpo del animal se encuentra "lleno" de esta, a diferencia de los animales con sistemas circulatorios cerrados donde existe una cavidad vacía o celoma. El corazón simplemente genera una corriente que le da movimiento a la hemolinfa, pero la circulación es completamente caótica, generándose una mezcla poco controlada.

A pesar de las antes nombradas semejanzas con el sistema circulatorio humano por todos conocido y que es cerrado, el sistema circulatorio abierto se denomina de tal forma porque en cierto punto los vasos sanguíneos se abren a la cavidad principal del animal vaciando su contenido allí, en otras palabras, nunca se forma un circuito.

La hemolinfa fluye libremente a través de la cavidad interna del animal llamada hemoceloma, bañando con su flujo a los órganos internos y a la pared externa del tracto gastrointestinal. El fluido circulatorio en este caso es denominado hemolinfa, mientras que la cavidad general en este caso será denominada hemoceloma. Los sistemas circulatorios abiertos son típicos de los artrópodos y los moluscos no cefalópodos, y por lo tanto estos animales son denominados de manera parafilética como hemocelomados. Solo porque el sistema circulatorio abierto parezca algo simplote en comparación con el sistema circulatorio cerrado, no debe ser visto como mal diseñado o (y este es mi favorito) “menos evolucionado” o inclusivo ineficiente.

De hecho, en muchos grupos de animales, ese tipo de aparato circulatorio ha asumido una gran variedad de funciones más allá de la circulación. Por ejemplo, en los bivalvos y gastrópodos, el hemoceloma funciona como un esqueleto hidrostático (la rigidez del cuerpo de estos animales funciona como un esqueleto hidráulico) para la locomoción y otro tipo de actividades. En los artrópodos acuáticos. El esqueleto hidrostático mantiene al animal con su forma mientras cambian de piel. Mientras que, en los artrópodos terrestres, donde el transporte de oxígeno hacia el interior de los tejidos es llevado a cabo por el sistema de tráqueas, el hemoceloma se encarga principalmente de la termorregulación. En muchas arañas, el movimiento de las patas se realiza por la presión de la hemolinfa (como gatos hidráulicos), y en este caso el sistema circulatorio asume una función muscular.

En ocasiones el hemoceloma no es completo, sino que se encuentra parcialmente separado en secciones por tabiques conectados entre sí por puntos de acceso. En estos casos los compartimentos individuales son denominados senos “no es mi culpa que tenga doble sentido”. En caso de que los compartimentos sean aún más pequeños y aislados, serán denominados lagunas.

  7.2 El sistema circulatorio cerrado

El sistema circulatorio cerrado se basa en la separación de la sangre de los líquidos que interconectan los tejidos, e incluso, desecando grandes áreas del cuerpo que quedaran completamente vacías (celoma). En el sistema circulatorio cerrado, la sangre no se encuentra regada por el celoma, si no contenida en un enorme órgano continuo que recibe el nombre colectivo de sistema circulatorio. El sistema circulatorio es continuo y forma un gran circuito. Las únicas zonas válidas para el intercambio de gases son los vasos capilares.

Figura 7.2. Sistema circulatorio simplificado de los peces

De este modo emergerán dos fluidos, un estático y que permanece alimentando y uniendo a los tejidos denominado linfa, el cual extra muy relacionado con el sistema inmune. El segundo fluido es altamente móvil, y fluye a través de todo el circuito circulatorio distribuyendo materiales y gases metabólicos al cual denominamos sangre. El intercambio de sustancias entre el circuito circulatorio y los tejidos se da en zonas especializadas denominados vasos capilares, pero una vez los vasos se hacen más grandes les es imposible llevar a cabo el intercambio de sustancias. Más adelante veremos muchos más detalles de este sistema circulatorio ya que este es el que poseen los vertebrados como los seres humanos.

  7.3 Importancia de los corazones

Los sistemas circulatorios, abiertos o cerrados, generalmente poseen mecanismos estructurales para el bombeo de la sangre o la hemolinfa y así mantener los niveles de presión adecuados. Más allá de la influencia del movimiento corporal, los corazones pueden clasificarse de este modo. Vesículas contráctiles (anélidos), corazones ostiados (artrópodos), y corazones de cámara (moluscos y vertebrados). Los corazones también se pueden clasificar de acuerdo al mecanismo por medio del cual se inicia la contracción. Los corazones miogénicos como los de los moluscos y los vertebrados poseen mecanismos que inician la contracción desde el interior del órgano; contrario a los corazones neurogénicos que inician la contracción por estructuras neuronales exteriores al corazón.

La presión sanguínea y las velocidades de flujo están íntimamente asociadas no solo a la actividad de bombeo mecánico sino también a los diámetros de los vasos sanguíneos. Energéticamente hablando, cuesta más mantener un flujo a través de una tubería delgada que por una tubería grande. Este costo es minimizado en los animales manteniendo los vasos sanguíneos más pequeños en lugares muy específicos dedicados únicamente para el intercambio de gases, y dependiendo donde sea posible de vasos sanguíneos grandes menos costosos energéticamente. Un detalle extra que explica la arquitectura de los capilares es el siguiente, cuando el radio de un vaso sanguíneo disminuye la presión aumenta y con ello la velocidad de movimiento de la sangre, pero si el vaso sanguíneo se divide en varios, el volumen total de todos los vasos sanguíneos pequeños es equiparable al de un vaso sangre, lo que mantiene la presión y la velocidad de la sangre en niveles normales. Es por esto que los capilares sanguíneos se ramifican pareciéndose a una maraña de raíces interconectadas entre sí.


8. Esponjas y cnidarios

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Como ya se ha mencionado anteriormente, la estructura física de las esponjas es muy simple, siendo una amalgama de células pobremente especializadas sin generar verdaderos tejidos. Por lo anterior no podemos hablar ni de órganos ni de sistemas en el sentido clásico de la palabra. Sin embargo, la estructura corporal más compleja que poseen también define la mayoría de sus funciones y se denomina el sistema acuífero.

Las células de la superficie externa de una esponja forman el pinacodermo y se llaman pinacocitos. La mayoría de las superficies internas comprenden el coanodermo y están compuestas de células flageladas llamadas coanocitos. Ambas capas son de una sola célula de espesor. Entre estas dos láminas celulares delgadas se encuentra el mesohilo, que puede ser muy delgado en algunas esponjas simples, o masivo y grueso en especies más grandes. El pinacodermo está perforado por pequeños orificios llamados poros dérmicos u ostia (singular, ostium), dependiendo de si la abertura está rodeada por varias células o una célula, respectivamente. El agua es arrastrada a través de estas aberturas y es conducida a través del coanodermo por los flagelos de los coanocitos. Los coanocitos bombean grandes volúmenes de agua a través del cuerpo de la esponja a presiones muy bajas, estableciendo el sistema de corriente de agua (sistema acuífero).

Figura 8.1. Los canales del ostio en las esponjas generan un sistema acuífero que puede ser más complejo en algunas especies, generando un laberinto por donde fluye el agua con gases metabólicos, nutrientes y desechos.

Una cutícula, o capa de colágeno, puede cubrir (o incluso reemplazar) el pinacodermo en algunas especies. El pinacodermo en sí mismo puede ser una hoja externa simple, pero por lo general también cubre algunas de las cavidades internas del sistema acuífero donde no se producen coanocitos. Las células de pinacodermo que recubren los canales internos se llaman endopinacocitos. El coanodermo también puede ser simple y continuo, o plegado y subdividido de varias maneras creando un sistema acuífero complejo con canales laberínticos. El mesohilo varía en grosor y desempeña funciones vitales en la digestión, la producción de gametos, la secreción del esqueleto y el transporte de nutrientes y productos de desecho por parte de células ameboides especiales. El mesohilo incluye una mesoglea coloidal no celular en la que están incrustadas fibras de colágeno, espículas y diversas células; como tal, es realmente un tipo de mesénquima. Un gran número de tipos de células se pueden encontrar en el mesohilo. La mayoría de estas celdas pueden cambiar de un tipo a otro según sea necesario; pero algunos se diferencian irreversiblemente, en células reproductivas o del esqueleto.

Durante el crecimiento, el pinacodermo y el coanodermo son cada uno de una sola célula de espesor. Al aumentar su plegamiento a medida que aumenta el volumen de mesohilo, estas capas mantienen una relación de área de superficie a volumen suficiente para mantener un intercambio adecuado de nutrientes y desechos en todo el individuo. El coanodermo grueso de una célula puede seguir siendo simple y continuo (la condición asconoide), o puede plegarse (la condición siconoide), o puede subdividirse en gran medida en cámaras flageladas separadas (la condición leuconoide).

  8.1 Acuífero asconoide

La condición de asconoide se encuentra en algunas esponjas calcáreas radiales simétricas de adultos (por ejemplo, Clathrina, Leucosolenia) y en la etapa de crecimiento temprano (Olynthus) de esponjas calcáreas recién asentadas. Las esponjas asconoides rara vez exceden los 10 cm de altura y permanecen como unidades tubulares simples en forma de jarrón. 

Figura 8.2. Arquitectura de una esponja asconoide.

Las paredes delgadas encierran una cavidad central llamada atrio (= cavidad general de la esponja), que se abre hacia el exterior a través de un solo osculum. El pinacodermo de las esponjas asconoides y siconoides muy simples tiene células especializadas llamadas porocitos. Durante la embriogenia, cada porocito se alarga y rueda para formar un tubo cilíndrico. El porocito se extiende por todo el camino a través del pinacodermo, el mesohilo delgado y el coanodermo hacia el atrio, emergiendo entre los coanocitos adyacentes. La abertura externa del canal del porocito se llama ostium o poro incurrente. El coanodermo es una capa simple y desplegada de coanocitos que recubren todo el atrio. El agua que se mueve a través de una esponja asconoide fluye a través de las siguientes estructuras: ostium esponjoceloma (sobre el coanodermo) osculo.

  8.2 Acuífero sinconoide

El plegado simple del pinacodermo y el coanodermo produce la condición de siconoide, dentro de la cual son posibles varios niveles de complejidad. A medida que aumenta la complejidad, el mesohilo puede espesarse y parecer tener dos capas. La "región cortical" externa, o corteza, a menudo contiene elementos esqueléticos que son diferentes de los que se encuentran en la porción interior del mesohilo. En esas esponjas con una corteza, las aberturas incurrentes están revestidas por varias células (no formadas por un solo porocito) y se denominan poros dérmicos.

Figura 8.3. Arquitectura de una esponja sinconoide.

de siconoide, los coanocitos se restringen a cámaras específicas o divertículos de la aurícula llamados cámaras de coanocitos (o cámaras flageladas o canales radiales). Cada cámara de coanocitos se abre hacia el atrio por una gran abertura llamada apopilo. Las esponjas siconoides con una corteza gruesa poseen un sistema de canales o canales incurrentes que conducen desde los poros dérmicos a través del mesohilo hasta las cámaras de los coanocitos. Las aberturas de estos canales a las cámaras de los coanocitos se llaman prosopilos. En una esponja siconoide tan compleja, el agua que se mueve desde la superficie hacia el cuerpo fluye a lo largo de la siguiente ruta: poro incurrente (dérmico) canal incurrente prosopilo cámara de coanocitos apopilo atrio osculo. La construcción de siconoide se encuentra en muchas esponjas de calcáreas (por ejemplo, Scypha, también conocida como Sycon). Algunas esponjas siconoides parecen radialmente simétricas, pero su organización interna compleja es en gran parte asimétrica.

  8.3 Acuífero leuconoide

La condición leuconoide se produce mediante un plegamiento adicional del coanodermo y un mayor engrosamiento del mesohilo mediante el crecimiento cortical. Estas modificaciones están acompañadas por la subdivisión de las superficies flageladas en cámaras de coanocitos ovaladas discretas. En la condición leuconoide, se encuentra un aumento en el número y una disminución en el tamaño de las cámaras de los coanocitos, que generalmente se agrupan en grupos en el mesoilo engrosado. El atrio se reduce a una serie de canales excurrentes (o canales de exhalado) que transportan agua desde las cámaras de los coanocitos hasta el oscula. El flujo de agua a través de una esponja leuconoide es: poro dérmico canal incurrente prosopilo cámara de coanocitos apopilo canal excurrente osculum.

Figura 8.4. Arquitectura de una esponja leuconoide.

La organización leuconoide es típica de la mayoría de las esponjas calcáreas y de todos los miembros de la Demospongiae. Es importante darse cuenta de que el caudal no es uniforme a través de las diversas partes del sistema acuífero. Funcionalmente, es fundamental que el agua se mueva muy lentamente sobre el coanodermo, lo que permite el tiempo para el intercambio de nutrientes, gases y desechos entre el agua y los coanocitos. Los cambios en la velocidad del flujo de agua a través de esta plomería son una función de los diámetros efectivos acumulados de los canales, a través de los cuales se mueve el agua. La velocidad del flujo de agua disminuye a medida que aumenta el diámetro de la sección transversal; así, en una esponja, las velocidades son más bajas sobre el coanodermo. Además, el agua que sale del ósculo debe ser transportada lo suficientemente lejos para evitar que sea reciclado por la esponja. En entornos de turbulencia, corrientes o acción de las olas relativamente altas, este reciclaje potencial de desechos no es un problema. Sin embargo, las esponjas que residen en aguas relativamente tranquilas dependen del mantenimiento de altas velocidades de flujo de agua a través de los ósculos (o en formas corporales modificadas) para empujar el agua de desecho lo suficientemente lejos de la esponja para evitar su retorno. En esponjas complejas, las diferencias en velocidad son dramáticas. La regulación de la velocidad de flujo también se facilita en algunas esponjas, en parte, por la actividad de las células ameboides (llamadas células centrales) que residen cerca de las apoplas de las cámaras de los coanocitos. Estas células pueden ralentizar o acelerar la salida del agua de las cámaras al cambiar de forma y posición a través del apopilo.

El reconocimiento de los diversos niveles de organización y complejidad entre los poríferos permite describir rápida y simplemente el plan anatómico básico de una esponja. Sin embargo, hay muy poca evidencia de que el plan de ascoides sea necesariamente el más primitivo o que todos los linajes de esponjas hayan pasado por estos tres niveles de complejidad durante su evolución. Tampoco todas las esponjas pasan por estas tres etapas de desarrollo. Además, las gradaciones de y los intermedios entre los tres planes básicos son comunes. No obstante, entre las esponjas adultas, las organizaciones más simples (asconoide y siconoide) ocurren solo en la clase Calcarea, que se cree que es la clase más primitiva de poríferos vivos. Además, las esponjas calcáreas de la condición leuconoide pasan a través de las etapas asconoide y siconoide a medida que crecen, y solo en esta clase ocurren los tres planes del cuerpo organizacional.

  8.4 Cnidarios

Los cnidarios sufren de los mismos contratiempos que un gusano plano, pero a diferencia de este su cavidad interna o gastrodermo puede ser alimentado con un fluido circulante gracias al movimiento de su manto y tentáculos, nos referimos al agua.

Figura 8.5. Ya sean pólipos o medusas, los cnidarios son lo bastante delgados y poco activos como para no requerir un sistema circulatorio verdadero.

Los cnidarios pueden carecer de un sistema circulatorio verdadero y depender de los mecanismos de transporte a través de membrana para alimentar sus tejidos internos, mientras que la cavidad gastrovascular dependerá del flujo de agua fresa desde la boca/ano del animal. Debido a que los tejidos de los cnidarios son delgados y a que muchas veces son muy pequeños, las únicas zonas que realmente requieren de un fluido circulante es el gastrodermo, zona que es alimentada contantemente con agua fresca. El resto del animal transporte sus nutrientes de un tejido a otro por mecanismos de transporte a través de membrana similar a lo que ocurre en los gusanos planos.


9. Platelmintos y nematodos

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  9.1 Platelmintos

En todos los animales, los fluidos intercelulares juegan un rol crítico como medio de transporte. Aun cuando existen sistemas complejos para la circulación de fluidos sanguíneos, el fluido tisular (linfa) sigue siendo necesario para transportar los materiales disueltos hasta las células.

Figura 9.1. Anatomía de una planaria. Al ser animales pequeños, pueden realizar su transferencia de sustancias no requiere conductos especializados, el sistema digestivo y excretor se encargan de lo demás.

Los gusanos platelmintos son generalmente muy pequeños (por algo son planos) por lo que los materiales, aunque no poseen conductos especializados para ellos, pueden atravesar las capas celulares mediante los mecanismos de transporte a través de membrana: transporte pasivo (gases y excreción) y transporte activo (nutrientes). En algunos animales como los gusanos planos no existen cámaras especializadas para los fluidos del cuerpo más allá que los espacios intercelulares, donde los materiales deben atravesar célula a célula hasta llegar a donde son necesarios en lugar de ser canalizados por una tubería.

Los gusanos planos alcanzan sus máximos tamaños en ambientes ricos en nutrientes como el agua o "en el caso de los parásitos" en ambientes ricos en nutrientes fácilmente absorbibles como el intestino delgado o el sistema circulatorio de otros animales. Esto hace que el transporte de materiales sea lento y costoso energéticamente hablando, lo que mantiene a los gusanos planos a tamaños muy pequeños, donde la cantidad de capas celulares es lo suficientemente pequeña como para que los materiales atraviesen dichas capas sin quedar agotados.

  9.2 Nematodos

Los animales blastocelomados (cavidad interna hueca que diferente de la cavidad gastrointestinal y de las cavidades propias de los órganos) utilizan el fluido del pseudoceloma llamado hemolinfa como un órgano circulatorio, básicamente lo podemos definir como un sistema circulatorio abierto, aunque carece de corazones.

Figura 9.2. El líquido que rellena el pseudoceloma se encarga de las funciones de transporte interno.

La propulsión en este caso es ocasionada por los movimientos propios del cuerpo del animal. En los blastocelomados como los gusanos redondos y los rotíferos a parte del mero fluido del pseudoceloma se encuentras células diluidas especializadas para el transporte de sustancias, aunque sus funciones específicas aún no han sido propiamente estudiadas.


10. Anélidos 1, Poliquetos

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Los gusanos segmentados o anélidos pueden poseer tanto sistemas circulatorios abiertos como cerrados, aunque lo ms común es que sean cerrados. En las especies que no poseen tabiques que separen los segmentos generalmente poseen un sistema circulatorio cerrado en el celoma, el cual contiene células disueltas llamadas celomocitos. Sin embargo, debido a la diversidad estructural de estos gusanos, es conveniente dividir la discusión de su sistema circulatorio en sus grupos más importantes. El sistema circulatorio basal de los anélidos es un sistema circulatorio cerrado análogo al de los vertebrados, aunque sin corazones no se puede aplicar el concepto de vena o arteria y en su lugar simplemente llamaremos a sus conductos como vasos sanguíneos.

Tendemos a pensar en los gusanos como un conjunto homogéneo, sin embargo, los anélidos se caracterizan por tener tamaños mayores, y ser más complejos estructuralmente, y dicha complejidad se encuentra asociada a un sistema circulatorio más eficiente. La eficiencia del sistema circulatorio se debe al problema clásico de la superficie, el volumen y la especialización, solo algunas partes del cuerpo obtienen nutrientes, ya sea de los alimentos o de los gases atmosféricos, por lo que dichos nutrientes deben viajar desde donde son obtenidos hacia donde son requeridos.

La forma más sencilla de entender el sistema circulatorio de los poliquetos es estudiarlo en conjunción con el sistema respiratorio, así que es probable que repita algunas cosas que ya se han mencionado en el respectivo sistema. El sistema circulatorio de los poliquetos es principalmente cerrado o altamente vascularizado. Estos vasos sanguíneos se organizan de manera semejante a los vertebrados, con canales gruesos para transporte pesado y capilares con paredes de una célula en los que se realiza el intercambio de sustancias.

Figura 10.1. Modelo del sistema circulatorio alrededor de un segmento y su queto en Nereis.

Estos capilares pueden distribuirse en toda la piel en aquellas especies que respiran cutáneamente o agruparse densamente en los quetos o filamentos que funcionan como branquias. También de forma análoga a los vertebrados, los poliquetos han desarrollado pigmentos que transportan de forma más eficiente los gases de importancia metabólica.

En el modelo anterior podemos ver la estructura de intercambio de gases de Nereis  en el cual se puede apreciar como en el parapodio el sistema circulatorio se ramifica en un sistema capilar para el intercambio de gases. Estos capilares están conectados a vasos sanguíneos sistémicos principales que discurre dorsal y ventralmente, cada uno con una dirección preestablecida. El vaso dorsal fluye hacia el frente y el vaso ventral fluye hacia la cola. El intercambio de sangre entre el conducto ventral y dorsal se da por medio de una res vascular que se dispersa por el tronco del gusano, por sus branquias y por su sistema digestivo, lo cual permite que la sangre alimente los tejidos y que tome nutrientes en las zonas apropiadas, al igual que pueda desechar las toxinas. La faringe y el ganglio cerebral son regiones donde la capilaridad es particularmente desarrollada.

El movimiento de la sangre a través del sistema circulatorio en Nereis depende principalmente de la acción muscular de las paredes del animal, así como de capas de musculo que rodean los vasos sanguíneos. No existen corazones u órganos analogables pulsantes. La sangre oxigenada de las branquias retorna hacia el vaso sanguíneo dorsal que se dirige a la cabeza, de modo tal que la sangre más “fresca” de gases nutritivos pasa primero por el sistema digestivo y por el ganglio cerebral.

  10.1 Variación en el sistema circulatorio de los poliquetos

Existen muchas variaciones a este esquema básico de sistema circulatorio cerrado, y solo mencionaremos unos pocos para mostrar la diversidad de estos seres vivos. Algunos poliquetos pueden presentar un sistema circulatorio cerrado reducido o perdido, retornando a un sistema circulatorio abierto. En algunos casos como en el género Syllidae spp. la reducción del sistema circulatorio cerrado puede ser causada probablemente por una reducción en el tamaño máximo del adulto.

Los gliceridos por el contrario son grandes y han perdido su sistema circulatorio cerrado abriéndolo al celoma, por lo que son animales de sistema circulatorio abierto. Estos animales poseen células especializadas para el transporte de oxígeno, con una proteína de transporte muy común, la hemoglobina, por lo que su hemolinfa es de color rojo. Cada segmento de los glicéridos está imperfectamente separado, lo cual le permite a la hemolinfa fluir por todo el animal, mientras que la función de intercambio de gases es realizada por la piel.

La pérdida del sistema circulatorio no es la única tendencia evolutiva, otros géneros han experimentado una ruta opuesta, y en lugar de simplificar o perder el sistema circulatorio cerrado lo que han hecho es hacerlo más complejo. En los terebelidos, sabelidos y serpilidos el vaso sanguíneo dorsal se encuentra reemplazado por un espacio voluminoso lleno de sangre denominado seno viceral. Usualmente el vaso dorsal continua anteriormente formando en la cola un anillo que la conecta con el vaso ventral. En los serpulidos los vasos que forman el anillo están equipados con válvulas que evitan el flujo reverso de sangre de regreso al vaso sanguíneo dorsal.

  10.2 Corazones

Algunas estructuras pulsantes han evolucionado en algunas especies de poliquetos. Estas son especialmente bien desarrolladas en especies sésiles que se encuentran protegidas por tubos duros, y que exponen sus filamentos para respirar o cazar. Debido a que no se mueven deben desarrollar estructuras accesorias que mantengan la sangre en movimiento.  Estas estructuras son denominadas por analogía como corazones, aunque este título no tiene relación filogenética con los corazones de los vertebrados.

Los corazones de los poliquetos son poco más que porciones con una mayor capa muscular y un poco más grandes que el resto del conducto sanguíneo. En los quetopteridos el vaso dorsal cumple esta función. Los terebelidos poseen una estación de bombeo en la base de las branquias que sirve para mantener la presión sanguínea al interior de los capilares de las branquias. La posición y forma de estos corazones es variable entre los diferentes linajes de poliquetos.

  10.3 Pigmentos respiratorios

Los pigmentos respiratorios son moléculas con color que se enlazan a los gases de importancia metabólica, dioxígeno para la forma nutritiva y dióxido de carbono para la forma tóxica. En general la mayoría de los pigmentos respiratorios de los poliquetos son variaciones de la hemoglobina, aunque la clorocruorina es común en algunas familias de sabelidos y serpulidos, así como la hemeritrina en los magelonidos. Algunos poliquetos pueden tener más de un pigmento como en algunos serpulidos que mezclan la hemoglobina con la clorocruorina.

Los pigmentos pueden encontrarse disueltos directamente en la sangre, en el fluido celómico, en ambos o encerrado en células especializadas para evitar problemas osmóticos provocados por tener demasiadas proteínas disueltas en la sangre. Los tipos de pigmentos reflejan los tipos de estilo de vida de los gusanos que los poseen, por ejemplo algunos gusanos que viven en zonas de intermareas experimentan condiciones cambiantes de solubilidad de oxígeno, por lo que tener pigmentos diferentes para condiciones diferentes es una ventaja en ese tipo de ecosistemas en particular.


11. Anélidos 2, Oligoquetos e hidrudineos

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El sistema circulatorio de los oligoquetos, cuya especie tipo es la lombriz de tierra, es semejante al de los poliquetos, siendo fundamentalmente un sistema circulatorio cerrado con presencia de pigmentos respiratorios. Las diferencias entre los sistemas respiratorios de los oligoquetos con respecto a los poliquetos se fundamentan esencialmente en el hecho de que tratamos ahora con animales que habitan la tierra seca o ambientes de intermareas tendientes a tener una menor disponibilidad de agua.

En la lombriz de tierra el sistema circulatorio es cerrado y consiste inicialmente en tres vasos sanguíneos principales que discurren longitudinalmente desde la cabeza hasta la cola, generando segmentos como anillos precisamente en cada uno de los segmentos del animal, después de todo el nombre común de los anélidos es gusanos segmentados. El más grande de estos tres conductos es el vaso sanguíneo dorsal, que al igual que los semicorazones en algunos poliquetos, presenta una pared muscular más desarrollada, por lo que genera gran parte de la presión sanguínea que mantiene la sangre de los anélidos en movimiento. Suspendida en el mesenterio justo por debajo de las vísceras se encuentra el vaso sanguíneo ventral. El tercero de estos cabales se encuentra por debajo de la médula nerviosa y es denominado vaso sanguíneo subneural.

Figura 11.1. Sistema circulatorio de la lombriz de tierra.

A partir de los vasos segmentales que forman los anillos se proyectan vasos menores hacia la pared corporal o hacia las vísceras, los cuales forman el sistema capilar de alimentación. Generalmente el intercambio de sangre entre los vaso sanguíneos dorsales y ventrales ocurre de forma independiente en cada segmento. La mayoría de los oligoquetos también poseen de dos a cinco pares de vasos sanguíneos grandes, musculares que rodean la faringe para el transporte de sangre desde la región dorsal a la región ventral. Estos vasos sanguíneos ayudan a propeler la sangre actuando como “corazones” secundarios manteniendo la presión sanguínea. Al igual que el vaso sanguíneo principal dorsal, estos vasos faríngeos están equipados con válvulas para evitar el flujo recurso de la sangre al ejecutar la contracción del vaso sanguíneo.

La mayoría de los oligoquetos poseen hemoglobina disuelta directamente en el plasma; los miembros de las familias Naididae carecen de hemoglobina. Estos organismos presentan formas rudimentarias de un sistema inmune asociado al sistema circulatorio en forma de células amiboideas que patrullan los fluidos circulatorios.

En las sanguijuelas o hirudineos el espacio celómico se ve reducido por una invasión de tejido del cual puede derivar un sistema circulatorio secundario con vasos sanguíneos y lagunas de almacenamiento relativamente complejas en comparación del sistema circulatorio original heredado del ancestro anélido. Incluso en algunos linajes el sistema circulatorio del tejido celómico ha reemplazado parcial o totalmente al sistema cerrado original.


12. Moluscos

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A pesar de que los moluscos son protostomos celomados, su celoma se encuentra fuertemente reducido. La principal cámara corporal corresponde a un espacio lleno de líquido de transporte, por lo que recibe el nombre de hemoceloma y en consecuencia nos encontramos ante un sistema circulatorio abierto. La cavidad celómicas recibe en consecuencia el nombre de hemoceloma. El hemoceloma puede proyectarse en senos e inclusive en una compleja red de vasos que asemejan a un sistema circulatorio cerrado. El grado de semejanza con un sistema circulatorio cerrado varía mucho, pudiéndose presentar corazones.

Figura 12.1. Los moluscos como los cefalópodos poseen un sistema circulatorio mixto, con regiones cerradas y abiertas.

La hemolinfa de los moluscos contiene varias células especializadas, incluyendo amebocitos con parte de un sistema inmune rudimentario. La hemolinfa de los moluscos también posee un pigmento respiratorio, pero no es la hemoglobina basada en el hierro a la que estamos acostumbrados, por el contrario, se trata de una molécula basada en el cobre denomninada hemocianina. Muchos moluscos pueden emplear hemoglobina o mioglobina.

Por lo general se presenta un corazón en posición dorsal al interior de una cámara pericardíaca, y se estructura con un par de atrios (más comúnmente denominados aurículas en el idioma español) y un solo ventrículo. En los monoplacóforos y los nautilos hay dos pares de ventrículos independientes. Los ventrículos reciben la hemolinfa oxigenada desde las branquias (denominadas ctenidios) o desde la aorta cefálica. La arteria anterior se ramifica y eventualmente se abre en varios senos al interior de los tejidos que son bañados en la hemolinfa oxigenada. Esto significa que el intercambio de sustancias entre el MEC tisular y la hemolinfa se da casi directamente sin la intervención de un sistema de capilares. Los senos sanguíneos simplemente abren a los tejidos, y luego drenan para llegar a las venas retornantes al corazón.

En el esquema del sistema circulatorio de los moluscos mostrando en la Figura 12.1 se puede observar que una vez que los vasos sanguíneos principales llegan a un sistema de tejidos para el intercambio de sustancias, en lugar de ramificarse en un sistema de capilares, simplemente se decanta en una cavidad hemocelómica independiente, que baña el tejido que va a ser alimentado y luego es drenado por la siguiente parte del sistema circulatorio. En este sentido podemos afirmar que el sistema circulatorio de los moluscos, aunque se denomine abierto, en realidad es su propio tipo intermedio entre el sistema abierto y el sistema cerrado. Los moluscos pueden tener incluso una tendencia al cerramiento con la aparición de sistemas capilares como ocurre en los cefalópodos.

Los cefalópodos dependen de una alta presión sanguínea para mantener sus activos modos de vida, y, en consecuencia, a parte del cerramiento secundario de sus sistemas circulatorios, también experimentaban la aparición de corazones auxiliares secundarios denominados corazones branquiales, que incrementan la presión sanguínea de la hemolinfa que regresa a los ctenidios “branquias”.


13. Artrópodos

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Los artrópodos poseen un sistema circulatorio abierto. Sin embargo, de manera semejante a lo que ocurre con los moluscos, los vasos sanguíneos de los artrópodos pueden variar de tamaño, desde muy pequeños, hasta cubrir la casi totalidad del cuerpo del artrópodo. Las funciones del sistema circulatorio también pueden variar grandemente, por ejemplo, en los quelicerados y los crustáceos, la sangre transporta el oxígeno ya que sus mecanismos de obtención de aire son las branquias o el sistema de pulmones en libro. Los insectos por su parte no transportan gases disueltos por la sangre, en lugar de ello, los tejidos realizan intercambio de gases directamente en el aparato respiratorio sin mediación del circulatorio

Los artrópodos terrestres no arácnidos poseen un sistema respiratorio de tráqueas corporales que permite el intercambio de gases virtualmente en cualquier parte del cuerpo, lo que le permite a la hemolinfa refrescarse con oxígeno por todas partes o como mencionamos anteriormente, los tejidos pueden recibir el oxígeno casi directamente a través de superficies húmedas.

  13.1 Estructura del vaso principal dorsal

El sistema circulatorio de los artrópodos es abierto y consta de un sistema de vasos que no se cierra, si no que se abren y depositan el fluido hemolinfa en la cavidad general del animal denominado hemoceloma. La entrada a la arteria es en la parte trasera del animal y en una serie de orificios llamados ostium dispuestos a lo largo de esta arteria principal, para luego salir por la parte delantera. La arteria principal también es el corazón cubierto en consecuencia con varias capas musculares. Generalmente la aorta termina en uno o más sacos contráctiles denominados sacos frontales aórticos que actúan como más corazones accesorios. Estos sacos ayudan a impulsar la sangre a través de canales arteriales que van hacia las antenas. Por lo general los canales arteriales no se capilarizan, sino que se encuentran abiertos expeliendo la hemolinfa a un saco llamado seno que es una delgada proyección del hemoceloma, de forma tal que la hemolinfa rellena el centro de la antena.

  13.2 Diafragmas

En el abdomen se encuentra una hoja muscular denominado tabique dorsal, septo dorsal o diafragma dorsal, que se encuentra sosteniendo al vaso sanguíneo principal. Esta placa forma un espacio abierto que divide parcialmente el hemoceloma en la cavidad principal ventral y una cavidad dorsal denominada seno pericárdico. Adicionalmente también puede presentarse un tabique ventral muscular que separa parcialmente la posición de la médula nerviosa más ventralmente del hemoceloma. De esta forma el hemoceloma de los insectos está dividido en tres zonas pero aun así la hemolinfa fluye por los tres, siendo estos el seno pericárdico en el dorso, el seno visceral en el centro y el seno perineural en el vientre. Estos senos pulsan, pero cumplen diversas funciones. La primera es ayudar a dar más movimiento en la hemolinfa en los tres senos, y la otra es anclar músculos de patas y alas.

Figura 13.1. Modelo del sistema circulatorio de un insecto.

  13.3 Patrón de circulación

El patrón básico de flujo de la hemolinfa es el siguiente: la hemolinfa fluye a través del corazón dorsal, especialmente en la parte del abdomen donde es más fuerte la capa muscular, siendo propelida hacia la aorta. El flujo reverso de hemolinfa es impedido debido a que los ostios se cierran. La sangre sale por varios orificios de la aorta cerca de la cabeza o incluso en las antenas, y la presión hemolínfática hace que esta sea impulsada hacia atrás rellenando las tres cavidades en que se divide el hemoceloma: seno pericárdico, seno visceral y seno perineural. La hemolinfa que se desvía hacia el seno pericárdico ingresa por los ostios al corazón, mientras que los tabiques abdominales evitan que la hemolinfa se estanque en la zona ventral y visceral.

  13.4 Contacto con el sistema respiratorio

El sistema de tráqueas penetra en todos los senos e incluso en antenas, patas y alas, por lo que la hemolinfa siempre se encuentra intercambiando gases metabólicos. De allí que no deban pasar por “lugares especiales” para que esto ocurra. Ahora bien, el problema emerge cuando el artrópodo no puede intercambiar gases metabólicos de importancia por todas partes, sino que se encuentra limitado a órganos concretos de intercambio de gases como las branquias o los pulmones en libro.

  13.5 Las branquias, pulmones en libro y alas

En los crustáceos con branquias el sistema circulatorio de impulso sanguíneo ubicado dorsalmente se encuentra reflejado por un sistema de vasos sanguíneos de disposición ventral que se encargan de retomar la hemolinfa baja en oxígeno. Estos vasos sanguíneos conducen la hemolinfa desde el hemoceloma hacia las branquias, donde la hemolinfa se refresca con oxígeno y de allí es dirigida a los vasos sanguíneos ventrales, siendo una organización semejante a la que ocurre en los moluscos, aunque claro está, con un hemoceloma más grande.

Figura 13.2. Modelo del sistema circulatorio de un crustáceo.

Figura 13.3. Modelo del ala de un insecto.

Los capilares branquiales también nos revelan una pista de la evolución de las alas. Ya hemos discutido que las alas de los insectos evolucionaron de las branquias de los artrópodos (Clark-Hachtel & Tomoyasu, 2016; Haug, Haug, & Garwood, 2014; Pass, Tögel, Krenn, & Paululat, 2015; Whitfield, 2016), por lo que no sorprende que las alas y las branquias son de las pocas partes del cuerpo de un artrópodo que es alimentado por medio de un sistema de vasos sanguíneos capilares en lugar de ser alimentadas directamente por el hemoceloma. Estos vasos sanguíneos son de cierta forma formados por el propio hemocelóma, pero al ser estrechos y canalizados los podemos clasificar como vasos sanguíneos, aunque separados de la arteria principal. En la base del hemoceloma que conecta a las venas de las alas se encuentran un par de órganos pulsantes que funcionan como corazones accesorios denomiandos corazones mesotoracicos.

Figura 13.4. Modelo del sistema circulatorio de una araña.

Los pulmones en libro de los arácnidos también plantean ciertos problemas para la organización del sistema circulatorio. Los arácnidos con sistema de pulmones en libro tienen una organización particular, la sangre oxigenada fluye por medio del vaso sanguíneo dorsal típico de los artrópodos, sin embargo, los ostios de la arteria dorsal abren a un seno hemocelómico especializado que encierra hemolinfa que proviene desde los pulmones en libro. Este seno hemocelómico especializado y separado del resto del hemoceloma es denominado vena pulmonar.

Los arácnidos también presentan otros sistemas accesorios, por ejemplo, poseen capilares o precapilares que transportan la hemolinfa a la pared corporal, y además poseen también un sistema de tráqueas que apoya a los pulmones en libro. Algunos quelicerados también presentan hemocianina como pigmento respiratorio.


14. Algunos deuterostomos

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 14.1 Equinodermos

El transporte interno de sustancias en los equinodermos es realizado principalmente en el celoma peri-visceral que es el espacio extra al interior del cuerpo, el sistema vascular de agua conocido como pie de agua y por el sistema hemático. Todos los sistemas se derivan del celoma. Los fluidos se mueven a través de estos sistemas principalmente por la acción de cilios y en algunos casos por presión muscular.

Figura 14.1. Sistema acuífero de la estrella de mar.

El sistema hemático es un complejo de canales y espacios encerrados principalmente por canales celómicos denominados senos perihemáticos. El sistema se encuentra mejor desarrollado en los holoturios “pepinos de mar” y en los crinoides, en los cuales los canales forman un flexo semejante a una red. En otros grupos el sistema se organiza radialmente y generalmente discurre en paralelo a los elementos del sistema de flujo de agua. En estos casos el sistema hemático consiste en un anillo hemático oral y aboral cada uno con extensiones radiales. Los dos anillos están conectados por el seno axial.

Al interior del seno axial existe un núcleo de tejido esponjoso denominado glándula axial. La glándula axial aparentemente es responsable de producir algunos celomocitos. El seno axial se encuentra abierto a través de poros hacia el canal rocoso siendo la fuente de fluidos del sistema de transporte de agua. Los canales hemáticos radiales del anillo aboral se extienden hasta las gónadas. Otros canales radiales aparecen desde el anillo radial y se encuentran asociados con las hileras de los pies. Estos canales se almacenan al interior de un espacio perihemático denominado seno hiponeural. Un tercer anillo hemático denominado anillo gástrico se encuentra en muchos equinodermos incluyendo a las estrellas de mar y se encuentra asociado con el sistema digestivo.

El sistema hemático obtiene el movimiento de la sangre a través de cilios. En las estrellas de mar y erizos de mar se encuentra un seno axial extra reforzado con tejido muscular denominado saco dorsal, el cual se encuentra cerca de la unión con el anillo hemático aboral. El saco dorsal palpita, aparentemente apoyando el movimiento de fluido sanguíneo a través de los canales y senos hemáticos. La fisiología del sistema hemático aún no se encuentra del todo comprendida, pero probablemente ayuda a distribuir nutrientes absorbidos desde el sistema digestivo.

Lamentablemente los modelos del sistema circulatorio de las estrellas de mar no son tan intuitivos como en otros organismos, ya sea porque al encontrarse tan asociados al sistema digestivo es difícil distinguir uno del otro, o que del mismo modo se encuentran extremadamente asociados al sistema de transporte de agua (imagen anterior), el cual se encarga de dar presión hidráulica a los podios, especialmente en las estrellas de mar. Por tal razón, especialmente para las estrellas de mar el sistema de transporte de agua puede ser una representación aceptable del sistema circulatorio.

  14.2 Tunicados

Los tunicados como los demás cordados poseen un notocordio al inicio de su desarrollo biológico, pero a diferencia de los vertebrados, en los cuales el notocordio se vuelve un sistema de vertebras cerrados, en los tunicados esta estructura se pierde paulatinamente.

Figura 14.2. Corazón "si es que puede recibir ese nombre" de los tunicados, es tubular.

Figura 14.3. Circuitos circulatorios de varios animales.

Los tunicados son animales muy interesantes en términos de la biología del desarrollo y la teoría evolutiva debido a los grandes cambios que experimentan, las larvas son móviles y se asemejan a un cefalocordado, mientras que los adultos son animales fijos que se alimentan por filtración. Aunque al inicio de su desarrollo poseen un celoma este también se pierde durante su desarrollo. Su corazón es tubular y con una sola cámara, no posee válvulas y si presión es causada por movimientos peristálticos típicos de un sistema con tejido muscular liso. No posee endocardio y su epicardio puede llegar a envolver a otros órganos.

Los tunicados poseen un sistema circulatorio abierto, aunque con una gran cantidad de vasos sanguíneos que se extienden casi por todo su cuerpo. La sangre o hemolinfa es interesante debido a una gran cantidad de características. Por ejemplo, la sangre no posee hemoglobina a pesar de que su genoma contiene cerca de 4 genes para ella. También poseen el gen de la hemocianina, pero esta proteína no es usada para el transporte de oxígeno en este tipo de animales.

En la Figura 14.3 se pueden ver los circuitos circulatorios de varios animales, de arriba hacia abajo, el primero es el circuito circulatorio de los tunicados el cual es abierto, pero como se muestra en la figura, los vasos sanguíneos se proyectan casi hasta completarlo de manera cerrada. Los siguientes dos intermedios son circuitos circulatorios de cefalocordados, mientras que el inferior es el circuito circulatorio de un vertebrado con un corazón verdaderamente diferenciable. Otro detalle interesante de la sangre o hemolinfa de los tunicados es su tendencia a contener altas concentraciones de metales pesados de transición como el vanadio, junto con proteínas asociadas a este que lo hacen soluble. Otro metal presente en altas concentraciones es el litio. La concentración de vanadio en un tunicado puede ser 1000 veces mayor a la presente en el agua que lo rodea. Por lo general el vanadio será depositado en la túnica, posiblemente para hacerla más dura.

  14.3 Cefalocordados

El sistema circulatorio de los cefalocordados es extremadamente similar al de los vertebrados terrestres, y no es de extrañar, ya que estos animales son lo más cercano fisiológicamente a lo que se esperaría que fuera el ancestro común de todos los vertebrados y los cordados.

Figura 14.4. Modelo del circuito circulatorio de un cefalocordado típico (anfioxus).

A pesar de lo que se muestra en la Figura 14.4, las branquias en sí mismas no son las que se encargan del intercambio de gases, si no, la piel externa. Algunos autores no reconocen al vaso sanguíneo ensanchado como un corazón real, aunque si lo fuese seguiría siendo más simple que el de los peces al ser unicameral. La sangre no posee células sanguíneas y tampoco expresa la hemoglobina a pesar de tener los genes para ello.

A pesar de que se señala como un corazón, el vaso sanguíneo que propulsa la sangre es en sí mismo un mero vaso sanguíneo ensanchado con una sola cámara, es tan simple que algunos autores ni siquiera lo reconocen como tal, señalándolo como un mero vaso sanguíneo más ancho y contráctil.


15. Venas, arterias y capilares en los vertebrados

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El sistema circulatorio de los vertebrados es básicamente un sistema de tubos interconectados entre sí, sin aberturas de ningún tipo a la cavidad general o celoma. En el interior de los tubos se encuentra un fluido circulante denominado sangre. El sistema circulatorio de los vertebrados se lo denomina como cerrado, debido a la carencia de aberturas a la cavidad general o a los tejidos, de este modo los fluidos se separan completamente, uno para los tejidos que los mantienen alimentados, y la sangre en sí que nunca sale del sistema circulatorio.

Figura 15.1. Los vertebrados poseen un sistema circulatorio cerrado.

Los vertebrados siempre presentan un corazón, aunque rudimentos evolutivos de este están presentes en los parientes más cercanos de los vertebrados, los cefalocordados. La función del corazón es dar impulso a la sangre, aunque los vasos sanguíneos pueden contraerse y dilatarse de modo tal que pueden impulsar de manera secundaria a la sangre a todo lo largo de su recorrido. El sistema circulatorio es integrante, es decir, es un sistema que permite el intercambio de sustancias entre todos los demás sistemas del cuerpo y, por lo tanto, su función primordial es el transporte de sustancias. En este sentido es primordial para completar las funciones de digestión y respiración organísmica, así como la de excreción e incluso la función inmune.

  15.1 Partes del sistema circulatorio

A pesar de la variación de tamaño, existen tres tipos principales de vasos sanguíneos: las arterias, las venas y los capilares.

La definición de vena y arteria dependerá del corazón y no del nivel de oxigenación de la sangre, si la sangre deja el corazón, cualquier vaso que transporta sangre que sale del corazón recibe el nombre de arteria independientemente de que esa sangre esté desoxigenada u oxigenada, de hecho la característica relevante es que la sangre lleva una alta presión; del mismo modo todo vaso sanguíneo que transporta sangre que ingresa al corazón recibirá el nombre de vena independientemente de si transporta sangre oxigenada u desoxigenada, siendo la característica importante una baja presión, aunque la presión es mucho más baja en la vena sistémica “Cava” que en la vena pulmonar.

Figura 15.2. Diagrama esquemático del sistema circulatorio de un vertebrado pulmonado, con los principales vasos sanguíneos.

  15.2 Venas y arterias

Sin embargo, lo anterior solo es cierto para el circuito circulatorio mayor que lleva la sangre a los capilares sistémicos. Por convención, la referencia entre la nomenclatura de arteria y vena es el corazón, la sangre que deja el corazón le dará el nombre de arteria al vaso que la transporta; mientras que la sangre que ingresa al corazón le dará el nombre de vena al vaso de la transporta. De este modo, las arterias del circuito circulatorio menor “en los vertebrados con respiración pulmonar” llevan sangre desoxigenada mientras que las venas del circuito circulatorio menor llevan sangre oxigenada al corazón respectivamente. Los vasos sanguíneos y los diferentes nombres que reciben, en este esquema la coloración y los nombres se hacen en referencia al circuito sistémico, donde las arterias son rojas y las venas azules; puesto que en el circuito pulmonar la coloración se invierte.

Figura 15.3. Las venas y arterias sistémicas se unen en capilares sistémicos que dejan pasar materiales a los tejidos por los mecanismos de transporte a través de membrana.

Las arterias y las venas poseen paredes tubulares organizadas en tres capas que encierran al epitelio interno. Estas capas reciben el nombre de túnica íntima, túnica media y túnica adventicia. La túnica intima se encuentra en contacto con el epitelio interno o lumen del vaso sanguíneo. La túnica adventicia es la parte externa de los vasos sanguíneos más grandes, y la túnica media se encuentra como su nombre lo dice se encuentra en medio de las dos. La túnica media en ocasiones contiene tejido muscular liso, el cual le otorga una capacidad contráctil al vaso (vasodilatación y vasoconstricción), en otras palabras, pueden generar movimientos peristálticos lo que le otorga un impulso extra a la sangre, independiente al impulso inicial del corazón. Las venas tienen por lo general válvulas de un solo sentido que impide que la sangre que contiene gases tóxicos disueltos regrese, mientras que, las arterias no poseen estas válvulas.

  15.3 Estructura de las venas y las arterias

En el modelo anterior podemos apreciar la variación del grosor de las paredes de los vasos sanguíneos a medida que se van transformando en capilares. La pared de los capilares es la más delgada, consistiendo tan solo en una capa de células epiteliales. A medida que los vasos sanguíneos se acercan al contacto íntimo con los tejidos, su radio vascular disminuye, así como el grosor de su pared, tomando el nombre de arteriolas y vénulas respectivamente. En los vasos muy pequeños, la túnica adventicia es muy delgada, mientras que la túnica media está compuesta casi exclusivamente por musculo liso; por lo que las vénulas y las arteriolas son muy similares en términos de estructura.

Figura 15.4. El grosor de las venas y arterias va disminuyendo capa a capa hasta llegar a ser capilares, donde ambos se unen.

Figura 15.5. La sangre es un tejido móvil que transporta materiales como lipoproteínas que transportan grasas y células como los glóbulos rojos o blancos, partes de células como las plaquetas y proteínas solubles.

Una vez que las paredes se adelgazan al máximo, los gases, nutrientes, desechos, iones y el calor pueden fluir a través del epitelio de los capilares. Para facilitar este paso de sustancias, los epitelios de los capilares son muy delgados, alrededor de una célula de grosor y no más, lo que implica que la mayoría de las sustancias deben atravesar tan solo dos membranas.

  15.4 Arterias

Las arterias son todos aquellos vasos sanguíneos que transporta sangre que deja el corazón sin importar si esta es sangre oxigenada o desoxigenada. La estructura de las arterias varía con el tamaño. Las arterias más grandes poseen una considerable cantidad de fibras elásticas en sus paredes, mientras que las arterias más pequeñas carecen de estas fibras elásticas. Las diferencias estructurales se dan debido a la diferencia funcional entre las arterias grandes y las arterias pequeñas. La función de las arterias, como ya se recalcó en la definición, es la de transportar la sangre que deja el corazón a los diferentes tejidos, lo que implica que sus paredes deben absorber los pulsantes incrementos de presión cuando el corazón late, y esa fuerza debe ser soportada, absorbida y canalizada por la pared de la arteria.

Las fibras elásticas les permiten a estas arterias soportar estos incrementos rítmicos de presión sin romperse o explotar, y de hecho, les permite transmitir la energía que transporta la sangre a todo lo largo del cuerpo. Esta energía puede sentirse en las arterias del cuello o de la muñeca izquierda al tocarlas con una presión adecuada y es lo que se conoce como pulso. Esta transmisión de energía a través de las fibras elásticas le permite al corazón usar menos energía, para hacer circular la sangre, lo que en últimas mantiene una presión arterial relativamente baja, lo cual es muy importante debido a que, las arterias pequeñas carecen de fibras elásticas. Si las arterias grandes no transmitieran la energía, el corazón debería latir con más fuerza para impulsar la sangre, lo que implicaría que la sangre que llega a las arteriolas lo haría con mucha presión. Al carecer de fibras elásticas las arteriolas se pueden romper o explotar causando una serie de enfermedades relacionadas con el rompimiento de vasos sanguíneos como un derrame cerebral.

El taponamiento arterial, causado por placas de sangre coagulada, o por grasa acumulada en el epitelio interno de la arteria incrementa la presión sanguínea lo que puede provocar rompimientos de los capilares sanguíneos a los cuales esa arteria alimenta. Los rompimientos de los vasos sanguíneos capilares ocurrirán en cualquier lugar donde existan capilares sanguíneos, lo cual se traduce en todo el cuerpo, sin embargo, el rompimiento en el cerebro es particularmente peligroso debido a la gran sensibilidad del cerebro al incremento de la presión y a la carencia de nutrientes.

  15.5 La arterioesclerosis

Es un término general utilizado en medicina humana y veterinaria, que se refiere a un endurecimiento de arterias de mediano y gran calibre. La arteriosclerosis por lo general causa estrechamiento (estenosis) de las arterias que puede progresar hasta la oclusión del vaso impidiendo el flujo de la sangre por la arteria así afectada.

Figura 15.6. La arteriosclerosis es una enfermedad arterial y de los capilares que se genera cuando la LDL “transportador de grasa de baja densidad” deja grasa a medio camino de los tejidos, obstruyendo el flujo de sangre. Cuando aumenta la presión, parte del epitelio de la arteria se rompe generando una reacción rápida de coagulación que genera un infarto.

Los factores de riesgo más comunes son los siguientes: hipertensión tanto los valores sistólicos como los diastólicos influyen a la elevación del riesgo acompañado de hipercolesterolemia. Gradualmente existe a mayor edad una mayor tensión arterial debido a la pérdida de elasticidad de los vasos. El consumo de cigarrillos, aumenta la presión debido a la afección de la microvasculatura generalizada y también por la predisposición a la arterosclerosis que presentan, aumento de homocisteína en plasma, factores relacionados con la hemostasia y trombosis, y por supuesto los antecedentes familiares. Otros posibles factores de riesgo son niveles elevados de la proteína C reactiva (PCR) en la sangre que puede aumentar el riesgo de aterosclerosis y de ataques al corazón; altos niveles de PCR son una prueba de inflamación en el cuerpo que es la respuesta del organismo a lesiones o infecciones. El daño en la parte interna de las paredes de las arterias parece desencadenar la inflamación y ayudar al crecimiento de la placa.

Las personas con bajos niveles de PCR pueden tener aterosclerosis a una tasa más lenta que cuando se tienen niveles elevados de PCR y la investigación está en curso para establecer si la reducción de la inflamación y la disminución de los niveles de PCR también puede reducir el riesgo de la aterosclerosis al igual que las hormonas sexuales, los estrógenos son protectores de la aterosclerosis y por ende las mujeres son más afectadas después de la menopausia.

No existe tratamiento médico alguno demostrado para la arteriosclerosis pese a ser el fármaco probablemente más buscado por la industria farmacéutica, vamos que todos los CEO “título de los directores ejecutivos de las empresas más importantes del planeta, son la gente que en verdad importa en términos económicos” se mueren o de cáncer o de un ataque al corazón. El tratamiento farmacológico (antihiperlipidémicos, antiagregantes o anticoagulantes) sirve para disminuir sus causas o sus consecuencias. El tratamiento quirúrgico es muy resolutivo en la cardiopatía isquémica y también en otras localizaciones. El tratamiento profiláctico consiste en evitar los factores predisponentes de la enfermedad y a las complicaciones de ésta: obesidad, hipertensión, sedentarismo, hiperglucemia, hipercolesterolemia, tabaquismo, etc. Para ello lo ideal es practicar ejercicio suave, una dieta equilibrada como la mediterránea, baja en grasas, técnicas de relajación para evitar el estrés, dejar de fumar, etc.

Investigadores en China encontraron que el hongo reishi mejora el flujo sanguíneo y baja el consumo de oxígeno del músculo cardíaco. Resultados similares fueron también encontrados por científicos japoneses, quienes evidenciaron que el reishi contiene ácido ganodérico, el cual reduce la presión sanguínea y el colesterol e inhibe la agregación plaquetaria, la cual puede conducir a ataque cardíaco y otros problemas circulatorios (Berger et al., 2004; Meletis & Barker, 2005; Mizuno, Sakai, & Chihara, 1995).

  15.6 Venas

Las venas son vasos de recolección, donde la sangre fluye con una presión baja a una velocidad mínima. Por esta razón, cerca del 70% del total de la sangre circulante reside en las venas. Esto implica que, para cumplir con las necesidades metabólicas normales, el cuerpo solo requiere de un 30% de su sangre distribuyendo oxígeno y nutrientes, aunque en momentos de necesidad y debido a la adecuada señalización hormonal, la sangre de las venas p0uede ser liberada parcialmente al lado arterial, para que existe una mayor presión y velocidad, lo cual a su vez potencia las capacidades metabólicas del individuo, obviamente esto solo puede suceder durante momentos de extrema necesidad, dado que si la presión es alta todo el tiempo se corre el riesgo de dañar el sistema de capilares ocasionando infartos localizados o incluso un accidente cerebrovascular mortal.

Debido a las bajas o negativas presiones en la zona venosa del sistema circulatorio, las venas están equipadas con válvulas de paso de un solo sentido, que funcionan como un torniquete, lo que hace que la sangre venosa solo pueda avanzar en un solo sentido de manera independiente a la poca presión sanguínea que puedan tener.

Para contraponerse a la presión negativa y al obvio hecho de que el corazón no puede hacer mucho, las venas dependerán de los cambios de presión ocasionadas en las zonas donde se encuentra una alta masa muscular, que le impregna movimiento y presión nuevos al vaso sanguíneo, en otras palabras, más que el corazón es el sistema muscular y los movimientos del resto del cuerpo lo que permite el flujo de sangre en el lado venoso del circuito cardiovascular. De esta manera, aunque lenta la sangre venosa logra llegar al corazón. La sangre de los órganos no musculares como los pulmones o el corazón dependerán de las fuerzas remanentes o simplemente de la gravedad.

Las venas varicosas se ocasionan en puntos donde la presión negativa de la sangre es muy grande y logran vencer a las válvulas de una sola vía de las venas, generalmente en las zonas donde la gravedad es más permanente. Cuando se está mucho tiempo de pie, las venas de las piernas son las que soportan más este problema, lo que provoca o un vencimiento de la válvula o un reforzamiento de toda la vena lo que genera la varice.

Figura 15.7. Al dañarse la válvula de la vena, el tejido a su alrededor se engrosa para elevar la sangre por peristalsis.

  15.7 Tipos de varices

Además de resultar antiestéticas, las varices pueden ocasionar diversos síntomas y dar lugar a complicaciones. Lo mejor, sobre todo si tienes factores de riesgo, es tomar medidas para prevenir su aparición.

👉          Varices Grado I o varículas: En esta etapa, se ven en algunos sitios y a través de la piel, las venas finas de color violáceo. A veces pueden tener forma estrellada, y se denominan arañas vasculares. Por lo general son únicamente un problema de tipo estético pero, en determinadas ocasiones, pueden producir sensación de pesadez y cansancio en las piernas.

👉          Varices Grado II: Las venas se van haciendo más visibles y empiezan a notarse los primeros síntomas como: Pesadez y cansancio en las piernas; Dolor; Calambres; Hormigueos; Sensación de calor o picores y escozores.

👉          Varices Grado III: Las venas están más dilatadas y tortuosas. Los síntomas van aumentando progresivamente, y aparece hinchazón y edemas y cambios de coloración en la piel.

👉          Varices Grado IV: Aparecen zonas eczematosas y úlceras. Las úlceras son difíciles de tratar y pueden infectarse con facilidad.

👉          Complicaciones de las venas varicosas: Debe tenerse en cuenta que algunos procesos que se describen en el apartado de síntomas, aparecen después de un largo proceso de evolución sin tratamiento (Grados III y IV), por lo que pueden considerarse como complicaciones. Así pues, podemos considerar como complicaciones de las varices:

👉          Cambios en la piel: Aparte de la aparición de manchas originadas por el depósito de glóbulos rojos, cuando la acumulación de estos y de líquidos aumenta, se producen alteraciones en la piel y en los tejidos que están bajo la misma (alteraciones tróficas), debido a que los nutrientes no llegan correctamente. Como consecuencia de estas alteraciones, la piel se endurece, presenta un aspecto seco y escamoso, con cambios de color generalizados (ya no son manchas más o menos aisladas) e intensos picores.

👉          Úlceras varicosas: Con mucha frecuencia aparecen como consecuencia del rascado, debido a los picores por las alteraciones de la piel. Se presentan sobre todo en la cara interna de los tobillos y son dolorosas, bastante difíciles de curar, y se infectan con facilidad.

👉          Hemorragias: Se producen por la ruptura de las venas varicosas, cuya pared está muy debilitada, al igual que la piel, saliendo la sangre al exterior. Pueden deberse al rascado, por un traumatismo que puede ser mínimo, o incluso producirse de forma espontánea, pudiendo ocurrir mientras el paciente duerme, lo que puede aumentar su gravedad si este no se da cuenta. La sangre suele ser oscura y fluye continuamente, sin borbotones, por ser sangre venosa. Como todas las hemorragias, son muy escandalosas, pero no suelen tener demasiada importancia si se tratan adecuadamente; lo que debe hacerse es elevar la pierna y aplicar un vendaje compresivo y, por supuesto, acudir al médico para que pueda establecer un tratamiento definitivo, que evite su reaparición.

👉          Flebitis superficial: Es la inflamación de una vena varicosa y no debe confundirse con la flebitis profunda, que aparece en  situaciones muy distintas y puede tener graves repercusiones. Se observa la vena varicosa como un cordón dilatado y endurecido, y hay una zona inflamada a su alrededor, que  está caliente, enrojecida y dolorosa.

👉          Infecciones: Las lesiones producidas por el rascado, así como las úlceras varicosas, e incluso la propia fragilidad de la piel, pueden facilitar la entrada a organismos oportunistas, y dar lugar a infecciones que será necesario tratar adecuada e insistentemente, pues suelen ser bastante rebeldes al tratamiento. La zona infectada es dolorosa, y se verá inflamada, enrojecida y caliente, pudiendo haber supuración.

👉          Trombosis de las venas varicosas: Ocurre por la formación de un coágulo en el interior de las venas varicosas y, con frecuencia, se da conjuntamente con la flebitis, pues esta puede facilitar la aparición de trombos, y el trombo suele provoca la inflamación de la vena. Por este motivo, sus síntomas son muy similares. Normalmente no suele plantear consecuencias graves, salvo que el trombo se produzca en una zona en que pueda desprenderse y alcanzar la circulación profunda.

👉          Embolismo pulmonar: Es una complicación muy poco frecuente en las varices, pues para que ocurra tendría que desprenderse un trombo y, como se ha señalado, alcanzar la circulación profunda, llegar al corazón y, desde este, a las arterias pulmonares.

  15.8 Microcirculación y sistema capilar

La función del sistema capilar es permitir el intercambio de sustancias entre un tejido y el sistema circulatorio, como gases metabólicos, nutrientes, iones salinos y productos de desecho.

Es el componente específico que le da significado al sistema cardiovascular, el cual soporta las funciones metabólicas de las células es la microcirculación, si el sistema circulatorio es un conjunto de pasillos, entonces los capilares serían las puertas de acceso. La microcirculación está compuesta por tres elementos básicos, las arterias pequeñas o arteriolas, las venas pequeñas o vénulas y el sistema de capilares en sí mismo. La sangre que fluye al sistema de capilares es controlada por esfínteres hechos de musculo liso. A estos esfínteres se los denomina esfínteres precapilares, son pequeños anillos que restringen la entrada de sangre al sistema capilar.

Las paredes de las arteriolas, las vénulas poseen pequeñas capas de musculo liso. Estas capas de musculo liso se encuentran conectadas al sistema endocrino y nervioso, y de esta manera se controla cuanto oxígeno y nutrientes son distribuidos a un determinado tejido en un momento específico. De esta manera, la distribución se ajusta para concordar con las necesidades metabólicas de un tejido en un momento específico.

Los capilares también son empleados como un disipador de calor, cuando el animal se encuentra en movimiento se genera calor debido a la ineficiencia natural de cualquier sistema físico en movimiento (si, la entropía nunca falla) cuando se produce mucho calor en el interior de los tejidos este puede generar una disminución en la eficiencia de los tejidos e incluso causar daños en estos. Para evitar el desastre térmico, la sangre captura calor a través de los capilares de los tejidos y envían ese calor a los capilares de la piel, donde es irradiada al medio externo.

Este detalle puede verse particularmente e animales con piel sin pelo de color claro, como en algunos seres humanos, los cuales experimentan un enrojecimiento de la piel, cuando hacen ejercicio. Un detalle interesante a cerca del sistema capilar es que, aunque individualmente su volumen es un verdadero chiste “le tomaría horas a una pequeña gota de sangre atravesar un solo vaso capilar”, tomados de manera colectiva su volumen es suficiente para vaciar todo el sistema circulatorio mayor, dejando al corazón y a las arterias principales como la carótida completamente secas. Esto no ocurre gracias a los esfínteres precapilares, que permiten el paso selectivo de sangre a algunos capilares y a otros no.

Figura 15.8. Los capilares son la razón de existencia del sistema circulatorio, son la zona de embarque y desembarque de nutrientes y desechos, dependiendo del lugar donde nos encontremos.

Cuando dos tejidos diferentes requieren sangre para realizar sus actividades metabólicas estos compiten ya que, como mencionamos antes, no hay suficiente sangre en el cuerpo para llenar todos los capilares a la vez. Un ejemplo sencillo de esto es cuando se hace demasiado ejercicio al mismo tiempo que se come un alimento muy difícil de digerir.  En el momento en que ambos tejidos abren sus capilares a la vez, la sangre del sistema circulatorio mayor es absorbida por estos y la presión sanguina baja mucho, lo que puede causar isquemia “una falla localizada de la distribución de sangre”.

  15.9 Hemodinámica de la circulación

Los patrones de flujo y presión de la sangre circulante, a través de los vasos sanguíneos constituye la hemodinámica de la circulación. Las presiones del sistema circulatorio asociados a los lados arterial y venoso son notablemente diferentes. Cuando los ventrículos del corazón se contraen, el pico de fuerza produce la presión sistólica. La presión diastólica constituye el momento de menor presión en los vasos sanguíneos, el cual se alcanza entre cada latido del corazón. La presión diastólica resulta de la fuerza mantenida por el empuje arterial.

Figura 15.9. Diástole y sístole (YouTube)

La presión sanguínea se expresa de manera que represente los valores de ambos momentos sístole/diástole. Por ejemplo, en adultos jóvenes del género masculino la presión sanguínea promedia el siguiente valor 120/80 donde la presión sistólica es la primera en enunciarse y la que presenta el valor más alto. Si las arterias empiezan a presentar síntomas de enfermedad o degeneración “como perdida de elasticidad o acumulación de agentes obstructores” la presión sanguínea se eleva.

Unas de las mayores presiones sanguíneas que pueden registrarse en los vertebrados pertenecen a las jirafas, promediando un valor de 260/160 al nivel del corazón. Tal presión es necesaria para que la sangre pueda ascender en contra de la gravedad a través del largo cuello del animal. Una vez que la sangre ingresa al corazón, la presión habrá disminuido a 120/70, un valor comparable al de los humanos.

En la mayoría de los vertebrados la presión sanguina disminuye una vez que la sangre deja el corazón.  La baja en la presión se debe a dos factores, la fricción de la sangre con las paredes de la cara interna del vaso sanguíneo y a la perdida de área de los vasos sanguíneos una vez se acercan a los capilares. El flujo que cualquier líquido o fluido a través de un tubo hueco es resistido por la fricción de las partículas del líquido contra la pared del mismo.

El momento de mayor pérdida de presión ocurre en los capilares, los cuales carecen además de tejido elástico, lo que implica que, no solo es el punto de menor presión, si no que este DEBE SER el punto de menor presión, de lo contrario puede ocurrir un derrame de un vaso sanguíneo y ocasionar un infarto localizado. Una vez que la sangre deja los capilares para ingresar a las venas, la sangre sigue con una presión baja o incluso negativa, es decir con una tendencia a devolverse debido a la poca fuerza que posee. Esta tendencia problemática debe ser resuelta por los vasos sanguíneos venosos.


16. Organización del sistema circulatorio

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Antes de comenzar con esta sección, se le aconseja al lector ya haber leído la sección del sistema respiratorio llamada “Relación en entre sistema respiratorio y circulatorio”.

  16.1 Los vasos sanguíneos principales

Los vasos sanguíneos son tan diversos, como los órganos a los que estas suplen con nutrientes. Sin embargo, la diversidad en los cordados, están basadas en modificaciones a un plano general de organización heredado desde el último ancestro común de todos los cordados. Debido a que, generalmente el sistema de vasos sanguíneos se encuentra intensamente modificado en muchos de los organismos tipo que son analizados en la actualidad como animales de referencia, el plano básico solo es visible con claridad en unos pocos cordados, que han retenido un patrón más básico y gener

Figura 16.1. Modelo del sistema circulatorio de los cefalocordados.

Figura 16.2. Modelo del sistema circulatorio de un pez estrictamente acuático.

Como lo mencionamos en temas anteriores, a pesar de que el corazón en sí de los cefalocordados no es homologable al de los demás vertebrados, su sistema circulatorio sí que lo es Figura 16.1, basándose en una arteria aorta donde la sangre fluye hacia los arcos aórticos, donde pasan a la aorta dorsal, donde la sangre avanza desde los arcos a la cola. A lo largo del camino existen múltiples derivaciones que alimentan los diferentes órganos. Este es, en términos generales el plano característico del sistema circulatorio de todos los cordados, excepto en los tunicados.

El sistema circulatorio de un tiburón en comparación con el del cefalocordado no existen grandes modificaciones, y tal vez el más grande desarrollo está en el corazón y en las derivaciones a los nuevos órganos que aparecen en los grupos más recientes de cordados. Por lo general, la sangre que sale del corazón, ingresa a una arteria principal no dividida en su base llamada aorta ventral, y avanza en dirección de la cabeza hasta llegar a la faringe. En este punto, generalmente la aorta ventral genera una serie de derivaciones que forman unos arcos alrededor dela faringe, denominados arcos aórticos, mientras que la última derivación genera las carótidas externas, que se encargan de llevar sangre al cerebro.

Los arcos aórticos, pasan en medio de los arcos branquiales, y en los animales con branquias funcionales, son precisamente estos arcos aórticos los que se expanden, aplanan y forman los capilares generando lo que llamamos branquias. Después de pasar por los arcos branquiales, los arcos aórticos se unen a una arteria principal en la zona dorsal del animal, por lo que se la denomina aorta dorsal. Saliendo de la punta más frontal de la aorta dorsal se genera otro par de arterias carótidas, denominadas carótidas internas, las cuales llevan sangre hacia la cabeza, generalmente penetrando en la cavidad craneana para suplementar al cerebro con sangre. Sin embargo, esta es la excepción, la aorta dorsal por sí misma, en su mayoría lleva sangre desde la zona anterior “cerca a la cabeza” hacia la zona posterior “hacia la cola”. Cerca del nivel del hígado, los dos vasos sanguíneos paralelos de la aorta se unen para formar una sola aorta, la cual distribuye la sangre hacia la parte posterior y eventualmente extendiéndose hasta la cola y la región caudal. A lo largo del camino, la aorta dorsal da nacimiento a una serie de arterias parietales hacia la pared corporal local, así como a una enorme cantidad de arterias principales, generalmente especulares “en parejas simétricas” hacia algunos tejidos y órganos.

El par de arterias subclavas suplen a los apéndices anteriores (aletas frontales o apéndices frontales) y usualmente se originan directamente de la aorta dorsal. El par de arterias iliacas suplen a los apéndices posteriores (aletas pélvicas si las hay, apéndices pélvicos), estas también se derivan directamente de la aorta dorsal. Las arterias genitales (ováricas o espermáticas) llevan sangre hacia los órganos reproductivos. El par de arterias renales suplen de sangre a los riñones, son vasos sanguíneos muy grandes que se derivan de la aorta dorsal. Esto asegura que los riñones reciben sangre muy rápido en el circuito arterial, mientras que la presión sanguínea es aun relativamente alta, un factor en el movimiento de la sangre “hemodinámica” que facilita la labor de filtrado de metabolitos tóxicos.

Típicamente, los vertebrados poseen tres derivaciones de la arteria aorta dorsal que no van en parejas, estas son la arteria celiaca que suple de sangre al hígado, el bazo, el estómago y parte de los intestinos. La arteria mesentérica anterior que suple de sangre a la mayoría del intestino delgado. Y finalmente la arteria mesentérica posterior que suple de sangre al intestino grueso. En los vertebrados actuales que descienden de linajes muy antiguos, la sangre regresa al corazón lo hace por varias venas prominentes.  La vena cardinal común también llamada sinus, es la vena más grande que recibe la sangre retornante de la vena cardinal anterior (precardinal) y de la vena cardinal posterior (postcardinal). Estas drenan las parte anterior (cabeza y tronco) y posterior (cola), respectivamente.

Venas tributarias de los apéndices superiores usualmente descargan en la ven cardinal común por medio de la vena subclava. Las venas de la región lateral del cuerpo, y de los apéndices posteriores también descargan su contenido en la vena cardinal común vía la vena lateral abdominal. El sistema de venas porta, es una ruta vascular que comienza en un sistema capilar y termina en otra red capilar, sin que la vena atraviese en algún momento el corazón branquial (o cualquier corazón). Esta aclaración la hacemos porque los peces sin mandíbula poseen corazones accesorios justo en las venas porta del intestino/hígado diferentes al corazón principal, pero los demás vertebrados no lo poseen.

  16.2 Sistemas portal

La vena porta hepática fluye desde la red capilar del intestino delgado hacia el hígado, y puede o no poseer un corazón accesorio en medio. La función de la vena porta hepática es la de transportar los nutrientes absorbidos por el intestino delgado hacia el hígado, para almacenamiento y procesamiento de muchos productos finales de la digestión.

Figura 16.3. Normalmente las venas y arterias se conectan por un capilar, pero en ocasiones hay dos capilares conectados entre sí, los vasos que conectan a dos capilares sin corazón en medio son portales, los cuales, dependiendo de la estructura misma del vaso serán venosos o arteriales.

  16.3 Sistema portal hepático

La vena porta hepática se forma cuando la arteria que alimenta a los intestinos se transforma en su respectiva vena, esta conecta con los capilares del hígado y posteriormente si avanza hacia el corazón.

Figura 16.4. El sistema portal hepático son venas que fluyen desde los capilares intestinales a los capilares hepáticos sin pasar por un corazón.

Es notorio el fenómeno de disminución de presión al transformarse el vaso sanguíneo en vea, sin embargo, de todos los craneados, solo los más ancestrales como los mixinos o las lampreas poseen un corazón porta que eleva la presión y permite el paso de sangre a través del segundo sistema capilar. La razón por la cual los demás vertebrados no requieren un segundo corazón tal vez se deba a que corazones branquiales son más potentes.

El sistema porta hepático conecta el hígado con todas las superficies donde puede absorberse nutrientes, ya sabemos que yeyuno y el duodeno son las zonas más importantes para este fenómeno, pero, aunque sea leve, en prácticamente cualquier superficie de tracto gastrointestinal puede realizarse absorción de nutrientes.

  16.4 Sistema portal renal

El segundo sistema de venas porta, es la vena porta renal. El sistema de vena porta renal comienza en los capilares de la cola y las extremidades pelvianas, y se reúne en una pareja de venas, las cuales descargan su contenido en los riñones. La función del sistema de venas porta renales no ha sido bien entendido. Sin embargo, debido a que transporta sangre caudal directamente hacia los pulmones, algunos autores han sugerido, que estas venas proveen una ruta directa para el filtrado de desechos metabólicos producidos por el tejido muscular caudal. Otros autores han sugerido que es un mecanismo para disminuir la presión sanguínea de la sangre que regresa del área caudal.

bien la función de filtrado de un riñón ocurre en la zona arterial del circuito y requiere de una alta presión para filtrar, el riñón también requiere de una zona de baja presión para reabsorber ciertos nutrientes y especialmente agua. El sistema de venas porta renal, al disminuir la presión del área venosa, permite dicha zona de baja presión. El sistema de venas porta renal se encuentra presente en todas las clases de vertebrados excepto en los mamíferos. Aunque los mamíferos carecen del sistema de vena porta renal, el riñón mamífero aún posee una zona de baja presión, el cual puede ser la contraparte de los mamíferos al sistema de venas porta de los riñones, el cual permite la recuperación de agua de la orina en formación.

  16.5 Sistema circulatorio menor y mayor

Las modificaciones filogenéticas en este patrón básico de venas y arterias están altamente correlacionadas, con cambios funcionales, y adaptaciones fisiológicas al entorno.  La circulación en un pez estrictamente acuático posee un solo circuito, avanza por el corazón, pasa por las branquias, avanza hacia los capilares y regresa al corazón. Este circuito es el clásico que siempre se enseña, pero en la naturaleza existe una amplia variedad de otros circuitos circulatorios.

Durante la transición desde la vida acuática a la vida terrestre, las branquias dan paso a los pulmones, esto se acompaña con una alteración en una gran cantidad de vasos sanguíneos, primeramente, una derivación de algunos arcos aórticos hacia la vejiga natatoria, y luego, una derivación venosa desde a vejiga natatoria hacia el corazón directamente. El sistema circulatorio de los vertebrados terrestres generalmente posee dos circuitos, el mayor o sistémico homólogo al de los peces solo que sin branquias "generalmente" y el menor o pulmonar.

Figura 16.5. Esquema sobresimplificado de un pez que no es estrictamente acuático, con un corazón lineal.

Figura 16.6. Esquema sobresimplificado de la arquitectura de los corazones y los circuitos circulatorios de peces, anfibios y reptiles. Estos esquemas fueron populares a mediados del siglo XX cuando muchos paleontólogos y fisiólogos aún se apegaban a la teoría ortogenesista de la evolución, la cual planteaba una progresión lineal de estructuras, la realidad es mucho más compleja.

A estas dos derivaciones las conocemos como vena pulmonar y arteria pulmonar. En algunos peces, y en la mayoría de los tetrápodos, las venas cardinales se hacen menos importantes en la recolección de sangre sistémica hacia el corazón. En reemplazo se desarrollan de manera más prominente la vena precava (vena cava posterior) que recupera la sangre de la parte posterior del cuerpo (cola, apéndices inferiores y viseras) y la vena precava (vena cava anterior) que se encarga de drenar la parte anterior del cuerpo (tronco posterior y cabeza).

  16.6 Los vasos sanguíneos venosos

Las venas principales que retornan la sangre hacia el corazón son complejas y altamente variables. En cada uno de los grupos, las venas componen pocos sistemas funcionales que emergen embriológicamente, de lo que parece ser un patrón de desarrollo común. En los vertebrados que poseen un circuito circulatorio doble, uno mayor y otro menor, tenemos un sistema venoso desde el sistema de órganos y tejidos, y otro que regresa de los pulmones. Aun dentro del sistema de venas que regresa de los órganos existen unos subtipos de venas denominados porta, los cuales quedan en medio de dos sistemas capilares. El sistema venoso sistémico representa todos los vasos sanguíneos que al emerger de un capilar regresan al corazón de manera desoxigenada. Este sistema de vasos es el que más se asocia con los colores, llevado a las expresiones algo imprecisas de sangre venosa “desoxigenada” y sangre arterial “oxigenada”, tales expresiones son solo aplicables para los vasos sanguíneos venosos sistémicos, pues como hemos definido y como veremos posteriormente, el sistema circulatorio menor posee un “cambio de colores”.

Temprano durante el desarrollo, existen tres grupos grandes de venas en pareja: las venas vitelinas que lo conectan a las membranas alimentarias; las venas cardinales del cuerpo mismo del embrión; y las venas abdominales laterales de la región pélvica. El par de venas vitelinas están entre los primeros vasos sanguíneos en desarrollarse en el embrión. Emergen desde las membranas embrionarias hacia el embrión en desarrollo. En ese momento giran hacia la parte anterior “hacia la cabeza”, avanzando por las vísceras y luego ingresando al sinus venosus del corazón en desarrollo “y recordamos que el sinus venosus se manifiesta en TODOS los corazones así sea en el embrión”.

El primordio del hígado crece en las venas vitelinas. Los cordones hepáticos se desarrollan de manera asociada a las venas hepáticas como sinusoides hepáticos. Poco a poco con el desarrollo de los sinusoides en el hígado, las secciones de vasos sanguíneos adquieren el nombre de vena hepática. Las venas cardinales concluyen en las venas cardinales anteriores, las cuales drenan sangre desde la región de la cabeza, y las venas cardinales posteriores, que drenan la sangre desde los órganos y los tejidos del resto del cuerpo.

Ambos pares de venas cardinales se unen poco antes de llegar al corazón para formar las cortas venas cardinales comunes, las cuales ingresan al sinus venosus.  Las venas cardinales anteriores consisten en una gran cantidad de vasos sanguíneos que se unen poco a poco desde el cerebro, el cráneo, el cuello, los músculos y la piel. Las venas cardinales posteriores se desarrollan principalmente como vasos sanguíneos de los riñones aun en desarrollo. Las venas abdominales laterales están presentes en peces, pero estas son generalmente absorbidas o no se desarrollan en los tetrápodos. En los peces cada vena se une a la vena iliaca, desde las aletas pelvianas y fluyen hacia delante por las paredes laterales del cuerpo del pez. Al nivel del hombro, las venas iliacas se unen a la vena braquial, y poco después se transforma en la vena subclava, la cual poco después ingresa a la vena cardinal común.

Sin embargo, en los tetrápodos, las venas subclavas regresan de manera independiente al corazón, y las venas laterales abdominales ingresan al hígado. En los anfibios, las venas laterales abdominales se unen en una vena media común, la vena abdominal ventral, la cual fluye a través de la pared del celoma ventral de animal. En los cocodrilos, las aves y los mamíferos, las venas abdominales se encuentran ausentes. Los desarrollos venosos posteriores son mucho más complejos que los vistos en la zona arterial, conllevando al desarrollo de sistemas venosos asimétricos muy complejos. Muchos peces poseen órganos de reparación accesorios, sin embargo, los vasos sanguíneos recientemente oxigenados reingresan a la circulación general antes de ingresar al corazón a través de las venas cardinales. De entre los peces más cercanos a los tetrápodos y los dipnoos, los polipteriformes, a pesar de poseer una derivación pulmonar desde su sexto arco aórtico tal como en los peces pulmonados y los demás tetrápodos, en ellos la vena retornante desde la vejiga natatoria no reingresa directamente al corazón, sino que, también, se une a la vena cardinal común.

Es en los dipnoi donde la vena retornante desde el corazón reingresa directamente al corazón, y no al sinus venosus, si no de manera directa al ventrículo. En los dipnoos que poseen pulmones en pareja, son dos venas las que emergen, las cuales se unen poco antes de ingresar al corazón. Embriológicamente, la vena pulmonar no emerge por la conversión de una vena preexistente. En su lugar una gran cantidad de vasos sanguíneos pequeños se originan de manera independiente para drenar los pequeños bulbos pulmonares embrionarios. Poco después, los vasos sanguíneos se fusionan en las venas pulmonares que ingresan al ventrículo del corazón.


17. Los arcos aórticos en peces

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El numero ancestral de arcos aórticos y arcos branquiales a través de los cuales corren los primeros es materia aun de debate. Algunos peces ostrocodermos poseían 10 pares de arcos branquiales, y presumiblemente una igual cantidad de aórticos. Los ostrocodermos fueron peces sin mandíbulas acorazados, muy relacionados con los placodermos. Actualmente, los parientes vivos más cercaos a ellos son las lampreas y los mixinos, aunque es debatible. El número de pares de arcos aórticos varía mucho en los cordados vivos. Las lampreas poseen 8 arcos, los mixinos poseen 15. Algunas especies de tiburones poseen de 10 a 12.

Figura 17.1. Los peces dipnoi y los peces con vejigas natatorias posen una arteria branquial eferente en el 6 arco "el más lejano a la cabeza" que se divide en dos, una va al órgano respiratorio/flotador y es homólogo a la arteria pulmonar, el otro conecta con el sistema circulatorio sistémico, aunque no aparece en los adultos, embrionalmente también aparece, incluso en los humanos, son tan homólogos que se los denomina con el mismo nombre, ductus arteriosus "ducto arterial".

Sin embargo, solo 6 aparecen de manera rutinaria durante el desarrollo embrionario en la mayoría de los peces con mandíbula “incluyendo en este grupo a los vertebrados terrestres”. De acuerdo con lo anterior, 6 será el número de arcos que usualmente se toma como canónico, debido a la evidencia embrionaria. Por lo general estos se designan mediante numerales romanos.

Figura 17.2. Diagrama muestra los arcos aórticos de una lamprea.

Figura 17.3. Arcos aórticos generales que normalmente permanecen en los peces con mandíbula, se numeran en romano desde el más lejano del corazón I hasta el más cercano al corazón VI.

La variación filogenética entre los arcos aórticos puede ser intrincada. Aunque, la referencia a un patrón básico de 6 arcos es una simplificación bastante útil. Sin embargo, la literatura a cerca del nombramiento de cada arco aórtico es confusa, y cada autor puede ponerle un número diferente a un arco diferente dependiendo de sus gustos. Otros autores insisten en usar números hasta el X, en reconocimiento de que este sea el número de arcos verdaderamente ancestral. Otros abandonan el esfuerzo de adjudicar homologías, ignoran los arcos que se pierden filogenéticamente y simplemente numeran los arcos tal como los encuentran en el adulto “lo que implica que también ignoran los posibles arcos que se generan de manera transitoria durante el desarrollo embrionario”. Sin embargo, en esta serie de artículos hemos tomado, y seguiremos tomando la opinión de Kardong y colaboradores (2012), tomando 6 pares para representar el patrón embrionario básico.

Figura 17.4. Los arcos aórticos de un embrión de tiburón: muestra los primordios de 6 arcos, sin embargo, el arco I no se forma completamente, y en su lugar cierta sección del arco I se conecta al arco II. La zona eferente de los arcos "rojas" se bifurcan alrededor del arco branquial para formar bucles que en el adulto interconectan todas las branquias, llamados canales postremáticos y pretremáticos.

  17.1 Los peces cartilaginosos

Rápidamente después de que la aorta ventral sale del corazón, esta genera una serie de derivaciones, los arcos aórticos, los cuales, al llegar a los arcos branquiales se subdividen generando la red capilar que permite el intercambio de gases. La parte del arco que conecta desde la aorta hasta la branquia se denomina arteria aferente, mientras que la que transporta la sangre desde la red capilar a la arteria dorsal se denomina arterias eferentes. La red capilar, en medio de las arterias, rodean la zona cartilaginosa de las branquias.

Figura 17.5. Los arcos branquiales detallados de un tiburón. Se observa que el canal aferente para el espiráculo no se forma del arco branquial I si no del III. Recalcamos que el embrión posee un arco aórtico II diferenciado, mientras que en el adulto el arco II también se combina parcialmente al arco III a través del bucle tremático.

En los peces cartilaginosos, el primer arco branquial se reduce mucho, pero no se pierde, formando un orificio pequeño, algunas veces redondo, denominado espiráculos. Durante el desarrollo embrionario, la zona ventral del primer arco aórtico, que se esperaría alimenta al primer arco branquial no se desarrolla. Aunque el espiráculo aún mantiene en los adultos una red capilar, esta proviene no de la aorta dorsal, si no de otro arco branquial ya con sangre oxigenada. Por esto se piensa que el espiráculo tiene un rol respiratorio nulo, pero es empleado para alguna función, dada su necesidad de una red capilar propia, tal vez como un órgano sensorial.

Lo anterior implica que en los peces cartilaginosos empieza a existir una tendencia a la perdida de los arcos branquiales frontales. Otro detalle interesante, la arteria coronaria se deriva directamente de los arcos aórticos oxigenados. Los arcos aórticos remanentes (del II al VI) forman derivaciones que finalmente terminan con la formación de bucles, que funcionan como una red capilar entre las branquias. Aunque la arteria carótida externa emerge en el embrión en desarrollo, desde la punta de la aorta ventral, esta se desvía posteriormente a los bucles branquiales, llevando sangre oxigenada finalmente hacia la mandíbula. La arteria carótida interna que suple al cerebro con sangre oxigenada desde el arco branquial II obtiene la sangre desde la arteria branquial eferente.

  17.2 Los peces óseos

La tendencia que se ve en los cartilaginosos también se ve en los peces óseos, donde el primer arco branquial desaparece en la mayoría de las especies completamente, o en algunas formas un espiráculo como en los tiburones. En la mayoría de los peces con órganos de respiración accesorios, la sangre oxigenada obtenida desde estos órganos, ingresa de manera directa a la circulación sistémica venosa antes de llegar al corazón, incrementando los niveles promedio de oxigeno de la sangre que regresa al corazón.

Figura 17.6. En la mayoría de los peces óseos, se forman cuatro pares de arcos aórticos (III, IV, V y VI). Ellos se asocian a las branquias mediante 5 arcos branquiales. En varias especies la primera hendidura de la faringe persiste como un pequeño espiráculo, sin embargo, en la mayoría es solo una estructura juvenil transitoria.

  17.3 Los peces pulmonados

En los peces pulmonados, la sangre oxigenada que sale de los pulmones a través de la vena pulmonar ingresa directamente al ventrículo del corazón. Filogenéticamente, los peces pulmonados serían los exponentes más antiguos de la tendencia a la separación de corrientes sanguíneas, es decir, de la formación de un segundo circuito circulatorio, denominado circulación menor o circulación pulmonar.

Figura 17.7. Arcos aorticos en vista lateral derecha de un pez pulmonado adulto del género Protopterus. En este caso tenemos un estado de respiración branquial, cuando el pez no respira a través de su pulmón, en ese caso posee el esfínter de la vena pulmonar cerrada. En los peces pulmonados, así como ocurre en la mayoría de los peces óseos, la primera hendidura branquial se reduce a un espiráculo sin función respiratoria, o simplemente desaparece sin dejar rastro. Este se encuentra asociado al arco aórtico I, el cual también se encuentra reducido. En el pez pulmonado australiano, Neoceratodus, las 5 hendiduras faríngeas remanentes se abren a branquias completamente funcionales, las cuales son alimentadas por cuatro arcos aórticos (III, IV, V y VI).

Cuando el agua posee poco oxígeno, las branquias no oxigenan la sangre, en tal caso el ducto arterial se cierra y se abre la arteria pulmonar se abre para alimentar los pulmones. En el pez pulmonado africano, Protopterus, la funcionalidad de las branquias se encuentra reducida. Lo formación de los capilares de los arcos III y IV no está presente “lo que implica que las branquias correspondientes no funcionan”. En todos los peces pulmonados, el vaso sanguíneo eferente del arco aórtico (VI) el cual se encuentra más cercano al corazón, genera una derivación denominada arteria pulmonar, pero mantiene su conexión a la aorta dorsal “tal como ocurre con los embriones de los mamíferos”. A esta derivación la denominaremos ducto arterial “ductus arteriosus”.


18. Los arcos aórticos en los vertebrados terrestres

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  18.1 Las salamandras

Como ya vimos en los artículos de los corazones, los anfibios fueron considerados como poseedores de un sistema circulatorio ineficiente, debido a que su ventrículo no cuenta con tabiques y a que solo tienen una arteria, por la cual sale tanto sangre oxigenada como desoxigenada, invitando a la conclusión de que ambos flujos de sangre se mezclaban. No solo eso, de hecho, la anatomía de los arcos branquiales “si ellos también tienen” también invitaba a esta conclusión. En los anfibios como las salamandras los primeros dos arcos branquiales (I y II) desaparecen muy temprano durante el desarrollo embrionario.

Figura 18.1. Arcos aórticos en una vista lateral de un renacuajo de salamandra. Podemos observar que es prácticamente el mismo del de un pez dipnoi. De hecho, los peces alevines de los dipnoi también presentan un pulmón en desarrollo no funcional y branquias externas. Los patrones de los arcos restantes difieren mucho, dependiendo de si hablamos de la etapa de renacuajo, que posee branquias completamente funcionales, o de si hablamos del adulto generalmente con pulmones funcionales (o que depende de la piel o ambos). En la mayoría de los renacuajos de salamandra, los tres siguientes arcos aórticos (III, IV y V) portan branquias externas, mientras que el último arco aórtico (VI) genera directamente la arteria pulmonar. Sin embargo, la biología es la ciencia de las excepciones, y en este caso no es la excepción. En la salamandra neotenica Necturus, en la cual el arco aórtico desaparece, manteniéndose solo su sección dorsal formando la base de la arteria pulmonar.

La sección de la aorta ventral entre los arcos III y IV se transforma en la arteria carótida común, la cual alimenta a la carótida externa y la carótida interna. Los siguientes dos arcos (IV y V), conforman los vasos sanguíneos sistémicos principales que se unen a la aorta dorsal. El arco aórtico final (VI) también se une a la aorta dorsal, su última y corta sección forma el ducto arterial.

Poco antes de unirse a la aorta dorsal, el sexto arco aórtico genera la derivación que genera la arteria pulmonar, la cual a su vez se divide en pequeñas derivaciones que atraviesan la zona baja de la boca, la faringe y el esófago antes de ingresar realmente a los pulmones. En las salamandras sin pulmones, la arteria pulmonar, si esta persiste, se conecta a la piel del cuello y la espalda en lugar de a los pulmones.

  18.2 Anuros “ranas y sapos”

En los anuros (ranas y sapos), el renacuajo posee generalmente branquias internas, las cuales residen en los últimos cuatro arcos aórticos (III, IV, V y VI), y la arteria pulmonar embrionaria es igual al del renacuajo de una salamandra. Durante la metamorfosis, las branquias se pierden completamente, junto con el ducto carótido V. Los arcos aórticos persistentes (III, IV y VI) se expanden para suplir de sangre a la cabeza, el tronco y los circuitos pulmonares respectivamente. El tercer arco aórtico, junto con la sección asociada de la aorta dorsal anterior se transforma en la arteria carótida interna. La porción anterior de la aorta ventral se convierte en la carótida externa.

Figura 18.2. Los arcos aórticos en el adulto son muy diferentes al del renacuajo, comenzando por la pérdida de los capilares branquiales y la activación del pulmón. Se pierde una sección de la aorta dorsal entre los arcos aórticos III y IV llamado ducto carótido. En la mayoría de las especies de salamandras, las branquias externas se pierden durante la metamorfosis, pero los arcos aórticos son retenidos como los principales vasos sanguíneos sistémicos. La sección de la aorta dorsal que conecta los arcos aórticos III y IV, se denomina ducto carótido, usualmente se cierra durante la metamorfosis. Esto fuerza las carótidas llenarse con sangre de una derivación de la aorta ventral.

Figura 18.3. Los arcos aórticos de los anuros en una vista lateral de un anuro "rana o sapo" en su estado adulto. El estado larval o de renacuajo es muy similar al de la salamandra, solo que las branquias internas. La principal novedad con respecto al adulto de la salamandra es que el ducto arterial se desvía ya no conecta a la aorta si no a la piel, recibiendo el nuevo nombre de arteria cutánea.  Las carótidas interna y externa se derivan ambas de la carótida común, la sección de la aorta ventral entre los arcos III y IV. Un cuerpo carótido puede ser encontrado usualmente en la base de la carótida interna. El siguiente arco aórtico expandido es el arco (IV) se une con la aorta dorsal, convirtiéndose en la mayor arteria sistémica que suple al cuerpo. El último arco aórtico (VI) pierde su conexión a la aorta dorsal debido a que el ducto arterial se cierra “algo muy similar a lo que ocurre a un feto humano durante el nacimiento, en el que también su respectivo ducto arterial se cierra”. Sin embargo, a diferencia de los mamíferos, en los anfibios, el ducto arterial no se retrase, en su lugar se desvía transformándose en la cutánea.

Como ya hemos visto, el sexto arco arterial forma una derivación en Y, un lado va hacia la aorta dorsal y la otra hacia el pulmón o vejiga natatoria. Y lo mismo sucede con las ranas, sin embargo, en el adulto la primera derivación va ahora hacia la piel, mientras que la segunda derivación permanece hacia los pulmones, pero su desarrollo e importancia se hace más marcada. El igual que ocurrió con los peces dipnoi, donde existía un tabique parcial en el corazón tanto a la altura de la aurícula y el ventrículo, así como una única arteria de salida, los fisiólogos originales pensaron que el sistema circulatorio de los anfibios era poco eficiente debido a que el ventrículo no estaba tabicado y a que también existía solo una única arteria de salida.

Al haber un solo ventrículo y una única arteria, se concluyó que, las sangres oxigenada y desoxigenada deberían mezclarse de manera obligatoria. Sin embargo, no fue hasta que se realizaron los trabajos de fisiología experimental en los que se demostró que de hecho, la mezcla de sangres es muy poca, y que en su mayoría, los flujos de sangre oxigenada y desoxigenada permanecen independientes gracias a que la aorta posee una serie de pliegues en espiral que separan las sangres; el como el único ventrículo mantiene la independencia de los flujos de sangre es un verdadero misterio, aunque se ha dicho que las trabéculas “pliegues del endocardio en la sección del cono ventricular” juegan un rol importante.

  18.3 Reptiles

Comenzando por los reptiles, pero representado en las aves y los mamíferos, los arcos aórticos empiezan a presentar una tendencia a la asimetría durante el desarrollo hacia el adulto.

Figura 18.4. Los arcos aórticos en una vista lateral de un reptil. La característica principal que observamos es la división de la aorta dorsal en dos arterias de salida, el arco pulmonar que es homólogo al arco aórtico VI, y dos aortas una derecha y otra izquierda. A parte de ellos solo permanecen los arcos aórticos III y IV. La base del arco aórtico izquierdo “derivado de la aorta ventral”, junto con el lado izquierdo del arco aórtico IV y la sección curva de la aorta dorsal en la que continua el flujo de sangre constituyen en conjunto el arco aórtico izquierdo. El arco sistémico derecho comprende los mismos elementos, pero al lado derecho: la base del arco aórtico derecho derivado de la aorta ventral, el lado izquierdo del arco aórtico IV y la sección curva de la aorta dorsal derecha. Los arcos sistémicos se unen detrás del corazón para formar la aorta dorsal común. El arco aórtico derecho tiende a ser el más prominente, principalmente debido a los vasos sanguinos adicionales que este suple.

Los arcos aórticos III, IV y VI persisten en los reptiles, pero la mayoría de los cambios se centran en expansiones y modificaciones en el arco aórtico IV. Tal vez la modificación más significativa el sistema arterial en los reptiles es la subdivisión de la aorta ventral. Durante el desarrollo embrionario, la aorta ventral se divide para formar las bases de tres arterias separadas que salen del corazón. El arco aórtico izquierdo, el arco aórtico derecho (ambos unidos por un puente anatómico llamado Foramen de Panizza), y el tronco pulmonar. El tronco pulmonar incorpora las bases de ambos lados el arco aórtico VI. El tronco pulmonar se une ahora al arco VI, el cual, como de manera tradicional tiene las conexiones a los pulmones en el adulto. De esta manera, los brazos del arco VI se convierten en el arco pulmonar, una arteria en Y conecta al corazón con los dos pulmones.

Por ejemplo, las arterias carótidas, que se originaban de la aorta ventral en los grupos de vertebrados más antiguos, emergen en los reptiles del arco sistémico derecho. La sangre que pasa a través del arco sistémico derecho debe fluir por el cuerpo o ingresar a la carótida para suplir de sangre a la cabeza. En la mayoría de los reptiles, las arterias subclavas se derivan de la aorta dorsal, pero en algunos reptiles, estas se derivan de los arcos sistémicos. Estas modificaciones de los arcos aórticos en los reptiles producen un circuito pulmonar y dos circuitos sistémicos, cada uno surgiendo de manera independiente del corazón.

  18.4 Las aves

En las aves, el arco sistémico derecho se hace predominante temprano durante el desarrollo embrionario, mientras que el izquierdo nunca se desarrolla de manera completa.

Figura 18.5. Las carótidas comunes pueden derivarse del arco sistémico derecho de manera independiente, o emerger como una única arteria carótida y después hacer una derivación en Y. En algunos reptiles, como por ejemplos en las tortugas existe un vaso sanguíneo grande, pero algo corto, denominado arteria braquiocefálica; sin embargo, en las aves sirve como en vaso sanguíneo más importante en la zona anterior en muchas aves. La arteria braquiocefálica también se deriva del arco aórtico derecho. Más allá de esta unión, el arco sistémico se curva posteriormente para suplir con sangre al resto del cuerpo. En las aves, tal como en los reptiles, los arcos pulmonares se forman de la base de ambos lados del arco aórtico VI, y ambos brazos suplen a los pulmones.

Tal como en los reptiles, el arco aórtico derecho surge de la combinación de tres vasos sanguíneos, la base del arco aórtico derecho derivado de la aorta ventral, el lado derecho del arco aórtico IV, y la sección curva de la aorta dorsal. Las carótidas emergen generalmente de los mismos componentes de los arcos aórticos como en los reptiles (el arco aórtico III y partes de la aorta ventral y dorsal), y se derivan del arco aórtico derecho. Sin embargo, el par de arterias suclavas que alimentan las alas emergen de las carótidas internas y no de la aorta dorsal. Las carótidas comunes y las arterias subclavas suplen la cabeza y las extremidades frontales respectivamente.

  18.5 Mamíferos

En los mamíferos, se forman los 6 arcos aórticos canónicos, pero solo tres persisten durante el desarrollo, experimentando modificaciones sucesivas. Al final, estos tres arcos aórticos formaran, las arterias carótidas, el arco pulmonar y el arco sistémico. Las arterías carótidas y las arterias pulmonares son ensambladas de los mismos componentes sobre los cuales se ensamblan sus homólogos en los reptiles. Las carótidas en los mamíferos se forman a partir de ambos lados del arco aórtico III y partes de la aorta ventral y dorsal. El arco pulmonar se forma de las bases de ambos lados del arco aórtico VI “nuevamente la ruta canónica establecida desde los peces pulmonados”.

Figura 18.6. El arco sistémico emerge de manera embrionario únicamente del brazo izquierdo del arco aórtico (IV) y el lado izquierdo de la aorta dorsal, mientras que el lado derecho no se genera. Nuevamente un tema que ya se intuía en los reptiles y las aves “aunque en el otro lado”. De esta manera podemos decir que el sistema circulatorio sistémico en los mamíferos depende solo del lado izquierdo del arco aórtico IV. Las carótidas comunes pueden compartir un origen braquiocefálico o derivarse de manera independiente en diferentes puntos del arco aórtico. Las otras diferencias notables en los mamíferos es la formación de las arterias subclavas. La arteria subclava izquierda emerge del arco sistémico izquierdo. La arteria subclava derecha emerge el brazo derecho del arco aórtico IV, partes de la aorta dorsal derecha y las arterias que crecen de manera adjunta hacia la extremidad derecha.


19. Los corazones

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El corazón es una bomba que se encarga de imprimirle movimiento a la sangre a través de los vasos sanguíneos, especialmente en el lado arterial del sistema circulatorio, pero también le imprime parte del movimiento a la sangre en el lado venoso por aspiración “mediante la creación de una presión de succión cuando la sangre abandona la aurícula o aurículas”. Si el corazón incrementa su ritmo de bombeo, a este estado se lo conoce como taquicardia, y los valores de la presión sanguínea pueden incrementarse hasta 5 veces. Si el ritmo del corazón decrece, a este estado se lo denomina bradicardia, y los valores para la presión sanguínea pueden disminuir marcadamente. Por ejemplo, las tortugas marinas que se sumergen pueden disminuir su potencia cardíaca hasta 1/50 de su valor habitual.

En ciertos animales, el corazón también sirve como un canal que separa a la sangre oxigenada que proviene de los pulmones, de la desoxigenada que proviene de las venas sistémicas, evitando que las sangres se mezclen y disminuya la tensión diferencial, lo que en últimas disminuiría la eficiencia del animal. A diferencia de muchos órganos que vienen en parejas, el corazón es un órgano único que se ubica en la posición que debería tener uno de los lóbulos del pulmón izquierdo. En esta sección nos enfocaremos exclusivamente en los corazones de los vertebrados, aunque hablaremos algo de los corazones de los cefalocordados, y de cómo pudo haber evolucionado desde un ancestro sin corazón.

  19.1¿Qué es un corazón?

La palabra corazón se utiliza para denotar a bombas divididas en recamaras internas que se encargan de impulsar a la sangre circulante a través del circuito circulatorio. Sin embargo, la cuestión en la anatomía comparada no es tan simple, si bien el modelo biológico al cual estamos más acostumbrados somos nosotros mismos, donde solo existe un corazón, en diferentes tipos de vertebrados podemos visualizar la presencia de más bombas. De este modo, y para los propósitos de este escrito, describiremos como corazón a cualquier bomba de sangre dividida en cámaras recubierta con tejido muscular cardíaco. Aun así, también nos encontraremos generalmente con que, el corazón principal al que estamos acostumbrados recibirá la denominación de corazón branquial, aunque el animal no posea branquias, esto se debe a que anatómicamente los corazones se encuentran en la misma zona homologa a la de los peces, donde el corazón está justo antes de las branquias u arcos branquiales no funcionales.

  19.2 El corazón básico de los vertebrados tiene cuatro cámaras en serie

Embriológicamente, el corazón de los vertebrados consiste en cuatro cámaras lineales o en serie, estas cámaras se denominan: sinus venosus, auricula “atrium”, ventrículo y el bulbus cordis. La sangre ingresa de la circulación sistémica sin oxígeno al sinus venosus sin oxígeno, y sale por el bulbus cordis también sin oxígeno a la aorta. Se trata de un corazón con forma de tubo al inicio, y alrededor de este, se posiciona una gran cantidad de tejido muscular cardíaco. Posteriormente y dependiendo de la especie, el tubo sufre modificaciones, giros y enroscamientos que dan lugar a las múltiples fisonomías de los corazones de los vertebrados.

Figura 19.1. Estructura del corazón básico de los vertebrados.

Por lo general, el sinus venosus recoge sangre de dos diferentes tipos de venas, las venas cardinales comunes, que portan la sangre recolectada del sistema circulatorio sistémico, y la vena hepática que regresa del hígado cargada de nutrientes. A pesar de lo anterior, existe una nomenclatura muy laxa a cerca de las cámaras de los corazones de los vertebrados, y de manera clásica solo se denomina cámaras a aquellas divisiones entre las aurículas y los ventrículos, de este modo clásicamente se describe al corazón de los peces como de dos cámaras, aun cuando pueden tener más.

Figura 19.2. El modelo anterior es un esquema simplificado del corazón básico de los vertebrados (SV) , (A) aurícula, (V) ventrículo y (BC) bulbus cordis/conus arteriosus. La sangre fluye de izquierda a derecha desde el sinus venosus hasta el bulbus cordis. Cualquier vaso sánguineo que lleva sangre ingresando al corazón se denomina vena y cualquier vaso que sale se denomina arteria. La estructura que se forma cuando el ventrículo se abre paso en el bulbus cordis adquiere dos diferentes nombres dependiendo del tipo de tejido que rodea a la estructura finalmente, si las paredes poseen musculo cardiaco se denomina cono arterial “conus arteriosus”, mientras que la pared carece de musculo cardiaco. Internamente, cualquiera puede contener varios números de válvulas canales. En los tiburones y parientes, generalmente se encuentra un cono arterial, así como en peces óseos y peces dipnoi. Sin embargo, se encuentra ausente como una cámara diferenciable en los tetrápodos adultos durante si desarrollo embrionario. Algunos peces óseos poseen un bulbo arterial que carece de musculo cardíaco en sus paredes.

Sin embargo, el bulbus cordis es solo una estructura embrional transitoria, cuando se empieza a madurar el ventrículo se abre paso hacia la aorta de manera directa, por lo que el corazón de los peces debería ser denominado como de tres cámaras “sinus venosus, auricula y ventrículo” sin embargo solo se toman dos cámaras “aurícula y ventrículo” para la nomenclatura en muchos libros de texto. Esto se debe a que la nomenclatura de las cámaras fue originalmente tomada con respecto al corazón humano, donde el sinus venosus y el bulbus cordis desaparecen durante el curso del desarrollo embrionario.

👉   Ciclo cardíaco general, diástole auricular y sístole ventricular: Durante el ciclo cardíaco siempre se dan dos movimientos simultáneos en cada mitad del corazón. Durante la diástole auricular se genera un efecto sifón que jala la sangre desde las venas hasta el sinus venosus y la aurícula, estando cerrada la válvula que conduce al ventrículo. Al mismo tiempo el ventrículo y el bulbus cordis realizan su sístole con la cual se empuja la sangre hacia la aorta. En esta fase, la válvula auriculoventricular está cerrada para evitar que la sangre se devuelva a la aurícula y salga toda hacia la aorta.

Figura 19.3. La sístole es la presión y la diástole es la dilatación.

👉   Ciclo cardíaco general, sístole auricular y diástole ventricular: Durante la sístole auricular, las válvulas del sinus venosus se cierran para evitar que la sangre se devuelva a las venas y de este modo fluya completamente a la aurícula y al bulbus cordis. La válvula auriculoventricular se abre debido a la diástole ventricular lo que permite el flujo de la sangre desde la aurícula. En este punto la sangre se mueve por un efecto doble, primero por el empuje de la aurícula y el sinus venosus y segundo por el efecto succión del ventrículo y el bulbus cordis al expandirse.

En el corazón básico, el sinus venosus y la aurícula experimentan la diástole cuando el ventrículo y el bulbus cordis experimentan la sístole en el siguiente paso del ciclo cardíaco, el sinus venosus y la aurícula experimentan la sístole cuando el ventrículo y el bulbus cordis experimentan la diástole. Ambas sístole y diástole le imprimen movimiento a la sangre, la sístole por empuje mecánico mediante una presión positiva, y la diástole mediaste una succión hacia la cámara vacía o presión negativa.

  19.3 ¿Cuántas cámaras tiene un corazón?

En este punto, la confusión puede llegar a ser tremenda, en la tradición escolar en la que me eduque, se nos decía que el corazón de los peces tenía dos cámaras, el de los anfibios tres y el de las aves y mamíferos cuatro, siempre asociando el incremento en la cantidad de cámaras con un mejoramiento hacia la perfección que simbolizábamos los seres humanos.

Figura 19.4. El modelo anterior resalta con claridad este error conceptual, la tradición con la cual me eduqué, donde de manera incorrecta se describe al corazón de los peces como de dos cámaras en serie, cuando en realidad son más. Después fui a la universidad… pero otras personas no, y se quedaron con esa idea. Una de las cuestiones básicas, es que, en anatomía comparada, los ventrículos y las aurículas estarán acompañadas por otras dos cámaras, que pueden estar o no dependiendo del vertebrado que estemos analizando.

De este modo, la tradición de la anatomía comparada (“aunque no nuestra tradición escolar” señala que el corazón básico de los vertebrados posee cuatro cámaras, sinus venosus, aurícula, ventrículo y bulbus cordis “o conus arteriosus, la razón del cambio de nombres de la última cámara la discutiremos luego” (Bourne, 1980; Fange, 1972; Kardong, 2011, 2014; Randall, 1970; Romer & Parsons, 1962).

Figura 19.5. Los modelos anteriores representan corazones de algunos peces de linajes primitivos, "arriba" el de los mixinos y "abajo" el de las lampreas, ambos revelan arquitectura en serie de los corazones de los peces, con cuatro cámaras.

Sin embargo, la asignación del estado de la cámara en muchas ocasiones puede llegar a ser complejo, hasta el punto de tener confusión acerca del conteo de cámaras en una especie dada. Los peces mixinos “cuyo corazón cubriremos en detalle en próximos artículos” posee el corazón de cuatro cámaras básico de los vertebrados en serie y con forma de S. Sin embargo, aunque las primeras tres cámaras, el sinus venosus, la aurícula y el ventrículo son fácilmente señalables (Kardong 2002; Pough et al 2002; Randall 1968) el conus arteriosus puede ser muy rudimentario y difícil de señalar (Wright et al 1984). Por otro lado, las lampreas poseen las cuatro cámaras en serie, todas bien definidas (Fange 1972). Por otra parte, los lagartos de tipo varano, se dice que poseen unos ventrículos septados de tal forma, que se generan cinco cámaras, dos atrios y tres ventrículos (Burggren, 1988; Burggren y Johansen, 1982).

Aunque, en las reconstrucciones tridimensionales de los corazones de los embriones de los ratones muestran un sinus venosus pobremente desarrollado aunque el miocardio jamás forma una autentica cámara (Moorman y Christoffels, 2003b), lo cual indica que solo las dos aurículas y los dos ventrículos son anatómicamente funcionales en los ratones (Christoffels et al 2000). Las dificultades al determinar la identidad de las cámaras cardíacas emergen durante la evolución del corazón de los vertebrados. El sistema circulatorio es uno de los sistemas más flexibles que existen, por lo que alunas cámaras pueden reducirse, otras pueden unirse, otras avanzar borrando del paso a las del frente, dividirse en su interior por tabiques nuevos.

A pesar de ello, eso ha evitado de los anatomistas y fisiólogos comparativos intenten clasificaras de acuerdo a su anatomía (Bourne 1980; Fange 1972; Kardong 2002; Randall 1970; Romer 1962) o a su fisiología (Christoffels et al 2000). Por otro lado, Simões-Costa y colaboradores (2005) los clasifican de acuerdo al tipo de flujo, entrante o saliente de la sangre, y es eso lo que veremos a continuación.

  19.4 La alimentación del corazón y los infartos

Como cualquier otro músculo, o mejor, más que cualquier otro musculo, “ya que el musculo del corazón “miocardio” nunca descansa”, requiere de elevadas cantidades de oxígeno y nutrientes, así como la necesidad de eliminar una enorme cantidad de desechos y dióxido de carbono para soportar su metabolismo, y mantenerlo en movimiento. Si el miocardio llegara a agotarse, se genera una isquemia, que es la muerte de su tejido, lo que provoca arritmias o en últimas un infarto general.

Figura 19.6. La pared interna del miocardio, especialmente la del ventrículo, genera unos conos que se proyectan al interior denominados trabéculas. La textura resultante luce esponjosa.

En muchos peces y en los tetrápodos más primitivos, esta demanda es solucionada mediante un intercambio directo de sustancias entre el miocardio y la sangre que pasa por su lumen “la cavidad interna”. La pared interna del miocardio, especialmente la del ventrículo, genera unos conos que se proyectan al interior denominados trabéculas. La textura resultante luce esponjosa. Las trabéculas "esa cosa esponjosa de adentro" son estructuras que pueden verse en una amplia gama de animales vertebrados, mientras que en los animales más simples apoyan a la alimentación del miocardio, mientras que, en vertebrados superiores o más derivados, evitan el reflujo de sangre hacia las aurículas.

Cuando este proceso se hace inefectivo los animales emplean las arterias coronarias, las cuales atraviesan la pared del corazón, usualmente en la parte más externa del miocardio. Usualmente se encuentran bien desarrolladas en los peces elasmobranquios, los cocodrilos, las aves y los mamíferos, en donde estas suplen la mayor parte de las necesidades del miocardio.

  19.5 La fisiología del corazón, ingreso y salida de sangre

Generalmente, cuando pensamos en el corazón, imaginamos una estructura que funciona toda del mismo modo, como si fuera una sola unidad, al latir imaginamos que todo el corazón se expande al mismo tiempo, y al contraerse, lo imaginamos contraerse todo al mismo tiempo.

Figura 19.7. Arterias coronarias que alimentan al miocardio de manera externa.

Sin embargo, esta aparente simplicidad puede, y es muy engañosa. Esto se debe a que el corazón en realidad es un ensamblaje de elementos diferenciados, los cuales deben hacer dos cosas: recibir “succionar desde las venas” sangre (flujo entrante) y empujar la sangre por las/la arteria(s) (flujo saliente). Esta dicotomía en el funcionamiento del corazón se expresa de muchas formas, a nivel anatómico, fisiológico, de desarrollo y genético. Los compartimentos para el flujo entrante y el flujo saliente son distinguibles el corazón de cámaras lineales de los peces, así como el de los anfibios y amniotas. De este modo, todos incluido el corazón humano, tienen una estructura en forma de S, donde se tienen a las caparas de flujo entrante “sinus venosus y/o aurículas” en un nivel superior al que se encuentran as caparas de flujo saliente “bulbus cordis y/o ventrículos”.

Figura 19.8. Corazón en forma de S de los peces sin mandíbula.

El corazón de la lamprea “Figura 19.8” es un perfecto ejemplo de corazón en S, donde el flujo entrante al mismo tiempo en que rebota "en la imagen contra la pared izquierda de la aurícula  cae, evitando que se dé un reflujo hacia el sinus venosus y a las venas. Esta es una adaptación eminentemente funcional para evitar el reflujo de sangre producto de su choque contra las paredes del corazón, si el corazón fuera lineal de manera perfecta, cuando la sangre chocase contra la pared o la válvula cerrada, debido a la tercera ley de Newton, la sangre rebotaría, creando un reflujo que enviaría sangre de regreso hacia las venas, creando problemas circulatorios. Sin embargo, resulta curioso que las bombas “corazones” de los cefalocordados y urocordados si son lineales (Moller y Philpott 1973), aunque en estos animales, la presión sanguínea es tan baja, que el rebote seria mínimo, por lo que no requerirían la estructura en forma de S.

Todos los corazones de los animales vertebrados "que incluye de momento a los mixinos o hagfish aunque no tienen vertebras" poseen una organización de cámaras por niveles para evitar los reflujos. Tal como nos lo muestra el corazón de un caracol, si las cámaras están de forma lineal perfecta, se crea un contraflujo lineal debido a la tercera ley de Newton.  Para evita esto, los corazones de los vertebrados están en forma de S, lo cual crea una caída natural, cuando la sangre golpea la pared del corazón y rebota, ya no fluye contra la vena de ingreso, sino contra otra pared, pues ya ha caído un poco debido a la gravedad, lo cual evita o reduce el riesgo de contracorrientes que disminuirían la eficiencia del circuito circulatorio.

El movimiento general del corazón también se divide en dos tipos, la diástole, que es la expansión de una cavidad generalmente succiona líquido de una vena, por lo cual es un movimiento que apoya al flujo entrante, mientras que la sístole expulsa la sangre, empujándola hacia otra cavidad o hacia una arteria. La distinción en el desarrollo entre las funciones de flujo entrante y saliente es aparente en los mapas de destino de tejidos, donde las células precursoras ocupan diferentes secciones en el embrión y en el primordio del corazón. Incluso a nivel molecular, existen genes que se activan para uno u otro tipo de flujo, función y estructura (Bruneau 2002; Moorman y Christoffels 2003a; Xavier-Neto et al 2001; Christoffels et al 2000).

Figura 19.9. Vista lateral de los corazones de los vertebrados.

Estos descubrimientos son evidencia persuasiva de que la segmentación del corazón refleja un principio morfogenético subyacente que divide a las bombas circulatorias más avanzadas en unidades especializadas para los flujos saliente y entrante de la sangre. En los vertebrados, este plan morfogenético incluye cambios en la posición relativa de las unidades. Por lo tanto, los corazones de los vertebrados poseen un nivel de sofisticación mecánica que mejora de manera significativa la circulación sanguínea. Usando este criterio (Simoes-Costa 2005) la aparente diversidad de corazones, se vuelve una variación pequeña de un tema repetitivo de unidades de recepción y salida de sangre.

  19.6 Anatomía y fisiología general de los corazones

En los peces las arterias coronarias se derivan arcos que se derivan de las branquias, los cuales cargan sangre recientemente oxigenada. Una vez se da el intercambio de gases a través de los capilares del miocardio, las venas coronarias ingresan en el sinus venosus. En adición a las válvulas conales, el miocardio desarrolla una serie de válvulas entre las cámaras. Las válvulas sinoauriculares se forman entre el sinus venosus y la aurícula u la válvula auriculoventricular se forma entre la aurícula y el ventrículo (es homologa a las válvulas bicúspide y tricúspide de los mamíferos, aves y cocodrilianos).

Figura 19.10. El corazón de los caracoles escargot es lineal y posee el problema teórico que se anticipa si la válvula de salida está al mismo nivel del de la válvula de entrada, la sangre rebota disminuyendo la eficiencia del corazón. En las lampreas y demás vertebrados, este problema se soluciona dejando las válvulas en diferentes niveles cada una, las venosas arriba, la auriculoventricular en medio y la arterial abajo.

Durante el flujo normal de sangre, las válvulas se abren, cuando la cámara experimenta la diástole succionando la sangre a su interior, y se cierran cuando la cámara experimenta la sístole, para evitar el flujo retrogrado de sangre cuando la cámara presiona. A su vez, el corazón yace en una cavidad llamada cavidad de pericardio, la cual está delineada por una membrana de tejido epitelial “el pericardio”. En muchos peces, la cavidad pericárdica yace en un marco de hueso o cartílago, formando un compartimiento semirrígido que mantiene al corazón en su posición. La contracción secuencial de las cámaras del corazón mueve la sangre desde una cámara a la siguiente y finalmente hacia la aorta ventral.

Como ya hablamos en otra oportunidad, la presión de las venas depende de la succión del corazón y de los músculos adyacentes a las venas, así como de las válvulas que evitan que la sangre en las venas se devuelva, esto se debe a que cuando la sangre pasa por los capilares pierde casi la totalidad de la fuerza que le impartió la sístole del ventrículo, y al salir deberá moverse por la succión/diástole de la aurícula y de los músculos adyacentes.

  19.7 Clasificación y nomenclatura de los corazones usada más comúnmente

Las aves y los mamíferos tienen corazones de cuatro cámaras, pero de las cuatro cámaras del corazón básico de los peces, solo dos persisten como los compartimientos de recepción y emisión de sangre, la aurícula y el ventrículo. Por otra parte, el corazón de las aves y los mamíferos funcionan más como dos corazones separados por una membrana. A pesar de que el corazón de las aves y los mamíferos son ambos derivados evolutivos de tetrápodos ancestrales, ellos se desarrollaron de manera independiente de diferentes ancestros, lo que se denomina como evolución paralela.

Filogenéticamente, los anfibios y reptiles vivientes permanecen entre los tetrápodos derivados y los peces, una posición que ha seducido a muchos a creer que estos son ejemplos de intermediarios en lo que debió ser la evolución de los corazones de aves y mamíferos. Aunque ciertamente, la ruta evolutiva de los corazones de las aves y los mamíferos pasó a través de los tetrápodos ancestrales, se debe recordar que los anfibios y reptiles modernos están tan alejados en el tiempo de dichos tetrápodos como los mamíferos y las aves.

Inclusive, la diversidad de los sistemas circulatorios y de los corazones de los anfibios y los reptiles modernos es mucho más grande de lo que aprendemos generalmente en la escuela, para citar dos ejemplos: en los anfibios nos enseñan el corazón tipo de las ranas que es tricameral, sin embargo, no recordamos la advertencia, o no se nos dice que, existen otros corazones en los anfibios, por ejemplo, los del genero de salamandras Siren spp., que es de cuatro cámaras. Otro ejemplo, esta vez en los reptiles, los cuales son generalmente olvidados en nuestras clases de anatomía en el colegio, la diversidad es grande, por ejemplo, los varanos monitores poseen corazones con 5 cámaras.

  19.8 La contracción y el musculo cardíaco

La contracción es una propiedad intrínseca del musculo cardíaco. Las células individuales muestran inclusive una contracción rítmica si son aisladas fuera del cuerpo en un medio de cultivo adecuado. Las células cardíacas tienden a moverse de manera sincronizada, pero la contracción del miocardio completo usualmente comienza para los peces, en una región específica en el sinus venosus/aurícula denominada marcapaso o nódulo sinoauricular, posteriormente disparándose a través de un sistema conductor nervioso a través del ventrículo y otras regiones contráctiles. Adicional al nódulo sinoauricular existe un segundo nódulo denominado auriculoventricular en la pared del corazón.

Figura 19.11. La clasificación y la nomenclatura más usada para los corazones se resume en esta imagen, la cual, a pesar de dar una idea general e introductoria posee tantos errores que harían sonrojar a cualquier anatomista comparativo de vertebrados. Para empezar, se representa al corazón de los peces como de dos cámaras, pasando al anfibio de tres y al mamífero de cuatro, como si hubiera una secuencia evolutiva/platónica de incremento en la cantidad de cámaras, lo cual es totalmente incorrecto. Los peces poseen cuatro cámaras lineales, mientras que los mamíferos las tienen en paralelo "siendo las cuatro de los mamíferos derivadas de solo dos del corazón de los peces". Existen otros errores, pero lo discutiremos en artículos futuros.

En la ventrícula (atrium) izquierda se encuentra el marcapaso natural o nódulo sinoauricular, que es donde se inicia el latido del corazón, los marcapasos artificiales tratan de solventar problemas que pueden surgir en esta área del corazón. El nódulo auriculoventricular consiste en fibras de Purkinje, fibras similares a las neuronales, las cuales realmente son fibras musculares modificadas. Las fibras de Purkinje salen del nódulo auriculoventricular, dividiéndose en racimos izquierdos y derechos, los cuales viajan en el tabique interventricular hasta la punta del corazón, para luego devolverse a través de su respectivo lado del corazón. La velocidad a la cual el corazón late esta inicialmente bajo la influencia del sistema nervioso y el sistema endocrino. El ritmo cardiaco también responde a la velocidad de llenado de la sangre.

Figura 19.12. Anatomía general del corazón de los mamíferos donde se indica por medio de un corte, sus cámaras paralelas (YouTube) (YouTube) (YouTube).

Palpitar normal del corazón, el sonido doble se debe a que la sístole auricular y la sístole ventricular no son eventos simultáneos, se dan de manera rítmica, primero una y luego la otra.

Durante el ejercicio, la cantidad de sangre venosa que regresa al corazón se incrementa en parte debido al incremento de la presión impartida por los músculos “como ya hemos dicho, las venas son independientes a la sístole del corazón, por lo que para que la sangre se mueva dependen de la presión de la diástole que es menor, y por lo tanto dependen de la presión impartida por los músculos”.  Cuando una mayor cantidad de sangre llega al corazón, este se estira, y como si fuera un caucho, esto hace que almacene más energía, por lo que el siguiente latido es mucho más potente. A este fenómeno se le denomina reflejo de Frank-Starling.

  19.9 El corazón de los tunicados

De acuerdo a numerosos estudios, los tunicados son los animales más cercanamente emparentados a los vertebrados terrestres, aunque eso es verdad en términos genéticos. Sin embargo, su curso evolutivo no fue paralelo al de los vertebrados y cefalocordados, en lugar de ello regresaron a un modo de vida sésil en el adulto, aunque ciertas estructuras, como por ejemplo el corazón (Simoes-Costa 2005). Como ya lo mencionamos en una oportunidad anterior, el sistema circulatorio de los tunicados es abierto, el cual consiste en una bomba ventral unida a vasos sanguíneos endoteliales muy extendidos, en realidad la apertura es bastante pequeña en comparación con la extensión de los vasos (Satoh 1994). En los tunicados la bomba “pseudo-corazón” consiste de un tubo con una capa simple de tejido muscular cardiaco rodeado de un celoma y un pericardio. Es un corazón con una sola cámara, sin válvulas internas o una polaridad distintiva (Simoes-Costa 2005).

Figura 19.13. Sistema circulatorio de un tunicado.

El sistema circulatorio de un tunicado es bastante similar al de un cordado, sin embargo, se abre en la vesícula gástrica, lo cual en los cordados es asumido por una red capilar. Por lo demás posee un corazón que se ubica justo antes de los arcos branquiales. A pesar de esta semejanza fundamental, existían otras diferencias que hicieron pensar por muchos años que este corazón no era homólogo al de los cordados, hasta que se encontró evidencia genética de lo opuesto. Sin embargo, en los estadios de desarrollo iniciales existe una distinción del eje dorsal y ventral, y en muchos tunicados la bomba adquiere una forma de V. Una de las habilidades más extrañas del pseudo-corazón de los tunicados es la capacidad de revertir la perístalsis, de modo tal que el flujo de sangre puede revertirse (Simoes-Costa 2005).Por mucho tiempo se pensó que el corazón de los tunicados no era homólogo al corazón de los cefalocordados y craneados debido a esta y otras diferencias anatómicas, sin embargo, análisis genéticos han demostrado que muchos de los genes que regulan la construcción de todos esos órganos son los mismos, lo cual revela su naturaleza fundamentalmente homóloga (Simoes-Costa 2005).

  19.10 El corazón de anfioxos

Filogenéticamente, el corazón probablemente comenzó como un vaso sanguíneo de tipo venoso que se ensanchó en el interior de alguna zona del sistema cardiovascular. Evidencia de esto es que los vasos sanguíneos venosos poseen válvulas de cierre hermético unidireccionales, tal como las que tiene el corazón. Embriológicamente, todos los corazones comienzan como un tubo “homologo a un vaso sanguíneo venoso” sobre el cual se posicionan los primordios del tejido muscular cardíaco que con el tiempo generan el miocardio. En los seres humanos este estadio de tubo se genera cerca de la tercera semana de gestación. En términos comparativos en cierto punto del desarrollo, todos los corazones de los vertebrados son en esencia indistinguibles morfológicamente (Fishman and Chien, 1997). Si nos enfocamos en anfioxos nos encontramos con un caso interesante, ya que este animal posee una gran cantidad de vasos sanguíneos contráctiles.

Figura 19.14. El sistema circulatorio de anfioxos.

Otros autores (Fishman y Chien, 1997; Fishman y Olson, 1997; Moorman y Christoffels, 2003a) han discutido las diferencias entre el corazón de los craneados y la hipotética bomba de sangre del ancestro común de los craneados y cefalocordados “el ancestro común de todos los cordados”. Usando el corazón de anfioxos como una referencia, se pueden identificar novedades evolutivas como la formación de tabiques y válvulas, las cuales dan origen a las cámaras; así como al endocardio, epicardio, circulación coronaria “en esta aun algunos peces como los mixinos no la poseen”, capa interna de endotelio y sistema eléctrico. Ninguna de estas características es observada en anfioxos, por lo cual existe mérito en asumir que, el corazón del ancestro común de todos los cordados tendría un pseudo-corazón muy simple, similar al de anfioxos.

Sin embargo, hay que ser precavidos, el anfioxo moderno ha tenido tanto tiempo para evolucionar como el corazón penta-cameral de un varano o el corazón tetra-cameral de un ave o un mamífero. Debido a varias características del modo de vida del anfioxos moderno como la carencia de aletas “como en paleobranchiostoma”, y una vida sedentaria; además de la carencia de ciertas características que si están presente en los urocordado “tunicados” se puede sugerir que el anfioxos moderno es una forma relativamente derivada y simplificada de los cefalocordados más primitivos y cercanos al ancestro común de todos los cordados (Blieck, 1992; Hirakow, 1985; Kozmik et al., 1999; Mallatt and Chen, 2003; Randall and Davie, 1980; Conway Morris, 2000). Muchas características del sistema circulatorio de anfioxos son rudimentarias. Tales características son compartidas con deuterostomos basales como los gusanos hemicordados y los equinodermos holotúridos, e inclusive protostomos como los anélidos, foronidos lofoforonidos y equiuranidos (Brusca and Brusca, 2003)

La circulación en anfioxos es cerrada, mostrando las siguientes características:

- Vasos sanguíneos ventrales y dorsales

- Canales vasculares agrupados alrededor del intestino “¿porta?” y la faringe “¿branquias?”

- Carencia de una cubierta endotelial continua

- Múltiples vasos sanguíneos engrosados y contráctiles “pseudo-corazones”

Las múltiples bombas de anfioxos no son fácilmente homologables al corazón de los craneados (Carter, 1967; Jefferies, 1986; Moller and Philpott, 1973; Rahr, 1979; Randall and Davie, 1980). Los pseudo-corazones de anfioxos son vasos sanguíneos peristálticos que se encuentran en las venas hepáticas y subintestinales, así como en la arteria endostiliar. Fisiológicamente, todos, uno o ninguno de estos pseudo-corazones es homologo al corazón de los craneados, sin embargo, en esos términos es virtualmente imposible detectar cual es la respuesta verdadera, por lo que solo resta los patrones de expresión genética durante el desarrollo, aquel vaso sanguíneo que comparta los mismos genes y el mismo patrón de desarrollo con el corazón de los craneados será sin lugar a dudas el pseudo-corazón homólogo.

En base a los análisis de Holland y colaboradores (2003) se ha determinado que el vaso sanguíneo que primero se desarrolla es el subintestinal, y que de hecho este le da origen a todos los demás vasos sanguíneos contráctiles que se presentan en la red hepática. Estas evidencias nos indican que probablemente la bomba subintestinal es el homologo al pseudo-corazón de los tunicados y al corazón de los craneados. Otro detalle es la naturaleza del sinus venosus en anfioxos, el cual se coloca en la confluencia de las venas principales “hepática y cardinal”, aunque su estado como una cámara cardíaca es controversial, más aún porque no late (Simoes-Costa et al.  2005). Existe aún mucha controversia sobre la naturaleza del sinus venosus de anfioxos y sobre si realmente es homólogo al de los craneados.

Los análisis del sistema circulatorio de los tunicados y de los cefalocordados indican características comunes también compartidas por los carneados. Todos los cordados colocan su bomba de empuje principal justo antes de los arcos branquiales de modo tal que la sangre que fluye a través de ellos sale empujada hacia las branquias. Sin embargo, en los tunicados, la perístalsis se puede invertir, así que con excepción de ellos, todos los cordados poseen un circuito circulatorio que se extiende por la zona dorsal y la zona ventral, la sangre que fluye por el dorso va desde la cabeza hasta la cola, y la que fluye por el vientre va desde la cola a la cabeza.

Esto contrasta con los anélidos y otros animales semejantes e que la dirección es inversa (Brusca y Brusca, 2003). Aun con la versatilidad en el flujo de sangre, los tunicados se asemejan a los craneados en que su bomba principal se ubica justo en frente de la convergencia de las venas principales y justo detrás de los arcos branquiales. Otra similaridad es que la bomba de sangre principal se encuentra resguardada de una cobertura especial o pericardio (Percy y Potter, 1991; Schmidt-Nielsen, 1990). Aunque, la circulación en los tunicados es abierta más que cerrada.

Aunque la circulación de los cefalocordados es cerrada, y la red de vasos sanguíneos es fácilmente homologable a los vasos sanguíneos principales de los craneados, el problema que enfrentamos es, que el empuje no está centralizado, en lugar de poseer una sola bomba de empuje posterior a la convergencia de las venas principales y anterior a los arcos branquiales, posee una serie de bombas distribuidas principalmente en la red porta/hepática y en la zona intestinal. (Moller y Philpott, 1973; Rahr, 1979). Aun así, basándose en la estructura del cuerpo indica que anfioxos se asemeja mucho a los deutorostomos ancestrales como pikaia (Hirakow, 1985; Rahr, 1981). En resumen, ambos, los tunicados y los cefalocordados poseen ciertos caracteres que se comparten con los craneados y otros que no, pero ninguno representa perfectamente una idea consistente con lo que debería ser el plano original del sistema circulatorio de los vertebrados, aunque, en muchos sentidos son mucho más simples.


20. El pensamiento darwiniano y platónico

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La historia del pensamiento evolutivo ha sido un camina largo y tortuoso, y no es que, después de que la publicación de articulo original de Darwin y Wallace todos los biólogos pasaran de un pensamiento, digamos que no creacionista, pero si evidentemente platónico a un pensamiento evolutivo de corte darwiniano. Ha sido un proceso álgido, lento y gradual; tanto así que muchas afirmaciones que se presentan como darwinistas en realidad son platónicas. Una de esas ideas platónicas disfrazadas de darwinistas, y que influyeron, influyen, y péseme decir, influirán aun por décadas al entendimiento básico del sistema cardiovascular de los vertebrados es la idea de “la perfección”.

La perfección es una idea platónica, al igual que la superioridad; en la escala natura expuesta por platón en el Timeo, en que la variabilidad de la vida se expresa como una escalera, en la que el hombre se encuentra en la punta como la criatura más perfecta, solo siendo excedido por los dioses o por Dios y los ángeles “dependía de la cosmovisión”. De este modo, los animales inmediatamente más parecidos a nosotros descendían ciertos escalones en esta escala natural. De lo anterior se desprendía que los mamíferos eran superiores a las aves, estas a los reptiles, estos a los anfibios, estos a los peces, estos a los invertebrados, estos a las plantas y estos a los minerales. Como siempre una idea fuertemente platónica. En el estudio de los corazones, a mí, y a los estudiantes de mi generación durante el bachiller se nos inculcó esta idea platónica gracias a los libros de texto, donde se decía que el corazón óptimo, el más perfecto, era el corazón de cuatro cámaras de los mamíferos y las aves. El siguiente era el corazón de los reptiles y anfibios con tres cámaras y por ultimo era el corazón de los peces de dos cámaras.

Figura 20.1. La escala natural, expresada por Platón en el Timeo y después abrazada por el cristianismo ha sido una de las ideas más influyentes en el entendimiento de la biología a lo largo de casi más de dos milenios. Peor aún es que su iconografía impregna aun el imaginario colectivo, de hecho, expresiones como "la cúspide de la cadena evolutiva", son en realidad ideas de platónicas y no evolutivas.

Errores por todas partes,

·       los peces tienen más de dos cámaras en sus corazones

·       los anfibios pueden separar sus flujos sanguíneos, debido a la diferencia de densidad de las sangres con y sin oxígeno.

·       solo muestran tres opciones, y la diversidad de los sistemas cardíacos

·       da la falsa impresión de progreso, donde a mas cámaras más "perfecto" es el corazón, una idea platónica que nos cuesta dejar atrás, aun en imágenes tan difundidas como esta.

Más allá del feo descache de representar los corazones como no son “como en los peces” de omitir las ambigüedades “peces pulmonados” o la diversidad “corazón cocodriliano”, detalles del funcionamiento “como en las semi-cámaras del corazón de los lagartos” que es adjudicable a la transposición didáctica, debemos hablar de una tendencia que si afectó a la ciencia real. Y es que muchas afirmaciones que se consagraron darwinistas aun cargaban de un rezago platónico. Para los fisiólogos y anatomistas originales, que aun cargaban con una carga fuertemente platónica, resultó tentador medir el desempeño de los corazones de los vertebrados, en como su sistema cardiovascular se asemejaba a las necesidades del corazón de los mamíferos, que era después de todo el corazón de los humanos, el pináculo de la “evolución” (resaltar que pináculo de la evolución es paradójicamente una idea anti-darwiniana y más bien platónica)

Por ejemplo, los tabiques cardíacos parciales han sido denominados como “incompletos” en comparación a las divisiones anatómicas completas del corazón de los mamíferos. Los corazones y arcos aórticos de vertebrados “inferiores” fueron interpretados como diseños “imperfectos” debido a que el diseño mamífero era considerado óptimo “nuevamente una idea platónica sobre el ideal de pináculo, y perfección”. Tal como hemos visto en artículos anteriores, los peces pulmonados como los anfibios y reptiles no cocodrilianos se pensó originalmente que ocurría una mezcla significativa de sangre oxigenada y desoxigenada. Obviamente una premisa como esa es fácil llegar a la conclusión de que estos animales no podrían sostener actividades metabólicas muy exigentes debido a la disminución de la concentración de oxigeno durante la mezcla de sangre. Ciertamente la mezcla de sangres sería un diseño problemático; sin embargo, el trabajo experimental, tanto en los peces pulmonados como en los reptiles cocodrilianos ha llevado a concluir que eso no sucede en la realidad. Las ideas de evolución y progreso están tan inextricablemente integradas, que pareciera que cuando se critica una se critica la otra, o que si se disiente de una se diciente de la otra. Nada más falso, progreso y evolución no son solo ideas que no se deben mezclar, son de hecho ideas contrarias; el progreso tiene un sentido lineal; la evolución no, su sentido es de una amplificación de diversidad en muchas, muchísimas ramas, especializada en nichos diferentes, pero todas aptas para las condiciones específicas en las que se desarrollan.

Para los que estén familiarizados con la obra de Sagan sabrán que este despreciaba el enfoque platónico del conocimiento, el cual favorece solo las ideas y desprecia la realidad sensible. Este servidor la desprecia aún más por el hecho de que por más que lidiamos su influencia nos alcanza de maneras tan inadvertidas y que peor aún son calificadas de afirmaciones basadas en la teoría de la evolución.   Lo que observamos al revisar el sistema cardíaco de los vertebrados es precisamente esta segunda idea, una idea no progresiva, no lineal; donde cada estructura fisiológica actual es igual de apta a todas las demás que han sobrevivido hasta el día de hoy. Por ejemplo, la desviación cardíaca en los reptiles ayuda a prevenir el edema “perdida de energía y oxígeno, con reingreso del peligroso dióxido de carbono, cuando la sangre completa el circuito circulatorio pulmonar cuando este no contiene oxigeno suficiente” solo es posible gracias a que

·       el corazón no posee el tabique interventricular o

·       los arcos arteriales poseen un punto de contacto. Ambos aspectos que desde el punto de vista de un mamífero son o imperfectos o subdesarrollados.

De lo anterior traducimos, que, ningún corazón moderno debería verse como un intermedio evolutivo, todos han poseído el mismo tiempo para evolucionar, y dada la gran variabilidad del sistema circulatorio resulta muy complejo tratar de señalar los caracteres ancestrales, pero en algunos es posible como el sinus venosus y el bulbus cordis.


21. Sistema circulatorio de los peces agnatostomos

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Los peces abarcan la mayor variabilidad dentro de los vertebrados, después de todo son los más viejos, en consecuencia, poseen la gama más diversa de arquitecturas del sistema circulatorio como vimos en capítulos anteriores. Ahora nos enfocaremos en la estructura de sus corazones, la cual compagina con la diversidad de sus sistemas circulatorios generales.

  21.1 Arquitectura del sistema circulatorio de los peces

La mayoría de los peces que mencionamos aquí posee una arquitectura simple con un solo circuito circulatorio que discurre del corazón a los capilares respiratorios en las branquias, de allí a los capilares sistémicos de los órganos y de allí de regreso al corazón.

Figura 21.1. Los peces estrictamente acuáticos poseen un sistema circulatorio simple, con branquias y capilares sistémicos.

El esquema anterior muera las zonas de intercambio de gases, y principalmente, el hecho de que los corazones de los peces generalmente no lidian con el problema de impulsar sangres con contenido gaseoso diferente, lo cual altera también sus densidades.

  21.2 Mixinos

El corazón de los peces mixinos Figura 21.2 no posee la cuarta válvula por lo cual lo definiremos como un corazón de tres cámaras, sinus venosus que recolecta la sangre venosa, la aurícula en medio y el ventrículo encargado de despedir la sangre hacia la única arteria que está conectada al corazón, la aorta. Sin embargo, su sistema cardiovascular posee ciertas sorpresas. Como todos los corazones de los vertebrados, el corazón de los mixinos permanece en la parte anterior del animal “frente” y dispuesto hacia la zona ventral; está compuesto por un musculo cardiaco “miocardio”, y se encuentra conectado a las venas principales del cuerpo “la vena hepática y la vena cardina” las cuales confluyen en una cámara llamada sinus venosus.

De manera clara incluye tres cámaras en serie, el sinus venosus que recolecta la sangre venosa de la vena hepática y la vena cardinal; luego vienen la aurícula “atrium” y el ventrículo. El bulbus cordis es muy pequeño en estos peces, y existe gran debate si el corazón de estos peces seria tri-cameral asumiendo que el bulbus cordis está completamente reducido, o de si es tetra-cameral. Sin embargo, el consenso actual es que falta la cuarta cámara y por lo tanto el corazón en los mixinos es de tres cámaras en serie.

Figura 21.2. Modelo del corazón de cuatro cámaras lineales.

El circuito circulatorio de un mixino “en detalle Figura 21.3” mostrado de manera muy esquemática las esferas negras son las bombas de sangre, las dos más grandes son corazones con musculo cardíaco y las pequeñas son bombas con musculo liso. El corazón homologo al resto de los peces es el corazón branquial que está justo antes de los arcos branquiales "gills".

Figura 21.3. Los mixinos se caracterizan por poseer más de un corazón.

El sinus venosus tiene conexión a tres venas, dos cardinales que recolectan la sangre de los tejidos sistémicos y una hepática que regresa del hígado con la mayoría de los nutrientes. El flujo de sangre en estos sistemas circulatorios va desde la cola a las branquias en la zona ventral y desde las branquias hacia el resto del sistema en la zona dorsal. Esto quiere decir que cuando la sangre ingresa al corazón en la zona ventral, esta es emitida hacia los arcos branquiales, los cuales conectan los vasos dorsales con los ventrales. No existen redes nerviosas especializadas que accionen el latido del corazón de los mixinos, y, por lo tanto, el movimiento del corazón depende del rebote elástico del corazón cuando se llena de sangre “reflejo de Frank-Starling”, que genera una contracción.

El corazón de la vena porta en los mixinos tiene derecho a denominarse como tal debido a la presencia de musculo cardíaco en sus paredes. Aunque en secciones pasadas describimos al corazón de los cefalocordados como de varias bombas no homologables al corazón de los craneados, en los mixinos también se da el detalle de la presencia de corazones secundarios. De este modo tenemos la presencia de un corazón branquial, el cual es homologo a los demás corazones de los vertebrados, y de corazones accesorios o de bombas de sangre accesorias debido a que “al igual que con los cefalocordados” estas bombas de sangre carecen de un músculo cardíaco. Existente tres tipos de corazones accesorios en los mixinos. Los corazones cardinales que se encuentran en las venas cardinales y que impulsan la sangre resolviendo en parte el problema de la baja presión sanguínea en la zona venosa del circuito circulatorio de los vertebrados.

Los corazones caudales se ubican en la cola y cumplen una función similar a la del corazón cardinal, impulsar a la sangre venosa de baja presión al salir de la red capilar. El corazón porta es especial, esto se debe a que la sangre en el sistema porta atraviesa dos redes capilares la primera al ingresar a los intestinos, allí se generan capilares y la sangre pierde presión, luego la sangre sale de allí por el sistema porta al hígado donde debe pasar por una segunda red capilar. El corazón porta se encuentra entre esas dos redes capilares para incrementar la presión de la vena porta. A diferencia de los demás corazones accesorios, el corazón porta si posee musculo cardíaco, aunque son los mixinos los únicos peces en poseer este órgano entre los vertebrados “aunque los cefalocordados también lo poseen”.

  21.3 Lampreas

El corazón de las lampreas incluye al igual que con las mixinos tres cámaras fácilmente identificables, sinus venosus, aurícula y ventrículo con las mismas funciones y conexiones, pero en contraste con los mixinos su corazón posee estrías en la parte posterior del ventrículo, lo que desemboca en una pequeña “cámara”, lo que recibe el nombre genérico de bulbus cordis en las lampreas posee el nombre especifico de bulbo arterial, lo cual implica precisamente eso, un bulbo en la base de la arteria aorta.

Figura 21.4. Al igual de en los cefalocordados y en los agnatos “sin mandíbulas” como los mixinos, las lampreas poseen un corazón principal y varias bombas de sangre accesorias. Sin embargo, nos enfocaremos en el corazón principal homólogo al resto de los corazones de los vertebrados, el corazón branquial que se encuentra justo antes de los arcos branquiales. En este caso si digo vertebrado, porque a diferencia de lo que ocurre en los cefalocordados y en los mixinos, en las lampreas el notocordio se desarrolla rodeando a la medula, para luego segmentarse en discos que protegen al sistema nervioso conocido como vertebras.

El corazón de las lampreas, a diferencia del corazón de los mixinos, la parte final del ventrículo presenta pliegues que guían la sangre en su curso a la aorta, el desarrollo posterior de estas válvulas es de especial importancia en los peces dipnoi. Las paredes del bulbo arterial carecen de músculo cardíaco pero posee una buena cantidad de fibras de musculo liso organizadas longitudinalmente y circunferencialmente. Válvulas de una sola vía “como las de las venas” separan las cámaras previniendo el flujo retrogrado de sangre, lo cual sumado a la forma en S del corazón hace que el flujo de sangre sea unidireccional idealmente.

Figura 21.5. Corazón en S de las lampreas.


22. Sistema circulatorio de los peces gnatostomos


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 22.1 Cartilaginosos

Los corazones de los condrictios “peces cartilaginosos” y de los teleósteos “peces óseos” poseen cuatro cámaras básicas, el sinus venosus, la aurícula, el ventrículo y el cono arterial/bulbo arterial. Todos con válvulas de un solo sentido como en las venas.

Figura 22.1. Los tiburones no poseen vejigas natatorias, por lo que nos sirven para mostrar la arquitectura de un sistema circulatorio básico de los vertebrados.

Figura 22.2. El corazón en S de los peces óseos estrictamente acuáticos.

Aquí explicaremos cierta nomenclatura confusa, el nombre genérico bulbus cordis lo usamos para referirnos a la cuarta cámara que se ubica de manera posterior al ventrículo, sin embargo, este a su vez recibe nombres específicos diferentes dependiendo de la presencia o ausencia de cierto tipo de tejido muscular en las paredes de la cámara.

Figura 22.3. El ciclo cardíaco de los peces. (a) finaliza la diástole auricular las cámaras se distienden al máximo llenándose la aurícula y el sinus venosus de sangre. (b) sístole auricular y diástole ventricular, la sangre sale de la aurícula y llena el ventrículo. (c) comienza nuevamente la diástole auricular donde el sinus venosus succiona sangre de las venas mientras que la aurícula aún está vacía y también la sístole ventricular con el cerrado de la válvula auriculoventricular. (d) sístole ventricular completa, la sangre sale del ventrículo hacia la aorta mientras que continua la diástole auricular comenzando a llenar la aurícula.

  22.2 Peses óseos no pulmonados

El corazón de los peces óseos no dipnoos, si le pusieron una tarea de dibujar el corazón de un pez, el modelo anterior es probablemente el que usted está buscando, después de todo en la actualidad la mayoría de los peces son óseos con circuitos circulatorios simples.  Si la pared de la cámara posee musculo cardíaco se la denomina cono arterial, y este se contrae junto con el ventrículo durante la sístole para empujar la sangre hacia la aorta, y se expande junto con el ventrículo durante la sístole para capturar sangre desde la aurícula. Si por el contrario la pared posee musculo liso, lo llamamos bulbo arterial y no se contrae. En los conductos encontramos el cono arterial, mientras que en los teleósteos encontramos ambos tipos de cámara, el bulbo arterial y el cono arterial. Ambos corazones poseen pliegues en la parte posterior de sus ventrículos, ya sea en el cono arterial o en el bulbo arterial, muy importantes cuando estamos tratando con peces que poseen mecanismos accesorios de respiración a parte de las branquias. Esto se verá de manera patente tanto en los dipnoos como en los anfibios.

Muchos peces óseos poseen algo llamado vejiga natatoria, lo cual modifica el esquema general del circuito circulatorio además de generar complicaciones a la hora de representar el contenido de gases de la sangre.

Figura 22.4. Arquitectura de un sistema circulatorio de un pez que posee una vejiga natatoria/pulmón en la cual se desvían gases metabólicos según requiera.  Algunos peces han perdido esta capacidad facultativa y han especializado la desviación y la bolsa únicamente como vejiga natatoria o únicamente como pulmón.

En la Figura 22.4 se representa a la vejiga natatoria en su modo de flotador. Muchos peces óseos poseen una derivación desde las branquias hacia una bolsa en la cual hay un flujo reverso de oxígeno desde la sangre hacia el aire contenido en la vejiga aumentando la flotabilidad del animal. El aire puede perderse debido a que esta bolsa de gas se deriva a su vez del sistema digestivo y el aire se puede perder por el tracto digestivo hacia la boca. Sin embargo, algunos peces pueden hacer el truco reverso, el primero es simplemente acercarse a la superficie y tomar bocanadas de aire para no sacrificar el oxígeno que ya corre por sus arterias. En otros el flujo de gases en la vejiga puede ir en retorno, es decir el oxígeno puede ir desde la vejiga hacia la sangre, y de allí al corazón. Este truco solo se usa cuando la sangre que viene de las branquias es pobre en oxígeno debido a un estancamiento del agua, en estos casos en que el agua pierde oxígeno y las branquias dejan de funcionar, poder tomar oxígeno del aire gaseoso es una ventaja evolutiva primordial.


23. Sistema circulatorio en peces pulmonados

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Los peces pulmonados representan una alternativa más especializada de la vejiga natatoria, aunque esta se manifiesta primordialmente en el adulto, Cuando son alevines algunos géneros como Protopterus respiran por branquias externas, las cuales pierden parcialmente a medida que llegan al adulto y sus pulmones maduran. Estos peces literalmente generan pulmones, por lo que el flujo de oxígeno es unidireccional, desde el aire a los pulmones a la sangre.

Figura 23.1. Los peces verdaderamente pulmonados emplean vasos sanguíneos degenerados reclutados desde los arcos branquiales para generar el circuito respiratorio menor a los pulmones. Este proceso es ontogénico y solo madura durante la metamorfosis, a demás las demás branquias se pierden al madurar el pulmón.

El corazón posee una apariencia externa en forma de S semejante a la de los anfibios urodelos “salamandras” (Burggreen y Johansen 1986) el cual tiene tabiques que separan las partes derecha e izquierda, sin embargo, a pesar de la creencia común, el corazón de los dipnoi no tiene cuatro cámaras reales. La septación “la barrera que separa las partes izquierda y derecha de las aurículas y ventrículos” es parcial, y en Neoceratodus las de las aurículas apenas si son visibles.

Figura 23.2. Corazón de Protopterus.

Corazón del pez pulmonado ProtopterusFigura 23.2”, aquí se observan septos o tabiques parciales que separan las aurículas y ventrículos del corazón. Aunque la septación es parcial, funcionalmente cumple su propósito de mantener las corrientes de sangre oxigenada y desoxigenada separadas entre sí. En los anfibios, la separación del atrio se hace permanente y las de los ventrículos desparecen. (Hirakow 1971). Las separaciones de los lados derecho e izquierdo de las aurículas y ventrículos llamadas septos son una estructura bastante flexible, por ejemplo, el septum (separación, o tabique) del ventrículo de Neoceratodus es mucho menos notoria que en Protopterus (Burggreen y Johansen 1986).

La mayoría de los anfibios posee un corazón de tres cámaras “Figura 23.3”, en la que está presente el tabique del atrio (aurícula), pero no del ventrículo. Podría pensarse que se trata de un retroceso hacia el "ideal" cuatro cámaras completamente separadas de los amniotas, pero más bien se trata de una rama paralela al corazón de cuatro cámaras, de hecho, existen anfibios cuyo corazón se asemeja más al de los dipnoi con cuatro cámaras parcialmente separadas.

Figura 23.3. El corazón de los anfibios.

En otras palabras, la antigua visión de progreso de corazones de dos cámaras (peces) a tres cámaras (anfibios) a cuatro cámaras (amniotes) es solo un producto de nuestra vieja tendencia a pensar en la evolución de manea lineal donde también confunden el proceso evolutivo con progreso. Sin embargo, antes de hacer un argumento, vale la pena mencionar a otro integrante de esta historia, aunque es un anfibio, se llama Siren lacertina. S lacertina se diferencia de otros anfibios en que posee una septación parcial tanto en ventrículo como en aurícula (Putnam, 1977), ergo, no todos los anfibios tienen tres cámaras en sus corazones, y, es más, podemos establecer que el carácter de tres cámaras en una rama paralela del proceso evolutivo que conllevó al corazón totalmente septado de los amniotes (reptiles modernos, aves y mamíferos).

El corazón de los dipnoos pose cuatro cámaras principales, típicas de un pez teleósteo Figura 23.2, un sinus venosus relativamente empequeñecido que recibe sangre desoxigenada de la vena cardinal y la vena hepática, una aurícula que posee ahora una nueva conexión a la vena pulmonar, la aurícula, el cono arterial el cual posee una adaptación interesante que comparte con los anfibios no sirénidos el cual desemboca en una única arteria, la aorta. A pesar de que los tabiques interauriculares e inter ventriculares no son completos, resulta notable que la sangre desoxigenada tiende a fluir por el lado izquierdo mientras que la oxigenada por el lado derecho sin mezclarse en el corazón.

El corazón de un pez pulmonado se caracteriza por la presencia de tabiques parciales que separan los lados derecho e izquierdo de su corazón.  Ahora sin embargo, la anatomía del corazón de los dipnoi posee un detalle aparentemente molesto, solo tiene una condenada arteria de salida Figura 23.2, lo que implicaría que a pesar de la separación de la sangre en el corazón gracias a los tabiques parciales, esta se perdería al mezclarse la sangre  en el cono arterial y en la aorta. La válvula espiral, una serie de pliegues en el cono arterial, ayuda a mantener la separación de los tipos de sangre por lo menos hasta llegar a los primeros arcos branquiales, donde la sangre ya oxigenada tendera a tomar arcos diferentes a la desoxigenada. Las válvulas espirales son derivaciones especializadas de las válvulas canales encontradas ya en el corazón de peces sin mandíbula como las lampreas, y consisten en dos pliegues del endocardio ambos pliegues quedan opuestos y de frente, pero no se tocan, es decir no forman un tabique.

Figura 23.4. Neoceratodus posee branquias y pulmones en el adulto, por lo que este tipo de sistema circulatorio emplea simultáneamente dos órganos respiratorios.

El cono arterial posee una rotación interna de 270° los cuales hacen desembocar a los pliegues en una espiral doble en la zona del lumen. Debido a que el cono arterial se encuentra de manera directa al ventrículo, la sangre oxigenada tiende a entrar por el canal en espiral izquierdo, mientras que la desoxigenada tiende a entrar por el canal espiral derecho. Lo interesante del mecanismo es que aun cuando ambos flujos ingresan a la aorta, la separación parcial es suficiente para enfocar a los tipos de sangre en arcos branquiales diferentes previniendo así la mezcla de la sangre, y por lo tanto manteniendo un sistema circulatorio eficiente con pulmones y branquias funcionando en paralelo.

Figura 23.5. En peces como Protopterus los dos órganos ventilatorios no funcionan al tiempo, los alevines emplean branquias externas, y sin pulmones desarrollados su circuito circulatorio es semejante al de peces como tiburones, pero a medida que el pulmón madura y su sistema de vasos sanguíneos crece este va asumiendo las funciones de las branquias que se van perdiendo.

Cuando un pez pulmonado llega a la superficie para “chupar aire” en sus pulmones, e flujo de sangre a los pulmones se incrementa. Cuando esta sangre oxigenada regresa al corazón y sale por la aorta tiende a entra a los arcos branquiales III y IV, los cuales carecen de branquias, fluyendo de manera directa a la aorta dorsal, y de allí al sistema circulatorio sistémico. La sangre desoxigenada que regresa de la vena hepática y la vena cardinal y pasa por el corazón, tiende a entrar a los arcos branquiales V y VI, los cuales poseen tanto branquias como derivaciones a los pulmones. Si se van a los pulmones completan un circuito circulatorio menor, pero si siguen por las branquias desembocan en la aorta dorsal al sistema circulatorio sistémico. A pesar de la perdida de las branquias de los arcos branquiales II y IV los dipnoos pueden respirar bastante bien con las branquias restantes sin necesidad de recurrir a sus pulmones mientras que el agua se encuentre adecuadamente oxigenada. Sin embargo, cuando los niveles de oxígeno disminuyen, la difusión de este gas a las branquias declina significativamente, pero el aire posee una buena cantidad de oxígeno, en ese caso el pez chupa aire atmosférico lo cual provoca que la sangre de los arcos V y VI dirija su sangre hacia los pulmones y no hacia la aorta dorsal. La pérdida de las branquias de los arcos III y IV posee un significado adaptativo, pues si permanecieran, la sangre oxigenada de los pulmones podría perder su oxigeno con respecto al agua debido al gradiente de concentración, (en ese caso la sangre portaría más oxigeno que el agua y el flujo por transporte pasivo siempre tiende a igualar las concentraciones).

Figura 23.6. Tanto en los teleósteos con vejigas natatorias como en los dipnoi tenemos 6 arcos branquiales, se enumeran del I al VI, donde el I "no mostrada en ambas imágenes" es el más cercano a la cabeza mientras que el VI el más cercano al corazón. En los teleósteos con vejiga natatoria, todos los 5 arcos poseen branquias funcionales.  Las branquias V y VI en ambos tipos de peces poseen derivaciones ya sea a la vejiga natatoria o a los pulmones, sin embargo, en los teleósteos todos los arcos tienen branquias funcionales, (Gill), mientras que en los dipnoos las branquias III y IV ya no existen, permitiendo que la sangre oxigenada pase de largo hacia la aorta dorsal.  

Por otra parte, así como existen diferencias en la extensión de los tabiques que separan los lados de los corazones entre los diferentes peces pulmonados, así también hay diferencias en la funcionalidad de pulmones y branquias El pez pulmonado australiano por ejemplo posee pulmones poco desarrollados con respecto a sus branquias, por lo que depende más de la respiración branquial que de la pulmonar. El pez pulmonado africano es el inverso, dependiendo más de la respiración pulmonar que de la branquial. Por lo anterior, recalco, la sangre en los peces pulmonados no se mezcla a pesar de tener una sola aorta.


24. Sistema circulatorio de los anfibios

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Bueno, antes de empezar con asuntos de anatomía y fisiología debemos aclarar algunos conceptos básicos. Por alguna razón la gente confunde el corazón tipo que se enseña en un curso de biología básico con un corazón platónico, ideal que deben tener todos los seres vivos que tienen esa misma descripción. Tal fenómeno ocurre con el corazón de los anfibios. Sin embargo los anfibios pueden presentar dos tipos de corazones, el corazón simplificado tipológico que describiremos con detalle y que se denomina de tres cámaras debido a la desaparición del tabique ventricular, y el segundo encontrado principalmente en el género Siren que es de cuatro cámaras, el cual es más cercano a la forma ancestral que conectaría a los ancestros de los peces pulmonados con tabiques parciales pero con cuatro cámaras al fin y al cabo, los anfibios  con corazones de cuatro cámaras parciales o totales y el corazón de los reptiles cocodrileanos con cuatro cámaras  bien formadas. Debido a que el funcionamiento del sistema y el corazón de Siren es similar en principio al de los corazones de los peces pulmonados, nos enfocaremos en lo siguiente al corazón de tres cámaras más común de los anfibios.

  24.1 Anatomía y fisiología

Por mucho tiempo, especialmente entre los libros de biología básica escolar "y yo crecí con ellos" se transmitió la idea arcaica y errada que la sangre de mezclaba en el ventrículo, sin embargo, esa idea es falsa.

Figura 24.1. Vista simplificada del sistema circulatorio de los anfibios.

Al igual que en los dipnoos, la sangre que entra en el cono arterial aún está separada en corriente desoxigenada y corriente oxigenada.  Por alguna razón la gente confunde el corazón tipo que se enseña en un curso de biología básico con un corazón platónico, ideal que deben tener todos los seres vivos que tienen esa misma descripción. Tal fenómeno ocurre con el corazón de los anfibios. El corazón tipo que comúnmente se enseña “y que describiremos en detalle a continuación” es un corazón cuyo ventrículo no posee tabiques, pero el ventrículo si, tradicionalmente se le denomina corazón de tres cámaras.

Figura 24.2. El corazón de los anfibios muestra una mezcla de las cámaras lineales o en S de los peces y la separación de los flujos de sangre, esta separación es mucho más marcada en el género Siren spp., que si tiene tabiques separadores.

Esta representación en forma de S es algo engañosa Figura 24.2, aunque nos permite ver las 5 cámaras que tiene el corazón de un anuro, sinus venosus, dos aurículas, un ventrículo y un cono arterial. Si señores, no es un corazón de tres cámaras. Por otro lado, en otras representaciones más realistas, el cono arterial y la aorta se elevan tocando la pared externa de los ventrículos como su dejáramos colgando al corazón desde todos los vasos sanguíneos, lo cual deja al ventrículo como ápice inferior. Este esquema no muestra las trabéculas. El problema es que ese corazón pertenece solo a un grupo de anfibios modernos los anuros “sin colas” o ranas, sapos y afines. Por esto recalco, en esta sección hablaremos del corazón de sapos y ranas y no del corazón de las salamandras. ¿Por qué hacer esta aclaración?, simplemente porque no todos los anfibios tienen corazón de rana.

Los anfibios confían para su intercambio de gases con el medio externo en una diversidad de mecanismos al igual que los peces teleósteos, pudiendo realizar la ventilación completamente por la piel (Salamandras plethodontidas), en branquias (la mayoría de los renacuajos y en el adulto del axolote), o en pulmones (la mayoría de ranas, sapos y salamandras hasta cierto grado).  Debido a la diversidad de fuentes de sangre oxigenada y desoxigenada, la forma de los corazones varia.

Generalmente, en los anfibios con pulmones funcionales el corazón se compone por un sinus venosus; la aurícula tabicada conectada a una vena pulmonar; el ventrículo que carece de tabiques; y un cono arterial similar al de los peces pulmonados, el cual presenta una serie de pliegues que mantiene la separación “válvula espiral” entre la sangre oxigenada y desoxigenada. Excepto por las salamandras del genero Siren spp., los anuros son únicos con respecto al resto vertebrados con respiración pulmonar, ya que aún los dipnoos poseen tabiques en el ventrículo para separar las corrientes de sangre oxigenada y desoxigenada.

Las válvulas semilunares se encuentran en la base del cono evitando que exista un flujo de sangre retrogrado durante la diástole ventricular.  Al igual que ocurre con los dipnoi, posterior a la válvula semilunar y en el interior del cono arterial se encuentran una serie de pliegues que giran a medida que avanzan formando una espiral doble, que separa los flujos de sangre. A pesar de que en los adultos de los anfibios hablar de arcos branquiales es algo complejo, el proceso es algo similar al que sucede en los dipnoos, la sangre que va separada por la espiral toma arcos diferentes, ya sea para los pulmones o para el sistema. Los arcos por donde se va la sangre sin oxígeno serian homólogos a la arteria pulmonar, mientras que los arcos que van al sistema serian homólogos a las derivaciones de la aorta. Todo muy bien y homologo entre dipnoos anfibios y cocodrilianos, pero hay un detalle, ¿Cómo es que un ventrículo no tabicado puede mantener los flujos de sangre separados?

Figura 24.3. Una representación más realista del corazón de los anuros, con el ventrículo como cono inferior y todos los vasos sanguíneos en la parte superior como las puntas de una corona. El cono arterial forma la base de la cual se desprende la arteria pulmonar y la aorta. Interesante es que, en esta vista, el sinus venosus queda atrás de toda la imagen, y por eso nunca lo vemos en las imágenes clásicas de corazones. Tal como lo hemos mencionado en otros artículos, existe diversidad en la morfología y fisiología de los corazones de los anfibios, el mejor ejemplo es el género de salamandras Siren, las cuales poseen tanto ventrículo como aurícula completamente tabicados recordando al corazón de cuatro cámaras de los reptiles cocodrilianos.

Tal habilidad es sin duda algo sorprendente, más aún cuando los fisiólogos y anatomistas originales pensaban que las sangres se mezclaban, cosa que se ha demostrado como falsa. Aunque aún sigue siendo un problema peliagudo en fisiología animal, se ha hipotetizado que las trabéculas del ventrículo sirven como almacenes para un tipo de sangre, mientras que el otro llena el centro del corazón, y de esta manera el ventrículo mantiene separados ambos flujos, aunque esto solo funcionaria si, los dos tipos de sangre tienen propiedades tan diferentes que fluyen de manera separada aun cuando entran en contacto.

  24.2 Efecto de la metamorfosis en el sistema circulatorio de los anfibios

Sistema circulatorio anterior de un renacuajo de salamandra Figura 24.4-A, es muy similar al de los dipnoos en cuanto a la presencia de arcos branquiales funcionales mezclados con arcos branquiales sin branquias. En todo caso se observa claramente cómo, la arteria pulmonar (Pa) es un resultado evolutivo de un arco branquial con una derivación a los pulmones.  El sistema circulatorio anterior de una salamandra adulta Figura 24.4-B, se observa la perdida de las branquias en los arcos, dejando entonces como arterias sistémicas. La arteria pulmonar sigue siendo una derivación del arco VI que también está conectado a la aorta dorsal (Da).

Figura 24.4. La metamorfosis altera radicalmente la anatomía del sistema circulatorio sobre la marcha estos procesos se dan mientras el individuo está activo y luchando por su existencia. En A tenemos un renacuajo de salamandra, en el cual no se ha completado el circuito circulatorio menor, el pulmón no está conectado al corazón, en B podemos ver que después de la metamorfosis el circuito se completa. En C tenemos el sistema circulatorio de una rana adulta. Otro aspecto importante es que la metamorfosis provoca la degeneración de la mayoría de los arcos branquiales y sus vasos sanguíneos, excepto aquellos reclutados en la circulación del adulto.

Sistema circulatorio anterior de un una rana Figura 24.4-C, al igual que en las salamandras, desaparecen las branquias de los arcos, pero en este caso el arco VI no se conecta a la aorta dorsal (Da) si no que posee una derivación a la piel (Pc) a parte de la derivación a la arteria pulmonar (Pa). En resumen, a pesar de que hay un solo ventrículo los flujos de sangre no se mezclan y tienden a ingresar secciones diferentes del cono arterial. La razón de ello aún permanece en debate, pero se cree que las trabéculas "pliegues en el borde inferior del ventrículo" juegan un papel importante. 


25. Sistema circulatorio de los reptiles no cocodrileanos

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Los reptiles se caracterizan por haber evolucionado originalmente para sobrevivir en ambientes más puramente terrestres, por lo cual presentan adaptaciones más relacionadas con la respiración de aire atmosférico que los anfibios. El corazón de los anfibios tiene una capacidad para soportar un mayor volumen de sangre, así como para generar una mayor presión sanguínea. Lo anterior les permite a los reptiles poseer metabolismos más poderosos que sustentan estilos de vida más activos. A medida que la variabilidad de los corazones ha empezado a entenderse de una mejor manera, la antigua visión antropocentrista de ver a los corazones reptilianos como incompletos con respecto al corazón de los mamíferos como una noción falsa. Tal como establece la moderna Teoría Sintética de la Evolución, todo ser vivo que ha sobrevivido hasta la actualidad se debe considerar como totalmente evolucionado.

Lo anterior también posee implicaciones sobre el anticuado concepto de fósil viviente, puede que algunos seres vivos posean caracteres ancestrales, pero eso no implica que toda su fisiología sea ancestral, aun cuando posean algunos caracteres que se han conservado evolutivamente, generalmente, poseen otros caracteres que han cambiado o se han diversificado a lo largo de las eras geológicas. Aun así, por cuestiones de espacio o tiempo, los dos corazones que se han enseñado de manera clásica en los reptiles son el corazón de los quelonios y el corazón de los reptiles cocodrilianos, aunque también veremos algo del corazón de los varanos.

  25.1 El corazón de las tortugas y lagartijas

En estos reptiles, el sinus venosus está reducido en comparación con el presente en los anfibios, pero aún sigue siendo una cámara conspicua y retiene la función de recibir la sangre de las principales venas retornantes del sistema y del hígado. Al igual que en los peces, el marca-pasos se encuentra posicionado en el sinus venosus, por lo que es en esta cámara en la que se origina el latido. La aurícula se encuentra completamente dividida por un tabique grueso en dos lados, derecho e izquierdo, mientras que unas válvulas prominentes homólogas a las válvulas bicúspide y tricúspide, encargadas de evitar el flujo retrogrado de sangre desde el ventrículo. Sin embargo, entre los amniotas empieza a verse una característica general y es la reducción se ciertas cámaras.

Estrictamente hablando, el ventrículo posee una sola cámara verdadera, y así es como se representa en los esquemas básicos, dando la impresión de que es un corazón similar al de los anfibios, pero desde luego esta es una visión algo simplista de la realidad. El ventrículo en realidad posee tres compartimentos interconectados, la razón por la cual no los denominamos cámaras reales es la ausencia de válvulas entre las conexiones. Estos tres compartimientos se denominan cavum venosum “cavidad venosa”, cavum pulmonale “cavidad pulmonar” ambos conectados por un tabique muscular con la abertura apropiada; y el cavum arteriusum “cavidad arterial”. La cavidad arterial está conectada a la cavidad venosa por el canal interventricular. Si consideráramos a las cavidades del ventrículo como cámaras reales, y contando al sinus venosus, el corazón de estos reptiles seria de seis cámaras. El ciclo cardíaco es algo complejo de explicar visualizando la imagen real del corazón, por lo que utilizaremos un esquema para poder conceptualizarlo más fácilmente.

Figura 25.1. Figura relativamente precisa del corazón de una tortuga, debido a que la cavidad pulmonar taparía a la cavidad arterial en este punto de vista, hay dos imágenes, la de arriba muestra la cavidad pulmonar, y la de abajo la cavidad arterial.  En el corazón de este tipo el cono arteria ancestral de los anfibios y peces teleósteos solo aparece como una estructura transitoria durante el desarrollo embrional, rápidamente dividiéndose hasta la base, formando la base del tronco arterial, finalmente genera la base de tres arterias principales, la arteria pulmonar y las arterias sistémicas derecha e izquierda. La forma en que las arterias salientes de la corona del corazón se conectan al resto del sistema circulatorio de la parte posterior del animal varía mucho, dependiendo del tipo de reptil.

En primera instancia, debemos entender que los reptiles al carecer de branquias deben tener adaptaciones especiales si desean sumergirse. Eso lo logran alterando el funcionamiento de sus corazones, por lo que diferenciaremos la fisiología del corazón en el modo normal que describiremos en el presente artículo, y el modo de desviación o modo de inmersión que describiremos en el siguiente artículo.

Figura 25.2. Modelo simplificado del corazón de tortugas y lagartijas.

  25.2 Modo normal

Durante el modo normal, el corazón funciona en paralelo, la sangre llega al sinus venosus y a la aurícula derecha por medio de la diástole ventricular, al mismo tiempo se llena la aurícula derecha por el mismo movimiento.

Figura 25.3. Ciclo cardíaco normal o de superficie.

De las auriculas la sangre pasa al único ventrículo, pero no se mezclan, ya que el ventrículo este compartimentado, la sangre venosa ingresa a la cavidad venosa, mientras que la sangre arterial ingresa a la cavidad arterial en espera.  Durante la diástole auricular la sangre es expulsada al ventrículo y aquí es donde la cosa se nos complica. Lo que va a diferenciar los modos del corazón es la fuerza con la que late un lado del ventrículo con respecto a la otra, esto hará que la sangre desoxigenada siga dos rutas diferentes. Durante el modo normal, la sangre desoxigenada llena la cavidad venosa, mientras que la sangre oxigenada llena la cavidad arterial. Este es el primer paso.

La sangre venosa pasa a la cavidad pulmonar y de allí a la arteria pulmonar. La sangre arterial llena entonces la cavidad venosa donde antes estaba la sangre venosa, y de allí es enviada a las arterias sistémicas.  El corazón late de modo tal que, manda la sangre desoxigenada a la cavidad pulmonar, mientras que la sangre oxigenada llena la cavidad venosa. Desde allí la sangre desoxigenada es enviada por la arteria pulmonar, mientras que la sangre oxigenada es enviada por los arcos sistémicos al resto del cuerpo. Nuevamente, LA SANGRE NO SE MEZCLA.

  25.3 Modo de inmersión

La desviación sanguínea es un fenómeno fisiológico que caracteriza a los reptiles con vidas acuáticas muy marcadas como las tortugas. Cuando una tortuga se sumerge, su sistema circulatorio entra en un estrés directo, ya que los pulmones no pueden realizar intercambio de gases con el agua. Cuando los pulmones se ven incapacitados para realizar intercambio de gases, la presión parcial de oxígeno en su interior disminuye rápidamente hasta igualar la presión parcial en el sistema circulatorio, por lo que, en tal momento, es de poca utilidad para una tortuga hacer que su sangre circule por todo el circuito circulatorio menor. Al mismo tiempo, si utiliza toda la sangre para fluir únicamente por el circuito sistémico puede remover más eficientemente los metabolitos tóxicos como el dióxido de carbono generados por las operaciones metabólicas normales, lo cual alarga el tiempo en que su fisiología puede operar sin una fuente de oxigeno rica. Para lograr este objetivo, las tortugas pueden realizar la desviación de izquierda a derecha, en la cual la sangre no circula por el circuito circulatorio menor de los pulmones. 

Figura 25.4. Ciclo circulatorio durante la inmersión en el agua.

Durante el modo normal, la sangre desoxigenada ingresa por las venas al sinus venosus, luego pasa a la aurícula e ingresa posteriormente al ventrículo. En el ventrículo pasa por la cavidad venosa y luego a la cavidad pulmonar, desde donde es enviada por la arteria pulmonar a los pulmones.  El circuito menor se completa cuando la sangre regresa de los pulmones por la vena pulmonar a la aurícula izquierda, de allí para al ventrículo. En el ventrículo ingresa a la cavidad arterial, y de allí a la cavidad venosa después de que esta se vacía de sangre desoxigenada. Una vez en la cavidad venosa, la sangre oxigenada es enviada a las arterias sistémicas y de allí al resto del cuerpo.

Durante el modo inmersión hay una alteración en la ruta de la sangre. Todo es igual desde la entrada al sinus venosus hasta que la sangre llega al ventrículo. Pero la diferencia está en la ruta interna del ventrículo. En este caso cuando la sangre se encuentra en la cavidad venosa, en lugar de ser enviada a la cavidad pulmonar, es enviada directamente a las arterias sistémicas, cosa posible ya que la cavidad venosa está conectada a las arterias sistémicas. 


26. Sistema circulatorio de los reptiles cocodrileanos

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El corazón de los reptiles cocodrilianos es realmente interesante al presentar una mezcla de caracteres, entre el corazón de los demás reptiles; y el corazón de aves y mamíferos.  Al igual que sucede en los demás reptiles, el cono arterial forma la base de tres arterias “estilo reptil” y no dos “estilo aves y mamíferos”. La base de las arterias está custodiada por válvulas lunares, tal como ocurre en la mayoría de los vertebrados. Como siempre las válvulas permiten el flujo de sangre solo en una dirección. El sinus venosus aún se encuentra presente, aunque más reducido aun, su función se mantiene como la primera cámara en recibir la sangre proveniente de las venas sistémicas.

Figura 26.1. Modelo del corazón de un reptil cocodrileano.

Las aurículas y los ventrículos sin embargo se asemejan más a los corazones de las aves y mamíferos, en el sentido de estar completamente divididos en tabiques; lo cual separa a la aurícula en dos cámaras fisiológicamente independientes, la aurícula derecha e izquierda. Lo mismo sucede con el ventrículo, que a diferencia de los demás reptiles también se subdivide completamente por otro tabique, lo cual separa fisiológicamente al ventrículo en un lado derecho e izquierdo. Esta división hace que el corazón funcione en realidad como dos corazones en paralelo, donde el lado derecho se encarga de succionar sangre del sistema y empujar hacia los pulmones, mientras que el lado izquierdo del corazón se encarga de succionar sangre de los pulmones y luego empujarla al sistema. El ventrículo derecho sin embargo posee una característica interesante, posee dos arterias salientes, la primera es bastante obvia, la arteria pulmonar, la cual empuja sangre desde el ventrículo derecho “que está desoxigenada” a los pulmones. Sin embargo, lo que es remarcablemente extraño, es la presencia de una segunda arteria, que es sistémica, la cual envía sangre al sistema.

  26.1 Modo normal

Otro aspecto interesante es que esta arteria está conectada por un puente a la otra arteria sistémica que sale del ventrículo izquierdo. A este puente lo denominaremos foramen de Panizza. Esta adaptación sirve para realizar la desviación de sangre cuando el reptil se sumerge, algo parecido a lo que sucede con las tortugas. Al igual que sucede con las tortugas, el corazón de los cocodrilos presenta un cambio de fisiología según esté en el modo normal o en el modo inmersión. En el modo normal es cuando el animal se encuentra en tierra respirando aire atmosférico, en tal caso su sangre debe completar los dos circuitos circulatorios, el sistémico o mayor y el pulmonar o menor. En el modo normal, la sangre ingresa por las venas al sinus venosus y de allí a la aurícula derecha. De allí se dirige al ventrículo derecho. Cuando el ventrículo derecho hace su sístole, la sangre es enviada por la arteria pulmonar. Ahora, si están poniendo atención, se preguntarán por que la sangre no ingresa por ambas arterias.

Figura 26.2. Ciclo circulatorio en estado de normalidad.

Cuando la sangre del ventrículo izquierdo ingresa a la arteria izquierda, esta fluye tanto al exterior como hacia la otra arteria gracias al puente que conecta a ambas arterias, de allí la sangre se dirige al exterior, pero también hacia el ventrículo derecho, en ese momento la válvula semilunar se cierra clausurando el conducto por esa arteria.  La razón de ello es el puente de las arterias sistémicas. Ambos ventrículos hacen su sístole al mismo tiempo, pero el lado izquierdo es más potente en el modo normal, esto hace que la sangre del ventrículo izquierdo pase por la arteria sistémica izquierda a mayor presión; la presión de transmite por el puente entre las arterias, lo que hace que se cierre la válvula de la arteria derecha. Como la arteria derecha está cerrada, la sangre no tiene más opción que salir por la arteria pulmonar. Luego, la sangre pasa por los pulmones, regresa al corazón por la aurícula izquierda, de allí pasa al ventrículo izquierdo; ingresa a la base de la arteria izquierda, la cual desvía sangre a la derecha por medio del puente arterial o foramen de Panizza, lo cual hace que la sangre salga finalmente por ambas arterias al sistema.

  26.2 Modo de inmersión

Cuando un cocodrilo se sumerge por un periodo de tiempo considerable, su corazón ingresa en el modo inmersión. Reflejos inconscientes hace que se cierren una serie de válvulas y esfínteres a todo lo largo y en la base de la arteria pulmonar clausurando esa ruta. Al clausurarse esta ruta, la presión sistólica en el ventrículo derecho se eleva, haciendo que la sangre desoxigenada salga más rápido por la arteria derecha, luego pasando por el puente y regresando a la base de la arteria izquierda, en ese momento la válvula se cierra, clausurando la salida al ventrículo izquierdo.

En el modo inmersión, la sangre sistémica se recicla directamente hacia el sistema, lo cual alarga el periodo de tiempo en que el reptil puede permanecer activo sin respirar nuevamente.  De ese modo, la sangre desoxigenada no completa el circuito circulatorio pulmonar, y es enviada de manera directa al sistema. Como en las tortugas originalmente se ha pensado como una adaptación a la inmersión para ahorrar energía y mejorar la eficiencia de retiro de metabolitos tóxicos de la sangre. Sin embargo, aunque la desviación cardíaca se estudió como un mecanismo asociado a la inmersión, se ha demostrado que muchos reptiles lo utilizan en otras circunstancias.  Debemos recordar que si algo caracteriza a la vida reptiliana es que es una vida de ahorradores por naturaleza. En lugar de usar energía propia para calentar sus tejidos, los reptiles dejan que el Sol lo haga por ellos; mientras no hay nada que hacer, ellos se quedan quietos recibiendo Sol o escapando de él. Si no necesitan gastar energía en algo, buscan ahorrar lo más posible y allí es donde entra la desviación cardíaca.

Figura 26.3. El foramen de Panizza desvía la sangre venosa de regreso al sistema circulatorio mayor.

Cuando un reptil descansa no necesita mucha energía, de lo cual se sigue que requiere muy poco oxígeno. Si requiere muy poco oxígeno, por lo que puede respirar a intervalos muy largos, e inclusive puede ingresar en el modo inmersión, en el cual no necesita respirar, un mecanismo que permite precisamente ahorra la energía de enviar la sangre por el circuito circulatorio pulmonar cuando los pulmones están sin oxígeno. El tiempo entre cada aspiración y llenado de pulmones varia con el modo de vida; por ejemplo, reptiles no acuáticos mantienen la fisiología de desviación, no para hacer inmersión, si no para hacer hibernación o estivación. Como el modo inmersión originalmente permite un ahorro de energía cuando los pulmones no se llenan, este puede ser empleado cuando el animal entra en reposo para hibernar. Sin embargo, existen otras posibles aplicaciones. La desviación cardiaca juega roles en la regulación del contenido de dióxido de carbono en la sangre; el cual no solo es un metabolito toxico, también puede ser empleado como un acidificante de la sangre, y también como materia prima para la síntesis de ácidos, y purinas “componentes del ADN y el ARN”.

La sangre oxigenada y más alcalina se emplea para estimular a los osteocitos y acelerar el crecimiento óseo. En otras palabras, la desviación cardiaca puede emplearse para regular a otros sistemas del cuerpo de los reptiles, especialmente aquellos que se ven afectados por las temperaturas. Generalmente las funciones gástricas y de crecimiento se ven afectadas por la temperatura, y la desviación permite regular eso. Sin embargo, hay muy pocos estudios aun sobre las otras posibles utilidades del modo inmersión, ya que, de toda la diversidad de reptiles, solo se conoce la fisiología de algunos cuantos.


27. Sistema circulatorio de aves y mamíferos

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El corazón de las aves y mamíferos representa un interesante caso de evolución paralela/convergente, en la que ambas estructuras se desarrollaron a partir de un ancestro amniote diferente, para generar una estructura similar. En ambos casos del corazón original de cuatro cámaras en serie, dos de ellas se pierden o reducen casi completamente. El sinus venosus se reduce a un pequeño bulbo donde se encuentra el marcapaso. Tanto en aves como en mamíferos, el cono arterial se genera durante las estepas embrionarias, pero luego es dividido, formando las bases de dos arterias, la arteria pulmonar que se conecta al ventrículo derecho, y la arteria aorta general que se conecta al ventrículo izquierdo.

Figura 27.1. El diagrama circulatorio de aves y mamíferos posee dos circuitos, el mayor o a los sistemas y el menor o a los pulmones. A diferencia de los reptiles, estos no poseen normalmente desviaciones, por lo que las adaptaciones a la inmersión se realizan de otras formas cuando es necesaria.

Estructuralmente hablando, el corazón de las aves es anatómica y fisiológicamente similar al de los mamíferos, pero embrionalmente no se genera de una misma manera. Las diferencias principales están en los vasos sanguíneos principales de la corona, especialmente las arterias pulmonares. En los mamíferos, la zona reducida de lo que fuera el sinus venosus posee una gran cantidad de fibras de Purkinje formando el nódulo sino atrial. El nódulo sino atrial aun retiene la función de marcapaso iniciando el impulso eléctrico que coordina la contracción del corazón. En cuanto a las dos cámaras restantes, estas se encuentran anatómicamente subdivididas por tabiques completos en izquierdo y derecho, esto sumado al circuito circulatorio menor, hace que el corazón de cuatro cámaras de aves y mamíferos funcione en paralelo, como si fueran dos corazones independientes que se mueven al unísono.

  27.1 El bloqueo de la desviación de inmersión

Aunque estructuralmente similares, los corazones de las aves y los mamíferos se originaron de manera independiente, aunque de un ancestro común con corazón tetracameral, lo cual los hace un ejemplo de evolución paralela. Esta diferencia es reflejada por su desarrollo embrionario, donde el modo de aparición del tabique interauricular y del tabique interventricular se da de maneras diferentes en cada grupo. A pesar de ello, fisiológicamente, ambos funcionan de manera similar, al funcionar como dos corazones que integran dos circuitos circulatorios, el pulmonar y el sistémico. A diferencia de lo que ocurre en los reptiles, ninguno es capaz de realizar la desviación cardiaca, debido a las necesidades metabólicas de ambos grupos, ya que da la casualidad que ambos son grupos de animales endotérmicos. La desviación cardiaca es solo operativa en animales que pueden mantener sistemas metabólicos de niveles más bajos.

Figura 27.2. Aunque estructuralmente semejantes, los corazones de mamíferos y aves son analogías paralelas evolutivas que abandonaron el foramen de Panniza y otras desviaciones cardíacas propias de amniotes como los reptiles.

  27.2 El ciclo cardíaco en los mamíferos

En los mamíferos, el ciclo cardíaco comienza con la entrada de la sangre a las aurículas provenientes de las venas cava, la superior es homologa completamente a las venas cardinales de los peces en el sentido de que carga solo sangre sistémica. La vena cava inferior por otro lado carga no solo sangre sistémica si no toda la descarga de nutrientes provenientes del hígado. Ambas venas descargan su contenido en la aurícula derecha, mientras que la vena pulmonar descarga sangre oxigenada en la aurícula derecha, este evento se da durante la diástole auricular de manera simultánea y paralela. Casi al mismo tiempo el ventrículo se encuentra en diástole, por lo que las válvulas bicúspide y tricúspide se encuentran cerradas en ese instante.

Durante el siguiente paso del ciclo cardíaco  las aurículas experimentan su sístole, empujando la sangre, debido a que las válvulas de las venas se cierran, y a que las válvulas bicúspide y tricúspide se abren la sangre no tiene más opción que ir  a los ventrículos, quienes de manera simultáneas experimentan su diástole, esto hace que la sangre se mueva por una combinación de fuerzas, la que genera el empuje de los aurículas por la contracción, y por el vacío de succión del ventrículo al expedirse.

Cuando el ventrículo se abre, las válvulas semilunares de las arterias pulmonares y aorta se cierran, permitiendo que los ventrículos se llenen completamente de sangre, hasta que reinicia el primer paso del ciclo cardíaco, nuevamente los ventrículos experimentan sus sístoles, cerrando las válvulas bicúspide y tricúspide, mientras las válvulas semilunares se cierran, enviado la sangre a las arterias, mientras que de manera casi simultánea, las aurículas inician su diástole reiniciando el ciclo.

  27.3 La inmersión en mamíferos y aves

La capacidad de tener vidas bajo el agua no se restringe a los anfibios y los reptiles, algunos mamíferos pasan periodos de tiempo considerables bajo el agua, donde el caso más extremo sean quizás los cachalotes, estas inmensas ballenas se sumergen hasta profundidades que son problemáticas incluso para los submarinos de inmersión profunda, allí realizan tareas pesadas como la cacería del calamar gigante, para luego regresar a la superficie, todo con una bocanada de aire. Los corazones de los mamíferos y las aves están fisiológicamente obstaculizados para realizar la desviación cardíaca propia de los reptiles. En otras palabras, las aves y los mamíferos naturalmente se encuentran bloqueados por un diseño no muy útil para las actividades bajo el agua.

Figura 27.3. Dado que los mamíferos y aves no pueden reciclar su sangre sistémica por desviación cardíaca, dependen de una hemoglobina enriquecida, su sangre es su tanque de oxígeno. Después de la sangre el musculo es el segundo reservorio, gracias a una mioglobina enriquecida.

Cuando se sumergen, el oxígeno en sus pulmones se consume rápidamente, y rápidamente se vuelve poco ventajoso para el corazón empujar la sangre por todo el circuito circulatorio menor en términos de volumen sanguíneo perdido y energía empleada en vano. Sin embargo, los corazones de las aves y mamíferos se encuentran tabicados, por lo que es imposible generar la desviación cardiaca. Los ajustes deben ocurrir por otros medios. Cuando un tetrápodo se sumerge ocurren tres cambios fisiológicos en el sistema circulatorio. Primero que todo se genera bradicardia, es decir el ritmo cardiaco se hace más lento, haciendo que el ritmo metabólico se haga más relajado, lo cual de manera indirecta reduce tanto la cantidad de sangre que fluye por el circuito circulatorio menor como la cantidad de oxigeno que es consumido de los pulmones. Adicionalmente el cuerpo comienza a tomar oxígeno almacenado en la sangre y en los músculos, y dado que los mamíferos solo tienen acceso al oxígeno del aire, básicamente eso les debe durar. A mayor adaptación a la inmersión los mamíferos dependen más del oxígeno muscular y sanguíneo que el que se encuentra en los pulmones.

En segunda instancia, se incrementa el ritmo del metabolismo anaeróbico “sip, las aves y los mamíferos también tienen rutas anaeróbicas de respiración” en las fibras del musculo esquelético. En última instancia, se abren una gran cantidad de vasos sanguíneos capilares, que desvían mucho del flujo sanguíneo hacia los órganos vitales “en temas anteriores también hablamos que el volumen total de los vasos sanguíneos capilares es superior al de los vasos sanguíneos principales”. Al mismo tiempo los capilares evitan que la sangre sea llevada a los pulmones, al musculo esquelético “que es la mayor parte del musculo corporal” el cual funciona anaeróbicamente en ese instante y al intestino.

En general, un ave y un mamífero hacen lo mejor que pueden con una fisiología no muy apta cuando se encuentran bajo el agua, adaptando las funciones secundarias de ciertos órganos como los vasos sanguíneos capilares, para prolongar su estadía sumergidos. Cuando las aves y los mamíferos se sumergen, existe muy poco oxigeno disponible, eso sumado a la presión circundante hace que los pulmones colapsen “queden exprimidos como pasas”. Aunque una gran cantidad de oxigeno queda almacenada inicialmente como mioglobina, rápidamente es consumida. Por esta razón los tejidos echan mano de rutas metabólicas no consumidoras de oxígeno “aunque consumen muchísima energía” y al mismo tiempo, se hace más lento el pulso. Ninguna de esas estrategias es única de las aves y los mamíferos, son adaptaciones secundarias convergentes.

  27.4 El embrión del pollo y su corazón

Figura 27.4. El desarrollo embrionario es una de las evidencias para señalar que el corazón no es más que una enorme vena superdesarrollada, pues incluso sus válvulas son semejantes en forma y función a las que poseen las venas.

Los embriones y los individuos adultos viven en ambientes muy diferentes, por lo que no es de sorprender que los sistemas circulatorios atraviesen fases de desarrollo y fisiología, diferenciados. Debido a que el musculo cardíaco es completamente involuntario en sus pulsaciones, una vez se forma comenzará a moverse de manera rítmica, por lo que el corazón naciente comenzará a latir a los pocos días de iniciada su formación

Figura 27.5. Los vasos sanguíneos que salen del corazón embrionario forman ramas que rodean a los arcos faríngeos, algunos de estos vasos se degradan, mientras que las hendiduras faríngeas se fusionan para formar la faringe y la tráquea.

El corazón de un pollo no posee tabiques que separan los lados derecho e izquierdo, solo posee una vena de salida y otra de entrada. También presenta transitoriamente un sinus venosus y un tronco arterial homólogo al cono arterial de los peces. La arteria aorta que sale se divide en arcos que rodean a la faringe en desarrollo. En las aves, el corazón naciente consiste en una bomba con un solo ventrículo sin divisiones, que tiene las mismas demandas hemodinámicas que el corazón de un pez adulto. En ambos, el pez adulto y el embrión de un pollo, los tejidos de intercambio de gases y los tejidos sistémicos se encuentran en serie. La demanda de sangre e completa por un corazón en serie en un único circuito circulatorio “como en los peces”. Este es un ejemplo más de adaptaciones estructurales que responden a necesidades similares.

Los arcos aórticos rodean a la faringe en desarrollo, la cual posee aberturas, como similares a los arcos branquiales que presentan los peces. El corazón embrionario debe ser visto tanto como una etapa de desarrollo transitoria, pero también como una etapa funcionalmente activa en todo el sentido de la palabra. La mayoría de los vertebrados afrontan cambios en el sistema circulatorio para acomodarse a los cambios y exigencias fisiológicas que ocurren durante y después del nacimiento (o rotura del huevo). Estos cambios son mejor conocidos en los mamíferos placentarios, grupo al cual pertenecen los seres humanos.

  27.5 El corazón fetal en los mamíferos placentarios

En los mamíferos euterios (todos los mamíferos menos monotremas y marsupiales) el feto depende exclusivamente de la placenta materna, la cual le proporciona todos los nutrientes, incluyendo el oxígeno. Una sola vena umbilical lleva sangre oxigenada desde la placenta hacia el hígado del feto, allí, la mitad ingresa al hígado y la otra mitad lo rodea ingresando directamente en la vena hepática. La sangre en la vena hepática se une a una gran cantidad de sangre que regresa por la vena precava y postcava hacia la aurícula derecha tal como en el corazón de un adulto “claro, después de que se forman los tabiques interauriculares”.  Sin embargo, la mayoría de la sangre nunca llega a los pulmones en desarrollo debido a dos características anatómicas.

Figura 27.6. Esquema que muestra el circuito circulatorio del feto de un mamífero. El foramen ovale es la válvula que se encuentra en medio del tabique interauricular, el cual permite comunicar sangre oxigenada directamente del ventrículo izquierdo al derecho. La sangre desoxigenada avanza por la arteria pulmonar, pero no avanza más que en un 10% a los pulmones, el resto sigue por la derivación al sistema circulatorio sistémico uniéndose a él por el ducto arterial.

La primera es que el tabique auricular no se forma completamente, y en su lugar deja una abertura, por lo que las aurículas derecha e izquierda comparten sangre sin que este pase por el circuito circulatorio pulmonar. A demás del orificio, también se genera una válvula de una sola vía que evita el flujo retrógrado de sangre desde la aurícula derecha a la aurícula izquierda.

Por si fuera poco, y al igual que sucede con los peces pulmonados, la arteria pulmonar posee una derivación hacia el circuito circulatorio sistémico, y la sangre en su mayoría fluye hacia el sistema y no hacia los pulmones. Después de completar su viaje por el sistema de capilares, la sangre ale del feto por las arterias umbilicales, las cuales se derivan de la arteria iliaca. Cerca del final de la gestación, el feto mamífero/humano posee un sistema circulatorio complejo y muy especializado. De manera fisiológica, el corazón de los mamíferos nos demuestra una vez más una propiedad física de las sangres con y sin oxígeno, por alguna razón “¡No Se Mezclan!” aun cuando tienen la oportunidad de hacerlo.

En este caso la oportunidad se da cuando la sangre oxigenada de la placenta ingresa a las venas cava, donde se mezcla con sangre desoxigenada, ambos flujos ingresan a la aurícula derecha, pero allí se separan. La sangre oxigenada tiende a ingresa a la aurícula izquierda a través de la cavidad del tabique interauricular incompleto, desde allí la sangre oxigenada completa el resto del circuito circulatorio mayor como en un corazón adulto.

La sangre que sale del ventrículo izquierdo nutre especialmente al cerebro en desarrollo. Cuando los humanos nacen, ocurren una gran cantidad de cambios de manera casi simultánea. A medida que el tejido fetal y de la madre se separan durante el proceso de nacimiento, la circulación placentaria termina. Solo entonces los pulmones que hasta entonces habían permanecido inactivos comienzan a funcionar. Cuando se incrementa la presión de oxigeno de la sangre que retorna de los pulmones se activan reflejos que cierran la derivación de la arteria pulmonar a sistema. Sin embargo, deben pasar unas cuantas semanas hasta que el orificio del tabique interauricular sea sellado por una combinación de tejido fibroso y muscular. Sin embargo, la válvula que se encuentra en el orificio del tabique no desaparece de manera definitiva hasta que el infante humano posee ya un año de edad.

Figura 27.7. El corazón embrionario con el foramen ovale. (YouTube).

El conducto y la válvula que permiten el paso de sangre desde la aurícula fetal derecha a la aurícula fetal izquierda recibe el nombre de foramen ovale. Resulta interesante, sin embargo, que esta pequeña adaptación falla en desarrollarse en alrededor de un tercio de los humanos de manera completa, lo cual es un gran porcentaje. La razón por la cual no va un tercio de la población al médico por problemas cardíacos es que aun con un tabique parcial “¿a qué corazones me recuerda eso?” la separación se logra gracias a presiones diferenciales entre las aurículas y a la probada tendencia de las sangres oxigenada y desoxigenada a no mezclarse aun cuando se les da la oportunidad más forzada. Lo anterior conlleva a una falta de síntomas clínicos. Muchas características anatómicas del corazón del feto mamífero recuerdan de una u otra forma a peculiaridades de corazones y sistemas circulatorios de otros vertebrados, que tanto es solo una convergencia debido a presiones similares, y que tanto se debe a un plan de desarrollo genético común excede mis conocimientos actuales, sin embargo, una cosa es segura, como todo lo que es forjado por selección natural, esto no es una coincidencia.

  27.6 Conclusiones a cerca de la evolución de los corazones vertebrados

Resulta increíblemente difícil trazar un modelo evolutivo para los corazones de los vertebrados, especialmente en las primeras etapas. Un detalle es muy evidente cuando tomamos en cuenta el desarrollo embrionario y fetal, y es que, el corazón, así como el resto del sistema circulatorio es un órgano muy plástico, y proteico en la definición griega de la palabra, cambia y se adapta con mucha facilidad.

Por lo anterior es complicado diferenciar entre características ancestrales y especializaciones específicas entre los diferentes corazones de los vertebrados. Aquí tal vez más que en cualquier otro sistema de órganos tenemos solo puntitas, de un árbol, del cual es muy difícil inferir las ramas. Tal vez, la única ayuda que tenemos es el desarrollo embrionario y la genética, de la cual, si podemos entablar relaciones, en primera instancia el corazón comenzaría como un vaso sanguíneo al cual se rodea con fibras de tejido muscular cardiaco y un pericardio, como en los tunicados y en los embriones de los demás vertebrados. Al mismo tiempo, los primeros vertebrados también poseían corazones accesorios tal como se ha visto en los cefalocordados, los mixinos y las lampreas.

Sin embargo, los corazones accesorios pierden importancia en favor de una circulación centralizada en un único punto. Después de ello, el corazón embrional empieza a desarrollar cámaras y a generar nuevos vasos sanguíneos, y dependiendo del grupo, las diferentes especializaciones para el modo de vida único de cada grupo. Es una descripción muy general, pero tiene su razón principal en el hecho de que no existe un corazón básico sobre el cual podamos trabajar en muchos grupos, es un problema particularmente insidioso en los reptiles y en los cordados basales.


28. Sistema circulatorio linfático

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El sistema linfático es el compañero del sistema circulatorio. Ayuda a que los fluidos retornen al sistema circulatorio general y está enfocado en varias funciones especializadas, dentro de las cuales la más relevante es la función inmune. Estructuralmente hablando existen dos componentes del sistema linfático: los canales linfáticos y el tejido linfático. Si hablamos de analogías, el sistema linfático tiene varios, desde ser la carretera del sistema inmune a ser simplemente el drenaje por donde sale el exceso de agua de los tejidos.

Figura 28.1. El sistema circulatorio linfático es paralelo al general, sirve para transportar al sistema inmune y para regular el agua.

  28.1 Linfa

El fluido que es transportado por el sistema linfático se denomina linfa. En su mayoría está constituido por agua obtenida de la matriz extracelular de los tejidos y algunas sustancias disueltas como electrolitos, proteínas, pero sin células rojas por lo que es incapaz su tasa de transporte de gases metabólicamente importantes como el oxígeno molecular y el dióxido de carbono es baja, sin embargo, transporta otras células. Debido a la naturaleza del tubo linfático terminal, la composición de la linfa es la misma que la del fluido intersticial que está en contacto con los tejidos.

  28.2 Los canales linfáticos en los vertebrados

Colectivamente los canales linfáticos constituyen un sistema tubular ciego que recircula el fluido desde los tejidos de regreso al sistema circulatorio general. Las paredes de los canales linfáticos son similares a los de las venas del sistema circulatorio general en el sentido de que poseen válvulas de cerrado unidireccionales semejantes a las que se encuentran en el corazón.  Se dice que son canales ciegos debido a que sus puntas penetran en los tejidos, pero no se conectan al sistema circulatorio general.

En términos básicos la función del sistema circulatorio linfático es regular el contenido de agua en la matriz extracelular de los tejidos, esto se debe a que durante la circulación por los capilares parte del agua del plasma ingresa a los tejidos y las vénulas solo pueden recobrar el 90% de esta. El 10% restante permanece en los tejidos diluyendo la matriz extracelular lo cual causa problemas osmóticos en los tejidos, al haber más agua las células pierden nutrientes por presión osmótica, además ingresan más agua de lo normal lo que conlleva a que se inflen como globos explotando. Si esta situación se generaliza en todo un tejido entonces este colapsa, fenómeno denominado edema. El sistema circulatorio linfático recupera ese 10% de agua desde la matriz extracelular y lo retorna nuevamente al sistema circulatorio general.

Figura 28.2. Los capilares linfáticos están en estrecha relación con los capilares sanguíneos, esto les permite a los glóbulos blancos atravesar las paredes entre uno y otro según sea necesario para controlar las infecciones.

La presión de flujo en los canales linfáticos es baja, pero no tan baja, pues de lo contrario los canales absorberían exceso de fluido. Los canales principales del sistema linfático recogen la linfa que transporta el agua recolectada desde los tejidos gracias a la red capilar. Al igual que el sistema circulatorio general los canales linfáticos se ramifican subsecuentemente hasta que el grosor de sus paredes es el de una sola célula, lo cual favorece el transporte a través de la membrana del agua, los electrolitos, las proteínas y otras células. Una vez que los capilares recogen el material retornar a canales más y más grandes y depositan en agua en las venas precava y postcava.

Debido a que el sistema linfático solo apoya la función de la circulación general su presencia no se condensa en canales mayores, por lo que su presencia siempre es la de una red de canales en cada sector del cuerpo. Las principales redes de drenaje linfático son: la red linfática yugular que drenan los tejidos de la cabeza y el cuello, la red linfática subclava que drena los apéndices anteriores, la red linfática lumbar que drena los apéndices posteriores, y la red linfática torácica que drena el tronco, las vísceras y la cola si está presente.

La presión del fluido de los canales linfáticos no proviene del corazón de forma directa, ya que el sistema linfático es independiente y se comunica con la circulación general por los mecanismos de transporte a través de membrana. En consecuencia, se crea el problema de generar presión. Las soluciones para este problema son variadas, pero siguen el mismo tema de la circulación general, por ejemplo, creando corazones linfáticos que emplean musculo estriado en lugar de musculo cardiaco para generar potencia, emplear el movimiento muscular general para presionar los canales linfáticos o asociarse íntimamente con las arterias principales de modo que el impulso del corazón se transmita indirectamente a los canales principales del sistema circulatorio linfático.

En el ser humano los canales linfáticos tienen una arquitectura segmentada que se referencia como bulbos, cada bulbo inicia y termina en una cisterna que abre y cierra unidireccionalmente como la de las venas, asegurando que no exista flujo retrogrado hacia el ciego de los canales, lo cual los haría explotar conllevando a un edema. El sistema capta la linfa por medio de transporte pasivo a través de membrana, del siguiente modo. Cuando el último segmento está lleno de linfa capturada desde el tejido, la válvula de salida al siguiente segmento se abre, dado que el segmento está vacío se genera una presión de vacío que absorbe la linfa, dejando al segmento ciego vacío y cerrando la válvula. En la siguiente etapa el segmento ciego vacío captura fluido de la matriz extracelular del tejido por medio de los mecanismos de transporte pasivo y osmosis, llenándose de agua y partículas en igual concentración que la matriz hasta que la presión osmótica se iguala a ambos lados de la membrana del canal linfático terminal. En la siguiente etapa se vuelve a repetir la primera, haciendo del sistema linfático un canal palpitante semejante al venoso, pero que requiere del apoyo de la presión muscular para funcionar adecuadamente.

  28.3 Tejido linfático en los vertebrados

El sistema linfático también incluye el tejido paralinfático e inmune, que es una colección de tejido conectivo y células libres. Las células libres abarcan a las células del sistema inmune o leucocitos, conocidas popularmente como los glóbulos blancos debido a que forman una fase blanquecina durante la centrifugación de sangre total en medio de la fase de plasma y la fase eritrocitaria en el fondo. El tejido linfático puede encontrarse casi en cualquier parte del cuerpo en forma de un tejido de distribución difuso, ya sea en placas o encapsulado en los nódulos linfáticos.

Un nódulo linfático es una colección de tejido linfático encapsulado en una barrera de tejido fibroso. Los nódulos linfáticos se localizan al interior de los canales linfáticos a lo largo de la ruta de la linfa que retorna al sistema circulatorio general. Esta ruta asegura que la linfa penetra a través del tejido linfático como si fuera un filtro, de forma tal que las células y partículas al interior de la linfa sean expuestas a las células del sistema inmune. Los nódulos linfáticos se encuentran en los mamíferos y algunas aves acuáticas pero están ausentes en los demás vertebrados, convirtiéndolos en un ejemplo de carácter análogo. En los reptiles lo que sucede es la dilatación de los vasos linfáticos denominados cisternas linfáticas o sacos linfáticos.

Figura 28.3. Modelo esquemático de la relación entre el sistema circulatorio linfático y el sistema circulatorio general. Los bulbos intermedios se denominan los nódulos linfáticos, lugares donde se producen las células del sistema inmune en el adulto.

  28.4 Fisiología del sistema linfático

El sistema circulatorio linfático sirve como un sistema de apoyo al sistema circulatorio venoso, absorbiendo el exceso de fluido que etapa de los capilares al MEC de los diferentes tejidos para evitar los edemas. También se encarga de la absorción de lípidos del sistema digestivo. El problema del edema plantea una situación anatómica complicada, por un lado, el sistema general arterial posee de por si una alta presión, esta presión favorece un flujo osmótico hacia el MEC del tejido en lugar se proseguir hacia las venas por su baja presión. El sistema linfático al estar aislado de la presión arterial recibe de manera osmóticamente favorable el exceso de fluido desde el MEC, pero debe decantar dicho fluido en algún punto del sistema circulatorio general donde la presión sanguínea sea baja.

En la mayoría de los peces el sistema general venoso es la puerta de acceso para el fluido linfático, especialmente en las venas que están a punto de hacer contacto con el corazón, donde el efecto de aspiradora del corazón contribuye a que los fluidos venosos y linfáticos sean jalados a la fuerza, en lugar de ser impulsados por una presión sanguínea que ya casi no poseen en ese punto.

Figura 28.4. Modelo de un nódulo linfático, el cual no solo está conectado por los vasos linfáticos, sino también por vasos del sistema circulatorio general, esto para enviar las señales de alerta más fácil y para ser alimentados.

Sin embargo, con la evolución de los pulmones, la sangre venosa retornante desde los pulmones se encuentra bajo una alta presión. La división de la aurícula en dos cámaras independientes permitió la separación de las presiones sanguíneas retornantes, una alta, desde los pulmones y otra baja desde las venas del sistema circulatorio venoso general. Por tal razón para que los pulmones pudieran afianzarse evolutivamente de manera permanente era necesario la aparición del tabique auricular que permitió establecer el conducto de baja presión, por el cual el fluido linfático podía acceder. El tejido linfático se encuentra íntimamente ligado al conjunto de órganos y tejidos conocidos generalmente como el sistema inmune, encargado de la remoción y destrucción de materiales extraños foráneos como bacterias, virus, protozoos, toxinas, células cancerosas e incluso xenobióticos. Sin embargo, los detalles de este sistema los veremos en su capítulo propio.


29. Sistema circulatorio humano

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Habiendo discutido en detalle muchos elementos del sistema circulatorio de los vertebrados, es conveniente no caer en la redundancia. Los seres humanos poseemos un sistema circulatorio mamífero particularmente típico.

Figura 29.1. Principales vasos sanguíneos del sistema circulatorio humano.

Figura 29.2. Aunque aparentemente complejo, el sistema consta de un circuito menor o pulmonar y el circuito mayor o sistémico.

  29.1 Sistema circulatorio general y pulmonar

Los componentes principales del sistema cardiovascular humano son el corazón, la sangre, los vasos sanguíneos y los capilares, así como el sistema circulatorio linfático. En él están incluidos: la circulación pulmonar, un recorrido a través de los pulmones, donde se oxigena la sangre; y la circulación sistémica, el recorrido por el cuerpo para proporcionar sangre oxigenada. Un adulto promedio contiene aproximadamente 4,7 a 5,7 litros de sangre, lo que representa aproximadamente el 7% de su peso corporal total. La sangre se compone de plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. También el sistema digestivo funciona con el circulatorio para proporcionar los nutrientes que el sistema necesita para mantener el bombeo del corazón.

Estructuralmente hablando, el sistema se divide en dos, la circulación mayor que va del corazón a los tejidos generales y de regreso al corazón; mientras que la circulación menor va del corazón a los pulmones y de regreso al corazón, sin órganos accesorios para el intercambio de gases.

  29.2 El corazón humano

Es el órgano principal del aparato circulatorio. En los animales vertebrados, incluyendo el hombre, es un músculo hueco que funciona como una bomba aspirante e impelente que impulsa la sangre a través de las arterias para distribuirla por todo el cuerpo. El corazón humano tiene el tamaño de un puño y un peso de 300 gramos que equivale al 0.40% del peso corporal, está situado en el centro de la cavidad torácica flanqueado a ambos lados por los pulmones.

Figura 29.3. Anatomía detallada del corazón humano.

Los pulmones son asimétricos debido a la presencia del corazón, siendo el pulmón izquierdo alrededor de un 33% más pequeño que su contraparte derecha, eso se debe a que el espacio correspondiente al tercio faltante es dedicado al corazón, por lo que este se ubica solo un poco a la izquierda del pecho, demasiado a la izquierda o hacia arriba simplemente es el pulmón izquierdo “¡piénselo si desean matar vampiros!”. Su funcionamiento es idéntico al de cualquier corazón mamífero que ya tratamos en secciones anteriores.


30. Las microcirculaciones capilares

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La circulación de la sangre a todos los órganos posee características especiales que se encuentran adaptadas para suplir necesidades concretas de las funciones especializadas de cada órgano. En este subsección examinaremos las características únicas de la circulación sanguínea en el corazón, el cerebro, el intestino delgado, el hígado, el músculo esquelético, la piel, el pulmón, el riñón y el feto.

  30.1 Circulación coronaria

La circulación coronaria provee un flujo de sangre al corazón, lo cual puede parecer estúpido ya que el corazón maneja volúmenes importantes de oxígeno. El problema radica en el hecho de que el endotelio del corazón que están en contacto con la sangre en su interior aísla la sangre allí contenida de transportar gases metabólicos al miocardio, y en consecuencia este debe ser alimentado hacia afuera por medio de las arterias coronarias.

Figura 30.1. Sistema circulatorio coronario.

El objetivo de la circulación coronaria más concretamente no es el corazón como un todo, sino el músculo que rodea al corazón y que le permite contraerse, al cual denominamos miocardio. El miocardio es el único músculo que nunca descansa realmente, por lo que siempre debe consumir oxigeno aun en condiciones de no ejercicio corporal. Es más, en estas condiciones basales, el miocardio consume tanto o más oxígeno que una masa igual de músculo estriado realizan un ejercicio vigoroso. Y lo más importante, este consumo basal dete multiplicarse por dos, tres o hasta cinco veces a medida que el cuerpo ingresa en un ejercicio vigoroso.

Aunque parezca paradójico, el órgano que más demanda oxígeno es también uno de los que tiene mayores restricciones para su obtención debido a su propia fisiología. El flujo de sangre a través del miocardio ocurre principalmente durante la diástole ya que las fibras están relajadas y esto permite el acceso de la sangre, por el contrario, durante la sístole las fibras se tensan y la sangre es expulsada de los capilares del miocardio. La dependencia cardiaca de recibir la mayoría de su oxigeno durante la diástole no presenta efectos deletéreos obvios en el flujo de sangre coronaria total aun durante el ejercicio vigoroso, sin embargo, las personas con arterias coronarias comprometidas por arteriosclerosis, un aumento de tiempo en el cual el corazón está comprimido puede afectar las células del miocardio con principios de isquemia.

Algunos mamíferos como los perros poseen una red de conexiones microvasculares de respaldo entre las arterias epicardiacas principales, y se denominan canales colaterales. Un bloqueo total de una de las arterias del epicardio no crea necesariamente un infarto debido a que la sangre puede ser desviada a los canales colaterales. Los seres humanos no somos tan afortunados debido a que hemos perdido casi todos nuestros canales colaterales en el curso de la evolución, así que el bloqueo de una de las arterias principales es casi una sentencia de muerte. Sin embargo, si el individuo sobrevive a uno o más eventos de hipoxia en el miocardio, los canales colaterales crecen para crear una desviación coronaria natural que ayuda a mantener al individuo activo por un poco más de tiempo.

  30.2 Circulación cerebral

En el ser humano el principal órgano vital es el cerebro. De hecho. en la actualidad el órgano que se emplea como estándar para determinar la muerte biológica es el cerebro, debido a que aun cuando el corazón se detenga, este puede reanimarse, pero si el cerebro para no puede reactivarse de nuevo. La mayor causa de heridas cerebrales es la hipoxia causada por accidentes vasculares en el cuello o en el cerebro, debido a la oclusión de las capilares debido a procesos arterioscleróticos o aneurismas que ocurren como resultado del taponamiento de los conductos.

Figura 30.2. Sistema circulatorio del cerebro y el rostro.

La microcirculación cerebral tiene muchas características en común con la microcirculación coronaria. El cerebro y el corazón poseen altísimas tasas metabólicas, extraen enormes cantidades de oxígeno de la sangre y poseen una habilidad muy limitada de conducir rutas metabólicas anaeróbicas en situaciones de estrés por falta de oxígeno. Un aspecto interesante de la fisiología sanguínea del cerebro es que las regiones evolutivamente antiguas poseen una capacidad para regular la presión sanguínea y sobrevivir fácilmente a situaciones de hipoxia, asegurando que los órganos vitales mantengan su funcionamiento, sin embargo esta habilidad se puede paulatinamente a medida que se llega a las regiones evolutivamente más recientes, hasta llegar al corteza que tiene poca o nula habilidad para regularse, y en consecuencia la conciencia que allí reside es un sensible a la falta de oxígeno.

Otra característica de la circulación cerebral es que los vasos sanguíneos son capaces de adaptarse a condiciones de alta o baja presión sanguínea siempre y cuando dichos cambios sean graduales, un par de semanas son suficientes como para que el cerebro se adapte y opere con normalidad, sin embargo, el cerebro es muy sensible a los cambios de presión instantáneos o rápidos, esto se debe a que los vasos sanguíneos del cerebro son inmunes a las hormonas vasodilatadoras y vasoconstrictoras.

  30.3 Circulación intestinal

El intestino delgado completa la digestión química de los alimentos y absorbe la mayoría de los nutrientes para el sostenimiento del resto del organismo. El consumo basal de sangre del intestino delgado es del 20% y el uso de oxígeno también es de un 20%, lo cual representa un quinto de toda la función cardiaca. Cuando se consume alimento en gran cantidad ambos valores se elevan a un 40%, lo cual implica que la irrigación sanguínea durante la actividad intestinal requiere de mucha energía.

Figura 30.3. Vasos sanguíneos que rodean al intestino delgado.

Si se realiza ejercicio intenso justo después de haber comido, el flujo sanguíneo a través del intestino disminuye a la mitad de lo normal, esto retrasa la absorción de los nutrientes, pero no causa ningún efecto colateral grave. Una vez que el estrés energético al cual se somete el cuerpo termina, el flujo de sangre al intestino retorna. Esta prelación es evolutiva, ya que en el ambiente un animal debe cuidar su supervivencia, y si el alimento ya se encuentra en su intestino bien puede esperar a que la situación de peligro pase, para poder seguir con su proceso de digestión.

La vascularización del intestino delgado es compleja. Las arterias y venas intestinales penetran la pared muscular y forman una red capilar en la submucosa. Las capas musculares reciben pequeñas arteriolas de plexo submucoso, otras arteriolas pequeñas continúan individualmente hacia la submucosa profunda alrededor de las glándulas y la mucosa de los vellos. Toda la red capilar de la submucosa puede regular el flujo de sangre que fluye a través de ellas.

Debido a que el intestino se encuentra en contacto casi directo con los nutrientes, la sangre que este obtiene solo se requiere por su contenido de oxígeno y porque es el mecanismo para disponer de sus desechos metabólicos. Esto hace que cuando el intestino se encuentra en la condición basal metabólica posea poca o nula capacidad para autorregular su flujo sanguíneo, mientras que cuando la sangre fluye a través de él, el intestino es capaz de regular su flujo. La mucosa intestinal recibe entre el 60% y el 70% del volumen total de sangre que se dirige al intestino en total. Este volumen de sangre puede exceder el consumo basal del cerebro y el corazón, lo cual explica porque después de una comida fuerte el cuerpo se siente lento y con sueño, toda la energía se la está siendo consumida por el intestino.

  30.4 Circulación hepática

La circulación hepática irriga uno de los órganos más grandes del cuerpo, el hígado. El hígado se encarga principalmente de mantener la composición sanguínea del plasma sanguíneo. Por ejemplo, todas las proteínas del plasma son producidas por el hígado, y el hígado se encarga además de almacenar y dispensar glucosa a partir del glucógeno en inventario. El hígado también filtra la sangre de eritrocitos viejos, bacterias y metabolismos secundarios internos o externos.

Figura 30.4. Modelo del sistema circulatorio del hígado.

El hígado humano tiene un flujo de sangre importante, pero no tan destacable siendo apenas un cuarto de lo que subsume el corazón en su estado base. La sangre proviene tanto de la arteria hepática que ya ha pasado por el estómago, el intestino delgado, el páncreas, el vaso y algunas porciones del intestino grueso, así como del sistema de venas portal que regresan del intestino delgado. La sangre del sistema portal representa entre un 67% a un 80% del total del volumen sanguíneo que ingresa al hígado. La regulación de la cantidad de sangre que ingresa al hígado es un proceso dinámico. La sangre arterial hepática aumenta o disminuye en función de la cantidad de sangre que ingresa desde el sistema portal, manteniendo al hígado con una homeostasis en su volumen sanguíneo. Este mecanismo se denomina como tampón arterial hepático, y puede compensar hasta una disminución del 25% de la sangre proveniente del sistema portal. El mecanismo exacto que permite realizar esto se encuentra aún en investigación, pero se asume que es un mecanismo hormonal.

Justo después de una comida fuerte y de que el intestino hubiera absorbido los nutrientes, estos son almacenados en la sangre y conducidos a partir del sistema portal al hígado. Durante este evento la presión sanguínea depende principalmente de los capilares intestinales y de las propias venas porta, más que de la regulación hormonal propia del hígado.

  30.5 Circulación del músculo esquelético

La microcirculación del musculo esquelético involucra al tejido con mayor masa del cuerpo. Cerca del 30% al 40% de la masa de un humano adulto. El consumo de oxígeno por parte del músculo esquelético en el estado base es bajo, pero debido a su masa representativa, su consumo total representa uno de los objetivos principales para la distribución del gas de oxígeno a lo largo del cuerpo. El flujo de sangre a través del músculo esquelético puede aumentar 10 veces, 20 veces o más durante la máxima vasodilatación asociada con el ejercicio aeróbico de alto rendimiento.

Figura 30.5. Microcirculación del músculo y la piel.

Durante este instante el metabolismo de demanda de oxígeno y nutrientes y su respectiva emisión de dióxido de carbono y desechos aumenta de forma comparable. Durante este momento el flujo sanguíneo a través de los músculos puede llegar a tres o más veces el consumo cardiaco basal, aunque evidentemente en ese instante el corazón también se encuentra en un estado de mayor consumo. Toda esta sangre se obtiene del intestino, el estómago y el hígado que se vacían casi completamente.

  30.6 Circulación cutánea

La estructura vascular capilar cambia dependiendo de la ubicación. En todas las áreas, sin embargo, se pueden distinguir tres secciones. La primera sección se encuentra en la dermis profunda, allí se extienden vénulas y arteriolas principales que envían y recolectan sangre desde las capas más superficiales. La segunda sección se encuentra en dermis superficial donde se genera una primera red capilar que alimenta a las células con nutrientes y oxígeno. La tercera sección más externa se encuentra en la epidermis, allí los capilares forman arcos de radiación, los cuales se encargan precisamente de radiar la energía sobrante en forma de radiación electromagnética infrarroja, y su análogo más sencillo es la del radiador de un carro. En este sentido la sangre cumple con la función de enfriamiento del cuerpo a través de la piel.

Debido a que el agua tiene una capacidad calorífica mucho mayor que la del aire, si la piel está mojada el proceso de radiación de calor es más efectivo, por tal razón las zonas que se calientan más fácil se encuentran asociadas a glándulas exocrinas que emiten sudor. El contenido de agua aumenta según la necesidad de radiar calor, o aumenta el contenido de grasa según la zona está más relacionada con los caracteres sexuales secundarios. Este patrón experimenta cambios en las manos, pies, orejas, nariz y algunas áreas del rostro donde la red capilar intermedia proliferan bastante, en contraste con las extremidades y el torso donde es limitada. A una temperatura fresca de unos 25°C y baja humedad los vasos sanguíneos se encuentran significativamente contraídos por medio de la emisión de noradrenalina por parte de los nervios simpáticos que inervan todas las áreas de la circulación.

La piel es el órgano más grande y representa del 10% al 15% de toda la masa corporal, siendo la interfase del cuerpo con el ambiente externo. La principal función de la piel es la protección del cuerpo del ambiente externo, y su función al estar combinada con el sistema circulatorio es la regulación del calor corporal, sea este producido internamente, o que el ambiente lo emita o lo absorba. Cuando no es necesario radiar calor los vasos sanguíneos de los capilares se mantienen cerrados, evitando que la sangre fluya cerca de la superficie, lo cual aísla el calor del medio externo. Por el contrario, si se necesita radiar calor, los capilares se abren permitiendo que la sangre fluya cerca de la piel.

La piel como tal tiene una de las tasas metabólicas más bajas de todos los órganos y requiere relativamente poca sangre para mantener sus condiciones basales. En consecuencia, a pesar de su masa relativamente extensa, su metabolismo base no plantea mayores requerimientos en su demanda de sangre. Sin embargo, en climas cálidos y húmedos la demanda de emitir el calor hace que la piel seas un reservorio importante de la sangre, lo cual va en detrimento de otros sistemas de órganos.

  30.7 Circulación pulmonar

La microcirculación pulmonar tiene pocos detalles del lado de la sangre, sin embargo, hay que recordar que estos capilares no están en contacto con un tejido interno, sino con los alveolos que están en contacto con un ambiente semi-externo.

Figura 30.6. Vasos sanguíneos de los pulmones.

Todos sabemos que el intercambio de gases con un fluido depende del área de intercambio, a mayor área mayor intercambio de gases. Adicionalmente la superficie de los alveolos debe estar húmeda para que el gas en fase gaseosa se disuelva a una fase disuelta donde si puede hacer el transporte pasivo a los capilares sanguíneos. Esto provoca una situación delicada al alveolo, este debe estar húmedo, pues de lo contrario no hay flujo de gases, pero solo a un mínimo necesario, si aumenta el fluido la tasa de intercambio de gases entre el fluido pulmonar y el aire pulmonar disminuye, proceso denominado edema pulmonar.

  30.8 Circulación renal

En cuanto a la microcirculación renal, sus detalles están relacionados a la estructura anatómica denominada el asa de Henle. En resumen, se trata de un intercambio de sustancias muy complejo ya que el plasma debe intercambiar desechos y nutrientes con la orina en formación en varios ciclos antes de que se forme la orina definitiva con los desechos.

Figura 30.7. Modelo del sistema circulatorio renal.

  30.9 Circulación fetal

El desarrollo del feto humano depende de que reciba nutrientes y de que pueda eliminar los desechos, cosa que no puede hacer por sí mismo, aproximadamente al séptimo día de la concepción la blástula que sale de la trompa de Falopio debe encontrar su camino hacia el endometrio. Cuando el embrión entra en contacto con el endometrio, parte de su estructura formará al feto, pero otra parte que es la más externa formará una estructura de sostenimiento e interacción con la madre, las membranas embrionarias, de las cuales debemos subrayar a la placenta.

La placenta fetal humana libera hormonas que permiten el desarrollo de un sistema circulatorio embrionario sostenido a partir de dos arterias umbilicales, que se desprenden de las arterias iliacas internas, y una sola vena umbilical. En el sistema cardiovascular fetal el orden de vena/arteria y sus funciones se encuentran invertidas. La vena umbilical transporta la sangre oxigenada y los nutrientes hacia el feto desde el cuerpo de la madre, mientras que las arterias se encargan de drenar dióxido de carbono y desechos metabólicos.

Figura 30.8. La placenta media el intercambio de nutrientes y desechos entre la madre y el feto, pero impide que las sangres se mezclen.

Resulta curioso que, a pesar de la enorme transferencia de nutrientes y desechos entre la madre y el feto, no se compartan de forma significativa los elementos celulares, en otras palabras, hay muy poco intercambio de glóbulos rojos y glóbulos blancos entre la madre y el feto. Esta aparente paradoja es posible debido a que la sangre maternal y fetal se mantienen casi completamente separadas gracias al villus placentario. El villus placentario es un espacio de separación entre la circulación del feto y la madre, los capilares de ambos permiten el flujo de sustancias a través del villus, pero mantiene aislado el flujo de células.

Los capilares insertados en el villus placentario se denominan vasculares placentarios, y la complejidad de su ramificación depende de la concentración de nutrientes y/o desechos en ambos lados de la relación madre feto. Si los nutrientes disminuyen del lado de la madre, la complejidad de su vascular placentario aumenta, incrementando de este modo el área de intercambio de sustancias. Esto permite regular el equilibrio de sustancias entre madre y feto manteniendo la homeostasis.

Durante el desarrollo fetal, el tejido fetal invade y causa una degeneración parcial del endometrio materno. El resultado después de unas 10 a 16 semanas de gestación es un espacio entre el villus y el tejido materno vivo que se encuentra lleno se sangre. En lugar de capilares solo hay un espacio cavernoso lleno de sangre estancada. Para el final de la gestación el feto representa el consumo de un órgano de alta demanda, tomando entre el 15% al 25% de la sangre que sale del corazón en el estado base, por esta razón una madre gestante no puede realizar ejercicios demandantes al final de su gestación. En comparación la placenta representa la mitad de la emisión sanguínea del corazón del feto.


31. El sistema circulatorio y el ejercicio

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Tu corazón (conocido con frecuencia como el miocardio, lo que significa músculo del corazón) es una bomba muscular de cuatro cámaras del tamaño de tu puño y se localiza ligeramente hacia la izquierda del centro de tu pecho. Su trabajo es bombear sangre a tu cuerpo. Cuando haces ejercicio, tu ritmo cardíaco puede aumentar de un promedio de descanso de 72 latidos por minuto, a 200 o más dependiendo de tu condición física y edad. Conforme adquieras más condición, tu corazón se vuelve más fuerte y tu ritmo cardíaco en descanso disminuirá. Las personas que están en forma, con frecuencia tienen ritmos cardíacos bajos en reposo; este ritmo en atletas altamente entrenados puede ser tan bajo como 30 latidos por minuto.

Tu cuerpo usa los vasos sanguíneos para transportar la sangre a todo tu cuerpo. Las arterias toman la sangre del corazón; las venas la regresan a él y los capilares dejan y recogen la sangre de tus músculos y pulmones. Cuando te ejercitas, la hormona adrenalina provoca que tus vasos sanguíneos se expandan de manera que un volumen de sangre mayor al normal pueda pasar mediante ellos. Esto se llama vasodilatación, una respuesta a corto plazo del cuerpo al ejercicio, y es una de las razones por la que tus vasos sanguíneos pueden volverse más prominentes durante el ejercicio. Como respuesta a largo plazo, tu cuerpo establece nuevos capilares para que el oxígeno pueda entregarse mejor, y se pueda remover más dióxido de carbono de tus músculos en movimiento.

Cuando te ejercitas, la sangre se desvía de órganos no esenciales, como aquellos involucrados con tu sistema digestivo y reproductivo, y hacia tus músculos. Esto se llama acumulación de sangre y asegura que los músculos que están trabajando obtengan tanto oxígeno como necesitan. Una vez que has terminado tu ejercicio extenuante, es importante motivar a que esa sangre acumulada se mueva de los músculos y regrese a la circulación general, lo que comúnmente se logra realizando un enfriamiento que consista en ejercicio cardiovascular ligero y estiramientos. La sangre acumulada que se queda en los músculos se relaciona con la aparición de dolor después del ejercicio.

Tu sangre contiene tres tipos diferentes de células: las células blancas que combaten las infecciones, plaquetas que ayudan a la coagulación de la sangre y las células rojas que transportan el oxígeno. Dichas células están suspendidas en un líquido llamada plasma, que es principalmente agua. Cuando te ejercitas, las células sanguíneas se saturan con oxígeno en su esfuerzo para asegurar que cantidades suficientes de este componente estén disponibles para tus músculos. Como beneficio a largo plazo del ejercicio, la cantidad de células rojas aumentan conforme a adquieras más condición, y así eres más hábil para transportar mayores cantidades de oxígeno en tu cuerpo.

Cuando se ejercita el tiempo suficiente, a un nivel aeróbico el hígado aumenta la producción de la lipoproteína de alta densidad o HDL. Esta lipoproteína se encarga de recolectar la grasa dispersa en los vasos sanguíneos y retornarla al hígado, donde será redistribuida por medio de la lipoproteína de baja densidad a los músculos para que estos puedan tener energía para moverse. Es importante hacer ejercicio de modo tal que la HDL siempre esté en altas concentraciones y la grasa no se acumule en las arterias y en los vasos capilares, especialmente en los capilares coronarios o en los capilares cerebrales, donde pueden desembocar en la arteriosclerosis, con la consecuencia final de un infarto fulminante al miocardio o un infarto cerebral.


Referencias bibliográficas

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