Figura 35.1
(Arriba) Reconstrucción paleoartística de Dimetrodon; (Abajo) modelo del cráneo de Dimetrodon.
Figura 35.2
Reconstrucción paleoartística y cráneo de Eotitanosuchia.
Figura 35.3
En el modelo anterior podemos apreciar una versión simplificada de los cráneos de algunos terápsidos hasta llegar a los primeros mamíferos y otros linajes paralelos. La fenestración es un rasgo que se conserva durante mucho tiempo en una gran cantidad de especímenes de terápsidos y que se pierde paulatinamente en los mamíferos y los tapinocelaios. En el linaje de los mamíferos la pérdida de la fenestra se debe no solo a la desaparición de su límite con la fosa ocular, sino a que el creciente cráneo empuja hacia el frente y hacia los lados, expulsando al hueso zigomático y la masa muscular hacia el exterior del cráneo.
Figura 36.1
En el siguiente modelo tenemos a la izquierda el cráneo de un amniote primitivo y a la derecha el cráneo de un mamífero. En verde se señalan los huesos perdidos: (Prf) prefrontal, (Po) postorbital, (Po) postfrontal, (Qj) cuadradojugal, (St) supratemporal, (T) tubular, (Pp) postparietal.
Figura 36.2
El cráneo del ornitorrinco muestra su falso pico de pato, este pico es una estructura análoga mas no homóloga con el pico de las aves.
Figura 36.3
Diagrama filogenético simple el proceso de pérdida de la fenestra postorbital. Dicha pérdida va a estar asociada a un desplazamiento de huesos para formar el oído medio óseo
Figura 36.4
A cada lado del cráneo, las paredes de la bóveda craneana hasta las orbitas están formadas el hueso temporal. El hueso temporal también es un hueso compuesto “imagen siguiente” por todas las partes ancestrales del cráneo “condrocráneo, esplancnocráneo y dermatocráneo”, las cuales son denominadas como porciones.
Figura 36.5
Estructura y posición relativa de los huesos del oído medio en los amniotas primitivos a la izquierda y en los mamíferos a la derecha: Stapes "estribo", incus "yunque" y malleus "martillo".
Figura 36.6
Placa cribriforme, sus poros permiten el paso de gases, los cuales a su vez atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica, por esto, las drogas consumidas como vapores de combustión llegan mas rápido al cerebro que a los pulmones.
Figura 36.7
Personalmente no me gustan los diagramas que muestran los procesos evolutivos linealmente, el objeto de esta sucesión en la cual se elige únicamente el linaje relacionado con los mamíferos es mostrar la gradualidad del proceso evolutivo de ciertas estructuras. En el modelo anterior tenemos a la izquierda una vista media y a la derecha una vista lateral de la mandíbula. En el eje (x) se encuentra el tiempo, hacia abajo está el pasado y las formas ancestrales y hacia arriba el presente y las formas más “mamíferoides”, en las que se ve claramente la disminución y desplazamiento de los huesos que darán origen al oído medio.
Figura 36.8
Georges Léopold Chrétien Frédéric Dagobert Barón de Cuvier, uno de los primeros y más prestigiosos antidarwinistas.
Figura 36.9
La presencia de una articulación articular doble no fue exclusiva de Diarthrognathus spp, varios otros cinodontos como Probainognathus sp. “imagen anterior” y mamíferoides primitivos muestran esta misma adaptación, que permite justificar su existencia como fósiles transicionales (Shoshani, 2003), deshabilitando la paradoja de Cuvier.
Figura 36.10
A la derecha tenemos un animal con paladar simple, las fosas nasales abren directamente a la boca, por lo que este animal no puede masticar prolongadamente. A la izquierda un animal con paladar secundario que separa dos cavidades, una nasal y otra bucal, lo cual permite masticar o adherir la boca a algo sin dejar de respirar, lo cual es una ventaja a la hora de masticar el alimento o de permanecer unido al pezón de la madre al ser amamantado.
Figura 36.11
La falla en la fusión y formación del paladar secundario se denomina paladar hendido, si el paladar no se fusiona en el rostro se llama labio leporino. El hueso del paladar secundario puede ser destruido por otras causas, como esnifar cocaína.
Figura 36.12
Dientes polifiodontos reemplazables toda la vida.
Figura 36.13
Dientes de leche y de hueso en el cráneo de un joven humano.
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