El ajiaco santafereño es una sopa tradicional colombiana originaria de la región andina, especialmente de Bogotá. Su base consiste en pollo, tres tipos de papa (criolla, pastusa y sabanera), mazorcas de maíz, guascas (una hierba autóctona), y se sirve comúnmente con crema de leche, alcaparras y aguacate.
Desde el punto de vista nutricional, el ajiaco es una comida completa y equilibrada. Las papas aportan carbohidratos complejos, mientras que el pollo ofrece proteínas de alta calidad. Las guascas, además de su sabor característico, contienen compuestos antioxidantes. La crema de leche y el aguacate suman grasas saludables, y las alcaparras brindan un toque de sodio y minerales. Este conjunto de ingredientes proporciona una combinación adecuada de macronutrientes y micronutrientes esenciales para la salud.
Históricamente, el ajiaco tiene raíces precolombinas. Los Muiscas, habitantes del altiplano cundiboyacense, preparaban una sopa con papa, cebolla, maíz y guascas, ingredientes que aún se conservan en la receta actual . Con la llegada de los colonizadores españoles, se incorporaron elementos como el pollo, la crema de leche y las alcaparras, enriqueciendo y transformando el plato.
El ajiaco no solo es un alimento, sino también un símbolo de la identidad cultural de Bogotá y de Colombia en general. Su preparación y consumo en reuniones familiares y festividades refuerzan los lazos comunitarios y la memoria histórica. Además, en la actualidad, el ajiaco es reconocido como un patrimonio gastronómico que refleja la diversidad cultural del país..
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