Wilhelm Reich (1897-1957) fue un psiquiatra y psicoanalista austriaco que emigró a Estados Unidos. Inicialmente, fue un discípulo prometedor de Sigmund Freud, pero con el tiempo desarrolló sus propias y excéntricas teorías. Reich postuló la existencia de una energía cósmica omnipresente que llamó "orgón", una especie de fuerza vital universal. Afirmaba que esta energía podía ser canalizada y acumulada para promover la salud física y mental, mejorar la sexualidad e incluso influir en el clima. Su invención más infame fue el "acumulador de orgón", una caja hecha de capas alternas de materiales orgánicos (como lana o algodón) e inorgánicos (como acero o hierro). La gente, a menudo individuos adinerados y crédulos, se sentaba dentro de estas cajas, esperando absorber el orgón y curarse de dolencias que iban desde el cáncer hasta la impotencia.
La premisa era absurda desde el punto de vista científico. No existía ninguna evidencia de tal energía o de la capacidad de esas cajas para acumularla. La vergüenza ajena se acentúa por los testimonios de usuarios que juraban sentir "cosquilleos" o "calor" dentro de los acumuladores, atribuyendo mejoras a la energía orgónica cuando, en realidad, era puro efecto placebo o una coincidencia. Reich, con su carisma, vendía estas cajas por sumas exorbitantes y ofrecía terapias con orgón, construyendo un verdadero culto alrededor de su "ciencia".
El escándalo culminó con la intervención de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA). La FDA investigó a Reich y sus afirmaciones, concluyendo que sus acumuladores de orgón eran fraudes y sus teorías, pura pseudociencia. En 1954, un tribunal federal emitió una orden judicial que prohibía la venta interestatal de los acumuladores de orgón y ordenaba la destrucción de toda la literatura relacionada con la "ciencia del orgón". Reich, desafiando la orden, fue encarcelado por desacato y murió en prisión, llevando un final trágico y vergonzoso a su saga de la "fuerza vital". Su caso es un recordatorio clásico de cómo una idea refutada científicamente puede reaparecer bajo nuevas formas, explotando la credulidad y el deseo de soluciones mágicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario