Figura. Henri Victor Regnault

Henri Victor Regnault, destacado científico francés del siglo XIX, se consolidó como una figura clave en el avance de la física experimental y la química. Reconocido por su rigurosidad metodológica, Regnault dedicó gran parte de su carrera al estudio cuantitativo de las propiedades físicas de los gases. Sus investigaciones se centraron especialmente en la medición precisa de la densidad, la presión y la temperatura, lo que permitió refinar los modelos existentes sobre el comportamiento gaseoso. Su enfoque experimental fue esencial para corregir errores comunes en las primeras formulaciones de la ecuación de estado de los gases, aportando datos empíricos de gran exactitud en una época en la que la instrumentación aún era limitada.

Uno de sus mayores aportes fue la determinación de la temperatura absoluta, donde ajustó el valor del cero absoluto a 273 grados bajo cero en la escala Celsius, base del sistema kelvin moderno. Esta corrección fue vital para consolidar la ecuación de estado de los gases ideales y para que otros científicos, como Clausius o Clapeyron, pudieran desarrollar la teoría termodinámica con mayor solidez. Asimismo, Regnault estudió la capacidad calorífica de diversas sustancias y diseñó aparatos de calorimetría que fueron referencia durante décadas. Su meticulosidad en la recopilación de datos experimentales generó tablas de propiedades físicas que sirvieron como estándar para la comunidad científica europea del siglo XIX.

El legado de Regnault no se limita solo a sus descubrimientos, sino también a su impacto institucional: dirigió la fabricación de instrumentos científicos de precisión y formó parte del cuerpo académico de instituciones como el Collège de France y la École Polytechnique. Su trabajo fue crucial en un momento en el que la termodinámica emergía como una ciencia formal, y sus contribuciones ayudaron a consolidar los cimientos experimentales sobre los cuales se desarrollaron leyes universales del comportamiento de la materia. Por ello, muchos consideran que la constante universal R que aparece en la ecuación de los gases ideales podría ser un homenaje a su nombre, dado su papel fundamental en la corrección y validación empírica de dicha ecuación.