Figura. Guillaume Amontons

Guillaume Amontons (1663–1705) fue un físico e inventor francés cuya obra científica se desarrolló en un contexto profundamente marcado por el auge del nacionalismo europeo, especialmente en Francia y Gran Bretaña. Aunque su vida precede a las Guerras Napoleónicas (1803–1815), su legado científico fue reivindicado y exaltado durante el periodo napoleónico, cuando Francia buscaba destacar a sus científicos como símbolo del poder y prestigio nacional. En este marco, las contribuciones de Amontons al estudio de los gases y la termodinámica fueron vistas no solo como avances científicos, sino también como pruebas de la superioridad intelectual francesa frente a sus rivales británicos.

Durante las Guerras Napoleónicas, la ciencia se convirtió en un terreno de competencia simbólica entre Francia y Gran Bretaña. Los descubrimientos científicos eran utilizados por ambos países para alimentar el orgullo nacional, y los nombres de figuras como Guillaume Amontons, Lavoisier o Laplace eran invocados por los franceses como prueba del genio nacional. En contraste, los británicos hacían lo propio con Boyle, Newton y Cavendish. En este escenario, la figura de Amontons adquirió una nueva dimensión patriótica: su ley, que relaciona la presión y la temperatura de un gas, no solo era un principio físico, sino una bandera del avance ilustrado francés frente al empirismo británico.

Este contexto de rivalidad también impulsó la institucionalización de la ciencia en ambos países. Francia promovió la creación de organismos como el Bureau des Longitudes y el Institut de France, donde se celebraban las aportaciones de científicos como Amontons. Al mismo tiempo, en Gran Bretaña, instituciones como la Royal Society apoyaban investigaciones que respondían a los desafíos planteados por los franceses. Así, el legado de Guillaume Amontons no puede separarse del fervor nacionalista que caracterizó a Europa en los albores del siglo XIX, donde la ciencia era tan estratégica como la diplomacia o la artillería..