lunes, 20 de marzo de 2023

Esqueleto-humano

19. Biología de los huesos y cartílagos

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Antes de iniciar con el sistema esquelético de los vertebrados, vale la pena hacer un breve estudio de la estructura del material que construye su sistema esquelético, el cual está hecho de dos tipos de tejido principalmente, el tejido cartilaginoso y el tejido óseo.

  19.1 El hueso a nivel químico

La estructura de Ca-P de la fase sólida del hueso fue identificada inicialmente por de Jong en 1926 como un cristal de calcio semejante al mineral de apatita mediante la técnica de difracción de rayos X (De Jong, 1926). Estos hallazgos motivaron investigaciones posteriores tanto en las apatitas del hueso como en las apatitas biológicas, no solo por su importancia académica, sino por las aplicaciones terapéuticas que conllevaría un conocimiento más profundo de la composición química de los huesos. 

Figura 19.1. Las apatitas se definen como minerales de fosfato, las cuales pueden dividirse en tres categorías químicas: hidroxiapatitas, fluorapatitas y clorapatitas dependiendo de la concentraciones de los iones hidroxilo, flúor(1-) y cloro(1-) en el cristal. El cristal fue denominado apatita por el geólogo alemán Abraham Gottlob Werner en 1786. En nombre apatita traduce del griego “quien engaña” debido a la fácil tendencia que tienen los geólogos de clasificarlas erróneamente en otras categorías (Posner, 1985; Rey et al., 2009; Wopenka & Pasteris, 2005).

Pronto se hizo claro que existía una gran diversidad en los cristales de apatita, no solo al interior de las apatitas biológicas, sino también en las apatitas sintetizadas artificialmente y en las apatitas encontradas en los tejidos óseos. Una característica clara es que las apatitas biológicas eran más pequeñas que las apatitas geológicas (Posner, 1985; Rey, Combes, Drouet, & Glimcher, 2009; Wopenka & Pasteris, 2005).

(Eq.  19.1)  

(Eq.  19.2

La apatita es uno de los pocos minerales usados por los sistemas biológicos, siendo una estructura dura, teniendo en nivel 5 en la escala de Mohs y una dureza absoluta de 48, en comparación el diamante tiene el nivel 10 de la escala de Mohs y una dureza absoluta de 1600, mientras que el talco está en el primer nivel de la escala de Mohs y una dureza absoluta de 1. De los tres tipos de apatitas químicas, aquella que es empleada por los sistemas biológicos es la hidroxiapatita (Eq.  19.1) y (Eq.  19.2) (Posner, 1985; Rey et al., 2009; Wopenka & Pasteris, 2005). Como se mencionó la hidroxiapatita es el principal componente de la fase sólida de los huesos, y también del enamel, que es la estructura más dura producida por el hueso, la cual recubre los dientes. Y hablando de dientes, cerca de mediados del ciclo 20 se descubrió que ciertas comunidades que tenían un suministro natural de agua con alta concentración de fluor tenían una tasa de caries menor, esto se debe a que la hidroxiapatita al interactuar con el flúor cambia a una forma más estable denominada fluoroapatita (Eq.  19.3).

(Eq.  19.3

Sin embargo, el exceso de flúor puede causar enfermedades dentarias y esqueléticas (Posner, 1985; Rey et al., 2009; Wopenka & Pasteris, 2005).

  19.2 El hueso como célula y tejido

El sistema óseo, ya sea cartilaginoso o calcificado se caracteriza por un énfasis en la matriz extracelular que rodea a las células formadoras. En este sentido las propiedades de los tejidos óseos no emergen de la configuración de las células en sí, sino de las propiedades que van adquiriendo las proteínas de la matriz extracelular.

👉          Condroblasto: Condroblasto es un término impreciso que se usa ya sea para describir los precursores directos de los condrocitos, o de forma laxa para recalcar la relación entre las dos células de los tejidos óseos. Estas células más generales se denominan células mesenquimales pluripotenciales, y pueden diferenciarse tanto en condrocitos o pueden dar lugar a los osteoblastos (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal, Hall, & Witten, 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Condrocito: Son un tipo de célula que se encuentran en el cartílago. Se encargan de mantener la matriz cartilaginosa, a través de la producción de sus principales compuestos: colágeno y proteoglicanos. Los condrocitos conforman solo el 5% del tejido cartilaginoso, pero son esenciales para el mantenimiento de la matriz extracelular que comprende el 95% de este tejido (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Osteoblasto: son células del hueso encargadas de sintetizar la matriz ósea, por lo que están involucradas en el desarrollo y el crecimiento de los huesos. El desarrollo de los osteoblastos se ve influido por distintos factores que estimulan su formación como la hormona paratiroidea y la vitamina D. Se encargan del mantenimiento, el crecimiento y la reparación del hueso. Los osteoblastos se disponen en el frente formador de hueso, en una capa epitelioide de células cuboideas o cilíndricas bajas. El núcleo, con nucléolo único, está muy desarrollado, situado con frecuencia en el extremo de la célula más distante de la superficie ósea. Además, contienen un aparato de Golgi bien desarrollado, con numerosas mitocondrias, con abundante retículo endoplasmático rugoso que confiere un color intensamente basófilo al citoplasma. Su función es la de formar los cristales de hidroxiapatita, que están compuestos principalmente de fosfato y calcio. Los osteoblastos aún mantienen la capacidad para replicarse, hasta que son rodeados de matriz y pasan a un estado de mantenimiento de la misma denominadas osteocitos. El osteoblasto no es precursor del osteoclasto (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Osteocito: Los osteocitos son células que se forman a partir de la diferenciación de los osteoblastos, estas células son incapaces de dividirse, pudiéndose ver en cada osteoplasto sólo un osteocito. El citoplasma es ligeramente alargado y basófilo, con una enorme cantidad de prolongaciones citoplásmaticas, tienen poco desarrollado el retículo endoplásmico rugoso y el aparato de Golgi, además hay pequeñas gotas de lípidos y pequeñas cantidades de glucógeno. Tienen la capacidad de segregar o reabsorber la matriz ósea que les circunda, de hecho, se podría decir que estas células se han quedado atrapadas en su propia sustancia de secreción. A pesar de la distancia que hay entre los osteocitos, y de la cantidad de matriz que los separa, estos permanecen en contacto a través de pequeños canales, denominados conductos de Havers, que hay a lo largo del hueso. La comunicación de los osteocitos es importante para controlar la cantidad de hueso que se forma y deteriora (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Osteoplasto: Son las cavidades ovaladas situadas en el seno de la matriz ósea o sustancia insterticial, ocupada completamente por el osteocito. En sus paredes se encuentra el agujerito de salida de los canalículos óseos, que relacionan la totalidad de las cavidades entre sí (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Fibroblastos: Es un tipo de célula residente del Tejido conectivo propiamente dicho, ya que nace y muere ahí. Sintetiza fibras y mantiene la matriz extracelular del tejido de muchos animales. Estas células proporcionan una estructura en forma de entramado (estroma) a muy diversos tejidos y juegan un papel crucial en la curación de heridas, siendo las células más comunes del tejido conectivo. Se derivan de células primitivas mesenquimales y pluripotenciales. Las células estromales que potencialmente se pueden transformar en fibroblastos, osteoblastos, adipocitos y células musculares, se identifican en cultivos de médula ósea como células adherentes (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

Si el tejido óseo es cemento “hueso” o plástico-madera “cartílago” entonces los fibroblastos serían los obreros que se encargan de reconstruir un andamio cuando hay una falla estructural, para que luego a partir de la ruta establecida por las fibras, se pueda segregar nueva matriz extracelular de cartílago o de hueso para reparar la herida (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

👉          Osteoclasto: Es una célula multinucleada, móvil, gigante, que degrada, reabsorbe y remodela huesos. Al igual que el osteoblasto, está implicado en la remodelación de hueso natural. Deriva de células hematológicas. Los osteclastos, células responsables de la resorción de la matriz ósea, son células acidófilas y polinucleadas de gran tamaño. Ocupan una cavidad llamada laguna de resorción o laguna de Howship y se localizan en las superficies óseas firmemente asociadas a la matriz ósea, por medio de integrinas (α5β3). Los osteoclastos se forman por la fusión de varias células mononucleares derivadas de una célula madre sanguínea de la médula ósea, mostrando muchas propiedades de los macrófagos, formando parte del sistema monocítico macrofágico (Downey & Siegel, 2006; Eurell, 2004; FranzOdendaal et al., 2006; Hall, 2005; Jee, 1983).

Al igual que sucede con el músculo, el hueso es un tejido costoso metabólicamente, por eso constantemente se ve inmiscuido en un proceso de inspección para recortes de presupuesto. Cuando hacemos ejercicio se crean microfallas en nuestros huesos que son reparadas por los fibroblastos y por otras células formadoras de hueso, lo cual mantiene a los osteoclastos a raya, pero sin microfisuras por falta de ejercicio los osteoclastos se ponen a trabajar, y como si fueran buenos burócratas, degradan el hueso allí donde su sistema de retroalimentación juzga que el costo invertido en términos de bioelementos caros y difíciles de obtener del ambiente como el fósforo y el calcio es innecesario.

  19.3 Tejidos óseos y cartilaginosos

El hueso y el cartílago son unos tejidos vivos compuestos por un tipo de células concreto rodeado por una matriz extracelular. Para el hueso la célula es denominada osteocito rodeada por una matriz llamada hueso; para el cartílago la célula es denominada condrocito rodeada por una matriz extracelular llamada cartílago. Cada pareja de célula y matriz se organizan en unidades estructurales llamadas ostreon y osteon para el cartílago y el hueso respetivamente.

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Figura 19.2. Hueso a la derecha y cartílago a la izquierda. Las lagunas solo se distinguen de las células que resguardan en el cartílago. El hueso posee vasos sanguíneos y el cartílago no.

Cada unidad osteon se organiza de forma tal que una célula se encuentra organizada en forma de anillos concéntricos alrededor de un vaso capilar. Las células se encuentran fijas por la matriz extracelular producida. La unidad ostreon no está organizada, las células están dispersas aleatoriamente en una matriz debido a que el cartílago no está atravesado por vasos sanguíneos. Otra diferencia es que la laguna o estuche que contiene la célula osteocito/condrocito tiene un tamaño diferente en cada tejido, en el cartílago es grande y deja un espacio de color transparente y en el hueso no se puede distinguir del osteocito.

La matriz extracelular es en esencia proteínas y polisacáridos como el colágeno semejantes a los producidos por los invertebrados. Para el cartílago esto se queda así, haciéndolo un esqueleto orgánico completo. Para el hueso hay una modificación clave y es la liberación de un material que se cristaliza rápidamente llamado hidroxiapatita. Los cristales minerales sacrifican la flexibilidad de la matriz endureciéndola rápidamente. No existen valores absolutos en la acumulación de hidroxiapatita, por lo que existe un rango variable de dureza de los huesos, que puede variar en el caso del ser humano con la edad y la alimentación.


20. El hueso como órgano

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  20.1 Funciones del órgano óseo

El esqueleto es un marco compuesto por dos tipos de materiales cercanamente emparentados, el hueso y el cartílago. Para el caso concreto del ser humano el esqueleto cumple las siguientes funciones:

👉          Apoyo: El esqueleto provee un marco duro pero flexible sobre el cual se anclan y se apoyan los tejidos blandos. Los huesos de las piernas y las vértebras nos mantienen erectos, mientras que la cintura pelviana apoya los órganos abdominales.

👉          Movimiento: El esqueleto provee el punto de anclaje para los músculos. La contracción de los músculos permite el giro de las articulaciones.

👉          Protección: El esqueleto sirve como una armadura ligera para los órganos internos como el corazón, los pulmones y el cerebro. Debido a que el esqueleto vertebrado está vivo, puede crecer junto con el resto del cuerpo, evitando el molesto proceso de ecdisis de los artrópodos y otros ecdizozoos.

👉          Almacenaje de minerales: El esqueleto almacena minerales, especialmente el calcio y el fosforo, los cuales pueden ser reabsorbidos al sistema circulatorio. El calcio y el fosforo cumplen funciones metabólicas diferentes de cristalizarse en el esqueleto.

👉          Almacenamiento de grasa: El núcleo de los huesos largos almacena tejidos ricos en grasas, las cuales pueden ser reabsorbidas a la sangre en momentos de estrés ambiental.

👉          Producción de sangre: El núcleo de los huesos largos también posee tejidos que almacenan células madres pluripotenciales, las cuales sirven para regenerar otros sistemas como los tejidos sanguíneos y los tejidos del sistema inmune.

  20.2 Anatomía del órgano óseo

La constitución general del hueso es la del tejido óseo. Si bien no todos los huesos son iguales en tamaño y consistencia, en promedio, su composición química es de un 25 % de agua, 45 % de minerales como fosfato y carbonato de calcio, y 30 % de materia orgánica, principalmente colágeno y otras proteínas. Así, los componentes inorgánicos alcanzan aproximadamente 2/3 (65 %) del peso óseo (y tan solo un 35 % es orgánico). Los minerales de los huesos no son componentes inertes ni permanecen fijos sino que son constantemente intercambiados y reemplazados junto con los componentes orgánicos en un proceso que se conoce como remodelación ósea. Su formación está regulada por las hormonas y los alimentos ingeridos, que aportan vitaminas de vital importancia para su correcto funcionamiento. Sin embargo, no todas las partes del cuerpo tienen este tipo de tejido.

Es un tejido muy consistente, resistente a los golpes y presiones, pero también elástico, protege órganos vitales como el corazón, pulmones, cerebro, etc., asimismo permite el movimiento en partes del cuerpo para la realización de trabajo o actividades estableciendo el desplazamiento de la persona. Forma el aparato locomotor originando la estructura ósea o esqueleto. Es también un depósito de almacenamiento de calcio y fósforo del cuerpo. Los huesos se componen de un tejido vivo llamado tejido conectivo. Como órgano el hueso consta de varios tipos de tejido. El principal es evidentemente el tejido óseo, que a su vez se diferencia en dos categorías, el hueso compacto o cortical y el hueso esponjoso. El hueso cortical o compacto se ubica en el exterior del órgano conformando un estuche duro que protege la parte interna de golpes penetrantes, mientras que el hueso esponjoso posee una estructura más flexible adaptada a la absorción de impactos y otras fuerzas para su disipación. Finalmente, en el interior se única un tejido mieloide caracterizado por la presencia de grasa, vasos sanguíneos y tejido no especializado generador del tejido sanguíneo. Adicionalmente entre los poros cada hueso posee una amplia irrigación sanguínea de tipo capilar que distribuye los materiales de reforzamiento o regulación del hueso. De hecho, el sistema circulatorio capilar es tan importante para el hueso que este se organiza alrededor de los capilares.

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Figura 20.1. La clasificación del hueso en compacto y esponjoso es macroscópica y se detecta por la cantidad de poros, un hueso muy poroso es esponjoso, y un hueso sin poros notables es compacto.

  20.3 Densidad de los huesos

Los 206 huesos del esqueleto humano binen en una amplia gama de tamaños y formas. La mayoría contienen diferentes tipos de hueso como el hueso compacto y el hueso esponjoso que dependen principalmente de la función relativa del hueso específico.

👉          El hueso compacto: El hueso compacto es muy denso con muy pocos poros. Forma el tallo de los huesos largos como los que forman los quiridios “huesos largos de los brazos y las piernas”. En el cuerpo, el hueso compacto está cubierto por una membrana semejante a un guante excepto por las articulaciones. Esta membrana denominada periostio también se encarga de facilitar el transporte de nutrientes al hueso.

El periostio contiene vasos sanguíneos capilares, nervios y células encargadas de generar hueso o cartílago, así como otras encargadas de su reparación y destrucción. Cuando un hueso se fractura el dolor no proviene del hueso sino de la rotura del periostio debido a que este último también posee tejido nervioso que al cortarse envía la señal de dolor.

👉          Hueso esponjoso: Es como un sistema de andamios con fibras delgadas y grandes espacios internos. El hueso esponjoso es principalmente encontrado en huesos que no están relacionados con el soporte de fuerzas o tensiones muy potentes, en general huesos pequeños y planos o en las puntas o cabezales de los huesos largos.

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Figura 20.2. En la imagen anterior podemos apreciar la médula roja "red marrow" rodea a la médula amarilla "yellow marrow", aunque hay que admitir que la médula amarilla se ve más bien anaranjada.

Algunos huesos esponjosos en los adultos están llenos de un tipo de tuétano denominado médula roja donde se forman las células del tejido sanguíneo y del sistema inmune. A medida que se envejece la médula roja se reemplaza con médula amarilla que está compuesta por tejido graso para el almacenamiento de energía en forma de grasas.

  20.4 El cartílago

El cartílago tiene una relación compleja con el hueso en los seres humanos. Existen estructuras esqueléticas que emergen como cartílago y se quedan como cartílago, como es el caso del puente de la nariz (Figura 20.3). Pero todo el hueso que se forma en el cuerpo humano emerge originalmente como cartílago.

Los cartílagos más densos del cuerpo humano se encuentran en las orejas, la nariz y las fusiones intercostales, pero existe cartílago en la superficie de las articulaciones. En este sentido la unidad celular del cartílago “condrocito” debe ser reemplazada por la unidad estructural del hueso “osteocito”.

El remplazo es a medias debido a que no hay reemplazo como tal, la célula de cartílago se transforma en célula del hueso en la medida que el cartílago se transforma en hueso.  Los tejidos en los que la unidad de cartílago se transforma en hueso, dicha unidad recibe el nombre de osteoblasto.

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Figura 20.3. Elementos cartilaginosos en el esqueleto humano.

Durante el desarrollo embrionario humano, la mayor parte de esqueleto se forma como cartílago, el cartílago posee ventajas sobre e hueso debido a que los osteoblastos inmaduros pueden reproducirse rápidamente y llenar espacios a gran velocidad, lo que redunda en que el cartílago puede crecer y desarrollarse de forma efectiva y rápida.  Las células óseas maduras no pueden reproducirse y están fijas en su matriz dura. Los osteoblastos al igual que los condrocitos segregan inicialmente una matriz de colágeno, que funciona como un andamio de plástico flexible, pero a diferencia de los condrocitos, una vez son estimulados hormonalmente, los osteoblastos segregan las sales minerales que al cristalizarse los encajan en el hueso. En el punto en que un osteoblasto empieza a producir las sales minerales se los denomina osteocitos.

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Figura 20.4. El hueso crece igual que una planta, los discos apicales poseen las células madre, que estimuladas por la hormona del crecimiento, van convirtiendo el cartílago en hueso.

Para el momento del nacimiento el esqueleto cartilaginoso ha sido reemplazado casi por complete por hueso, excepto por las partes donde se necesita un crecimiento rápido. Hacer crecer hueso es muy difícil, por lo que mantener una estructura de cartílago facilita el crecimiento y la reparación de las lesiones.

  20.5 Hormonas y crecimiento óseo

Durante la infancia el crecimiento óseo es poderosamente estimulado por la hormona de crecimiento, la cual es liberada por la glándula pituitaria anterior. La hormona de crecimiento estimula el hígado para liberar los factores de crecimiento que producen un estímulo e el crecimiento de las regiones aun cartilaginosas de los huesos.

La hormona tiroides modifica la actividad de la hormona de crecimiento limitándola, asegurando en la mayoría de los casos que los huesos crezcan en proporciones simétricas y concordantes con el bauplan de la especie. Durante la pubertad, muchos niños experiencia un pequeño pico de crecimiento, después del cual se alcanza prácticamente su longitud máxima estimuladas por las hormonas sexuales como la testosterona y el estradiol.

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Figura 20.5. El crecimiento del hueso está mediado por la acumulación de cartílago en los polos de crecimiento. En este sentido el hueso esponjoso es más joven y el hueso compacto más viejo. Sin embargo, con la edad el hueso compacto puede revertirse a hueso esponjoso.

Inicialmente las hormonas sexuales estimulan las células del cartílago en las regiones que aún no han sido transformadas en hueso, creando un frenesí mitótico.  El frenesí se mantiene por pocos meses hasta que se hace más lento y luego se detiene con la osificación del cartílago de crecimiento a los 18 años en las mujeres y en los 21 años en los hombres aproximadamente.

  20.6 Reparación y regeneración

A pesar de su fuerza notable, los huesos se rompen de forma ocasional debido a lesiones por las interacciones con los factores ecológicos. Los huesos poseen la capacidad de reensamblarse. Cuando un hueso se rompe, lo primero que pasa es el rompimiento de su sistema capilar y un sangrado. Al igual que en el ambiente externo, la sangre forma un coagulo interno denominado hematoma. Después de algunos días unas células de tejido conectivo denominadas fibroblastos crecen al interior de la herida provenientes del periostio e invaden el coágulo. Los fibroblastos segregan colágeno que forman una red denominada callo "woven bone", el cual une las superficies rotas. Posteriormente, algunos de los fibroblastos se diferencian en osteoblastos generadores de cartílago, el cual se segregado alrededor del callo. Posteriormente, otros osteblastos provenientes del periostio invaden el cartílago y se diferencian en osteocitos regenerando el hueso alrededor del cartílago. Este punto de soldadura es por lo general más denso que el hueso original.

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Figura 20.6. En el modelo anterior podemos ver un resumen del proceso de regeneración ósea, (1) formación del hematoma, (2) Formación del callo, (3) Maduración del callo con cartílago y (4) Reemplazo de cartílago por hueso maduro.

  20.7 Remodelación ósea

Incluso después de que nuestros huesos han alcanzado su máxima envergadura, estos continúan sufriendo procesos de transformación a lo largo de nuestra vida (YouTube), a este proceso de cambio se lo denomina remodelación ósea. La remodelación ósea mantiene   a los huesos Fuertes donde es necesario y ahorra recursos donde es conveniente. Ambos fenómenos son mutuamente excluyentes, mantener un hueso poderoso requiere invertir mucha energía metabólica, así como materiales que actúan como metabolitos limitados de importancia como el calcio y el fósforo. Cuando se ahorra energía y materiales se obtiene un hueso barato pero débil. Para mantener un equilibrio funcional, el sistema depende de la tensión o uso de un hueso determinado. Cuando un hueso se tensiona o recibe impactos por uso “durante el ejercicio”, sufre microrupturas, que a su vez son soldadas rápidamente. La soldadura de las microfracturas no solo recupera la función original, sino que hace del tejido más fuerte que antes. Pero si un hueso no sufre microlesiones de forma regular es debilitado para usar esos materiales donde sea más útil.

Ya hemos mencionado que los osteoblastos son las células encargadas de la regeneración y mantenimiento del hueso. Pero también existe un tipo de células con la función opuesta y se encarga de la degradación del hueso, a estas células se las denominan osteoclastos. La degradación de los huesos implica que el calcio y el fósforo son reabsorbidos al sistema circulatorio, por lo que la regulación de la densidad de los huesos está relacionada con el equilibrio de metabolitos en la sangre. Dos hormonas juegan el papel de señalizador para construir o degradar el hueso. Cuando los niveles de calcio son altos en la sangren, se segrega la hormona calcitocina desde la glándula tiroides. La calcitocina estimula la función de los osteoblastos incrementando la formación de hueso nuevo y bloquea la activación de los osteoclastos. La hormona paratiroides se encarga de estimular la degradación del hueso al estimular la función de los osteoclastos y bloquear a los osteoblastos. La secreción de las dos hormonas mantiene la cantidad de calcio en la sangre relativamente estable. En las mujeres el estradiol también posee un efecto en el estímulo de y mantenimiento de la producción de hueso, cuando el nivel hormonal baja mucho se presenta decalcificación y perdido del tejido óseo.


21. Esqueleto humano

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  21.1 Consideraciones generales de los vertebrados

El esqueleto de los vertebrados es generalmente interno, pero existen algunos linajes que lo han externalizado para cumplir funciones de protección. En los vertebrados el esqueleto cumple las funciones de dar forma, apoyar los órganos, soportar el peso, anclar los músculos para producir el movimiento, proteger de forma interna tejidos y órganos sensibles como el sistema nervioso central y las vísceras y en ocasiones también de proteger de forma externa. De todos los sistemas de órganos estudiados por la anatomía comparada, es del esqueleto del cual se puede ofrecer una reconstrucción histórico-evolutiva más detallada, esto se debe a que al ser una parte dura, su fosilización es mucho más sencilla que la de los seres vivos compuestos por esqueletos hidrostáticos. Básicamente la historia de la evolución de los vertebrados está escrita en sus huesos.

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Figura 21.1. Tradicionalmente el estudio del esqueleto separa el eje de los apéndices.

Si tomamos en cuenta todos los vertebrados podemos afirmar que el sistema esquelético está compuesto por un exoesqueleto y un endoesqueleto. El exoesqueleto está formado por o al interior del integumento, la dermis da origen al hueso y la epidermis a la queratina formando placas protectoras muy duras. El endoesqueleto se forma en la profundidad del cuerpo a partir del mesodermo y otras fuentes en contacto con el celoma. Los tejidos que contribuyen a la formación del esqueleto incluyen el tejido conectivo fibroso, el hueso y el cartílago. Durante el curso de la evolución de los vertebrados la mayoría de los huesos del endoesqueleto se encuentra al interior del integumento y protege la superficie de las estructuras. Las armaduras dérmicas o exoesqueletos de algunos linajes como los ostracodermos, placodermos y quelonios ofrecen protección a la superficie de la dermis reforzando el endoesqueleto o incluso reemplazándolo. Algunos huesos externos se hunden en la epidermis fisionándose con el endoesqueleto para formar estructuras compuestas. En términos prácticos es difícil diferenciar entre endoesqueleto y exoesqueleto en algunos grupos de vertebrados como los placodermos.

Más que hacer referencia a la nomenclatura de huesos aislados en esta serie de artículos estudiaremos el sistema esquelético en bloques: el bloque axial, el bloque de la cintura especular y el bloque de la cintura pélvica. Así mismo, debido a la gran cantidad de detalles que se obtiene del cráneo en la perspectiva evolutiva, para los artículos de anatomía comparada se separará el bloque axial en: el cráneo y el esqueleto axial postcraneal. Iniciaremos nuestro estudio de los vertebrados con la especie que mejor conocemos sin haber tenido que hacer un curso de anatomía, es decir nuestro propio cuerpo, el esqueleto humano.

  21.2 Ahora si el esqueleto humano

Consideraremos el sistema esquelético humano y veremos su rol en la apariencia física del ser humano. Examinaremos a estructura de los huesos y veremos cómo soporta nuestros cuerpos en contra de la gravedad. De cierta forma colocar este sistema al inicio de la discusión de los vertebrados puede sonar antropocentrista, sin embargo, es una buena forma de comenzar a estudiar las partes más relevantes, para que luego la evolución de las estructuras homólogas pueda entenderse con mayor claridad. También consideraremos las articulaciones, los lugares donde los huesos se encuentran y veremos cómo es que funcionan como puntos de apoyo que permiten el movimiento. A diferencia de los esqueletos calcáreos de la mayoría de los invertebrados –excepto los tunicados –los huesos y cartílagos que componen el sistema esquelético de los vertebrados es una estructura viva, compuesta no solo por sedimentos minerales, sino también por estructuras celulares que crean la capa mineral y que las nutren. Esto le permite al esqueleto ser una estructura dinámica y adaptable a los estímulos ambientales que debe soportar el individuo. También amaizaremos la estructura del esqueleto humano en base a dos bloques funcionales: el esqueleto axial y el esqueleto apendicular.


22. Esqueleto axial humano

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La palabra axial deriva de eje, en este caso hace referencia a un tronco central del cual deriven una serie de elementos asociados. El esqueleto axial humano o de cualquier vertebrado hace referencia al eje sobre el cual se articulan las extremidades. El esqueleto axial incluye el cráneo, la columna vertebral, la caja torácica pero excluye los huesos de las cinturas escapular y pelviana.

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Figura 22.1. El esqueleto axial humano, masculino y femenino. La diferencia más evidente es que los hombres tienen una caja torácica más voluminosa.

El esqueleto axial protege y apoya nuestros órganos internos más vulnerables como el cerebro y la médula. Nos enfocaremos solo en los huesos más importantes de los casi 80 que componen esta parte del esqueleto. A nivel evolutivo y embrionario, el esqueleto axial es el más antiguo (Kardong, 2011), en ambos lo primero en aparecer fue la notocorda o elemento acompañante de la médula, que posteriormente encerró el cerebro en un tubo hueco y segmentado llamado columna vertebral o espinazo. Los elementos asociados al esqueleto axial emergen de este como las ramas de un árbol muy modificado.

  22.1 El cráneo humano

El cráneo “junto con la mandibular inferior y los huesos del oído” es la estructura ósea más compleja en el cuerpo humano. Sus principales divisiones con la bóveda craneana y el rostro. Muchos de los huesos del cráneo son fuertemente esponjosos, y las cavidades vacías que generan se denominan senos. Los senos hacen que el cráneo sea ligero, funciona como una cámara de reverberación para la voz y evidentemente protege los tejidos del sistema nervioso y de los sentidos del gusto, vista y oído.

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Figura 22.2. En la imagen anterior tenemos los principales huesos del cráneo humano. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Primer renglón: Imagen completa, hueso parietal, hueso frontal. Segundo renglón: hueso esfenoides, hueso zigomático, hueso temporal. Tercer renglón: maxilar, mandíbula, hueso hioides. Cuarto renglón: hueso occipital y hueso nasal.

👉          Bóveda: La bóveda craneana protege el cerebro, resguarda los huesos del oído y provee el sitio de anclaje para los músculos del rostro. El control sobre los músculos del rostro es extremadamente delicado, ya que es un componente indispensable en la comunicación humana. Está conformada por ocho o más huesos planos. El hueso frontal forma la frente delante de la bóveda craneana. Detrás de ellos extendiéndose a ambos lados de la línea media, los dos huesos parietales forman la punta y lados de la bóveda craneana.

El hueso occipital permanece en la parte trasera de la cabeza y rodea el foramen magnum, la apertura a través de la cual la medula espinal se proyecta. Poco antes y después del nacimiento, los huesos de la bóveda craneana están conectados por membranas denominadas fontanelas, también denominadas puntos blandos o molleja. Durante el nacimiento, las fontanelas permiten que el cráneo se comprima lo suficiente para poder pasar la cabeza a través de la vagina de la mujer. Las fontanelas también se acomodan rápidamente, a medida que el cerebro se expande durante la vida fetal y la primera infancia. Estos espacios son reemplazados por hueso para la edad de dos años.

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Figura 22.3. En la imagen anterior tenemos un modelo de los principales huesos del cráneo humano vistos frontalmente. Primer renglón: vista general, hueso frontal, maxilar. Segundo renglón: mandíbula, huesos zigomáticos, hueso nasal. El tabique que separa las fosas nasales es el hueso vomer.

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Figura 22.4. Izquierda, vista frontal-superior del cráneo, tres huesos son evidentes, el frontal, y los dos parietales. A la derecha la vista trasera del cráneo, los huesos más evidentes son el occipital y los dos parietales.

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Figura 22.5. Huesos internos del cráneo, estos se encuentran por debajo del maxilar y están asociados a la cavidad nasal: Los huesos lacrimales forman las paredes laterales de la cavidad nasal, el hueso etimoides forma el techo de la cavidad nasal y también es denominado como paladar primario, el hueso vomer separa los dos lados de la cavidad nasal, mientras que el hueso palatino forma el piso de la cavidad nasal y también se conoce como paladar secundario.

👉          Rostro: Los huesos faciales son 14, los cuales soportan varias estructuras sensoriales y los músculos del rostro. Los huesos nasales forman el puente de la nariz, son especulares y se encuentran fusionados en la línea media. Al interior de la nariz, una partición llamada septo nasal compuesto parcialmente por los huesos vómer y etimoide, dividen la cavidad nasal, de forma que el olfato sea estereoscópico y pueda identificar fuentes de olor. Los huesos de las mejillas son especulares y se denominan zigomáticos.

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Figura 22.6. El cráneo de un recién nacido aun no presenta las costuras cerradas.

Las áreas planas de estos huesos forman parte de la base de las fosas oculares. Cada hueso zigomático posee una extinción que se une con otra proveniente del hueso temporal para formar el arco zigomático de la mejilla. Los huesos más pequeños en el rostro son dos y se denominan huesos lagrimales. Los huesos lagrimales están localizados en las esquinas internas de los ojos, cerca de la nariz. Un ducto exocrino pasa a través de cada hueso lagrimal y drena las lágrimas desde sus respectivas glándulas y también conecta a la bóveda nasal.

👉          Mandíbula: Las mandíbulas están formadas por dos parejas de huesos, los maxilares y una pareja para formar la mandíbula. El maxilar forma la parte superior de la mandíbula, la mayoría de los músculos del rostro están conectados a esta, dándole al maxilar una función importante en la expresión facial. El maxilar forma parte del paladar secundario duro junto con los huesos palatinos. En algunos casos el maxilar no se fusiona adecuadamente y los huesos palatinos no se cierran, condición conocida como labio leporino y paladar hundido. La mandíbula también está compuesta por dos huesos conectados o fusionados. La mandíbula se encuentra conectada al resto del cráneo por medio de la articulación temporomandibular. Esta articulación le permite a la mandíbula abrirse y cerrarse y se encuentra vinculada a músculos poderosos para masticar.

  22.2 La columna vertebral humana y la caja torácica

La columna vertebral o espina dorsal es una serie de huesos que protegen a la medula espinal, formando un cilindro segmentado de huesos articulados denominados vertebras o discos.  Las vértebras se clasifican en base a su posición relativa. En el ser humano adulto normal hay 26 vertebras distribuidas del siguiente modo:

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Figura 22.7. De izquierda a derecha: vista ventral, lateral y dorsal de la columna vertebral (YouTube).

👉          Vértebras cervicales: son siete clasificadas con las letras C, la codificación va desde C1 hasta C7.se ubican en el cuello. Vértebras torácicas: son doce clasificadas con la letra T, la codificación va desde T1 hasta T12, se ubican en la espalda alta frente al pecho.

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Figura 22.8. A la izquierda tenemos las siete vértebras cervicales "amarillo impares" y "blanco pares". A la derecha en amarillo están resaltados los discos intervertebrales.

Vértebras lumbares: son cinco clasificadas con la letra L, la codificación va desde L1 hasta L5, se ubican en la espalda baja frente al estómago y vientre. Vértebra sacra:

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Figura 22.9. A la izquierda las doce vertebras de la región torácica y a la derecha los huesos de las costillas de la izquierda en una vista frontal.

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Figura 22.10. La última pareja de costillas no está conectada al esternón y se denominan costillas flotantes a pesar de que están conectadas a la médula espinal en la espalda.

Es una vértebra especial formada por la fusión de cinco vértebras embrionarias. La fusión de las vértebras en el sacro da una resistencia adicional a la espina dorsal en el punto en que el sacro se une a la cintura pelviana. Este refuerzo es necesario debido al gran estrés mecánico puesto sobre el sacro por el peso del cuerpo y los movimientos de las piernas.

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Figura 22.11. Vértebras lumbares, las vértebras resaltadas en amarillo son las impares, y las que están de color blanco son las pares.

👉          Vértebra del coxis: También conocida como hueso de la cola, está formada por la fusión de cuatro vértebras embrionarias. El coxis por otro lado no ha sido asociado a alguna función conocida y es considerada como la fusión de la cola. El problema es que los nervios de una cola vestigial aún están conectados al coxis y pueden generar un dolor significativo si el coxis es lastimado.  Cada una de las vértebras está separada por discos intervertebrales, placas de cartílago fibroso que ayuda al movimiento de las vértebras sin rozamiento o dolor. Las superficies están suaves y lubricadas reduciendo la resistencia al movimiento de los discos contra las vértebras. Los discos intervertebrales se comprimen con los años, lo cual explica parte de la disminución en la estatura de las personas a medida que envejecen.

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Figura 22.12. En blanco el sacro que es la vértebra más grande del cuerpo; y en amarillo el coxis.

La presión excesiva en los discos ocurre cuando se levanta un peso excesivo de forma inapropiada. El termino disco desviado es un mal nombre debido a que en realidad no se mueven, simplemente ejercen presión contra la médula, ya sea impidiendo el paso de impulsos nerviosos o generando dolores muy fuertes. Doce pares de costillas se conectan a la vertebras torácicas. Los primeros diez pares de costillas se encuentran fusionadas por cartílago de forma directa o indirecta al esternón. Su flexibilidad de permite a la caja torácica expedirse y contraerse con la ventilación pulmonar.


23. Esqueleto apendicular humano

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El esqueleto apendicular humano consiste en las cinturas y los quiridios. Una cintura es una estructura del esqueleto que soporta un quiridio.  La cintura escapular o pectoral soporta los quiridios superiores o brazos y conecta con la caja torácica, mientras que la cintura pélvica soporta a los quiridios inferiores o piernas y conecta con el sacro.

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Figura 23.1. El esqueleto apendicular consta de las cinturas y las extremidades.

En los humanos las funciones de las extremidades son altamente especializadas, lo cual contrasta con otros primates, en los que tanto brazos como piernas tienen la función de agarrar y soportar al animal en un árbol. Las funciones de los apéndices también están dadas por el modo en que las cinturas respectivas están unidas al esqueleto axial. Las extremidades superiores están sujetas a la cintura escapular que es más libre y en consecuencia capaz de realizar movimientos más amplios, pero con menos fuerza. Mientras que la extremidad inferior es más rígida pero más fuerte.

En línea con lo anterior, se puede afirmar que las extremidades humanas son fuertemente especializadas, las extremidades superiores tienen una capacidad de movimientos más fina, especialmente las manos, mientras que las piernas y los pies se encuentran especializadas para la caminata bípeda continua, algo que ningún otro primate vivo diferente de los humanos es capaz de realizar.

  23.1 Apéndices superiores humanos

👉          La cintura escapular: La cintra pectoral o escapular está compuesta por las escápulas –también llamadas omoplatos –y por las clavículas. Las clavículas presentan diferencias sexuales, en las mujeres las clavículas son más rectas, mientras que en los hombres son más curvadas, lo cual está relacionado con la amplitud promedio de los hombros de un adulto hormonalmente promedio. Cada una de las clavículas forma un puente relativamente rígido entre cada una de las escápulas y el esternón.

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Figura 23.2. En los modelos anteriores tenemos la cintura escapular masculina y abajo la cintura escapular femenina. En amarillo la escápula/omoplato y en blanco las clavículas. Aunque no es muy evidente, las clavículas femeninas son un poco más rectas de las masculinas.

👉          El quiridio superior: En una de las esquinas de un omoplato casi triangular se encuentra una unión que encaja con la cabeza del hueso húmero, que es el eje superior del quiridio superior. Hacia el otro extremo de del húmero se encuentra la articulación del codo, la cual conecta con el radio y el cúbito, los cuales forman el antebrazo. El codo está formado por la extensión del cúbito y su contacto articulado con el húmero. El radio y el cúbito se conectan con los ocho huesos del carpo en la palma de la mano, los cuales a su vez conectan a los cinco metacarpos, que conforman los dedos de la mano. Cada dedo incluye tres falanges, excepto el dedo pulgar que posee solo dos. En la bibliografía anglosajona tanto cúbito como omoplato se referencian con nombres diferentes. Para el caso del omoplato, este pasa a conocerse como escápula, y para el caso del cúbito, se lo denomina ulna.

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Figura 23.3. El quiridio superior humano. Como todo quiridio está compuesto por un estilopodio (húmero), un zeugopodio (cúbito y radio) y por un autopodio (carpos, metacarpos y dígitos).

  23.2 Apéndices inferiores humanos

👉          La cintura pelviana: En los seres humanos, las cinturas escapular y pelviana tienen un diferente modo de encaje con el esqueleto axial. La cintura escapular es móvil –rasgo sinapomórfico que comparten los humanos, los primates y los monos –la cual permite elevar el brazo en posición vertical, permitiendo originalmente un desplazamiento fácil por las copas de los árboles.

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Figura 23.4. La cintura pelviana masculina (arriba) y la cintura pelviana femenina (abajo) poseen un dimorfismo sexual bien marcado debido al influjo de las hormonas sexuales. El objetivo es simple, el orificio de la cintura pelviana en las mujeres es más amplio, ya que debe servir como espacio de dilatación para el canal del parto.

La cintura pelviana por el otro lado está sólidamente unida al esqueleto axial, y por lo tanto es más rígida que la escapular. Los dos huesos pélvicos que conforman la pelvis se unen a la vértebra más sólida, el sacro. En los humanos, los huesos de la cadera forman una cavidad semejante a un cuento, lo cual provoca que la caminata sea recta. Adicionalmente, el estradiol –hormona feminizante –provoca un crecimiento extra de la cintura pelviana en la mujer, en promedio casi cuatro centímetros más que en el hombre. Este espacio extra sirve para que la cabeza del bebe salga con mayor facilidad durante el parto.

👉          El quiridio inferior: Una cavidad en los huesos de la cintura permite la unión a la articulación con el quiridio inferior. A pesar de que la estructura es la misma, los nombres y la especialización de sus huesos cambian. El fémur conforma el eje principal del quiridio inferior y se conecta a la articulación de la rodilla. El hueso que se conecta en la rodilla con la articulación del fémur es la tibia. La fíbula por otro lado es un hueso más corto que corre en paralelo a la tibia. En el punto en que el fémur y la tibia se articulan existe un tercer hueso en forma de escudo que endurece la rodilla denominado patela. La patela puede ser un arma muy potente, un golpe de rodilla adecuadamente entrenado en el pecho de una persona puede fracturar el esternón y generar un paro cardiorespiratorio. La tercera parte del quiridio inferior se completa con los tarsos, metatarsos y falanges de los pies. Las falanges de los pies en los humanos se encuentran fuertemente reducidas y pueden considerarse vestigiales con respecto a la función de agarre que si está presente en los demás primates homínidos que han sobrevivido hasta la actualidad.

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Figura 23.5. El quiridio inferior humano posee algunos rasgos diferentes de su contraparte superior, además de ser más fuerte y rígido consta de un hueso extra en la articulación entre el estilopodio (fémur) y el zeugopodio (tibia y fíbula). Este hueso extra se llama patela. Por lo demás todas las estructuras son homólogas.

24. Articulaciones

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Las articulaciones son los puntos donde los huesos se encuentran sin realizar un contacto real. Las articulaciones pueden clasificarse en fibrosas, cartilaginosas o sinoviales, dependiendo de los componentes de su estructura. Algunas articulaciones permiten el movimiento amplio, otras un movimiento restringido, mientras que otras impiden cualquier movimiento.

  24.1 Articulaciones fibrosas

Las articulaciones fibrosas están compuestas por tejido conectivo fibroso. No poseen una actividad articular y por lo tanto la mayoría restringe el movimiento. Un ejemplo son las articulaciones presentes en los huesos parietales con el occipital y el frontal, estas articulaciones denominadas suturas se contraen a medida que el cráneo crese durante la infancia. Por otra parte aunque impiden el movimiento de los huesos, las suturas permiten un rango de movimiento limitado que les otorga la propiedad de amortiguar la fuerza de impactos en la cabeza.

  24.2 Articulaciones cartilaginosas

Por mucho son las articulaciones más famosas. Compuestas por tejido óseo cartilaginoso relativamente rígido pueden permitir o impedir el movimiento. Sin embargo debido a su rigidez intrínseca, los movimientos permitidos son más bien limitados, como en las vértebras, la unión de las costillas al esternón entre otros.

  24.3 Articulaciones sinoviales

La mayoría de las articulaciones pueden permitir un movimiento relativamente libre, y se clasifican como sinoviales. Una articulación sinovial (YouTube) consta de una membrana resistente a la fricción  que segrega un material viscoso que reduce dicha fricción. El líquido entra en contacto con dos superficies de cartílago que cubren los huesos que requieren movilizarse. La estructura sinovial se encuentra reforzada por ligamentos, que están formados por fuertes lazos de tejido conectivo denso que mantienen a los huesos juntos, apoyan a la articulación y dirigen el movimiento de los huesos.  Todas las articulaciones sinoviales comparten los rasgos anteriores, pero pueden diferir en los tipos y amplitud de movimientos que permiten.

  24.4 Ligamentos

Un ligamento es una banda de tejido conjuntivo fibroso muy sólido y elástico que une los huesos entre ellos en el seno de una articulación. El ligamento permite el movimiento, pero evita también mover los huesos de modo excesivo lo que previene las luxaciones en caso de movimientos forzados. Las principales enfermedades de los ligamentos están relacionadas con los traumatismos: esguinces leves cuando las fibras de los ligamentos están demasiado estiradas o esguinces graves en caso de rotura ligamentosa. Otros ligamentos no tienen nada que ver con las articulaciones y conectan los órganos entre ellos, como el ligamento gastro-esplénico que conecta el estómago y el bazo. Los ligamentos son estructuralmente semejantes a los tendones, pero estos conectan hueso con hueso, mientras que los tendones conectan músculo con hueso. Ambos comparten una baja irrigación y en consecuencia una baja tasa de regeneración, es por esto que las lesiones de ligamento o tendón para deportistas de alto rendimiento son una cuestión tan seria.

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