[Termoquímica] Sección 6. Conceptos clave. [Termoquímica de alimentos] [Tablas de valores de combustibles de los alimentos] Otros conceptos. [Fuentes de energía del mundo]
La mayoría de las reacciones químicas empleadas para la
producción de calor son de combustión. La energía liberada cuando se
quema un gramo de cualquier sustancia se conoce como el poder calorífico
o valor energético de dicha sustancia. Este poder calorífico,
tanto en alimentos como en diversos combustibles, puede medirse con precisión
mediante la calorimetría.
La glucosa como fuente de energía
La mayor parte de la energía que nuestro cuerpo necesita
proviene de los carbohidratos y las grasas. Los carbohidratos,
como los almidones, se descomponen en los intestinos en glucosa
(C₆H₁₂O₆). La glucosa, soluble en sangre, es comúnmente conocida como
azúcar en sangre. Desde allí, es transportada por la sangre a las células,
donde reacciona con el oxígeno (O₂) en una serie de pasos complejos
(estudiados en los capítulos de glucólisis y respiración celular).
Este proceso produce finalmente dióxido de carbono (CO₂(g)), agua
líquida (H₂O(l)) y energía, con una entalpía estándar de -2803
kJ/mol de reacción (equivalente a -2803 kJ por mol de glucosa).
Dado que los carbohidratos se descomponen con
celeridad, su energía se suministra de forma ágil al cuerpo. Sin embargo, el
cuerpo almacena solo una cantidad muy pequeña de carbohidratos. El valor
medio de combustible de los carbohidratos es de 17 kJ/g o 4
kcal/g
Las grasas como fuente de energía
De forma análoga a los carbohidratos, las grasas
también producen dióxido de carbono (CO₂) y agua (H₂O) al ser
metabolizadas. Por ejemplo, la triestearina (C₅₇H₁₁₀O₆), una grasa
representativa, posee una entalpía estándar de reacción de -275520
kJ/mol. El organismo emplea la energía química derivada de los
alimentos para funciones vitales como mantener la temperatura corporal,
la contracción muscular, y la construcción y reparación de tejidos.
Cualquier exceso de energía se almacena en forma de grasas.
Las grasas son especialmente idóneas como reserva energética
corporal por, al menos, dos motivos fundamentales: (a) su insolubilidad en
agua facilita su almacenamiento eficiente en el organismo, y (b) su
capacidad de producir más energía por gramo en comparación con las
proteínas o los carbohidratos, lo que las convierte en fuentes de energía
compactas. El valor medio de combustible de las grasas es de 38
kJ/g o 9 kcal/g
Midiendo la entalpía de una reacción en un paso o en múltiples pasos
La combustión de carbohidratos y grasas
en un calorímetro de bomba produce los mismos productos finales que su metabolismo
en el organismo. Es crucial entender que, si bien en el cuerpo las sustancias
orgánicas no se oxidan mediante una combustión rápida —evitando así la
autoignición espontánea—, la relevancia de la calorimetría radica en la
naturaleza de la energía.
Lo que ocurre es que la entalpía estándar de una reacción
(ΔH°), al ser una variable de estado, posee el mismo valor
independientemente de la ruta seguida. Esto significa que su magnitud es
idéntica tanto si la transformación se realiza en un único paso (como la
combustión en un calorímetro de bomba) como si sucede a través de una secuencia
de múltiples pasos graduales, tal como ocurre en los complejos procesos
metabólicos biológicos.
Proteínas como fuentes de energía
El metabolismo de las proteínas genera una cantidad
de energía inferior a la que se obtendría por su combustión en un calorímetro,
debido a la diferencia en los productos finales. Las proteínas contienen
nitrógeno, el cual se libera como nitrógeno molecular (N₂) en el calorímetro
de bomba. Sin embargo, en el organismo, este nitrógeno se transforma y
excreta principalmente como urea ((NH₂)₂CO).
El cuerpo utiliza las proteínas fundamentalmente como
materiales de construcción esenciales para la formación y reparación de
tejidos, tales como los de órganos, piel, cabello y músculos. En promedio, el metabolismo
de las proteínas produce aproximadamente 17 kJ/g o 4 kcal/g,
un valor energético similar al de los carbohidratos.
Tablas de valor de combustible en alimentos
Los valores de combustible para algunos alimentos comunes se
muestran en esta
tabla. Las etiquetas de los alimentos envasados detallan la composición
en carbohidratos, grasas y proteínas por porción promedio,
junto con la energía total que dicha porción aporta. La necesidad
energética de nuestro organismo fluctúa significativamente, influenciada
por factores como el peso corporal, la edad y el nivel de
actividad muscular.
Para mantener las funciones vitales a un nivel basal,
se requieren aproximadamente 100 kJ por kilogramo de masa corporal al día.
Una persona adulta promedio, con un peso de 70 kg (aproximadamente 154
libras), puede gastar alrededor de 800 kJ/h durante una actividad física
ligera, mientras que una actividad intensa puede demandar 2000 kJ/h
o incluso más. Cuando el valor energético (o contenido calórico)
de los alimentos ingeridos supera la energía gastada, el organismo
almacena el excedente en forma de grasa.
Calculando el valor de combustible
Definiremos el valor de combustible como el valor absoluto
de la. No existe un único símbolo Unicode universalmente estandarizado y
exclusivo para el parámetro "valor de combustible" que sea tan
distintivo como, por ejemplo, "ΔH" para la entalpía. En este
texto usaremos () por “fuel value” de
la sustancia (i). Esto implica que el valor de combustible será un valor
positivo, que es mas intuitivo, y estará dado en unidades de kJ/g.
Figura
1. El valor de combustible (Fᵥᵢ) es el valor absoluto de la entalpía a masa
de una sustancia, cuantificando su energía por unidad de masa. Se calcula
dividiendo la entalpía estándar de descomposición entre la masa molar.
El uso del valor absoluto evita signos negativos que confundan a
lectores no especializados en tablas de alimentos para dietas, garantizando que
las cifras reflejen directamente la magnitud de la energía disponible.
Figura
2. El valor de combustible de la mezcla (Fᵥ) se calcula sumando los valores
de combustible individuales (Fᵥᵢ) de sus componentes multiplicados por sus fracciones
de masa (wᵢ).
Este método revela el potencial energético de alimentos compuestos, ya
que los valores individuales están estandarizados. Así, nutricionistas y
chefs pueden estimar la energía para dietas equilibradas o la
optimización culinaria
Figura
3. El valor de combustible de una porción (Portion Fuel Value, PFV)
representará la energía total contenida en una porción definida de
una sustancia o alimento. Consecuentemente, sus unidades serán
exclusivamente de energía (por ejemplo, kilojulios o kilocalorías), ya
que no se estandariza por unidad de masa, sino que se refiere a la cantidad
energética presente en la porción específica indicada. De acuerdo con lo
expuesto, a partir de ahora nos referiremos a esta variable como Portion
Fuel Value (PFV).
Figura
4. La figura detalla cómo calcular el número de porciones para una tarea
específica. Esto depende de la magnitud de la tarea, una constante
de consumo (energía por actividad) y el valor de combustible por porción
(PFV). Asumiendo una relación lineal de consumo energético, este modelo
permite a nutricionistas y deportistas cuantificar la ingesta
necesaria para mantener el rendimiento en actividades como el metabolismo o el
desplazamiento.
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