Processing math: 100%
Menú de Química

jueves, 17 de abril de 2025

Leyes de sumatoria y ejercicios

Una ley de sumatoria indica que una cantidad total se obtiene al sumar de forma ordenada varios elementos individuales. Se representa con el símbolo sigma (), y su notación puede variar según el nivel de detalle que se quiera mostrar sobre el conjunto de datos.

Puedes imaginar el símbolo como el equivalente matemático del comando =SUMA en Excel. En Excel, después del comando se indica el rango de celdas a sumar, desde la inicial hasta la final. De manera similar, en la notación de sumatoria, se coloca debajo del símbolo sigma la variable de iteración (como i) y el valor inicial de esa variable (por ejemplo, i = 1), y encima del símbolo se escribe el valor final (n), indicando así desde qué elemento comienza la suma y hasta cuál se extiende.

Figura 1. Símbolo de la sumatoria explícita completa.

Sin embargo, en muchas ocasiones no se requiere tanto detalle. Por ejemplo, si ya sabemos que debemos sumar todos los elementos de un conjunto de datos, no es necesario especificar el índice inicial ni el final. En esos casos, basta con escribir simplemente el símbolo de suma (), lo cual es suficiente para expresar la idea de adición total.

Figura 2. Símbolo de la sumatoria implícita.

Las leyes de suma se representan de esta forma porque, con frecuencia, sabemos que una cantidad debe sumarse, aunque no tengamos claro cuántos elementos intervienen en un caso específico. Por ello, la notación de sumatoria, al igual que otras formas de escritura compacta como las diferencias (Δ) o derivadas, cumple una función fundamental: reducir la cantidad de escritura necesaria, especialmente durante una demostración matemática o al plantear fórmulas generales que describen leyes físico-químicas.

Este tipo de notación no solo facilita el trabajo escrito, sino que también permite pensar de manera más abstracta y general sobre los fenómenos que estamos modelando.

Cifras significativas

Antes de continuar, es importante destacar que los elementos de una suma pueden tener diferentes niveles de precisión, es decir, distinta cantidad de información numérica mostrada. A mayor número de decimales, mayor es la precisión del instrumento de medición utilizado, y por lo tanto, mayor la confianza en ese valor.

Sin embargo, al realizar una sumatoria, no se puede inventar información que no existe. La suma total debe expresarse con un nivel de precisión coherente con el dato menos preciso. Por esta razón, tanto en sumas como en restas, el resultado final debe redondearse al número de decimales correspondiente al dato con menor precisión decimal. Esta regla asegura que el resultado refleje adecuadamente las limitaciones de las mediciones originales y respete el concepto de cifras significativas.

Regla de Redondeo Estándar

La regla de redondeo estándar establece que, al reducir el número de cifras decimales de un valor numérico, debemos observar el primer dígito que se eliminará o primera cifra NO-significativa: si ese dígito es mayor o igual a 5, se aumenta en una unidad relativa el último dígito significativo que se conserva; si es menor que 5, el último dígito se mantiene sin cambios. Esta regla se aplica para mantener el valor aproximado lo más cercano posible al original, respetando la cantidad de cifras significativas requeridas en cálculos o reportes. Por ejemplo, si redondeamos el número 3,476 a dos cifras decimales, observamos el tercer decimal (6): como es mayor que 5, el número se redondea a 3,48.

Tipos

Las leyes de sumatoria pueden clasificarse en dos grandes dimensiones:

  1. Suma de magnitudes vs suma de vectores, y
  2. Suma de monomios vs suma de funciones.

Cuando hablamos de una suma de magnitudes, nos referimos a que todos los términos involucrados son valores positivos por definición, es decir, son valores absolutos. Un ejemplo típico de este tipo de sumatoria es la ley de Dalton de presiones parciales, donde se establece que la presión total de una mezcla gaseosa es igual a la suma de las presiones parciales de cada componente. En este caso, la presión es una magnitud escalar; no tiene dirección, y no puede ser negativa, ya que el concepto de presión negativa —por ejemplo, menor a cero atmósferas— no tiene sentido físico en la mayoría de los contextos reales.

Figura 3. Ley de Dalton de presiones parciales.

Figura 4. Ley de Newton de fuerzas parciales.

En contraste, una suma vectorial implica que algunos términos pueden tener signo negativo, ya que se trata de cantidades con dirección. Esto ocurre, por ejemplo, en la segunda ley de Newton, donde la fuerza neta es la suma vectorial de todas las fuerzas aplicadas. En estos casos, el signo representa la dirección relativa dentro del sistema de referencia.

Por otro lado, una suma de monomios se refiere a una adición en la que cada término de la sumatoria es una sola cantidad o producto simple, como en el caso de sumar masas, energías o temperaturas individuales. En cambio, una suma de funciones implica que cada término a sumar es una expresión compuesta, generalmente con más de una variable o factor. En este tipo de sumas, se debe evaluar la función completa para cada caso antes de proceder a la adición.

Figura 5. Masa molar de un elemento como la suma ponderada del producto de la frecuencia de cada isótopo por la masa molar de cada isótopo. Las cifras significativas en una sumatoria de este tipo pueden ser complejas, una forma de sacarlo adelante es dar el resultado en términos de la variable homóloga, en este caso calculamos la masa molar general Mx por lo que su resultado se expresará con las cifras significativas del término MA menos preciso.

Un ejemplo típico de suma de funciones es el cálculo de la masa promedio ponderada a partir de la frecuencia y la masa de distintos elementos o compuestos. En este caso, primero se multiplica la frecuencia por la masa para cada componente, y luego se suman todos los productos obtenidos.

Unidades

Las sumas pueden ser adimensionales, especialmente en ejercicios teóricos o de práctica con lápiz y papel, donde el foco está en el manejo de cifras significativas y no necesariamente en una aplicación física concreta. Sin embargo, cuando las sumas se utilizan en el contexto de una ley física, es fundamental prestar atención a las unidades de medida.

En una sumatoria física, todas las unidades deben ser iguales, ya que no es posible sumar cantidades con unidades distintas (por ejemplo, no se pueden sumar metros con segundos). Esta homogeneidad permite que las unidades puedan factorizarse fuera de la expresión, facilitando la escritura y la interpretación.

Al sustituir una sumatoria, es recomendable escribir todos los términos dentro de un paréntesis, sin unidades, y ubicar las unidades fuera del paréntesis. Esto aplica tanto para sumas de monomios como para sumas de funciones. En el caso de funciones, las unidades también pueden salir del paréntesis, siempre que se mantenga la estructura relativa de la operación: es decir, se aplican las mismas operaciones a las unidades que se aplican a los números.

Esta técnica no solo mantiene el orden en los cálculos, sino que además permite escribir las unidades una sola vez, evitando errores y repeticiones innecesarias.

Unidades en factores de conversión

En los factores de conversión, suele presentarse una paradoja aparente: la necesidad de sumar cantidades con las mismas unidades, pero con identidades distintas. A primera vista, esto podría parecer incorrecto, ya que no deberíamos sumar cantidades que representan entidades diferentes. Y, en efecto, desde un punto de vista conceptual, esto es válido. Sin embargo, cuando trabajamos con notación algebraica, donde la identidad de cada término está implícita en la función, esta contradicción desaparece.

Para resolver este tipo de sumatorias, es necesario realizar un análisis del sistema al que pertenecen las cantidades. Algunos estudiantes lo hacen de forma implícita, reconociendo que el total está compuesto por las partes, o, dicho de otra manera, que cada subidentidad del sistema forma parte del mismo todo. Por lo tanto, es válido sustituir cada parte por la identidad del sistema correspondiente y realizar la suma sin violar los principios fundamentales del álgebra.

Este enfoque es especialmente útil en conversiones complejas —por ejemplo, en sistemas de unidades derivados— donde, aunque las magnitudes tengan la misma unidad, representan distintos componentes del sistema. Entender esta equivalencia conceptual entre parte y todo permite aplicar correctamente la suma, siempre que las relaciones jerárquicas del sistema estén claras.

Magnitud vs vector

En los sistemas físicos y las leyes químicas, cuando enunciamos las relaciones utilizando lenguaje físico, es crucial tener en cuenta los signos de los parámetros involucrados en la sumatoria. En estos casos, si los términos de la suma deben tener en cuenta signos positivos o negativos, es recomendable utilizar una notación de flecha sobre el símbolo del parámetro. Esta técnica, aunque no es común en química, resulta extremadamente útil para mantener claridad sobre los signos en las sumas, lo cual es vital para la correcta interpretación química de varios sistemas importantes, como entalpías de reacción, precipitados o reactivos limitantes.

Figura 5. La ley de conservación de la masa es un caso especial que usualmente se interpreta de manera estática, es decir, como una simple afirmación de que la masa total es la suma de las masas de las sustancias involucradas. Sin embargo, también es importante entenderla en términos de cambio, donde la diferencia entre la suma de las masas finales y la suma de las masas iniciales debe ser igual a cero. Para evitar escribir explícitamente esta resta de dos sistemas en forma de sumatoria, se puede compactar la notación utilizando un sistema vectorial estequiométrico, en el cual todos los parámetros asociados al estado inicial se expresan con signo negativo. En cambio, si se trata de un sistema estático, no estamos ante una situación estequiométrica, y por lo tanto, la conservación de la masa se expresa usando magnitudes positivas sin signo, es decir, como sumas simples de cantidades absolutas.

De hecho, en química, dado que rara vez se usa esta técnica de compactación, es frecuente que las funciones se expresen de formas más complejas y engorrosas, lo que puede llevar a errores o confusión al tratar de identificar la dirección de ciertos procesos o cambios. Aplicar esta notación, aunque menos común, puede hacer que el trabajo con sumas de magnitudes físicas o químicas sea más claro y manejable, especialmente en contextos como cálculos de energía o balanceo de ecuaciones químicas.

Sumatorias simples de escalares

Ejemplo 1 En una mezcla gaseosa contenida en un recipiente, se encuentran tres gases con las siguientes presiones parciales: nitrógeno (N₂) con 450 mmHg, oxígeno (O₂) con 210 mmHg y argón (Ar) con 25 mmHg. Calcule la presión total del sistema aplicando la ley de Dalton de las presiones parciales, expresando el resultado en las unidades adecuadas y considerando las cifras significativas correspondientes.

Sumatorias de vectores unidicmensionales

Ejemplo 2 Sobre un objeto actúan tres fuerzas en diferentes direcciones: una fuerza de 12 N hacia la derecha (sentido positivo del eje x), una segunda fuerza de 8 N hacia la izquierda (sentido negativo del eje x) y una tercera fuerza de 5 N hacia la derecha. Calcula la fuerza neta que actúa sobre el objeto, indicando su magnitud y dirección (hacia la derecha o hacia la izquierda).

Sumatorias de vectores con funciones iterativas

Ejemplo 3 El hidrógeno natural en la Tierra es una mezcla de isótopos con masas atómicas distintas: protio (¹H) con 1.0078 u y una abundancia del 0.99985, deuterio (²H) con 2.0141 u y 0.00015 de abundancia, y tritio (³H) con 3.0160 u, presente en cantidades insignificantes. Considerando solo los dos isótopos principales, calcula la masa molar promedio del hidrógeno mediante una suma ponderada de las masas atómicas de cada isótopo multiplicadas por sus frecuencias naturales expresadas en forma decimal. NOTA: Las fracciones de masa son parámetros adimensionales, sin unidades.

Sumatorias de vectores estequiométricos

Ejemplo 4 En una reacción química donde 3HCl + Fe → FeCl₃ + H₂, se realizaron las siguientes mediciones: Masa inicial de HCl: 10.95 g Masa de FeCl₃ obtenido: 8.12 g Masa de H₂ producido: 0.30 g Calcula la masa de hierro (Fe) que reaccionó ¿Explica cómo podemos saber que es la masa de un reactivo en la notación algebraica?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario