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jueves, 17 de abril de 2025

Leyes de sumatoria

[Unidades y medidas] Sección 4.  Conceptos clave  [Leyes de sumatoria][Ratios y productosOtros conceptos [El tratado del metro]



Una ley de sumatoria indica que una cantidad total se obtiene al sumar de forma ordenada varios elementos individuales. Se representa matemáticamente con el símbolo sigma (), una letra griega mayúscula. La notación de esta sumatoria puede variar, adaptándose al nivel de detalle que se requiera sobre el conjunto de datos a incluir.

Puedes imaginar el símbolo como el equivalente matemático del comando "=SUMA" en programas como Excel. Así como en Excel, después del comando se especifica el rango de celdas a sumar (desde la inicial hasta la final), la notación de sumatoria funciona de manera similar. Debajo del símbolo sigma se coloca la variable de iteración (comúnmente i o j) y el valor inicial de esa variable (por ejemplo, i=1). Encima del símbolo se escribe el valor final (n). Esta configuración indica claramente desde qué elemento comienza la suma y hasta cuál se extiende, proporcionando un método conciso y universal para expresar la adición de múltiples términos.

Diagrama

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Figura 1. La función sumatoria (Σ) indica la suma ordenada de elementos individuales para un total. El subíndice marca el inicio y el superíndice el final de la suma; si no se especifican, se suma la serie completa. Es vital en física (suma de fuerzas, leyes de conservación) y fue popularizada por Joseph Fourier, siendo una herramienta indispensable para la cuantificación y modelado científico.

Sin embargo, en muchas ocasiones no se requiere tanto detalle. Por ejemplo, si ya sabemos que debemos sumar todos los elementos de un conjunto de datos, no es necesario especificar el índice inicial ni el final. En esos casos, basta con escribir simplemente el símbolo de suma (), lo cual es suficiente para expresar la idea de adición total.

Las leyes de suma se representan de esta forma porque, con frecuencia, sabemos que una cantidad debe sumarse, aunque no tengamos claro cuántos elementos intervienen en un caso específico. Por ello, la notación de sumatoria, al igual que otras formas de escritura compacta como las diferencias (Δ) o derivadas, cumple una función fundamental: reducir la cantidad de escritura necesaria, especialmente durante una demostración matemática o al plantear fórmulas generales que describen leyes físico-químicas.

Este tipo de notación no solo facilita el trabajo escrito, sino que también permite pensar de manera más abstracta y general sobre los fenómenos que estamos modelando.

Cifras significativas

Antes de continuar, es importante destacar que los elementos de una suma pueden tener diferentes niveles de precisión, es decir, distinta cantidad de información numérica mostrada. A mayor número de decimales, mayor es la precisión del instrumento de medición utilizado, y por lo tanto, mayor la confianza en ese valor.

Sin embargo, al realizar una sumatoria, no se puede inventar información que no existe. La suma total debe expresarse con un nivel de precisión coherente con el dato menos preciso. Por esta razón, tanto en sumas como en restas, el resultado final debe redondearse al número de decimales correspondiente al dato con menor precisión decimal. Esta regla asegura que el resultado refleje adecuadamente las limitaciones de las mediciones originales y respete el concepto de cifras significativas.

Regla de Redondeo Estándar

La regla de redondeo estándar establece que, al reducir el número de cifras decimales de un valor numérico, debemos observar el primer dígito que se eliminará o primera cifra NO-significativa: si ese dígito es mayor o igual a 5, se aumenta en una unidad relativa el último dígito significativo que se conserva; si es menor que 5, el último dígito se mantiene sin cambios. Esta regla se aplica para mantener el valor aproximado lo más cercano posible al original, respetando la cantidad de cifras significativas requeridas en cálculos o reportes. Por ejemplo, si redondeamos el número 3,476 a dos cifras decimales, observamos el tercer decimal (6): como es mayor que 5, el número se redondea a 3,48.

Tipos

Las leyes de sumatoria pueden clasificarse en dos grandes dimensiones:

  1. Suma de magnitudes vs suma de vectores, y
  2. Suma de monomios vs suma de funciones.

Cuando hablamos de una suma de magnitudes, nos referimos a que todos los términos involucrados son valores positivos por definición, es decir, son valores absolutos. Un ejemplo típico de este tipo de sumatoria es la ley de Dalton de presiones parciales, donde se establece que la presión total de una mezcla gaseosa es igual a la suma de las presiones parciales de cada componente. En este caso, la presión es una magnitud escalar; no tiene dirección, y no puede ser negativa, ya que el concepto de presión negativa —por ejemplo, menor a cero atmósferas— no tiene sentido físico en la mayoría de los contextos reales.

Ecuación 1. Ley de Dalton de las presiones parciales. Enlace a la descripción de los términos.

Ecuación 2. Suma de fuerzas. Enlace a la descripción de los términos.

En contraste, una suma vectorial implica que algunos términos pueden tener signo negativo, ya que se trata de cantidades con dirección. Esto ocurre, por ejemplo, en la segunda ley de Newton, donde la fuerza neta es la suma vectorial de todas las fuerzas aplicadas. En estos casos, el signo representa la dirección relativa dentro del sistema de referencia. Al abordar los factores de conversión en magnitudes que poseen direccionalidad, es crucial reconocer dos tipos fundamentales donde el símbolo ± se vuelve indispensable: las diferencias y los vectores lineales.

Las diferencias se refieren a los cambios entre un estado final y uno inicial. Aunque la magnitud en sí (como el tiempo o la energía) pueda ser un escalar (es decir, una cantidad que no tiene dirección intrínseca y se describe solo por su magnitud, como 5 segundos o 10 julios), la diferencia entre dos puntos puede resultar negativa. Por ejemplo, un cambio de temperatura podría ser −5C si la temperatura disminuye, o un cambio de posición podría ser negativo si el movimiento ocurre en la dirección opuesta al sistema de referencia establecido, incluso si la distancia recorrida es siempre un valor positivo. En estos casos, el signo indica el sentido o la dirección del cambio, no una magnitud negativa per se.

Por otro lado, los vectores lineales son cantidades que poseen magnitud y una dirección inherente. La fuerza, por ejemplo, no solo tiene una intensidad (cuántos newtons), sino también una dirección específica (hacia arriba, hacia la derecha, etc.). Las direcciones de estos vectores son intrínsecas a su naturaleza y fundamentales para describirlos completamente. En este sentido, un escalar o valor absoluto se define precisamente como un término desprovisto de cualquier dirección. No es que los escalares sean "siempre positivos" por definición; más bien, el hecho de que no tienen dirección per se los hace intrínsecamente no direccionales, y su signo (positivo o negativo) solo refleja su posición en una escala, no una orientación en el espacio. El símbolo ± en factores de conversión asociados a estos términos nos permite especificar el sentido o la dirección de la relación que se está estableciendo.

 Por otro lado, una suma de monomios se refiere a una adición en la que cada término de la sumatoria es una sola cantidad o producto simple, como en el caso de sumar masas, energías o temperaturas individuales. En cambio, una suma de funciones implica que cada término a sumar es una expresión compuesta, generalmente con más de una variable o factor. En este tipo de sumas, se debe evaluar la función completa para cada caso antes de proceder a la adición.

 

Ecuación 3. Masa molar promedio de un elemento. Enlace a la descripción de los términos.

Un ejemplo típico de suma de funciones es el cálculo de la masa promedio ponderada a partir de la frecuencia y la masa de distintos elementos o compuestos. En este caso, primero se multiplica la frecuencia por la masa para cada componente, y luego se suman todos los productos obtenidos.

Unidades

Las sumas pueden ser adimensionales, especialmente en ejercicios teóricos o de práctica con lápiz y papel, donde el foco está en el manejo de cifras significativas y no necesariamente en una aplicación física concreta. Sin embargo, cuando las sumas se utilizan en el contexto de una ley física, es fundamental prestar atención a las unidades de medida.

En una sumatoria física, todas las unidades deben ser iguales, ya que no es posible sumar cantidades con unidades distintas (por ejemplo, no se pueden sumar metros con segundos). Esta homogeneidad permite que las unidades puedan factorizarse fuera de la expresión, facilitando la escritura y la interpretación.

Al sustituir una sumatoria, es recomendable escribir todos los términos dentro de un paréntesis, sin unidades, y ubicar las unidades fuera del paréntesis. Esto aplica tanto para sumas de monomios como para sumas de funciones. En el caso de funciones, las unidades también pueden salir del paréntesis, siempre que se mantenga la estructura relativa de la operación: es decir, se aplican las mismas operaciones a las unidades que se aplican a los números.

Esta técnica no solo mantiene el orden en los cálculos, sino que además permite escribir las unidades una sola vez, evitando errores y repeticiones innecesarias.

Unidades en factores de conversión

En los factores de conversión, suele presentarse una paradoja aparente: la necesidad de sumar cantidades con las mismas unidades, pero con identidades distintas. A primera vista, esto podría parecer incorrecto, ya que no deberíamos sumar cantidades que representan entidades diferentes. Y, en efecto, desde un punto de vista conceptual, esto es válido. Sin embargo, cuando trabajamos con notación algebraica, donde la identidad de cada término está implícita en la función, esta contradicción desaparece.

Para resolver este tipo de sumatorias, es necesario realizar un análisis del sistema al que pertenecen las cantidades. Algunos estudiantes lo hacen de forma implícita, reconociendo que el total está compuesto por las partes, o, dicho de otra manera, que cada subidentidad del sistema forma parte del mismo todo. Por lo tanto, es válido sustituir cada parte por la identidad del sistema correspondiente y realizar la suma sin violar los principios fundamentales del álgebra.

Este enfoque es especialmente útil en conversiones complejas —por ejemplo, en sistemas de unidades derivados— donde, aunque las magnitudes tengan la misma unidad, representan distintos componentes del sistema. Entender esta equivalencia conceptual entre parte y todo permite aplicar correctamente la suma, siempre que las relaciones jerárquicas del sistema estén claras.

Magnitud vs vector

En los sistemas físicos y las leyes químicas, cuando enunciamos las relaciones utilizando lenguaje físico, es crucial tener en cuenta los signos de los parámetros involucrados en la sumatoria. En estos casos, si los términos de la suma deben tener en cuenta signos positivos o negativos, es recomendable utilizar una notación de flecha sobre el símbolo del parámetro. Esta técnica, aunque no es común en química, resulta extremadamente útil para mantener claridad sobre los signos en las sumas, lo cual es vital para la correcta interpretación química de varios sistemas importantes, como entalpías de reacción, precipitados o reactivos limitantes.

 

Ecuación 4. Forma cero de la ley de la conservación de la masa. Enlace a la descripción de los términos.

De hecho, en química, dado que rara vez se usa esta técnica de compactación, es frecuente que las funciones se expresen de formas más complejas y engorrosas, lo que puede llevar a errores o confusión al tratar de identificar la dirección de ciertos procesos o cambios. Aplicar esta notación, aunque menos común, puede hacer que el trabajo con sumas de magnitudes físicas o químicas sea más claro y manejable, especialmente en contextos como cálculos de energía o balanceo de ecuaciones químicas.

[Ejercicios resueltos sobre leyes de sumatoria].

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