[Átomo moderno] Sección 5. [Geometría molecular] [Solubilidad y estabilidad molecular] [Fórmulas y ejemplos]
La Geometría molecular describe la organización tridimensional de las moléculas, determinando sus propiedades físicas y químicas. La forma de una molécula depende de la disposición de sus átomos en el espacio, lo que a su vez es influenciado por el tipo de enlace y la repulsión entre electrones.
Las moléculas iónicas (metal + no-metal) forman redes iónicas (empaquetados cúbicos), donde los iones positivos y negativos se organizan en una estructura regular, maximizando la atracción electrostática y minimizando la repulsión. Estas estructuras presentan elevados puntos de fusión y conductividad eléctrica en estado fundido o en solución. En contraste, las moléculas covalentes (no-metales) presentan enlaces en los que los electrones son compartidos entre átomos, generando estructuras discretas con geometrías definidas.
Las reglas de la teoría de repulsión TRePEV (Teoría de Repulsión de Pares de Electrones de Valencia) explican la forma de las moléculas basándose en la interacción entre los pares de electrones en la capa de valencia de un átomo central. Esta teoría postula que los orbitales atómicos se fusionan en orbitales híbridos + pares no enlazantes, minimizando la repulsión electrostática. Los orbitales híbridos y los pares no enlazantes se repelen tridimensionalmente, generando una disposición específica para reducir la interacción repulsiva. Estas unidades estructurales, denominadas lóbulos, determinan la configuración molecular y su reactividad.
Las geometrías moleculares se determinan según el número de lóbulos alrededor del átomo central, siguiendo una tabla estándar de formas. Cuando un átomo central forma enlaces covalentes, sus orbitales pueden hibridar, dando lugar a distintas configuraciones:
En la hibridación sp¹, un orbital s y un orbital p se combinan, generando dos orbitales sp¹ y dejando dos orbitales p sin hibridar. Esta configuración conduce a una geometría lineal, con un ángulo de enlace de 180°.
En la hibridación sp², un orbital s y dos orbitales p se combinan para formar tres orbitales sp², dejando un orbital p sin hibridar. Esto da lugar a una geometría trigonal plana con un ángulo de enlace de aproximadamente 120°. Si hay pares no enlazantes, la geometría puede ser angular, con ángulos de enlace menores a 120° debido a la repulsión adicional de los pares libres.
En la hibridación sp³, un orbital s y tres orbitales p se fusionan para formar cuatro orbitales sp³, lo que da como resultado una geometría tetraédrica con ángulos de enlace de 109.5°. Si uno de los orbitales híbridos contiene un par no enlazante, la geometría se convierte en trigonal piramidal con un ángulo de enlace ligeramente menor. Si hay dos pares no enlazantes, la geometría se vuelve angular.
En la hibridación sp³d¹, un orbital s, tres orbitales p y un orbital d se combinan, formando cinco orbitales sp³d¹. Esta configuración permite diversas geometrías, incluyendo trigonal bipiramidal (cuando no hay pares no enlazantes), balancín (con un par no enlazante), forma T (con dos pares no enlazantes) y lineal (con tres pares no enlazantes).
En la hibridación sp³d², un orbital s, tres orbitales p y dos orbitales d se combinan para generar seis orbitales sp³d², dando lugar a una geometría octaédrica si no hay pares no enlazantes. La presencia de uno o más pares no enlazantes modifica la estructura, generando geometrías como pirámide cuadrada, cuadrado planar, forma T y lineal, dependiendo de la cantidad de pares libres.
Los enlaces sigma (σ) se forman por la superposición directa de orbitales atómicos a lo largo del eje de unión, lo que genera un enlace fuerte y estable. Pueden formarse entre orbitales s-s, s-p o híbridos. En contraste, los enlaces pi (π) ocurren cuando los orbitales atómicos tipo p no hibridados se solapan lateralmente, dando lugar a un enlace menos fuerte que el sigma. Estos enlaces se presentan en moléculas con enlaces dobles o triples, donde los orbitales p paralelos crean regiones de densidad electrónica arriba y abajo del plano de los átomos unidos.
Los enlaces dobles están compuestos por un enlace sigma y un enlace pi, mientras que los enlaces triples contienen un enlace sigma y dos enlaces pi. En estos casos, los orbitales híbridos generan la estructura principal, mientras que los orbitales p sin hibridar forman los enlaces adicionales. Los enlaces pi restringen la rotación molecular, lo que influye en la reactividad y las propiedades de las sustancias.
La teoría de repulsión de pares de electrones de valencia predice la geometría de una molécula basándose en la minimización de la repulsión entre los pares de electrones. Los pares enlazantes y no enlazantes afectan la distribución espacial de los átomos y pueden distorsionar la geometría ideal de una molécula. Por ejemplo, el agua (H₂O) presenta una geometría angular debido a la repulsión generada por los pares no enlazantes del oxígeno, mientras que el metano (CH₄) adopta una geometría tetraédrica ideal.
Las aplicaciones de la geometría molecular incluyen la predicción de la polaridad molecular, la solubilidad, la reactividad química y las propiedades físicas de las sustancias. Moléculas con geometrías simétricas tienden a ser apolares, mientras que aquellas con distribución electrónica desigual suelen ser polares, lo que afecta sus interacciones con otras sustancias en soluciones y reacciones químicas.
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