Aunque el procedimiento experimental de las titulaciones
varía considerablemente, la matemática subyacente es bastante similar y
también coincide con la de las reacciones de precipitación en soluciones
acuosas. Desde un enfoque matemático, existen tres tipos principales: (a) volumen
a volumen, (b) masa a volumen, y (c) volumen a masa.
Además, para este capítulo, se asumirá que las reacciones
son no reversibles, ya que, de lo contrario, la complejidad matemática
aumentaría rápidamente a niveles que exceden el alcance de este tema. Estas
reacciones no reversibles ocurren entre electrolitos fuertes, que
incluyen la mayoría de las sales solubles, siete ácidos
específicos (HCl, HBr, HI, HNO₃, HClO₃, HClO₄, H₂SO₄) y las bases
fuertes, que son hidróxidos de los metales de los grupos 1 y 2. Los óxidos
no se consideran en este contexto, ya que, al disolverse en agua, en lugar de
disociarse en iones óxido, se transforman en ácidos, bases
o permanecen en su forma molecular sin ionizarse.
Debemos imaginar la titulación en términos de una balanza,
donde la información de un lado se genera a partir de la del otro. En este
contexto, existen dos tipos de lados: el lado volumétrico y el lado
de masa. El lado volumétrico está enfocado en dos elementos clave:
la concentración y el volumen, mientras que el lado de masa
se basa en la cantidad de sustancia. Ambos lados están conectados por la
cantidad de sustancia, que es el factor común entre ellos.
Es importante recalcar que, en este contexto, las cantidades
de sustancia normalmente se ajustan en el rango de los milimoles
(mmol) en lugar de los moles completos. Esto se debe a que los volúmenes de las
disoluciones que se manejan en las titulaciones típicamente se
encuentran en el rango de 0 a 100 mililitros, lo cual coincide con el
rango de capacidad de una bureta de titulación clásica. Por lo tanto,
las mediciones en milimoles son más adecuadas para las pequeñas cantidades que
se manipulan en este tipo de procedimientos, asegurando que las reacciones sean
precisas y manejables a escala
Volumentría a masa
La titulación volumétrica a masa es una técnica
fundamental en química analítica utilizada para determinar la cantidad de un
analito en una muestra mediante la relación entre el volumen y la concentración
de un titulante. Esta metodología se utiliza principalmente para análisis
cuantitativos en los que se requieren medir componentes específicos de una
disolución. Por ejemplo, en el análisis de aguas, suelos o alimentos, esta
técnica permite calcular la cantidad exacta de ciertos compuestos, como metales
pesados o sales.
En aplicaciones industriales y ambientales, una de las
aplicaciones más comunes es la determinación de iones metálicos en
disoluciones. Por ejemplo, en la titulación de iones Ag⁺
mediante NaCl, se puede utilizar para analizar aguas residuales y otros
líquidos en busca de contaminantes de plata provenientes de procesos
industriales, como la fotografía o la minería. De forma similar, las
titulaciones con permanganato se emplean en el análisis de dióxido de
azufre (SO₂) en el aire, una técnica importante para monitorear la contaminación
atmosférica y la lluvia ácida. Esto permite calcular la
concentración de contaminantes en la atmósfera y aplicar políticas ambientales
adecuadas para mitigar los efectos de la contaminación.
Otro ejemplo relevante es la neutralización de ácidos y
bases, que se realiza mediante titulaciones en las que se calcula la
cantidad exacta de un ácido o una base fuerte necesaria para neutralizar una
solución. Esto es especialmente útil en el análisis de alimentos, productos
farmacéuticos o productos de limpieza, donde la acidez o alcalinidad
de la solución afecta su calidad o eficacia. En la industria farmacéutica, por
ejemplo, se realiza con frecuencia para determinar la concentración de ácidos
como el ácido clorhídrico (HCl) o bases como hidróxido de calcio
(Ca(OH)₂) en la producción de medicamentos. En estos casos, las
titulaciones a masa garantizan que las fórmulas sean correctas y que el
producto final cumpla con los estándares de seguridad y efectividad.
Figura
1. Titulación volumetría a masa. Demostración.
Masa a volumetría
La conversión de masa a volumetría es el enfoque
inverso al anterior y está estrechamente relacionada con la estandarización
de disoluciones, es decir, con la preparación de soluciones de
concentración conocida a partir de una cantidad de soluto medida con precisión.
Esta dirección del análisis no se orienta directamente a determinar un
componente desconocido, sino a crear una disolución patrón que luego
será utilizada para cuantificar otras sustancias.
Una característica distintiva de esta dirección es que se
trata de un sistema indeterminado, ya que hay dos variables
dependientes: la concentración y el volumen de la disolución.
En la práctica, una de estas variables se ajusta arbitrariamente como
constante, normalmente el volumen de preparación (por ejemplo, 1 litro), lo
que permite resolver la ecuación para la otra variable. Desde el punto de vista
teórico, esto implica que el último despeje se deja libre, porque la
fórmula puede reorganizarse indistintamente para hallar volumen o
concentración. Desde el punto de vista práctico, se traduce en dos
procedimientos complementarios: uno para preparar una disolución de una concentración
específica a partir de una masa medida (ajustando el volumen), y otro para
preparar una cantidad definida de disolución (ajustando la concentración
según la masa disponible).
En cuanto a sus aplicaciones, son esencialmente las
mismas que en la dirección inversa, ya que ambas son complementarias:
primero se prepara una disolución patrón (masa a volumen) y luego se utiliza en
una titulación para determinar una cantidad desconocida (volumen a masa). Por
ejemplo:
- En
el análisis ambiental, se puede preparar una disolución patrón de permanganato
de potasio (KMnO₄) estandarizada mediante una masa conocida para luego
determinar la cantidad de iones reductores como el sulfito o
hierro(II) en muestras naturales.
- En
farmacología, se puede preparar una disolución estándar de un ácido como
el ácido clorhídrico (HCl) para analizar la capacidad
neutralizante de un antiácido.
- En
la industria alimentaria, se pueden preparar soluciones patrón de NaOH
para medir la acidez titulable de jugos, vinos o productos
fermentados.
Este enfoque también es central en la validación de métodos
analíticos, ya que permite garantizar que las soluciones utilizadas en los
procedimientos analíticos sean confiables, replicables y rastreables a
estándares certificados. Sin una preparación adecuada desde masa a volumetría,
no es posible realizar análisis volumétricos precisos ni establecer curvas de
calibración para mediciones instrumentales.
Figura
2. Titulación masa a volumetría. Recuerda que νi/j es el ratio
estequiométrico de la ecuación balanceada. Demostración
Doble volumetría
En la doble volumetría, una sustancia (i) tiene uno
de sus dos parámetros volumétricos desconocido: concentración o volumen.
Esto implica que, al igual que en la dirección de masa a volumetría, el sistema
presenta dos variables dependientes y por tanto dos posibles
soluciones. Como resultado, se requiere aplicar dos teoremas
fundamentales de la química analítica —normalmente relacionados con la estequiometría
y la igualdad de equivalentes químicos— o, en su forma operativa, dos
factores de conversión: uno que relacione volumen con concentración, y otro
que relacione equivalentes de una sustancia con los de la otra.
Esto significa que la doble volumetría es conceptualmente
una dirección indeterminada, en la que el parámetro final a calcular (ya
sea concentración o volumen) queda libre para el despeje, dependiendo
del contexto del análisis o del diseño experimental.
Las aplicaciones de esta dirección coinciden en gran
parte con las de la estandarización y la medición de sustancias desconocidas,
pero con un enfoque particularmente útil en contextos donde:
- Se
realiza una valoración cruzada entre soluciones patrón.
- Se
estandarizan dos soluciones secundarias entre sí, sin recurrir a un
patrón primario sólido.
- Se analizan mezclas o reacciones en cadena donde cada paso requiere ajustar una concentración antes de proceder al siguiente.
Figura
3. Titulación de doble volumetría. Demostración.
Estas titulaciones asumen que el reactivo se consume
completamente y que no hay equilibrio químico involucrado en la
reacción. Es decir, se trabaja bajo el supuesto de una reacción completa,
rápida y estequiométricamente definida, lo cual garantiza que el punto de
equivalencia corresponda de manera clara a un volumen de titulante bien
determinado.
Cuando estas condiciones no se cumplen, es decir,
cuando la reacción es incompleta, reversible o influenciada por fenómenos
de equilibrio ácido-base, de complejación o de solubilidad, entonces las
titulaciones simples ya no son suficientes. En esos casos, nos enfrentamos a
titulaciones más complejas que requieren considerar el estado de equilibrio
químico, y por lo tanto deben abordarse con las herramientas conceptuales y
matemáticas correspondientes. Dichos sistemas serán tratados en detalle en el capítulo
de equilibrio químico, donde se incorporarán constantes de equilibrio,
curvas de titulación y métodos gráficos o algebraicos más elaborados.
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