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sábado, 10 de mayo de 2025

Titulaciones 1: teoría




La titulación, también conocida como titulometría o análisis volumétrico, es un método habitual de laboratorio en el análisis químico cuantitativo, utilizado para determinar la concentración de un analito previamente identificado. Para ello, se emplea un reactivo, llamado titulante o titulador, que se prepara como una solución estándar de concentración y volumen conocidos. Este titulante reacciona con la solución del analito (también denominada titulado) hasta alcanzar el punto en que es posible calcular con precisión la concentración del analito.

Las titulaciones pueden resultar frustrantes, especialmente cuando se basan en un cambio colorimétrico. En estos casos, el volumen necesario para completar la reacción depende del cambio de color que indica el punto final. Sin embargo, es fácil sobrepasar este punto y alcanzar un color no deseado, lo que compromete la precisión del resultado. Cuando esto ocurre, a menudo es necesario repetir todo el procedimiento desde el inicio para obtener datos confiables. El volumen de titulante que ha reaccionado completamente con el analito se conoce como volumen de titulación.

Dada esta sensibilidad, la titulación es un procedimiento que puede aplicarse al cálculo de concentraciones en masa, concentraciones molares, concentraciones normales e incluso a la fracción molar. Históricamente, las primeras titulaciones se realizaron usando concentraciones normales, pero en la actualidad se emplean mayoritariamente concentraciones molares por su mayor claridad y consistencia en los cálculos.

Existen muchos tipos de titulación según los objetivos y métodos utilizados. No obstante, las más comunes en el análisis químico cuantitativo son la titulación ácido-base y la titulación redox. Estas se agrupan dentro de una clasificación general que incluye: (a) Titulaciones ácido-base, (b) Titulaciones redox, (c) Titulaciones por precipitación y (d) Titulaciones complejométricas.

En los ejercicios teóricos de lápiz y papel, suelen abordarse únicamente los dos primeros tipos, mientras que la tercera se trabaja generalmente bajo el enfoque de la gravimetría. Independientemente del tipo de valoración, el aspecto más crucial es la identificación del punto de finalización, que indica, al menos idealmente, el momento exacto en el que la sustancia conocida ha reaccionado completamente con la sustancia desconocida. Este punto suele detectarse mediante cambios de color, ya sea propios de los reactivos involucrados o mediante indicadores añadidos específicamente para este propósito.

Titulaciones ácido-base

La fuerza de un ácido puede determinarse mediante una solución estándar de una base, en un proceso conocido como acidimetría. De manera análoga, la fuerza de una base se establece utilizando una solución estándar de un ácido, procedimiento denominado alcalimetría. Ambos métodos implican una reacción de neutralización ácido-base, representada por la ecuación general: Ácido + Base → Sal + Agua.

Figura 1. Las titulaciones colorimétricas pueden ser frustrantes debido a la dificultad para identificar el punto final exacto mediante cambios sutiles de color. Un pequeño exceso de titulante puede invalidar los resultados, obligando a repetir el procedimiento. Para minimizar errores, se recomienda realizar ensayos preliminares y añadir el titulante lentamente cerca del punto de equivalencia. La precisión depende tanto del conocimiento como de la habilidad del analista.

Aunque existen múltiples tipos de titulaciones ácido-base, en los capítulos introductorios nos centramos exclusivamente en aquellas que involucran electrolitos fuertes, es decir, sustancias que se disocian completamente en solución acuosa y no generan equilibrios químicos significativos.

Entre los ácidos fuertes considerados electrolitos fuertes —y por tanto completamente disociados— se encuentran: HCl, HBr, HI, HNO₃, HClO₃, HClO₄ y H₂SO₄. Es importante señalar que el ácido sulfúrico actúa como ácido fuerte únicamente en su primera disociación (H₂SO₄ → H + HSO), mientras que su segundo protón, contenido en el ion hidrogenosulfato (HSO₄), representa un ácido débil, ya que no se disocia completamente.

En cuanto a las bases fuertes, estas corresponden principalmente a los hidróxidos de los metales del grupo 1 y grupo 2 de la tabla periódica. Esto da lugar a dos situaciones comunes en titulaciones entre electrolitos fuertes: una con bases del grupo 1, como en la reacción NaOH(aq) + HCl(aq) → NaCl(aq) + H₂O(l), y otra con bases del grupo 2, como en Ca(OH)₂(aq) + 2HCl(aq) → CaCl₂(aq) + 2H₂O(l).

El punto de finalización de una titulación puede coincidir o no con el punto de neutralización, dependiendo del indicador ácido-base utilizado. Para detectar el pH 7, correspondiente a la neutralización real, se requiere un indicador que cambie de color precisamente en ese intervalo. Uno de los más empleados es la fenolftaleína, que adquiere un tono rosado en medios ligeramente básicos, cerca del punto de neutralización. Si se añade un exceso de base, la solución toma un color violeta intenso, indicando que se ha sobrepasado el punto ideal.

Sin embargo, si somos más rigurosos, debemos reconocer que la finalización de la titulación marcada por fenolftaleína no corresponde exactamente al punto de neutralización, ya que este indicador cambia de color en un intervalo de pH de aproximadamente 8.2 a 10.0, es decir, después del pH 7. Por tanto, el característico rosado pálido que señala el fin de la titulación en presencia de fenolftaleína indica una solución ligeramente básica, y no una neutralización estricta.

Figura 2. La fenolftaleína es un indicador ácido-base que cambia de incolora a rosa según el pH. En titulaciones, el cambio ideal ocurre cerca de pH 8.4, lo que indica el punto final de una titulación precisa. Sin embargo, si se sobrepasa el pH 10, el color se intensifica, indicando una mala titulación. Es crucial detenerse al primer tono rosa para evitar errores en los cálculos estequiométricos.

Para identificar con mayor precisión el punto de neutralización real, correspondiente a un pH de 7, es necesario emplear indicadores cuyo cambio de color ocurra cerca de ese valor. Ejemplos adecuados son el rojo de metilo (intervalo de pH 4.4–6.2) en soluciones ácidas, o el azul de bromotimol, cuyo intervalo de cambio de color (de amarillo a azul) se da justamente entre pH 6.0 y 7.6, siendo este último más apropiado para detectar la neutralización en reacciones ácido-base fuertes.

No obstante, la forma más precisa y libre de ambigüedad para identificar el punto de equivalencia en una titulación es el uso de un potenciómetro o un pH-metro, que permite medir de manera continua el pH de la solución a medida que se añade el titulante. Esta técnica ofrece un gráfico de titulación (pH vs. volumen añadido) donde el punto de inflexión más pronunciado indica claramente la neutralización. En sistemas bien controlados, esta herramienta permite evitar la subjetividad de la percepción visual del cambio de color, especialmente útil en soluciones turbias o con pigmentos naturales que interfieren con los indicadores.

Titulación redox

En este tipo de titulaciones, la reacción química implica una transferencia de electrones entre los iones presentes en soluciones acuosas, por lo que se clasifican como titulaciones redox. Estas valoraciones reciben su nombre según el agente titulante utilizado. Entre las más comunes se encuentran:

  • Titulaciones con permanganato
  • Titulaciones con dicromato
  • Titulaciones yodimétricas
  • Titulaciones yodométricas

Aunque experimentalmente se diferencian de las valoraciones ácido-base, desde el punto de vista estequiométrico y matemático, su tratamiento es análogo: se basa en las proporciones molares de los reactivos que reaccionan completamente en el punto de equivalencia.

Titulaciones con permanganato (MnO₄)

Estas valoraciones emplean el ión permanganato (MnO₄), un agente oxidante muy potente. Se utiliza para cuantificar especies reductoras como el ión ferroso (Fe²), el ácido oxálico (H₂C₂O₄), el peróxido de hidrógeno (H₂O₂) y los oxalatos en general. La solución de permanganato de potasio (KMnO₄) tiene un color púrpura intenso, que desaparece una vez que todo el permanganato ha reaccionado, dejando una solución incolora. Por tanto, el punto final se detecta visualmente, sin necesidad de indicador adicional. Una reacción típica es: 5 Fe² + MnO₄ + 8 H → 5 Fe³ + Mn² + 4 H₂O. Es fundamental estandarizar la solución de permanganato antes de su uso, ya que su concentración no es estable durante el almacenamiento.

Figura 3. La titulación con permanganato de potasio comienza con una solución de color violeta debido al ion MnO₄, que actúa como agente oxidante. A medida que reacciona con sustancias reductoras, el color disminuye y se vuelve incoloro al alcanzar el punto de finalización. Durante el proceso, la solución puede pasar por colores intermedios, como rosado o naranja, debido a cambios abruptos en la concentración de MnO₄

Titulaciones con dicromato (Cr₂O₇²)

En estas valoraciones, se utiliza dicromato de potasio (K₂Cr₂O₇) como agente oxidante en medio ácido. El ión dicromato (Cr₂O₇²) oxida compuestos como el ácido oxálico (H₂C₂O₄) o el etanol, y se reduce a óxido de cromo (III), Cr₂O₃. Un indicador común en estas titulaciones es la difenilamina, que cambia de incoloro a azul-violeta en el punto de equivalencia. El color de la solución cambia visiblemente: de incoloro a anaranjado (Cr₂O₇²), y finalmente a verde oscuro (Cr³). Una reacción representativa es: 3 H₂C₂O₄ + K₂Cr₂O₇ + 4 H₂SO₄ → Cr₂(SO₄)₃ + K₂SO₄ + 6 CO₂ + 5 H₂O

Titulaciones yodimétricas

En la yodimetría, se emplea yodo molecular (I₂) como agente oxidante. El yodo se reduce a yoduro (I), mientras que la sustancia a analizar se oxida. Dado que el yodo no es muy soluble en agua, se prepara una solución estándar combinando yodo sólido con yoduro de potasio (KI), formando el complejo soluble triyoduro (I₃)

La valoración se realiza con tiosulfato de sodio (Na₂S₂O₃) como agente reductor, siguiendo esta reacción típica: I₂ + 2 Na₂S₂O₃ → 2 NaI + Na₂S₄O₆

El punto final se detecta utilizando almidón como indicador, el cual forma un complejo azul con el yodo libre. A medida que el yodo se consume, la solución pierde su color azul, lo que marca el final de la titulación.

Figura 4. En una titulación iodométrica, la solución cambia de color a medida que avanza el proceso. Antes del punto final, tiene un color marrón oscuro debido a los iones triyoduro (I₃⁻). Al alcanzar el punto final, el color se vuelve transparente o incoloro, indicando que la reacción está completa. El cambio de color es crucial para determinar la cantidad de agente oxidante en la muestra, y se puede usar almidón para destacar el punto de equivalencia

Titulaciones yodométricas

La iodometría se utiliza para analizar agentes oxidantes como el cloro (Cl₂) o el oxígeno disuelto (O₂). En este caso, se añade una cantidad conocida de yoduro (I) a la muestra. El agente oxidante convierte el yoduro en yodo libre (I₂), el cual luego se valora con tiosulfato de sodio.

Por ejemplo, en la determinación de cloro libre: Cl₂ + 2 KI → 2 KCl + I₂; y posteriormente  I₂ + 2 Na₂S₂O₃ → 2 NaI + Na₂S₄O₆

El yodo generado actúa como mediador, y su cantidad se relaciona directamente con la concentración del agente oxidante en la muestra.

Referencias

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