Cuando se preparan ciertas sales mediante procesos de cristalización, es común que las moléculas de agua queden atrapadas dentro de la estructura sólida del cristal. A estas sustancias se les llama sales hidratadas, y el agua incorporada en su estructura se conoce como agua de cristalización. En contraste, cuando no hay moléculas de agua en la estructura, se habla de sales anhidras.
Figura
1. El sulfato de cobre existe en formas hidratadas y anhidras. El pentahidratado (CuSO₄·5H₂O), de color azul, es el más común y se usa en agricultura e industria. El monohidratado (CuSO₄·H₂O) es menos estable y menos utilizado. El anhidro (CuSO₄), blanco y higroscópico, se emplea como desecante en laboratorios al absorber humedad y volverse azul
Un ejemplo clásico es el sulfato de cobre (II). Cuando cristaliza a partir de una solución acuosa, forma el compuesto azul intenso CuSO₄∙5H₂O, el sulfato de cobre (II) pentahidratado. Sin embargo, si se calienta esta sal, pierde su agua de cristalización y se convierte en CuSO₄ anhidro, un sólido blanco. Este cambio es reversible: si se añade agua nuevamente al sulfato de cobre anhidro, se reconstituye la forma hidratada azul. Esta propiedad convierte al sulfato de cobre en una herramienta útil como indicador de humedad en laboratorios y ambientes industriales.
¿Qué es el agua de cristalización?
El agua de cristalización es aquella que queda integrada dentro de la red cristalina de un compuesto durante su formación. Aunque se trate de agua (H₂O), no está presente como líquido libre, sino que forma parte de la estructura sólida del cristal. Su inclusión puede afectar el color, la forma, el peso molecular y la estabilidad del compuesto.
Las fórmulas químicas de los compuestos hidratados incluyen esta agua separada por un punto, como en CoCl₂∙6H₂O (cloruro de cobalto (II) hexahidratado) o FeSO₄∙7H₂O (sulfato de hierro (II) heptahidratado). El número de moles de agua indica la proporción estequiométrica en la que se forma el compuesto hidratado. Así, CuSO₄∙5H₂O contiene 5 moles de agua por cada mol de sal.
Aplicaciones deseadas de los compuestos hidratados
Los compuestos hidratados tienen una gran importancia tanto en la química industrial como en aplicaciones prácticas. A menudo, se desea que los compuestos estén en su forma hidratada por varias razones:
-
Estabilidad química: algunas sales son más estables en su forma hidratada. Por ejemplo, ciertos sulfatos y nitratos se conservan mejor si contienen agua, ya que evita la descomposición por humedad ambiental posterior.
-
Propiedades físicas útiles: el color de una sal puede depender de su estado de hidratación. El cloruro de cobalto hidratado (rosado) cambia a azul al perder su agua, lo que lo convierte en un excelente indicador de humedad. Este principio se usa en cartones secantes, bolsas antihumedad y detectores de fugas.
-
Determinación cuantitativa de composición: en química analítica, los compuestos hidratados son fundamentales para realizar cálculos estequiométricos precisos. Se necesita conocer cuánta agua hay presente para determinar la masa molar real de la sustancia y establecer relaciones entre reactivos y productos en reacciones químicas.
-
Enseñanza de química: las sales hidratadas ofrecen ejemplos visuales claros para enseñar principios de estequiometría, reacciones reversibles, y análisis térmico.
-
Control de humedad y conservación: muchas industrias usan sales anhidras higroscópicas que se convierten en hidratadas al absorber agua del ambiente, como el cloruro de calcio anhidro, que se convierte en su forma hidratada para reducir la humedad en espacios cerrados, envasado de alimentos o electrónicos.
Cuando no se desea agua: desafíos de los compuestos hidratados
Aunque en muchos contextos se buscan las propiedades de los compuestos hidratados, en otros casos, el agua de cristalización representa un problema.
-
Contaminación por humedad: en síntesis química o formulaciones farmacéuticas, el exceso de agua puede comprometer la reactividad de ciertas sustancias. Una sal hidratada puede actuar como impureza en reacciones donde se necesita un entorno anhidro o libre de agua.
-
Pesaje incorrecto: si no se tiene en cuenta la presencia de agua de cristalización, se pueden realizar cálculos erróneos sobre la masa molar, lo que lleva a errores en la proporción de reactivos y productos en experimentos o en procesos industriales.
-
Variabilidad: algunas sales tienen formas polihidratadas, lo que significa que pueden absorber diferentes cantidades de agua en distintas condiciones. Esto dificulta su uso como estándar o reactivo químico cuando se requiere exactitud.
-
Almacenamiento y transporte: muchas sales hidratadas son más pesadas y menos estables térmicamente que sus formas anhidras. Además, pueden liberar agua con facilidad si se exponen a altas temperaturas o a ambientes secos, cambiando sus propiedades y afectando la calidad del producto.
-
Corrosión y deterioro: en algunos materiales, la presencia de sales hidratadas favorece procesos de corrosión por migración de agua o formación de soluciones iónicas. Esto es relevante en conservación de documentos, metales o materiales arqueológicos.
El equilibrio entre lo deseado y lo indeseado
La reacción de hidratación y deshidratación de un compuesto es un claro ejemplo de reacción reversible, que puede representarse de la siguiente manera:
-
Deshidratación (calor):
CuSO₄∙5H₂O → CuSO₄ + 5H₂O -
Hidratación (absorción de agua):
CuSO₄ + 5H₂O → CuSO₄∙5H₂O
Este equilibrio químico depende de variables como la temperatura, la presión parcial del agua y la humedad relativa. En condiciones secas o a altas temperaturas, predomina la forma anhidra. En ambientes húmedos, es más común la hidratada.
Esto hace que muchos laboratorios utilicen hornos de secado, desecadores o cámaras con control de humedad para preservar o alterar el grado de hidratación según se necesite. La habilidad de manipular estos compuestos también permite hacer experimentos de análisis térmico para determinar cuántas moléculas de agua tiene una sal mediante la pérdida de masa.
Estequiometría
En la estequiometría de los compuestos hidratados se presentan dos escenarios posibles que permiten establecer relaciones cuantitativas fundamentales en la resolución de ejercicios. El primer escenario consiste en determinar el nivel de hidratación, es decir, la cantidad de moles de agua de hidratación por mol de compuesto anhidro. Esta relación se expresa comúnmente como sal⋅xH2O, donde x es un número entero que representa el grado de hidratación.
Figura
2. Nivel de hidratación entre una sal hidratada y una sal anhidra como función
de la masa de agua y la masa de la sal anhidra. Demostración.
Figura
3. La ley de conservación de la masa establece que la masa total de un
hidrato se conserva al deshidratarlo. El cálculo es simple conceptualmente,
pero el bloqueo surge al intentar sumar las masas de la sal anhidra y el agua,
que tienen unidades diferentes. Se debe reconocer que ambas son partes del
total, permitiendo simplificar la cuasi-ecuación por lenguaje de factor de conversión, extrayendo un factor común. Demostración.
El segundo escenario involucra la comparación entre la masa del compuesto anhidro y la del compuesto hidratado, lo cual permite calcular la masa de agua presente en la muestra y, a partir de ella, deducir la fracción de agua o su porcentaje en el compuesto. Esto resulta especialmente útil cuando se dispone de datos experimentales sobre la pérdida de masa al calentar un hidrato, lo cual permite deducir el contenido de agua eliminada durante el proceso.
En ambos casos, se aplican principios de proporcionalidad molar y de conservación de la masa, fundamentales en la resolución de problemas estequiométricos relacionados con hidratos.
Conclusión
Los compuestos hidratados son fundamentales en la química por su comportamiento reversible, su utilidad práctica, y por los desafíos que presentan cuando no se controlan adecuadamente. Su presencia o ausencia puede ser deseable o perjudicial según el contexto. Comprender su comportamiento no solo es esencial para la formulación y el control de calidad, sino también para aplicaciones científicas, industriales, ambientales y educativas. La dualidad entre hidratado y anhidro ofrece una poderosa lección sobre cómo pequeñas moléculas como el agua pueden influir de manera determinante en la estructura, función y destino de los materiales.
Referencias.
Baeza Baeza, J. J., & García Álvarez-Coque, M. C.
(2014). Extent of reaction
balances. A convenient tool to study chemical equilibria.
da Silva,
D. J. (2017). The basis of the limiting reagent concept, its identification and
applications. World Journal of Chemical Education, 5(1),
1-8.
García García, J. L. (2020). El álgebra de la
estequiometría. Educación química, 31(1), 138-150.
García García, J. L. (2021). Deduciendo las relaciones entre
las unidades de concentración en disoluciones líquidas. Educación
química, 32(3), 38-51.
García García, J. L. (2021b). Hacia un equilibrio químico
verdaderamente analítico. Educación química, 32(1), 133-146.
Garst, J.
F. (1974). The extent of reaction as a unifying basis for stoichiometry in
elementary chemistry. Journal of Chemical Education, 51(3),
194.
IUPAC.
(2019). Compendium of chemical terminology (2nd ed.). IUPAC.
https://doi.org/10.1351/goldbook
Moretti, G.
(2015). The “extent of reaction”: a powerful concept to study chemical
transformations at the first-year general chemistry courses. Foundations
of Chemistry, 17(2), 107-115.
Mousavi, A.
(2019). Stoichiometry of equations through the Inverse de Donder
relation. Chemistry Teacher International, 1(1),
20180006.
Schmitz, G.
(2005). What is a reaction rate?. Journal of chemical education, 82(7),
1091.
Smith, W.
R., & Missen, R. W. (1979). What is chemical stoichiometry?. Chemical
Engineering Education, 13(1), 26-32.
SOLAZ, J. J., & Quilez, J. (2001). Changes of extent of reaction in open chemical equilibria. Chemistry
Education Research and Practice, 2(3), 303-312.
Vandezande,
J. E., Vander Griend, D. A., & DeKock, R. L. (2013). Reaction extrema:
Extent of reaction in general chemistry. Journal of Chemical Education, 90(9),
1177-1179.
No hay comentarios:
Publicar un comentario