En esta demostración plantearemos los teoremas
clave de la molalidad cuando trabajamos con masas o volúmenes, en
lugar de usar directamente su axioma fundamental, que se basa en la cantidad
de sustancia del soluto expresada en moles. Esto se debe a que, como
es bien sabido, en un laboratorio no existen balanzas de cantidad de
sustancia, ya que esta es una magnitud física que se mide en moles,
a diferencia de la masa, que sí puede medirse directamente en gramos.
Por ello, en la práctica experimental debemos recurrir a relaciones
derivadas que vinculan masa, volumen, densidad y masa molar, para
calcular la molalidad de manera efectiva y precisa.
Iniciamos con el axioma fundamental de la molalidad (1).
bi=nimj(1)
Molalidad de una masa sólida
Como primer caso, analizamos cómo
determinar la molalidad a partir de un soluto en estado sólido. Para
ello, recurrimos al axioma de la masa molar, pero esta vez despejando la
cantidad de sustancia (2).
ni=miMj(1)
Luego, combinamos ambos principios para
obtener el teorema correspondiente (3), que permite expresar la
molalidad como función de la masa del soluto sólido, tal como se haría
al medir la masa de un hidróxido en una preparación experimental
bi=mimj⋅Mi(3)
Dado que se trata de un cociente entre magnitudes
semejantes —ambas masas—, el ratio puede contraerse algebraicamente.
Esto permite simplificar la expresión y obtener el teorema en su forma más
breve y elegante, facilitando tanto su uso práctico como su memorización
conceptual en contextos de laboratorio o resolución de problemas
bi=mi/jMi(4)
Molalidad del volumen de solvente puro
Si asumimos que el solvente es un líquido puro, o que
puede tratarse como tal bajo condiciones prácticas de laboratorio,
podemos invocar el axioma de la densidad (5), esta vez despejando
directamente la masa del solvente.
m=V⋅ρ(5)
Esta expresión puede sustituirse en el teorema (3),
lo que nos lleva a una nueva formulación: el teorema de la molalidad en
función de la masa del soluto sobre el volumen del solvente
bi=miVj⋅ρj⋅Mi(6)
Molalidad de dos volúmenes
Si tanto el soluto como el solvente son líquidos,
podemos sustituir ambas masas utilizando sus respectivas densidades
y volúmenes, en lugar de sustituir únicamente la del solvente. Esto
permite expresar la molalidad completamente en función de volúmenes y
densidades, lo cual resulta especialmente útil cuando se trabaja con
líquidos miscibles en condiciones experimentales comunes
bi=Vi⋅ρiVj⋅ρj⋅Mi(7)
Como obtenemos dos cocientes de variables semejantes
—uno de volúmenes y otro de densidades—, podemos contraerlos
utilizando la notación de ratios, lo que nos permite expresar el
resultado de forma más compacta y elegante. Esta contracción mantiene la
proporcionalidad entre las magnitudes y simplifica el teorema final sin
perder su validez conceptual ni práctica.
bi=1Mi⋅ρi/j⋅Vi/j(8)
El teorema anterior se expresa con la masa molar en
la forma 1/Mi, seguida de dos ratios (como volumen y densidad), lo
cual se deriva naturalmente por razones de despeje algebraico. Esta
estructura facilita el análisis dimensional, lo que la convierte en una
formulación más elegante y funcional que otras alternativas.
Con ello, hemos obtenido una serie de tres teoremas clave:
- Molalidad
a partir de un soluto sólido y un solvente de volumen conocido.
(Enlace)
- Molalidad
con soluto líquido y masa conocida del solvente. (Enlace)
- Molalidad
con soluto y solvente ambos líquidos, una situación común en sistemas
orgánicos o mezclas miscibles. (Enlace)
Estos casos son especialmente frecuentes en problemas de lápiz y papel, donde se busca eficiencia en los cálculos sin perder precisión conceptual..
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