[Carga y lenguaje químico] Sección 6. Conceptos clave [Síntesis y propiedades de óxidos, hidróxidos e hidruros] [Síntesis y propiedades de ácidos y sales] Otros conceptos [El científico loco]
Óxidos
Un óxido es un compuesto químico formado por
la combinación de un elemento con el anión teórico óxido (O²⁻).
Aunque este ión no existe de forma independiente, se utiliza de manera analógica
para construir la fórmula química y asignar un nombre sistemático
a estas sustancias. Los óxidos se clasifican en dos tipos principales: óxidos
metálicos, que se forman típicamente con metales, y óxidos no
metálicos, derivados de no metales. Esta clasificación permite
predecir su comportamiento químico y sus propiedades generales, así como
establecer reglas de nomenclatura consistentes para su estudio y aplicación.
Los óxidos son de gran importancia industrial,
ambiental y biológica. Los óxidos metálicos se utilizan en la
fabricación de cemento, vidrio y materiales refractarios, mientras que
los óxidos no metálicos son esenciales en la producción de ácidos
industriales, como el ácido sulfúrico y el ácido nítrico, así
como en la atmósfera, donde participan en ciclos como la formación de
lluvia ácida. Además, algunos óxidos cumplen funciones biológicas críticas,
como el óxido de hierro (Fe₂O₃) en la formación de hemoglobina.
Comprender su estructura, propiedades y reactividad permite su
aprovechamiento eficiente y seguro en diversos campos de la química y la
industria.
Óxidos metalicos
Los óxidos metálicos generalmente poseen características
básicas, reaccionan con ácidos para formar sales y agua, y
tienen un comportamiento típico de compuestos iónicos. Por ejemplo, el óxido
de sodio (Na₂O) y el óxido de calcio (CaO) muestran alta solubilidad
en agua y forman soluciones básicas al reaccionar con el agua.
Los óxidos metálicos son compuestos iónicos,
formados por la combinación de cationes metálicos y el anión óxido
(O²⁻). Debido a su naturaleza iónica, estos compuestos
se nombran utilizando la nomenclatura Stock, que indica el estado de
oxidación del metal en números romanos entre paréntesis. Esta forma de
nombrar permite diferenciar compuestos que contienen el mismo metal pero con
distintos estados de oxidación, asegurando claridad y precisión en la química
inorgánica.
Sodio: Na₂O – Óxido de sodio (Na en +1). Dos átomos
de sodio equilibran la carga de un ión óxido (O²⁻),
formando un compuesto neutro.
Calcio: CaO – Óxido de calcio (Ca en +2). Un átomo de
calcio compensa la carga del ión óxido, resultando en un óxido estable.
Hierro (II): FeO – Óxido de hierro (II) (Fe en +2).
Un átomo de hierro en estado +2 se combina con un ión óxido para
neutralizar la carga.
Hierro (III): Fe₂O₃ – Óxido de hierro (III) (Fe en
+3). Se necesitan dos átomos de hierro en +3 para equilibrar tres
iones óxido, formando un compuesto iónico neutro.
Óxidos no metálicos
Por otro lado, los óxidos de no metales, como el dióxido
de carbono (CO₂) y el trióxido de azufre (SO₃), presentan
propiedades ácidas, reaccionando con el agua para formar ácidos
oxoácidos. Sin embargo, algunos óxidos de metales de transición con altos
estados de oxidación, como el óxido de cromo (CrO₃) o el óxido de
manganeso (Mn₂O₇), se comportan químicamente como óxidos no metálicos,
mostrando propiedades ácidas y solubilidad en agua para formar ácidos
correspondientes.
Los óxidos no metálicos son compuestos covalentes
formados por la combinación de no metales con el oxígeno. Debido
a que no son iónicos, se nombran utilizando la nomenclatura sistemática de
composición, que emplea prefijos de repetición para indicar el
número de átomos de cada elemento presente en la molécula. Por ejemplo, se usan
mono-, di-, tri- para el oxígeno y di-, tri-, tetra-, penta- para
el no metal cuando es necesario especificar la cantidad de átomos, asegurando
claridad y precisión en la identificación de la fórmula química.
Monóxido de carbono: CO – Monoóxido de carbono. Un
átomo de carbono se combina con un átomo de oxígeno, y se indica el prefijo mono
para el oxígeno.
Dióxido de carbono: CO₂ – Dióxido de carbono. Un
átomo de carbono se une con dos átomos de oxígeno, reflejando la
proporción mediante el prefijo di.
Trióxido de azufre: SO₃ – Trióxido de azufre. Un
átomo de azufre se combina con tres átomos de oxígeno, indicado por el
prefijo tri.
Pentóxido de fósforo: P₄O₁₀ – Decaóxido de
tetrafósforo (según convención). Cuatro átomos de fósforo se combinan con diez
átomos de oxígeno; los prefijos permiten describir exactamente la composición
de la molécula.
Esta nomenclatura permite identificar de manera precisa
la cantidad de cada elemento en óxidos no metálicos, diferenciando
compuestos que podrían tener el mismo elemento pero distinto número de átomos
de oxígeno, y facilita su estudio y comunicación en química inorgánica.
Peróxidos
Un peróxido es un compuesto químico que
contiene el anión peróxido (O₂²⁻), en el cual dos átomos de
oxígeno están unidos entre sí con un enlace simple y presentan una carga total
de -2. Aunque este anión no se encuentra libre en la naturaleza, se utiliza
como referencia para construir la fórmula química y asignar un nombre
sistemático a estas sustancias. Los peróxidos se clasifican en dos grandes
tipos: peróxidos metálicos, formados por la combinación de metales con
el anión peróxido, y peróxidos no metálicos, derivados de no metales.
Esta clasificación permite predecir su comportamiento químico, sus propiedades
y establecer reglas de nomenclatura consistentes para su estudio y aplicación
en química inorgánica.
Los peróxidos metálicos son generalmente compuestos
iónicos, con propiedades básicas y alta reactividad, especialmente como
agentes oxidantes. Debido a su naturaleza iónica, se nombran mediante la nomenclatura
Stock, indicando el estado de oxidación del metal en números romanos entre
paréntesis. Por ejemplo:
Sodio: Na₂O₂ – Peróxido de sodio (I). Dos átomos de sodio equilibran la carga
de un ión peróxido.
Calcio: CaO₂ – Peróxido de calcio (II). Un átomo de calcio compensa la carga
del ión peróxido, formando un compuesto neutro.
Bario: BaO₂ – Peróxido de bario (II). Similar al calcio, equilibra la carga del
anión peróxido para formar un sólido estable.
Los peróxidos no metálicos, como el peróxido de
hidrógeno (H₂O₂), presentan propiedades covalentes y se comportan como
agentes oxidantes fuertes. Se nombran utilizando la nomenclatura sistemática
de composición, indicando con prefijos el número de átomos de cada
elemento. Por ejemplo:
Peróxido de hidrógeno: H₂O₂ – Peróxido de dihidrógeno. Dos átomos de hidrógeno
y dos de oxígeno unidos por enlace simple, reflejando la proporción de manera
clara.
Dióxido de boro: B₂O₂ – Peróxido de diboro (ejemplo hipotético). Dos átomos de
boro combinados con dos átomos de oxígeno en enlace peróxido.
Hidróxidos
Un hidróxido es un compuesto químico formado
por la combinación de un catión metálico con el anión hidróxido (OH⁻).
Estos compuestos sólo se forman típicamente con metales en estados de
oxidación bajos, ya que en estados altos los metales tienden a formar
óxidos más estables. Debido a su naturaleza, todos los hidróxidos son compuestos
iónicos, caracterizados por enlaces electrostáticos entre los cationes
metálicos y los aniones hidróxido, presentando propiedades básicas y alta
solubilidad variable en agua según el metal involucrado. Esta condición permite
predecir su comportamiento químico y establecer reglas claras de nomenclatura.
Todos los hidróxidos metálicos se nombran utilizando
la nomenclatura Stock, que indica el estado de oxidación del metal
en números romanos entre paréntesis, asegurando precisión en la identificación
de compuestos que contienen el mismo metal con diferentes cargas. Por ejemplo:
Sodio: NaOH – Hidróxido de sodio (I). Un átomo de sodio se combina con un ión
hidróxido para formar un compuesto iónico neutro.
Calcio: Ca(OH)₂ – Hidróxido de calcio (II). Un átomo de calcio compensa la
carga de dos iones hidróxido, formando un hidróxido estable.
Hierro (II): Fe(OH)₂ – Hidróxido de hierro (II). Un catión hierro en estado +2
se combina con dos aniones hidróxido, resultando en un compuesto básico.
Hierro (III): Fe(OH)₃ – Hidróxido de hierro (III). Dos cationes Fe³⁺
se combinan con seis aniones hidróxido para
equilibrar cargas, formando un sólido iónico estable.
Los hidróxidos son esenciales en química y en la
industria, ya que actúan como bases fuertes o moderadas, participan en reacciones
de neutralización con ácidos para formar sales y agua, y se utilizan en
procesos como tratamiento de aguas, fabricación de cemento, papel y productos
químicos. Comprender su estructura, propiedades y nomenclatura permite
su uso seguro y eficiente, así como una correcta comunicación de los compuestos
en química inorgánica.
Hidruros
Un hidruro es un compuesto químico formado por
la combinación de hidrógeno con otro elemento, ya sea un metal o un
no metal. La naturaleza del elemento determina las propiedades y la
nomenclatura del hidruro. En los hidruros metálicos, el hidrógeno actúa
como anión (H⁻) y se combinan con cationes
metálicos, formando compuestos iónicos básicos. Por ejemplo, el hidruro de
sodio (I) (NaH) es un sólido iónico que reacciona con agua liberando hidrógeno
y formando hidróxidos. Todos los hidruros metálicos se nombran mediante la nomenclatura
Stock o tradicional, indicando el estado de oxidación del metal si es
necesario.
Los hidruros no metálicos son compuestos
covalentes, donde el hidrógeno actúa como un catión parcial (H⁺),
y se combinan con no metales. Estos se clasifican en varias familias según el
elemento no metálico: los boranos y hidrocarburos, que son
complejos y tienden a polimerizar, poseen reglas de nomenclatura propias; los pnicógenuros
(con nitrógeno, fósforo, arsénico) tienen carácter básico; mientras que los anfigenuros
y halogenuros son ácidos, formando soluciones que liberan H⁺
al disolverse en agua.
En los hidruros no metálicos, la nomenclatura de
composición se basa en la regla de que el hidrógeno, al ser menos
electronegativo que el no metal, actúa como catión, y se nombra el no metal
con terminación -uro seguido de hidrógeno. Por ejemplo, HCl se llama cloruro
de hidrógeno, y H₂S sulfuro de hidrógeno. Sin embargo, algunos
compuestos poseen nombres triviales tan comunes que se utilizan en lugar
de la nomenclatura sistemática, como el agua (H₂O) y el amoníaco (NH₃). Esta
organización permite clasificar y nombrar correctamente los hidruros,
reflejando sus propiedades químicas y facilitando su estudio en química
inorgánica.
Síntesis
Las reacciones de síntesis consisten en la
combinación de elementos puros para formar un solo compuesto. Estas reacciones
permiten ilustrar cómo los elementos interactúan según su valencia y
electronegatividad, y son fundamentales para comprender la estequiometría,
la reactividad y la formación de compuestos inorgánicos. A continuación se
presentan ejemplos de síntesis directa para diversos tipos de compuestos.
Los óxidos metálicos se forman al combinar un metal
con oxígeno. Por ejemplo:
2 Ca (s) + O₂ (g) → 2 CaO (s)
Este compuesto iónico es básico, y el óxido de calcio se utiliza ampliamente en
la industria del cemento y vidrio, así como en procesos de neutralización de
suelos ácidos.
Los hidróxidos metálicos se obtienen a partir de
óxidos metálicos y agua, aunque también pueden considerarse síntesis desde
elementos cuando el metal se combina directamente con oxígeno e hidrógeno:
2 Na (s) + O₂ (g) + H₂O (l) → 2 NaOH (aq)
El hidróxido de sodio es un compuesto fundamental en la industria química,
usado en fabricación de jabones, detergentes y procesos de saponificación.
Los peróxidos se producen combinando oxígeno con
ciertos metales, como el bario:
Ba (s) + O₂ (g) → BaO₂ (s)
Los peróxidos son compuestos oxidantes importantes, empleados en blanqueo,
desinfección y como agentes oxidantes en síntesis química.
Los hidruros metálicos surgen de la combinación de
metales con hidrógeno:
2 Li (s) + H₂ (g) → 2 LiH (s)
Se utilizan en almacenamiento de hidrógeno, como bases fuertes y en síntesis de
compuestos orgánicos.
Los hidruros no metálicos, como el amoníaco y el
sulfuro de hidrógeno, se obtienen combinando hidrógeno con no metales:
N₂ (g) + 3 H₂ (g) → 2 NH₃ (g) – Amoníaco, básico, utilizado en
fertilizantes y síntesis química.
H₂ (g) + S (s) → H₂S (g) – Sulfuro de hidrógeno, ácido, relevante en la
industria química y en procesos de laboratorio.
Finalmente, los haluros de hidrógeno, como el cloruro
de hidrógeno, se forman a partir de hidrógeno y cloro:
H₂ (g) + Cl₂ (g) → 2 HCl (g)
El HCl es un ácido fuerte industrial, usado en síntesis de compuestos
orgánicos, limpieza de metales y regulación de pH en procesos químicos.
Estas síntesis teóricas muestran cómo los elementos
se combinan para formar compuestos con propiedades y aplicaciones específicas,
reflejando la importancia de la química inorgánica en la industria, la biología
y la vida cotidiana.
Referencias
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L., LeMay, H. E. J., Bursten, B. E., Murphy, C. J., Woodward, P., &
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Seager, S.
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(10th ed.). Cengage Learning.
Zumdahl, S. S., Zumdahl, S. A., DeCoste, D. J., & Adams, G. (2018). Chemistry (10th ed.). Cengage Learning.
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