[Demostración] En el caso del calorímetro de taza de café para un sólido que reacciona con un solvente, se aplica el mismo teorema de equilibrio térmico entre el calor absorbido por el solvente y el calor liberado por la reacción. La principal diferencia radica en la expresión de la cantidad de reacción: en lugar de usar la concentración molar y el volumen del soluto limitante, se usa la masa del sólido reaccionante y su correspondiente masa molar, permitiendo calcular directamente los moles de reacción. A diferencia del caso con dos disoluciones, aquí no es necesario analizar el reactivo limitante, ya que se asume que el sólido agregado es el único reactivo en cantidad finita y, por tanto, el limitante por diseño experimental.
Aunque no se exige un análisis estequiométrico del otro reactivo (el solvente), es recomendable que este se encuentre en exceso, generalmente agua, para asegurar una reacción completa y una medición térmica confiable. Además, conviene que la reacción sea lo suficientemente lenta como para permitir cerrar el calorímetro antes de que se pierda calor al entorno. En ciertos casos se libera un gas, lo que teóricamente afectaría la presión constante del sistema, pero se asume que las cantidades son pequeñas y sus efectos, por tanto, despreciables..
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