La presión remanente de un gas en exceso a volumen constante es un concepto útil en experimentos donde el volumen del sistema se mantiene fijo y el cambio en presión sirve como indicador indirecto de la cantidad de gas presente. En estos casos, especialmente en montajes con pipetas rígidas o cámaras cerradas, la presión decrece a medida que el gas en exceso reacciona con otra sustancia. El análisis de esta variación permite inferir cuánta cantidad de gas ha sido consumida y cuánta permanece.
Este tipo de medición es común en prácticas de laboratorio donde el gas se encuentra confinado en un recipiente que no cambia de volumen, como una pipeta de vidrio o una jeringa bloqueada. En estos contextos, es razonable expresar los volúmenes en mililitros (mL), y por consistencia, es conveniente adaptar la constante del gas ideal a atm·mL/mmol·K, lo cual mantiene su valor numérico estándar (0.082) pero facilita los cálculos experimentales sin necesidad de convertir unidades.
El procedimiento consiste en calcular la cantidad de gas que reacciona (en milimoles) y restarla de la cantidad inicial de gas en exceso. Luego, usando la ley de los gases ideales adaptada al volumen constante, se calcula la nueva presión del sistema. Dado que la temperatura y el volumen no cambian, la presión remanente depende exclusivamente de la cantidad de gas no reaccionado. Este enfoque es útil en reacciones de desplazamiento, absorción o incluso en ensayos de reacción parcial, donde no se consume todo el gas. Así, se puede monitorear la evolución de la reacción sin necesidad de abrir el sistema ni medir directamente la cantidad de gas restante.
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