[Carga y lenguaje químico] Sección 1. Conceptos Clave [Estructura de la tabla periódica] [Propiedades periódicas] Otros conceptos [Historia de la tabla periódica]
Una propiedad periódica es una característica
de los elementos químicos que varía de manera regular y
predecible a lo largo de la tabla periódica, siguiendo patrones definidos
por su posición. Estas propiedades cambian de forma sistemática cuando se
avanza de izquierda a derecha en un período o de arriba hacia abajo en un
grupo. Ejemplos comunes incluyen el radio atómico, la energía
de ionización, la electronegatividad y la afinidad
electrónica. Se llaman “periódicas” porque estas variaciones se repiten de
forma cíclica, reflejando la estructura interna de los átomos y la manera en
que se organizan sus electrones.
Peso atómico y número atómico
El número atómico representa la cantidad
de protones que posee un átomo en su núcleo, y es el criterio
que define de forma única a cada elemento químico. Este número también
determina la cantidad de electrones en un átomo neutro, lo que
influye directamente en su comportamiento químico. Por otro lado, el peso
atómico (o masa atómica relativa) es un promedio ponderado de las
masas de todos los isótopos naturales de un elemento, teniendo
en cuenta su abundancia relativa. Aunque en general ambos valores aumentan
progresivamente a lo largo de la tabla periódica, existen excepciones. Por
ejemplo, el cobalto (Z = 27) tiene un peso atómico mayor que
el del níquel (Z = 28), a pesar de tener un número atómico menor.
Estas irregularidades se deben a la composición isotópica y no
afectan la organización fundamental de los elementos, pero son una muestra
clara de que masa y número atómico no siempre crecen al unísono.
En este curso de química general usaremos el símbolo
del parámetro masa molar M para referirnos también a la masa
atómica o masa molecular, entendiendo que se trata de una
cuestión de proporciones. Cuando hablamos de masa molar,
nos referimos a la masa de 1 mol de sustancia, pero si en
lugar de usar el mol como unidad abstracta, lo reemplazamos por su definición
—el número de Avogadro 6.022 × 1023— y resolvemos el
cociente, obtenemos directamente el peso atómico o peso
molecular promedio. Esta equivalencia nos permite evitar introducir más
ecuaciones o nuevos símbolos, y así manejar definiciones sinónimas con
mayor elegancia y coherencia formal, sin perder
precisión conceptual. Este enfoque unificado facilita la comprensión y
aplicación de los conceptos fundamentales en los cálculos químicos, manteniendo
una notación consistente a lo largo del curso.
Radio atómico
El radio atómico es la distancia
media entre el núcleo de un átomo y la capa más externa de electrones.
Este valor tiende a aumentar a medida que nos movemos hacia
abajo en un grupo de la tabla periódica, ya que se agregan más capas de
electrones, pero tiende a disminuir al avanzar de izquierda a
derecha en un período, debido a que los electrones se atraen más fuertemente
por un mayor número de protones en el núcleo. El volumen atómico se
refiere al espacio total que ocupa un átomo en una sustancia,
y está relacionado con el radio atómico; cuanto mayor es el radio, mayor es el
volumen atómico, ya que el átomo ocupa más espacio.
Energía de ionización, afinidad electrónica y carácter metálico
La energía de ionización es la cantidad
de energía necesaria para remover un electrón de un
átomo o ion en su estado gaseoso. Generalmente, esta energía aumenta de izquierda
a derecha en un período, debido a que los átomos tienen más protones y
atraen con mayor fuerza a los electrones, y disminuye al descender en
un grupo, ya que los electrones externos están más alejados del núcleo y
son más fáciles de eliminar. La afinidad electrónica es
la energía liberada cuando un átomo captura un electrón,
formando un ion negativo. Esta propiedad tiende a ser más negativa (libera
más energía) al avanzar de izquierda a derecha en un período, ya que los átomos
tienen una mayor tendencia a ganar electrones. Por otro lado, el carácter
metálico se refiere a las propiedades típicas de los metales,
como la conductividad eléctrica, maleabilidad y brillo
metálico. El carácter metálico disminuye al moverse de
izquierda a derecha en un período (los elementos se vuelven más no metálicos)
y aumenta al bajar en un grupo, ya que los metales tienen más
facilidad para perder electrones.
Electronegatividad
La electronegatividad es la medida de la
capacidad de un átomo para atraer electrones hacia sí mismo cuando
forma un enlace químico. Se simboliza con la letra griega χ
(chi). Esta propiedad aumenta de izquierda a derecha en
un período y disminuye de arriba hacia abajo en
un grupo de la tabla periódica. En términos prácticos, la
electronegatividad es una de las propiedades periódicas más útiles para anticipar
la conducta molecular de las sustancias. Exhibe un patrón creciente
de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba,
excluyendo a los gases nobles. El flúor ocupa el
extremo superior de esta escala, siendo el elemento más electronegativo,
lo que significa que tiene la mayor propensión a capturar electrones,
a pesar de su baja abundancia. Curiosamente, su nombre no se utiliza en el
contexto del proceso de captura de electrones.
Figura
1. Tendencias
periódicas en la tabla periódica: el radio atómico aumenta hacia
la izquierda y abajo, mientras que la energía de ionización, la afinidad
electrónica y el carácter no metálico crecen hacia la derecha y
arriba. En contraste, el carácter metálico aumenta hacia la izquierda y
abajo, reflejando la relación entre estructura electrónica y propiedades
químicas.
El oxígeno sigue al flúor como el siguiente
elemento más electronegativo y, a diferencia del flúor, es abundante.
De hecho, el término "reducción" se acuñó debido a su
capacidad significativa para ganar electrones, reduciendo el número
de electrones de otros átomos. En contraste, el proceso opuesto, la pérdida
de electrones, se denomina oxidación, ya que el oxígeno, debido
a su capacidad para capturar electrones, induce la pérdida de
electrones en la mayoría de los metales y no metales. A pesar de su
potente capacidad como agente oxidante, el oxígeno no es el más fuerte; el
flúor posee una electronegatividad aún más intensa. Así, en la
formación de fluoruro de oxígeno, cuando el oxígeno se enfrenta al
flúor, es el oxígeno quien experimenta la oxidación, perdiendo
electrones frente al flúor.
Número de oxidación o estado de oxidación
La propiedad periódica conocida como número de
oxidación o estado de oxidación indica la carga
eléctrica relativa posible o probable de un elemento →z,
expresada como el cociente entre la carga eléctrica de
una mol de sustancia y la constante de Faraday. Este concepto es
aplicable tanto a una mol completa, que contiene aproximadamente 602
214 mil trillones de partículas (el número de Avogadro),
como a una sola partícula. En un contexto atómico, el estado de
oxidación representa el número de cargas que un átomo
único ha cedido o adquirido al interactuar con átomos de electronegatividades diferentes.
Los números de oxidación suelen estar codificados
en las tablas periódicas para resumir la información. Por ejemplo, el estado de
carga relativa basal cero existe en todos los elementos,
aunque no se menciona explícitamente, ya que se asume que el lector está al
tanto de esta condición. Los símbolos ± afectan solo al
elemento inmediatamente a la derecha. Por ejemplo, si se muestra ±3,5,
esto indica que el elemento puede asumir cargas de -3, 0, +3, +5.
La ganancia de electrones se interpreta como un aumento en los
valores negativos, mientras que la pérdida de electrones se
asocia con un aumento en los valores positivos. Es importante destacar que los
protones no participan en reacciones químicas tradicionales, reservándose para
reacciones nucleares con reglas más complejas. Nos concentramos en los
movimientos electrónicos en este contexto.
Simbolizaremos cualquier tipo de carga relativa con la letra
latina zeta minúscula →z utilizando la notación →, aunque no se trate
de un vector en sentido físico estricto. Usaremos esta convención porque el
número de carga tiene dirección, ya sea positiva o negativa,
lo cual justifica su representación con una flecha como notación simbólica.
Referencias
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Stoltzfus, M. W. (2015). Chemistry the Central Science.
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Seager, S.
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ed.). Cengage Learning.
Zumdahl, S. S., Zumdahl, S. A., DeCoste, D. J., & Adams, G. (2018). Chemistry (10th ed.). Cengage Learning.
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