Las reglas de nomenclatura inorgánica pueden resultar
confusas debido a la coexistencia de nombres arcaicos, como "aceite de
vitriolo", con los nombres sistemáticos modernos, como los que se emplean
en la nomenclatura de la IUPAC. En general, existen tres sistemas
principales: el tradicional (que actualmente está en desuso para este
curso de química general), el Stock y el sistemático, que es el
que se encuentra consignado en el Libro Rojo de la IUPAC. Para evitar
confusiones y resaltar las diferencias entre sustancias iónicas y moleculares,
seguiremos la siguiente regla: los compuestos iónicos serán nombrados
utilizando la nomenclatura Stock, mientras que los compuestos moleculares
seguirán la nomenclatura sistemática. Esta norma es comúnmente seguida
en los libros de texto de química general, lo que proporciona
consistencia y claridad al aprender sobre química inorgánica.
Nomenclatura Stock
En la nomenclatura Stock, el procedimiento consiste
en asignar un nombre binomial al compuesto, es decir, un nombre que
refleja los componentes del mismo. En español, el orden del binomio es
opuesto al de la fórmula química: si en la fórmula el catión (ión
positivo) aparece primero seguido por el anión (ión negativo), en el
nombre del compuesto, el anión se menciona primero, seguido por el catión
y su carga iónica expresada en números romanos. Si la carga del
catión es I (uno), no se marca, ya que se asume por convención. Por
ejemplo, el compuesto FeCl₂ se nombraría cloruro de hierro(II),
mientras que FeCl₃ sería cloruro de hierro(III). Esta
nomenclatura ayuda a identificar la valencia o carga del catión, lo cual es
crucial para distinguir entre compuestos que contienen el mismo elemento pero
con diferentes estados de oxidación.
Nomenclatura sistemática
La nomenclatura sistemática se caracteriza por el uso
de prefijos numéricos para indicar la cantidad de átomos de cada
elemento en un compuesto molecular. Esta nomenclatura se aplica
principalmente a compuestos binarios, es decir, aquellos formados por
dos elementos diferentes. Los prefijos más comunes son mono- (para uno),
di- (para dos), tri- (para tres), y así sucesivamente. Por
ejemplo, el compuesto CO₂ se nombraría dióxido de carbono y N₂O₄
sería tetraóxido de dinitrógeno.
Sin embargo, en los compuestos ternarios (que
contienen tres elementos), la nomenclatura sistemática se usa menos debido a
que los nombres pueden volverse largos y complicados. Para estos
compuestos, aún se utilizan nombres tradicionales, ya que son más
fáciles de recordar y manejar. A pesar de que la nomenclatura sistemática
requiere memorizar pocas reglas, su aplicación en compuestos ternarios no es
tan común en la práctica.
Tabla 1. Prefijos para los subíndices
Número | Prefijo numeral | Prefijo numeralis |
---|---|---|
1 | mono- | - |
2 | di- | bis- |
3 | tri- | tris- |
4 | tetra- | tetrakis- |
5 | penta- | pentakis- |
6 | hexa- | hexakis- |
7 | hepta- | heptakis- |
8 | octa- | octakis- |
9 | nona- | nonakis- |
10 | deca- | decakis- |
11 | undeca- | undecakis- |
12 | dodeca- | dodecakis- |
13 | trideca- | tridecakis- |
14 | tetradeca- | tetradecakis- |
15 | pentadeca- | pentadecakis- |
16 | hexadeca- | hexadecakis- |
17 | heptadeca- | heptadecakis- |
18 | octadeca- | octadecakis- |
19 | nonadeca- | nonadecakis- |
20 | icosa- | icosakis- |
Usos de la nomenclatura tradicional
La nomenclatura tradicional tiene una gran cantidad
de excepciones que la hacen más difícil de aprender y aplicar de manera
eficiente, especialmente cuando se trata de compuestos complejos. Aunque
existen reglas específicas para nombrar cationes y aniones, como los oxoaniones,
los cianuros y los acetatos, estas reglas son menos consistentes
que las utilizadas en la nomenclatura stock o sistemática. Dado
que memorizar todas las reglas tradicionales puede resultar innecesariamente
complicado, es más eficaz memorizar los nombres tradicionales de los cationes
complejos y otros iones específicos comunes.
Para facilitar este proceso de aprendizaje, será útil
construir tablas que contengan los nombres tradicionales más comunes de
estos iones complejos. Al hacerlo, se reduce la necesidad de memorizar
reglas complejas y se puede enfocar el estudio en aprender de manera práctica
los nombres y estructuras que más se utilizan en la química.
Referencias
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Seager, S.
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Zumdahl, S. S., Zumdahl, S. A., DeCoste, D. J., & Adams, G. (2018). Chemistry (10th ed.). Cengage Learning.
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