[Carga y lenguaje químico] Sección 3. Conceptos clave [Teoría de los iones] [Tabla de determinación de estados de oxidación] Otros conceptos [Electricidad y teoría atómica]
Figura
1. Benjamin Franklin (1706-1790), polímata ilustrado y Padre Fundador de EE.
UU., combinó ciencia, política e innovación. Fue clave en la independencia y
redacción de la Constitución. Pionero en el estudio de la electricidad,
acuñó los términos de carga positiva y carga negativa, conceptos
fundamentales para la comprensión de los electrones y del comportamiento
de la materia cargada. Inventó el pararrayos, basado en la
conducción de corriente eléctrica, y también ideó las gafas bifocales y
la estufa Franklin. Su legado une razón, experimentación y compromiso cívico.
La electrolisis
El descubrimiento de instrumentos capaces de controlar
la electricidad abrió un abanico de posibilidades para nuevos
experimentos y avances en la ciencia. A medida que la comprensión de la
electricidad avanzaba, surgieron dispositivos como la máquina de Leyden en
el siglo XVIII, que permitió almacenar electricidad en forma de carga
estática. Esto marcó el inicio de los estudios sobre la acumulación y
manipulación de electricidad, allanando el camino para futuras investigaciones.
Durante el siglo XIX, los avances en la corriente
eléctrica y su interacción con diferentes materiales revolucionaron
aún más el campo. Científicos como Alessandro Volta realizaron
importantes descubrimientos, como la invención de la pila voltaica en
1800, que fue el primer dispositivo capaz de generar una corriente eléctrica de
manera continua. Este descubrimiento llevó al estudio de la electrólisis,
un proceso mediante el cual la corriente eléctrica descompone compuestos
químicos, lo que permitió el descubrimiento de nuevos elementos
químicos.
Figura
2. La botella de Leyden, inventada en 1745 por Ewald von Kleist y
Pieter van Musschenbroek, fue el primer dispositivo en almacenar
carga eléctrica, antecedente de los condensadores modernos. Su
diseño con vidrio como dieléctrico y láminas metálicas permitió acumular
y liberar electricidad estática, introduciendo el concepto de capacidad
eléctrica y sentando las bases de la electrostática y la teoría
electromagnética.
Uno de los logros más notables fue el trabajo de Michael
Faraday, quien en la década de 1830 demostró que la electricidad podía ser
utilizada para descomponer sustancias, un fenómeno conocido como electrólisis.
Este proceso reveló la existencia de elementos como el aluminio y
el sodio en su forma pura, abriendo nuevas posibilidades en la
industria y la química.
A medida que los experimentos sobre la electricidad
continuaban, los científicos empezaron a investigar los efectos de la corriente
eléctrica sobre diversos materiales, como los óxidos metálicos.
Estos estudios revelaron información clave sobre la conductividad
eléctrica de diferentes sustancias y sobre cómo la electricidad podía
inducir reacciones químicas en ciertos compuestos, lo que más tarde se
conocería como electroquímica.
La electroquímica, impulsada por el trabajo de Faraday y
otros, llevó al descubrimiento de nuevos materiales y procesos, entre ellos
la galvanoplastia, que utiliza la electricidad para depositar una
capa de metal sobre objetos. Esta innovación no solo transformó la industria de
la metalurgia, sino que también abrió nuevas puertas para aplicaciones
tecnológicas en áreas como la fabricación de dispositivos electrónicos y
baterías.
Figura
3. La electrólisis del agua con una batería AA de 1.5 V demuestra
cómo la electricidad induce reacciones químicas. En el cátodo
ocurre la reducción, liberando hidrógeno (H₂), y en el ánodo
la oxidación, generando oxígeno (O₂) en proporción 2:1, acorde a H₂O.
Este montaje sencillo introduce conceptos de redox, electrolito y
electroquímica, fundamentales en la producción de hidrógeno y en baterías
modernas.
Importancia de los experimentos
de Faraday
Los experimentos de Faraday sobre electrólisis fueron un
argumento clave a favor del particularismo atómico (la idea de
que la materia y la electricidad están compuestas por partículas discretas).
Faraday observó que la cantidad de carga necesaria para liberar un mol de
sustancia en una reacción electroquímica siempre era un múltiplo entero de
un valor fundamental, conocido hoy como la constante de Faraday Fu =
96 485 coulombios/mol.
Actualmente, sabemos que Fu representa la carga
total de un mol de electrones. Esto implicaba que, para que las
reacciones redox ocurrieran en proporciones exactas de moles enteros, la carga
eléctrica debía transferirse en unidades discretas (moles de
electrones). Así, los resultados de Faraday sugerían que la electricidad no era
un fluido continuo, sino que estaba cuantizada, apoyando
indirectamente la existencia de partículas subatómicas cargadas, décadas antes
del descubrimiento formal del electrón.
Figura
4. Michael Faraday (1791-1867) revolucionó la ciencia con descubrimientos en electromagnetismo
e inducción electromagnética, sentando bases del generador y
transformador. En química, formuló las leyes de la electrólisis,
impulsando la electroquímica, y estudió compuestos como el cloro
y el benceno. También exploró el diamagnetismo y la relación
luz-magnetismo. Su legado combina investigación, aplicaciones prácticas y
divulgación accesible de la ciencia.
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