Además de su clasificación por estado físico, la materia también puede clasificarse en términos de su composición química como sustancia pura o como mezcla.
Figura.
1. La
materia se clasifica en sustancias puras y mezclas. Las
sustancias puras pueden ser elementos (como el cobre) o compuestos
(como el azúcar), y presentan una composición constante. Las mezclas pueden ser
heterogéneas, con componentes visibles (como aceite y agua), o homogéneas
o soluciones, con composición uniforme (como una bebida gaseosa). A
nivel microscópico, la materia puede estar formada por átomos, moléculas
covalentes, iones o estructuras metálicas, dependiendo de su
naturaleza química.
Sustancias puras
Una sustancia pura es un tipo de materia con una
composición uniforme e invariable, lo que significa que no puede separarse en
componentes más simples mediante métodos físicos como filtración, decantación o
destilación. Cada muestra de una sustancia pura contiene exclusivamente ese
tipo de sustancia, sin importar su origen o estado físico. Por ejemplo, el agua
destilada contiene únicamente moléculas de H₂O, mientras que la sacarosa
pura está formada solo por moléculas de C₁₂H₂₂O₁₁. No hay impurezas ni
mezclas presentes, lo que permite que sus propiedades se mantengan constantes
en todas las muestras.
La composición constante de una sustancia pura
determina sus propiedades físicas y químicas. Estas incluyen su punto de
fusión, punto de ebullición, densidad, solubilidad, reactividad y otras
características observables o medibles. Bajo condiciones controladas, estos
valores no cambian, lo que permite utilizar estas propiedades para identificar
y clasificar sustancias con precisión. Así, las sustancias puras desempeñan
un papel esencial en la ciencia, ya que sirven como referencia para estudiar
mezclas, reacciones químicas o procesos de purificación.
Compuestos
Los compuestos son un tipo de sustancia pura
formada por la combinación química de dos o más elementos diferentes en
proporciones fijas. Esta unión da lugar a moléculas o estructuras cristalinas
con propiedades nuevas y distintas de las de los elementos que los conforman.
Por ejemplo, el agua (H₂O) es un compuesto resultante de la combinación
de hidrógeno y oxígeno, dos elementos gaseosos que al unirse
producen un líquido esencial para la vida. Esta transformación muestra cómo los
átomos, al reorganizarse mediante enlaces químicos, generan sustancias
completamente distintas en su comportamiento físico y químico.
Cada compuesto tiene una composición definida y una
fórmula química específica, lo que significa que siempre contiene los mismos
elementos en la misma proporción. Esta regularidad permite predecir sus propiedades
químicas y físicas, como su punto de ebullición, su solubilidad en
distintos disolventes o su reactividad ante otras sustancias. A diferencia de
las mezclas, los compuestos no pueden separarse en sus elementos constituyentes
mediante procesos físicos, sino únicamente a través de reacciones químicas.
Este carácter indivisible por métodos físicos confirma que, a pesar de estar
formados por varios elementos, los compuestos siguen considerándose sustancias
puras.
Elementos
Los elementos son sustancias fundamentales formadas
por un solo tipo de átomos, y constituyen la base de toda la materia.
Cada elemento se distingue por el número de protones (cargas positivas)
en el núcleo de sus átomos, lo que se denomina número atómico. Esta
característica determina sus propiedades químicas y explica por qué los
átomos de un mismo elemento reaccionan de manera similar. Por ejemplo, todos
los átomos de oxígeno tienen ocho protones en su núcleo, lo que les da sus
propiedades oxidantes típicas. Los elementos no pueden descomponerse en sustancias
más simples mediante ningún proceso químico ordinario.
Aunque una muestra de un elemento puro presenta
uniformidad en sus propiedades químicas y en muchas de sus propiedades
físicas, puede contener isótopos, es decir, átomos del mismo
elemento con igual número de protones pero diferente número de neutrones.
Esta variación en la masa atómica puede influir en ciertas propiedades físicas,
como la densidad o la radioactividad, sin alterar la reactividad
química del elemento. Por ejemplo, el carbono-12 y el carbono-14 tienen
propiedades químicas idénticas, pero el segundo es radioactivo. Una muestra
purificada de un solo isótopo representa el grado más alto de pureza
elemental, ya que elimina incluso estas pequeñas diferencias en la masa
atómica.
Figura.
2. El óxido
férrico rojo y el hierro ferroso negro son sustancias puras, pero el
primero es un compuesto y el segundo un elemento. Ambos contienen
átomos de hierro, pero su proporción y tipo de enlace cambian su estructura
y propiedades. Esto muestra cómo la forma en que los átomos se combinan
determina si una sustancia es compuesta o elemental.
Mezclas
Una mezcla es una combinación física de dos o más sustancias
puras, en la que cada componente conserva su identidad química,
incluso cuando el conjunto puede presentar propiedades emergentes debido
a la interacción entre los constituyentes. A diferencia de los compuestos, en
una mezcla los componentes no se unen químicamente. Por ejemplo, en una mezcla
de cristales de sal y arena, ambos conservan sus propiedades
originales; la sal permanece incolora y granular, mientras que la arena sigue
siendo de grano fino y gris claro. Esta distinción visual refleja la separación
de identidades químicas.
Una característica fundamental de las mezclas es que sus
componentes pueden separarse mediante métodos físicos, como la disolución,
filtración, evaporación o uso de imanes, dependiendo de
las propiedades de las sustancias involucradas. En la mezcla de sal y arena, es
posible disolver la sal en agua, dejando la arena atrás, y luego recuperar la
sal mediante evaporación. En otra mezcla, como la de azufre (amarillo) y
ferrita de hierro, se puede emplear un imán para extraer las partículas
metálicas. Además, las mezclas tienen composición variable, lo que
permite modificar las proporciones de los componentes, generando desde mezclas
mayoritariamente arenosas hasta otras predominantemente salinas. Esta
flexibilidad es una propiedad distintiva respecto a las sustancias puras, cuya
composición es constante
Mezclas heterogéneas
Las mezclas pueden clasificarse en heterogéneas
u homogéneas, dependiendo de si sus componentes son distinguibles a
simple vista o no. Esta clasificación se basa en la apariencia y
distribución visual de sus componentes. Una mezcla heterogénea
presenta fases o partes visiblemente distintas, cada una con propiedades
propias. En otras palabras, sus componentes no están distribuidos de manera
uniforme y pueden observarse separadamente. Por ejemplo, una galleta con
chispas de chocolate muestra claramente la masa y las chispas como
entidades diferenciadas. Del mismo modo, los muffins con arándanos
permiten distinguir fácilmente los frutos del resto del alimento.
En la naturaleza, muchas sustancias que encontramos son
mezclas heterogéneas. Ejemplos notables son las rocas, formadas por
varios minerales visibles; los suelos, que contienen fragmentos de
materia orgánica, arcilla y arena en distintas proporciones; y la madera,
cuyas vetas y fibras marcan estructuras diferenciadas. Esta no uniformidad
en la apariencia es una característica fundamental de las mezclas heterogéneas.
Cada fase puede presentar propiedades físicas y químicas distintas y, en muchos
casos, se pueden separar fácilmente por medios físicos, como el tamizado, la
decantación o la sedimentación. Este tipo de clasificación es esencial para
comprender la estructura de la materia en contextos cotidianos, industriales y
científicos.
Figura.
3. Aunque el
agua potable parece una sustancia pura (H₂O), es en realidad una mezcla
homogénea que contiene iones disueltos como Cl⁻, Na⁺ y K⁺, responsables de su sabor mineral. En contraste, las
mezclas heterogéneas como agua y aceite permiten distinguir sus
componentes, al presentar fases visibles debido a diferencias en
propiedades físicas y químicas.
Mezclas homogéneas
Una mezcla homogénea es aquella en la que los
componentes se combinan de forma tan uniforme que no es posible distinguirlos
visualmente. Esta mezcla contiene una sola fase visible y posee propiedades
uniformes en toda su extensión. Al disolverse completamente el soluto en el
solvente, como ocurre con el azúcar en el agua, la solución resultante
luce igual que el agua pura, aunque su composición química haya cambiado. Este
tipo de mezclas también se conocen como soluciones verdaderas, debido a
su nivel de homogeneidad.
Existen numerosos ejemplos de mezclas homogéneas en
distintos estados de la materia. El aire es una mezcla homogénea de
gases, donde no se pueden diferenciar el oxígeno, el nitrógeno u otros
componentes. Los combustibles como el aceite de motor o la gasolina
son mezclas líquidas homogéneas con múltiples compuestos combinados en
proporciones precisas. En estado sólido, las aleaciones metálicas como
el oro de 14 quilates —una mezcla uniforme de oro y cobre— representan
un caso especial: su homogeneidad se consigue al fundir los metales y
mezclarlos mientras están líquidos, permitiendo una distribución uniforme antes
de que solidifiquen. Esta característica hace que las mezclas homogéneas sean
fundamentales en industrias como la farmacéutica, la alimentaria o la
metalúrgica.
Referencias
Brown, T.
L., LeMay, H. E., Bursten, B. E., & Lancaster, M. (2022). Chemistry:
The central science (15th ed.). Pearson.
Chang, R.
(2021). Chemistry: The central science (14th ed.). Pearson.
Seager, S. (2022). Chemistry for today: General, organic, and biochemistry (10th ed.). Cengage Learning.
No hay comentarios:
Publicar un comentario