miércoles, 22 de marzo de 2023

FIGURAS-SECCION-40-41-42-SISTEMA-ESQUELETICO

Figura 40.1

 En la imagen anterior tenemos la extremidad anterior de un ave voladora "arriba" y de un pingüino "abajo". A pesar de que ambos son claramente homólogos, su función es completamente diferente, ya que el apéndice en el ave funciona como ala, mientras que en el pingüino funciona de aleta.

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Figura 40.2

 Manus adaptadas en aletas de (A) ballena; (B) manatí; (C) león marino; y (D) foca.

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Figura 40.3

 En el modelo anterior podemos ver la nomenclatura básica de las aletas.

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Figura 40.4

 En el modelo anterior podemos observar un corte transversal de una aleta radiada de tiburón en una vista a 3/4 (izquierda) y en una vista frontal (derecha). Los ceratotrichios forman barras que proyectan la membrana de la aleta por fuera del tronco corporal.

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Figura 40.5

 En el modelo anterior podemos apreciar un corte transversal de la aleta radiada de un pez óseo en una vista a 3/4 (izquierda) y en una vista frontal "derecha". En esta aleta se observa la presencia de huesos en el interior del tronco del cuerpo denominados basales, los cuales son de origen dermis. Los basales de la región pectoral se unen a una parte del condrocráneo llamado cintura escapular.

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Figura 40.6

 En el modelo anterior podemos apreciar la estructura de una aleta radiada: cintura, pterigioforo basal, pterigioforo radial y radios dérmicos.

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Figura 40.7

 (Arriba) Fotografía de Forcipiger longirostris y (Abajo) su esqueleto.

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Figura 40.8

 En el modelo anterior tenemos las aletas lobuladas de un pez pulmonado moderno, el Neoceratodus. Estas aletas son extremadamente delgadas.

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Figura 40.9

 Todas son aletas lobuladas poseen un sistema rígidamente óseo como eje central y rodeado por un sistema muscular, el tamaño, disposición de los huesos y cantidad de huesos es muy diferente entre unos y otros, en otras palabras, las aletas lobuladas son y fueron muy diversas.

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Figura 40.10

 En los modelos anteriores podemos ver las aletas lobuladas de peces modernos "los primeros tres de izquierda a derecha" y de dos peces fósiles transicionales "los dos a la derecha".

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Figura 41.1

 El quiridio es el nombre que le damos a la configuración conservada de los huesos de las extremidades de los vertebrados.

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Figura 41.2

 En el modelo anterior tenemos los nombres de las tres partes básicas de un quiridio, la primera es el estilopodio, la segunza es el zeugopodio y la tercera es el autopodio. Adicionalmente en inglés se emplea la palabra forelimb para referirse a las extremidades anteriores/superiores y hindlimb para referirse a las extremidades posteriores/inferiores.

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Figura 41.3

 En el diagrama filogenético de aletas anteriores, se representa las relaciones evolutivas posibles entre diversos grupos, solo dos son radiadas (Acanthodes y Mimia) en el extremo izquierdo, los demás son aletas lobuladas, de los cuales solo Latimeria, Glyptolepis y Neoceratodus están vivos. Las demás son aletas lobuladas que muestran la variedad de formas que tuvieron este tipo de aletas. Destaca Tiktaalik y especialmente Acanthostega ya que este último ya muestra la estructura de un quiridio típico aunque con dígitos extra (Raff, 2007).

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Figura 42.1

 La geometría variable de un F-14 le permitía maniobrar mejor dependiendo de si avanzaba a baja velocidad “alas extendidas” o a alta velocidad “alas plegadas”.

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Figura 42.2

 Los peces sin mandíbula solo poseen una aleta caudal-dorsal.

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Figura 42.3

 Las dos aletas de los peces tal cual eran vistas por los anatomistas del siglo XIX que carecían de los fósiles vistos en la Figura 41.3

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Figura 42.4

 Un arco branquial con branquias asociadas

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Figura 42.5

 fotografía del pez pulmonado Neoceratordus forsteri.

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Figura 42.6

 aleta anterior de N.forsteri.

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Figura 42.7

 En el modelo anterior podemos apreciar el resumen de la hipótesis de los arcos branquiales. De abajo hacia arriba se propone que los radios branquiales se endurecen y agrandan para formar una estructura en forma de espina.

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Figura 42.8

 En el modelo anterior podemos apreciar el resumen de la hipótesis de los pliegues musculares y dérmicos, (A) la forma hipotética de la aleta pareada ancestral, que surge al igual que en dermatocráneo y de las costillas de estructuras dérmicas. (B) posteriormente parte de esta membrana original se pierde en el vientre quedando de forma independiente las cuatro aletas pareadas y la aleta anal. (C) Hipótesis para el desarrollo de la cintura pelviana, los huesos dérmicos crecen y se fusionan en la línea media (C, D y E).

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Figura 42.9

 (Arriba) fósil de Myllokunmingia sp y (Abajo) reconstrucción de sus aletas ventrales que concuerdan con la hipótesis (Figura 42.8A).

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Figura 42.10

 En la perspectiva embrionaria, los tiburones se desarrollan de un modo semejante, primero se genera una aleta larga y continua, pero posteriormente la región ventral se retrae, así como la caudal, dejando las cuatro aletas pareadas.

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Figura 42.11

 En el modelo anterior podemos apreciar los patrones de expresión de los genes reguladores del desarrollo de las aletas. En los peces con aletas el desarrollo inicia con la expresión de tbx5 y tbx4 (b), sin embargo el gen homólogo a estos dos se encuentra en peces sin aletas posiblemente con otra función (a). En los peces con aletas más largas y en los vertebrados terrestres un tercer gen llamado shh se encarga de estimular la hipertrofia de los huesos basales.

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Figura 42.12

 En el modelo anterior podemos observar el desarrollo embrionario de un quiridio de un vertebrado terrestre. Primero se forma el estilopodio, luego el zeugopodio y finalmente el autopodio que gira como un gancho para proyectar adecuadamente los elementos del manus/pes y finalmente los dígitos.

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Figura 42.13

 En el modelo anterior podemos ver como el quiridio de eustenopteron se caracteriza por un eje completamente recto en el cual los elementos menores quedan proyectados de lado, como si fueran media aleta radiada.

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Figura 42.14

 En contraste el quiridio de un tetrápodo moderno muestra como el eje de crecimiento gira al final para proyectar adecuadamente los elementos del manus o del pes. En otras palabras, el desarrollo embriológico nos permite conectar la apariencia de las aletas de los tetrápodos fósiles.

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