Una divisa se define como una unidad de valor utilizada como medio de intercambio, generalmente respaldada por una autoridad gubernamental o aceptada internacionalmente. Las divisas se fueron estableciendo gradualmente a lo largo de la historia, conforme las civilizaciones necesitaban métodos más eficientes para el comercio.
Inicialmente, muchas divisas se basaban en metales preciosos como el oro y la plata. Sin embargo, esto presentaba ciertos problemas. El oro puro es extremadamente maleable, lo que significa que puede perder fácilmente su forma con el uso, deteriorándose con el tiempo. Para evitar esto, se comenzó a aleacionar el oro con otros metales, pero el nivel de aleación podía afectar su valor, generando incertidumbre y facilitando la devaluación. Este fenómeno fue notorio en la antigua Roma, donde la reducción del contenido de oro en las monedas contribuyó a crisis económicas.
La plata, por otro lado, aunque más estable, también enfrenta inconvenientes. Es susceptible a la oxidación, formando una pátina con el tiempo. Curiosamente, en algunos contextos, esta pátina puede aumentar el valor de una moneda antigua, ya que indica autenticidad y antigüedad. De hecho, una moneda muy antigua bien conservada puede tener mucho más valor que una reciente, no solo por su contenido metálico, sino por su historia, rareza y estado de conservación.
Una alternativa a la degradación de la moneda de oro fue el uso de una representación simbólica. En este sistema, un país mantenía reservas de oro o de metales equivalentes, como la plata, y emitía certificados en papel que representaban dichas reservas. Inicialmente, estos certificados funcionaban como cheques de distintos valores, pero con el tiempo se estandarizaron y dieron origen al papel moneda. La premisa era simple: cada billete debía respaldarse con una cantidad real de oro almacenado. La confianza en el sistema dependía de que la cantidad de papel en circulación fuera efectivamente equivalente a las reservas metálicas… guiño, guiño.
Durante la era revolucionaria, Napoleónica y hasta bien entrada la primera mitad del siglo XX, las monedas de los principales imperios europeos —en especial el francés, el británico y otros del continente— experimentaron profundas transformaciones en su forma y función. En Francia, el antiguo sistema monetario basado en el livre tournois colapsó con la Revolución de 1789, y el gobierno revolucionario intentó estabilizar la economía mediante la emisión de assignats, billetes respaldados en propiedades confiscadas a la Iglesia. Sin embargo, la sobreemisión los volvió prácticamente inútiles debido a la inflación. Con la llegada de Napoleón, se instauró el franco germinal en 1803, una moneda mucho más estable basada en metales preciosos que marcaría un punto de inflexión en la política monetaria francesa. En paralelo, el Imperio británico mantenía su moneda anclada en el patrón oro, consolidando la libra esterlina como una de las divisas más confiables y extendidas del mundo. Tras la caída de Napoleón y el Congreso de Viena en 1815, los sistemas monetarios europeos buscaron cierta armonización, y durante el siglo XIX, Francia lideró la creación de la Unión Monetaria Latina, que intentó unificar varias monedas europeas en torno a un patrón común basado en oro y plata. Sin embargo, con el avance del siglo XX y la llegada de las guerras mundiales, las reservas metálicas se agotaron y muchos países abandonaron progresivamente el patrón oro, dando paso a sistemas fiduciarios basados en la confianza en el Estado más que en la convertibilidad. Esta transición marcó el fin de una era en la cual el valor de la moneda dependía directamente de un metal tangible, y abrió el camino al sistema monetario moderno.
Figura 1. La decisión de Nixon en 1971 de suspender la convertibilidad del dólar en oro fue, para muchos, una estafa colosal. Estados Unidos había prometido que cada dólar estaba respaldado por oro, pero al imprimir más billetes de los que podía respaldar, violó ese compromiso. En el siglo XIX, tal traición habría provocado una guerra o el colapso del sistema comercial. Pero a mediados del siglo XX, el poder militar y político de EE.UU. impidió cualquier represalia significativa. Fue un acto de fuerza unilateral, más cercano a una acción de bullies que a un consenso internacional. Desde entonces, el mundo acepta papel sin respaldo real, basado solo en fe, lo cual deja a las economías vulnerables a inflación, manipulación y crisis cíclicas.
A finales del siglo XX, Estados Unidos se consolidó como la potencia económica dominante tras la Segunda Guerra Mundial y lideró la creación del sistema de Bretton Woods, un acuerdo internacional mediante el cual las monedas del mundo se ataban al dólar estadounidense, y este, a su vez, estaba respaldado por oro a una tasa fija de 35 \color{Purple}\textbf{dólares} por \color{Purple}\textbf{onza}. Sin embargo, con el paso de los años, comenzaron a surgir dudas sobre la sostenibilidad del sistema: Estados Unidos imprimía más dólares de los que podía respaldar con oro, generando desconfianza en sus socios comerciales. Francia, bajo el liderazgo de Charles de Gaulle, intentó reclamar sus reservas y exigir la conversión de sus dólares por oro físico, lo que tensó aún más el sistema. En 1971, el presidente Richard Nixon anunció la suspensión "temporal" —guiño, guiño— de la convertibilidad del dólar en oro, marcando así el fin definitivo del patrón oro y el nacimiento del dinero fiduciario moderno.
Este dinero fiduciario, que no tiene respaldo físico sino únicamente la confianza en el Estado emisor, puede ser visto por algunos como una estructura piramidal, un fraude sofisticado, o simplemente como un acto de fe colectiva. La capacidad de los gobiernos para emitir dinero sin límites claros ha provocado, en muchos casos, inflación, estanflación y pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos. Actualmente, el mercado de divisas opera de forma flotante y fluctuante, altamente sensible a crisis políticas, decisiones unilaterales, o incluso los caprichos de líderes mundiales: desde guerras arancelarias como las impulsadas por Donald Trump, hasta conflictos armados o crisis bancarias inesperadas.
Cada día, billones de dólares se mueven en el mercado de divisas, afectando la economía global. Por eso, un ciudadano científicamente informado también debería tener nociones básicas de economía, entender cómo funciona el dinero, qué significa imprimir billetes sin respaldo productivo, y cómo eso puede llevar a procesos de inflación descontrolada o crisis económicas de gran escala. En un mundo donde la información circula tan rápido como el capital, la alfabetización económica se vuelve tan esencial como la científica.A finales del siglo XX, Estados Unidos se consolidó como la potencia económica dominante tras la Segunda Guerra Mundial y lideró la creación del sistema de Bretton Woods, un acuerdo internacional mediante el cual las monedas del mundo se ataban al dólar estadounidense, y este, a su vez, estaba respaldado por oro a una tasa fija de 35 \color{Purple}\textbf{dólares} por \color{Purple}\textbf{onza}. Sin embargo, con el paso de los años, comenzaron a surgir dudas sobre la sostenibilidad del sistema: Estados Unidos imprimía más dólares de los que podía respaldar con oro, generando desconfianza en sus socios comerciales. Francia, bajo el liderazgo de Charles de Gaulle, intentó reclamar sus reservas y exigir la conversión de sus dólares por oro físico, lo que tensó aún más el sistema. En 1971, el presidente Richard Nixon anunció la suspensión "temporal" —guiño, guiño— de la convertibilidad del dólar en oro, marcando así el fin definitivo del patrón oro y el nacimiento del dinero fiduciario moderno.
Este dinero fiduciario, que no tiene respaldo físico sino únicamente la confianza en el Estado emisor, puede ser visto por algunos como una estructura piramidal, un fraude sofisticado, o simplemente como un acto de fe colectiva. La capacidad de los gobiernos para emitir dinero sin límites claros ha provocado, en muchos casos, inflación, estanflación y pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos. Actualmente, el mercado de divisas opera de forma flotante y fluctuante, altamente sensible a crisis políticas, decisiones unilaterales, o incluso los caprichos de líderes mundiales: desde guerras arancelarias como las impulsadas por Donald Trump, hasta conflictos armados o crisis bancarias inesperadas.
Cada día, billones de dólares se mueven en el mercado de divisas, afectando la economía global. Por eso, un ciudadano científicamente informado también debería tener nociones básicas de economía, entender cómo funciona el dinero, qué significa imprimir billetes sin respaldo productivo, y cómo eso puede llevar a procesos de inflación descontrolada o crisis económicas de gran escala. En un mundo donde la información circula tan rápido como el capital, la alfabetización económica se vuelve tan esencial como la científica.
¿Por qué discutimos esto en el capítulo de unidades y medidas? Porque con la estandarización del dinero fiduciario, cada moneda pasó a tener no solo un nombre formal, sino también un código estandarizado (según la norma ISO 4217) que funciona como una unidad de medida de riqueza. Estas unidades, como cualquier otra en ciencia, pueden convertirse entre sí usando un factor de conversión, que en este caso es el tipo de cambio determinado por el mercado financiero global en un momento particular. Así como convertimos metros a pulgadas o gramos a onzas, podemos convertir dólares estadounidenses (USD) a euros (EUR), yenes japoneses (JPY), libras esterlinas (GBP), o pesos colombianos (COP).
Figura 2. Estados Unidos parece tener la capacidad de imprimir dinero sin límites estrictos gracias a su estatus como emisor de la moneda de reserva mundial, el dólar, respaldado no por oro, sino por la confianza global en su economía, su prestigio institucional y su poder militar. Esta "licencia" le permite financiar déficits gigantescos sin enfrentar de inmediato las consecuencias que sufrirían otros países, como hiperinflación o colapso cambiario. Sin embargo, eventos como la guerra arancelaria de 2025 han comenzado a erosionar esa confianza: con potencias emergentes buscando alternativas al dólar y tensiones geopolíticas en aumento, el dominio estadounidense en los mercados financieros ya no parece intocable. Su capacidad de emitir dinero sin consecuencias podría estar alcanzando un límite real.
Las principales monedas del mundo, también conocidas como divisas fuertes, son emitidas por las 20 principales potencias económicas, entre ellas:
- USD: dólar estadounidense (Estados Unidos)
- EUR: euro (zona euro)
- JPY: yen (Japón)
- GBP: libra esterlina (Reino Unido)
- CHF: franco suizo (Suiza)
- CAD: dólar canadiense (Canadá)
- AUD: dólar australiano (Australia)
- CNY: yuan renminbi (China)
- KRW: won surcoreano (Corea del Sur)
- INR: rupia india (India)
En Latinoamérica, las principales monedas incluyen:
- MXN: peso mexicano
- BRL: real brasileño
- ARS: peso argentino
- CLP: peso chileno
- COP: peso colombiano
- PEN: sol peruano
- UYU: peso uruguayo
- BOB: boliviano
- VEF (o VES): bolívar venezolano
- GTQ: quetzal guatemalteco
Así, cuando hablamos de dinero, no solo hablamos de valor o economía, sino también de medición estandarizada, de sistemas de unidades internacionales, y de conversiones estructuradas. Comprender las divisas como unidades de medida nos permite aplicar los mismos principios que usamos en física o química: magnitudes, factores de conversión, relaciones proporcionales y análisis dimensional. Por eso, entender esto no es ajeno al estudio de la ciencia: es parte de ser un ciudadano preparado, capaz de navegar el mundo moderno con herramientas cuantitativas y pensamiento crítico.
Referencias
Greenspan, A. (2007). The Age of Turbulence: Adventures in a New World. Penguin Press.
Eichengreen, B. (1996). Globalizing Capital: A History of the International Monetary System. Princeton University Press.
Ruiz Estrada, M. A., Koutronas, E., & Quali, H. (2025). The Tariffs War Between US vs. Canada: Winners and Losers. Canada: Winners and Losers (March 20, 2025).
Vilar, P. (2025). A history of gold and money: 1450-1920. Verso Books.
Weatherford, J. (2009). The history of money. Crown Currency.
York, E. (2025). Trump Tariffs: The Economic Impact of the Trump Trade War.
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