La figura representa la formación de un
enlace covalente sencillo entre dos átomos de flúor (F₂),
ejemplificando el modelo de estructura de Lewis. Cada átomo de flúor
posee siete electrones de valencia, por lo que le falta un electrón para
alcanzar la configuración estable de gas noble (similar al neón). En la
imagen, se observa cómo ambos átomos comparten un par de electrones, los cuales
se ubican en la región intermedia entre los núcleos. Esta zona compartida se
representa con un par de electrones (e⁻) rodeados por un campo común, lo que constituye un enlace covalente simple.
La notación simbólica de este enlace se muestra debajo de
los átomos mediante la expresión F–F, donde la barra representa el par
de electrones compartidos. Es importante subrayar que la barra no corresponde a
un “puente físico”, sino a la interacción electrostática entre los
electrones de enlace y los núcleos de ambos átomos. Este campo compartido
mantiene a los átomos unidos y, al mismo tiempo, otorga estabilidad a la
molécula, ya que cada flúor logra completar su octeto electrónico. Así,
el enlace covalente puede entenderse como una estrategia de los átomos no
metálicos para alcanzar configuraciones estables a través del compartimiento
de electrones.
El ejemplo del flúor resulta ilustrativo porque se trata de
un enlace covalente perfecto o no polar, dado que ambos átomos tienen la
misma electronegatividad, evitando que alguno atraiga con mayor fuerza
los electrones compartidos. Esto se traduce en una distribución simétrica de la
densidad electrónica en la molécula F₂. Además, el modelo refleja cómo los
enlaces covalentes constituyen la base de una gran cantidad de moléculas
diatómicas estables, como el oxígeno (O₂) o el hidrógeno (H₂). En suma, la
figura permite comprender de manera gráfica que el enlace covalente surge del compartimiento
equitativo de electrones y se representa simbólicamente con una barra,
facilitando su estudio en química general.
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