La fórmula molecular es la representación
más simple de una sustancia química, que muestra el número exacto de
átomos de cada elemento presente en una molécula. En la formulación
química, utilizamos un conjunto de técnicas teóricas y heurísticas para
inferir la fórmula molecular más probable de una sustancia desconocida.
En química inorgánica, este proceso generalmente se basa en la
correcta disposición de cargas opuestas, ya que los compuestos
inorgánicos se forman cuando los iones positivos y negativos se
combinan para alcanzar un equilibrio eléctrico. Esta disposición
asegura que las moléculas sean estables y que sus propiedades sigan las reglas
de la electroquímica.
Todas las sustancias iónicas y una gran parte de las sustancias
moleculares polares pueden representarse mediante la técnica de equilibrio
de carga, un enfoque que permite construir fórmulas químicas coherentes con
la realidad electrónica de cada compuesto. Esta regla se fundamenta en tres
principios esenciales: primero, la fórmula molecular debe coincidir con
la fórmula empírica; segundo, dicha fórmula empírica se determina
equilibrando las cargas eléctricas de los constituyentes; y tercero, se
cumple estrictamente la ley de conservación de la carga, de modo que
cualquier sustancia neutra, ya sea molecular o iónica, mantenga una carga
neta cero. En este contexto, los compuestos pueden estar formados por iones
reales, que generan un enlace iónico, o por cuasiiones, especies
que aunque no formen estrictamente un compuesto iónico, siguen las mismas
reglas de formulación y equilibrio de cargas.
A estas sustancias se les denomina sustancias de
formulación binaria, ya que su estructura se basa en un binomio de polos
opuestos: un polo positivo y un polo negativo. Estos polos pueden
corresponder a iones monoatómicos, como Na⁺ o Cl⁻, o a grupos
poliatómicos con carga global, como SO₄²⁻ o NO₃⁻,
lo que amplía significativamente las posibilidades de
combinación sin contradecir la regla general de equilibrio
de carga. Esta conceptualización permite comprender que la neutralidad
eléctrica es un principio rector que guía la formación de cualquier compuesto,
independientemente de su complejidad molecular.
Regla de aspa
La aplicación práctica de esta técnica requiere siempre
disponer de una [Tablas
de los iones] confiable, que
identifique de manera precisa las cargas de cationes y aniones
involucrados. Con esta información, es posible construir fórmulas químicas
correctas, garantizando que se respeten tanto la neutralidad eléctrica
como la coherencia con la fórmula empírica. Así, la técnica de equilibrio
de carga se convierte en una herramienta indispensable en la química
general, permitiendo tanto la predicción como la validación de estructuras
químicas, y facilitando la enseñanza y comprensión de la relación entre
composición, enlaces iónicos y comportamiento químico de los compuestos.
[1]
Regla de aspa. Enlace
a la descripción de los términos.
Figura
1. El nitruro de magnesio (Mg₃N₂) ilustra la regla de aspa, donde
los cationes Mg²⁺ y aniones N³⁻ cruzan sus cargas en valor absoluto para determinar
los subíndices de la fórmula empírica, asegurando la neutralidad
eléctrica del compuesto. Alternar entre el lenguaje químico, los factores
de conversión y el lenguaje algebraico desarrolla intuición
química y rapidez en la formulación de compuestos iónicos. La carga
molar de los iones, adimensional pero múltiplo de la carga elemental e,
se relaciona con equivalentes por mol y la constante de Faraday (F =
96485 C), conectando estequiometría iónica con electroquímica
y procesos redox y de precipitación.
Nomenclatura de moléculas formuladas por regla de aspa
La nomenclatura de muchas sustancias inorgánicas
se deriva de la regla de aspa. Para las sustancias iónicas, se
emplean las reglas de la nomenclatura Stock, que establecen el siguiente
formato: nombre del anión seguido de nombre del catión, indicando
entre paréntesis el número de oxidación o la carga del anión en
números romanos.
Cl⁻
+ Fe³⁺ → FeCl₃: Nombre Stock: cloruro de hierro (III). (El catión
hierro tiene número de oxidación +3, indicado en romano).
O²⁻
+ Cu²⁺ → CuO: Nombre
Stock: óxido de cobre (II). (El catión cobre tiene número de
oxidación +2).
S²⁻
+ Pb²⁺ → PbS: Nombre
Stock: sulfuro de plomo (II) (El catión plomo tiene número de
oxidación +2).
Para las sustancias moleculares formuladas mediante
la regla de aspa, se utiliza la nomenclatura sistemática de
composición, que aplica prefijos de repetición: “mono” para un anión
(como en monóxido), mientras que los cationes no llevan indicador de uno
y se cuentan a partir de dos repeticiones; posteriormente se usan prefijos como
di, tri, tetra, penta, hexa, hepta, octa, nona, deca, undeca, dodeca, trideca y así
sucesivamente.
CO → monóxido de carbono: Un
ánion oxígeno se combina con un catión carbono, usando el prefijo
“mono” para un solo átomo de oxígeno.
CO₂ → dióxido de carbono: Dos
átomos de oxígeno se combinan con un átomo de carbono; se aplica
el prefijo “di” para el oxígeno.
N₂O₅ → pentóxido de
dinitrógeno: Cinco átomos de oxígeno y dos átomos de nitrógeno;
los prefijos “penta” y “di” indican las repeticiones de átomos en la molécula.
Excepciones
La principal excepción para este sistema de nombres
basado en iones son los ácidos oxoácidos, así como los haluros
y anfuros disueltos en agua, que también reciben el nombre de ácidos.
En el caso de los ácidos derivados de oxoaniones, se utiliza la palabra ácido
seguida del nombre del ion, aplicando las terminaciones -ico o -oso
según corresponda, para reflejar la variación en el número de oxígenos
presentes en la molécula. Por ejemplo, si se quita un oxígeno del
oxoanión original con terminación -ato, el nombre cambia a -oso;
si se eliminan dos oxígenos, se forma la variante hipo-elemento-oso;
y si se añade un oxígeno, se usa la terminación -ico, siguiendo
la regla sistemática de modificación de nombres basada en la composición del
ion.
Ácidos del cloro (Cl):
HClO – ácido
hipocloroso (hipo-oso: un oxígeno menos que el ion ClO⁻,
Clorato base)
HClO₂ – ácido cloroso
(-oso: un oxígeno menos que ClO₃⁻, Clorato)
HClO₃ – ácido clórico
(-ico: oxígeno normal, correspondiente al ClO₃⁻)
HClO₄ – ácido
perclórico (añade un oxígeno: “per-ico”)
Ácidos del azufre (S):
H₂SO₃ – ácido sulfuroso
(-oso: derivado de sulfato SO₃²⁻, un oxígeno
menos)
H₂SO₄ – ácido sulfúrico
(-ico: derivado de sulfato, número de oxígenos estándar)
H₂SO₂ – ácido
hiposulfuroso (hipo-oso: dos oxígenos menos que el sulfato base)
Para los haluros y anfuros disueltos en agua,
el nombre del ácido se forma usando la palabra ácido seguida del nombre
antiguo del elemento con la terminación -hídrico, reflejando su
comportamiento como ácidos simples.
HF – ácido fluorhídrico
(ácido simple del fluor, liberador de H⁺ en
solución)
HCl – ácido clorhídrico
(ácido simple del cloro)
H₂S – ácido sulfhídrico (ácido
simple del azufre)
H₂Se – ácido
selenhídrico (ácido simple del selenio)
[Ejercicios resueltos de formulación y nomenclaturainorgánica]
Referencias
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(2010). Chemistry (10th ed.). McGraw-Hill New York.
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Matamala, M., & González Tejerina, P. (1975). Química (1a
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Seager, S.
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Zumdahl, S.
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