La figura muestra la formación de la molécula de agua (H₂O) mediante la teoría de Lewis. El oxígeno es un elemento que posee seis electrones de valencia en su última capa y necesita dos electrones adicionales para completar el octeto. Por otro lado, cada hidrógeno cuenta con un solo electrón y requiere uno más para alcanzar la configuración estable del helio. Al combinarse, el oxígeno comparte un electrón con cada hidrógeno, dando origen a dos enlaces covalentes simples.
Cada enlace covalente se representa en el diagrama de
Lewis con una barra (–), la cual equivale a dos electrones compartidos
que cuentan para ambos átomos involucrados. En el caso del agua, el oxígeno
comparte un par de electrones con un hidrógeno y otro par con el segundo
hidrógeno, formando la estructura H–O–H. De esta forma, el oxígeno suma ocho
electrones en su capa de valencia (cuatro compartidos y cuatro no
compartidos en pares libres), mientras que cada hidrógeno completa su capa
con dos electrones al participar en el enlace.
Además de los electrones compartidos que forman los enlaces,
el oxígeno conserva dos pares de electrones no enlazantes, los cuales se
colocan alrededor de él en la representación de Lewis mediante puntos. Estos
electrones no participan en el enlace, pero son fundamentales para que el
oxígeno logre el octeto estable. Así, la molécula de agua cumple con las
reglas de la teoría de Lewis: los átomos se enlazan compartiendo electrones
para alcanzar estabilidad en su capa externa. Este ejemplo ilustra de manera
clara cómo funciona la formación de enlaces covalentes y por qué la notación de
Lewis es tan útil para representar de forma sencilla las moléculas.
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