El teorema de la presión osmótica de una sustancia única, formulado directamente desde la masa del soluto y el volumen de la disolución, es una herramienta esencial para calcular esta propiedad coligativa. A diferencia de las expresiones que se basan en la molaridad, esta aproximación es particularmente útil en el laboratorio y la industria, donde la cantidad de muchos solutos se determina directamente pesando la sustancia en gramos. Esto se aplica comúnmente a compuestos como hidróxidos (ej., hidróxido de sodio) y sales solubles (ej., cloruro de sodio, cloruro de potasio, sulfato de magnesio), que se manejan por su masa para preparar soluciones de concentración conocida.
Para calcular la presión osmótica (π) con este enfoque, se utiliza la masa del soluto, su masa molar, el volumen total de la disolución, la temperatura y el factor de Van't Hoff (i), que representa la cantidad de partículas que genera cada mol de soluto en solución. Esta relación directa simplifica el cálculo de la presión osmótica, ya que elimina la necesidad de un paso intermedio para convertir la masa a moles y luego a molaridad. Así, conociendo la masa del soluto disuelto en un volumen específico y las condiciones de temperatura, podemos determinar la presión osmótica que esa sustancia única ejerce en la disolución.
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