Uno de los hallazgos más sorprendentes es el análisis de la dentición de los restos, donde se identificaron residuos de plantas como álamo y camomila. Estas especies no tienen valor nutritivo, pero contienen compuestos salicilatos y antiinflamatorios naturales, respectivamente. Esto sugiere que los neandertales poseían un conocimiento empírico de sustancias químicas naturales con propiedades medicinales, lo que redefine su imagen como seres meramente instintivos. Este uso de la flora local implica una forma de química ancestral aplicada a la salud, probablemente transmitida mediante tradición oral o imitación.
Además de la información biológica y farmacológica, la disposición de los cuerpos y el hallazgo de herramientas líticas indican una sociedad con cierta complejidad simbólica. Las herramientas muestran tecnología lítica avanzada, y su distribución sugiere roles funcionales diferenciados dentro del grupo. Esto, junto con los posibles gestos funerarios, permite afirmar que los neandertales de El Sidrón poseían una forma incipiente de estructura social y cognición simbólica, claves para entender la evolución de la inteligencia humana. Así, El Sidrón demuestra que la química natural, la tecnología material y la vida social ya se entrelazaban en la prehistoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario