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viernes, 25 de abril de 2025

Tipos de sustancia




Las sustancias pueden clasificarse según el tipo de enlace predominante en tres categorías principales: sustancias moleculares, compuestas principalmente por enlaces covalentes; sustancias iónicas, formadas por enlaces iónicos; y sustancias metálicas, caracterizadas por enlaces metálicos. No obstante, algunas sustancias pueden presentar más de un tipo de enlace simultáneamente. Por ejemplo, en Na₂SO₄, el enlace entre los átomos de sodio y el grupo sulfato es de tipo iónico, mientras que los enlaces entre azufre y oxígeno dentro del grupo sulfato son covalentes. En estos casos, las propiedades generales de la sustancia —como su solubilidad, punto de fusión o rigidez— dependen principalmente del enlace iónico dominante.

Sustancias moleculares

Las sustancias moleculares se caracterizan por estar formadas por moléculas unidas mediante enlaces covalentes, en los cuales los átomos comparten electrones para alcanzar configuraciones más estables. Este tipo de enlace no genera cargas eléctricas significativas, lo que explica que muchas sustancias moleculares se presenten como gases o líquidos volátiles a temperatura ambiente. La débil atracción intermolecular permite una mayor libertad de movimiento entre moléculas, lo que se refleja en bajos puntos de ebullición y alta volatilidad. Aunque los gases diatómicos o moléculas mono-elementales como S₈ no presentan carga, lo mismo ocurre con compuestos orgánicos como la glucosa (C₆H₁₂O₆), cuyos estados de oxidación suman cero.

Asimismo, muchos ácidos binarios (hidrácidos) y oxoácidos también son sustancias moleculares en su forma no disociada. Por ejemplo, el ácido clorhídrico (HCl) y el ácido sulfhídrico (H₂S) están formados por hidrógeno y un no metal, mientras que el ácido sulfúrico (H₂SO₄) y el ácido nítrico (HNO₃) combinan hidrógeno, oxígeno y otro no metal, como el azufre o el nitrógeno

Sustancias iónicas

Las sustancias iónicas se forman mediante enlaces iónicos, resultado de la transferencia de electrones entre átomos con diferencias significativas en su afinidad electrónica. Esta transferencia genera iones con cargas opuestas que se atraen fuertemente, formando estructuras sólidas, cristalinas y estables. Estas sustancias suelen presentar altos puntos de fusión y ebullición, y en muchos casos se descomponen antes de alcanzar el estado gaseoso. Aunque son rígidas y resistentes, su baja flexibilidad las hace frágiles ante impactos.

Los hidróxidos son, por definición, compuestos iónicos, ya que en solución acuosa liberan iones. Si un hidróxido no manifiesta este comportamiento, suele presentar propiedades ácidas y se clasifica como sustancia molecular.

La mayoría de los óxidos metálicos también son iónicos, especialmente cuando la diferencia de electronegatividad entre los elementos supera 1.7. Cuando esta diferencia es menor, puede haber duda sobre la naturaleza del enlace; en estos casos, se recomienda observar el punto de fusión: valores superiores a 300°C sugieren carácter iónico, incluso si la electronegatividad no lo indica claramente. La sustancialidad observada experimentalmente es siempre el criterio más fiable.

Finalmente, las uniones entre metales y no metales, o entre metales y grupos oxigenados no metálicos como el anión nitrato (NO₃), tienden a ser iónicas. Estas uniones generan cationes y aniones que se organizan en redes tridimensionales, donde la atracción electrostática estabiliza el conjunto

Sustancias metálicas

Las sustancias metálicas están formadas por átomos de metales unidos mediante enlaces metálicos, un tipo de interacción en la que los electrones de valencia forman una "nube" electrónica compartida y móvil que rodea a los núcleos positivos. Esta nube confiere a los metales propiedades distintivas, como alta conductividad eléctrica y térmica, maleabilidad y ductilidad. Gracias a la movilidad de los electrones, los metales conducen eficazmente el calor y la electricidad, a diferencia de las sustancias iónicas, que poseen cargas localizadas.

Las sustancias metálicas presentan estructuras sólidas compactas, pero con gran capacidad para deformarse sin fracturarse, lo que explica su maleabilidad. Además, suelen exhibir elevados puntos de fusión y ebullición, superiores a los de la mayoría de sustancias moleculares, y un característico brillo metálico debido a su capacidad para reflejar la luz. En conjunto, estas propiedades hacen de las sustancias metálicas materiales clave en aplicaciones estructurales, eléctricas e industriales.

Referencias

Brown, T. L., LeMay, H. E. J., Bursten, B. E., Murphy, C. J., Woodward, P., & Stoltzfus, M. W. (2015). Chemistry the Central Science.

Brown, T. L., LeMay, H. E. J., Bursten, B. E., Murphy, C. J., Woodward, P., Stoltzfus, M. W., & Lufaso, M. W. (2022). Chemistry, the central science (15th ed.). Pearson.

Chang, R. (2010). Chemistry (10th ed.). McGraw-Hill New York.

Chang, R., & Overby, J. (2021). Chemistry (14th ed.). McGraw-Hill.

Seager, S. L., Slabaugh, M. M., & Hansen, M. M. (2022). Chemistry for Today (10th ed.). Cengage Learning.

Zumdahl, S. S., Zumdahl, S. A., DeCoste, D. J., & Adams, G. (2018). Chemistry (10th ed.). Cengage Learning.

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