Por otro lado, los imanes permanentes que complementan la sustentación y propulsión suelen estar fabricados con materiales de alta coercitividad como el neodimio hierro boro (NdFeB), capaces de mantener un campo magnético fuerte sin necesidad de alimentación externa. Las guías o carriles donde se desplazan los trenes son construidas con metales resistentes y ligeros, como el aluminio reforzado o el acero inoxidable, asegurando durabilidad y precisión en el recorrido. Para reducir pérdidas magnéticas y mejorar la eficiencia, los núcleos ferromagnéticos que forman parte del sistema están fabricados con chapas de acero silicio, material que minimiza las corrientes parásitas y optimiza la respuesta magnética.
Finalmente, la estructura y los componentes eléctricos del tren maglev incorporan materiales diseñados para maximizar rendimiento y seguridad. La carrocería utiliza aleaciones ligeras de aluminio litio y materiales compuestos de fibra de carbono, que reducen considerablemente el peso total sin sacrificar resistencia mecánica. El cableado eléctrico, fundamental para la transmisión de energía y datos, se realiza con cobre de alta conductividad recubierto con polímeros de ingeniería avanzada que aseguran aislamiento y durabilidad. Además, los sistemas de control incorporan sensores piezoeléctricos inteligentes y cables de fibra óptica, que permiten monitoreo en tiempo real y comunicación rápida para garantizar la seguridad y eficiencia operativa del tren.
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