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viernes, 29 de agosto de 2025

Figura. Tabla periódica de Seaborg 2

La tabla periódica de Glenn T. Seaborg es reconocida por haber introducido una visión más rigurosa de la organización de los elementos químicos, especialmente los pertenecientes al bloque f. Existen dos versiones de su propuesta que han tenido gran difusión. La más común, presente en libros de texto y materiales educativos, muestra a los lantánidos y actínidos en dos filas separadas bajo el cuerpo principal de la tabla. Esta decisión responde a una necesidad práctica: mantener un formato rectangular y compacto, con cuadros de mayor tamaño y mejor legibilidad para estudiantes y docentes. Gracias a esta representación, la tabla adquirió gran popularidad en el ámbito pedagógico, pues facilitaba su uso en aulas y laboratorios.

Sin embargo, esta versión no refleja con total fidelidad la visión original de Seaborg. La configuración auténtica incorporaba los lantánidos y actínidos dentro del cuerpo central de la tabla periódica, ubicándolos en su posición periódica natural, entre los grupos 2 y 3. Esta disposición obedecía a criterios más profundos, pues buscaba resaltar la estructura electrónica de los átomos y la verdadera periodicidad química de estos elementos. Al hacerlo, Seaborg subrayaba que la organización de la materia no debía estar determinada únicamente por factores prácticos o estéticos, sino por las leyes internas del sistema periódico, derivadas de la configuración de electrones y del número atómico.

Esta segunda versión, aunque menos difundida, posee un enorme valor conceptual, ya que muestra con mayor claridad la lógica subyacente del sistema periódico. Al integrar plenamente a los bloques f, se refuerza la idea de que todos los elementos químicos forman parte de un mismo entramado coherente. Así, la tabla de Seaborg no solo resolvió problemas de representación gráfica, sino que también consolidó una herramienta más precisa para la química moderna, manteniendo su vigencia en la investigación y la enseñanza científica.

  

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