La imagen muestra un montaje clásico de electrólisis del
agua utilizando una batería como fuente de energía, lo cual ilustra
de manera sencilla cómo la electricidad puede inducir reacciones
químicas. En este caso, una batería AA de 1.5 V suministra corriente
continua a dos electrodos sumergidos en un vaso con agua, la cual contiene un
electrolito (sal o ácido diluido) para mejorar su conductividad. Este
dispositivo permite visualizar burbujas que se forman en los electrodos,
correspondientes a gases liberados en el proceso: hidrógeno (H₂) y oxígeno
(O₂).
El principio de funcionamiento se basa en una reacción redox.
En el cátodo (-), los iones H⁺ del agua ganan electrones
mediante un proceso de reducción, liberando moléculas de hidrógeno
gaseoso. En el ánodo (+), ocurre la oxidación: los iones
OH⁻ o moléculas de agua ceden electrones y generan oxígeno
gaseoso. Como resultado, se observa que el volumen de hidrógeno producido
es aproximadamente el doble que el de oxígeno, lo cual coincide con la fórmula
del agua (H₂O), reflejando su proporción estequiométrica. Esta
demostración simple conecta conceptos de electroquímica con la composición
molecular del agua.
Más allá de su sencillez, este montaje tiene un gran valor pedagógico. Permite a los estudiantes observar directamente la relación entre electricidad y química, comprendiendo cómo la energía eléctrica puede inducir transformaciones moleculares. Además, introduce conceptos clave como electrolito, ánodo, cátodo, oxidación y reducción, que son esenciales en el estudio de la química electroquímica y en tecnologías modernas como la electrólisis industrial, la producción de hidrógeno verde y las baterías recargables. Con materiales accesibles y de bajo voltaje, este dispositivo hace evidente que la ciencia se puede enseñar de forma práctica y visual, fomentando la comprensión de principios fundamentales que rigen la materia y la energía.
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