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sábado, 3 de mayo de 2025

Figura. Propiedades de los gases reales

En condiciones extremas de presión, la diferencia entre gases ideales y reales se vuelve notable. La gráfica presenta una comparación entre ambos, mostrando la relación entre la presión (eje x) y el producto PV/RT (eje y), que es una medida de la desviación del comportamiento ideal. A medida que la presión aumenta, los gases reales muestran una desviación creciente respecto al gas ideal. Esto se debe a las interacciones entre moléculas que se vuelven más relevantes en altas presiones, lo que provoca una discrepancia con las predicciones de la teoría cinética de los gases ideales.

En la gráfica, se destacan varios gases reales, como el metano (CH₄), el hidrógeno molecular (H₂) y el amoníaco (NH₃). Cada uno de estos gases presenta un comportamiento diferente al gas ideal a medida que la presión aumenta. El metano, por ejemplo, tiende a desviarse más rápidamente de la idealidad, lo que indica que las fuerzas de atracción intermoleculares se vuelven más significativas. El hidrógeno, siendo un gas con moléculas más ligeras y menos propensas a interacciones fuertes, muestra una desviación algo menor. Por otro lado, el amoníaco muestra una desviación aún mayor, debido a las fuerzas de interacción dipolo-dipolo entre sus moléculas.

Este análisis se vuelve crucial cuando se estudian sistemas de gases en condiciones extremas. En presiones altas, el volumen de las moléculas no puede ser despreciado, como en el caso del gas ideal, y las interacciones moleculares empiezan a dominar el comportamiento del gas. En el caso del gas ideal, el comportamiento es completamente predecible y sigue la ecuación de los gases ideales, mientras que los gases reales requieren ecuaciones más complejas, como la ecuación de Van der Waals, para describir con precisión su comportamiento.

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