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lunes, 19 de mayo de 2025

Figura. Central nuclear de palo verde

La Central Nuclear Palo Verde, ubicada en el desierto de Sonora, cerca de Phoenix, Arizona (Estados Unidos), es la planta de energía nuclear más grande del país en términos de capacidad neta de generación eléctrica. Inaugurada en la década de 1980, cuenta con tres reactores de agua a presión (PWR) que producen conjuntamente más de 3.900 megavatios eléctricos (MWe), abasteciendo de electricidad a más de cuatro millones de personas en el suroeste de Estados Unidos. Lo que hace singular a Palo Verde no es solo su tamaño, sino su ubicación: es la única central nuclear en el mundo construida en un entorno desértico sin una fuente natural de agua cercana.

Debido a esta condición geográfica, Palo Verde utiliza agua reciclada proveniente de plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas para enfriar sus reactores. Este enfoque innovador le permite operar en un entorno árido, pero no exime a la planta de generar contaminación térmica. Una vez utilizada para enfriar el sistema, el agua se libera con una temperatura más alta, lo que plantea riesgos para los ecosistemas si no se gestiona adecuadamente. Aunque la planta dispone de torres de enfriamiento para disipar el calor, sigue siendo objeto de debate por su impacto ambiental, especialmente en lo que respecta a la disminución del oxígeno disuelto y la alteración de la temperatura en cuerpos de agua donde eventualmente se dispone el agua residual tratada.

A pesar de estos desafíos, Palo Verde ha sido reconocida por su eficiencia y ha operado durante décadas con un historial sólido de seguridad. No obstante, su caso subraya la necesidad de seguir innovando en tecnologías de refrigeración sostenible y en la gestión del calor residual, especialmente en regiones donde los recursos hídricos son escasos y los ecosistemas son particularmente vulnerables.

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