(Actividad 9.32.) Coelurosauria se define como
el gran grupo de dinosaurios que incluye a todos los dinosaurios entre Bicentenaria
argentina y el gorrión común (Passer domesticus), que a otros
grandes depredadores antiguos. Dentro de este grupo encontramos dinosaurios en
su mayoría carnívoros y muy famosos, como los tiranosáuridos (Tyrannosauroidea),
cuya especie más mítica es el Tyrannosaurus rex. Este gigante de la
prehistoria podía alcanzar hasta 12 metros de largo, más de 4 metros de alto
y pesar cerca de 8 toneladas, convirtiéndose en uno de los
superdepredadores más temidos que han existido. Sus dientes eran enormes y
estaban adaptados para perforar pieles duras, incluso las de herbívoros
protegidos por placas óseas como Triceratops horridus.
El cráneo del T. rex era verdaderamente imponente:
presentaba dos fenestras mandibulares ubicadas en depresiones profundas que
permitían alojar potentes músculos de la mandíbula, dándole una mordida con
fuerza aplastante. Además, poseía dos fenestras anteorbitales, aunque reforzadas
con gruesas piezas de hueso que lo hacían más rígido y resistente que en otros
terópodos. Todo esto le daba una apariencia feroz, con un cráneo robusto y
sólido que parecía construido como una máquina de cazar.
(Actividad 9.33.)
(Actividad 9.34.a)
(Actividad 9.34.b)
Tyrannosaurus rex
(Actividad 9.35) Maniraptoriformes es un clado
de dinosaurios terópodos celurosaurianos caracterizados por la presencia de
plumas penáceas y el desarrollo de alas. Este grupo incluye a los
ornitomimosaurios y a los maniraptoranos. El término fue propuesto por Thomas
Holtz, quien lo definió como “el ancestro común más reciente de Ornithomimus
y las aves, junto con todos sus descendientes”. Los Ornithomimidae,
conocidos como los “imitadores de aves”, fueron un grupo de coelurosaurios
caracterizados por la pérdida total de la dentición y la evolución de un
pico córneo. Este pico no es el mismo que el de las aves modernas, sino
un caso de evolución paralela, ya que los ornitomímidos y las aves
proceden de ramas cercanas dentro de los terópodos, pero no del mismo linaje
directo. Su cráneo era ligero, con grandes órbitas oculares y una estructura
adaptada a mordidas rápidas, más bien para ramonear plantas, atrapar insectos o
aprovechar distintos recursos. Además, tenían cuerpos esbeltos, cuellos largos
y patas traseras muy desarrolladas, lo que los hacía corredores
excepcionales, capaces de alcanzar altas velocidades, comparables a las
avestruces actuales. Esto, junto a su aspecto inusual, los convierte en uno de
los grupos más sorprendentes y reconocibles de los dinosaurios no avianos.
(Actividad 9.36.a)
(Actividad 9.36.b)
(Actividad 9.37) Maniraptora (cuyo nombre significa “con manos de ladrón”) es un
clado de dinosaurios muy importante dentro de los celurosaurianos. No obstante,
su nombre quizá habría sido más adecuado como “con manos de ave”, ya que muchas
de sus características anticipan lo que más tarde veremos en las aves modernas.
Se trata de un grupo muy diverso, aunque aquí solo revisaremos algunos clados
seleccionados: aquellos que destacan por su aspecto llamativo, porque en ellos
se han identificado colores en sus plumas fósiles, o simplemente porque son muy
conocidos en la cultura popular.
Entre los grupos más
peculiares se encuentran los therizinosaurios, dinosaurios que rompieron
con el estereotipo clásico del depredador. Sus cráneos presentan dientes
adaptados a una dieta mayormente herbívora y un pico, mientras que sus manos
desarrollaron enormes garras curvas, posiblemente usadas para arrancar
vegetación o como defensa contra depredadores. Este contraste entre su aspecto
temible y sus hábitos alimenticios más pacíficos los convierte en uno de los clados
más fascinantes del linaje maniraptorano.
Su especie mas icónica fue Therizinosaurus
cheloniformis, un gigante de hasta 10 metros de largo y un peso
estimado de 5 toneladas. Posiblemente usaban estas garras para arrancar
vegetación alta o como defensa contra depredadores.
(Actividad 9.38.a)
(Actividad 9.38.b)
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