(Actividad 10.7.) Aves
nuevas
Entre Archaeopteryx y las aves modernas (Neornithes) existieron
muchísimos fósiles de aves primitivas, con más de 200 especies de avialanos
fósiles conocidas hasta hoy. Su clasificación aún no está del todo clara,
pero podemos reconocer algunos clados importantes. En Sapeornis vimos la
reducción de la cola en un pigóstilo, proceso llamado abreviación de
la cola, que da nombre al grupo Pygostylia. Más adelante surgió el Ornithothoraces,
con tórax, pelvis y rodillas inmovilizados para fortalecer el vuelo. Luego
apareció Ornithurae, con el pigóstilo reducido a la cola moderna.
Finalmente, las aves actuales se distinguen por la ausencia absoluta de
dientes.
Antes de entrar en
las aves verdaderas, vale la pena detenernos en una especie muy curiosa
del grupo Ornithothoraces que se apartó del linaje directo de las aves
modernas: Ichthyornis, descubierto en 1870 por Othniel Charles Marsh.
Este animal, que vivió hace unos 90 millones de años, ya mostraba muchos de los
rasgos típicos de las aves actuales, como alas largas, huesos ligeros y
un pigóstilo moderno, lo que facilita reconocerlo como “ave” incluso sin
ser expertos en ornitología. Sin embargo, conservaba dientes, un
carácter ancestral que lo convierte en un ejemplo de callejón sin salida
evolutivo.
(Actividad 10.8.)


(Actividad 10.9.) El clado de
las aves nuevas, Neornithes, o simplemente Aves con A mayúscula,
incluye desde el gorrión común (Passer domesticus) hasta el avestruz (Struthio
camelus), junto con todos sus parientes vivos. Este grupo se divide en dos
grandes clados: Palaeognathae y Neognathae. Sus nombres
significan literalmente “mandíbulas viejas” y “mandíbulas nuevas”,
pues se basan en diferencias en la forma del paladar. En Palaeognathae
encontramos aves como avestruces, ñandúes, moas, kiwis, tinamúes, casuarios y
emúes. En Neognathae están todas las demás aves modernas, desde patos y
palomas hasta los gorriones y las aves cantoras.
El cráneo del
avestruz (Struthio camelus) muestra diferencias notables respecto al
de los terópodos. Sus antiguas fenestras se han fusionado en dos
grandes aberturas: una hacia el pico y otra hacia la órbita ocular,
que ocupa casi todo el lateral del cráneo. A diferencia de las fenestras de los
dinosaurios, que eran ventanas abiertas de lado a lado, en el avestruz estos
espacios están parcialmente cerrados por hueso, formando una especie de bóveda
interna. Esto sugiere un refuerzo estructural y un espacio más definido
para alojar cerebros de mayor tamaño, adaptados al vuelo y a las
funciones sensoriales avanzadas.


(Actividad 10.11.) Los Neognathae
se dividen en dos grupos principales. El primero es Galloanserae, que en
un sentido amplio podríamos llamar las “ganso-gallinas”, pues incluye a
patos, gansos, cisnes, pavos y gallinas. Este grupo es muy importante para el
ser humano porque ha sido domesticado desde hace miles de años, aportando
alimento, plumas y hasta símbolos culturales y religiosos. El segundo grupo son
las Neoaves, literalmente “aves aún más nuevas”, que abarcan la gran
mayoría de especies modernas, desde colibríes y halcones hasta pingüinos y
gaviotas. Así, dentro de Neognathae encontramos la mayor diversidad de
formas, comportamientos y adaptaciones de las aves.
El cráneo de Gallus
gallus es ligero y alargado, adaptado a un ave terrestre. Tiene un pico
córneo en lugar de dientes, con narinas visibles en la parte frontal. Las órbitas
son grandes y redondeadas, ocupando buena parte del lateral del cráneo. Los
huesos están muy fusionados, lo que le da rigidez y poco peso. A
diferencia de los reptiles, ya no hay amplias fenestras abiertas: muchas se han
cerrado o reducido. En conjunto, es un cráneo firme, con espacio suficiente
para un cerebro relativamente pequeño, adecuado para una vida de
forrajeo y alerta constante


(Actividad 10.13.) La
evolución de las Neoaves es bastante confusa porque los estudios
genómicos y fósiles producen clasificaciones en constante cambio. Una propuesta
reciente, planteada por Wu en Genomes, fossils, and the concurrent rise of
modern birds and flowering plants in the Late Cretaceous, divide a las
Neoaves en dos grandes clados: Telluraves (aves de tierra) y Aquaterraves
(aves de agua). Dentro de Aquaterraves se distinguen varios grupos: Columbaves
(palomas y turacos), Litusilvanae (colibríes y vencejos), Gruimorphae
(grullas y aliados) y Aequorlitornithes, que incluyen pingüinos,
albatros, petreles, pelícanos, garzas, cigüeñas, alcatraces y gaviotas.


(Actividad 10.15.) Telluraves,
también conocidas como aves terrestres o aves troncales terrestres,
es un clado definido recientemente por su relación con la vida arbórea.
Según los estudios genéticos más recientes, este clado reúne una gran variedad
de grupos de aves, entre ellos los australavianos (paseriformes, loros,
seriemas y halcones) y los afroavianos (que incluyen a las Accipitrimorphae
–águilas, gavilanes, buitres–, además de búhos y pájaros carpinteros, entre
otros). Esta agrupación fue formalizada en el PhyloCode por George
Sangster y colaboradores en 2022, como “el clado más pequeño que incluye a Accipiter
nisus y Passer domesticus”.
Las aves rapaces no forman un único
grupo, sino que su historia muestra un ejemplo de evolución convergente.
Los halcones (Falconiformes) pertenecen a los Australaves,
junto a loros y paseriformes, mientras que las *águilas, gavilanes y buitres
del Viejo Mundo (Accipitriformes) están en los Afroaves,
junto con búhos y carpinteros. En ambos linajes surgieron de manera
independiente las mismas adaptaciones: garras fuertes, picos curvados
y la capacidad de cazar presas activamente. Así, aunque parecen muy parecidos y
ocupan roles ecológicos semejantes, los halcones y las águilas no son parientes
cercanos, sino resultados distintos de presiones evolutivas similares.
(Actividad 10.16.)


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